“Una sentencia vergonzante”

“Una sentencia vergonzante”

En un fallo dividido, el Tribunal Oral Federal N°1 de Rosario absolvió a los 17 imputados en la causa Villazo-Acindar, que investigaba la complicidad civil en los delitos de lesa humanidad cometidos a partir de 1975 en la fábrica metalúrgica de Villa Constitución.

Los nubarrones grises y la lluvia incesante del martes a la mañana en los alrededores de los Tribunales de Rosario fueron el prólogo de lo que ocurriría posteriormente puertas adentro. En un fallo polémico, la Justicia Federal decidió absolver a los 17 acusados de la causa Acindar, que investigaba delitos de lesa humanidad cometidos contra 57 víctimas a partir de marzo de 1975 con la complicidad de las autoridades de la principal empresa metalúrgica del país, en la localidad de Villa Constitución, Santa Fe.

A medio siglo de aquellos crímenes, muchos de los responsables de lo que fue un operativo coordinado entre fuerzas armadas, fuerzas de seguridad nacional y provincial junto a autoridades de la fábrica -conocido como “Serpiente Roja”- ya no están. Entre ellos, José Martínez de Hoz, quien fuera presidente del directorio de la compañía y a posteriori asumiera como ministro de Economía de la dictadura; o el general Alcides López Aufranc, quien dirigió la compañía entre 1976 y 1992.

Sin embargo, aún siguen con vida algunos de los autores civiles de secuestros, torturas, privaciones ilegítimas de la libertad, asesinatos y desapariciones de una gran parte de los trabajadores que conformaban la Lista Marrón de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM) y habían ganado la seccional local del sindicato a fines de 1974. 

Parecía que el juicio podría dejarlos tras las rejas. Pero no fue lo que dictaminaron los jueces Germán Sutter Schneider, Ricardo Moisés Vázquez y Otmar Paulucci, quienes en un fallo por mayoría determinaron absolver al exjefe de personal de Acindar, Roberto Pellegrini; y al exliquidador de sueldos de la compañía, Ricardo Torralvo. La misma suerte corrieron los expolicías federales Roberto Álvarez, Carlos Brest, Ricardo Burguburu, Juan Carlos Faccendini, Roberto Giai, Aldo Gradilone, Carmen Grossoli De Hellaid, Jorge Lozano Windus, Emilio Marciniszyn, Juan de Jesús Martínez, Horacio Nardi, Roberto Squiro, Daniel Valdés y Juan Carlos Romero; y el exintegrante de la Guardia Rural “Los Pumas” de la Policía de Santa Fe, Amadeo Chamorro, quienes fueron investigados por dichos crímenes.

Si bien Pellegrini y Torralvo no eran autoridades de Acindar, su rol como ideólogos del operativo que aniquiló a una parte importante de su planta para los abogados de la querella quedó demostrado. A lo largo de poco más de dos años, desfilaron más de 100 testigos, entre sobrevivientes, compañeros y familiares, que relataron el horror de aquellas jornadas que sirvieron de globo de ensayo para lo que vendría a partir del 24 de marzo de 1976.

En un trabajo mancomunado entre el fiscal federal Adolfo Villatte y las querellas de la Asociación Permanente por los Derechos Humanos (APDH), el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS), la Unión Obrera Metalúrgica (UOM), la Liga Argentina por los Derechos Humanos (LADH) y la Subsecretaría de Derechos Humanos de la Nación se pudo reconstruir hechos ocurridos hace medio siglo.

Los hechos

La investigación halló que la empresa confeccionó listas de trabajadores con fotos y dirección de sus hogares para detener, cedió vehículos y espacios para secuestrar y torturar. Incluso habría abonado sobresueldos a integrantes de las fuerzas de seguridad registrados como “viáticos”.

Estos argumentos no inclinaron la balanza del TOF N°1 de Rosario, que no sólo absolvió a todos los imputados, sino que también negó que el ex “albergue de solteros” de la planta sea considerado como centro clandestino de detención y rechazó declarar la nulidad de los decretos 1368/74 y 2717/75, que habilitaron el estado de sitio en aquellos días.

Únicamente el presidente del tribunal, Germán Sutter Schneider, votó en disidencia y propuso una pena de 8 años de prisión a Pellegrini y seis a Torralvo. Los otros dos magistrados optaron por absolver a todos y “dejar limpio” el nombre de Acindar.

Algo que no sorprende si se tiene en cuenta que uno de ellos es Otmar Paulucci, el responsable de otorgarle hace 8 años la prisión domiciliaria al represor Luis Abelardo Patti -tres veces condenado a cadena perpetua por delitos de lesa humanidad-, quien hoy vive cómodamente en un country de Escobar gracias al entonces juez federal de Rosario.

La sentencia

Horas después de que se conociera la sentencia, las diferentes organizaciones involucradas en la querella dieron a conocer su malestar por la resolución del tribunal, entre ellas la APDH.

“Se trata de un fallo vergonzante, no a la altura del debate que dimos ni de las pruebas producidas. La claridad con que se acreditaron los hechos y con que todas las acusaciones analizamos que se trató, sin dudas, de delitos de lesa humanidad, aunque ocurrieran antes del 24 de marzo de 1976, es incuestionable. Hubo una persecución organizada del aparato estatal clandestino contra personas falsamente tildadas de ‘subversivas’”, reclamó la abogada querellante Julia Giordano, en diálogo con ANCCOM.

“Aun con Alfredo Martínez de Hoz ya fallecido, el Poder Judicial sigue mostrando que protege al poder económico y a los verdaderos responsables del último genocidio argentino”, remarcó.

En el mismo sentido, el abogado querellante Federico Pagliero consideró que se trató de un fallo “clasista” contra el movimiento obrero. “Puede leerse como parte del disciplinamiento actual: reformas laborales, prohibición de la protesta social y un mensaje político explícito. Es, además, un fallo que protege al poder real”, aseguró.

“La decisión contradice toda la construcción jurídica y judicial de la causa: durante quince años, juzgados de instrucción, la Cámara de Apelaciones de Rosario y la Cámara de Casación Penal fueron delimitando el objeto procesal y acreditando que estábamos ante crímenes de lesa humanidad. Incluso el fallo de FESET I fundamentó que en Villa Constitución el terrorismo de Estado comenzó antes del 24 de marzo de 1973”, argumentó.

“También va en contra de la prueba objetiva reunida en más de cuarenta años. Existe documentación de la CONADEP, que en 1984 se constituyó en Villa Constitución, recorrió el centro clandestino de detención —ya destruido— y tomó declaraciones de familiares. En esa naciente democracia ya se nombraba a Roberto Pellegrini, entonces jefe de personal, quien también fue denunciado desde el exterior por el ayudante de Albano Harguindeguy, ministro del Interior de la dictadura. Es decir: los hoy imputados fueron señalados hace más de cuarenta años”, insistió Pagliero.

Para los abogados de la APDH los testimonios recolectados a lo largo del debate demostraron la sistematicidad del operativo represivo ordenado por la entonces presidenta María Estela Martínez de Perón en connivencia con las fuerzas de seguridad y las autoridades de Acindar.

 “Las detenciones del 20 de marzo fueron calcadas, las fuerzas represivas operaron con información proporcionada por la fábrica y numerosos obreros declararon los aprietes de jefes de personal, quienes aportaron datos para las detenciones”, remarcó el letrado.

“Por supuesto, desde esta querella, y entendemos que desde todas las acusaciones, vamos a apelar. Es un veredicto contradictorio, por mayoría y no unívoco; ya en esa disidencia están parte de los fundamentos de nuestra apelación. Pero, por encima de eso, los fundamentos centrales radican en la convicción que surge de las pruebas del debate, que no dejan lugar a dudas sobre los hechos ocurridos y quiénes son los responsables”, sostuvo Giordano.

En el mismo sentido fue su colega Pagliero: “Tenemos la convicción de revertir este fallo aberrante, que golpea a toda una comunidad, a los familiares y a los hijos, quienes ya establecieron la verdad en este juicio con sus testimonios y reivindicaron la memoria de Villa Constitución y de sus obreros. Faltó la justicia, y es lo que reclamaremos en casación”, concluyó.

“Para esta Justicia no hubo culpables”

Entre tantas personas que se encontraban expectantes con respecto al desenlace de la causa Acindar -también conocida como “El Villazo”- había varios sobrevivientes y testigos de los horrores que sucedieron en Villa Constitución a partir del 20 de marzo de 1975.

Uno de ellos es Oscar “Pacho” Juárez, quien fue integrante de aquella Lista Marrón que se impuso en las elecciones locales de la UOM y hoy se fue con la tristeza que inundó a todos los que rodearon los Tribunales rosarinos en busca de justicia.

“Fue una sentencia vergonzosa. En Villa Constitución, por aquellos años, hubo un genocidio, hubo 41 compañeros asesinados, más de 200 encarcelados, miles de despidos y todo eso para desarticular una lista sindical, combativa y heroica. Pero para este Justicia no hubo culpables, no saben dónde están”, sostuvo, en declaraciones al medio La Retaguardia, que cubrió la totalidad del juicio.

“La impunidad es lo que pesa. Acá no están ni Lorenzo Miguel, ni María Estela Martínez de Perón, ninguno de los que actuaron y los que resolvieron hacer un operativo represivo hacia todos los trabajadores del cordón industrial, pero que tuvo su cabeza en Villa Constitución”, reclamó el ex obrero metalúrgico.

“No esperábamos que fueran absueltos. Hay pruebas concluyentes, dentro de Acindar existió un centro de detención y tortura. Los jefes de personal estaban al tanto de esa situación”, lamentó.

Por su parte, otro sobreviviente de aquella época es Pedro Pujals, quien en declaraciones al mismo medio apuntó contra el presidente Javier Milei por el fallo de la Justicia.

“Este tribunal es parte de lo que es hoy el aparato jurídico que está intentando montar Milei. Porque él tiene interés grande en pasar a la ofensiva con una ley de legislación obrera muy jodida y todo intento de recuperar memoria histórica a él le vendría mal”, analizó.

“Los jueces reconocen la gravedad de los hechos que pasaron, están registrados y no lo pueden ocultar. Lo importante de todo esto es que después de 50 años un hecho histórico como el Villazo permanece y hemos triunfado en el sentido de colocar nuevamente en la escena política lo que pasó y lo que fue la resistencia de Villa Constitución. La lucha va a continuar”, sentenció.

Las hermanas Villalba llevan una semana en huelga de hambre

Las hermanas Villalba llevan una semana en huelga de hambre

Presas en Paraguay, las tres acusadas de pertenecer a una organización terrorista reclaman por las condiciones de reclusión. A la vez, los organismos de derechos humanos denuncian que deberían ser liberadas. Se esperan resoluciones de organismos internacionales a favor de ellas.

Este lunes 3 se cumplen los primeros siete días de la huelga de hambre que llevan adelante las presas Carmen Villalba, Laura Villalba y Francisca Andino en Paraguay. Ellas, junto a sus familiares, acumulan más de 20 años de persecución política por parte del Estado paraguayo. Desde hace más de un año, cuando fueron trasladadas al penal Martín Mendoza de Emboscada, de máxima seguridad, a unos 39 km al norte de la ciudad de Asunción, en Paraguay, las tres mujeres han permanecido confinadas en lo que el Estado paraguayo ha denominado «el nuevo modelo carcelario»: celdas individuales de 2 x 2 metros, en confinamiento absoluto, en condiciones que, según denuncian los organismos de derechos humanos, violan todas las normas internacionales para el tratamiento de personas privadas de su libertad. Ante esto, las reclusas han iniciado una huelga de hambre a través de la cual reclaman un trato digno y el derecho a leer. Allí, en medio del silencio de un sistema diseñado para romper su espíritu, ellas transforman la lectura y el estudio en una forma de rebeldía, y el hambre en un grito de protesta.

Tras su más reciente visita a Carmen Villalba el pasado viernes 31 de octubre, el abogado defensor de las tres reclusas, Salvador Sánchez, comunicó el estado de salud de las detenidas, así como los motivos y la evolución de la huelga que comenzaron el 28 de octubre. Según explicó, las reclusas decidieron adoptar esta medida ante las condiciones de confinamiento a las que se ven sometidas desde hace más de un año. «Evidentemente, lo que se busca es enloquecerlas a través de la tortura», calificó el abogado, y condenó el incumplimiento del Estado paraguayo a las recomendaciones realizadas por el Comité de Desaparición Forzada. Sánchez señaló que las tres detenidas se encuentran «lúcidas» pero debilitadas, alimentándose únicamente con agua y azúcar para contrarrestar los mareos y náuseas propios del ayuno. Informó, a su vez, que Carmen Villalba fue revisada por un médico forense del Poder Judicial de la Cordillera, quien emitió recomendaciones al Estado para garantizar un seguimiento sanitario adecuado durante la protesta. El abogado advirtió que las secuelas más graves podrían presentarse en las próximas semanas, por lo que llamó a la solidaridad internacional a mantenerse atenta al estado de salud de las reclusas y a ejercer presión sobre las autoridades paraguayas. 

Pese a lo extremo de las circunstancias, Sánchez destacó que las tres mujeres «están bien, fortalecidas por el espíritu de la solidaridad internacional», y que mantienen su decisión de continuar la huelga sin una fecha prevista de finalización. Añadió que la defensa continuará las gestiones judiciales y administrativas necesarias «para garantizarles el derecho a la vida, a la integridad física y a la salud» dentro del penal.

La misma historia

El Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP) surgió a comienzos de los años 2000 como una organización insurgente campesina que se presentaba como heredera de las luchas sociales en contra de la dictadura de Alfredo Stroessner, el régimen más largo y represivo del Cono Sur. Sin embargo, desde su aparición, el gobierno paraguayo utilizó su existencia como excusa para militarizar el territorio, perseguir a dirigentes campesinos y criminalizar toda forma de organización popular. Esa política de persecución se ha mantenido hasta hoy, bajo lo que muchos organismos humanitarios describen como una continuidad institucional del stronismo. En nombre de la «lucha contra el terrorismo», se han desplegado violentos operativos militares, detenciones injustificadas y juicios plagados de irregularidades. En este contexto se inscribe la historia de las Villalba, una familia campesina que, tras años de desplazamientos y hostigamiento por parte del Estado, se ha convertido en símbolo de la represión contemporánea en Paraguay.

El 2 de septiembre de 2020, dos niñas de 11 años de edad, Lilian Mariana Villalba y María Carmen Villalba, ambas argentinas, fueron asesinadas durante un operativo militar al norte del país. El gobierno paraguayo calificó el hecho como un «éxito» militar contra el EPP, mientras las organizaciones de derechos humanos denunciaban infanticidio y ejecución extrajudicial. Las niñas no estaban armadas, no eran militantes ni combatientes. Habían cruzado la frontera para conocer a sus padres. Meses después, la hija de Carmen Villalba, Carmen Elizabeth Oviedo Villalba, apodada cariñosamente «Lichita», desapareció en circunstancias aún no esclarecidas. Organismos de derechos humanos siguen investigando su desaparición. La tragedia familiar continuó con la detención de Laura Villalba, hermana de Carmen, en diciembre de ese mismo año. Laura, enfermera y madre de cuatro hijos, nunca formó parte del EPP. Fue arrestada mientras buscaba a su sobrina Lichita. El Estado la acusó de «terrorismo» y la condenó a 31 años de prisión en un proceso plagado de irregularidades. Desde entonces, la causa Villalba se ha transformado en un emblema de la criminalización del disenso y la lucha contra el autoritarismo en un país que no ha logrado romper con su pasado dictatorial.

Tras las rejas 

«Nos han robado hasta la primavera, pero no pueden con nuestra canción», cantaba Francisca Andino tras el muro enrejado que la separa de sus visitantes. Así lo recuerda la periodista y militante argentina Claudia Korol, una de las pocas personas que ha podido ingresar al penal de Emboscada, donde se encuentran detenidas Carmen Villalba, Laura Villalba y Francisca Andino. Sus visitas, autorizadas tras superar innumerables obstáculos burocráticos, le permitieron conocer de primera mano las condiciones extremas en las que viven las tres mujeres, la fuerza con la que enfrentan su encierro, así como escuchar y comprender sus demandas. 

Aislamiento total

Las tres reclusas han sido sometidas a un régimen de aislamiento absoluto desde hace más de un año. Permanecen encerradas 24 horas al día en celdas individuales de 2×2 metros, con cámaras que vigilan cada uno de sus movimientos, sin contacto entre ellas ni con otras personas. La única visita regular que pueden recibir es la de su abogado cada quince días. «La familia no puede acercarse, ya que todos se encuentran perseguidos o refugiados fuera del país», explica Korol. Las Naciones Unidas califican la situación de las reclusas como «tortura». «Estaban con un uniforme rojo, que es el color de las personas caracterizadas como de máxima peligrosidad. Para trasladarlas desde su celda hasta el lugar donde se hacen las visitas, les cubren el rostro con una capucha y llevan las manos esposadas atrás de la espalda». Korol explica que el uso de las capuchas reutilizadas puede representar un riesgo debido a brotes de tuberculosis registrados en esa prisión.

«Yo vi que las tres adelgazaron bastante desde la visita anterior. Francisca Andino, que tiene 65 años, tiene problemas de asma y tendría que estar más cuidada y más atendida en algún momento porque ya le costaba caminar. La tuvieron que llevar en algunas ocasiones en silla de ruedas», comenta Korol a propósito de las condiciones de salud con las cuales las reclusas iniciaron su huelga de hambre.

Organismos internacionales de derechos humanos como el Mecanismo Nacional de Prevención de la Tortura y el Comité contra la Tortura de la ONU, así como la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos ya han advertido que este tipo de encierro constituye una forma de tortura psicológica y puede generar secuelas irreversibles en la salud mental y física de las personas detenidas.

Derecho a estudiar

La abogada argentina Laura Taffetani, representante internacional de las tres presas políticas, explicó que la segunda demanda, el derecho a estudiar y acceder libremente a materiales de lectura, es de crucial importancia para las reclusas, ya que el estudio constituye una parte fundamental de su vida, de su lucha, y es una expresión de dignidad y fortaleza. «Son las primeras mujeres en toda la historia del Paraguay que estudiaron dentro de la cárcel y se recibieron», remarca Taffetani haciendo alusión a los títulos profesionales en psicología que tanto Laura como Francisca recibieron hace poco más de dos semanas, tras haber cursado sus estudios universitarios desde la prisión. «Además, son excelentes alumnas», añade Taffetani. Laura también es enfermera recibida, y Carmen se encontraba cursando el segundo año de Derecho, en el momento en que fue trasladada a la prisión Martín Mendoza. 

Tanto Carmen como Francisca sueñan con cursar estudios de Doctorado en Psicología; sueño que se ha visto truncado por su confinamiento. A pesar de contar con la autorización de la universidad, las autoridades no les permiten continuar con sus estudios. Desde que se encuentran recluidas bajo este nuevo régimen, no se les permite leer nada más que la Biblia, y sus materiales de estudio y de lectura les han sido decomisados. «Tienen un listado de 10 libros de literatura, que tienen que ser aprobados a ver si los pueden leer o no. Mientras tanto, ellas están sin hacer nada, encerradas 24 horas, sin leer, sin hacer ningún tipo de actividad», explica Taffetani.

Francisca además es monja y está presa, acusada de haber participado del secuestro de Cecilia, hija del expresidente paraguayo Raúl Cubas. Debido al régimen al que está sometida, no se le permite cumplir con los rituales que su ordenamiento le exige. Con motivo del sexto día de huelga, el sacerdote Rodolfo Viano, cura de la organización Opción por los Pobres, y perteneciente a la orden franciscana, a la cual también pertenece Francisca, envió un saludo de apoyo a las reclusas.

En el contexto de un gobierno represivo y autoritario, estas reclusas han utilizado sus estudios y su devoción por el desarrollo personal como una herramienta de lucha y una expresión de dignidad. «Son mujeres muy dignas, dan mucha fuerza a nuestros pueblos. Y eso es lo que castigan», sostiene Taffetani. 

Derecho a estudiar

«El reclamo es el derecho a participar en la investigación internacional que se está llevando adelante en torno a la desaparición de Lichita y no se lo permiten», sostiene Taffetani. Además, insiste en que el confinamiento de las tres es injustificado y obedece puramente a razones de persecución política.

«Laura Villalba nunca debió estar presa porque a ella terminaron acusándola de incumplimiento de deberes familiares. Es decir, le mataron a su hija y a su sobrina, pero según las autoridades, la culpa la tiene ella porque llevó a las chicas ahí a conocer a sus padres. Y la acusaron de terrorismo cuando Laura nunca perteneció a la organización. Ella es lo que se conoce como un familiar no beligerante», aclara Taffetani. 

«Carmen sí participó en la organización del Ejército paraguayo del pueblo, y cumplió una condena por eso. Pero al cumplirse su condena, le inventaron una causa nueva y le sumaron 17 años más, por lo que ella tampoco debería estar ahí. Y Francisca también pertenecía al EPP, pero ella en realidad ya tendría las condiciones para estar en libertad condicional y se la han negado», explica Taffetani en relación a las irregulares condenas que enfrentan actualmente las otras reclusas.

Los motivos de la reclusión

Laura Taffetani afirma que las condiciones de confinamiento que sufren actualmente las reclusas podrían ser una represalia ante la intervención de los organismos internacionales de derechos humanos. «Hay una represalia y un ensañamiento, porque lo real es que ellas ya vienen con una resolución de Naciones Unidas, del Comité de Derechos del Niño, que declaró responsable al gobierno del Paraguay del asesinato de las dos niñas. Y todo esto vino justamente en forma casi paralela a que se publicara la resolución. Entonces, empezaron todas estas medidas en su contra. Prontamente va a salir del Comité de Derechos Humanos, en relación con el caso de Laura Villalba, y también saldrá del Comité de Desaparición Forzada. Entonces, todo esto también tiene que ver con el porqué de que ellas estén en estas condiciones actualmente», sostiene la abogada de derechos humanos.

Taffetani concluye con una invitación para entender el caso de estas reclusas desde una perspectiva más amplia, teniendo en cuenta el contexto geopolítico actual de Latinoamérica. La abogada advierte sobre una peligrosa tendencia que se viene esparciendo entre los gobiernos de derecha de varios países de la región. «Hay que entender que todas estas cosas tienen que ver con cosas que están pasando internacionalmente. Esta cuestión de agrupar al narcotráfico con las organizaciones que protestan contra un gobierno, dentro de lo que ellos llaman “terrorismo”. Y entonces, a todas las personas que pertenecieron a organizaciones que decidieron tomar el camino de la lucha armada se las clasifican de la misma manera que clasifican a los narcotraficantes. A todos los ponen en el mismo lugar como “terroristas”. Según esta lógica, es lo mismo Al-Qaeda que una organización en Latinoamérica que decida luchar por la soberanía de su país con armas ante un gobierno dictatorial. Y esto es muy peligroso». Taffetani afirma que esta tendencia se viene utilizando en países como El Salvador, Perú, Paraguay y ahora en Argentina, con ejemplos como el de Facundo Jones Huala, un hombre mapuche acusado de terrorismo por reivindicar la lucha del pueblo mapuche desde su poesía. 

Asimismo, Claudia Korol comenta acerca de la influencia del gobierno de Javier Milei en el caso de la familia Villalba: «La familia Villalba, hasta que subió Milei y Patricia Bullrich, vivía en Argentina y tenía refugio concedido por ACNUR. El gobierno de Milei le levantó el refugio y por eso se tuvieron que ir de Argentina». El levantamiento del asilo político por parte de ACNUR y el Estado argentino generó el desplazamiento forzado de toda la familia Villalba fuera del país, incluyendo a la madre de las hermanas Villalba de 80 años, y 12 niños y niñas que dependían de su cuidado.

Las querellas exigen imputar con más cargos a los acusados

Las querellas exigen imputar con más cargos a los acusados

Ya en la etapa de definiciones del juicio oral que investiga los crímenes de lesa humanidad cometidos en la Mansión Seré y el circuito RIBA, los abogados de las víctimas pidieron que se consideren los delitos cometidos contra las infancias y los adultos que presenciaron los secuestros.

La jornada 34° del juicio Mansión Seré IV y RIBA II estuvo dedicada a la exposición de las querellas, quienes formalizaron su apoyo y ampliaron la solicitud de cargos presentada previamente por el Ministerio Público Fiscal. El Tribunal Oral en lo Criminal Federal de San Martín N° 5, presidido por la jueza María Claudia Morgese Martín, junto a la jueza Silvina Mayorga y el juez Walter Benditti; escuchó los argumentos que buscan incorporar decenas de nuevos casos vinculados a crímenes sexuales y afectaciones directas a las infancias.

Durante la audiencia anterior, el fiscal general Félix Crous y la fiscal auxiliar Nuria Piñol solicitaron formalmente la ampliación de la acusación. La petición se basó en la recopilación de información surgida a lo largo de las 32 audiencias anteriores, argumentando que si bien los hechos no eran “estrictamente novedosos, sí lo son para el debate” ya que no habían sido tipificados de manera autónoma en la elevación a juicio. La fiscalía, amparándose en el Artículo 381 del Código Procesal Penal de la Nación, buscó incorporar múltiples cargos a los represores Ernesto Rafael Lynch, Juan Carlos Herrera y Julio César Leston; centrando la acusación alrededor de delitos sexuales y crímenes conexos contra menores de edad y familiares de víctimas.

Las infancias también fueron víctimas

La primera querella en tomar la palabra durante la última audiencia fue la Subsecretaría de Derechos Humanos de la Provincia de Buenos Aires, representada por los abogados Rodrigo Cano y Camila Gerini. Cano comenzó adhiriendo en su totalidad a los postulados planteados por el Ministerio Público Fiscal y luego presentó la ampliación de la acusación por parte de la Subsecretaría, poniendo el foco en la necesidad de reconocer como víctimas a todas las personas que estuvieron presentes en los violentos operativos de secuestro, incluidos niños, niñas, adolescentes y adultos mayores. Desde el organismo propusieron “reconocer a todas las víctimas, incluyendo a todos aquellos que estuvieron presentes en los operativos, debiendo permanecer allí no por decisión propia sino por decisión de quienes, con el uso de la fuerza, violencia y amenazas en manos del Estado, así lo decidieron”.

Cano enfatizó: “No estamos ante hechos comunes. Lo que se está juzgando son hechos que formaron parte del delito más grave de todos, un genocidio”. Y recordó el compromiso estatal de no mirar para otro lado ante los testimonios producidos en el debate, que demuestran que las víctimas no se limitan a las 130 ya consideradas. La querella argumentó que la irrupción violenta en los domicilios y las amenazas por parte de las fuerzas armadas, formaban parte de un esquema sistemático donde, quienes se encontraban allí, se convertían en un “blanco a neutralizar”.

Para sostener la imputación de la responsabilidad, la Subsecretaría recurrió a la figura de la autoría mediata en el marco de un aparato organizado de poder. Esta figura legal permite responsabilizar a quienes ejercen dominio sobre el resultado del delito a través de una organización jerárquica, donde los ejecutores materiales (los grupos de tareas) son intercambiables. En ese marco, detallaron 28 casos en donde se solicita la ampliación de la imputación por privación ilegal de la libertad agravada y tormentos agravados, en su mayoría a niños, niñas y adolescentes.

Al ser detalladas las atribuciones a cada uno de los represores, Juan José Zyska movía la cabeza negativamente con cara de incredulidad, mientras que Ernesto Rafael Lynch miraba de a ratos hacia el costado, desentendiéndose del tema.

 

Torturas intrauterinas

Posteriormente, la querella de la Asociación Civil Moreno por la Memoria manifestó su adhesión a los pedidos de la fiscalía y de la Subsecretaría. Sin embargo, su intervención se enfocó en un caso particular de profundo impacto jurídico: la imputación por torturas a Mario Valerio Agustín Bellene, quien fue víctima en edad gestacional.

Bellene es el hijo de María Margarita Miguens, quien estaba embarazada de cinco meses cuando fue secuestrada y torturada. La querella sostuvo que la información surgida en el debate demuestra que los crímenes no solo afectaron a los detenidos, sino que tuvieron la intención directa de dañar a su descendencia. Desde Moreno por la Memoria recordaron el testimonio de Miguens: “Comencé a sentirme mal, me descompuse y ahí me apuntaron al estómago y me dijeron que lo primero que iban a hacer era matarme al bastardo y luego me iban a matar a mí”.

Daira Gajdysz, abogada de la querella, planteó un interrogante que se ha trabajado durante años para visibilizar a las infancias como víctimas de Estado: “¿A partir de qué momento se puede comenzar a torturar a un niño?”. Argumentó que, basándose en la legislación argentina y los estándares internacionales, la vida humana existe desde la concepción. Toda violencia ejercida contra una mujer embarazada, como los tormentos y la omisión de asistencia médica, implica también una violencia ejercida contra el nasciturus (el ser humano concebido pero aún no nacido), afectando bienes jurídicos autónomos: la vida, la integridad física y la identidad del niño concebido. Por todo ello, Moreno por la Memoria solicitó la ampliación de la imputación contra Lynch en calidad de coautor por los hechos de aplicación de tormentos a Bellene en edad gestacional.

Una vez finalizadas ambas exposiciones, la audiencia 34° finalizó luego de que los abogados que representan a Lynch, Zyska, Leston y Herrera, confirmaron que responderán a las ampliaciones de la acusación en la próxima jornada que tendrá lugar el 11 de noviembre.

El Premio Nobel del Amor

El Premio Nobel del Amor

Abuelas de Plaza de Mayo celebró su 48º aniversario en el Centro Cultural Art Media repleto. Entregaron los premios Abridores de Caminos a quienes estuvieron a su lado en la lucha por la identidad. Y ellas también recibieron un galardón.

Este martes por la tarde, a metros de Corrientes y Dorrego, cientos de personas llenaron el Complejo C Art Media para honrar y celebrar la lucha por la Identidad, la Memoria, la Verdad y la Justicia que las Abuelas de Plaza de Mayo lleva a cabo desde hace 48 años. Además, se hizo entrega de los primeros galardones “Abridores de Caminos” a aquellas personas que “con su compromiso han logrado abrir espacios de creatividad, solidaridad y esperanza para la sociedad; y trayectorias en pos de la ampliación de los derechos humanos”.

Entre los premiados se encuentran el músico León Gieco; el dibujante Miguel Rep; el director Luis Puenzo; el médico genetista Víctor Penchazadeh; el colectivo artístico Teatro por la Identidad; el nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel; y como no podía ser de otra forma, a las compañeras de las Abuelas, las Madres de Plaza de Mayo. De hecho, la ceremonia comenzó pasadas las 19:30, cuando un mar de aplausos y una ovación de pie inundó cada rincón del complejo mostrando un indicio de quienes habían llegado a primera fila: Estela de Carlotto, presidenta de la asociación; Taty Almeida, presidenta de Madres de Plaza de Mayo — Línea Fundadora; Carmen Lareu y Clara Weinsten.

Luego de un homenaje a aquellas personas que fallecieron este año y que ayudaron a la lucha de Abuelas y Madres, entre las que se incluyó al Papa Francisco, se realizó un repaso por todo el trabajo que la organización realizó desde el aniversario anterior. Sobre una base de música que rezaba “Sin cadenas sobre los pies” de Los Pericos reversionada por La T y La M, se recordó la restitución de los nietos 138, 139 y 140; lo que fue posible gracias al trabajo en conjunto de Abuelas, la Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad, y el Banco Nacional de Datos Genéticos. Estos dos últimos fueron salvados de su cierre, sentenciado por la Ley Bases promulgada por el gobierno de Javier Milei, gracias a la acción de algunos legisladoares, entre ellos Wado de Pedro, quien estaba presente en primera fila.

El acto continuó con un show por parte de Los Amados, que con su música animaron los cuerpos de los asistentes, los cuales rápidamente se levantaron de sus sillas y empezaron a hacer palmas, bailar y abrazar a quienes tenían a su lado para celebrar la trayectoria de esas mujeres que posibilitaron muchos de esos abrazos y encuentros. Ese poder de la música también conmovió a los asistentes con Hilda Lizarazu, quien interpretó el célebre tema de Charly García, Los Dinosaurios, hacia un público que cantaba desde la convicción en contra de la represión.

Llegado el momento de la entrega de los galardones, comenzó recibiendo unos colegas del médico genetista Víctor Penchazadeh – que no pudo estar presente-, conocido por haber posibilitado el desarrollo del índice de la abuelidad, que permite establecer un vínculo entre un nieto y sus abuelos, cálculo clave para la tarea de la organización. Agradeciendo el premio, Juan Angel Canella dijo: “En esta epidemia de individualismo, las abuelas son la vacuna que necesitamos”.

Otro de los premiados fue Teatro por la Identidad, que como el nombre indica, desde el año 2000 viene realizando obras con el mismo objetivo de las Abuelas: “Hasta que aparezca el último nieto o nieta estaremos arriba de los escenarios”. Luego, Cristina Fridman, directora del colectivo, finalizó agradeciendo: “Nuestros nombres, siempre decimos, podemos decirlos porque sabemos quiénes somos”. Siguiendo con la entrega se encontraba Miguel Rep, quien les regaló a las Abuelas una remera intervenida con la leyenda “Nobel del Amor”. El dibujante propuso estimular ese premio para ellas.

Tras una actuación de Victoria Birchner e Hilda Lizarazu quienes tocaron cuatro temas junto a Lito Vitale que emocionaron a la audiencia, la entrega de Abridores de caminos continuó hacia Luis Puenzo, director de La Historia Oficial, primera película argentina en ganar un Óscar y que logró la difusión de los crímenes cometidos en dictadura. El director recordó el trabajo que realizó Carlotto, para que en la película aparezcan las imágenes de los bebés apropiados. Para ese entonces, Estela ya había subido al escenario a hacer la última tanta de entrega de premios junto a los conductores del acto y nietos restituidos, Manuela Goncalves Granada y Leonardo Fossati.

“Aprendimos a resistir y a no perder la fuerza de la esperanza”, dijo el premio Nobel de la Paz, Adolfo Pérez Esquivel, al recibir el premio en alusión a la tarea de Abuelas. En este mismo sentido, y antes de interpretar “Cinco siglos igual”, León Gieco confesó: “El honor más grande que recibí en mi vida fue que tanto Madres como Abuelas me hayan sumado en el camino de su lucha”. Finalmente, interpretó Como la cigarra, que el público cantaba solemnemente mientras un agradecimiento implícito se compartía en silencio: “A la hora del naufragio y de la oscuridad, alguien te rescatará”.

La materialización de ese rescate se dio con la imagen que cerró la jornada: la nieta 139, restituida en enero de este año, le entregó el galardón a Estela de Carlotto, que se encontraba rodeada de nietos y nietas restituidas. La presidenta de Abuelas, luego de ser premiada, aseguró: “Todos los que estamos acá somos un grupo de trabajo para el Nunca Más. Faltan muchos todavía encontrar, aprendemos, tenemos novedades, pero todavía falta”.

Estela de Carlotto terminó pasando la posta a las próximas generaciones que la rodeaban, y con un auditorio que se llenaba de vida al grito colectivo que respondía a la consigna de “30.000 compañeros detenidos-desaparecidos”:

— “Presentes, ahora y siempre” –estalló el público.

Abuelas de Plaza de Mayo reconoce a quienes hicieron lo imposible

Abuelas de Plaza de Mayo reconoce a quienes hicieron lo imposible

El organismo de derechos humanos estregará este martes los premios «Abridores de caminos» a aquellas personas e instituciones que hayan ampliado el horizonte de lo posible. Víctor Penchazadeh, Adolfo Pérez Esquivel, León Gieco y Miguel Rep, entre los galardonados.

El martes 28 de octubre, en el marco del 48 aniversario de la Asociación de Abuelas de Plaza de Mayo se entregará la primera edición de los premios “Abridores y abridoras de caminos”, que se conocieran, a través de los medios de la institución, el viernes último. El galardón se otorga a personas o colectivos que han ampliado el horizonte en diversas disciplinas tales como: la ciencia, el arte, la música, el cine, el teatro. Estos reconocimientos serán recibidos por el Premio Nobel de la Paz, Adolfo Pérez Esquivel; el músico León Gieco; el director y guionista Luis Puenzo; el dibujante y caricaturista Miguel Rep; la organización de derechos humanos Madres de Plaza de Mayo; el médico genetista impulsor del índice de abuelidad, Victor Penchazadeh, y el colectivo artístico Teatro por la Identidad.

Claudia Poblete -nieta restituida número 64- habló con ANCCOM para explicar la fundamentación del galardón: “Estos reconocimientos se dieron a las personas más cercanas a la lucha de abuelas, quienes han estado aportando su granito de arena desde diferentes áreas. Son quienes han puesto sus saberes, talento y esfuerzo en la lucha de las Abuelas”, describió.

El caso de Claudia Poblete fue paradigmático en la lucha por la memoria, la verdad y la justicia, ya que su caso permitió cortar con las leyes de impunidad en 2005 cuando la Corte Suprema de Justicia de la Nación tomó su expediente para resolver que las leyes de Punto Final y Obediencia Debida eran inválidas e inconstitucionales.

Víctor Penchazadhe, es uno de los creadores del “índice de abuelidad”, que establece la posibilidad de parentesco entre un nieto y sus abuelos, y que fue determinante para la recuperación de los hijos de desaparecidos durante la última dictadura militar. Su trabajo ha sido fundamental para restituir a las y los nietos de las Abuelas: “Los nietos recuperados son la memoria viva del terror de Estado, y enarbolan las virtudes de la verdad y la justicia. Cada nieto es un clavo más en el ataúd de la dictadura cívico-militar-eclesiástica”, reflexionó el genetista en diálogo con esta agencia.

El reconocimiento, dice, lo conmueve: 140 jóvenes han recuperado su identidad, un logro atribuible tanto a la ciencia como a la tenacidad y perseverancia de las Abuelas. Sin embargo, subraya que también fue «el resultado de muchos científicos que colaboraron para alcanzar este resultado; fue una labor colectiva», subraya.

Cristina Fridman, miembro de la Comisión Directiva del Teatro por la Identidad habla sobre la función que ha tenido el arte en la lucha por la memoria y la identidad: “El teatro es memoria, es presente y futuro a la vez. Te conmueve, te hace pensar, reír, es un hecho en vivo. Para mí, es fundamental para las reconstrucciones sobre la identidad y la historia”, señaló la teatrista.“En este contexto tan duro, tan difícil, donde ha sido y es atacada la cultura y los derechos humanos, nosotros tomamos siempre el ejemplo de Abuelas de Plaza de Mayo, de seguir trabajando y luchando por lo que creemos es lo más justo, porque aparezcan los nietos y nietas que faltan”, reflexionó Fridman y describió que relación de Teatro por la Identidad con las Abuelas desde un primer momento fue muy cercana: “Siempre estuvieron presentes en los escenarios dando sus testimonios, y cuando ya no podían venir ellas, venían los nietos”.

León Gieco, otro de los artistas que el martes recibirá el premio “Abridores y abridoras de caminos”, comentó: “Es un altísimo honor para mí que ellas consideren que con mi trabajo aporté solidaridad, creatividad y esperanza a cada una de sus luchas. Me gratifica y me imprime una responsabilidad mayor. Porque el camino que ellas iniciaron hace 48 años, luchando pacíficamente desde el dolor, la resiliencia y fundamentalmente desde el respeto por una sociedad con memoria y más justa, hoy sigue siendo el camino correcto para mi, y me alienta a comprometerme más cada día”.

El autor de canciones como “Solo le pido a Dios” supo retratar la lucha por la memoria, la verdad y la justicia en sus letras, porque como bien diría el cantante “todo está clavado en la memoria, espina de la vida y la historia”. Sobre su rol en la lucha de Abuelas reflexionó: “Hace muchos años asumí el compromiso de priorizar, resaltar y acompañar desde mis canciones todo lo que representan esos conceptos Memoria, Verdad y Justicia y el peso que tienen dentro de la sociedad. Y en estos momentos, me alegra ver y escuchar que algo de eso que fuimos sembrando, está prendiendo en las nuevas voces”.

Taty Almeida, presidenta de Madres de Plaza de Mayo – Línea Fundadora también habló sobre el reconocimiento que recibirá el próximo martes: “Estamos muy orgullosas y agradecidas por este reconocimiento que nos van a hacer nuestras queridas Abuelas. Realmente es como una caricia para el alma, porque venimos luchando desde hace años por la Memoria, por la Verdad, por la Justicia. Y ahora más que nunca tenemos que seguir haciéndolo ante este gobierno deplorable que tenemos, que quiere borrar todo lo que sea memoria, quiere borrar todo lo que hemos conseguido con mucho esfuerzo en materia de  derechos humanos, pero por eso no hay que bajar los brazos, hay que seguir resistiendo. Porque no nos han vencido”.

Adolfo Pérez Esquivel, quien en 1980 recibió el Premio Nobel de la Paz por su compromiso con la defensa de la Democracia y los Derechos Humanos, también reflexionó sobre el reconocimiento que le entregarán las Abuelas el martes. Rodeado de sus cuadros, lienzos y acuarelas el artista y activista manifestó: “Es un placer, agradezco el reconocimiento, lo valoro por el sentido que tiene el caminar juntos desde los momentos más trágicos de nuestro país, cuando ocurrían las desapariciones. Les agradezco de corazón y tienen mi cariño y compromiso para seguir juntos hasta que aparezcan todos los niños secuestrados y desaparecidos”.

Rep, dibujante, caricaturista, historietista y humorista gráfico argentino ha colaborado con Abuelas desde los 2000 y fue nombrado en 2018 Embajador Regional de Buena Voluntad de UNICEF América Latina y el Caribe por su permanente compromiso con los derechos de los niños. Por todo ello las Abuelas decidieron reconocer su labor en esta primera edición de “Abridores de caminos”: “Todo lo que venga de Abuelas es bueno”, y señaló que es fundamental acompañarlas: “Estar al pie del cañón, en mi caso, con mis dibujos”. 

Por su parte, Luis Puenzo, el aclamado director de la primera película argentina en recibir un Oscar, La Historia Oficial, en 1986, declaró que se siente sumamente conmovido por este reconocimiento. Además, señaló que para él ser padre fue la principal motivación para sumergirse en la lucha por los derechos de los niños: “El cine es memoria”, sentenció.

Este es el primer año que se realizan estos reconocimientos, no obstante, Claudia Poblete aseguró que esta es una primera tanda y que la idea es seguir premiando y reconociendo a diversas personas y colectivos que contribuyen en la lucha que encabezan Las Abuelas de Plaza de Mayo.

 

Comenzó el juicio a Chispa Sánchez, uno de los secuestradores de Rodolfo Walsh

Comenzó el juicio a Chispa Sánchez, uno de los secuestradores de Rodolfo Walsh

El integrante de La Pataota de la ESMA está acusado por 193 delitos, aunque se estima que participó por lo menos en 900 desapariciones. Fue extraditado de Brasil, donde se encontraba prófugo.

El Tribunal Oral Federal (TOF) N°5 de la Ciudad de Buenos Aires dio inicio, después de años de intentarlo, al juicio contra Gonzalo “Chispa” Sánchez. A sus 74 años, uno de los prófugos históricos de la última dictadura, debe responder por 193 casos de privación ilegítima de la libertad triplemente agravada y homicidios cometidos entre 1976 y 1978 en el Centro de Detención Tortura y Exterminio «Escuela de Mecánica de la Armada» (ESMA), entre los cuales se encuentra el secuestro del periodista y escritor Rodolfo Walsh.

La audiencia inicial comenzó este miércoles a las 9:30 en el subsuelo de los Tribunales Federales de Comodoro Py. La causa se encuentra a cargo del TOF N°5 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, integrado por Adriana Palliotti, Daniel Obligado y Germán Castelli, mientras que la fiscalía está a cargo de Félix Crous y Marcela Obetko como auxiliar fiscal. En el lugar se hicieron presentes sobrevivientes y familiares de las víctimas de la última dictadura. Gonzalo “Chispa” Sánchez no acudió al lugar, sino que estuvo conectado a través de una videollamada desde la Unidad 34 de Campo de Mayo, donde se encuentra desde el año 2020, cuando fue extraditado desde Brasil. Desde allí, Sanchez también actúa como un miembro de los “Muertos Vivos», un grupo de represores cercanos a La Libertad Avanza que mantiene un rol activo en redes sociales con el objetivo de “limpiar” su imagen y pedir por su libertad.

Gonzalo “Chispa” Sánchez es uno de los miembros del grupo de represores autodenominado Muertos Vivos -cercano a la Libertad Avanza- más activos en redes sociales.

 

El juicio se centra en los delitos cometidos en la ESMA en varios períodos: entre el 1 de enero de 1976 y el 31 de diciembre de 1976; entre el 2 de marzo de 1977 y el 31 de diciembre de ese mismo año; entre el 16 de enero de 1978 y el 1 de agosto de 1978; y entre ese día y el 31 de diciembre de 1978. Los hechos y su calificación se acotaron en función de la sentencia de extradición desde Brasil.

Cuando Brasil extraditó a Sánchez para ser juzgado en la Argentina, se aplicó el llamado principio de especialidad, una norma internacional que impide juzgar a una persona por delitos distintos a los que figuran en la solicitud de extradición. En este caso, aunque Sánchez está acusado de haber participado en más de 900 secuestros durante la última dictadura, el juicio que se desarrolla en los tribunales argentinos abarca sólo 193 casos. La reducción no fue casual: el Supremo Tribunal Federal de Brasil limitó la entrega únicamente a esos hechos y bajo una calificación precisa (privación ilegítima de la libertad triplemente agravada). La decisión se basó en que la justicia brasileña, que mantiene vigente su Ley de Amnistía y no reconoce la imprescriptibilidad de los crímenes de lesa humanidad, consideró que los homicidios ya estaban prescriptos, pero no así los secuestros. Por eso, Argentina solo puede juzgarlo por esos 193 casos, el alcance que Brasil autorizó al aprobar su extradición.

Carlos Loza, sobreviviente de la ESMA, relató cómo Chispa Sánchez mató a su compañero Jorge Mendé.

Integrante del Grupo de Tareas 3.3.2

El 25 de marzo de 1977, Sánchez, a sus 26 años, fue parte de la “patota” que emboscó y secuestró a Rodolfo Walsh en el cruce de Avenida San Juan y Entre Ríos, en el barrio San Cristóbal en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Walsh, capturado un día después de escribir su “Carta Abierta a la Junta Militar”, resultó herido tras un tiroteo. Se sospecha que murió en ese momento, aunque algunos testimonios sugieren que pudo haber pasado por la ESMA con vida.

En el centro clandestino de detención, Sánchez era recordado por los sobrevivientes como un tipo «canchero, siempre tostado, bronceado» y alguien que era chistoso con los detenidos. Lo más macabro era su costumbre de contar y presumir los métodos de exterminio. Carlos Loza, uno de los sobrevivientes que acudió a la audiencia, cuenta que el sobrenombre “Chispa” era uno de los más escuchados entre los represores en el momento que él estuvo en la ESMA, es decir que tenía una participación muy activa en el grupo de tareas; y lo recuerda vinculado al asesinato -adelante suyo- de Jorge Mendé, ocurrido el 28 de diciembre de 1976 en el altillo de la ESMA: “Estábamos allí cuando lo mataron a patadas: sentimos en horas de la tarde un ruido, como si se quebrara el esternón. Más tarde subió otro guardia y le dijo: ‘Lo mataste’. Por la noche lo envolvieron en una frazada y se lo llevaron”. Además, hizo hincapié: “Junto con otros sobrenombres como “Rata” (Antonio Pernías), “Chispa” era uno de los más mencionados en el altillo y en la “Capucha” de la ESMA”.

Patricia Walsh, hija del periodista Rodolfo Walsh.

La primera audiencia

Durante esta instancia, Sánchez decidió no declarar. Sin embargo, al responder una serie de preguntas personales por parte del juez, afirmó no tener antecedentes penales en la Argentina y se describió como “un hombre dedicado a la ciencia” toda su vida. También dijo ser “pastor evangélico en la Iglesia Evangélica de Buenos Aires y misionero de la Asamblea de Dios, Ministerio Vida”. Además, contó que oficia misa todos los sábados desde Campo de Mayo. Cuando el tribunal le preguntó si tenía algún apodo, lo negó en un principio, aunque luego explicó, en un presunto acto fallido, que a su padre le decían “Chispa” y a él “Chispita del Chonguino”.

En diálogo con ANCCOM, Ariel Noli, abogado representante de la querella de sobrevivientes del terrorismo de Estado, como Carlos Lordkipanidse, y Patricia Walsh, e integrantes de la Asociación de Ex Detenidos Desaparecidos, destacó: “A pesar de haberse negado a declarar, reconoció su apodo. Creo que es lo saliente de esta audiencia. Es importante para lo que viene”.

Al finalizar, y pese a que la policía presente en la sala intentara evitarlo, los presentes alzaron fotografías de los detenidos desaparecidos, y cantaron bien fuerte “a donde vayan los iremos a buscar”.

El fiscal Félix Crous y su auxiliar Marcela Obetko.

Años de impunidad

A mediados de los 80, el nombre de Sánchez ya constaba en los testimonios del Juicio a las Juntas. En 1984 y 1986, declaró ante la justicia minimizando su participación y alegando haber sido un simple «enlace» de la Prefectura en la ESMA. Ninguna causa prosperó. Se retiró de la Prefectura y trabajó en el sector naval en la Patagonia, en San Antonio Oeste (Río Negro).

Luego, tras la anulación de las leyes de impunidad en el año 2003, Sánchez huyó a Brasil, donde vivió cerca de veinte años. En 2005, el juez Sergio Torres (a cargo de la causa ESMA) quiso indagarlo, pero Sánchez resultó imposible de localizar. En 2009, Torres solicitó su captura internacional.

En 2013, fue arrestado por primera vez en Angra Dos Reis, Río de Janeiro, donde trabajaba bajo un nombre falso en un astillero. Fue en ese entonces cuando solicitó asilo político. En 2017, el Supremo Tribunal Federal de Brasil avaló su extradición, pero Sánchez se escapó de la prisión domiciliaria y se mantuvo prófugo.

El 8 de mayo de 2020, la policía brasileña obtuvo información de inteligencia que ubicó a Sánchez en una cabaña en Sertão do Taquari, Paraty. El 11 de mayo de 2020, fue detenido por la policía en ese lugar, mientras estaba en una reunión familiar celebrando un cumpleaños. El 14 de mayo de 2020, se concretó su extradición a Argentina, poniendo fin a más de 40 años de impunidad.

La comitiva argentina encargada de la extradición fue dirigida por Ezequiel Rochistein Tauro, Director Nacional de Investigación Criminal del Ministerio de Seguridad en ese entonces, quien además es el nieto restituido número 102.

Minutos después de haber terminado la primera audiencia del juicio, desde el patio de los Tribunales Federales de Comodoro Py, Patricia Walsh, hija de Rodolfo Walsh, dice: “Sánchez estuvo más de 20 años prófugo y fue extraditado hace varios años, demostrando durante todo ese tiempo una gran habilidad para eludir a la justicia. Este es el noveno juicio relacionado con la ESMA y ya se ha condenado a muchos genocidas. Lamentablemente, más del 80% está con prisión domiciliaria, pero aun así es valioso haber logrado estas condenas tras tanta lucha”.

Más de cuarenta años después, Gonzalo “Chispa” Sánchez vuelve a oír los nombres de aquellos a quienes intentó borrar y le toca enfrentarse ante la justicia por -algunas de- las atrocidades que cometió durante la última dictadura cívico-militar. Por fin, la impunidad prolongada se encuentra con los límites de quienes sostienen la memoria para que ningún genocida quede sin juzgar.

La próxima audiencia tendrá lugar el próximo miércoles 19 de noviembre a las 09:30.