El único Banco que pierde

El único Banco que pierde

Con fondos congelados, sin autoridades designadas y bajo control de funcionarios sin formación técnica, el Banco Nacional de Datos Genéticos atraviesa una de las crisis más graves desde su creación. Abuelas de Plaza de Mayo advierte que el Decreto 351/2025 vulnera su autonomía y exige su rechazo en el Congreso.

El Banco Nacional de Datos Genéticos (BNDG), una institución clave para la búsqueda de nietos y nietas apropiados durante la última dictadura cívico-militar, atraviesa una situación crítica. Con el mismo presupuesto de 2023, el organismo enfrenta un vaciamiento que pone en jaque su funcionamiento. Hasta ayer su conducción se encontraba delegada en funcionarios sin formación científica específica, ya que el cargo de su directora se encuentra vencido. Pero mediante un decreto, el Gobierno prorrogó el cargo hasta un llamado a concurso, aún incierto.

Ante esta situación, Abuelas de Plaza de Mayo solicitó al Juzgado Federal en lo Criminal y Correccional N° 2 de San Martín una ampliación de las medidas de protección para el BNDG. La alarma se encendió tras la publicación del Decreto 351/2025, el 23 de mayo, que le quita su autonomía y autarquía, pasando a depender de la Secretaría de Innovación, Ciencia y Tecnología. Esta decisión se suma al vencimiento de cargos clave y a la imposibilidad de realizar tareas esenciales: entrecruzamientos de ADN, compra de insumos, viajes para toma de muestras y exhumaciones, entre otras.

 

Un pilar en la búsqueda de la verdad y la identidad

Creado en 1987 por la Ley 23.511, el BNDG fue impulsado por Abuelas de Plaza de Mayo junto a organizaciones de derechos humanos, con el objetivo de identificar a las niñas y niños apropiados durante la última dictadura cívico-militar. Desde entonces, y a lo largo de todos los gobiernos democráticos hasta la actualidad, el organismo se consolidó como una herramienta esencial para garantizar el derecho a la identidad y colaborar en el esclarecimiento de crímenes de lesa humanidad.

Guillermo Roisinblit, nieto restituido en el año 2000 que pudo reencontrarse con sus abuelas materna y paterna y actual miembro de la Comisión Directiva de Abuelas de Plaza de Mayo, afirma: “Hoy el Banco Nacional de Datos Genéticos no se ocupa solamente de resolver casos de personas que fueron víctimas de terrorismo de Estado si no de miles de personas que dudan sobre su identidad. El tema de la identidad sufre y sufrió distintos tipos de delitos en nuestro país. El Banco no solamente tiene que seguir funcionando para preservar las muestras, sino que también para asegurar el Derecho a la Identidad”.

Tras la presentación de Abuelas que pedía a la justicia que interpusiera un recurso de no innovar sobre el Banco, el juzgado respondió que, aunque comprendía la preocupación de la Asociación sobre el caso, no le parecía que el BNDG estuviese en riesgo ya que el gobierno debe sostener el funcionamiento del Banco de acuerdo a la Ley 27742, también llamada Ley Bases.

Villella remarca que tanto el secretario como el subsecretario de los que ahora depende el BNDG carecen de formación específica para conducir un laboratorio de alta complejidad como este. El actual titular del área es Darío Leandro Genua, licenciado en Administración de Empresas junto con José Luís Acevedo, licenciado en psicología.

La respuesta judicial y el rol de la Ley Bases

El Artículo 3 de la Ley de Bases y Puntos de Partida para la Libertad de los Argentinos establece que el Poder Ejecutivo Nacional no podrá disponer la disolución de ciertos organismos, entre ellos el BNDG. A su vez, el Artículo 6 prohíbe expresamente su intervención, reforzando la protección legal que impide al Ejecutivo avanzar sobre su estructura y funcionamiento.

Carolina Villella, abogada de Abuelas de Plaza de Mayo, advierte que el Decreto 351/2025 es inconstitucional por tres vías: “Primero, porque fue dictado en violación de la obligación genérica que tiene el Ejecutivo de que sea para mejorar y volver más eficaz a los organismos. Después, porque específicamente el Congreso le prohíbe que lo pueda disolver o que lo pueda intervenir. Y en los hechos, esto no es otra cosa que una intervención de facto, al quitarle la autonomía y la autarquía. De esta manera, termina pasando a estar intervenido de forma permanente por la Secretaría de Innovación, Ciencia y Tecnología, deja de tener la posibilidad de tomar decisiones, de administrar un presupuesto propio, y todo eso redunda en un entorpecimiento de las tareas que se llevan adelante en el Banco. Porque implica una burocratización mayor y significa que personas que no están especializadas en la temática tengan que tomar decisiones que son fundamentales”.

En ese sentido, Villella remarca que tanto el secretario como el subsecretario de los que ahora depende el BNDG carecen de formación específica para conducir un laboratorio de alta complejidad como este. El actual titular del área es Darío Leandro Genua, licenciado en Administración de Empresas junto con José Luís Acevedo, licenciado en psicología.

El Banco Nacional de Datos Genéticos adquirió autonomía y autarquía a partir de la Ley 26.548, sancionada en 2009, que estableció una estructura organizativa encabezada por un Director General Técnico —profesional en Bioquímica o Biología Molecular, con reconocida experiencia en Genética Forense— y un subdirector técnico con el mismo perfil. Ambos deben ser designados por el Poder Ejecutivo Nacional mediante concurso público de oposición y antecedentes. La ley también contemplaba un Subdirector Administrativo, especializado en administración y economía. Sin embargo, con el Decreto 351/2025, este último cargo fue eliminado, y la responsabilidad presupuestaria pasó a manos de la Secretaría de Innovación, Ciencia y Tecnología.

 

El deterioro institucional

A pesar de la normativa vigente, el organismo permaneció acéfalo durante un mes, tras el vencimiento del mandato de la última directora, Mariana Herrera. Recién el 23 de julio, el Boletín Oficial prorrogó su continuidad “hasta tanto se lleve a cabo el concurso público de oposición y antecedentes correspondiente, con el fin de no afectar el normal funcionamiento del organismo”.

Villella advierte que, si bien la prórroga del cargo de Herrera permite reactivar ciertas funciones, no resuelve el problema de fondo: “Es una gran noticia porque va a permitir que se pueda seguir trabajando, pero para eso el Banco va a necesitar de un presupuesto, y si se mantiene el Decreto va a tener las facultades recortadas aún”. En la misma línea, Roisinblit señala que la medida “es un parche, es como tratar de tapar con una curita una hemorragia. No hace a la cuestión de fondo, porque el Banco sigue dependiendo de la Secretaría de Ciencia y Tecnología, de todo lo presupuestario. Deja de tomar decisiones por sí mismo y pierde independencia. Es insuficiente”.

La estrategia política para frenar el decreto

El Decreto 351/2025 aún no tiene plena vigencia, ya que debe ser tratado por la Comisión Bicameral del Congreso para su aprobación o rechazo definitivo. Desde la Comisión Directiva de Abuelas de Plaza de Mayo impulsan activamente su rechazo, llevando adelante gestiones con legisladores y legisladoras de distintos bloques. “Nosotros vamos con estos argumentos y queremos sentarnos con todos los legisladores que nos puedan abrir la puerta y que quieran charlar con nosotros para hacerles saber lo que pasa”, explica Roisinblit.

Villella advierte que es momento de volver a explicar, una vez más, por qué el BNDG es una institución fundamental: “Creemos que es necesario reforzar algunos conceptos sobre la importancia del Banco, para que sea claro lo que está pasando. Y en este caso, es evidente que de esta manera no se mejora su funcionamiento”.

A modo de cierre, Roisinblit recupera la fuerza del legado que los guía: “Nosotros seguimos los pasos de nuestras abuelas. Nuestras abuelas no tenían ningún tipo de experiencia: eran amas de casa, mujeres que en su gran mayoría habían sido criadas para ser madres y que solo querían disfrutar de ser abuelas. No sabían cómo presentar un amparo, un habeas corpus, cómo hablar en organismos internacionales, no sabían nada… no sabían cómo buscarnos. Ellas hicieron el camino que hoy nosotros sabemos cómo recorrer. Si ellas, en medio de la dictadura, pudieron luchar, imaginate nosotros en esta cuasi-democracia”.

Actuar para encontrar la verdad

Actuar para encontrar la verdad

Teatro x la identidad, el brazo artístico de Abuelas de Plaza de Mayo, celebra su 25° aniversario con una función especial en la Ciudad de Buenos Aires el lunes próximo. Una invitación gratuita a ejercitar la memoria.

Teatro x la Identidad nació en el año 2000 con un objetivo claro: colaborar en la restitución de los más de 500 bebés que fueron apropiados durante la última dictadura cívico-militar en Argentina. A lo largo de 25 años, la iniciativa impulsada por Abuelas de Plaza de Mayo, encontró en el teatro una herramienta artística para concientizar sobre el derecho a la identidad y promover la búsqueda de los nietos y nietas que aún desconocen su identidad. “No es solamente una función teatral, es una experiencia única y diferente a todo”, asegura Cristina Fridman, actriz y fundadora del ciclo en diálogo con ANCCOM.

El lunes 12 de mayo, el ciclo renovará su compromiso con una función especial en el Complejo Art Media (Av. Corrientes 6271, CABA), donde la experiencia se convertirá en un espacio de memoria y resistencia. Con entrada libre y gratuita, se presentará Hay Lugar, una intervención artística multidisciplinaria que invita al espectador no sólo a mirar sino también a participar y elegir de qué manera habitar el encuentro colectivo.

Dirigido por Juan Parodi y con la participación especial de Osqui Guzmán, Elvira Onetto, María Inés Sansemi, Eugenia Alonso, Vanesa Maja y Pablo Palavecino, el evento no será planteado como una obra de teatro sino como un cruce escénico entre la música, lo audiovisual y lo performático en tiempo real. “La idea es que el público participe y juegue junto con los actores y los músicos”, sostiene Fridman. Con esta propuesta inmersiva, el ciclo apuesta a llegar a un público más joven y distinto al que generalmente va a ver sus funciones. “Todo el tiempo nos planteamos de qué manera podemos ampliar nuestras propuestas”, menciona.

La memoria presente en todos lados

Durante estos 25 años, Teatro x la Identidad no sólo encontró en las tablas de un escenario un lugar de diálogo, sino que también extendió su propuesta artística a espacios no convencionales para acercar sus historias a nuevas audiencias. Con la creación de Teatro por la Identidad Itinerante, el ciclo logró instalarse en escuelas, plazas, espacios culturales, estadios de fútbol, cárceles e incluso excentros clandestinos de detención. Esta modalidad también permitió conectar con comunidades diversas y llevar el mensaje de la búsqueda y la memoria a cada rincón del país.

Al momento de repasar la historia de los itinerantes, Fridman recuerda una en particular, a la que define como “la más compleja”, ya que significó meterse en la boca de lo que tiempo atrás había sido el enemigo: Gendarmería Nacional Argentina. Pese a que iban a desarrollar una obra como ya lo habían hecho antes en múltiples espacios nacionales e internacionales, sabían que esta no sería una más del montón. “Teníamos que ir y ganarnos a un público que en general no le interesa ver este tipo de teatro ni escuchar lo que teníamos para decir”, comenta Fridman.

Para su sorpresa, al final de la presentación se armó un debate interesante en el que muchos de los aspirantes de la fuerza se animaban a preguntar sobre una historia de la que no tenían mucha información e incluso pedir disculpas por el accionar de personas que ni habían llegado a conocer. “Es un momento que atesoro porque fue único”, confiesa una de las fundadoras del ciclo. Probablemente se deba a que a lo largo de la obra no solamente abordaron el tema de la apropiación sino que también lo ampliaron a la cuestión de la identidad como argentinos y cada uno en su profesión. “Hablar de estos temas siempre moviliza e interpela”, asegura Fridman.

Un espíritu comunitario

Desde su conformación como asociación civil sin fines de lucro en 2004, una comisión de dirección se encarga de organizar los distintos eventos del ciclo, convirtiendo a sus miembros en productores activos del proyecto. Teatro x la Identidad también se consolidó como un movimiento que involucra a actores, dramaturgos, directores y productores comprometidos con los derechos humanos. A lo largo de los ciclos, artistas de renombre como Rita Cortese, Julieta Cardinali, Alberto Ajaka, Mauricio Dayub, Daniel Fanego y Marcelo Subiotto han puesto su voz y su talento al servicio de la lucha por la identidad y la memoria.

La entrada gratuita, que ha sido una de las banderas de la propuesta desde sus inicios, ha permitido el acceso y la democratización del arte. Cada función propone una reflexión sobre el pasado reciente de Argentina y el valor de conocer la verdad. “Es necesario tener un debate profundo y entender qué es lo que pasó, porque sino se va a volver a repetir”, sostiene Fridman.

Un cuarto de siglo después de su creación y en un contexto donde vuelven a aparecer discursos negacionistas, Teatro x la identidad se planta en escena con más fuerza que nunca. “El teatro siempre va a reflejar la realidad y eso no se puede tapar”, concluye Fridman

 Hay Lugar se podrá ver el 12 de mayo a las 20 en el Complejo Art Media (Av. Corrientes 6271). La entrada es gratuita y puede retirarse desde las 19:30.

 

 

Una carrera contra el olvido

Una carrera contra el olvido

Abuelas de Plaza de Mayo reanuda su ciclo Cine por la Identidad con el pre estreno de la película “A procura de Martina”, de la directora brasileña Márcia Faria. Anccom dialogó con la directora, la actriz Cristina Banegas y el presentador del ciclo Miguel Santucho para adelantar lo que ocurrirá el jueves.

Este jueves 24 de abril, a las 18, la asociación Abuelas de Plaza de Mayo abre las puertas del Auditorio de la Casa por la Identidad, ubicada en el Espacio Memoria y Derechos Humanos Ex Esma, para la primera función del año del ciclo Cine por la Identidad. Se proyectará A procura de Martina, el primer largometraje de Márcia Faria, y contará con la visita de la actriz Cristina Banegas. La entrada será libre y gratuita, y es posible gracias al acompañamiento del Banco Provincia.

El filme narra la búsqueda de Martina, interpretada por Mercedes Morán, Abuela de Plaza de Mayo, quien parte a Brasil con el objetivo de encontrar a su nieto, nacido en cautiverio durante la dictadura argentina, y a quien lleva buscando desde hace tres décadas. La protagonista emprende el viaje con la esperanza de encontrarlo y contarle su historia, luchando contra las señales del olvido que empieza a atravesar debido al Alzheimer.

“La idea de la película surgió mientras buscaba una historia para mi primer largometraje. Fue entonces cuando me encontré con el libro El Clamor, que aborda las dictaduras en América latina y cuenta relatos sobre hijos que fueron secuestrados y entregados a otras familias para ser criados como propios. Esa lectura me conmovió profundamente. Pensar en las dictaduras desde un espejo entre Brasil y Argentina, y, sobre todo, reflexionar sobre cómo lidiamos (o no) con la herencia perversa de la dictadura en Brasil, en contraste con los procesos de memoria y justicia que tuvieron lugar en Argentina, despertó en mí un deseo muy fuerte de hacer una película en la que las historias de ambos países se entrelazan. Quería hablar del borramiento, del silencio, de las marcas que dejó la dictadura en Brasil y que muchas veces siguen siendo invisibles”, cuenta Faria, en diálogo con ANCCOM.

El guion está escrito por la misma Faria y por Gabriela Amaral Almeida, quien -dice la directora- fue quien tuvo la idea disparadora de contar la historia de una abuela que busca a su nieto, pero que también está perdiendo su propia memoria. “Algún tiempo después, mi madre, Jovita, fue diagnosticada con Alzheimer. Ya llevamos más de diez años conviviendo con la enfermedad. Durante ese período, acompañé de cerca su lucha por aferrarse a sus memorias, por no desaparecer. Y, de forma inevitable, mi historia personal se fue entrelazando con la de Martina. Por eso, esta película también es para ella. Al final, hay una dedicatoria a mi madre. Y la proyección del 24 de abril tiene un significado aún más especial: ese día ella cumple 88 años. No se me ocurre mejor manera de celebrarla que compartiendo esta historia inspirada, en gran parte, por su fuerza”, confiesa la directora.

Las guionistas se volcaron a construir no solo un personaje principal complejo, sino también lazos de amistad que la acompañan y que no dejan de ser centrales en la narrativa y en el proceso emocional que atraviesa Martina. “Nos impulsó el deseo de crear una protagonista femenina con una fuerte pulsión de vida, a pesar de las heridas y pérdidas que arrastra. Martina es una mujer atravesada por la fragilidad y la fuerza, una heroína silenciosa que decide ir tras lo que desea, incluso cuando todo a su alrededor parece derrumbarse, cuando todo le dice que haga lo contrario: quedarse en casa, cuidando sus propias heridas. Desde el inicio, el protagonismo femenino fue uno de los pilares de la película. La amistad entre los personajes interpretados por Mercedes Morán, Cristina Banegas y Adriana Aizemberg es uno de los vínculos más potentes de la narrativa. Son tres mujeres muy distintas, con historias diferentes, pero que encuentran en el vínculo entre ellas apoyo, afecto y humor. Esa red también representa una forma de resistencia, una fuerza que nace de lo colectivo”, describe la directora y agrega: “Las Abuelas de Plaza de Mayo fueron una inspiración fundamental. Para mí, son un faro: un ejemplo de coraje, perseverancia y lucha colectiva que iluminó el espíritu de la película. Al igual que ellas, Martina es una mujer que se niega a olvidar, incluso cuando su propia memoria comienza a fallar”.

Faria se encontró con el desafío de dirigir un largometraje por primera vez, con recursos limitados al ser una producción independiente, pero encontrándose completamente abierta a lo inesperado, a la resistencia y entrega que le exigió este proyecto, y a la sensibilidad: “Sin duda, la mayor dificultad fue lidiar con la complejidad de una historia que atraviesa distintos tiempos, países y capas emocionales, y hacerlo con los recursos limitados que tiene una producción independiente. Mantener la delicadeza de la narrativa, equilibrar momentos de emoción con toques de humor, sin perder el ritmo ni la fuerza de las actuaciones, fue un gran desafío”. Habla del proceso como algo profundamente hermoso por el equipo que formaron, la dedicación y la generosidad de las actrices y actores. “Trabajar con Mercedes Morán fue un verdadero privilegio. Su talento, su sensibilidad y su entrega al personaje de Martina aportaron al filme una profundidad emocional que superó todas mis expectativas. Cristina Banegas, que interpreta a una Abuela de Plaza de Mayo, encarna con una fuerza impresionante la memoria y la lucha. Su presencia aporta una dimensión ética y política muy poderosa a la historia. Y Adriana Aizemberg aporta un contrapunto precioso: con su carisma y su humor sutil, le da al filme un respiro, un alivio que hace que todo lo humano se vuelva aún más tangible”.

Cristina Banegas, habla de la experiencia de filmación con cariño, orgullo y admiración, y desea que la audiencia se conmueva y que comparta todo el amor y el respeto con el que hicieron el largometraje. “Me siento honrada de interpretar a una Abuela de Plaza de Mayo. Creo que es importante y es conmovedor, en estos tiempos tan difíciles de la Argentina, poder hacer esta historia, un personaje así, en una película en la que se trabaja sobre los nietos todavía no recuperados. Que pasen esta historia en el ciclo y en ese lugar tiene un valor simbólico muy fuerte, sobre todo en este momento en que el gobierno está desmantelando los espacios de derechos humanos, más que todos los otros espacios. De modo que es un honor y es un deber estar allí el jueves”.

El film formó parte de la sección competitiva Première Brasil: Novos Rumos do Festival do Rio, del Festival Internacional de Cine de Mar del Plata, de la 48ª Mostra Internacional de Cinema de São Paulo, y la 26ª edición del Festival do Rio. La directora rememora la emoción de ver las salas llenas, el latido de la película en el corazón de la audiencia, la emotividad y las risas que le logran sacar a los espectadores. “Es una alegría saber que nuestra historia realmente llega a quienes la ven”, afirma, y espera que sea así con todos quienes la vean, que esta historia permita reflexionar sobre el valor de la memoria, tanto la individual como la colectiva, que despierte recuerdos, preguntas o simplemente ofrezca un momento de empatía. Cuenta orgullosamente y agradecida por el reconocimiento, que recibió la noticia de que ganaron el Premio del Público en el Festival Cinematográfico Internacional del Uruguay.

El ciclo

“El cine es una herramienta fundamental para la transmisión, no solo de la memoria, sino también de los hechos de la actualidad. Decidimos marcar el inicio del ciclo con una película muy fuerte, muy importante, y con actrices de primera línea, para convocar y dejar una presencia. Estamos defendiendo este espacio, la Casa de la Identidad, y el ex Esma, en un contexto en el que se está cerrando, vaciando, hostigando, todo lo que allí se realiza. Para nosotros es muy importante que vengan, que asistan todos, que empecemos a sala llena esta primera función y que de alguna manera todos defendamos estos espacios de reflexión y de construcción colectiva con los que contamos”, reflexiona Miguel Santucho, integrante de la Comisión Directiva de Abuelas de Plaza de Mayo. “Los actores y la producción de La búsqueda de Martina organizaron una función para Abuelas de Plaza de Mayo, haciéndonos parte, porque les parecía fundamental que nosotros la viéramos en primera instancia. Es una película que me pareció muy interesante, conmovedora, viva y sentida. Si bien entiendo que no responde a una historia real, bien podría serlo”.

El Ciclo de Cine por la Identidad se presenta como una oportunidad de reunión y de encuentro, en el que se exhiben proyectos audiovisuales afines a la temática de la memoria, verdad y justicia, y se debaten con sus autores y actores, con la finalidad de promover el derecho de la identidad, sensibilizar sobre la búsqueda de los alrededor de 300 nietos y nietas que quedan por encontrar, y aportar a este proceso de búsqueda.

 Faria resalta la relevancia que significa para ella involucrarse en proyectos de este tipo y lo trascendental que resulta en estos tiempos de avance de ultraderecha recordar el pasado: “La película levanta temas que siguen siendo urgentes: aún vivimos bajo la sombra del legado de aquellos regímenes autoritarios, y muchas de sus estructuras permanecen intactas. En un momento en que la ultraderecha gana fuerza nuevamente en muchas partes del mundo, incluidos Brasil y Argentina, hablar de este pasado reciente se vuelve no solo importante, sino necesario. Recordar los horrores de las dictaduras, visibilizar sus consecuencias, es fundamental para que no se repitan nunca más. El éxito reciente de la película Ainda Estou Aqui (2024), que también aborda la memoria, las desapariciones y la búsqueda de justicia, muestra que el público necesita y quiere hablar de estos temas. La búsqueda de Martina, de alguna forma, es mi contribución a esta memoria colectiva, una forma de resistir al olvido”.  Le conmueve pensar en que su trabajo se presente el jueves en un lugar tan simbólico y cargado de historia como la Casa por la Identidad y la Ex ESMA. Recuerda la función previa a su estreno en festivales, la primera proyección fuera de la isla de edición, para las Abuelas, en la que los y las presentes y Estela de Carlotto le dieron el impulso para entregar la película al mundo. “Ella dijo algo que me marcó profundamente: “por primera vez en muchos años de lucha, me puse en el lugar de una abuela que busca a su nieto en otro país, sola.” Y agregó: “eso también existió”. Esa soledad de quien busca sin el apoyo de otros en la misma situación resuena en el camino de la protagonista de nuestra película, que lucha también contra el Alzheimer y por preservar su propia identidad. Es como si la película adquiriera una nueva capa de sentido allí, rodeada de tantas historias reales de resistencia, dolor y reconstrucción. Me siento muy honrada de exhibir la película en este espacio de memoria, verdad y justicia en el que se ha transformado la ESMA”, concluye.  

Ramiro Abrevaya y la canción que incomodó

Ramiro Abrevaya y la canción que incomodó

El tema «Pulsión de amor», dedicado a Abuelas de Plaza de Mayo , había sido seleccionado por los alumnos de una escuela para el acto por el Día de la Memoria por la Verdad y la Justicia. Pero la dirección del establecimiento lo consideró inapropiado y levantó la conmemoración. La comunidad de padres y madres logró revertir la decisión.

Ramiro Abrevaya es un músico y productor argentino, tiene tres álbumes, singles y colaboraciones con diferentes artistas. El miércoles 19 de marzo publicó un video en sus redes sociales donde contó que los alumnos de séptimo grado de una escuela de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires habían elegido su canción “Pulsión de Amor” para cantar durante el acto en conmemoración al 24 de marzo. Sin embargo, Ramiro hizo saber que desde la Dirección del colegio había bajado una directiva que alegaba que no les parecía apropiada la canción para el momento que estaba viviendo el país y que preferían que no se hiciera el acto. Esto provocó, no sólo la reacción de la comunidad de padres y madres del establecimiento si no, también, la de miles de personas que se solidarizaron con el cantante a través de las redes sociales.

A partir de la trascendencia de esta noticia, a Abrevaya le empezaron a llegar numerosos comentarios que detallaban situaciones similares en varias instituciones educativas del país. Escuelas donde los actos en conmemoración por el Día Nacional de la Memoria por la Verdad y la Justicia estaban siendo suspendidos.

“Este gobierno habilitó a despolitizar los discursos de las escuelas, cosa que no existe. Ellos pretenden que los docentes sean meros comunicadores del programa educativo como si fueran un altoparlante”, comentó Ramiro en diálogo con ANCCOM. “El problema mayor es que tienen a los profesores agarrados de los huevos con sus sueldos, con sus trabajos -agregó-. Se está habilitando también a penalizar ciertas expresiones que se consideran politizadas, o te descuentan días de laburo si vas a una marcha. Esas son maneras de violencia económica”.

El artista cuenta que ha dialogado con padres y madres de niños en edad escolar que le comentan que estos hechos no les parecen mal ya que es bueno sacar la política fuera de las escuelas. No obstante, remarca “por suerte recibí mucho apoyo también, mucha conexión. Algunos hasta me conectaron con periodistas, se pusieron a difundir la canción. En la balanza esto es bueno pero hay que ver cómo sigue”, agregó Ramiro.

La historia tiene un final feliz, la comunidad de padres y madres se organizó, contactó con el colectivo que se creó frente a la problemática de la falta de vacantes en la Ciudad porteña, Vacantes para Todxs, e insistieron para que se haga el acto y se pudiera cantar la canción. Finalmente, después de muchos reclamos, el acto se llevará a cabo en la escuela del conflicto.

“Ahí hay una victoria. Pero siempre tuvimos en claro que lo importante no era eso. Lo importante es el atrevimiento de poder plantear que un acto tan histórico, importante y sensible no se haga. Porque es el principio de un cambio. Esa es la noticia que rompe con una tradición histórica”, explicó Ramiro.

La canción

«Pulsión de amor» es un tema que se lanzó oficialmente en 2019 y narra la historia de Ramiro Abrevaya, nacido en 1978. El contexto dictatorial dejó una marca profunda en su vida y en su percepción del mundo, vivió tres años en el exilio y tiene un medio hermano cuyo padre fue secuestrado y asesinado por la dictadura. Abrevaya comenta que estas experiencias moldearon su sensibilidad como persona y le permitieron construir vínculos cercanos con hijos, madres y abuelas de víctimas de la dictadura.

No obstante, al artista le parece importante remarcar que esta canción “es de todos, no es algo solo mío. No hay una bajada subjetiva, sino que hay una descripción de un panorama que había en ese momento. Así se dio una canción que yo quiero mucho y que tiene un ejercicio súperlindo, la idea siempre fue hacer una canción que sea esperanzadora, no oscura, violenta o rencorosa”, expresó Abrevaya recordando cuál fue el disparador que lo llevó a escribir y componer el tema.

Además, agrega, “la idea era no hablar solo de la dictadura, sino de la pulsión de vida que tiene el humano. Yo a la vez soy de una familia judía, mis abuelos se escaparon de Alemania en la Segunda Guerra. Creo que está entramado en mí esa cosa de supervivencia a hechos atroces. Mis viejos toda la vida me dijeron que la vida te tira de por sí a avanzar».

La repercusión

Ramiro fue invitado a tocar su música en varias oportunidades frente a Abuelas de Plaza de Mayo haciendo cantar incluso a Estela de Carlotto algunos versos de “Pulsión de amor”. Sin embargo, recuerda que recibió muchos mensajes de odio de personas comentándole que iban a dejar de seguirlo por hablar de esta temática y posicionarse. “La gente pretende que uno no se exprese”, comentó. Y agregó: “En una época tan atomizada, tan de nicho, a veces uno pretende llegar a un público más amplio y esto es un problema que me atraviesa cuando pienso cómo comunicar mi música o dónde llegar. Y te das cuenta que en verdad es, o no hablar, o profundizar y hacer tu nicho con la gente que vive en eso y entendiendo que eso no va a trascender a una popularidad gigante”.

Así es como Ramiro cuenta que sus canciones pueden servir de vía de escape para muchas personas que se sienten identificadas con ella. “El arte es el lenguaje que conozco desde que nací. Siempre creí que es el canal más lindo para llegar al corazón de la gente. Mis hermanos son militantes fuertes y tengo discusiones a veces sobre lo que opinamos. Ellos dicen que la manera de intervenir en la sociedad de una manera más drástica y directa es la política, no el arte. Y es válido, las políticas de Estado generan cambios reales y palpables en la sociedad. Pero yo creo que el arte cala en otro plano. Yo apuesto ahí y también a participar políticamente desde, por ejemplo, ir mañana a cantar con La Garganta Poderosa que es una una organización netamente política y social, esto también es una forma de hacer política”, concluye.

Su música, entonces, se vuelve un espacio para reflexionar y para quienes creen que recordar sigue siendo necesario. Canciones como «Pulsión de amor» provocan que la gente se anime a cuestionar, preguntar, incomodar y, sobre todo, no quedarse callados en actos de injusticia para mantener viva la memoria.

El derecho a saber quién soy

El derecho a saber quién soy

La titular de la filial Córdoba de Abuelas de Plaza de Mayo y nieta restituida nº 88, María Belén Altamiranda Taranto cuenta cómo restituyó su identidad en el ciclo “Los derechos que supimos conseguir”. La avanzada negacionista y los anticuerpos de la sociedad argentina.