Las redes sociales: ¿El nuevo diván?

Las redes sociales: ¿El nuevo diván?

El dedo gordo se desliza por la pantalla brillante y lisa del celular. El movimiento es veloz, casi inconsciente. El mismo dedo toca el icono de una cámara vintage. No es la aplicación para sacar fotos sino una ventana a todos los lugares, pero es solo una ventana. No se puede ver más de lo que esa ventana deja ver. La red social en cuestión: Instagram.

Las redes sociales instalaron el escenario para la aparición de nuevos actores, una especie de nuevas celebridades. Estas figuras públicas ya no deben su reconocimiento a películas o escándalos mediáticos sino a su capacidad para captar seguidores, los influencers se constituyen en marca de sí mismos y en cara de muchas marcas que los contactan ante la gran incidencia que tienen en la gente que los sigue. Pero no solo hay marketing detrás de esas imágenes. En la interfaz de Instagram se pueden leer los comentarios que los internautas dejan a estos “influenciadores”.

Son muy populares las publicaciones de comida, moda y estilo de vida. Los influencers que se dedican a estas dos últimas temáticas no escapan a la interpelación de los usuarios que buscan consejo e incluso apoyo en cuestiones personales: “¿Qué hago? Me siento gorda para usar esos pantalones” “¿Cómo hago para ser feliz?” “¿Me animo a viajar sola?” “¿Cómo le digo a mis viejos que me quiero cambiar de carrera?”. Estos son algunos de los interrogantes con los que se enfrentan a diario las celebridades de las redes sociales.

Una mano sosteniendo un celular

Cada vez son más los usuarios de redes sociales que buscan en los influencers consejoros para su vida cotidiana.

Eliana Masci, mejor conocida como Elis Black, baja de un taxi en Olazabal y Baunes, Villa Urquiza. El lugar de la entrevista es de esos en los que se puede tomar helado o un café con medialunas. Una especie de híbrido entre heladería y cafetería. Elis Black abre la puerta del lugar y sonríe, es una comunicadora con un look muy relajado: remera negra, camisa a cuadros abierta, zapatillas y un collar de las reliquias de la muerte -amuleto de la saga de Harry Potter-. Actualmente trabaja en la Revista La Cosa Cine y postea en Instagram.

¿Cómo definirías a un influencer?

Es una persona que tiene una actitud para que otros lo sigan de acuerdo a intereses particulares. Creo que tenés que ser una persona abierta y comunicativa para que otros puedan captar ese mensaje y tengan ganas de seguirlo.

¿Vos te considerás influencer?

No.

Se ríe, pregunta si está mal, no quiere arruinar la entrevista. No cree ser influencer porque considera que estas personas preparan sus fotos, tienen un tema que se mantiene firme en todas sus publicaciones y buscan postear en el momento en que más seguidores están en línea. Ella no considera ninguna de estas cosas a la hora de subir fotos a Instagram.

– Yo intento, desde mi lado, comunicar, ayudar a otros a que se comuniquen pero no lo hago de manera personal. El influencer es la estrella y el producto. A mí me gusta mostrar el producto, no a mí. Creo que esa es la base de diferenciación.

En su perfil de Instagram se pueden ver fotos de sus mascotas, paisajes, de viajes que hizo, de la revista para la que trabaja. Pero una en particular parece romper con la lógica de todas. No por la foto, que es de una Elis con una media sonrisa mirando fijamente a la cámara, sino por el texto que la acompaña: “Después de lo que publiqué en stories recibí muchos mensajes de todo tipo de experiencias, y quiero que el mensaje quede más de 24 horas. Acá va: Hace tiempo que tengo ganas de escribir algo acerca de la imagen que mostramos en nuestras redes, la noción de vida perfecta y lo que percibimos cada vez que entramos a un lugar de estos. Como sabrán, amo compartir cosas lindas. Pero de a poco, muy de a poco, comenzó a crecer la cantidad de personas que tiene acceso a esas cosas, y empezaron a llegar algunos mensajes preguntando cómo hago y hasta incluyendo frases como ‘qué vida perfecta’ o ‘quiero ser como vos'». La publicación sigue con algunos datos sobre la vida privada de esta comunicadora. Cuando se le pregunta si es consultada muy seguido para recibir apoyo o por cuestiones personales responde que sí. Resalta que más que nada ocurre cuando publica este tipo de contenido en el cual declara que su vida no es perfecta.

Imagen de la influencer Elis Black

Eliana Masci alias Elis Black dice no ser una influencer porque no se muestra a sí misma como una estrella.

No es raro ver a miles de personas que caminan por la calle con la cabeza gacha y la mirada fija en la pantalla del celular. Casi siempre, con los auriculares puestos. Aislados en una especie de burbuja. Porque cuando la mirada se posa en las innumerables imágenes y textos que destella la superficie lustrosa de las pantallas, todo alrededor parece desvanecerse. No pocos especialistas se han preguntado por este nuevo fenómeno. Las redes y el celular son parte de la vida cotidiana.

Fernando Lescano es un psicólogo chubutense, egresado de la Universidad de Buenos Aires. Pertenece a la corriente del psicoanálisis lacaniano y sostiene que los jóvenes viven una “falta de orientación”.

Asistimos a una época en donde los grandes organizadores de la subjetividad y lo social, la religión y el marxismo, cayeron. Ya no permiten dar sentidos generales. Ahora lo que persisten son las micro historias, Por ejemplo, la de los influencers que mediante fotos, videos y textos dan cuenta de sus vidas”, explica.

Fernando se explaya y reflexiona sobre las redes sociales. Su modo de hablar denota cuan fascinado está por los fenómenos que suscita el mundo digital. Menciona que la entrevista le sirve para reflexionar y abrir nuevos interrogantes.

¿Qué opinás sobre las publicaciones de tipo motivacionales que hacen los influencers?

Que terminan siendo angustiantes estos tipos de mensajes porque parece que son universales. Generalmente los influencers proponen y promulgan una filosofía que antes se veía en los libros de Osho, Pilar Sordo. Entonces, cuando no podés cumplir el mandato de ser feliz, mandato incumplible, lo que termina sucediendo es que, en vez de empezar a criticar la sociedad en la que estás inmerso y al sistema económico y productivo en el que vivís o poner en duda la imagen o identidad del otro, te deprimís, uno de los síntomas más característicos de la época junto con las crisis de pánico.

Lo que plantea Fernando desde la psicología es que en los discursos de los influencers hay algo que el psicoanálisis llama “empuje a gozar” que hace pensar que todo es posible y que la vida tiene que ser vivida al máximo. Estos discursos son parches que puede servir en determinados momentos pero no son una solución. Como psicólogo dice que no existen soluciones únicas porque todas las personas no son iguales.

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Es sábado a las tres de la tarde. El sol se filtra por las ventanas. Hay viento y el clima es agradable. En la pantalla de la computadora se abre una ventana de video, muy distinta a la que filtra el sol. En cuestión de segundos la imagen de una persona toma forma en la interfaz: un hombre de unos treinta años, con barba entrecana y con anteojos de marco negro agita la mano saludando. Es Facundo Arena, creativo, escritor y autor de El camino de la creatividad.

Al escuchar la palabra influencer, Facundo dice que no le gusta, prefiere el término referente.

Cuando se le pregunta si se considera referente dice que esa caracterización queda a cargo de sus seguidores. Si ellos los ven como tal, bien, y si no también. Empezó publicando contenidos de desarrollo personal y creativo porque mientras escribía su libro, que en principio iba a ser técnico, se dio cuenta que en los procesos de creación no solo estaban involucrados los métodos sino también el aspecto emocional de las personas. En ese contexto su narración dio un giro de 180 grados.

¿Cómo pensás que afecta o puede influenciar el contenido que publicás a tus seguidores?

De maneras que ni te imaginas. Ahora que ya llevo un tiempo en las redes estoy descubriendo que siempre te puede sorprender la devolución de la gente. Hay personas que me dice que con una frase les cambie el día, algunos dicen que les resolví un problema, y otros que no están de acuerdo conmigo.

Arena, como influencer y creativo, reflexiona sobre el papel que ocupan las redes sociales en la vida de las personas y llega a la conclusión de que cada vez hay más gente que se pasa el día actualizando las noticias de Instagram y no toma una actitud proactiva frente a eso.

Si nos pasamos la vida mirando pantallas que proyectan la película de los demás, es muy probable que olvidemos ser los protagonistas de la nuestra”, publicó Facundo en su Instagram junto a una imagen donde se ve a un chico mirando una ventana que es, en realidad, la pantalla del celular.

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Giannina Cersosimo es abogada y en su Instagram expone el viaje más largo que llevo a cabo: dio la vuelta al mundo en trece meses. En sus fotos se pueden ver hermosos paisajes, con océanos celestes, palmeras, edificios de arquitectura muy bella. Varias de sus publicaciones dan consejos sobre lugares para visitar y en otros, mensajes de aliento para que las mujeres se animen a viajar solas. Por ejemplo, en uno de sus muchos posteos se puede leer un texto que dice: “Explora el mundo por vos misma, porque los sueños son el principal material del cual la realidad está hecha.”

¿Por qué decidiste hacerte cargo del contenido que publicas?

Me parece que en realidad no hay muchas cuentas que hablen de la mujer viajando sola. Es decir, muestra a la mujer desde un punto de vista que solo puede ser linda y yo quería mostrar algo distinto.

La voz que sale de los parlantes denotana una Giannina convencida que afirma que la gente se ha volcado a las redes porque tienen al alcance de la mano cosas que antes no tenían. Las personas buscan soluciones a situaciones triviales como qué ropa ponerse pero también a cuestiones de superación personal como por ejemplo salir de las zonas de confort, cumplir sueños y objetivos, o dejar de tener miedo. Hay influencers que explican cómo superaron determinados obstáculos y esto es apreciado por sus seguidores. Gianinna se detiene y de manera cautelosa dice: “Primero hay que ver cómo está uno internamente. Porque lo que se ve en las imágenes es parcial, no se ve la realidad cien por ciento. Mucha gente va a estas cuentas para decir `si ella pudo también voy a poder´”.

Imagen de Giannina Cersosimo, con un mural colorido de fondo.

Giannina Cersosimo muestra en su Instagram los viajes que hace alrededor del mundo con el fin de que otras mujeres se animen a imitarla.

Cada vez más personas comparten su experiencia de vida en las redes sociales y cada vez son más los que aplauden estas publicaciones. Lescano dice que el éxito de este tipo de posteos se debe a que los seguidores se identifican con las vivencias de los influencers. Esta identificación es propia de la época, garantiza al sujeto cierto lugar imaginario de igualdad que, en realidad, es un mecanismo de defensa que los usuarios activan frente al temor de quedar excluidos.

Entre la maraña de imágenes que desfilan en Instagram se pueden ver chicas y chicos con cuerpos esculturales, sonriendo, con actitud distraída, serios, con pose o sin pose. Todos parecen proponer de manera diferente cómo alcanzar la plenitud y la felicidad: llevando una vida sana, viajando, creando, superándose, dejando los prejuicios atrás. No hay una fórmula universal. Las redes sociales parecen haberse convertido en un espacio de autoayuda, donde los influencers depositan sus conocimientos, sus puntos de vista y donde mediante sus palabras buscan ayudar, movilizar. Son un lugar donde los usuarios acuden cuando necesitan apoyo, aliento. Pero la verdad del asunto es que las publicaciones motivacionales pueden animar a los internautas o hundirlos en la frustración.

El dedo gordo toca el extremo derecho del celular, la aplicación de Instagram desaparece y lo que queda es la pantalla de inicio. Luego, el mismo dedo presiona el botón ubicado en el costado derecho. La pantalla se pone negra. El móvil está bloqueado. El dispositivo tecnológico va a parar a un bolsillo trasero. Tal vez, la persona que lo porta habrá visto una publicación que le haya alegrado el día. O tal vez no.

 

La vida sin Facebook

La vida sin Facebook

Con 22 millones de accesos al día, Facebook es la red social más usada por los internautas argentinos; está incorporada al sentido común de modo tal que una de las preguntas más frecuentes a la hora de establecer contacto entre las personas es: “¿Tenés Face?”. Una respuesta negativa genera sorpresa e incredulidad y suele asociarse a la ignorancia o el atraso. Pero, ¿qué razones tienen los usuarios de Internet que deciden quedarse afuera?

El principal motivo se asocia a la exposición pública y el uso de los datos personales. La directora de la Fundación Vía Libre y magister en Propiedad Intelectual, Beatriz Busaniche, una de las que decidió no participar de la red, dice: “Facebook es una empresa que explota los datos personales como casi ninguna otra, que aprovecha y comercializa la vida privada y las relaciones de las personas de una forma antes nunca vista.”  

Ilustración de una persona que parecería ser un espía, con lentes, sombrero y sobretodo que cubre su identidad

Busaniche señala que muchos ven a la red como un espacio público pero que, en realidad, no lo es: “Se trata de una empresa que impone sus términos de uso que son los términos de sus accionistas. No estoy en Facebook y trataré de permanecer fuera de esa red de forma permanente, ya que no estoy dispuesta a acatar los términos de uso que impone y no acepto la comercialización que hacen de la vida privada de las personas”.

Carlos es docente y no quiere tener Facebook: “No me gusta no poder cuidar la exposición. Si bien estuve tentado a abrir uno y pensar que con esto puedo discutir, después dije: ´No, esto me consume bastante tiempo y no tengo ganas de dejar una puerta abierta que es difícil de cerrar´”.

Busaniche considera que el problema de la exposición también es responsabilidad de los usuarios: “El tema es que la privacidad de las personas es un derecho que está cada vez más en peligro, justamente, porque las propias personas no protegen su intimidad”.  Y luego sentencia: “Hay una necesidad de autosatisfacer un imaginario de ser alguien que no somos. En general, se suele decir que Facebook no nos muestra a nosotros, sino a quienes aspiramos ser. Creo que vivimos en una sociedad en la cual estamos permanentemente buscando la aprobación de los demás, y en eso Facebook juega un rol clave. Es la vidriera para la autoestima, entre otras cosas”.

Existen diversos motivos que pueden llevar a la apertura de una cuenta y diversas formas de usarla. Por ejemplo, Martín es productor audiovisual y usuario cotidiano y cuenta que abrió una cuenta de facebook por una cuestión de moda: “Te vas contactando con gente de otros momentos de tu vida y cuando estas soltero es una herramienta  para conocer gente”.

Alejandro es actor, también tiene su cuenta, pero prácticamente no lo usa: “Lo armé hace un año y no me interesa. Aunque he descubierto algunas cosas positivas. Por ejemplo, me relacioné con una autora española que habla sobre un poeta que investigo hace tiempo”.  

Los usuarios juegan un rol fundamental en la masividad de la red ya que se convierten en multiplicadores. Carlos contó de qué modo compañeros de trabajo y alumnos intentaron convencerlo de abrirse una cuenta: “Se han hecho, en face ajenos a mí, votaciones para que yo me abra uno, y decían que me iban a abrir uno sin mi autorización: una coerción que resulta chistosa, tampoco me sentí realmente presionado. No pasó más que del chiste”.

Para Martín, en cambio, ”es un condicionante, por ejemplo, en la parte laboral; el actor que no tiene face, un canal de Youtube o Instagram se difunde mal y queda excluido” y agrega: “Es un mecanismo perverso: si pertenecés, no te vas a perder algo importante”. Alejandro contó que otros actores le decían que era necesario que se abriera una cuenta, ya que la mayoría se comunicaba por ese medio.

El leitmotiv de la empresa es vincular personas, como puede leerse en una nota sobre el Día del Amigo en la página de Facebook para empresas: “La misión de Facebook de hacer un mundo más abierto y conectado…” Al respecto Carlos opinó: “No creo que tenga que buscar gente de la primaria si ya no los encontré. A muchos les sirvió para encontrar viejos grupos sociales. Pero también escuché muchas personas que agregaron gente y cuando realmente se dieron cuenta que se estaban cruzando no con aquel amigo que jugaban en la primaria sino con una persona muy distinta, los terminaron borrando porque no se bancaban los comentarios”.

Ante la pregunta sobre qué opinión le merece la gente sin Facebook Beatriz Busaniche concluyó: Yo soy una de ellas. Es genial. Yo no estoy dispuesta a entregar mi vida privada para ser comercializada en una plataforma de este tipo. Así que no puedo más que felicitar a quienes se mantienen afuera”.

Actualizado 23/01/2017

“Facebook sabe mejor qué hacemos y quiénes somos que nosotros mismos”

“Facebook sabe mejor qué hacemos y quiénes somos que nosotros mismos”

En su primera visita a la Argentina, la catedrática holandesa José van Dijck, profesora de Estudios Comparativos de Medios en la Universidad de Ámsterdam e investigadora sobre cultura digital y tecnología, resume y actualiza los principales aportes de su libro La cultura de la conectividad: una historia crítica de las redes sociales, publicado por Siglo XXI, y anticipa los ejes de su próxima obra: “La sociedad de las plataformas”.

Usted habla de medios conectivos cuando se refiere a lo que comúnmente llamamos redes sociales. ¿Por qué esa diferenciación?

Creo que usé el término “redes sociales” al principio, cuando apareció Facebook, en 2004. En ese momento había una serie de redes que establecían contactos sociales. Pero luego de los ocho o diez años que estudio en el libro, esas redes sociales empezaron a hacer otras cosas, además de establecer conexiones. Por ejemplo, el botón de “me gusta” genera una serie de publicidades de aquello que a uno le gusta. Es bastante más que establecer conexiones entre personas, es comprar y vender; subir videos; pedir servicios…Quince años después, prácticamente todo lo que está en Internet, todas las actividades económicas están mediadas por esas redes. Facebook ya no es una red social, YouTube no es una red de videos, sino que todas realizan diferentes actividades que son mediadas por las redes. Google tiene 50 plataformas distintas a través de las cuales interconectan diferentes actividades, ya sean noticias, publicidades, publicación de artículos. Así que todas estas conexiones son lo que yo llamo conectividad. Hoy son medios masivos de comunicación denominados medios conectivos.

Más de una vez, en su libro menciona las tácticas que los usuarios pueden desarrollar frente a las estrategias pergeñadas por las corporaciones. ¿Hay una forma de aprovecharse de los medios conectivos sin correr demasiado peligro?

Es muy difícil esperar que la red a la cual uno le entrega todos sus datos no los vaya a utilizar para personalizar nuestro perfil. Básicamente uno intercambia la conveniencia de usar esa red por la privacidad que uno entrega. Se paga con datos. Hay más de una forma de pagar: con datos, con atención, puesto que le envían publicidad, con usuarios que uno recomienda, o, quizás, en algunos casos, con dinero. La dificultad de esto es que uno no puede no pagar y conservar su privacidad. Es decir que uno compra todo el paquete o no recibe nada. Por el otro lado, los usuarios, por ejemplo en Facebook, no son impotentes, no siempre lo han sido.  Y han exigido cosas en casos recientes. Estuvieron muy activos en contra de que Facebook distribuyera noticias falsas y creara burbujas de filtro. El problema es que con casi dos mil millones de usuarios activos es casi imposible que los grupos de consumidores puedan influir sobre Facebook para que cambie sus estrategias.

«Facebook ya no es una red social, YouTube no es una red de videos, sino que todas realizan diferentes actividades que son mediadas por las redes».

Usted diferencia la conexión humana de la conectividad automática y dice que las empresas propietarias de estos medios han armado un discurso sobre la conexión humana pero siempre han trabajado a favor de una mayor conectividad automática. ¿Cuál es el objetivo de esa búsqueda?

Tener casi dos mil millones de usuarios genera la necesidad de automatizar todo. Por ejemplo, en enero, a Facebook se lo acusó de distribuir noticias falsas y tuvieron que contratar a 3.000 editores para que le enseñaran a los algoritmos a diferenciarlas de las verdaderas. A esa escala no se puede controlar todo, como haría un diario, entonces se automatiza. El problema es que, más allá de los avances de la inteligencia artificial, no podemos tercerizar la responsabilidad sobre los valores públicos en un robot que no los conoce. Qué es contenido terrorista, qué es una noticia inventada, qué es contenido sexual explícito…son decisiones muy sutiles.

De la lectura del libro se desprende que todo en Internet tiende a ser efímero, pero en su investigación usted encuentra plataformas exitosas que llevan más de diez años creciendo. ¿Piensa que en el futuro cercano el mapa de medios conectivos tenderá a multiplicarse o a concentrarse cada vez más?

Creo que lo que hemos visto en los últimos cinco años es una tendencia hacia la concentración. Hoy tenemos cinco grandes compañías: Google, Apple, Facebook, Amazon y Microsoft. Esas son las empresas propietarias de las principales plataformas del mundo. El problema es que cuanto más grandes se vuelven, tienen más poder, porque tienen más usuarios y generan más efectos en la red, y esos efectos generan más noticias, más publicidad, y así. Es un mecanismo de auto-perpetuación eterna. Es una enorme concentración de poder en esas cinco grandes.

Esto, como usted analiza en el libro, parecía no ser así a principios de siglo. Muchos vieron en estas plataformas una experiencia colectiva, comunitaria. Incluso se hablaba del triunfo del usuario. ¿Esta concentración actual demuestra que esto ha cambiado definitivamente o podemos pensar en una Nueva Internet?

Es muy cierto que cuando los medios sociales comenzaron a surgir a principios del 2000 todo era conectibilidad. Yo lo llamo conectibilidad (connectedness) para diferenciarlo de conectividad (conectivity). Conectibilidad empodera a todos para hacer cosas juntos y esa es la fuerza empoderante de la Internet. Ese fue el espíritu a principios de siglo. Sin embargo, después de 2010, la conectividad reemplazó a la conectibilidad, lo que significó que todas estas actividades que hacíamos y hacemos juntos se agrupen en plataformas que son propiedad de corporaciones que median entre todo lo que hacemos y aquello que somos. Y al hacerlo, han creado tanto poder que saben quiénes somos porque saben qué cliqueamos. Facebook sabe mejor qué hacemos y quiénes somos que nosotros mismos. Cuando uno recibe un resumen de la propia actividad en línea durante un día, uno se sorprende, porque puede aprender muchísimo sobre uno mismo, cosas que no sabía realmente. No es solo Facebook o YouTube, sino que a eso se suma lo que compra en línea, las ubicaciones de Google Maps, los libros que lee…No depende de lo que publicamos sino de lo que hacemos. Todos los días, muchos de los datos que uno produce son entregados en forma inconsciente. Y tras bambalinas, toda esta información está interconectada y es compartida con otras compañías, y puede ser conectada a través de intermediarios llamados data-brokers, que producen información enormemente valiosa acerca de su situación financiera, su estado de salud, las cosas que compra, dónde trabaja, y demás. Es información por la que se pagarían fortunas y uno la regala cuando hace clic y acepta las condiciones de uso, esas que nadie lee. Y nadie las lee porque son demasiado largas, incomprensibles incluso para los abogados. Son casi imposibles de leer y cambian casi todas las semanas. Uno cede sus derechos por usar el software gratis.

Me olvido entonces de una nueva Internet…

No digo eso, pero lo que trato de argumentar es que tenemos que tener conciencia de lo que pasa en Internet. Tenemos que comprometernos y no lo tenemos que dejar en manos de las empresas. Hay que pensar en la posibilidad de un mundo en línea más habitable, más democrático y seguro. Hay valores públicos que tienen que ser tenidos en cuenta y anclados en una nueva Internet.

Actualizada 04/07/2017

Una Red para las pibas

Una Red para las pibas

¿Dónde están “las pibas”?

Faltan las pibas en las escuelas. Faltan las pibas en los hogares. Desde el año 2015 los docentes comenzaban a advertir que las pibas no estaban en el aula. Las familias, sin lugar al cual recurrir, se fueron acercando a los maestros y profesores para decirles que tampoco estaban en sus casas. Cerca de treinta casos (contando solamente los conocidos por la Red de Docentes, Familias y Organizaciones del Bajo Flores, que contabilizan solo a las adolescentes en edad escolar que concurren a las escuelas) tuvieron lugar en este barrio en dos años y preocupa la falta de intervención estatal. El próximo sábado 16 de diciembre organiza el festival FestiRed para continuar su campaña de visibilización y en reclamo por políticas públicas para esta problemática.

En los casos que se fueron presentando en las escuelas cercanas al Bajo Flores, las modalidades de cooptación de estudiantes fueron diversas. En algunos de ellos, se formularon -a través de Facebook- amenazas y extorsiones para que envíen videos y fotos manteniendo relaciones sexuales. En otros casos, la cooptación implicó convencerlas de que abandonen su hogar con la promesa de una mejor posibilidad económica. Tanto en uno como en otro caso el medio en el cual se iniciaba y sostenía este contacto eran las redes sociales. La práctica, rápidamente, derivaba en lo que se conoce como grooming, el acoso y abuso sexual cibernético hacia niñas y adolescentes.

Los padres de una de las chicas en el Bajo Flores

«Son lugares de perversión donde los pedófilos y degenerados cosechan a sus víctimas», aseguró Sergio acompañado de Neyva, sobre los lugares donde buscaron a su hija Layla.

Frente a estas desapariciones y extorsiones, las mamás, algunos papás, docentes de las escuelas públicas de la zona y organizaciones sociales que intervienen en el barrio comenzaron a reunirse para crear una red de contención. Augusto Del Cueto, maestro de escuela primaria e integrante de la Red, comentó: “Se me acercó una mamá de una alumna. Me dijo que a su hija la estaban persiguiendo por Facebook, que la amenazaban exigiéndole que mande fotos y videos. Cuando se negaba, la amenazaban de manera cada vez más violenta, hasta enviarle fotos de la puerta de su casa diciéndole que sabían los horarios de trabajo de la mamá y que si no le enviaba un video teniendo relaciones con alguien le iban a matar a la madre”. Cuando Augusto escuchó a la mujer, recordó que otra docente había comentado una situación similar y se puso en contacto con ella. Una vez que los testimonios de las familias comenzaron a circular, no tardaron en advertir que los casos no solo eran muchos, sino también similares.

Tras una primera reunión convocada por los docentes se le fue dando forma a la Red. Recurrieron al Ministerio de justicia, donde le brindaron asesoramiento sobre cómo y dónde denunciar este tipo de casos, se reunieron con abogados que los asesoraron sobre cómo proceder frente a situaciones de abuso y de trata, entre otros. Sin embargo, mientras este proceso se iba consolidando, desapareció de su hogar otra adolescente, que estuvo más de diez días desaparecida y cuando se contactaron con la familia descubrieron que los mensajes que recibía provenían de un perfil falso de Facebook, cuya lista de amigos tenía a las otras chicas que sufrían amenazas. Este fue uno de los primeros datos concretos que le permitió a la Red concluir que todas eran víctimas de un mismo entramado de personas.

Un mural sobre grooming cibernético donde hay dos figuras: un hombre y una nena en sus computadoras. El mural tiene escrita la frase "ni en la compu".

Frente a las desapariciones y extorsiones sufridas, las mamás, algunos papás, docentes de las escuelas públicas de la zona y organizaciones sociales que intervienen en el barrio comenzaron a reunirse para crear una red de contención.

¿Cómo proceden?

El modus operandi de las redes que buscan chicas para explotarlas laboral y sexualmente es similar en todos los casos. Haciéndose pasar por personas de su misma edad, con identidades falsas en las cuentas de Facebook y con “amigos” que eran en su mayoría adolescentes menores de edad. Estas personas las incitan a marcharse de su hogar bajo la promesa de una vida mejor. Sin embargo, no es cualquier adolescente a la que apuntan. “Ahora nos damos cuenta también a quiénes buscan, no a una nena que está bien empoderada y acompañada de la familia, sino que buscan nenas que estén mal, que estén emocionalmente débiles, con baja autoestima y que no se aceptan como son. Si vos no te sentís bien y aparece alguien que te dice ´sos hermosa´; ´podés tener una vida mejor´, esa es la manera que usan para cooptarlas”, declaró Janet Ramos Martínez, madre de una de las adolescentes que fue amenazada por Facebook. Del mismo modo, Sergio Nayeli Sainz, padre de otra joven, agregó: “En todos los lugares donde estuvimos buscando a mi hija, encontramos un delito. Son lugares de perversión donde los pedófilos y degenerados cosechan a sus víctimas. Imaginate lo que son capaces de hacerle a una niña que está indefensa a merced de ellos, qué les han hecho, qué les han dicho”.

Una mujer en el barrio del Bajo Flores sonríe.

«Si vos no te sentís bien y aparece alguien que te dice ´sos hermosa´; ´podés tener una vida mejor´, esa es la manera que usan para cooptarlas», dice Janet Martínez Ramos, madre de una de las chicas amenzadas por Facebook.

¿Por qué estas pibas?

El contexto socio-cultural y económico del que vienen estas familias es de gran vulnerabilidad. Muchas de las mamás son madres solteras que han sido víctimas de violencia de género. Todas ellas, trabajan gran cantidad de horas para sostener sus hogares y poder criar a sus hijos e hijas. En su mayoría pertenecen a la comunidad boliviana que llegó a la Argentina en busca de trabajo y oportunidades. La Villa, ha sido y sigue siendo su lugar de residencia y su vida está atravesada por múltiples factores que las obligan a vivir entre la denuncia de estos casos y el temor frente a las amenazas. “No hay a quien recurrir, el único recurso es organizándonos entre las familias, junto a las organizaciones que siempre están disponibles en la lucha, y hacerlo salir en todos los medios, decir lo que sucede, para poder evitarlo al menos un poco. Respecto a lo del Facebook, por un momento paró, pero el último mensaje que recibimos las mamás fue ‘por ahora paró, pero sepan que después viene con más fuerza’.  Uno tiene miedo, pero sabemos que tenemos que seguir, siempre con cuidado, no vamos a dejar. Estamos ahora para otras personas, estamos empoderados”, enfatizó Ramos Martínez. Del mismo modo, Neyva Fernández -madre de otra joven- especificó que la tarea de la Red y de las mamás es “concientizar, poner el alerta para que estemos atentas, hay que saber mirar y escuchar”.

Un chico en bicicleta en el barrio del Bajo Flores, de fondo se ven pintados varios murales.

Las redes de trata se aprovechan de la situación de vulnerabilidad social que atraviesa las familias del Bajo Flores.

Una cuestión de Estado

De los cerca de treinta casos que se han denunciado en el Bajo Flores, ninguno ha avanzado judicialmente. La Fiscalía de Pompeya es quien ha recibido todos estos casos y desde hace un año no se han comunicado con las familias para informar avances en las causas. Esto no significa que no se sepan nombres, calles y lugares. Por el contrario, ha habido testigos que han declarado que personas adultas se encontraban contactándose con niñas para “halagarlas”, mientras otros, se contactaban con otras para amenazarlas. Sin embargo, estos testimonios no forman parte de los expedientes judiciales y la constante es la falta de prueba. Del mismo modo, cuando las familias se acercaban a las comisarías para denunciar las desapariciones y amenazas, los oficiales a cargo no querían tomarles la denuncia enfatizando que “las chicas son así, inventan”, “espera cinco días” o “si es por Facebook, no hay delito”, entre otras afirmaciones. El velo de sospecha sobre las niñas y adolescentes continúa operando y culpabilizándolas mientras el Estado mira para otro lado.

A partir del testimonio de las jóvenes, la Red pudo identificar que “muchos de los contactos de Facebook que las buscan se originan en un boliche llamado El Bacilón que abre los días de semana, en competencia directa con la escuela porque abre de 14 a 19. Actualmente funciona en Liniers, antes funcionaba en Bajo Flores. El local se promociona vía Facebook, en grupos que no son cerrados, donde difunde la venta de alcohol que, aclaran, para las chicas es gratis. Las estudiantes tienen contacto con este boliche, generalmente van a bailar ahí. Luego del caso de Nadia logramos que se allane el lugar, que ya tuvo denuncias y clausuras. Una vez que se lo allanó, se encontró que había habitaciones numeradas que no estaban a la vista, sino en la parte de atrás. A la vez, cuando se lo fue a allanar ya habían sido avisados”, explicó Augusto Del Cueto y agregó: “Las familias no esperan nada del Estado porque ¿qué van a esperar si es el mismo Estado el que los obliga a vivir en una habitación sin ventanas y a pagar un alquiler por eso? Es el mismo Estado que cuando caminan por la calle se los lleva en cana o que les allana las casas para robarles los ahorros”.

Un hombre y una mujer parados en una esquina donde hay pintado un mural, en el barrio de Bajo Flores.

«Las familias no esperan nada del Estado. Es el mismo Estado que cuando caminan por la calle se los lleva en cana», señala Augusto Del Cuero junto a Josefina Avale, ambos integrantes de la Red.

¿Cómo seguimos?

Josefina Avale, integrante de la Red y militante del Frente Juvenil Hagamos lo Imposible, compartió cuáles son las tareas que actualmente asume la organización: “Trabajamos en tres áreas. Por un lado, en materia preventiva, dando talleres en las escuelas, en algunos locales del barrio, porque entendemos que es algo que sí o sí tiene que estar. Si una chica está siendo víctima de estas redes, es importante que conozca a la Red para saber que tiene un espacio al cual recurrir. Por otra parte, tenemos la acción concreta, que es un protocolo de cómo intervenir cuando desaparece alguien. Lo primero que hacemos es contactar a la familia, saber a qué escuela va y ver con qué docente de esa escuela podemos comunicarnos. Por último, una vez que la chica aparece y vuelve a casa intentamos continuar acompañándolas, porque aprendimos que la contención y lo afectivo es lo que las hace volver”.

En relación al trabajo de acompañamiento que las docentes hacen junto a las chicas, hace un año crearon un espacio exclusivamente para ellas. En la Cazona de Flores, Morón 2453, se reúnen todos los sábados para compartir, charlar y pensar qué quieren hacer. Melisa Correa y Silvina Herrera son docentes que construyen ese espacio cotidianamente. El motivo que impulsó la creación de este lugar de encuentro tuvo que ver con advertir que “el Gobierno de la Ciudad viene clausurando cada vez más los espacios públicos, gratuitos, donde los pibes pueden jugar, encontrarse. Cada vez se reduce más lo estatal y el espacio que les queda es la calle que está dominada por los grupos mafiosos”, agregó Del Cueto. Frente a esta problemática y a la necesidad de que las adolescentes cuenten con un lugar propio en el cual pensarse y compartir es que fueron generando espacios para que ellas participen y dinamicen sus propias actividades. “Lo que queríamos es que este espacio se construya con sus ojos, para que nosotros podamos entrar a ese mundo, ir hacia ellas. Que ellas nos lleven a su mundo”, comentó Silvina Herrera, docente de nivel inicial y terciario, integrante de la Red. Sobre el mismo punto, Melisa Correa docente del Distrito Octavo de la Ciudad agregó: “Construir un relato desde la mirada de las pibas implica abrirse a repensarlas”. Ambas fueron contundentes al afirmar que el trabajo en la Cazona produjo una transformación en sus apreciaciones hacia las chicas y sobre sus adolescencias: tienen como objetivo que sean ellas quienes pongan en primera voz sus experiencias y relato.

Dos mujeres en el frente de una casa.

A partir del trabajo realizado en la Cazona, Melisa Correa y Silvina Herrera coinciden en que se produjo una transformación en sus apreciaciones hacia las chicas y sus adolescencias

Inducidas, cooptadas por personas que les proponen soluciones mágicas a sus problemas, las historias de estas adolescentes demuestran cómo el deseo de escapar de una realidad adversa cobra vital importancia en sus vidas. A la vez que da cuenta del entramado complejo que opera sobre ellas. Tienen entre 13 y 15 años. Desean crecer en libertad, tener autonomía, pensar en un futuro. No quieren estar encerradas y desean encontrarse a ellas mismas en un mundo que les dé sentido. Como han afirmado las docentes, se trata de que ellas se pregunten qué quieren y que a partir de la reflexión sobre los deseos, empoderarlas y que aparezca un horizonte de lo posible.

 

Fuerzas de gendarmería nacional con armas en sus manos, ingresando en barrio de Bajo Flores

Actualizado 13/13/2017

“El sistema de medios y el poder político están hablando entre ellos”

“El sistema de medios y el poder político están hablando entre ellos”

Es en la agenda pública donde empieza a verse una audiencia activa, que no asume la agenda mediática como dada, que empieza a cuestionarla, a preguntarse por quién es la fuente de información”, dice Natalia Aruguete en diálogo con ANCCOM.  ¿En qué medida el contenido de los medios masivos de comunicación influye en las audiencias? ¿Qué efectos genera en las mismas? En su reciente libro El poder de la agenda, política, medios y público –editado por Biblos- Aruguete, doctora en Ciencias Sociales por la Universidad Nacional de Quilmes cuestiona desde una mirada crítica el poder de las agendas y la relación entre ellas y reflexiona sobre los procesos de selección y construcción de noticias y su influencia real en la opinión de la ciudadanía en tiempos de redes sociales.

En su libro expone las distintas fases en la teoría del establecimiento de la agenda. ¿Cómo funciona aquella enfocada en los efectos cognitivos de los medios?

Es la primera fase –iniciada 1968- que confirma la hipótesis que mantenía otro investigador, Bernard Cohen, uno de los principales antecesores de la teoría de establecimiento de la agenda. Lo que Cohen decía en 1963 era que los medios no tienen capacidad de decirnos qué pensar, pero sí de decirnos sobre qué pensar. No nos instalan ese cómo, pero sí instalan temas más importantes sobre los cuales la gente se forma una opinión. Ellos llevaron a cabo una serie de estudios y descubrieron que los temas que aparecían como los más importantes en la agenda mediática, eran los mismos temas que después aparecían como los más importantes en la agenda pública o en las encuestas de opinión.

En una segunda fase, explica que existen factores, condiciones contingentes, que inhiben los efectos cognitivos ¿Cómo ocurre?

Las condiciones contingentes pueden tener dos tipos de injerencia en la relación entre medios de comunicación y opinión pública o ciudadanía. Estos dos tipos de incidencia pueden ser inhibiendo la influencia de los medios o reforzándola, depende de cada una de las condiciones contingentes a las cuales nos podamos referir. Por ejemplo, se supone que una persona que tiene un mayor nivel educativo puede tener una relación ciertamente crítica con aquello que está leyendo, respecto de determinados medios, pero puede tener al mismo tiempo una mirada de mayor aceptación de aquellos con los que coincide. Y allí ingresa otro factor, otra condición contingente que puede ser la credibilidad en los medios masivos de comunicación. Si yo no tengo confianza, no le creo a lo que dice Clarín por los factores que sean, entonces la agenda de Clarín va a tener una menor influencia sobre mi opinión que la agenda que pueda tener cualquier otro medio.

Después, otro tipo de condiciones, la más importante, es la necesidad de orientación. Es una condición psicológica que plantea que todos los seres humanos necesitamos hacernos un mapa cognitivo de lo que está ocurriendo y cuando intentamos hacernos ese mapa sobre aquellos temas que se alejan de nuestra experiencia, recurrimos a los medios para que nos configuren ese mapa. Entonces, cuando los temas no son experienciales, en el sentido de que se alejan de nuestra cotidianeidad, tienen mayor nivel de influencia que con aquellos temas que tocan nuestra experiencia.

El caso del niño Aylan (Kurdi) que fue hallado ahogado en la playa turca, para nosotros es un tema muy lejano, entonces, cualquier tipo de cuestiones que nos digan los medios tendrán mayor posibilidad de que influyan en nuestras percepciones sobre esa problemática. Incluso si tenemos conversaciones interpersonales respecto a esa temática, es probable que discutamos menos. Diferente sería si nos ponemos a discutir sobre las últimas elecciones en la Argentina porque ese fenómeno toca más nuestra experiencia, conocemos a los actores involucrados y entonces, el efecto que tengan los medios sobre nuestras percepciones será distinto e incluso las conversaciones que podamos tener al respecto pueden llegar a ser más discutidas, podemos llegar a menos o más acuerdos, pero tiene que ver con que nuestra necesidad de orientarnos en temas que tocan o no tocan nuestra experiencia.

¿Qué revela la siguiente fase?

La tercera fase, lo que descubre es que las características de personalidades o temas que ingresan a la agenda de los medios, pueden ser enfatizadas y otras ocultadas. Ese énfasis, que se da a determinados atributos en detrimento de otros, no solamente nos indica sobre qué pensar, sino que también nos forma una determinada opinión sobre esos objetos, es decir, sobre qué pensar pero además cómo pensar sobre esos objetos.

A lo que se le pone énfasis…

A lo que se le pone énfasis pero en términos de características es, si yo digo que Cristina Fernández de Kirchner es una candidata autoritaria, frente a Mauricio Macri, un candidato de consenso, estoy atribuyendo una característica determinada que incide en cómo vos te figurás a esos candidatos, entonces la tercera fase no sólo nos indica sobre qué pensar, sino también cómo pensar sobre aquello de lo que se habla en la agenda de los medios.

En su libro habla de tres tipos de agenda: pública, mediática y política ¿Cuáles son las diferencias y cómo se establece la influencia entre ellas?

Esta sería la cuarta fase en la que ingresa la agenda política porque en las primeras tres, las únicas dos agendas que se ponen en juego, bajo estudio, son la agenda mediática y la agenda pública y se analiza en qué medida la agenda mediática influye sobre la pública.

La agenda mediática es la cobertura de los medios, esta es la agenda de Clarín. Una agenda es un conjunto de temas o atributos. La agenda pública son los temas que interesan a la sociedad como la inseguridad, la inflación, la pobreza, etcétera. En 2002 el principal tema de la agenda pública en la Argentina era la pobreza, hoy la principal preocupación de la agenda pública, es decir, de la sociedad argentina es la inseguridad.

Las agendas públicas también se conforman a partir de los contextos en los que nos encontramos, en un contexto en donde la mitad de la población estaba bajo la línea de pobreza, te digan lo que te digan los medios, vos eso lo estabas viviendo como tema cercano a la experiencia. En 2002 los medios no podían tener demasiada influencia si decían cualquier cosa sobre la población porque la población estaba viviendo en carne propia problemáticas que eran muy dramáticas. Cuando esas problemáticas empiezan a retirarse y empieza a haber un mayor bienestar – que se recuperó en los últimos doce años – temas como la inseguridad por ejemplo, empiezan a ubicarse. Hay autores como el sociólogo Gabriel Kessler, quien acuña en la Argentina el término sentimiento de inseguridad, que dice que este sube en importancia para la sociedad cuando los otros elementos de preocupación de la sociedad están más estables, por ejemplo la economía, el trabajo. Cuando hay estabilidad económica la preocupación por la inseguridad es mayor, dice. Entonces, esas preocupaciones que hay en la sociedad, esas cosas que nos importan conforman la agenda pública.

La agenda política, está formada por aquellas preocupaciones del sistema político. En noviembre no se hacía otra cosa que pensar en las elecciones, hoy es el cambio de Gobierno, cómo se reorganiza y cómo tiene que avanzar en su gestión, teniendo la cámara legislativa en desventaja, teniendo a la gente en la calle bastante movilizada, todas esas cuestiones son temas, issues que están en la agenda política.

Por ejemplo la designación de los dos jueces de la Corte Suprema de Justicia de la Nación…

Por ejemplo, la designación de los dos jueces es agenda política porque hay una actuación al respecto por parte del Poder Ejecutivo, pero además hay una discusión alrededor de esa cuestión por parte de los actores que son dirigentes políticos, funcionarios o ex funcionarios. Lo que hay que ver es si esa cuestión -una relación ciertamente endogámica entre el poder político y el poder mediático (coincidan o no ideológicamente), coincide entre las principales preocupaciones del poder político y los principales temas que aparecen en las coberturas de los medios. No estoy tan segura de que esas sean las principales preocupaciones de la sociedad, o sea de la agenda pública. Entonces, una de las cuestiones que me parece que hoy se puede poner en discusión es, en qué medida las tres agendas están hablando de lo mismo.

Entonces ¿Cómo se llega a pensar en un proceso de construcción de la agenda mediática?

Con lo que originalmente se ha llamado agenda building, que es la construcción de las agendas, se analizan distintos factores que están en juego al momento de construir la agenda mediática -más allá de que la relación entre el sistema de medios y el poder político es tensa, hay una relación más endogámica, porque están hablando entre ellos – entonces, las preocupaciones del poder político y las del sistema de medios tienen mayor nivel de coincidencia. Luego de eso, uno puede preguntarse si hay una influencia en la agenda pública, preguntarnos qué pasa en Facebook, qué pasa en Twitter, que puede pensarse como una caja de resonancia de la agenda pública, en algunos sentidos.

Vamos a suponer, que tomamos como ejemplo las redes sociales como expresión de la opinión pública, en vez de sondeos de opinión. Uno podría decir que si hay circuitos de amigos de Facebook o de Twitter en donde se habla de lo mismo, por ejemplo si tiene precedente o no el decreto que designa en comisión a dos jueces de la corte, donde la preocupación es si es constitucional, si es autoritario o no lo es. Pero los circuitos de amistades de Facebook son tribus donde hay coincidencia en las agendas, entonces no lo podemos pensar como una problemática que está homogéneamente extendida a lo largo de los distintos armados de amistades de Facebook, es difícil hoy, con tanta circulación de información. Las audiencias comienzan a ser concebidas como audiencias activas, ya no como una masa homogénea a la cual se le fija la agenda de los medios, hoy hay una disputa por qué agenda se instala. Lo cierto es que la sociedad, los movimientos sociales u otras agrupaciones que tienen menor poder de incidencia en el curso de los acontecimientos, también tienen menor poder de ingresar a la agenda mediática. Hubo muchas manifestaciones de la población entre las elecciones del 25 de octubre y el ballotage, en que se fue armando desde las bases un apoyo a un proyecto, criticando la candidatura de Macri, pero esas manifestaciones no tuvieron tanta repercusión en los medios, ni aparecieron en las tapas de algunos medios como por ejemplo sí las tuvo las manifestaciones que se hicieron en 2008 por el llamado campo, que también es un término que puede cuestionarse.

¿Pero la agenda mediática no tiene también que ver con los intereses de los medios?

Los intereses de los medios son uno de los factores que inciden en este proceso de construcción de la agenda, pero esos intereses no actúan aisladamente, actúan en negociaciones con otros poderes. El poder mediático tiene negociaciones tensas con el poder político, pero también con poderes corporativos. No es lo mismo analizar en qué medida la ciudadanía que se movilizó en el mes de noviembre, o el movimiento piquetero en su negociación con los medios de comunicación; que analizar la fuerza y el poder que tienen las corporaciones sindicales de ingresar en la agenda de los medios, ahí por supuesto se juegan los intereses y sobre todo se juega la ideología de los medios, el perfil editorial de los medios y su ideología plasmada en una agenda. Por supuesto que están los intereses, pero no juegan solos, sino desde un contexto determinado.

Igualmente las manifestaciones en contra del decreto que creó el Ministerio de Comunicaciones tampoco apareció en muchos medios, ¿Se podría decir que no está en agenda?

Ese es otro elemento muy interesante de analizar, yo he trabajado sobre algunas cuestiones relativas a el llamado 7D y lo que fue el proceso de discusión del proyecto de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual hasta que se sancionó y lo trabajé en cómo los medios lo cubrían y no es solamente que aparezcan o no, lo importante es cómo aparecen. Si el 7D aparece meramente como una controversia, o si se analizan las consecuencias más profundas que podría generar que se cumpla o no con plazos en los cuales también entran a jugar otros poderes, no solamente el político, sino el judicial. Pero lo que es muy interesante es ver qué ocurre con problemáticas que afectan con los intereses directos de los medios, intereses corporativos, económicos, pero también intereses políticos.

De todas formas, yo no creo que haya ninguna temática en la cual los medios estén completamente despegados, los medios son actores políticos que participan de la vida política muy fuertemente. No es que crear un Ministerio de Comunicación o lograr la anulación de la ley de medios preocupó más a las agendas de los principales medios de comunicación de la Argentina que lo que les preocupó el conflicto con el campo. Los medios de comunicación tuvieron un infernal involucramiento en ese conflicto y les preocupaba soberanamente. Lo que digo es: cuidado con pensar que hay cuestiones de las cuales los medios están alejados, los medios participan de la vida política de la Argentina y el mundo muy activamente, creo que hay pocos temas que hoy dejen de interesarle a los medios en una relación muy cercana.

 

En una fase posterior habla de la eficacia política de las coberturas informativas y su efecto sobre el comportamiento de la audiencia, es decir la agenda setting en red ¿Cómo explicaría el proceso por el cual se conecta la información nueva con la que ya existente en la audiencia?

Lo que empieza a pensarse a partir de la idea de agenda setting en red es que los temas o los atributos que empiezan a instalar los medios, no tienen una linealidad directa respecto de que yo hablo de corrupción, la población habla de corrupción, yo hablo de inseguridad, la población habla de inseguridad.

Vuelvo a las elecciones porque me parece elocuente para plantear. El frente Cambiemos decía que el Sciolismo estaba recurriendo “a la campaña del miedo”. Pero al mismo tiempo, también el frente Cambiemos tenía recurrencias a la idea del miedo de maneras más subliminales, ambos candidatos tenían un acercamiento a la idea del miedo cuando se dirigían a la población. Y lo del miedo es muy importante porque creo que en las reflexiones estratégicas que tienen los equipos de campaña, eso estaba muy presente, lo tenían muy claro. Porque en los argentinos, la idea del miedo está muy instalada, no solamente por la llamada inseguridad, nosotros vivimos una dictadura feroz que se cobró mucha gente y generó a la población mucho miedo.

Entonces, las apelaciones al miedo de los discursos de los candidatos o en las coberturas mediáticas tienen un efecto de agenda en la población, en la medida en la que logran que la idea del miedo conecte con cuestiones que están guardadas en nuestra memoria. La idea de la agenda setting en red alude a esas asociaciones entre lo nuevo que proponen los medios y lo que en algún lugarcito tenemos guardado, entonces al hacer esa asociación, esa temática se nos vuelve relevante, pero no solamente porque aparece en la tapa de Clarín, sino porque logra asociarse a cuestiones que ya tenemos presentes, eso es la agenda setting en red.

La quinta fase es levemente distinta porque lo que se plantea es que, así como en la primera fase, en el año 1968 se descubre que los medios tienen efectos cognitivos, es decir, “nos hacen conocer” aquello que es importante, y la tercera fase tiene efectos actitudinales en el sentido de que tenemos percepciones determinadas sobre los candidatos, temas o personalidades que los medios ponen como relevante, esta fase plantea que además la relevancia que se le de a determinadas cuestiones tiene efectos sobre cómo nos comportamos.

Entonces, la inseguridad es un ejemplo muy elocuente también para hablar de esto porque si Clarín, La Nación, TN o los medios interesados en darle mayor relevancia a estas problemáticas, insisten, e insisten uno se compra una puerta candado o sale menos, o se guarda en su casa antes, cosas que por ahí años atrás nos parecían ridículas pero que el machaque sobre determinadas noticias, la cobertura sobre la llamada inseguridad (me parece importante insistir sobre la llamada inseguridad), es casi el doble de la tasa de delitos efectivos. Entonces, esa cobertura que abona el hecho de que la sensación de inseguridad que se tiene, sea mayor que la cantidad de delitos denunciados, está fuertemente influida por los medios masivos de comunicación porque además no es una problemática que circule en las redes sociales de manera predominante.

En su libro cuestiona los efectos de la teoría de la agenda setting ¿Cuáles serían las críticas que le haría a la misma?

Una crítica que le haría es que el orden de temas aparecidos en la agenda mediática pueda llegar a coincidir, o no tanto, con el orden de problemáticas que aparecen como principales en la agenda pública, eso no significa causalidad, para mí eso no es suficiente para decir que hay un efecto directo porque creo que la agenda setting en ese punto no está incluyendo el contexto en el cual todo esto tiene lugar. No es lo mismo pensar en la influencia que pueden tener los medios en momentos de calma donde por ahí uno lee la tapa de Clarín y no se lo pregunta tanto, que pensar en momentos de campaña electoral, sobretodo tan competitivo como la que hemos tenido. En esas ocasiones, la gente tiene un mayor involucramiento político en términos de mayor eficacia política, de preocupación, de interés por lo que está pasando, lee mayor cantidad de noticias políticas, pero eso no implica necesariamente que tenga un efecto directo. Creo que hay que matizar la idea de los efectos, que es más conveniente en este punto, tomando a algunos autores, hablar de proceso de construcción de agenda y no de proceso de establecimiento de agenda, en el sentido de que el establecimiento de agenda habla de la transferencia, de la relevancia de una agenda hacia la otra, en cambio, el proceso de construcción de agenda lo que supone es que las tres agendas, la política, la mediática y la pública se influyen unas a otras al menos en alguna medida pero que no pueden desconocer lo que está circulando en las tres agendas.

¿Los medios en línea disputan la agenda a los medios tradicionales?

Debemos decir que es en la agenda pública donde empieza a verse una audiencia activa, que no asume la agenda mediática como dada, que empieza a cuestionarla, a preguntarse por quién es la fuente de información. Entonces, esta audiencia activa si bien puede en sus manifestaciones a través de posteos o tuits tomar a la agenda mediática como insumo fundamental, eso no significa necesariamente que asumamos esas noticias como dadas porque también las discutimos, las resignificamos, decimos mirá lo que publicó La Nación pero para hablar también de otra cosa, lo damos vuelta, incluso a veces decimos: mirá La Nación lo que está diciendo, entonces no hay que pensar solamente que el hecho de que estas noticias de la agenda mediática tradicional aparezcan en las redes sociales vaya de suyo que haya una influencia, la influencia se da cuando se producen dos cosas: se da de manera imperceptible, cuando podemos notar dos mecanismos, por un lado, los significados que se le da a aquello que citamos de los medios de comunicación, ya sea en las redes o en nuestras conversaciones, cuando el sentido y el significado que le damos coincide con el sentido que le dan los medios. Clarín me dice: creció el nivel de inseguridad de la población, yo digo: qué barbaridad creció el nivel de inseguridad en la población, allí asumo acríticamente lo que me está indicando, ahora si yo posteo eso en facebook y digo: `mirá Clarín cómo está jugando con el nuevo gobierno para dejarle las manos libres, para el traspaso de la Policía Federal a Capital Federal`, eso es poner en discusión la nota de Clarín, más allá de que yo la cité en mi post. Entonces, insisto, un primer mecanismo para influir en una agenda sobre otra es que yo la asuma acríticamente, pero la otra forma de influencia de la agenda mediática o de la agenda política sobre la pública es cuando yo tomo determinados temas instalados y los pongo en discusión.

A mí me parece que los temas que fueron propuestos para el debate presidencial no fueron temas neutrales, pese a que el debate se presentó como un intercambio de ideas, como una propuesta democrática en donde nos íbamos a enterar de aquello de lo que pensaban los candidatos, y lo que no nos dimos cuenta y no nos preguntamos es que las temáticas alrededor de las cuales los candidatos discutían, estaban prefijadas y no eran neutrales porque hay ciertos grandes issues que aparecieron ahí que tenían una concepción teórica y política por debajo, nadie se los preguntó, lo dieron por dado. Incluso, tanto en los medios como en la gente en esos días, la discusión estuvo dada entre quién chicaneaba más a quién, cuánto se había alterado Scioli, cuánta calma había mantenido Macri, la discusión quedó en un nivel tan banal que eso logró dispersarnos para que no nos preguntáramos por la génesis de los temas. Ahí voy con la importancia de pensar en construcción de agenda, ¿Cómo se construyó la agenda del debate? nadie se lo preguntó, ¿Quiénes son? ¿Qué organización propone los temas? No nos lo preguntamos. No estoy criticando a esa ONG, lo que digo es que todos tenemos concepciones teóricas y políticas por detrás y esas concepciones quedan plasmadas incluso en los temas que elegimos y en los atributos que le otorgamos a esos temas. Si la población deja de preguntarse sobre eso, ahí el efecto de agenda es mucho mayor.

¿Cómo cree que influyeron estas agendas en el ascenso de Mauricio Macri?

Me parece que no se puede hablar de un elemento que haya influido, la verdad es que me parece que la influencia mediática no tuvo un gran poder en ese tiempo, porque después del 25 de octubre, no solamente las encuestas, sino que la percepción pública era que Macri iba a ganar por diez puntos, hasta los que no deseábamos eso y nos movilizamos en contra de eso, incluso hasta las nueve de la noche, todos estábamos convencidos de que ganaba por diez puntos y ganó por dos y medio.

Eso me da a pensar que las agendas del poder tuvieron poco impacto en la población, por lo menos en la mitad de la población que votó en contra de Macri y entonces me parece que lo que allí logró inhibir el efecto de agenda mediática fue la movilización de la población, no solamente en las calles a partir de una conversación permanente, sino además la circulación de información en las redes que pusieron en discusión el set de temas puestos por las agendas mediáticas. Ahí sí creo que hubo en la agenda pública, tomada en términos generales, una resistencia a la agenda que proponían los medios y que proponía el poder político.