29 años de impunidad

29 años de impunidad

Memoria Activa homenajeó a las víctimas de la AMIA en un nuevo aniversario del atentado. Una vez más, exigió justicia, verdad y memoria. Qué sentenció la Corte Interamericana de Derechos Humanos.

Memoria Activa, la ONG de amigos y familiares de víctimas del atentado a la AMIA que el 18 de julio de 1994 dejó más de 85 muertos y 300 heridos, renovó este martes su pedido de justicia, memoria y verdad, tras cumplirse 29 años de impunidad por el ataque terrorista.

A las 9:30 ya estaba preparado el escenario en Plaza Lavalle, frente a Tribunales, para gritar presente una vez más y exigir el esclarecimiento del caso. Pese al frío, poco a poco fueron llegando amigos y familiares de las víctimas del atentado. A las 9:53, hora en que hace 29 años ocurrió este trágico hecho, se dio inicio al acto.

“Hoy hace 10.592 días de impunidad, de injusticia. 10.592 días que Memoria Activa dice presente por verdad y por justicia. Hoy seguimos denunciando, recordamos a las muertes impunes en nuestro país”, así arrancaba el acto en palabras de Amos Linesky, vocero de la ONG. Luego, llamaron a cada una de las víctimas por su nombre, al que los asistentes al acto respondieron uno a uno “presente” y al finalizar sonó el shofar, el cuerno litúrgico, entendido como la señal de Dios, llamando a su gente para ir hacia él.

A las 10, al rayo del sol, Paula Litvachky, directora ejecutiva del CELS, en representación de Memoria Activa, habló sobre la importancia de juntarse y hacer memoria, pero recalcó que este aniversario tiene algo distinto. “Estamos esperando la sentencia de la Corte Interamericana, llegamos después de muchísimos años a ese lugar, en octubre pasado presentamos el caso de pedido de justicia, memoria, verdad y aguardmos que la Corte resuelva luego de que el Estado argentino reconoció culpabilidad. Esperamos que la Corte reafirme lo que dijimos siempre, que el Estado argentino fracasó en la búsqueda de justicia y que sigue fracasando”, señaló.

También habló de la falta de transparencia en el caso y dijo: “Al día de hoy esa documentación parece más un almacén que un archivo. Estamos intentando qua se arme un archivo histórico del caso AMIA. No hay forma de que el Estado brinde respuesta y nos acompañe en la necesidad de tener esa política de memoria. Este desastre llevó a que casi 30 años después el Estado no haya garantizado justicia y tampoco verdad, pues permanece oculto bajo el secreto de Estado, al mismo que le reclamamos que abra sus archivos”.

Adriana Reisfeld, por su parte, leyó un texto sobre la memoria que se escribió a 400 semanas del atentado y reclamó que en la actualidad, ya pasadas 1.400 semanas, la impunidad continúa. Rodrigo Borda, abogado titular de Memoria Activa, mencionó algunas reflexiones sobre el estado actual de la investigación del atentado. “Desde hace varios años tiene centralidad en la causa judicial la discusión frente al proceso de desclasificación de archivos de inteligencia producidos por los agentes de la SIDE. Esto implica quitarle a los archivos la clasificación de documentos secretos, identificarlos, preservarlos, organizarlos y analizar su valor probatorio”, explicó.

El abogado dijo que esto visibiliza algunos de los problemas más graves de la investigación judicial del atentado y explica las razones de su fracaso: “Esto pone en evidencia que el ex juez Galeano utilizó preponderantemente a los agentes de la SIDE como investigadores judiciales, lo que implicó que gran parte de la actividad de estos agentes fuera secreta. Una investigación judicial debería desarrollarse en base a parámetros muy distintos a los de la actividad de inteligencia. Para condenar a alguien en un juicio se requiere un nivel de certeza mayor al de la sospecha o el indicio como puede ocurrir en la actividad de inteligencia. En la investigación judicial el secreto era la excepción, no la regla. En todo proceso judicial la regla es la transparencia y publicidad”.

 

Y cerró haciendo una crítica al entorno jurídico: “las batallas jurídicas que se emprenden en un escenario adverso pueden contribuir a modificar a mediano o largo plazo este sentido común imperante, dentro y fuera de ámbito judicial, porque hay planteos que, aun en el ámbito jurídico, procuran interpelar a toda la sociedad y procuran cambios culturales o de políticas públicas sin perjuicio de cuáles son los efectos inmediatos o de corto plazo en un expediente. Hay razones menos utilitaristas que justifican esta lucha legal, las batallas que decidimos dar más allá del éxito son expresiones de nosotros mismos, de nuestra indignación ética y de lo que nos sensibiliza moralmente y de quienes somos.”

Por su parte, Diana Wassner, secretaria de prensa de Memoria Activa, habló en nombre de todos los miembros de  la ONG “Veintinueve años es demasiado tiempo para pensar que la justicia no existe, que la verdad nunca la tendremos, veintinueve años de una tragedia, nuestra tragedia. La vida es un lugar lleno de momentos dolorosos que nos llega sin siquiera haber hecho nada, pero no importa la tragedia que nos explote, nos queda siempre un lugar para elegir. Frente al dolor no existe la nada, se resiste, se lucha”, declaró.

El acto finalizó sobre las 11, con la interpretación de la canción “La Memoria” por parte de los jóvenes Santiago Klajnberg y Solana Keiniger y un pedido de justicia al unísono por parte de todos los presentes “Justicia, justicia, justicia, perseguiremos”.

En diálogo con ANCCOM, Wassner dijo que lo más difícil que jamás se imaginaron es estar año tras año durante 29 años reclamando lo mismo y con muy pocos avances en la causa. “Estuvimos en esta plaza durante los primeros 10 años del atentado cada lunes, a las 9:53. Estas baldosas conocen nuestras pisadas y todo el dolor y la lucha que hemos hecho y la importancia de que nos han acompañado y no hemos estado solos y creo que eso hace que uno siga acá parado, recordando, homenajeando y exigiendo justicia que es lo que todos queremos y el Estado nos debe”, expresó.

“De la investigación de la causa AMIA lamentablemente sabemos lo mismo que el día uno, en lo que se ha avanzado es en el encubrimiento de todos los funcionarios del Estado que son los responsables de que no tengamos ni verdad, ni justicia hoy, ya que eran los responsables de impartir justicia. Pedimos una investigación seria, no hace falta ni cambiar leyes, hace falta seriedad, voluntad política, capacidad y honestidad para investigar realmente una causa”, concluyó.

 

«Todavía hay algo para hacer»

«Todavía hay algo para hacer»

Este lunes se cumplen 28 años del atentado terrorista a la AMIA. Como todos los 18 de julio a las 9:53 se realizará el acto central en Pasteur 633 luego de dos años de virtualidad. ¿Cómo se transmite la memoria a la nuevas generaciones? ¿Cómo se lucha contra la impunidad?

El 18 de julio de 1994 a las 9:53 de la mañana Janet Ponce se encontraba, como todos los días, trabajando en la sastrería que fundó su padre sobre la calle Pasteur. No estaba preparada para lo que pasó. 

“La voladura de la AMIA fue un antes y un después. Cambió la cabeza de la gente, su forma de vivir, sus miedos, economía e integridad física. Se perdieron amigos, conocidos, vecinos”, comenta en diálogo con ANCCOM. “Cada año el barrio se revoluciona un poco en esta época, es revivir ese sentimiento de ver gente llena de sangre corriendo, llorando, gritando, los vidrios rotos, el polvillo. La memoria no se borra, queda adentro de tu cuerpo. Pasa el tiempo y la memoria sigue intacta”.

Janet nunca se fue del barrio de Once, allí formó su familia y su trabajo de toda la vida. Hoy continúa atendiendo en el local de Pasteur, a una cuadra del nuevo edificio de la AMIA. En su cuadra y en las siguientes ahora hay árboles. Cada uno con una placa que representa a cada una de las 85 víctimas del atentado y un código QR que, al escanearlo, permite conocer la historia de la persona fallecida.

El próximo lunes se cumplen 28 años del atentado terrorista a la AMIA que conmocionó a la sociedad entera. Como todos los 18 de julio a las 9:53 se realizará el acto central en Pasteur 633 bajo la consigna “Volvemos a Pasteur” luego de dos años de virtualidad por la pandemia.

Diana Malamud perdió a su esposo Andrés en el ataque. Casi tres décadas después, continúa luchando por verdad y justicia junto a las familias de las víctimas, agrupadas en la asociación civil Memoria Activa. “No es sencillo mantener la memoria, creo que es importante poder contar la historia. El atentado de la AMIA es un caso muy diferente a muchos otros porque sigue impune. Hay que seguir reclamando. Es una lucha constante porque saber y pedir justicia es lo que evita la repetición”. 

 Hay muchas formas de mantener viva la memoria. Una de las estrategias elegidas por la AMIA es hacerlo a través del arte. Desde el atentado se han desarrollado más de 500 acciones de recordación, entre ellas, canciones, intervenciones en la vía pública, exhibiciones, videos. Elio Kapszuk, director del Departamento de Arte y Producción de la AMIA, explica que durante los primeros años luego del atentado, aquellas estaban destinadas a las personas que si bien tenían memoria vivencial necesitaban un estímulo para traerla al presente. Con el nacimiento de nuevas generaciones, surgió el interrogante de cómo se podía hacer para que recordaran sin recuerdos: “Así surge la creación de la memoria colectiva, donde uno va y toma el testimonio de otro como propio. Una memoria que no se basa en la experiencia individual, en acordarse del atentado, sino que a partir de las múltiples posibilidades de testimonio de víctimas sobrevivientes o de material audiovisual se construye la memoria colectiva a la cual uno se dirige para recordar algo que no vivió. Por eso es fundamental la transmisión de una generación a otra, es necesario ese entrecruzamiento”, expresa.

Por el aniversario número 28 se llevaron a cabo diversos proyectos. Uno de ellos es la canción “No tiene olvido el amor”, escrita por Víctor Heredia. Se reunió a 23 familias de reconocidos artistas argentinos para rendir homenaje a las víctimas. “Le pedimos a Víctor que escribiera una canción que hable justamente de la transmisión de generación en generación. De la misma manera que los artistas han sabido transmitirle a sus hijos e hijas el amor por la música y hoy por ello son también músicos o cantantes, les pedimos que nos ayuden para transmitir de una generación a otra la memoria. ‘No tiene olvido el amor’ está cantada por dos generaciones: una que tiene memoria vivencial y otra que toma la consigna”. Para la AMIA es fundamental llegar a los jóvenes mediante sus referentes, poder brindarles la mayor información sobre aquello que sucedió con el objetivo de que no se olvide. No solo por el recuerdo sino por la necesidad de justicia.

Otra acción de recordación que se llevó a cabo este año fue «Mi memoria no se vende», una muestra en la vía pública del artista Nandon (Fernando Salimbene).  “Hicimos una campaña con él, un trabajo conjunto donde se colocaron 85 carteles con los nombres de cada una de las víctimas y ‘de mi memoria no se vende’. Interpela a la sociedad en general pero está diseñado por un artista que pertenece a una generación que no tiene memoria vivencial. La obra es inmersiva para todos los que atraviesan la calle, para que cualquier persona pueda tener la información de que acá pasó algo. Está realizada por un artista que trabaja con una estética y con un accionar vinculado a su generación”, agrega Kapszuk.

Por último, se halla “85 ausencias”: una página web con acceso a 85 pancartas con los nombres de las víctimas que explican quién fue cada una, con un video de la familia contando su historia. 

Para el 2023 se espera la inauguración de la Plaza de la Memoria ubicada sobre la costa del Río de la Plata, entre Ciudad Universitaria y el Parque de la Memoria ya que allí se encontraban depositados los escombros de la AMIA. “Queremos que sea un lugar de encuentro, de diálogo, de introspección. Entendemos que la mejor forma de luchar contra la discriminación, la xenofobia, cualquier tipo de odio, es el encuentro. En ese lugar se podrán formar las nuevas generaciones que son quienes están en Ciudad Universitaria. Hoy se trabaja para que los espacios de memoria puedan ser incorporados al uso para resignificarse. La diferencia entre la memoria y el olvido es que el olvido es automático y la memoria es un trabajo, una decisión. La memoria necesita de las efemérides, de los monumentos, de las recordaciones y de todos los artificios posibles para tener oportunidad en la lucha contra el trabajo corrosivo del olvido”, concluye Kapszuk.

Para Diana Malamud, volver a encontrarse pese al dolor un año más en Pasteur es reconfortante. Es un espacio que siente parte de sí misma, regresar después de dos años es una necesidad. “Me parece muy importante que no decaiga este pedido de justicia. Todavía hay algo para hacer, uno no debe quedarse callado”.

30 años y ningún culpable

30 años y ningún culpable

Este jueves se cumplió un nuevo aniversario del atentado contra la Embajada de Israel en Argentina que dejó 22 muertos y más de 200 heridos.

A 30 años del atentado terrorista contra la Embajada de Israel, se realizó un acto conmemorativo  donde se ubicaba la delegación diplomática, en el cruce de las calles porteñas Arroyo y Suipacha. La jornada comenzó con un minuto de silencio y los himnos argentino e israelí. «Carlos Baldelomar Siles, presente. David Ben Rafael, presente…” recordaron los asistentes a cada uno de los veintidós fallecidos y acercaron ofrendas florales.

Durante la conmemoración, Martín Goldberg, exfuncionario de la Embajada y sobreviviente, rezó el kadish en nombre de los muertos y el Padre Rodrigo Valdez, de la parroquia Madre Admirable, también afectada por el ataque, oró pidiendo el fin de la violencia. Miri Ben Zeev fue otra de las oradoras, quien recordó a su marido Eli Ben Zeev, que murió por el ataque con solo 35 años. “Sobre Eli se derrumbaron cuatro pisos del edificio y sobre nosotros la vida”, dijo la mujer.

“Hoy es un día difícil para el Estado de Israel y para Argentina. Hace 30 años sabemos quiénes son los responsables del atentado: su nombre es Hezbollah y su apellido Irán” comenzó su discurso Galit Ronen, embajadora de Israel, y continuó exigiendo justicia y memoria: “Hace 30 años que esperamos justicia y tarda. Es casi tan silenciosa como aquel silencio feroz que siguió segundos posteriores a la explosión. Es nuestro deber como Estados democráticos mantener viva la memoria”, remarcó.

En representación del gobierno nacional estuvieron presentes los ministros de Relaciones Exteriores, Santiago Cafiero, de Interior, Eduardo Wado de Pedro, de Defensa. Jorge Enrique Taiana y de Justicia, Martín Soria. Este último fue quien dio el discurso, ante la ausencia del presidente Alberto Fernández. Soria recordó los dos atentados terroristas ocurridos en este territorio argentino y apuntó contra el Poder Judicial: “En ambos casos el denominador común es el nulo avance de las causas judiciales, lo que genera dolorosa impunidad”. También se refirió a la gestión macrista, ante la mirada del jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodriguez Larreta, que estaba presente en el acto: “Hemos reactivado la Unidad Especial de Investigación del atentado a la AMIA que había sido desmantelada en 2018”. El funcionario nacional finalizó su discurso asegurando que “el Estado argentino está comprometido para lograr justicia que, aunque sea lenta, debe llegar necesariamente a la verdad”.

El cierre del acto estuvo en manos del viceprimer ministro israelí, Gideon Sa’ar, que denunció que “Irán atacará siempre que pueda”. Además, se refirió a la relación de su país con Argentina como la de  “dos pueblos unidos en memoria de las víctimas” y reconoció importantes decisiones como la incorporación del atentado a la AMIA dentro de los contenidos curriculares del sistema educativo y la creación en 2019 del Registro Público de Personas y Entidades vinculadas a actos de Terrorismo y su Financiamiento, dependiente del Ministerio de Justicia de la Nación.. “Como único Estado del pueblo judío no nos apartaremos del deber de defenderlo”, concluyó Sa’ar.

“He visto niños ser brutalmente golpeados y arrestados”

“He visto niños ser brutalmente golpeados y arrestados”

“Está en la mente de las personas el miedo a los atentados, incluso a mí me pasa», dijo Shahaf Weibein.

A sus 26 años, Shahaf Weisbein, estudiante de Criminología en la Universidad Hebrea de Jerusalén, es testigo y partícipe de la lucha del pueblo palestino por volver a su tierra y por el reconocimiento de los derechos elementales que hace décadas le niega el Estado de Israel. Criada en una familia sionista, Shahaf conoce de cerca la represión de las Fuerzas de Defensa de Israel (IDF) contra los gazatíes. Como parte de la Coalición de Mujeres por la Paz, visitó este año Brasil y Argentina y experimentó en carne propia el empoderamiento y la solidaridad del movimiento de mujeres latinoamericano. “Después de mi regreso, admirada por lo que fue el 8A y su marea de pañuelos verdes, creo que más allá de nuestras realidades políticas diferentes, necesitamos encontrar juntas un camino de resistencia a la opresión”, dice convencida.

¿Cuándo se despertó tu interés por la causa palestina?

Desde chica. He crecido en una familia sionista, fui scout durante toda mi niñez. A los 15 años me involucré en la lucha por los derechos de los animales. Luego mis compañeros me contaron sobre la problemática de la ocupación de las tierras palestinas. Entonces comencé a leer sobre el movimiento de rechazo al ejército y a participar de las manifestaciones. Estuve en las protestas en Nabi Salih, Al-Massara, Hebrón y contra los colonos en Sheikh Jarrah (al este de Jerusalén). En ese momento me estaba por reclutar el ejército, pero era muy claro que yo no sería capaz de tomar parte de sus atrocidades, por lo que me convertí en una objetora de conciencia. El ejército reconoció mi objeción y así evité ingresar a sus filas.

¿Cómo reaccionó tu familia frente a tu activismo?

Si bien no conté con el apoyo de gran parte de ella, mis padres respetan mi opinión y mis elecciones, pero son sionistas. Para ellos, como para muchos, no es una ocupación sino un “conflicto” entre dos partes iguales que pelean entre sí. Lo piensan en términos de “son ellos o nosotros”.

¿Cómo vive la ciudadanía la opresión del pueblo palestino?

Los israelíes son personas muy interesadas en la política. La “seguridad nacional” siempre aparece en las conversaciones y es tema de discusión. Todos tienen una opinión formada, por lo general de derecha, no siempre racista pero sí mayoritariamente sionista. Sólo una pequeña minoría reconoce esta situación como una ocupación. El común de las personas habla de “conflicto”, otros de una lucha de Israel contra el mundo árabe…

¿Por qué?

La mayoría han sido afectados. Todos conocen a alguien que sobrevivió o murió en un ataque terrorista, muchos han perdido en combate a algún amigo o familiar. Está en la mente de las personas el miedo a los atentados, incluso a mí me pasa. Tememos cada vez que subimos a un colectivo o al entrar a un shopping. Hubo varios autobuses que explotaron en la Segunda Intifada. Se vive en un estado de paranoia. Actualmente, en el sur y en las zonas aledañas a la Franja de Gaza, la vida cotidiana de sus habitantes se ve continuamente afectada. Sus casas son destruidas por los cohetes lanzados desde Gaza, las tierras arrasadas por el fuego y las explosiones. Muchos barrios cuentan con alarmas y en algunos puntos suenan constantemente. La gente se ha acostumbrado a “vivir con la espada”. Continúan con sus vidas como si esta realidad no existiera. Forman sus familias, estudian, trabajan, viajan al extranjero, pero el miedo está.

Manifestación por la liberación de Gaza, 21 de septiembre de 2018,

Este año participaste de las protestas contra la represión de la Gran Marcha del Retorno…

Sí. Desde entonces más de 200 manifestantes han sido asesinados y 18 mil heridos. A fines de noviembre participé de una protesta del lado israelí, muy cerca de la valla de separación con Gaza. Escuchábamos los balazos de los francotiradores y las granadas. Sentíamos los gases lacrimógenos. Los gazatíes están aislados. Les cierran los cruces fronterizos y los privan de derechos y recursos básicos. Todas las semanas mueren manifestantes cerca de la valla, producto de los disparos o de los bombardeos sobre Gaza.

Según la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU (OCHA), de los 217 palestinos muertos por el fuego israelí en Gaza, 40 eran menores y unos 2.000 niños resultaron heridos, ¿cómo se hace frente a un régimen tan cruel?

He visto niños ser brutalmente golpeados y arrestados, manifestantes baleados, mujeres y hombres injustamente encarcelados. He visto casas de familias demolidas, pozos de agua destruidos y derechos humanos básicos denegados. Pero también he sido testigo de la enorme fuerza y esperanza del pueblo palestino para terminar contra este régimen de apartheid.

¿Cómo tratan el tema los grandes medios israelíes?

Cubren “el conflicto” todo el tiempo pero en el cien por ciento de los casos, exceptuando los periódicos de izquierda, son portavoces de las Fuerzas de Defensa de Israel (IDF) y dan su versión de los hechos. Casi todo lo que se presenta a la opinión pública son argumentos pro gobierno, aun cuando casi todas las víctimas del hecho sean palestinas. Por ejemplo, publican noticias sobre la crisis humanitaria en Gaza pero no vas a encontrar ningún testimonio palestino al respecto. Editan todo lo que no sea acorde a los intereses del Estado de Israel y los entrevistados son siempre los comandantes a cargo de la situación.

El 12 de noviembre se realizó en Buenos Aires el festival “Por un mundo sin Muros” organizado por el movimiento de Boicot, Desinversión y Sanciones (BDS) contra el régimen de apartheid israelí. ¿Qué impacto tienen estas actividades a nivel internacional?

Son una herramienta efectiva para favorecer un cambio verdadero para Palestina y generar conciencia entre los israelíes sobre el precio del régimen. Me emociona y agradezco a todos los argentinos que forman parte o apoyan la causa palestina. Sus campañas locales tienen un gran impacto en el público israelí. Los argentinos, con una historia de resistencia a regímenes violentos que han torturado y asesinado con el apoyo del Estado de Israel, a través de la venta de armas por ejemplo, tienen en la lucha por Palestina una manera de pelear contra una fuerza que apoyó la represión de su propio pueblo.

Demostración de solidaridad del lado israelí cerca de la valla con Gaza octubre 2018 . Mujeres unen dos partes de un cartel con un corazón roto dibujado PH: Gentileza Coalición de Mujeres por la Paz

Formás parte de la Coalición de Mujeres por la Paz, ¿cuáles son sus objetivos?

Se trata de una organización de mujeres israelíes y palestinas que nos movilizamos contra la ocupación. Reclamamos por la liberación de la Franja de Gaza, de las mujeres prisioneras y contra la industria militar israelí que se enriquece a través de la ocupación.

¿Cuáles han sido sus acciones más recientes?

El 4 de diciembre fuimos parte de una gran huelga contra la violencia hacia las mujeres. Hubo más de 30 protestas durante el día en universidades, campus y en ciudades como Haifa y Nazaret. En el acto principal en Tel Aviv participaron unas 25 mil mujeres. Este año murieron 24 mujeres, las dos últimas de tan sólo 13 y 16 años. Fue un grito al unísono por nuestros derechos, nuestra propia versión de “Ni una menos”. Fuimos miles. Palestinas, israelíes, de todas partes se unieron con sus pancartas y su dolor contra los femicidios. Fue muy inspirador, más después de haber conocido la experiencia argentina. En esa dirección vamos.

¿Qué rescatás de tu visita a Sudamérica?

Mi viaje a Brasil y Argentina este año fue increíble. Participé del llamado “julio negro” en Río de Janeiro, un encuentro convocado para visibilizar la militarización, la violación de derechos humanos y de la violencia de género. En ambos países percibí un admirable sentimiento de solidaridad y resistencia con el pueblo palestino. Sentí que las personas están abiertas a escuchar, a dar este debate y a encontrar maneras de conectarse con la causa palestina como parte de una lucha mayor contra la represión y el colonialismo. Todos estamos peleando contra regímenes capitalistas de derecha corruptos y el camino hacia su superación es participar juntos en una estrategia global de solidaridad.

Manifestación contra los desalojos de viviendas de palestinos en Sheikh Jarrah, este de Jerusalem, enero 2015, gentileza Guy Butavia)

Manifestación contra los desalojos de viviendas de palestinos en Sheikh Jarrah, este de Jerusalem, enero 2015.

La última oportunidad en la causa AMIA

La última oportunidad en la causa AMIA

A casi tres años del comienzo del juicio por encubrimiento del atentado a la AMIA, el proceso judicial iniciado en agosto de 2015 está cada vez más cerca de la sentencia final. Una vez terminados los alegatos de las seis querellas y de las defensas de los 13 imputados, que se extenderían hasta el mes de junio aproximadamente, se conocerá finalmente el fallo del Tribunal Oral Federal Nº 2, integrado los jueces Jorge Gorini, Karina Perilli y Néstor Costabel. Unos pocos meses para saber si las víctimas de uno de los peores atentados terroristas cometidos en nuestro país recibirán algo de justicia luego de más de dos décadas de impunidad.

El reloj que marca las 9.53, la hora exacta de la explosión.

En la audiencia de esta semana tuvo lugar la presentación del alegato final de la Asociación de Familiares y Amigos de las Víctimas Memoria Activa, a cargo del abogado Rodrigo Borda. Esta asociación representa a las familias de algunas de las 85 víctimas que en la mañana del 18 de julio de 1994 perdieron la vida cuando una bomba explotó en la Asociación Mutual Israelita Argentina. Entre ellos estaba Andrés Malamud, un arquitecto de 37 años, casado con Diana (una de las principales referentes de Memoria Activa) y padre de dos hijas que, al momento de perder a su padre, tenían apenas cinco y dos años. Ese día también falleció Noemí Reisfeld, una joven asistente social que aquella mañana, a pesar de que debía tener el día libre, acudió a su lugar de trabajo para reemplazar a una compañera. Por su parte, Norma Lew, que era jefa del servicio social de la AMIA y quien más tarde se convertiría en la primera presidenta de Memoria Activa, fue rescatada con vida de entre los escombros del edificio, pero sus lesiones eran tan graves que una fotografía suya -tomada cuando era sacada en camilla- fue publicada en un periódico como la imagen de una persona fallecida. Su hijo Agustín, de 21 años, que aquel día había ido a acompañar a su madre al trabajo, no sobrevivió.

“Todos ellos, Andrés, Noemí, Agustín y Norma, fueron víctimas directas de ese atentado terrorista, al igual que las otras 82 personas que fallecieron y las que integran la larga lista de lesionados, que supera la centena”, manifestó Borda al iniciar su alegato. “Las personas que yo represento en este juicio, al igual que el resto de los familiares, también son víctimas directas del atentado a la AMIA, porque ese atentado les provocó un enorme daño personal y les marcó la vida para siempre, porque perdieron a un marido, a un padre, a una hermana, a un hijo.” Y agregó:Pero a las personas que represento en este juicio no solo las damnificó el atentado a la AMIA, no solo son víctimas del atentado terrorista. También son víctimas de la impunidad, de la falta de verdad y de la falta de justicia. La respuesta infame del Estado argentino, luego del atentado, constituye una verdadera tragedia institucional”.

La consigna de siempre: Justicia y memoria.

A su vez, el abogado querellante también refutó el argumento invocado por algunos de los imputados, que atribuyeron las irregularidades cometidas durante la investigación a la falta de preparación, escaso conocimiento sobre terrorismo y falta de recursos para investigar, justificando su accionar como “inexperiencia” y no como encubrimiento. Al respecto, Borda especificó: “A ninguno de los imputados en este juicio se les acusa de ser negligentes o de haber actuado por desidia. La participación que les atribuimos en las maniobras de encubrimiento y desvío de la investigación del atentado a la AMIA fue una participación dolosa. Los acusamos por cosas que hicieron de manera intencional para impedir que las víctimas puedan obtener verdad y justicia”.

Los 13 imputados en la causa son Juan José Galeano, ex juez instructor de la causa; los ex fiscales Eamon Mullen y José Barbaccia; el ex titular de la SIDE, Hugo Anzorreguy, el ex agente Patricio Finnen y el ex subsecretario Juan Anchezar, ambos de los Servicios de Inteligencia; el ex comisario Jorge «Fino» Palacios y el ex policía Carlos Castañeda; el ex presidente de la DAIA, Rubén Beraja; el ex Presidente de la Nación, Carlos Menem; Carlos Telleldín, último propietario conocido de la Trafic en cuyo interior se hallaría la bomba, su esposa Ana Boragni y su ex abogado Víctor Stinfale. Los hechos por los que se los juzga incluyen el pago a Telleldín de 400.000 dólares para que diera una declaración falsa ante la justicia, y el abandono deliberado de la investigación sobre el ciudadano de origen sirio Alberto Kanoore Edul, quien tenía vínculos con la familia Menem. Según Borda, todos los acusados actuaron de manera intencional para encubrir a los autores de la explosión y permitir que el atentado permanezca impune.  “Las personas acusadas en este juicio han privado de la verdad y de justicia a las personas que represento, y el daño ocasionado a la búsqueda de verdad y justicia ha sido tan grande que cabe pensar que a esta altura, a casi 24 años del atentado, puede ser irreparable”, aseguró Borda.

Foto del 18 de Julio 2017, en el aniversario número 23 del atentado a la AMIA.

A diferencia de la querella que representa al Estado Argentino, Unidad AMIA (recientemente disuelta), que al presentar su alegato decidió no solicitar penas para los ex fiscales Mullen y Barbaccia, Borda ratificó la intención de Memoria Activa de buscar la condena de todos los acusados. “Los vamos a acusar a todos, vamos a pedir condena para todos. Tenemos la convicción de que son todos culpables. Pediremos penas acordes con la magnitud del perjuicio personal e institucional que han causado. Todos ellos son responsables de la impunidad del atentado a la AMIA”, afirmó.

Respecto a este punto, el abogado citó las declaraciones Mario Cimadevilla, ex titular de la Unidad AMIA -recientemente removido y reemplazado por el subsecretario de Memoria, Verdad y Justicia, Mariano Fridman-, quien acusó al Ministro de Justicia Germán Garavano de haber solicitado, “por amiguismo”, que no se acusara a los ex fiscales. El argumento planteado por Unidad AMIA para no imputar a los ex fiscales no tiene que ver con “amiguismo”, sino con la preocupación de que acusar a Mullen y a Barbaccia supondría voltear las alertas rojas contra los iraníes, un planteo al cual el abogado calificó como “un argumento hipócrita y absurdo”.

Sobre este punto, Borda expresó en diálogo con ANCCOM: “Es lo mismo que se decía del ex juez Galeano durante el gobierno de Menem, que no se lo podía cuestionar porque si no se caía la causa. Es un argumento hipócrita porque intenta ocultar las verdaderas razones por las cuales piden la absolución de estos dos personajes, que es lo que dice Cimadevilla, el «amiguismo».

Los nombres de las 85 personas fallecidas, sobre el mural de la calle Pasteur.

Respecto a la continuidad del caso, Borda manifestó: “Va a haber un nuevo juicio contra Telleldín. Sin duda, el resultado de este juicio va a tener un efecto en reconstituir o no la imagen del Estado en la institucionalidad de la Causa AMIA. Eso es lo que está en juego en este juicio, si la palabra del Estado en sus distintas agencias va a ser creíble, o no, para poder determinar la verdad y lograr justicia en la causa por el atentado. Porque lo que hicieron estas personas puso en crisis la confianza en la justicia por parte de la ciudadanía, y fundamentalmente de las víctimas. Este juicio es la oportunidad que tienen los jueces de reconstruir la confianza de la sociedad en las instituciones”.

La querella de Memoria Activa continuará con la exposición de su alegato en la próxima audiencia, que se llevará a cabo este jueves 15 a partir de las 10 de la mañana en los tribunales de Comodoro Py.

Los familiares de las víctimas viven este proceso con expectativa, pero también con mucho dolor. Son casi 24 años de impunidad, concluyó Borda. “No vemos muchos cambios institucionalmente y hay un enorme retroceso con este tipo de planteos del Ministerio de Justicia. Acaban de disolver la Unidad AMIA y la pusieron a cargo de un funcionario que fue uno de los abogados que participó en las maniobras de encubrimiento, Mariano Fridman. Es muy grave y es muy doloroso para los familiares, pero aun así hay expectativas que no tienen que ver con la fe, sino con la convicción de que si no hay una respuesta institucional, no solo no hay destino para la Causa AMIA, sino que no hay destino para nuestra sociedad como país”.