“La estrategia de fake news es un ejercicio de poder”

“La estrategia de fake news es un ejercicio de poder”

“Si pudiéramos retrotraernos al origen de las redes sociales, ese momento en el cual por primera vez dos usuarios compartieron la foto de un gato dormido en el regazo de un perro, nos resultaría difícil imaginar el mundo político-mediático que habitamos hoy”, afirman Ernesto Calvo y Natalia Aruguete al comienzo de Fake news, trolls y otros encantos. Cómo funcionan (para bien y para mal) las redes sociales (Siglo XXI Editores).  En la era de la hegemonía digital, donde las redes sociales se han convertido en el principal medio de acceso a la información, resulta fundamental entender cómo funcionan. Para Natalia Aruguete, doctora en Ciencias Sociales e investigadora del CONICET, las redes sociales están muy lejos de ser democratizadoras y “nos alejan de aquellos que no piensan como nosotros”. Advierte que no son lo mismo las fake news que las noticias falsas y que cualquiera puede ser víctima de violencia virtual. También, reflexiona acerca de qué tipos de fake news se propagan en tiempos de aislamiento social obligatorio y considera que en las redes también hay “resquicios para la resistencia social, cultural y política”. 

El libro se titula Fake news, trolls y otros encantos, ¿vivimos una suerte de encantamiento por las redes sociales? 

Sí, estamos absorbidos por nuestro consumo de redes sociales, pero ese encantamiento es complejo: tenemos situaciones de disfrute y también de mucho malestar porque son espacios de comunión, encuentro y, al mismo tiempo, de mucho maltrato y violencia. Por eso, me parece que no es un encantamiento fácil para nosotros, sino que nos contradice mucho. 

Si nos contradice y sufrimos, ¿por qué quedamos atrapados en ellas? 

Porque nos da placer el hecho de compartir con otros conocimientos, emociones, espacios de coincidencias ideológicas. Las redes sociales funcionan de manera tal que nos llevan a convivir en comunidades muy homogéneas en términos de los valores y creencias que compartimos. Y como además, el funcionamiento orgánico de las redes sociales permanentemente nos devuelve esa coherencia con nuestras cosmovisiones de manera aumentada, habitamos un lugar placentero. Lo que ocurre es que ese lugar placentero tiene sus perjuicios que tienen que ver, fundamentalmente, con la entrega de nuestra intimidad y la publicitación de nuestros datos personales y, en la mayoría de los casos, sin saber la magnitud de esa entrega. 

¿Estamos forjando una nueva forma de socialización? 

No sé si pensarlo en términos de una nueva socialización. Es una socialización que tiene sus singularidades porque vamos armando narrativas y discursos alrededor de los asuntos de interés públicos. Esas narrativas son muy homogéneas y nos hacen alejarnos de la diversidad, en el sentido de que nosotros evitamos las cosmovisiones que son contrapuestas a las nuestras. En ese punto, podríamos decir que esa socialización nos hermana más en comunidades de valores y nos aleja más de aquellos que no piensan como nosotros. Sería una suerte de balcanización de las narrativas. Eso no depende exclusivamente de los usuarios, tampoco de los algoritmos de las redes sociales, sino que puede ir variando en función de qué tipo de activaciones discursivas, de relaciones e interacciones producen los distintos temas que se ponen en discusión. Podemos polarizar con otros alrededor de una campaña electoral o de una situación como el #Tarifazo en la Argentina, pero también podemos tener una mirada más consensuada con otros usuarios alrededor de un evento político como #AbortoLegal. Depende de la convivencia de estas tres dimensiones de análisis: los usuarios, las redes con sus algoritmos y la activación que generan distintos temas de interés público. 

A los tradicionales estudios sobre las agendas política, mediática y pública, ¿habría que agregar una agenda de redes? 

Hay que pensarlo de manera muy distinta. Si pensamos la relación entre medios de comunicación y públicos en el escenario virtual, no hay un público homogéneo que responda de manera masiva a un mensaje. Si a eso se le agrega el dinamismo del escenario virtual donde los algoritmos distribuyen la información de manera personalizada, ocurre que la capacidad de instalar agenda de un medio de comunicación va a ser entre sus iguales y no entre un público generalizado, masivo, ni homogéneo. Si lo pensamos en términos de efectos de encuadre, en las redes sociales los encuadres se van armando local y comunitariamente, en el sentido de que los usuarios de distintas jerarquías van aportando fragmentos que terminan de conformar un encuadre. En distintas regiones de la red se arman distintas interacciones entre usuarios, quienes co-construyen múltiples encuadres sobre un mismo tema de interés público. Por ejemplo, en el caso del evento político “Santiago Maldonado” había dos grandes burbujas porque la interacción en Twitter se había polarizado profundamente. Estaba la burbuja más vinculada cognitiva e ideológicamente con el kirchnerismo, que era contrapuesta a la burbuja identificada con el macrismo. En esas dos grandes burbujas se armaron definiciones distintas de lo que fue el evento. Del lado de la burbuja kirchnerista, la percepción que había era la de una desaparición forzada donde el Estado era responsable, mientras que del lado macrista se entendía que lo de Maldonado había sido un aprovechamiento electoralista del kirchnerismo.

¿Se podría elaborar un instructivo para desarrollar cierto tipo de red con impactos específicos?

Sí, es posible intervenir políticamente en las redes sociales. Para lo cual hay que hacer diseños, estrategias, etcétera. Pero no está garantizado el éxito de esos diseños políticos porque las autoridades en la red (dirigentes políticos, medios tradicionales, celebrities) proponen determinadas percepciones y agendas, pero el usuario es el que dispone en qué medida activa y propaga esas agendas o las evita. Si las ignora, esas agendas caen. 

En el nacimiento de las redes sociales, se pensaba que llegaban para democratizar la comunicación.  Pero, en los casos que analizan en el libro, como en el #Tarifazo o #Maldonado, se observa que siguen siendo muy importantes las instituciones mediáticas tradicionales a la hora de propagar mensajes en redes….

En el libro planteamos una hipótesis que está muy lejos de pensar a las redes sociales como democratizadoras. Lo que sí puede ocurrir es que determinados movimientos o dirigencias promuevan una conversación menos polarizada y más saludable en términos discursivos. Ahora, nosotros seguimos teniendo una distribución personalizada en las redes sociales, muchas veces con un aprovechamiento político o comercial, y eso hace que de todas formas no tengamos acceso a toda la información que circula en las redes sociales. Por lo cual, no somos libres de elegir entre todos los mensajes que circulan porque simplemente no tenemos acceso a eso. Ahí es donde creo que esa personalización y la recepción de un “diario de Yrigoyen” donde las noticias están armadas para mi supuesto placer cognitivo, en realidad,  me impiden encontrarme con una diversidad informativa. Eso no es democratizador en términos comunicacionales. 

¿Estamos ante la paradoja de vivir interconectados, pero cada uno en su propia burbuja?

Más que la sensación de estar interconectados entre todos es la sensación de que estamos interconectados entre iguales. Es la sensación de que todos somos mayoría. Eso se da porque al interior de la burbuja se arman relaciones entre aquellos que piensan igual, lo que deviene en una cámara de eco que amplifica la percepción que se tiene de la realidad social.  Entonces, hay un placer de sentirse mayoría pero lo cierto es que nosotros no sabemos qué está pasando en la burbuja contraria, cuyos mensajes no observamos porque los algoritmos distribuyen la información de manera tal que no nos encontramos con la información que está en la otra burbuja. Por lo cual, no podemos saber qué nos pasaría si nos encontráramos con esos mensajes.

En el libro postulan que el caso #AbortoLegal se trata de una antirred, ¿por qué?

El caso #AbortoLegal es una red muy singular que no tiene burbujas opuestas. Hay una burbuja conformada por una gran comunidad verde, que pertenece a los colectivos de activistas de género, a la que se le adosa la comunidad compuesta por los dirigentes políticos y medios de comunicación. En otras ocasiones estas comunidades suelen estar en burbujas separadas, por eso decimos que el caso de aborto es una antirred porque es una red despolarizada. Nuestra hipótesis es que la política estuvo por encima de las mezquindades partidarias. 

En otro apartado del libro analizan las fake news, ¿cuánto han contribuido las redes sociales a su desarrollo? 

En realidad, no son las redes sociales per se las que impulsan las fake news. Sí es cierto que en la interacción virtual, la propagación de fake news tiene mayores velocidades que en un escenario analógico. Por otro lado, se agrega la personalización en la distribución de la información, lo cual hace que se usen las fake news como forma de atacar al oponente y mandarlo a silencio. Las dos grandes motivaciones que están detrás de una estrategia de fake news son vaciar de contenido el escenario discursivo o energizar a los propios para reforzar sus creencias. Es importante aclarar que una estrategia de fake news no necesariamente es lo mismo que hablar de noticias falsas porque cuando hablamos de noticias falsas nos referimos al contenido. Un contenido puede no estar verificado sin tener que ver con una decisión deliberada o con una estrategia política detrás. 

En el libro mencionan la idea de un “Triángulo de las Bermudas” que conecta a los partidos políticos, los medios y los trolls

Sí, ahí pasan cosas que pueden convertirse en mecanismos muy oscuros que posibilitan llevarnos a ser víctimas de violencias virtuales y además participar de ellas, consolidarlas y propagarlas. Hay un punto ciego ahí donde se pueden dar convivencias de distinto tipo y algunas pueden ser muy nocivas. 

¿Los trolls son los operadores políticos del siglo XXI?

Efectivamente, los trolls están detrás de una estrategia política de ataque virtual. Pueden tener un fin último comercial o meramente político, pero lo que hay allí es una capitalización política de una estrategia de daño.  Lo que interesa no es que la información quede grabada en nuestras memorias, lo que interesa es atacar. 

¿Cuál es la diferencia entre un troll y un bot?

Un bot es un robot, una cuenta automatizada que replica información. En cambio, un troll tiene a algún sujeto detrás que está diseñando discursivamente un mensaje. El troll, en la medida en que se coordine con otras cuentas, puede generar narrativas que sean coherentes con los usuarios que tiene a su alrededor o diseñar una narrativa opuesta a un usuario que participe de una comunidad contraria. Pero, además de la coordinación, es necesario que los trolls sean autoridades en la red. Por otro lado, los trolls no necesariamente son cuentas anónimas, hay dirigentes políticos, celebrities. El ejemplo más encumbrado es el presidente de Estados Unidos, que usa su autoridad en la red para atacar al oponente y a la vez energizar a los propios. Entonces, no importa lo que diga, él va a tener la razón porque tiene poder para decirlo. La estrategia de fake news es un ejercicio de poder.

En la pandemia que estamos atravesando,  ¿el encierro contribuye a la propagación de fake news?

Sí, pero por otros motivos. No es que uno tenga predominantemente una estrategia de desinformación, aunque sí haya algunos casos. Me parece que en su gran mayoría las motivaciones que nos llevan a la propagación de noticias falsas es la necesidad de llenar vacíos en la información que tenemos frente a la incertidumbre y a la angustia que nos genera no saber qué va a pasar con esta pandemia. 

¿Realizaron algún análisis preliminar sobre cómo está circulando el caso coronavirus en las redes? 

Nosotros no estamos viendo todavía una fuerte polarización, ni en el escenario virtual ni en el escenario de la opinión pública. Entonces, la capitalización política de una estrategia de fake news no tiene tanto asidero en este momento, donde todavía está contenida la polarización. Eso no obsta que pueda incrementarse la polarización pero, en principio, no se observa mucha disparidad en las opiniones de quienes votaron por el Frente de Todos y a Juntos Por el Cambio, por lo menos en lo que hace a las medidas de gobierno y a los sentimientos de riesgo frente a la pandemia. 

En las conclusiones afirman que el libro está destinado a convertirse en una suerte de manual de alfabetización digital para los ciudadanos del siglo XXI. ¿Cómo podríamos despolarizarnos, burlar a los algoritmos?

No podemos burlar a los algoritmos pero sí podemos conocer quiénes somos dentro del gran mapa de redes sociales. Solos somos nadie, unidos somos colectivos con capacidad de resistencia y de forjar miradas alternativas de la realidad social. Todas estas cuestiones son posibles en un escenario súper condicionante pero donde también hay resquicios para la resistencia social, cultural y política. En ese punto, el libro no solamente es un trabajo académico, sino que además se propone como una herramienta política de conocimiento para poder generar resistencias políticas en el diálogo en redes sociales. 

El guaraní, de los ancestros a las redes

El guaraní, de los ancestros a las redes

En 2010, Hugo Ruiz ganó una mención en la Bienal Iberoamericana de Madrid, en la categoría de diseño social.

En un panel del segundo Congreso de Lenguas Indígenas realizado en el Centro Universitario de Idiomas, un joven se destaca del resto de los oradores. Sentado entre profesores y autoridades de comunidades originarias, está listo para presentar su proyecto que busca difundir el idioma guaraní en las redes, Ndish. Comienza a exponer y el público lo escucha atento. Cuando termina responde un par de preguntas y lo despiden con un fuerte aplauso.

Hugo Ruiz, de él se trata, nació en Ybycuí, una pequeña ciudad de Paraguay, donde creció hablando en guaraní. Hoy vive en Buenos Aires, es diseñador gráfico, le gusta la música y trabaja en una agencia de publicidad. Dedica casi todo su tiempo libre a Ndishtv, la primera plataforma de entretenimiento totalmente en guaraní, como él dice, que se inició en Facebook, donde alcanzó más de 100 mil seguidores, y recientemente se mudó a Instagram, donde ya tiene 11 mil.

¿Cómo empezó el proyecto?

Nació en 2012 y fue creciendo. En esa época tenía otro nombre y por un tema de derechos de autor tuve que cambiarlo a Ndish. Desde el principio quise hacer todo desde el diseño gráfico, con determinada estética y desde el humor. En Internet no había muchos espacios dedicados al guaraní, y los que existían tenían un carácter más académico, educativo y didáctico, lo que dejaba a todo el contenido de entretenimiento que suelen consumir los jóvenes afuera. Sentí que se necesitaban materiales que pudiesen reflejar lo que comparten ellos, sus consumos culturales –memes, música– pero en guaraní.

¿Cuál es el lugar de la cultura pop en el guaraní?

En Paraguay hay dos idiomas oficiales, español y guaraní, pero éste siempre marginado, principalmente porque en el imaginario colectivo se le asignó su uso a ciertos sectores sociales. Con la llegada de los medios, en la segunda mitad del siglo XX, el español fue ganando terreno en la televisión y la radio, mientras que la gente decía que el guaraní entorpecía el habla. Estas concepciones no nacen de la nada, tienen un componente histórico.

¿Qué significó esto para el idioma?

El guaraní ha sobrevivido a todas las prohibiciones a las que ha sido sometido, porque representa nuestra idiosincrasia, la manera en que pensamos, cómo nos expresamos. Además, fue un arma de resistencia a la dictadura y a todo lo que intentó suprimirlo. Su protesta fue resistir.  Fue un idioma que se prohibió en muchas épocas de la historia, especialmente en el régimen de (el dictador Alfredo) Stroessner.

Ruiz superó los cien mil seguidores en Facebook y ya va por los 11 mil en Instagram.

Una crítica posible al proyecto es que “vende” una lengua ancestral a las redes, que al fin y al cabo son un negocio, ¿cómo te planteás esto?

El guaraní es hablado por muchas personas de diversos sectores sociales. Abandonó a las comunidades indígenas que le dieron origen y se convirtió en algo más grande. Se habla en las grandes ciudades y se convirtió en una lengua oficial que habla la población en general. Mi proyecto busca mostrar que el idioma evolucionó, que no se quedó en el pasado y que es capaz de adaptarse a las nuevas configuraciones del mundo, a las nuevas tecnologías y formatos. Hay palabras nuevas que se van a comenzar a regular, que generan rechazo dentro de la comunidad académica más purista, como por ejemplo “wifi” o “televisión”. Por eso, más que venderlo al capitalismo, quiero abrir el guaraní al mundo, a lo que está pasando en el país y alrededor.

¿Cómo funciona su enseñanza?

Hay dos tipos de guaraní: el corriente de uso cotidiano, el yopará –que es el de uso mayoritario y significa “mezcla”– y hay otro más formal. Yo lo aprendí en mi casa, pues era lo único que hablábamos, pero cuando entré al colegio todo el programa y los contenidos estaban diseñados en español. Hasta los cuatro años hablamos y pensamos en guaraní y cuando entramos a la escuela nos obligan a pensar en español. Esto genera un choque cultural y emocional. En la actualidad ya está contemplada la enseñanza de guaraní en los colegios, pero no es el lenguaje que se escucha en la calle. No refleja la manera en que habla la gente y el sistema educativo no termina de enseñar bien ninguno de los dos.

¿Por qué hay mucha gente que entiende el guaraní pero no lo habla?

La reticencia a hablarlo viene de la vergüenza y de la creencia de que lo usa la gente de bajos recursos y la del campo. Hay familias que se niegan a hablarles guaraní a sus hijos, lo que genera ese choque cultural que supone pensar en un idioma y hablar por imposición en otro.

¿Qué esperás de Ndishtv?

Mi audiencia está compuesta en su mayoría por jóvenes de 15 a 25 años, lo que me pone muy contento. Hemos crecido, y hablo en plural porque somos una comunidad donde los usuarios comentan, hacen sugerencias, me envían contenidos que quisieran ver, y yo trabajo a partir de eso. Arranqué intentando llenar un espacio que estaba vacío. En 2010 gané una mención en la Bienal Iberoamericana de Madrid, en la categoría de diseño social, y ahí me di cuenta que tenía que apuntar a algo más grande y entonces comencé a buscar otros recursos para seguir creciendo. Mi idea es generar otros espacios, sumar más gente y crear un club de conversación en guaraní, que ya se hace en Paraguay, y que se puedan crear foros de divulgación del lenguaje.

Cómo pescar votos con las redes sociales

Cómo pescar votos con las redes sociales

“Las agresiones tienen mayor acogida cognitiva y afectiva entre los usuarios de Twitter», advierte Aruguete.

En julio comenzó formalmente la campaña electoral para las PASO nacionales a través de los medios de comunicación. Se extenderá hasta el inicio de la veda electoral, vigente a partir de las 8 de la mañana del viernes 9 de agosto, dos días antes de la fecha estipulada para los comicios.   En Argentina (uno de los países con mayor actividad en redes sociales), en línea con la tendencia internacional, la campaña también se desarrolla en el espacio digital.

Natalia Zuazo, directora de Salto Agencia Tecnopolítica y Consultora en Comunicación Política Digital, señala que toda organización política debe necesariamente extender su campaña a las redes sociales, esto es así por lo menos desde el año 2008. En la actualidad, se puede intentar hacer una campaña, e incluso se ganaron elecciones sin participación digital, pero tener una estrategia de redes aumenta las probabilidades de ganar. “Si no trabajás las redes hoy estás perdiendo dos cosas muy importantes. Primero porque no podés medir, y si no medís hay un montón de información de la cual carecés.” La autora de los libros Guerras de Internet y Dueños de Internet, agrega: “Esto te permite tomar decisiones informadas, sobre cómo debe ser tu comunicación y tu estrategia de campaña. Sin una estrategia de redes perdés esa información”.

Laura Zommer, periodista, abogada y directora del medio digital chequeado.com, completa esta idea con algunos datos sobre el papel actual de las redes sociales. “Según el informe de Reuters Institute Digital News Report de 2018, el 72 por ciento de los encuestados contestó que la fuente de información que utiliza son las redes sociales, tomando esto en consideración -el número es similar al 76 por ciento de la televisión-, y que además es un porcentaje más alto que el de los diarios, del 42% según esta misma fuente, las redes juegan un rol para nada desdeñable en la campaña”.

Para Pablo Lopez Fiorito, titular de la cátedra  Análisis de los Discurso de las Izquierdas Argentinas,  en la Carrera de Comunicación Social de la UBA, el valor agregado de las redes sociales es la posibilidad de segmentar y alcanzar un público que quizá no accede a los medios tradicionales o no le presta tanta atención a la radio o la televisión. “Hay algún público al que no llegás si no estás en las redes, entonces sí o sí hay que trabajarlas. Pero por otro lado las redes sociales en su mayoría, incluso Whatsapp, permiten un nivel dérmico para transmitir noticias. Por esto se prestan a la fórmula de las fakenews, hay que tener cierto cuidado con las redes porque en muy poco tiempo pueden divulgar una noticia que podría marcar, en una elección tan ajustada, la orientación del electorado. Y esto es algo que hay que evaluar en un contexto en el que una fracción decide el voto en los últimos días previos a la elección. Y en un elección tan justa, ese porcentaje es definitorio”.

«En el fenómeno del big data solamente te relacionas con la idea que te interesa», subraya Fiorito.

Las redes permiten construir una agenda propia de comunicación, en donde se puede decidir qué decir, cómo decirlo, pero también cómo contarlo, a quién llegar, y cuándo llegar. Zuazo afirma que “en la televisión todo le llega a la misma gente a la misma hora, pero las distintas redes no tienen el mismo mensaje a la misma hora”. Además hay una diferencia entre las redes que afecta a los discursos de los partidos, porque pese a que Twitter es la red política por excelencia, Facebook e Instagram también exigen hablar de política, aunque con formatos más elaborados. “Seis de cada diez votantes en esta elección son menores de 45 años, y el 30 por ciento es menor de 30 años. Mucha de esa gente está en Instagram, habla de política y se comunica respecto de temas políticos. Si querés hablar de política en Facebook y en instagram probablemente tengas que hacerlo con más videos.  En Twitter probablemente sean mensajes más cortos, más al punto y con otro formato”, señala.

En un sentido similar, Natalia Aruguete, investigadora del Conicet  especializada en el estudio de la agenda política, mediática y pública,  da cuenta del tipo de diálogos singulares y de la segmentación  que existe en las redes, con el ejemplo de Twitter. “Las agresiones tienen mayor acogida cognitiva y afectiva entre los usuarios que están dentro de esta red. Porque en algún punto eso confirma lo que los usuarios están esperando escuchar, y lo que fueron escuchando y expresando quizá en otros términos pero que es coherente con lo que asumen y propagan. Entonces estos discursos tienen más alcance que una desmentida o una información”.

En las redes existe además una trampa durante la veda que, por un vacío legal, permite generar embestidas importantes hasta último momento. “Hoy las redes sociales no están legisladas en Argentina. Tenés la veda electoral que el viernes a las 8 de la mañana silencia a todos los medios de comunicación tradicionales, dando dos días para que puedas pensar tu voto. Este es un tema que hay que pensar y legislar, porque en las redes -al no haber veda- todo el mundo puede hacer campaña, y una fakenews se puede propagar hasta último momento y no puede deshacerse en el periodo de la veda”, agrega Fiorito.

En el espacio digital de las redes hay un correlato de la polarización que existe en el ámbito político, hay estrategias de desinformación, y también de ataques, a partir del auge de las cuentas no oficiales. Aruguete hace hincapié en el rol del cuentapropismo dentro de la campaña sucia de Twitter. “No se ven solamente armados de granjas o coordinación de cuentas de autoridades, sino que hay mucha agresión en cuentas más auténticas, producto de la desazón que surgió a partir de la conformación de las fórmulas. Esta puede llegar a ser una campaña bastante virulenta. Pero  todavía es temprano para hablar de una campaña de agresiones generalizada”

Respecto a este punto,  Zommer remarca que la información debe ser un valor importante para la campaña de las redes, aún más que la desinformación, aunque esta última se incrementa a medida que más se polarizan las elecciones, según la experiencia internacional. Señala que lo más relevante en campaña es el uso de la información intentando apelar a la emotividad y a empatizar. “Mario Riorda plantea que las campañas se ganan, no necesariamente con información y tampoco con desinformación, sino más bien con cuestiones emocionales”, recuerda.  En línea con esta idea Chequeado es parte del proyecto Reverso, una iniciativa lanzada recientemente que intenta generar información contra las noticias falsas.

En general  las campañas digitales llegan  a un público que piensa de forma similar. Este hecho tiende más a fortalecer opiniones y a formar grupos de opinión marcados, achatando el diálogo. “En las redes los partidos políticos tienen seguidores que piensan como ellos, y no llegan a otros públicos. Lo mismo sucede con las personas en términos individuales, en el fenómeno del big data vos solamente te relacionas con la idea que te interesa o el producto que te interesa y no ves las otras opciones, no hay un proceso de enriquecimiento”, agrega Fiorito.

Como en la política tradicional, hay situaciones o eventos que disparan los intercambios en las redes. Aruguete fundamenta que ciertos tópicos permiten cruces excepcionales, activando distintos tipos de conexiones y narrativas, indistintamente de qué red se trate y esto debe ser valores tenidos en cuenta para la campaña extendida de las redes, “Los eventos políticos activan los diálogos. El aborto es un evento político, el caso Maldonado fue un evento político, las elecciones son un evento político. Y estos eventos políticos generan mensajes que activan a determinados usuarios, que pueden estar más o menos interesados en ellos”.

En definitiva la campaña en las redes y los eventos generarán diferentes intercambios en la arena de las redes. Un lucha mediada que principalmente logrará fortalecer las convicciones o ideas ya asumidas, y que intentará hacerse hasta último momento, y a cualquier precio, de los invaluables indecisos.

«Estamos viviendo una mutación comunicacional que nos impide seguir siendo humanos»

«Estamos viviendo una mutación comunicacional que nos impide seguir siendo humanos»

Primer plano de Franco Bifo Berardi sosteniendo una lámpara, en el marco de una entrevista Con el florecimiento de la cibernética en los años noventa y su constante desarrollo en la actualidad como centro de la economía capitalista, la omnipresencia de los algoritmos, las redes sociales y las métricas están reconfigurando la comunicación humana. Fenomenología del Fin. Sensibilidad y mutación conectiva es el último libro de Franco “Bifo” Berardi, escritor, filósofo y activista italiano nacido en 1949, que participó de los movimientos de Mayo de 1968 y más tarde creó Alice, la primera radio “pirata” Italiana y Tv Orfeo, primera televisión comunitaria de ese país. Editado por Caja Negra, el libro se adentra en la ciberideología con la intención de recuperar la sensibilidad del ser humano y “reactivar los lazos entre el cuerpo y el lenguaje, entre poesía y tecnología, actuar para una conjunción del poeta con el ingeniero”.

¿Por qué es importante estudiar la técnica?

Me parece que es importante estudiar los efectos que la técnica produce porque para estudiar la técnica están los ingenieros y, al mismo tiempo, lo que es importante es estudiar la relación entre el trabajo de los ingenieros y los efectos que ese trabajo produce no solo en la vida social sino también en la vida psíquica de los individuos. Estudiar la técnica no pertenece a la historia de la modernidad, es algo de los últimos cuarenta o, cincuenta años, después de (Marshall) McLuhan, cuando se empezó a entender que la técnica produce efectos en la dimensión social. El núcleo teórico más interesante del estudio humanístico de la técnica es la posibilidad de comprender que siempre es ambigua, siempre tiene posibilidades diferentes de uso y también de funcionamiento. Si hablamos desde el punto de vista de las ciencias sociales, el estudio de la técnica significa estudio del punto de la alternativa, donde una tecnología puede producir efectos buenos o malos.

¿A qué se refiere con la idea de “fenomenología del fin”?

El tema del libro es la sensibilidad, eso es, la capacidad de detectar, al interior de la comunicación, lo que no se puede reducir a palabras, signos verbales o numéricos. Yo, si tengo sensibilidad, puedo entender lo que usted no me dice, pero que está pensando o sintiendo. La sensibilidad nace a partir de la dimensión conjuntiva de la comunicación. Yo defino la conjunción como la relación entre cuerpos que pueden percibir la ambigüedad en la comunicación, es el contacto, la corporeidad, la gestualidad, que acompaña y define en la historia humana, el contexto del intercambio de signos. Vivimos en la época de la transición conectiva, es decir que la comunicación se está volviendo cada vez más en una relación entre agentes de sentido que no tienen cuerpo. El cuerpo desaparece de la relación comunicacional, aunque siga estando materialmente.

¿Podría explicar la analogía de Malinche?

Eso tiene que ver con las consecuencias de esta transición. Malinche es un personaje casi mitológico, cargado de significado, que no solo presenta la capacidad de traducir la experiencia, los mitos, las creencias, la cultura de su pueblo y de mujer. Traducir la femineidad nativa en un lenguaje que es el de los conquistadores, que son hombres. Como hoy. Hoy estamos viviendo una mutación comunicacional que nos impide seguir siendo humanos porque la máquina nos impone cada vez más su sintaxis, que es una sintaxis conectiva ¿Cómo podemos traducir los valores, las expectativas, las formas de vida que pertenecieron al humano en la nueva dimensión que podemos llamar maquínica o poshumana? Malinche es un símbolo de la posibilidad de traducir lo que no se puede decir en la lengua nueva y que viene del idioma humano.

Si efectivamente ocurriera esa traducción, ¿piensa que habría un cierto costo?

Lo que me parece peligroso y productor de sufrimiento o patologías es la reducción de la ambigüedad comunicativa, de la riqueza, de la capacidad de decir más cosas a través de una palabra, de implicar sentidos, que ocurriría en el lenguaje de la técnica dominante. La generación que está aprendiendo más palabras por una máquina que por su madre, por la singularidad vibracional de una voz humana, está perdiendo la ironía. Los psicólogos en Estados Unidos usan el término snow flake generation (la generación copo de nieve) para definir una generación muy frágil que no tiene la capacidad de vivir la complejidad, las contradicciones, los traumas y la ambigüedad de la comunicación. Por ejemplo, en una escuela de Ontario, Canadá, el 41% del alumnado va a psicoterapia. En escuelas norteamericanas, hay una técnica que se llama trigger warning, una señal que usa el docente para advertir que va a decir algo traumático y que el alumno que se sienta afectado puede salir de la clase hasta que haya terminado. No se puede hablar de la violencia de la historia o cualquier tema que haga a la comunicación peligrosa. Esto significa que la posibilidad de la comunicación humana se ha hecho demasiado traumática para una generación que aprendió a vivir dentro de un ambiente que es el de la comunicación digital. Vivimos cada vez más dentro de espacios protegidos: en Facebook, creemos que hablamos con todo el mundo, pero en realidad hablamos con las personas que piensan igual que nosotros. Si alguien entra en nuestra burbuja, explotan una serie de insultos o amenazas. Es un fenómeno tendencial y es lo que a mí me interesa.

Explica que el erotismo es uno de los ámbitos donde pueden verse las consecuencias en el paso de la comunicación conjuntiva a la conectiva…

¿Qué es el erotismo sino la ambigüedad de la comunicación humana? Cuando hablo de erotismo no digo solo sexualidad, que pertenece pero no es todo del erotismo. Es la enseñanza, la poesía, el descubrimiento, todo lo que constituye un exceso en relación a lo que ya sabemos. Es algo más de lo garantizado, de lo conocido. Y también la actividad más humana que conocemos que es la seducción, como actividad del lenguaje humano. La poesía es un ejercicio de seducción de un ser humano hacia otro. La reducción del lenguaje humano a una sintaxis conectiva, significa la destrucción de condiciones culturales, psíquicas, lingüísticas, del erotismo. En el lugar de lo que fue el erotismo encontramos Tinder, que no desprecio porque se puede utilizar de manera ambigua también. Pero la tendencia de la comunicación conectiva es abolir la ambigüedad, y a nivel del cuerpo, eso se vive como algo brutal, violento. Para los varones eso significa que tengo que tomar la presa, la carne que está a mi disposición. Con la desaparición de las palabras, no es más una comunicación erótica, sino solamente sexo. El problema de la violencia, es un problema de incapacidad de lenguaje.

¿Podría darme algún ejemplo?

En el contexto italiano, hace algunos años, en Brescia, hubo un caso de violencia de cuatro varones sobre una joven. Los jueces e investigadores verificaron que los cuatro varones no tenían ninguna capacidad de responder a las preguntas más fáciles, que contestaban con sonidos. Cuando investigaron sus celulares, no había palabras, solamente íconos o símbolos. Falta la capacidad lingüística de crear una situación de entendimiento, entender el deseo del otro es lo que está desapareciendo. Eso se entiende como patología del erotismo.

Franco Bifo Berardi sentado en un sillón en pose pensativa

«La reducción del lenguaje humano a una sintaxis conectiva, significa la destrucción de condiciones culturales, psíquicas, lingüísticas, del erotismo», reflexionó Franco «Bifo» Berardi.

En el libro recupera el Mayo Francés ¿Cómo fue su participación en los movimientos del ’68?

Tenía dieciocho años en el sesenta y ocho y era estudiante en la Universidad de Bologna. En Italia fue una década de ocupación, de trabajo común pero los poderosos creían que en esos años no se estudiaba mucho y no sabían que la riqueza de conocimiento que se verificó en estos años no tiene comparación con otros períodos. Conjugar la enseñanza con una actividad social de conflicto es la mejor manera para aprender. Eso es lo que yo traje como aprendizaje del ‘68.

¿Cuál es el desafío de los artistas y la búsqueda del arte en el siglo XXI a diferencia del siglo XX?

En el siglo XX, la actividad artística se identificó con la vanguardia y esta intentaba romper los límites del lenguaje artístico poético para integrar el arte con la producción social. Eso ha sido muy bueno y enriquecedor. Pero al final ha producido un efecto de dependencia del artista de la producción misma. Eso significa que los artistas no son artistas, significa que son asalariados, trabajadores que dependen del ciclo productivo capitalista. Hoy creo que el papel del artista es muy diferente, tiene que transformarse en una dirección que es la reactivación del deseo en el lenguaje social. El papel del artista es cada vez más un papel performativo, es decir, reactivar el cuerpo como fuente de comunicación. Reactivar la comunicación entre el cuerpo y el lenguaje, entre poesía y tecnología, actuar para una conjunción del poeta con el ingeniero.

¿Podría el bioarte representar una búsqueda en esta dirección?

El bioarte, como otras tendencias, intenta llevar una intención estética-poética al interior de la tecnología. Ahora no tenemos una visión clara de lo que el artista puede producir efectivamente. Por ejemplo, el movimiento  que hubo en el 2011, Occupy Wall Street, ha sido esencialmente artístico, no político. Políticamente ha sido un fracaso. Pero ha sido el intento de activar el cuerpo social. ¿Por qué hemos ocupado la plaza y calles de Wall Street? El poder no está ahí, el poder está al interior y en la infoesfera donde circulan los signos financieros. Lo hemos hecho para reactivar el placer de encontrar el cuerpo del otro y de encontrarlo políticamente. Occupy ha sido la obra de arte del nuevo siglo.

¿Cómo fueron sus experiencias en la creación de la radio “pirata” Alice y la televisión comunitaria Tv Orfeo?

Tuve dos experiencias de comunicación política, social y artística al mismo tiempo. Una fue en los años setenta, con la radio Alice y para mí fue enormemente exitosa y enriquecedora. En esos años, no existían los medios libres en Italia, solo dos cadenas del Estado. Y Alice fue la primera radio que empezó a producir otra cosa, de manera ilegal, a la que miles de personas se unieron. Fue el comienzo de una red. El teléfono se conectaba a la radio, entonces era como la red que empieza a existir y eso produjo un efecto político muy fuerte y conflictivo también. Y sigue produciendo sus efectos porque las radios libres continúan existiendo en Italia. Otra fue en el  2002, con Berlusconi y a medida que el poder mediático se iba haciendo cada vez más agresivo y colonizador, intentamos contraponer una forma de comunicación unitaria, utilizando una forma técnica muy sencilla: que la antena de recepción se puede transformar técnicamente en una antena de transmisión. El problema es que solo alcanza 500 metros, un barrio. Lanzamos esta señal en un barrio de Bologna y se multiplicó. Un éxito interesante, pero no verdadero. ¿Por qué? Porque dos años después salió YouTube y los videoartistas o videoactivistas que hacían los programas naturalmente eligieron poner su producto ahí. Y es lógico porque era más conveniente. Las televisiones comunitarias desaparecieron. ¿Qué aprendimos de eso? Que un medio político, subversivo, autónomo, innovador, tiene que ser capaz de animar la situación social pero tiene también que compartir la tendencia técnica. Siempre hay que intentar captar la ola técnica y acompañarla con una subversión del contenido.

13N: una pelea contra el grooming

13N: una pelea contra el grooming

Menor de edad mirando un celularMañana se celebrará por primera vez el Día Nacional de la Lucha contra el Grooming, sancionado por el Senado de la Nación el 10 octubre de este año. Las ONG Grooming Argentina y Mamá en línea realizarán encuentros y congresos en todo el país para concientizar a la población.

Ambas organizaciones trabajan por un objetivo común: combatir el grooming entendido como el ciberacoso infantil y educar a padres y niños sobre este delito que crece, como consecuencia del avance de las redes sociales en nuestra sociedad.

El ciberacoso infantil es definido según Grooming Argentina como “el acoso sexual virtual a niños y adolescentes que consiste en acciones deliberadas por parte de un adulto para establecer lazos de amistad con un niño con fines sexuales”. En este sentido, desde ambas asociaciones aseguran que las charlas educativas, las aplicaciones para denunciar el grooming y el apoyo de los padres son importantes para prevenir este delito.

La ONG Mamá en Línea está compuesta por mamás y víctimas del ciberacoso infantil y tiene como objetivo alertar sobre los riesgos que pueden enfrentar los menores de edad en las redes sociales. Su directora Roxana Domínguez, en conversación con ANCCOM afirma que “ante el rol que cumplen hoy las redes sociales en donde la interacción de los niños es con muchísima gente, los padres tienen el derecho y la obligación de conocer este sistema de navegación para entender cómo cuidar a sus hijos. No prohibimos el uso de la tecnología, pero sí exigimos su uso responsable”.

Domínguez relata cómo el día después en que se aprobó el Día Nacional de la Lucha Contra el Grooming, decidieron escribir a todos los municipios de Argentina invitándolos a adherirse y a replicar, de alguna manera, la prevención. En este sentido, junto con la concejal Jimena de Lara de la Municipalidad de Malvinas Argentinas presentaron el proyecto por el cual se declara al grooming de interés municipal. También dieron charlas educativas en distintas escuelas de la zona para niños y padres.

“La devolución de los chicos es excelente. Ellos no saben lo que significa grooming, pero cuando la charla avanza saben de lo que estamos hablando”, dice Domínguez. “Contar en primera persona lo que vivimos hace que  muchos se animen a hablar de situaciones que han vivido. Incluso pasa que los mismos chicos piden a los adultos que nos llamen para saber qué hacer, cómo denunciar, dónde hacerlo.”

Por otro lado, Grooming Argentina también fomenta la promoción, prevención y erradicación de este tema. Su presidente, Hernán Navarro, en el 1° Congreso Nacional de Grooming y Ciberbullyng, desarrollado hace una semana en la Universidad Nacional de Santiago del Estero, planteó que siete de cada diez personas desconocen de qué se trata el grooming y que muchos adultos se encuentran ante una situación totalmente desconocida, que no saben cómo manejar o ante la que creen tener una falsa percepción de control.

A pesar del aumento de episodios de ciberacoso infantil, la mayoría de las denuncias se reciben por reportes de la organización Centro Nacional para Niños Desaparecidos y Explotados (NCMEC) -programa de Estados Unidos que tiene un convenio de coparticipación en las causas- mientras que son muy pocas las que llegan directamente de los padres de los chicos.

La Fiscalía de la Ciudad especializada en Delitos Informáticos  es la encargada de recibir las denuncias de esta clase de crímenes y en su último informe, del año 2017, registró un fuerte aumento con respecto al año anterior. El registro de denuncias del NCMEC durante el año pasado en la Argentina es de un total de 19.214, que se convirtieron en casos de pornografía infantil y grooming. En comparación con las 8821 denuncias registradas en  2016.

Ante este escenario y a pesar de que el grooming es considerado en Argentina un delito penal desde 2013, gracias a la ley 26.904 que establece penas desde 6 meses a 4 años de prisión, Mamá en Línea insiste en la necesidad de educar en la temática para evitar que los niños, niñas y adolescentes sufran este tipo de situaciones.

En este sentido el senador nacional Dalmacio Mera y la diputada nacional Gabriela Burgos, con el apoyo del Programa de Modernización Parlamentaria de la Honorable Cámara de Diputados de la Nación y la ONG Mamá en Línea, preparan una jornada de concientización para el martes 13 noviembre bajo el lema de “Hablemos de grooming”. El evento tendrá lugar en el Anexo “A” de la Cámara de Diputados de la Nación ubicado en Avda. Rivadavia al 1841 a partir de las 9:30 hasta las 12.

“Esperamos que en todo nuestro país no queden escuelas sin que toquen el tema, estoy totalmente agradecida a todos aquellos que nos apoyaron”, dice Domínguez. Por otro lado, sumándose a ésta causa Sebastián Bortnik, presidente de Argentina Cibersegura, una organización sin fines de lucro que trabaja para crear un espacio digital protegido, a través de actividades de concientización y educación, informa que los lugares para denunciar los delitos de ciberacoso son la División Delitos Tecnológicos de la Policía Federal Argentina (4800 – 1120/4370 – 5899) o a la Unidad Fiscal Especializada en Ciberdelincuencia (11 5071 – 0040). También puede acudir al Área de Cibercrimen de la Policía Metropolitana (4309 – 9700) o a la Fiscalía de la Ciudad de Buenos Aires (0800 – 33 – 347225).