La policía porteña no pierde el hábito del gatillo fácil

La policía porteña no pierde el hábito del gatillo fácil

Lucas González, 17 años, jugador del Barracas Central, volvía con tres amigos de un entrenamiento y fue baleado por policías de la comisaría vecinal 4C en Barracas. Difundieron la versión de un enfrentamiento pero la familia desmiente a gritos y denuncia el gatillo fácil. Los médicos diagnosticaron muerte cerebral.

 

Lucas González está internado con dos proyectiles en la cabeza disparados por agentes de civil de la Policía de la Ciudad, y con diagnóstico de muerte cerebral, en el Hospital El Cruce, de Varela. Lucas tiene 17 años y es jugador de la 6ª división del Barracas Central.

Ayer, volvía a su casa después de un entrenamiento en Barracas Central con tres amigos. Vive en Varela y como tenía que estar en su casa a más tardar a las 11.40 para almorzar, y las mamás no los podían buscar, se volvió con los amigos en una Suran blanca.

Pasadas las 9.30 Lucas fue baleado. Cinco horas después, el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, homenajeaba a la Policía de la Ciudad al cumplir 5 años de su creación.

El relato de uno de los pibes a las familias cuenta una versión diametralmente a la que la policía difunde a través de los medios. La policía habló de una persecución con enfrentamiento a los tiros, de un prófugo y tres detenidos, uno de ellos herido de bala en la cabeza.

Pero ni persecución, ni enfrentamiento. Los pibes fueron interceptados en una esquina de la calle Luzuriaga, en Barracas, por un auto particular en el que viajaban policías de civil (una brigada de investigaciones de la comisaría vecinal 4C se supo después). 

Los familiares aseguraron que como no son autos de policía, pensaron que les iban a robar porque se bajaron apuntándoles. Uno de los chicos se bajó pensando eso y escapó a su casa. En los medios se dijo que el chico se fugó. Cuando la madre vio la tele lo llevó a la comisaría para que explicara lo que había pasado. Entonces, la información que circuló en los medios fue que se había entregado el delincuente prófugo, acompañado de que habían encontrado un arma.

El arma encontrada de juguete tenía las huellas de Lucas González, herido de dos balazos en la cabeza. Pero Cintia, la mamá de Lucas, aseguró que el arma fue plantada y que era imposible que la hubiera visto la policía en la supuesta persecución porque dijeron que la habían encontrado en el baúl.

Lucas fue trasladado al Hospital Penna, en Parque Patricios, como un delincuente detenido, y horas después fue derivado al Hospital El Cruce, en Varela. Pese a que es menor de 18, en el Penna no dejaron pasar a sus padres, que lloraban desesperados al ver a su hijo tirado en una camilla en un pasillo, sin recibir atención y siendo tratado como “el chorrito», por como estaba vestido, denunció Javier, el papá.

De los otros tres amigos, el que logró escapar y los otros dos que habían sido detenidos y luego liberados por orden del juez de Menores 4, Alejandro Cilleruelo, no se sabe nada. El padre de uno de ellos dijo a la prensa que se encuentran aislados y en estado de shock.

Cintia y Javier denuncian gatillo fácil, desmienten la versión policial, e intentaban organizar una marcha para esta tarde en Parque Patricios.

Lucas fue diagnosticado con muerte cerebral y está acompañado por familiares y amigos, que reclaman justicia.

¿Dónde está Arshak? Un policía de la Ciudad del que nadie dice nada

¿Dónde está Arshak? Un policía de la Ciudad del que nadie dice nada

 

El 24 de febrero de 2019 el policía Arshak Karhanyan, de 27 años, salió de su casa sólo con su billetera y su arma reglamentaria, aunque estaba de franco.  Su mamá, Vardush Davtyan, lo esperaba para cenar su comida armenia favorita y tenía que estudiar para rendir finales, pero nunca regresó. Este lunes se cumplió un año de la desaparición y la Justicia todavía no puede decir qué pasó. 

La causa aún está en el proceso inicial de investigación, en la delimitación de si hay o no un delito, aunque para el juez Alberto Julio Baños no lo hay. 

Para el abogado de la familia, Juan Kassargian, es difícil responder en qué se avanzó en este último año: “La fiscalía reunió un montón de pruebas, pero a los efectos de resultados ninguno. Por el lado de la querella avanzamos en el relevamiento de aquellas pruebas que resultaron de la investigación de la policía de la Ciudad y fuimos encontrando muchas inconsistencias. Al momento de elegir líneas de investigación, por un lado,  llegábamos a un callejón sin salida, por otro lado, volvíamos a encontrar otro callejón sin salida… hay bastante negligencia en la prueba, tantos callejones cerrados, ya empieza a oler que no son meros errores, ya empieza a sonar a algo más que negligencias”. 

En diálogo con ANCCOM, la diputada de la Ciudad por el Frente de Todos y presidenta de la Comisión de Derechos Humanos, Victoria Montenegro, explicó: “El principio de la causa fue muy complejo, porque no le permitían a la familia ser querellante. Ahí nosotros presentamos un habeas corpus que permitió activar un poco la causa que estaba paralizada. Hasta que por fin, el juez, aceptó después de haber rechazado el pedido dos veces. Ahora lo que va a pedir la familia es que se modifique la carátula y sea desaparición forzada de persona. Nosotros ya agotamos las posibilidades administrativas y políticas, hicimos pedidos de informes, notas al ejecutivo, reuniones, el habeas corpus y una conferencia de prensa”.  Y recalcó: “Nos llama muchísimo la atención que en este año haya tanto silencio alrededor de la desaparición. Y después hay situaciones que tienen que ver ya con una definición política de la Policía de la Ciudad o del ministro de Seguridad de la Ciudad de no acompañar con más fuerza este proceso de investigación”. Arshak, de origen armenio, llegó a la Argentina con su mamá y su hermano en 1997. Se formó en el Liceo Militar General San Martín y egresó en 2014 de la policía de la Ciudad. En un primer momento, trabajó en la División de Cibercrimen y fue perito en la primera etapa de la causa que investiga la muerte del ex fiscal Alberto Nisman. En 2016, pasó a la División Exposiciones de la Policía de la Ciudad, donde permaneció hasta principios del 2019, cuando fue trasladado a la Comisaría Vecinal 7B, de Caballito. Además, estaba estudiando la carrera de Ingeniería en Sistemas en la Universidad Tecnológica Nacional (UTN). 

El día de su desaparición, Arshak fue captado por las cámaras de seguridad del edificio donde vivía en Caballito charlando en la vereda con el oficial primero Leonel Alejandro Herba, su ex compañero en la División Exposiciones de la Policía de la Ciudad. Luego de haber hablado por casi una hora, Arshak subió a su departamento y bajó unos minutos después para ir al cajero del Banco Ciudad ubicado en la estación “Primera Junta” de la línea “A” de subterráneos, donde hizo una extracción de dos mil pesos. Finalmente, las cámaras lo tomaron en el local Easy de la avenida Rivadavia comprando una pala de punta, que abonó en efectivo, y se lo vio salir caminando por Rivadavia hacia Flores. 

Hasta ahí llego el registro fílmico. Para la Diputada Montenegro, esta situación es como mínimo sospechosa: “El primer pedido de cámaras es del sábado y el lunes, no del domingo, el día que desaparece Arshak, ahí se pierde tiempo. Los días que eran importantísimos se perdieron”.

Otro hecho llamativo del proceso de investigación es que los peritos de la Policía de la Ciudad hayan borrado datos del celular personal de Arshak al intentar desbloquearlo. Sólo se pudo acceder a la información que data de un mes antes de la desaparición.

“Algo pasó que motivó que Arshak dejara de estudiar el domingo al mediodía estando de franco, lo haya visitado otro policía y haya salido a comprar una pala de punta… estamos hablando de alguien que vive en un departamento de dos ambientes en plena Capital Federal y no tiene ni una maceta en la casa”, contó a Anccom un amigo de Arshak del Liceo Militar General San Martín, donde hicieron juntos el secundario. Y agregó: “El primer reclamo es para la Justicia, ¿cómo puede ser que después de un año no nos puedan dar una respuesta más que ‘se lo tragó la tierra’? Estamos hablando de un ciudadano que es dependiente del estado… ¡Un policía! Además hay un hermetismo completo. Estamos hablando de la policía investigando a la policía”. 

Debido a la falta de respuestas, familiares y amigos decidieron crear una comisión por la aparición de Arshak con el objetivo de nuclear a toda la gente interesada y contribuir a la difusión del caso por redes sociales. 

A partir de ahora, la querella avanzará en la cuestión procesal de terminar de reunir la prueba para poder exponer su hipótesis principal. “Hace seis meses no hubiéramos tenido elementos para sostener una hipótesis, hoy creemos que tenemos elementos para decir aproximadamente ante qué situación estamos. Todavía necesitamos verificar dos o tres cosas más”, explicó a esta agencia, Kassargian.

Ya pasó un año sin respuestas pero se mantiene la misma pregunta: ¿Dónde está Arshak?

A la mañana, palos y a la tarde, rejas

A la mañana, palos y a la tarde, rejas

Durante las últimas horas de la tarde de ayer, un grupo cada vez más grande de trabajadores, militantes políticos y vecinos se fue acercando a la comisaría número 30 de Barracas para pedir por la inmediata liberación de los 16 metrodelegados detenidos a la mañana después de haber sido reprimidos por la Policía de la Ciudad en la estación Las Heras de la línea H. “A la mañana intentaron sacarnos a los palazos de nuestros puestos de trabajo con cinco carros de asalto de la Policía y guardias de Infantería. Una cosa aberrante”, enfatizó el titular de la Asociación Gremial de Trabajadores del Subte y Premetro, Roberto Pianelli.

Cartel de boca del subte que señala que todas las líneas están fuera de funcionamiento por medida gremial.

Todas las líneas de subte y premetro pararon ayer al mediodía.

“Es un política del gobierno demostrarle a los trabajadores que los que luchan no van a ser escuchados, van a ser reprimidos”, explicó la dirigente del Movimiento Socialista de los Trabajadores Vilma Ripoll.

Recién pasadas las ocho horas de la detención, y seis del paro de todas las líneas de subte y premetro que comenzó a las 12, una de las abogadas defensoras de los detenidos, Andrea Forgueras, confirmó que el secretario de los metrodelegados Néstor Segovia sería llevado al Hospital Argerich. “Es hipertenso y no le baja la presión”, detalló.

A medida que pasaban las horas la incertidumbre de qué iba a pasar con los detenidos crecía. La ambulancia que debía trasladar al secretario de los metrodelegados no llegaba y, por orden del fiscal Daniel Dupuy, los restantes detenidos tenían que ser llevado a la Fiscalía Contravencional y de Faltas número 12. Pianelli sostenía con firmeza que demorar la liberación era “una maniobra para que mañana los medios digan que los trabajadores tenían de rehenes a los usuario”. El legislador porteño Gabriel Solano sostuvo que “los que tienen de rehenes a la población es el jefe de Gobierno de la Ciudad (Horacio Rodríguez Larreta) y Metrovías (empresa concesionaria del subte), hicieron esto a propósito”.

En una conferencia de prensa, Felipe de Miguel, jefe de Gabinete de la Ciudad de Buenos Aires, afirmó que los trabajadores del subte “no pueden negociar paritarias”, es decir que no reconocen a la Asociación Gremial de Trabajadores del Subte y Premetro. Además ratificó la decisión de aplicar “sanciones, descuentos y suspensiones”. No obstante ello, sostuvo que, de todas formas, están “abiertos al diálogo”.

El secretario de Seguridad de la Ciudad de Buenos Aires, Marcelo D’Alessandro, en declaraciones a Radio Con Vos, defendió el accionar de la policía: “Segovia fue detenido porque cometió los delitos de resistencia a la autoridad e interrupción del servicio de transporte público”. Igualmente sostuvo que los trabajadores “no estaban dispuestos al diálogo”.

“Loco, dejan pasar a todos menos a los hijos”, gritó con bronca uno de los familiares del secretario de Metrodelegados Néstor Segovia. “Dicen que tiene la presión alta, lo quiero ver”.

Imagen del interior de la estacióm de subte tomada a través de las rejas.

El conflicto laboral entre los trabajadores, la empresa y el gobierno porteño se mantiene desde principios de año.

El reclamo iba hacia el gran cordón policial que restringía el acceso a la comisaría sobre la calle California. Algunas horas antes, en ese mismo sector, la policía también había reprimido con balas de goma a trabajadores que pedían por la libertad de sus compañeros detenidos. “Estábamos esperando a que haya una resolución y llegó un cuerpo importante de infantería a desalojarnos”, explicó un manifestante.

Pasadas las 19.30, la ambulancia llegó a la comisaría, y después de algunas vueltas, salió por la calle General Hornos, donde había un portón que le permitió entrar para hacer el procedimiento sin la presión de los manifestantes. Sentado en la parte de atrás del vehículo, mirando al piso, Segovia fue trasladado al Hospital Argerich y luego a la Fiscalía 12, en Barrio Norte, donde fue liberado algunas horas más tarde junto con los otros 15 metrodelegados. El conflicto laboral entre los trabajadores del subte, la empresa Metrovías y el gobierno porteño se romonta a principios de año, cuando la Unión de Transporte Automotor (UTA) arregló una paritaria del 15.2 por ciento en tres cuotas.

Desde hace varios años los trabajadores del subte no se ven representados por la UTA y formaron su propio sindicato. “UTA nos echó del sindicato y nosotros formamos otro, ni un trabajador del subte se siente representado por ellos”, manifestó Pianelli. Según el diputado Néstor Pitrola, el sindicato creado fue ilegalizado por el gobierno de Macri. “No es que no tengan personería, se la sacaron”, aclaró.

“Nos querían bajar el salario y nosotros salimos a hacer un plan de lucha, que no afecte al usuario, para que nos convoquen a discutir. La respuesta de la empresa y el Gobierno de la Ciudad fue sancionar a 80 trabajadores con 20 días de suspensión”, expresó Pianelli. Ahora, además, los reprimieron y detuvieron.