Por Mercedes Chamli
Fotografía: Sofía Barrios

Lucas González, 17 años, jugador del Barracas Central, volvía con tres amigos de un entrenamiento y fue baleado por policías de la comisaría vecinal 4C en Barracas. Difundieron la versión de un enfrentamiento pero la familia desmiente a gritos y denuncia el gatillo fácil. Los médicos diagnosticaron muerte cerebral.

 

Lucas González está internado con dos proyectiles en la cabeza disparados por agentes de civil de la Policía de la Ciudad, y con diagnóstico de muerte cerebral, en el Hospital El Cruce, de Varela. Lucas tiene 17 años y es jugador de la 6ª división del Barracas Central.

Ayer, volvía a su casa después de un entrenamiento en Barracas Central con tres amigos. Vive en Varela y como tenía que estar en su casa a más tardar a las 11.40 para almorzar, y las mamás no los podían buscar, se volvió con los amigos en una Suran blanca.

Pasadas las 9.30 Lucas fue baleado. Cinco horas después, el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, homenajeaba a la Policía de la Ciudad al cumplir 5 años de su creación.

El relato de uno de los pibes a las familias cuenta una versión diametralmente a la que la policía difunde a través de los medios. La policía habló de una persecución con enfrentamiento a los tiros, de un prófugo y tres detenidos, uno de ellos herido de bala en la cabeza.

Pero ni persecución, ni enfrentamiento. Los pibes fueron interceptados en una esquina de la calle Luzuriaga, en Barracas, por un auto particular en el que viajaban policías de civil (una brigada de investigaciones de la comisaría vecinal 4C se supo después). 

Los familiares aseguraron que como no son autos de policía, pensaron que les iban a robar porque se bajaron apuntándoles. Uno de los chicos se bajó pensando eso y escapó a su casa. En los medios se dijo que el chico se fugó. Cuando la madre vio la tele lo llevó a la comisaría para que explicara lo que había pasado. Entonces, la información que circuló en los medios fue que se había entregado el delincuente prófugo, acompañado de que habían encontrado un arma.

El arma encontrada de juguete tenía las huellas de Lucas González, herido de dos balazos en la cabeza. Pero Cintia, la mamá de Lucas, aseguró que el arma fue plantada y que era imposible que la hubiera visto la policía en la supuesta persecución porque dijeron que la habían encontrado en el baúl.

Lucas fue trasladado al Hospital Penna, en Parque Patricios, como un delincuente detenido, y horas después fue derivado al Hospital El Cruce, en Varela. Pese a que es menor de 18, en el Penna no dejaron pasar a sus padres, que lloraban desesperados al ver a su hijo tirado en una camilla en un pasillo, sin recibir atención y siendo tratado como “el chorrito», por como estaba vestido, denunció Javier, el papá.

De los otros tres amigos, el que logró escapar y los otros dos que habían sido detenidos y luego liberados por orden del juez de Menores 4, Alejandro Cilleruelo, no se sabe nada. El padre de uno de ellos dijo a la prensa que se encuentran aislados y en estado de shock.

Cintia y Javier denuncian gatillo fácil, desmienten la versión policial, e intentaban organizar una marcha para esta tarde en Parque Patricios.

Lucas fue diagnosticado con muerte cerebral y está acompañado por familiares y amigos, que reclaman justicia.