«Una compra más racional y menos impulsiva»

«Una compra más racional y menos impulsiva»

Este lunes termina la Feria del Libro, que presentó una caída de ventas en relación al año pasado pero no tan pronunciada como lao que esperaba la industria editorial.

“¡Te compraste tres libros y todavía no llegamos ni al Pabellón Verde!”, le dice una mujer a su hija, calmándola con una mano en el hombro. El recorrido de la Feria, si se entra por Plaza Italia, empieza en el Pabellón Ocre y sigue por un túnel de carpa hasta los pabellones Azul, Verde y Amarillo. En el sector Informes se pueden obtener mapas, que los visitantes abren, consultan y comparten con curiosidad.

En el primer pabellón se encuentran los stands de las provincias con títulos de autores locales. En el Azul están las editoriales y librerías de cooperativas con ofertas que van del clásico 2×3 hasta títulos por 600, 1.200 y 1.500 pesos. Por último, en los pabellones Verde y Amarillo aparecen los grandes grupos editoriales y librerías, como Cúspide, El Ateneo, Grupo Planeta y Penguin Random House, con nueve diferentes promociones bancarias para sus clientes. El precio de colocar un stand en la Feria depende del pabellón: el Verde es el más caro de todos y el de mayor cantidad de metros cuadrados. La Feria cuenta con 1.500 espacios disponibles, y este año, al igual que el anterior, fueron todos ocupados.

Nicolás, expositor de Grupo Planeta, afirma que este año la cantidad de visitantes disminuyó respecto del año pasado, pero no tanto. “La Feria de 2022 se hizo después de dos años de pandemia, por eso tuvimos más gente”. De todas maneras, “en la segunda semana de esta edición observamos un incremento del volumen de personas, cosa que no estaba prevista”. En cuanto a la decisión de compra, “hoy las personas vienen sabiendo lo que quieren llevar, algunos hasta traen una lista hecha a mano, o en las notas del celular, con los títulos de los libros o los autores”. Belén, su compañera, plantea: “Lo que vemos hoy es una compra más racional que impulsiva; la crisis económica afectó el comportamiento del consumidor en general, y el de los lectores en particular”.

Desde el Grupo Planeta, que concentra a editoriales como Seix Barral, Booket y Tusquets, señalan que el top tres de títulos más vendidos este año son Blanca, la niña que quería volar de Benjamín Vicuña, La Gioconda y Leonardo de Daniel López Rosatti, y El nudo de Carlos Pagni. En cuarto y quinto lugar se encuentran la obra completa de Enrique Pichon-Rivière, Del psicoanálisis a la psicología social, y Hábitos atómicos del empresario estadounidense James Clear.

En Riverside Agency, ubicada en el pabellón verde, los expositores sostienen que entre los títulos más solicitados se encuentran Nuestra parte de noche de Mariana Enríquez (que ya va por su 29º edición), Fortuna, de Hernán Díaz, ganador del premio Pulitzer de este año, y Literatura infantil de Alejandro Zambra, todos ellos editados por Anagrama.

En el stand de la librería Cúspide, a diferencia de otras, hay que hacer fila para entrar. Para sus expositores, el gran protagonista de esta edición es el público joven. “Los ejemplares de la saga de Alice Keller salen como pan caliente. También los escritos de Wattpad”, afirman. En Kel Ediciones, la distribuidora de libros en inglés, la fila de personas para abonar rodea todo el stand.

Carlos Díaz, editor y director de Siglo XXI, dedicada a las Ciencias Sociales y Humanidades, reflexiona: “Arrancamos bastante mejor de lo que esperábamos para esta coyuntura económica tan complicada (las Jornadas Profesionales previas coincidieron con la corrida del dólar). La Feria de 2022 fue inesperadamente buena, así que nos estamos comparando con un año extraordinario. Hoy estamos un poco abajo en ejemplares, pero lo consideramos un buen resultado en este contexto, y miramos con optimismo los días que quedan”.

“Soy de Lanús y vine a pasar la tarde con amigas. Terminé gastando más de lo que tenía pensado”, confiesa Cecilia, entre risas. En su bolsita lleva tres ejemplares de Milan Kundera. Según los números publicados por la Fundación El Libro, hasta el cierre de esta nota la Feria registra más de 1.180.000 visitantes. En la edición de 2022, el número cerró en 1.324.500 personas.

Sin embargo, los visitantes no son los únicos compradores de libros. Según informan desde Grupo Planeta, la Comisión Nacional de Bibliotecas Populares (Conabip) –fundada por Domingo F. Sarmiento en 1870, hoy integrada por más de 1.500 bibliotecas de todo el país– compró con un 50 por ciento de descuento miles de ejemplares. Esto es gracias al programa Libro%, lanzado por el Ministerio de Cultura de la Nación, que implica un acuerdo comercial del 50 por ciento off entre editoriales, bibliotecas populares y libreros durante las Jornadas Profesionales de la feria, que se realizan en los tres días previos a la apertura al público general.

La comunidad LGBT+ bajo la amenaza de la derecha

La comunidad LGBT+ bajo la amenaza de la derecha

Alejandro Modarelli, Emma Theumer y Tomás Máscolo debatieron en la Feria del Libro sobre cómo impacta en las disidencias sexuales el avance de los partidos reaccionarios.

¿Cómo atenta la ultraderecha a los derechos LGTB+? Este interrogante fue el centro del debate entre Alejandro Modarelli, Emma Theumer y Tomás Máscolo en la Feria del Libro 2023. La charla, organizada el 6 de mayo por el espacio editorial Final Abierto y moderada por Mario Irribarren, concentró ideas sobre cómo afectan las nuevas alternativas políticas al colectivo y qué futuros posibles se presentan.

Alejandro Modarelli, periodista del suplemento Soy de P12 y revista Anfibia, aseguró que los movimientos de ultraderecha necesitan una nueva terminología, acuñando así la idea de “anarcoliberales” o “neofascistas”. Expresó la hipótesis de que estos grupos “necesitan un enemigo, entonces convierten a los inmigrantes y a las disidencias sexuales en uno”, haciendo eje en que los enemigos serán aquellos colectivos que son considerados descartables en el neoliberalismo financiero.

Modarelli, autor del ya histórico libro  Fiestas, baños y exilio: los gays porteños en la última dictadura -editado a fines de los noventa- confirma que estos movimientos anarcoliberales surgen “cuando en occidente confluye todo el proceso de apertura a las disidencias sexuales, tanto en lo jurídico y en la metabolización de estilos de vida LGTB+”. Sostuvo que se permitió una apertura democrática y, tras la aparición de la ultraderecha, parece “como si la realidad actual fuera una distopía o una aberración del régimen político de la democracia liberal en el mundo”.

También planteó un interrogante propio para continuar el debate: “¿Se está intentando atacar individualmente una práctica sexual?”. En contraposición, hizo una segunda pregunta: “¿O, en cambio, se está atacando a lo colectivo, a lo que nos puede hacer pensar en alianzas y coaliciones con otros grupos vulnerables?”. Con estos cuestionamientos aseguró que “para ellos, no somos un peligro social en tanto práctica sexual; está lleno de personas LGTB+ en distintos partidos de extrema derecha”; en cambio, lo que afirmó es que “está en peligro la visibilización del colectivo y la forma de pensarnos en común”..

“Está en peligro tener una lectura crítica de las identidades y del modelo LGTB+ hegemónico en el mundo –continúa Modarelli–, que ha llevado a que nos convirtamos en productos, en una góndola de identidades que se van diversificando”, y sentenció que esta situación no brinda el espacio necesario para reflexionar y quita la posibilidad de ganar a la ultraderecha, incluso a Milei. Al mismo tiempo, sostuvo ver una regresión donde el colectivo LGTB+ tendrá que pelear derechos básicos. “Se está precipitando una pasión de abolición, hay un deseo de destrucción masiva y eso nos va a llevar a votar a nuestros verdugos”, concluyó.

La charla repasó las controvertidas propuestas de Javier Milei, candidato a presidente, y de Agustin Laje, escritor que presentó su libro La Generación idiota y que resonó por su dicho en la Feria del Libro 2023: “Hemos perdido la religión, hemos perdido la Nación, hemos perdido el sexo, hemos perdido la clase”. Frente a esto, Emma Theumer afirmó que buscaría ser un poco optimista frente al escenario del colectivo LGTB+ con el avance de la ultraderecha.

“La defensa de la diferencia sexual es invocada para dirimir el conflicto político”, denunció Theumer, especialista en Historia y en estudios de género(s) y sexualidades. Aclaró que se busca restaurar una jerarquía sexual heteronormativa, centrándose en el hombre y la mujer. Según su visión, “los movimientos de derecha hacen un esfuerzo casi melancólico de restauración, buscan volver a la diferencia sexual del régimen heteropatriarcal”.

A fin de evitar retrocesos en los derechos ganados por la comunidad LGTB+, Theumer afirmó que “es importante hacer un resorte colectivo ante los golpes de los grupos des-democratizantes, los regresivos de derechos”. Por esto, reiteró a los asistentes a la charla: «Los derechos LGTB+ bajo amenaza por el avance de la ultraderecha» en la Feria del Libro 2023, que: “los derechos no son de una vez y para siempre. Los derechos no son una esencia que se porta: es necesario ejercerlos, luchando y exigiéndolos”. 

Tomás Máscolo, militante del PTS y periodista de La Izquierda Diario aseguró que, en el contexto actual, “no se puede decir que ser homosexual es ser revolucionario”. Frente a esto, reflexionó sobre la visión que percibe en los jóvenes, quienes presentan un odio a la casta política que es, según sus palabras, producto de la misma realidad vivida. “A la juventud hay que darle un mensaje de no resignación y que hay que salir a pelear”, reflexionó, al momento que sostuvo que las tácticas de la política de desmovilizar a los colectivos “hacen pensar que las soluciones van a venir de arriba y no dejan organizarnos para pelear por nuestros derechos, como históricamente se demostró que conseguimos cada una de las leyes”.

Tras una fuerte denuncia con foco en condiciones laborales del colectivo LGBT, indicó que si la Confederación General del Trabajo de la República Argentina (CGT) y la Central de Trabajadores de la Argentina (CTA) las tomaran dentro de las demandas la realidad sería otra. Entre otras que incluyen los derechos LGTB+, están el cupo laboral trans. Máscolo afirmó: “Creo que hay una salida”, a través de la movilización y la lucha contra la resignación juvenil.

“Nosotros no nos podemos resignar a vivir una vida precaria, eso quiere la derecha”, continuó Máscolo, confirmando que los derechos LGTB se ven vulnerados por estos partidos políticos, según su análisis. “La derecha siempre fue hambre, desocupación y ataque a los derechos laborales –sostuvo– pero hoy por hoy las otras alternativas están pidiendo lo mismo”.

«Sabemos combatir con la pluma, no con la espada»

«Sabemos combatir con la pluma, no con la espada»

Las Abuelas de Plaza de Mayo presentaron dos obras en la Feria del Libro. Una narra la historia de una docena de sus integrantes y el otro volumen recopila el camino de la organización en sus 45 años de lucha.

A meses de iniciarse las celebraciones por los 45 años de Abuelas de Plaza de Mayo, el pasado fin de semana la organización realizó la presentación de dos textos en la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires. Historias de Abuelas, la tercera publicación del proyecto Ovillo de trazos destinado al público infantil y juvenil fue el primero. Luego fue el turno de La historia de Abuelas donde el recorrido de la institución es ampliado y actualizado en esta nueva edición tras 10 años de la primera publicación: La institucionalización de políticas públicas para la búsqueda, el apoyo social y el encuentro de más nietos y nietas retratan la nueva etapa de la entidad.

El viernes 6 de mayo, a las 14.30, la Sala Ernesto Sábato de la Feria del Libro se llenó de historias. Buscarita Roa, integrante de Abuelas de Plaza de Mayo y su nieta restituida, Claudia Poblete, participaron en la charla sobre la publicación de Historias de Abuelas, junto a seis de los siete autores del flamante libro: Paula Bombara, Mario Méndez, Andrea Ferrari, Laura Ávila, Sandra Comino y Andy Riva, quien hizo las ilustraciones. Solo faltó Jorge Grubissich que se encontraba enfermo. Todos ellos se unieron para darle vida a una serie de doce relatos que retratan las historias de vida de Estela de Carlotto, Rosa Tarlovsky de Roisinblit, Buscarita Roa, Delia Giovanola, Sonia Torres, Ledda Barreiro, Emilce Flores, Raquel Radío de Marizcurrena, Aída Kancepolsky, Berta Shubaroff, Chela Fontana y Nélida Navajas. 

Desde el amor, las alegrías y tristezas, los relatos cuentan una parte no tan conocida de las Abuelas: sus infancias y juventudes. Todos esos momentos que las llevaron a ser las mujeres que hasta el día de hoy siguen luchando por la aparición de sus hijos y nietos que la última dictadura cívico militar les arrebató. “Me parece maravilloso tener que presentar un libro de las historias de las Abuelas, eso quiere decir que vamos a quedar en la historia. En la historia de los nietos, de los niños que no nos conocen aún pero que con el tiempo se van a enterar que hubo unas abuelas buscando nietos”, señaló Buscarita Roa con su pañuelo blanco en la cabeza.

Editado por Amauta, Historias de Abuelas es la tercera publicación de Ovillo de trazos. El proyecto literario está pensado para que la generación de los bisnietos y las bisnietas sigan manteniendo viva la memoria de los 30 mil desaparecidos. A su vez, para que docentes y bibliotecarios puedan acercar la pregunta por el derecho a la identidad a las infancias y juventudes. Este proyecto literario, en su primera edición, convocó a doce escritores especializados en literatura destinada a niños, niñas y jóvenes, para que pensaran historias que hablaran de identidad. Luego, fueron ilustradas y expuestas en un banner que, en 2015 a través de Adriana Redondo, directora del Plan de Lectura del Ministerio de Educación de la Nación por aquel entonces, repartió gratuitamente en las escuelas. Ese mismo trabajo, a su vez, y en colaboración con Pakapaka se transformó en cortos animados que se transmitieron bajo el título Historias que abrazan. En 2016, con la segunda etapa del proyecto, surgió una antología de cuentos para jóvenes donde la pregunta sobre la identidad y el derecho a conocerla e interrogarlo fue central. El libro fue seleccionado por el Plan Nacional de Lectura en 2019. 

La tercera etapa dio a luz a Historias de Abuelas, pensado en tiempos prepandémicos: “La idea surgió luego de que en una escuela primaria donde se habían expuesto las microficciones de Ovillos de trazos, a la que yo había ido a dar una charcha, una niña pequeña me preguntó si cuando fuera grande quería ser una de las Abuelas. Sentí que teníamos que contar quiénes eran estas mujeres además de ser parte de Abuelas. Llevé la idea al equipo y floreció”, contó Paula Bombara, escritora y colaboradora del proyecto. 

Entonces, se convocó a seis escritores y escritoras comprometidos con la causa quienes, luego de entrevistas y la presentación de borradores a las Abuelas, produjeron doce historias en microficciones. Además, Historias de Abuelas incluye retratos de las protagonistas, realizados por el artista visual Andy Riva, quien se dedicó a recrearlos a partir de fotos. En diálogo con ANCCOM, comentó que participar del proyecto fue muy significativo para él: “Yo nací en el 80. No tengo recuerdo de la dictadura, me acuerdo pocas cosas del contexto. De lo que sí estoy seguro es que si hoy caminamos en libertad es porque se lo debemos en gran parte a las Abuelas, a las Madres y a toda la gente que junto a ellas trabaja para que muchas cosas no vuelvan a pasar”. Hace tiempo que Riva trabaja con Abuelas pintando murales y haciendo cortometrajes. Sin embargo, este trabajo le resultó particularmente interesante: “Cuando te sumergís en gestos para retratarlos, pueden ser proyecciones o reflejos de las cosas que vivieron, ya sean alegrías, tristezas y cosas pesadas que cargan”, describió. A su vez, explicó que esto mismo lo llevó a reflexionar sobre su propia historia e identidad.  

Claudia Poblete además de ser una nieta restituida también es madre. Ahora su hija tiene a su bisabuela retratada. Al referirse a las Abuelas de Plaza de Mayo en la presentación, reflexionó: “Eran mujeres que no tenían nada que ver con la política. En esa época, pudieron tomar esos roles y reconstruir sus vidas alrededor de la búsqueda, con el dolor que les causó la pérdida de sus hijos, pero sin perder nunca la alegría y la esperanza de encontrar a sus nietos”. Su Abuela Buscarita fue quien continuó con la charla, y dejó claro que la lucha no ha sido en vano. “No es fácil ser Abuela de Plaza de Mayo. Duele. Yo encontré lo que buscaba, pero seguí trabajando para que mis compañeras también pudieran encontrar a sus nietos. Todavía nos faltan muchos, pero esperamos tener un poco más de vida para poder encontrar a los que faltan. Es muy importante que los padres y madres dejen que los niños lean este libro para que vayan sabiendo de chiquitos lo que ha sucedido en su país. No hay que ser indiferentes, las historias se pueden volver a repetir y luchamos para que eso no vuelva a pasar”, concluyó.

El sábado 7 de mayo se realizó la presentación de La historia de Abuelas en la Sala Tulio Halperín Donghi, con un panel compuesto por Estela de Carlotto, presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo; el nieto restituido Leonardo Fossati; el rector de la Universidad Nacional de Quilmes (UNQ), Alfredo Alfonso; y el Director del Centro de Derechos Humanos de la UNQ, Rodolfo Brardinelli.

El libro, impreso a contrarreloj, es una edición ampliada y actualizada de la publicación La historia de Abuelas 30 años de búsqueda 1977-2007, lanzada hace más de 10 años. Fue producido por el Área de Prensa y Difusión de Abuelas, y coeditado con el Programa Universidad y Derechos Humanos de la Universidad Nacional de Quilmes y la Editorial de esa universidad. El libro reconstruye al presente la extensa historia de lucha de la organización. “La Universidad Nacional de Quilmes coedita, colabora con Abuelas y va a seguir coeditando y colaborando porque es su obligación hacerlo y porque es una de las formas en que entiende que está poniendo en práctica la definición de la Universidad como uno de los derechos humanos”, contó Rodolfo Brardinelli sobre la participación de la Universidad Nacional de Quilmes en la edición del libro.

La historia de Abuelas narra parte de la historia de Leonardo Ortega Fossati, uno de los nietos restituidos, quien es miembro de la Comisión Directiva de Abuelas. Fossati remarcó la importancia de la edición de libros de Abuelas de Plaza de Mayo: “Para que el paso del tiempo no vaya poniendo en color sepia a estos logros, sino que estén siempre vigentes. En mi caso personal, son un ejemplo de vida indudablemente”, señaló.

Tras casi 45 años de lucha, la institución realizó cambios en los estatutos para ingresar a los nietos como parte de la comisión directiva. El libro da cuenta del rol que adoptan los nietos y nietas en el traspaso generacional y la continuidad en el legado de la lucha de Abuelas de Plaza de Mayo. “Ahora, atención, mientras que exista una abuela, manda la abuela. Una abuela que escuche, que acompañe, que abrace, una abuela que diga no me parece, pero ustedes tienen razón”, declaró Estela de Carlotto sobre la integración de los nietos a la Comisión Directiva de la Asociación. A modo de cierre, la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo concluyó: “Cuando Abuelas encuentra a un nieto, es para hacerlo libre y que viva como quiera, con quien quiera y haga lo que él libremente quiera hacer de su vida. Le damos la identidad para la libertad”. La presidenta de Abuelas advirtió además que no va a parar hasta encontrar a los 300 nietos que faltan y que esta es una lucha que no termina: “Ya sabemos combatir con la pluma, no con la espada. Siempre con la palabra amor. Cuando uno ama entrega el corazón, entrega la vida, la confianza, la tranquilidad”.

El libro La Historia de abuelas se puede descargar gratuitamente en la web de Abuelas Plaza de Mayo.

“Se lo quise transmitir a los jóvenes que son mi gran apuesta, mi esperanza”

“Se lo quise transmitir a los jóvenes que son mi gran apuesta, mi esperanza”

Están en todos lados, copando la Avenida Sarmiento, en los pasillos de la Feria Internacional del Libro, en los andenes del subte. Debajo de la lluvia, con paraguas, pilotos o resguardados en un techito. Los más jóvenes saltan y cantan, sin importar que, de nuevo, cae agua a torrentes. Las dos pantallas, una dentro del predio de La Rural, fuera de la sala Jorge Luis Borges donde se realizó el acto, y otra en la calle, sobre Avenida Sarmiento, muestran la tapa del libro Sinceramente. Los gritos de aguante y las canciones de hinchada se escuchan en todas partes y resurgen con fuerza cada vez que pasan unos minutos de silencio.

El color asignado fue el turquesa, sin banderas ni inscripciones. Estaba en las camperas, en las bufandas, en las remeras, pero sobre todo en los paraguas. La identificación va más allá de la estética del partido político. Muchos jóvenes que fueron a escucharla nacieron en el gobierno de Néstor Kirchner, pero vivieron su adolescencia en épocas de Cristina. A ella la miran; la toman de referente. Por ella gritan y vitorean.

“Yo no viví el mandato de Néstor”,  dice Natalia de veinticuatro años. “El primer gobierno de Cristina me agarra entrando en la secundaria. Para mí es ella y nada más”, cuenta y vuelve a cantar junto a su amiga. No militan en ninguna agrupación pero van a verla a todos lados, aunque no haya trenes ni colectivos. Hay mucha gente como ella: fueron solos o con grupos, pero sin ninguna organización que los represente. Es la militancia de los que simpatizan, de los convencidos y de los que la añoran.

“Empecé a militar en La Cámpora de Malvinas Argentinas cuando entré a la universidad y me di cuenta de muchas cosas que había hecho Cristina”, cuenta Yésica de diecinueve años. “Mi familia votó a Macri, yo rompí con todos los esquemas”, dice riéndose. Ir contra la tradición de la casa es una realidad de muchos jóvenes. “Mi viejo decía que con los militares estábamos mejor”, rememora y remata: “No entiende que viaje tanto, que venga a estar debajo de la lluvia por esto”.

La nueva generación se posiciona en otra vereda, con otros valores y otras proyecciones a futuro. “Cuando vi la muerte de Néstor por la televisión fue muy fuerte, toda la gente que lo lloraba me impresionó. Ahí me di cuenta de que era por ahí, con ellos”, relata Adriana, de veinte años, militante de La San Antonio de Merlo. Sus compañeras se sacan fotos con una bandera celeste y blanca sin leyendas y cantan a los gritos “vamos a volver”, con las caras llenas de sonrisas y ansiosas por ver a Cristina en la pantalla del predio. “Casi todas nos opusimos a lo que pensaban nuestras familias. En mi caso eran radicales y yo cuando cumplí catorce años me definí como kirchnerista”, cuenta Florencia, otra de ellas.

El  nombre Cristina tiene una fuerza increíble, cada vez que lo dicen, la gente estalla en gritos y cantos. Todo se condensa en esa palabra, pero no es sólo eso lo que impacta, sino también su imagen. Cuando la cámara la enfoca subiendo al escenario de la sala Jorge Luis Borges, la multitud aclama, los bombos y redoblantes tocan y las banderas patrias se elevan más. Es su voz la que, finalmente, despierta los anhelos de las personas, sus palabras y sus pausas las que hacen que se haga silencio y se aplauda. En las pantallas se mostraban rostros llorando y emocionados, otros a la expectativa, siempre atentos.

A pesar de que todo se trata de Cristina, Néstor también está presente en los discursos y en las remeras. “Él fue el primer tipo que subió a la Casa Rosada cuando Argentina estaba prendida fuego, asumió los problemas que teníamos y pidió perdón. Desde ese momento los sigo”, dice Julián de veinte años, militante de La Cámpora y con una tradición familiar kirchnerista. Martina nació en el 2003 y sólo vivió dos modelos de gobierno: “Mis viejos son re K, para mí son toda mi vida”, dice, acompañando a sus amigas, todas entre quince y dieciséis años.

Los pasillos de la Feria están abarrotados y llenos de gente que lleva a ese lugar, caracterizado como culto, la fiesta de los que militan contra lo hegemónico. “Vengo bancando este proyecto/ proyecto nacional y popular/ Te juro que en los malos momentos/ los pibes siempre vamos a estar”, cantan los grupos en diferentes partes de La Rural, rompiendo con el espíritu más ceremonial  y ordenado que tiene el evento anual del libro. Son ellos, que leen y politizan, los que mezclan los dos mundos porque entienden que literatura y sociedad son indivisibles. “Sinceramente es una interpelación a todos. Se lo quise transmitir a los jóvenes que son mi gran apuesta, mi esperanza”, dice Cristina y los ojos de esa multitud protagonista brillan.

 

Nuevo Barrio, nuevas oportunidades

Nuevo Barrio, nuevas oportunidades

Una persona mira los libros del stand de la Editorial Madreselva en la Feria del Libro.

La tercera edición de este espacio reúne doce editoriales.

Nuevo Barrio recibió gran aprobación por parte del público lector que concurre a la Feria, considerándolo uno de los espacios más diversos. En sus ediciones anteriores, al igual que en la de este año, la Fundación El Libro selecciona doce editoriales de la Argentina y el exterior que se postulan para obtener un stand asignado por la propia Feria, y que no solo les permite exponer sus títulos, sino también obtener cierto reconocimiento frente a las muchas editoriales ya instaladas. Se trata, además, de una oportunidad de exposición que, en la mayoría de los casos, las editoriales no podrían costear por su cuenta.

“Está buenísima la propuesta, porque permite exponer a muchos sellos que quizás no podrían costearse un espacio en la Feria. Permite mucha visibilidad y que la gente conozca los materiales, los autores, por ese lado es súper positivo. Y además compartir el espacio de Nuevo Barrio con otro montón de editoriales nacionales y de afuera, es muy interesante”, sostiene Gabriela Ballesi, asistente de la editorial La Luminosa, una de las seleccionadas este año.

Además de un gran reconocimiento, participar de esta exposición facilita el acceso al público masivo que asiste a la Feria del Libro. Así lo plantea Sebastián Albarracín, perteneciente a la editorial Madreselva, quien sostiene que “lo más importante es poder llegar a la mayor cantidad de gente posible y exponer la cantidad de libros que tiene la editorial”. Madreselva se destaca por sus publicaciones relacionadas al feminismo, anarquismo, maternidades libertarias, infancias libres, identidades disidentes y la autogestión, entre otras.  

Libros en el stand de Editorial Madreselva.

Nuevo Barrio busca dar exposición a nuevos talentos y proyectos creativos.

Por otro lado, la importancia de que estas editoriales estén presentes radica en el hecho de que se siga fomentando la lectura. En este sentido, Hugo Montero, uno de los tres directores de la Editorial Sudestada, afirma: “Existe desde hace muchos años una crisis de lectura en nuestro país que podríamos sintetizar en que cada día se pierden más lectores, no hay ni siquiera un registro fiable de analfabetismo funcional, pero se trata de una pésima noticia que tiene que ver con otra crisis más estructural, relacionada con la educación y la cultura que consumimos. Para nosotros, como editorial, es imposible estar ajeno a estas crisis, que nos atraviesan y nos debilitan. Por eso mismo, cualquier chance de interpelar al potencial lector es siempre bienvenida, porque es un inicio para intentar dar esta batalla desigual y cotidiana”. Editorial Sudestada nació en  2001, en un panorama político, social y económico crítico. “Sudestada surge como revista independiente en medio de otra crisis económica tremenda, que afectó particularmente a los más jóvenes. Si bien no parecía un momento propicio para largarse con un proyecto editorial, encaramos el desafío con la expectativa de ver si, en el camino, nos encontrábamos con un público lector. Así sucedió, y por eso seguimos en la calle, 16 años después, ahora como sello editorial y con unos 40 libros periodísticos y 30 infantiles editados hasta el momento”, concluye Montero.

Hoy también las editoriales enfrentan una situación de crisis, sobre todo las pequeñas. “La única crisis editorial no tiene que ver con que no haya cosas para editar o que la gente no quiera comprar libros en papel. La crisis editorial tiene que ver con un plan económico de gobierno que se olvida de los pequeños productores de libros, como se olvida de los productores de cualquier cosa en este país. Suben los costos no sólo del papel y de la imprenta sino también los costos de la luz, las expensas, los alquileres. Entonces eso hace que se estrangule una producción que los grandes grupos editoriales perfectamente se pueda solventar, pero los pequeños grupos editoriales nos vemos asfixiados”, denuncia Celeste Dieguez, Editora de la Editorial Malisia y celebra: “Entonces, por supuesto, si no fuera por esta iniciativa del Nuevo Barrio en el que podemos estar acá de manera gratuita, no creo que pudiéramos llegar a la Feria”.

Stand de Editorial Sudestada con libros y la expositora tras ellos.

Editorial Sudestada, además de la revista mensual, publicó más de 70 libros.

Por otra parte, es importante destacar la oportunidad que la Feria brinda a aquellas editoriales del exterior que desean insertarse en el circuito editorial argentino y latinoamericano. Tal es el caso de la Editorial Funambulista, proveniente de España. “Seguramente, estos últimos años, las editoriales argentinas han tenido que reducir gastos, eso ha incluido la presencia en ferias internacionales, lo que hace que cada vez se nos vea menos y las ferias sean menos interesantes, porque hay menos oferta editorial”, sostiene Concepción Cuesta, administradora de la editorial. “Con esta iniciativa tenemos la oportunidad, reduciendo muchos costos, de tener mayor presencia, comprobar cómo funciona, arriesgando menos económicamente a la vez que se enriquece la Feria”, agrega. Para la administradora española, Nuevo Barrio es una gran iniciativa, ya que hace que los editores participen y la Feria siga siendo un gran escaparate del mundo del libro: “Y que cada vez tenga más interés para todos los que formamos parte de él y para el público que va a comprar”, concluye.

Otra de las editoriales internacionales seleccionada es Estruendomudo, proveniente de Lima, Perú. “La importancia de formar parte de este espacio es la misma que tiene la literatura, de llegar a otras personas con culturas diferentes y de comunicar algo, de hacer conexiones. Creo que es una muy buena iniciativa porque nos permite dar más alcance. Nos permite a nosotros hacernos conocer en otras partes del mundo, como en Argentina”, sostiene Paloma Temple, asistente de la editorial.

Las otras editoriales seleccionadas para formar parte de la Feria son, además de La Luminosa, Madreselva, Sudestada, Malisia, la española  Funambulista y la peruana Estruendomudo; las argentinas de la Ciudad de Buenos Aires Del Dock, Dedalus Editores, Wu Wei y Absentha Libros y Gog & Magog; la santafesina La Fer, y la chilena Hueders.

«Esta iniciativa enriquece la Feria», dice la española Concepción Cuesta, de Funambulista.