¿El sexting es sinónimo de libertad o un nuevo mandato?

¿El sexting es sinónimo de libertad o un nuevo mandato?

Valentina Arias escribió “Mandar fotitos. Sexting, imagen y sexualidad en la era digital”, donde analiza sin prejuicios ni estigmas el fenómeno de envío de imágenes eróticas como una práctica cotidiana ya establecida.

Mandar fotitos. Sexting, imagen y sexualidad en la era digital (Eduvim y UNRN, 2023) es el nuevo libro de Valentina Arias, licenciada en Ciencias de la Comunicación, doctora en Ciencias Sociales y docente de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNCuyo. Nacida en Mendoza, la escritora también es becaria postdoctoral en el CONICET y posee un Magíster en Psicoanálisis por la Universidad del Aconcagua.

En la investigación la autora propone tomar el fenómeno del sexting como objeto de estudio desde una perspectiva analítica por fuera de discursos estigmatizantes: “En líneas generales siempre se trabaja el tema desde las ciencias jurídica, para pensar en todas las consecuencias legales que puede tener la práctica, o desde el punto de vista de la psiquiatría o la psicología conductual donde dan por supuesto que el sexting es una práctica de riesgo”, explica la autora. 

A lo largo de cinco capítulos, Mandar fotitos hace un recorrido histórico del sexting hasta las disyuntivas que se presentan en la actualidad en relación con testimonios de mujeres de entre 18-15 años. ¿Es realmente una actividad libre de mandatos? ¿Qué pasa con aquellas mujeres que no lo practican?

¿Cómo nació la idea?

El libro es una reescritura de mi tesis de doctorado en Ciencias Sociales que inicie en 2015 y termine en 2020. Yo veía que el sexting se practicaba pero en ámbitos públicos se hablaba muy poco así que me pareció que era una buena oportunidad para indagar sobre la práctica. Cuando comentaba lo que estaba estudiando a todo el mundo le parecía interesante por lo que me pareció que se podía bajar esa tesis a un libro con un corte más de divulgación. En parte, esa es la idea del libro: presentar un cuadro descriptivo sobre la práctica del sexting específicamente en mujeres cisgénero en vínculos heterosexuales, ya que todas las chicas que entrevisté me relataban relaciones con varones. Si bien el libro tiene ese recorte de alguna manera yo espero que aquello que se relata como los placeres, los miedos y las tensiones que tienen al sextear, puedan ser extensivas también a otras formas de sexualidad no binarias.

 

Las distintas formas de establecer un vínculo con una pareja ¿son reconfiguradas por los medios digitales?

Sin duda, los medios digitales, incluyendo el teléfono, las redes sociales, las aplicaciones, internet, etcétera, modifican profundamente las maneras en las que nos relacionamos. En particular por la cuestión de la fotografía. A lo largo de la historia, las tecnologías de la imagen se han puesto rápidamente al servicio de la sexualidad y el erotismo. En ese sentido no hay nada nuevo. Sin embargo, en el caso del teléfono inteligente este tipo de imágenes permiten su creación en cualquier lugar, de manera inmediata y de forma relativamente gratuita, una vez que tenés el aparato podes sacar cuantas fotos quieras. Hay una facilidad técnica para que estas imágenes circulen. Pero además existen ciertas características sociales y culturales que se modifican. Hoy vivimos lo que para muchos pensadores se denomina “cultura sexualizada”, la cual hace alusión a la circulación cada vez con menos resistencia de contenido antes comprendido como demasiado erótico o sexual. Esto se puede entender desde un punto de vista celebrante, más crítico y conservador o teniendo en cuenta otras posturas más matizadas, que en vez de celebrar o condenar, plantean analizar cómo está operando y que sucede con esto.

 

¿Cómo habría que mirar el fenómeno?

Cuando afinás un poco el ojo, podés darte cuenta de que no todas las imágenes sexuales son leídas igual. Por ejemplo, no es lo mismo una foto sexual de una chica de clase alta que otra de sectores más populares. Lo mismo ocurre con el tipo de cuerpo. Si condice con los parámetros hegemónicos de belleza contemporánea tiene una lectura; si la chica de la foto tiene un cuerpo no normativo habilita otra lectura diferente. Por lo tanto estamos en un momento de una cultura sexualizada que opera atada a determinados sesgos como la edad, el tipo de cuerpo, clase social, orientación sexual o la raza de la persona que aparece en la imagen. Hay facilidades técnicas que tienen que ver con el teléfono pero también sacarte fotos desnuda y mandársela a otra persona muchas veces va en línea con lo que propone la época. Hoy quizás lo transgresor es no mandar la foto.

Sin embargo, aunque está muy normalizado también es una actividad “secreta”, ¿puede ser?

Exacto. Siempre que se habla de sexting se tiende a hablar de las consecuencias negativas de la práctica, como la viralización de la foto. Por ejemplo, el año pasado surgieron en las noticias esos grupos en telegram de varones donde comparten imágenes. De ninguna manera quiero minimizar los riesgos que tiene, pero sí es importante darse cuenta que hay cierta naturalización del abuso. Está recontra normalizado que eventualmente tu foto va a ser usada sin tu consentimiento. Es importante hacer mucha concientización para que las chicas, sobre todo las jóvenes y las niñas, se cuiden porque son muy reales los peligros. No hay que minimizarlo. Pero también es necesario poner el foco en que cada vez que hablamos de sexting, estamos hablando de cómo cuidarnos. Que una foto circule sin tu consentimiento no está bien y no tiene que pasar. No deberíamos preocuparnos por que no se nos vea la cara o el tatuaje en una foto. Como horizonte deberíamos de llegar a un momento donde podamos hablar de sexting sin tener que estar todo el tiempo pensando en las prácticas de resguardo.

 

El remordimiento y la culpa

Arias hace énfasis en los discursos ya deslegitimados, como el famoso “para que salió vestida así”, en casos de acoso callejero o violación. Si bien estos dichos generan rechazo, sostiene que en el sexting siguen pasando: “Están estos cambios discursivos donde teóricamente las mujeres tenemos que ejercer nuestra sexualidad con todo el derecho y el placer que podamos, pero lo cierto es que hay una doble vara funcionando. Cuando la imagen llega a otras manos se tiende de nuevo a culpar a la mujer”, sentencia. A lo largo de las entrevistas notó cómo esa culpa también se internaliza: “Lo podés hacer pero te quedás con cierta culpa o remordimiento, te pones a pensar qué pasaría si se enoja la persona a la que le mande la foto”, ejemplifica. Mantiene que le resulta problemático el hecho de que las mujeres se queden con estas sensaciones. En muchos casos, aquellas que se dedican a la educación son las que más temen a la viralización de sus fotos. A pesar de que en la actualidad el sexting se rige por discursos de libertad sexual y el libre uso del cuerpo, parece ser una práctica que siempre trae consecuencias.

Introducís el concepto del “régimen visual contemporáneo” que determina lo que es deseable y lo que no. ¿De qué depende eso? ¿Influyen en gran medida los mandatos y estereotipos patriarcales? 

La idea de régimen visual es tratar de pensar que todas las formas de reaccionar frente a las imágenes que circulan no son naturales ni objetivas sino que son construcciones. Hay determinadas imágenes en determinados momentos que son dables a ver y otras que no. En el caso del sexting sucede que por más que haya una cuestión de la época acompañado de discursos body positive (mostrate como sos y ama tu cuerpo tal y como es) en la intimidad siguen operando criterios estéticos al momento de producir las propias imágenes. Si vos le preguntas a una chica como quiere salir en la foto las numeraciones siempre tienen que ver con un modelo hegemónico: que las tetas se les vean paradas, que no se marquen los rollitos, que no aparezca la papada, la celulitis, los pelos. La mayoría posee un saber informal, como el ángulo o la luz correcta, para que estos detalles no figuren. Esto permite poner en entredicho la cuestión de que vivimos en una época sin intimidad. En lo que refiere a las imágenes sexuales hay ciertas cosas que para las mujeres tienen que quedar fuera de la vista de la sociedad. De pronto la variable que modula lo que es íntimo, es una variable estética. Si es lindo y condice con el modelo, lo muestro. Si hay algo del cuerpo que no alcanza los parámetros de lo que se considera bello, lo escondo.

 

Termina condicionando la forma en la que nos percibimos.

Exacto. Es interesante dirigir la crítica cuando uno la ubica en cuáles y en qué sentido hoy sextear es también un mandato. Muchas chicas me comentaron: “Lo hago para que me deje de joder porque no para de insistirme’. Ahí es donde están los puntos críticos para analizar: ¿En qué medida el sexting, que es una práctica voluntaria y que teóricamente es recreativa y de disfrute, se puede convertir en un mandato? Cuando no lo hacés o no tenés ganas de hacerlo. Es interesante poner el foco de atención en las violencias que suscita y sobre todo en los aspectos negativos que les puede originar a las mujeres cuando no lo haces lo suficientemente bien, cuando no te sentís cómoda con tu cuerpo, cuando no tenés ganas y sentís que por ahí vos sos la del problema. Mientras del otro lado surge otro tipo de violencia en donde se empiezan a generar unas dinámicas súper machistas que de alguna manera u otra la mujer termina responsabilizarse por eso.

 

Valentina Arias recalca que las campañas de concientización sobre el sexting deben ser trabajadas desde una perspectiva de género orientada a una reducción de riesgos que, sobre todo, no responsabilice a la persona que comparte la foto. Además deben tener en cuenta el valor diferencial que tienen esas imágenes cuando el “blanco” es una mujer y no un hombre. Insiste: hacer circular fotos sin el consentimiento de la mujer es abuso sexual.

 

Memorias de la marea verde

Memorias de la marea verde

Este lunes se proyecta «Pibas Superpoderosas», el documental que registra la militancia de las estudiantes del Carlos Pellegrini en el auge de la última ola feminista. ¿Cómo ven aquellos días su directora y la protagonista cuatro años después?

El documental Pibas Superpoderosas (2023) de Leonora Kievsky será proyectado en el Cine Gaumont el próximo lunes 11 de marzo a las 20, como parte de la Semana de la Mujer en el Cine organizada por ese espacio, y contará con la presencia de sus realizadores y protagonistas. La película se enfoca en tres alumnas del Carlos Pellegrini que transitan sus últimos meses de la secundaria durante el estallido de la ola feminista de la última década. Además, la película será proyectada en El Cairo Cine Público en Rosario, Santa Fé el 8, 16 y 22 de marzo como parte del Ciclo Foco Documental.

La transición de la adolescencia a la adultez es un momento único y complejo en la vida de cualquier persona que puede ser particularmente afectado por el contexto político en el que sucede. El camino a la independencia en un mundo con serios problemas ha sido, en el último siglo, el motor detrás de movimientos estudiantiles destacados en la historia del activismo por los derechos humanos. En la marea feminista argentina del 2018 y 2019 participan mujeres de todas las generaciones, pero hay una militancia marcada por parte de mujeres de las genereaciones más jóvenes; aquellas que aún están en la secundaria, están por egresar o están dando sus primeros pasos fuera de ella.

En este contexto, Pibas Superpoderosas propone una mirada íntima a las vidas de tres estudiantes de la Escuela Superior de Comercio Carlos Pellegrini, las cuales toman la iniciativa y accionan para generar cambios tanto en el mundo de su secundaria como en la sociedad argentina en general. Milena es alumna consejera, Ana es la presidenta del centro de estudiantes y Lorena es artista performática y produce el programa de radio de la escuela; posiciones desde las que demuestran que no es necesario ser adulto para ser parte del progreso.

Sin embargo, el documental fue estrenado cuatro años después de que finalice su rodaje en un contexto de militancia feminista muy diferente y con protagonistas que habían dejado la secundaria hace varios años. “Lore, que es otra de las protagonistas, dice que para ella el documental es como una cápsula del tiempo”, expresa Ana “Es muy acertado ese concepto, la peli te lleva directo a ese momento y te trae un aire de esperanza de saber que ese fuego militante estuvo y va a volver a estar, estas cosas nos ayudan a volver a armarnos”. Por su parte, Kievsky dice que “cuando grabamos la película y después vino una pandemia que no esperábamos nos marcó un antes y un después muy fuerte para todos y fue muy raro, sobre todo, para las protagonistas”. Y agrega: “Cuando filmamos la película nunca nos imaginamos estrenar en un contexto político como fue el año pasado, y si bien fue algo que nos sorprendió, también funcionó como un espacio de encuentro y de reflexión interesante”.

En ese aspecto, Kievsky y Ana también se expresan sobre la importancia actual de proyectar la película en una fecha cercana al Día Internacional de la Mujer y en el Gaumont: “Es una función muy especial por todo lo que implica el 8M en este contexto y con todo lo que venimos a reivindicar en relación al arte, a la cultura, el cine, la posibilidad de seguir contando nuestras propias historias”. Ana agrega: “No es menor que sea una función en el Gaumont, cuando se habla de que lo pueden cerrar, así como cierran el INADI y Télam, espacios de encuentro, cultura y de aprendizaje. Para mí es uno de los espacios más especiales que tiene la Ciudad de Buenos Aires para la cultura.”

Ana expresa que cree que el documental “llega tanto a los adultos como a los adolescentes, observa cómo un adolescente vive ese momento en el cual tiene que tomar decisiones sobre el resto de tu vida y estás saliendo de un espacio que te acompañó durante cinco años. Yo, particularmente, y lo digo en el documental, estaba en duda de si iba a poder seguir militando, no tenía idea de lo que iba a estudiar; ahora estudio actuación y milito desde ahí, milito la cultura y milito desde la cultura todos los derechos que hay por conquistar”. Respecto a la vida de las otras dos protagonistas, Ana cuenta que “Mile, que dudaba de estudiar derecho porque pensaba que se iba a encontrar con mucha gente conservadora, está ahí dando esa batalla, finalmente se animó. Lore sigue siendo una artista, sigue haciendo arte performativo y tiene una banda de reguetón, La Chismoteca, con algunas de las chicas que también están en el documental”.

Respecto a los orígenes del documental, Kievski dice que se preguntaba qué movilizaba a las nuevas generaciones, ya que ella fue parte de la generación que comenzó la adultez con el fin de la dictadura. “Me interesaba el universo del Pelle porque siempre fue un colegio que estuvo muy atravesado por la participación estudiantil y por las cosas que pasan en el país y porque la comunidad del Pelle está muy interpelada por la escena pública, entonces me pareció interesante poner la mirada ahí” expresa.

La propuesta de Kievski ganó el Premio Fomento a la TV y otros Medios del Programa de Incubadora de Documentales del INCAA, pero su idea original era un tanto diferente y la temática final surgió durante el proceso, filmando e investigando al mismo tiempo: “Fue ahí cuando me di cuenta de cómo el feminismo estaba interpelando a las y los jóvenes, entonces decidí acompañar esto con mi película. A partir de eso hice una reconfiguración del documental, al año siguiente me interesaba contar esa participación a través de tres maneras distintas de habitar la escuela”.

Sobre cómo seleccionó a las tres protagonistas, Kievsky cuenta: “Le propuse a Ana ser una de las protagonistas porque era la presidenta del centro de estudiantes y por todas las preguntas que ella se estaba haciendo. A Lore también, porque la había visto hacer performance en la escuela, poniendo el cuerpo desde esa participación no tan tradicional, y también porque participaba en la radio, un medio de expresión de los jóvenes. Y a Milena porque era consejera estudiantil y me interesaba contar cómo los jóvenes en esta escuela pueden modificar la realidad a partir de presentar proyectos, poder ir charlando, concertando y discutiendo con los alumnos, con los docentes y con las autoridades”.

Al ser un documental de observación, Kievsky y su equipo debieron estar presentes en la escuela varias jornadas, grabando por horas y horas, para después cortar lo grabado a menos de una hora y media que contenga una historia y un arco narrativo. Aunque esto haya presentado un gran desafío, la directora cuenta que también “se dio un lazo muy lindo, de mucha confianza, con todas las protagonistas y los alumnos de la escuela” y que “para mí era hermoso poder estar ahí, compartir eso con ellas fue un proceso muy transformador para mí y estoy agradecida de que ellas me abrieran la puerta”.

 

Los feminismos cotidianos

Los feminismos cotidianos

“Me gusta cuando hablas”, un documental que invita a la reflexión colectiva, se estrena en vísperas de un 8 de marzo que promete resistir ante la hostilidad gubernamental. El sexo en la tercera edad, los complejos del cuerpo, los vínculos amorosos entre otros temas que atraviesan a todas las generaciones.

Me gusta cuando hablas es un documental de observación en la vida privada de los feminismos. Estará en el Cine Gaumont del 7 al 13 de marzo a las 18:10 horas. Todos los temas entran atravesados de manera transversal: el placer sexual en la tercera edad, la militancia ambiental, los vínculos amorosos, los complejos con el cuerpo, entre otros. Siempre desde la cotidianeidad a través de seis mujeres de diferentes edades y sectores sociales.

El documental, desarrollado en su totalidad por mujeres, no busca teorizar el movimiento sino mostrar que no existe un único feminismo. Las voces protagonistas son de Rosa Rodríguez, Fabiele Rodrigues Bombif, Violeta Osorio, Montserrat Tolaba, Carolina Rodríguez y Cecilia Giordano. Está guionado por Sol Bonelli, Brenda Howlin y sus directoras Marlene Grinberg y Silvina Estévez.

Si bien el documental está hecho por feministas también, comparte Grinberg, “es interesante que lo vea todo el público porque es una película que se ofrece de un lugar de mucha empatía y comprensión hacia las protagonistas”, dado que más que mensajes, se dejan preguntas para replantearnos cómo actuamos como sociedad. Incluso cada integrante del elenco se cuestionó sus feminismos: “La película me hace reflexionar sobre mi vida, pone luz sobre un montón de cuestiones. Rompe con la idea de que existe una sola verdad”, comenta Violeta Osorio.

La película fue apoyada por el Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA). Pasó por un proceso competitivo de selección federal y fue seleccionado por un comité para el programa Incubadora INCAA, que ya no existe. Estévez cuenta que en este programa “cineastas emergentes tuvimos la posibilidad de tener tutores internacionales que nos ayudaron a trabajar nuestros proyectos para hacerlos más competitivos y para traccionar fondos internacionales. Todo eso se hizo bajo nuestro legítimo derecho”. También ganaron el premio DocsLab Mx en México, contó con apoyo de Mecenazgo y participó en el Mercado de Visions du Réel en Suiza. Se proyectó por primera vez en octubre del 2023, en el Festival Internacional de Cine Documental Buenos Aires (FIDBA). 

Me gusta cuando hablas… hoy

El documental fue rodado en el año 2021. Todo el elenco pensó que algunas discusiones que abría la película “podían quedar caducas o que dejaran de estar en agenda”, dice Estévez. Y agrega: “De modo completamente impensado estamos estrenando en este contexto muy adverso donde se cuestionan derechos adquiridos. Entonces, de alguna manera, cada escena, cada fotograma de la película, cobra una relevancia que nosotras pensamos que ya en el momento del estreno no la iba a tener”.

Osorio cree que en este panorama el documental es de suma importancia “porque el gobierno está cuestionando el feminismo y lo está convirtiendo en un enemigo público. El documental marca esto de que ‘el feminismo está vivo, las feministas estamos vivas’ y estamos dando la pelea no solo en las instancias públicas sino en el interior de nuestros hogares. Es muy interesante el contexto en el que esta película aparece para dialogar con un gobierno que nos está convirtiendo en blanco y nos está negando e invisibilizando”.

El pasado martes 27 de febrero, días antes del estreno del documental, el vocero presidencial, Manuel Adorni, anunció que se prohibirá el lenguaje inclusivo y todo lo referente a la perspectiva de género en la administración pública. Frente a esto también agrega que “no se va a poder utilizar la letra ‘e’, el @, la ‘x’ y evitar la innecesaria inclusión del femenino”.

Al ser rodado en el año 2021 el documental tiene lenguaje inclusivo con el objetivo de no excluir a ningún sector. La decisión del Estado no es que prohíbe su obligatoriedad: prohíbe directamente su uso. Esto implica dejar afuera a las disidencias y dar la espalda a una parte de la sociedad. En relación a los dichos de Adorni, Estévez afirma que “el documental de repente pasa a estar prohibido”

Ante esta prohibición Estévez añade: “Los cineastas emergentes pasamos por un montón de procesos legitimados por nuestro instituto de cine y por laboratorios internacionales y que al momento del estreno nuestra película pase a estar prohibido el lenguaje inclusivo sinceramente nos deja en una situación donde nos sentimos censuradas, donde sentimos que se está ejerciendo la violencia hacia todos los trabajadores de la cultura, hacia las mujeres, hacia las comunicadoras sociales que también somos y hacia las feministas que somos”.

Apoyo al Gaumont

El documental estará en el Cine Gaumont a precios populares de 400 pesos al público general y 200 pesos para jubilados, pensionados y estudiantes de todos los niveles educativos.

El lunes 4 del corriente mes se realizó una reunión en el INCAA, por pedido de la Junta Interna de la Asociación Trabajadores del Estado (ATE), con Carlos Luis Pirovano, el nuevo presidente del organismo, quien tiene nula experiencia en el ambiente del arte. En esta reunión Pirovano planteó que habrá una segunda etapa de despidos, desfinanciación del Festival Internacional de Cine de Mar del Plata y Ventana Sur y el cierre de Cine.Ar, Cine.Ar Play y Cine Gaumont, con la posterior venta de este último.

Ante dicho escenario Estévez dice: “Es muy importante en este momento bancar el cine argentino, y en la semana del 8M bancar estos contenidos hechos con un cupo femenino. Es importante valorar estos espacios, que son nuestro patrimonio cultural y defenderlos”.

Entre todo este contexto de ataques, prohibiciones y cierres que se dan en la esfera social, Me gusta cuando hablas es un respiro y empujón a continuar combatiendo el día a día donde nunca se sabe hacía donde apuntará la motosierra.

El cine tiene cámara de mujer

El cine tiene cámara de mujer

Cada martes, hasta el 16 de abril, se llevará adelante el Ciclo Directoras Argentinas en el Cine Arte Cacodelphia, donde habrá también debates con las realizadoras.

Este martes 5 de marzo comenzó el Ciclo Directoras Argentinas en el Cine Arte Cacodelphia, organizado por el sitio de cine GPS Audiovisual y la Comisión de Género de Directores Argentinos Cinematográficos (Género DAC). Cada semana, el ciclo proyectará una película dirigida por una directora argentina, quien estará presente durante la proyección y será entrevistada posteriormente por Julia Montesoro, directora de GPS Audiovisual. ANCCOM dialogó con ella y con Tamae Garateguy, vocal titular de Género DAC, el día anterior a la proyección inaugural.

Cada martes a las 19,  hasta el 16 de abril inclusive, se proyectará en el Cine Arte Cacodelphia una de siete películas seleccionadas: Puan (2023) de María Alche y Benjamín Naishtat, Partió de mí un barco llevándome (2023) de Cecilia Kang, Baldío (2019) de Inés de Oliveira Cézar, El silencio de los hombres (2023) de Lucía Lubarsky, Blondi (2023) de Dolores Fonzi, El viento que arrasa (2023) de Paula Hernández y Mariquita, mujer revolución (2023) de Sabrina Farji. Cada entrada tiene un precio de 1.600 pesos.

La colaboración entre Montesoro y Género DAC comenzó en la pandemia, época en la que organizaron muestras virtuales, pero hacerlo en sala era “una cuenta pendiente”, según Montesoro. En noviembre del 2023 comenzaron con el proyecto de una muestra presencial que se realice durante el mes de la mujer: “Empezamos a buscar películas, a ver posibilidades porque obviamente no somos dueñas de los derechos, ahí tuvieron que hacer un gran trabajo de hablar con cada una de las productoras o las directoras para ver qué posibilidades había” contó Montesoro.

“Hablamos de mirarnos a nosotras mismas, escucharnos a nosotras mismas, saber nuestros nombres -expresó Garateguy-. Entonces estas son instancias de encuentro que nos permiten ejercer esto, porque las prácticas más patriarcales tienen que ver con que nos aprendemos los nombres de los artistas varones, de los pensadores varones, los intelectuales varones y no de las mujeres”. Garateguy también destacó el hecho de que, al final de cada función, las directoras sean entrevistadas por Montesoro: “Es una experta de cine desde hace mucho tiempo, conoce las carreras de las directoras” y señaló que Montesoro publicó 50 mujeres del cine argentino, un libro con entrevistas a mujeres de diferentes oficios dentro de la industria audiovisual argentina.

Respecto a la selección de películas, Montesoro expresó: “Nos planteamos que estuvieran las generaciones más jóvenes” y señaló que en la muestra habrán dos “casi preestrenos”: El viento que arrasa, la cual se estrena algunos días antes de la proyección, y el documental Partió de mí un barco llevándome, la cual fue estrenada en el Festival de Cine Internacional de Mar del Plata, pero no comercialmente. Otras dos películas del ciclo destacadas por Montesoro fueron Puán y Blondi: “Fueron las dos películas dirigidas por mujeres que más público llevaron a las salas el año pasado”. Montesoro también subrayó que todas las directoras contactadas accedieron y que “algunas incluso tenían otros compromisos y nos pidieron cambiar la fecha que habíamos programado originalmente para poder estar en la función”. También habló sobre sus expectativas para el ciclo: “La sala es muy buena, es de fácil acceso, está todo dado para que convoque”.

Montesoro sostuvo que “la selección que quedó es muy actual, muy ecléctica; hay documentales, ficción, películas de directoras y protagonistas tanto conocidas como emergentes. Nos pareció importante dar un panorama, sobre todo en este momento en el que la cultura, el cine, y el cine realizado por mujeres en particular, atraviesan un momento muy difícil. Por eso la presencialidad en salas también nos parece importante”. Ante la actual incertidumbre del ámbito cultural, Montesoro expresó que para seguir adelante “la forma que encontré, hace un tiempo ya, es seguir trabajando, seguir generando”. “Una de las claves van a ser las asociaciones -expresó Garateguy- esta cosa de las colaboraciones, más en lo que hacemos. Hay que resistir creando espacios, aunque sean pequeños” y destacó que “toma mucha trascendencia lo presencial, el encuentro”.

“Es un momento donde no hay demasiados espacios para el cine argentino en general, los grandes complejos programan otro tipo de cine” señaló Montesoro y concluyó que “abrir esta posibilidad, con películas argentinas y hechas por directoras, por mujeres, es también muy importante, porque cuesta mucho llegar a una sala, pero también cuesta mantenerse y cuesta la difusión. Así que tejiendo redes, sumando voluntades, vamos avanzando”.

«Un debate saldado»

«Un debate saldado»

La Libertad Avanza presentó en la Cámara de Diputados un proyecto para derogar la Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo. ¿Un guiño al Papa antes de la visita? ¿Una cortina de humo para tapar el enorme ajuste que propone el gobierno?

el 7 de febrero se hizo oficial el ingreso a la Cámara de Diputados de un proyecto de legisladores de La Libertad Avanza para derogar la Ley 27610 de Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE). La nueva propuesta prevé, además, la modificación de los Artículos 85, 86 y 88 y la derogación del Artículo 85 BIS del Código Penal de la Nación.

Impulsado por la diputada Rocío Bonacci (Santa Fe), el proyecto cuenta con las firmas del titular de la bancada, Oscar Zago, la mediática cosplay Lilia Lemoine y Manuel Quintar, Beltrán Benedit y María Fernanda Araujo.Pero, en lo que parece un sello de LLA, Lemoine negó ante Somos Corta haber aportado su firma.

Entre las modificaciones que concibe el proyecto sobre el Código Penal, se contempla: dejar de hablar de “persona gestante” para llamarla “mujer”, dejar sin efecto la prisión e inhabilitación del funcionario público o personal de salud que obstaculice la práctica y establecer prisión e inhabilitación a miembros del cuerpo médico y farmacéutico “que abusaren de su ciencia o arte para causar el aborto o cooperaren a causarlo”, además de aplicar prisión sobre la mujer que “causare o consintiere” su propio aborto.

El gobierno ya mostró gran falta de experiencia política con sus intentos para aprobar la Ley Ómnibus sin generar previamente los consensos y alianzas necesarias. En este caso, ¿el gobierno vuelve a mostrar que está verde?

¿Un guiño al Papa?

Ante la novedad de la presentación, María Alicia Gutiérrez, socióloga, feminista, docente e investigadora de la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA, sostiene: “No es ninguna novedad que va a ir contra la ley. Lo dijo en la campaña, en los discursos, en Davos. Con respecto a si el momento es el más propicio, no parece” y sugiere que, a apenas dos meses de estar gobernando, el gobierno puede querer llevar esta medida por dos razones: “Esto puede ser real de manera que sea una especie de guiño que Milei le haga al Papa o puede ser, ante el fracaso de la Ley Ómnibus, que haya un intento de distraer con otro tema que no tiene nada que ver con lo que estaba discutiendo”.

Según el Informe Anual 2022 y con actualización a abril del 2023, el número de IVEs/ILEs ascendió a más de 96.600 distribuidos principalmente entre Provincia de Buenos Aires (40.880), Ciudad de Buenos Aires (9-961), Santa Fe (6.645), Salta (4.721), Tucumán (4.701), Mendoza (3.893), Córdoba (3.015), Jujuy (2.580) y Entre Ríos (2.444). El aumento de intervenciones superó el 70% respecto de 2021.

Para Mariángeles Guerrero, miembro de la Campaña por el Aborto Legal, la intención del espacio de LLA de derogar la ley “habla de la falta de timing para establecer los debates: “Fue una ley ampliamente debatida y consensuada, que requirió mucha movilización social y puesta en común de los argumentos. La sociedad ya dio este debate”, afirma y complementa: “El gobierno espera que estemos presas por un aborto o que nos muramos desangradas. ¿Realmente volver a penalizar el aborto es unaurgencia en un país que tiene hambre? ¿Es una prioridad volver a encarcelar y perseguir mujeres y que volvamos a usar perejil y agujas de tejer? Es el proyecto político de que volvamos al siglo XIX, con penas más duras. Hoy el eje político es el de las dificultades que tiene el Gobierno nacional para establecer un diálogo con los distintos actores, porque el Congreso es un espacio ‘para hacer un trámite’ y cuando el trámite no sale bien entonces se insulta a diputados y diputadas. Han demostrado una vocación muy grande por no respetar los acuerdos democráticos”.

Por su parte, Marta Dillon del colectivo NiUnaMenos, considera que se trata de “un gobierno con muy poca gimnasia institucional, donde esto solamente se puede leer como una provocación. Pretenden detener enemigos para echarle a su base electoral, ahondar en la fractura social y presentar antagonismos que puedan mantener la adhesión de su electorado”. La periodista y escritora está segura de que “no va a haber una derogación. Es una discusión saldada” y no ve “por qué tenemos que adelantarnos a algo que no ha sucedido”.

Al igual que Gutierrez, Dillon visualiza un panorama que busca ganarse las simpatías del Papa: “También está el convenio con las iglesias evangélicas para darle ayuda alimentaria a sus comedores, cuando no se los entregan a las organizaciones o el viaje a Roma, con la visita al Papa Francisco, que me parece que tampoco tiene tan poca habilidad política como para no leer en esto una provocación”.

Cuando aún no lleva dos meses completos en el mandato este gobierno parece muy “verde”, paradójicamente, a la hora de generar consensos antes de intentar presentar o derogar una ley que en

este caso, además, supo ser marea y ganarse las calles. Si soplan fuerte, se levantarán olas.