La casa con parlantes cumple 35 años

La casa con parlantes cumple 35 años

Fundada por un grupo de estudiantes de la Carrera de Ciencias de la Comunicación, FM La Tribu celebra su aniversario en el barrio de Almagro. «Lo lindo de nuestra radio es la construcción colectiva», subrayan.

La radio comunitaria FM La Tribu surgió a fines de los años ochenta, en un contexto socioeconómico y político complicado debido a la hiperinflación, en un departamento de tres ambientes en el piso 13 de un edificio de Gascón y Sarmiento. La emisora fue fundada por un grupo de estudiantes de la Carrera de Ciencias de la Comunicación de la UBA, en su mayoría militantes del Partido Comunista, con la excusa de realizar un taller de radio. Por entonces, las radios comunitarias aún no eran “legales”. Recién en 2009, cuando se aprobó la Ley N° 26522 de Servicios de Comunicación Audiovisual, la comunicación comunitaria deja de ser clandestina y pasó a ser reconocida por la legislación.

Desde sus inicios, La Tribu se propuso contar otras historias y ser un proyecto comunicacional que dispute el sentido y construya un modo de decir distinto al conocido. En esta radio se abordan problemáticas territoriales, tanto del barrio como de la ciudad de Buenos Aires e incluso desde una perspectiva federal, reflejando lo que no muestran los medios hegemónicos. Este colectivo no considera a su audiencia como “oyentes” sino como “radioparticipantes”, ya que forman parte de la construcción discursiva de la emisora, es decir que la radio busca interpelar a las personas en tanto ciudadanía activa.

“Lo más lindo que tiene La Tribu es la construcción colectiva. No sólo para hacer un programa de radio se necesitan varias personas, sino para construir este colectivo que tiene talleres, un bar, capacitaciones, un montón de cuestiones que sobrepasan a la radio. Los vínculos que se crean en La Tribu son muy fuertes. Aprender, nunca dejar de preguntarnos cosas, de cuestionar, y la creatividad al hacer cosas que, por ahí en colectivo van más lentas, pero tienen una base mucho más sólida”, afirma en diálogo con ANCCOM Paula Lorenzo, participante de La Tribu.

Lorenzo es parte del programa Charco de Arena e ingresó en el colectivo en los años noventa, mientras estudiaba la Carrera de Ciencias de la Comunicación en la UBA, y sigue hasta hoy. “La Tribu es parte de mi vida. Significa mucho. Fue mi paso hacia la militancia política y social. Gracias a hacer radio comunitaria comencé a relacionarme con un montón de gente, organizaciones, luchas. Si hoy soy quien soy, mucho tiene que ver el colectivo. Lo que rescato es luchar por construir otros mundos posibles”, expresa.

La Tribu reexiste y resiste porque es un sonido y un colectivo que está vivo y que sigue luchando e insistiendo por el derecho a la comunicación. Atravesó gobiernos de todos los colores políticos, inestabilidades como en el 2001 y sucesivos ajustes. “La principal militancia que nunca dejé fue la lucha por el derecho a la comunicación, por una pluralidad de voces, por construir otros relatos, contar otras historias que no se cuentan en los medios hegemónicos e involucrarse en las luchas del pueblo”, agrega Lorenzo.

La Tribu festeja su cumpleaños colectivo este sábado 29 de junio a partir de las 15 con un festival en la calle en su casa de Lambaré 873 (Almagro).Habrá bandas y artistas en vivo: Asterisco el payaso, La Chilinga, Murga la Redoblona, Club Artístico Libertad, Shitstem, Villa Diamante & CH Respira y unx artista sorpresa.

“Invitaría a todas las personas que también creen en la comunicación comunitaria a que nos acompañen. En este momento de crisis y de tanta fragmentación, propiciar este festival en la calle, junto a artistas, organizaciones, va a ser un lindo momento para compartir. Hay que apoyar a los proyectos comunitarios porque nos dan otras miradas e informaciones para armar la propia y tener una actitud crítica. Tenemos que celebrar estos 35 años al aire con alegría, más allá de todo lo que nos está pasando”, concluye Lorenzo.

La persecución avanza

La persecución avanza

FOPEA ya registró en 2024 por lo menos 70 ataques a la labor periodística. El mayor instigador es el gobierno nacional. La criminalización del trabajador de prensa como estrategia disciplinadora y la matriculación profesional como herramienta de exclusión.

“El efecto es disciplinador para el resto del periodismo” sentenció Miriam Lewin, periodista y escritora, especialista en periodismo de investigación y actualmente defensora del público. Lewin analiza que, ante una seguidilla de ataques perpetrados contra comunicadores con gran reputación, lo que están buscando es lograr el amedrentamiento y aleccionamiento para la profesión periodística en su conjunto: “En general cuando desde el poder -de boca de algún funcionario o incluso del presidente- se genera algún ataque, el ejercicio de la libertad estará destinado solamente para quienes aprueban las medidas del gobierno o bien utilizada para lograr el lucro indefinido en el área de la actividad económica, sin ningún tipo de limitación o de restricción”, agregó la periodista.  

El Foro de Periodismo Argentino FOPEA, encargado de registrar los ataques contra el periodismo, denuncia un total de 70 casos de ataques contra la prensa en lo que va de 2024. Entre ellos, priman los agravios en la Ciudad de Buenos Aires donde se listan 38 casos. Le siguen en la lista las provincias de Buenos Aires y Corrientes. El foro viene llamando la atención acerca de varios aspectos que resultan alarmantes en torno a la agresión desplegada en los discursos del presidente de la nación Javier Milei y de todo su aparato gubernamental que estigmatiza y descalifica a los periodistas cada vez que pueden, con insultos degradantes tales como “mercenarios”, “corruptos”, “ensobrados” o directamente los acusan de ser cómplices del socialismo en su diatriba contra el comunismo. En cuanto a la clasificación de las denuncias registradas por FOPEA, en su mayoría son por ataques hacia la integridad y por discursos estigmatizantes hacia la profesión. Sin embargo, también hay casos por censura, por intimidación y por restricciones en el acceso a la información pública.

Lewin analiza con detenimiento cuáles fueron los ataques que más hicieron eco en el último tiempo: la reapertura de la causa judicial a Norberto Navarro por incitación a la violencia, la verbalización por el deseo de que se produzca la quiebra del Grupo Perfil ante el retiro de la pauta oficial, los insultos estigmatizantes hacia la profesión tildándola de “mercenaria” y la denuncia de parte del Ministro de Justicia, Mariano Cúneo Libarona, contra los periodistas Darío Villarruel y Nancy Pazos por instigación al delito. Lewin considera que esta escalada de violencia contra la prensa, legitimada y accionada por el Gobierno, quiere provocar un efecto aleccionador sobre quienes recién se inician dentro del periodismo y no tienen la “espalda” para superarlo: “¿Qué pasa con un chico o una chica que recién ingresa en una redacción y que descubre una información que podría no ser del agrado del poder? Lo que se consigue es un efecto de autocensura -dijo la periodista  y agregó- cuando se los ataca a ellos, se está generando un efecto de autocensura en quienes recién empiezan o que no tienen capacidad de resistencia”.

En el mismo sentido, Darío Villarruel, periodista de Radio 10 y C5N, en diálogo con ANCCOM, declaró en torno a esta problemática y a su agravio particular: “Me imagino los pibes jóvenes, los productores, ante cualquier cosa que quieran decir estarán pensando: ‘Uy, ¿si digo esto y me hacen una denuncia?’”. El periodista enfatizó en la motivación que hay detrás de este ensañamiento contra la prensa: “El único fin es amedrentar, disciplinar, hacer que no hablen los que tenemos que hablar, con un gobierno que toma medidas, lamentablemente en su totalidad, siempre en contra de la gente”. En referencia a su caso, reflexionó que no le ha tocado vivir una situación semejante en sus 40 años de profesión: “La verdad que en ningún gobierno tuve ni una carta documento, ni una demanda por calumnias e injurias”, destacó.

Villarruel analizó la particularidad de este gobierno desde varias aristas: “Es un Poder Ejecutivo muy particular, con un presidente que dijo que es el topo del Estado, que viene a destruirlo; que es una organización criminal cuando él es el jefe del Estado”. A su vez, sostuvo que “todo lo que pasa con la persecución y lo que pasó en la marcha, de salir a detener personas que no habían hecho nada, tiene que ver con una forma de concebir la ‘no política’, porque la política en serio es deliberación, acuerdos y debates”.

En sintonía a lo anterior, Lewin puntualizó acerca de la intención que tiene este gobierno por silenciar a quien represente una voz por fuera del discurso que intentan instalar y señala la relación que hay entre el hostigamiento a periodistas y la represión a manifestantes: “Es grave que el amedrentamiento sea contra periodistas, hay quienes cubrían manifestaciones, protestas sociales, que fueron detenidos y heridos. Y esto tiene, además, un efecto disciplinador para el resto de los manifestantes, porque si se la agarran contra un periodista ‘¿qué no me harán a mí?’”. Y destacó especialmente la labor de los reporteros gráficos, constantemente expuestos en las coberturas de las manifestaciones y fuertemente agredidos en las últimas marchas.

“Lo que hay que tener en cuenta es que la intimidación y el amedrentamiento no son solamente hacia los periodistas sino hacia la movilización popular”, coincidió Fabián Waldman, periodista de FM La Patriada y columnista de Diputados TV. Consideró que esta serie de medidas ligadas al acallamiento son propias de un gobierno de corte antipopular que no tiene resultados económicos favorables que publicitar:  “Lo que están haciendo contra la prensa es tratar de silenciar a aquellos que ofrecen una alternativa a la visión que ellos muestran. Lo que tratan de hacer, a todas luces, es opacarla y oscurecerla”, expresó el periodista acreditado en Casa Rosada y víctima de un hostigamiento verbal permanente del vocero presidencial Manuel Adorni al que resiste con mucha entereza y altura profesional.

Al cierre de esta edición se conocía la publicación en el Boletín Oficial una nueva disposición que obliga a los periodistas a matricularse en el Ministerio de Trabajo. Los requisitos busca restringir la libertad de expresión a todo tipo de periodista que ejerza su tarea en un medio comunitario y social, entre otros peligrosos derivados.

 

Usinas del trolls furiosos

Lewin introdujo otro elemento en este análisis. Encuentra una ruptura, un antes y un después, a partir del intento de magnicidio a Cristina Kirchner. Ve en ese acontecimiento un quiebre para la naturalización y la perpetuación de la violencia: “Fue la comprobación absolutamente indiscutible de que la violencia que circula por las redes sociales y por las plataformas puede trasladarse al mundo real”. Para la periodista, el entramado que posibilita este escenario de violencia semántica, verbal e institucional se originó de dos maneras: de forma vertical, por parte del presidente de la nación que deliberadamente la incentiva y llama a los periodistas “mentirosos y calumniadores seriales”, y por otra parte, con la aparición de una gesta de usinas de “trolls” que tienen como central las redes sociales y que constituyen una arista fundamental en la construcción del poder de La Libertad Avanza. “El presidente no se restringe: se sigue comportando como un twittero furioso”, analizó Lewin acerca del manejo de las redes sociales por parte de Javier Milei y agregó: “Es un usuario de los medios que puede decir cualquier cosa, sin tomar consciencia de que ahora tiene otra investidura y que es el presidente de todas y todos los argentinos”.

Por su parte, Waldman destacó que el despliegue de esta ofensiva vía redes sociales está articulado por parte del gobierno nacional como política comunicacional: “El gobierno tiene su propio equipo de trolls constituido en su equipo de comunicación digital”. El periodista subrayó el hecho de que quien ose decir algo que atente contra el discurso libertario recibe su dosis de odio y crueldad: “A través de estos nuevos medios de comunicación, generan las corrientes de ideas y las ‘verdades’ que después se comunican y se traslucen en lo que a diario dicen muchos de aquellos que le hacen el aguante al gobierno”. Graficó metafóricamente la forma particular en la que operan: “Trabajan en forma de cardumen; alguno de los referentes más importantes se dirige hacia algún posteo de alguien a quien quiere ‘aniquilar’ y detrás de él corren el resto de las pirañas para seguirlo”.

El silenciamiento de los medios públicos

En torno al intento de obstaculización del derecho a la información y a la libertad de prensa, Lewin se refirió a la de intervención de los medios públicos, como la TV Pública y Radio Nacional y, especialmente, a la Agencia Nacional de Noticias Télam, de la que con una justificación fuertemente ideologizada han dispensado a sus trabajadores. Para la periodista: “El cierre de Télam es absolutamente inaceptable y realmente genera un enorme perjuicio. Además, el cierre de las corresponsalías implica una mirada porteñocéntrica. Y decir ‘¡para qué queremos una agencia de noticias si está twitter!’ es directamente una burrada con perdón de los burros”, agregó la periodista haciendo referencia a los dichos de Ramiro Marra, legislador de la Ciudad de Buenos Aires por La Libertad Avanza.                            

En el mismo sentido, Waldman dijo:“El discurso de Milei es que las redes sociales están para reemplazar a las agencias de comunicación y a los medios, dejando de lado todo lo que significa la investigación y el análisis”. Waldman analiza que de esta manera se afianza una noción de la información y de la comunicación un tanto ridiculizada: “La imposibilidad de recorrer un camino para llegar a una conclusión que no esté afectada por una fake news, es efectivamente sobre lo que cabalgan”, agregó. Para el periodista, esta estructura de los medios de comunicación solo potencia el monopolio y la concentración en detrimento del verdadero acceso a la información plural y federal y además “produce la orfandad de muchísimos comunicadores y la imposibilidad de acceder a noticias e información de cada uno de los puntos del territorio, cosa que vimos con la nevada al sur del país en los últimos días”, puntualizó en torno al vaciamiento y eliminación de fuentes de información de vital importancia.

“Puede existir un negocio, el de privatizar o venderlos”, dijo Darío Villarruel, quien no ve solo un intento de silenciamiento en el accionar del gobierno sino la posibilidad de promover un negocio similar al construido en otros momentos de la reciente historia argentina: “Me hace acordar mucho a la época de los noventa cuando el presidente Carlos Menem les dio los medios públicos a algunos privados, que siguieron en manos privadas, que a veces juegan a favor de determinados gobiernos, los sostienen o los voltean”, sostuvo.

Lewin también enfatizó sobre el silenciamiento que significa la ”mentirosa” suspensión de pauta oficial: “Es una enorme restricción a la capacidad de supervivencia de los medios más pequeños. Hay empresas que siguen pautando, pero no en los medios pequeños que necesitan como el agua para sobrevivir de estos aportes públicos. Porque no existe la posibilidad de que las pymes barriales, los almacenes, las tiendas, pongan publicidad en esas emisoras, porque están pensando si pagan la boleta de la luz o cierran directamente por la retracción brutal que surge a partir del ajuste. Entonces es condenar a muerte a estos medios”.

«El enemigo no duda que la comunicación es un sector estratégico»

«El enemigo no duda que la comunicación es un sector estratégico»

La ciudad de Santa Fe acogió este fin de semana el Encuentro Federal de Medios Digitales. Referentes de más de 50 medios autogestivos y cooperativos, ANCCOM entre ellos, participaron de paneles y debates. Unánime preocupación ante el panorama que impone el actual gobierno.

“Lo más importante aquí es que nos podamos encontrar con comunicadores atravesados por los valores y los principios del cooperativismo”, afirmó el secretario de Cooperativismo, Mutualismo y Emprendedurismo del Gobierno de la Provincia de Santa Fe, Gonzalo Toselli, quien destacó la importancia del Encuentro Federal de Medios Digitales en un distrito que es cuna del cooperativismo y el mutualismo a nivel nacional y subrayó la necesidad de pluralidad de voces independientes y federales.

Por su parte, Nancy Ruíz Díaz, como parte del Instituto de Promoción de Cooperativas y Mutualidades de Entre Ríos, enfatizó la importancia de visibilizar la realidad de los territorios, especialmente para su provincia: “Este espacio donde circula la palabra y donde podemos escucharnos, nos ayuda para que podamos tener las mejores alternativas para todo el sector”, expresó.

También asistió al encuentro, realizado en el Cine Auditorio de ATE local, el presidente del Instituto Provincial de Asociativismo y Cooperativismo bonaerense, Gildo Onorato, quien reflexionó acerca de los cambios globales ocurridos en los últimos años y se refirió al impacto de las plataformas digitales en las identidades comunitarias. “Los likes, las reproducciones y las visualizaciones marcan no solamente el negocio en dólares de las grandes transnacionales, sino sobre todo el desmembramiento de nuestras identidades comunitarias”, sostuvo.

En otro panel, dedicado a experiencias gremiales, Edgardo Carmona, miembro del Sindicato de Prensa de Rosario, reconoció los problemas que presenta el cooperativismo para algunos sindicatos, pero vaticinó que aquel no es algo alternativo, por el contrario, “es el futuro de la comunicación”. Cintia Mignone, de la Asociación de Prensa Santa Fe, detalló las dificultades de sindicalizar a los trabajadores de prensa e invitó a hacerlo.

La periodista Martina Noailles, del Sindicato de Prensa de Buenos Aires (Sipreba), alertó sobre el avance del Gobierno de Javier Milei contra la libertad de expresión y la represión a la prensa. “Busca avanzar sobre el derecho a la información”, afirmó. A su turno, Mariana Mandakovic, del Círculo Sindical de la Prensa y la Comunicación de Cordoba (Cispren), opinó que la lucha por la comunicación es una pelea de clase: “El enemigo no duda que la comunicación es un sector estratégico, lo demuestra Milei destruyendo los medios públicos”, dijo.

Juan Pascual, del portal Pausa, de Santa Fe, resaltó las dificultades de los medios autogestivos en relación con el Estado debido a la falta de un propietario único, lo que complica la negociación de la pauta publicitaria. En tanto que Gisel Carranza, periodista de La Mecha, de San Juan, compartió la lenta pero significativa experiencia de impulsar el gremio de prensa en su provincia, justamente debido al carácter autogestivo de su medio.

En la última mesa del Encuentro participaron Fabiana Cruz, integrante del medio tucumano La Palta; Alejandro Britos, docente de radio y periodismo en un instituto santafesino –quien advirtió sobre el impacto negativo del dominio publicitario de Meta y Google–; Leandro Fridman, especialista en tecnologías de la información de la Universidad Nacional del Litoral, quien lamentó la falta de formación en emprendedurismo en el ámbito periodístico, y Aixa Boeykens, decana de la Universidad Nacional de Entre Ríos, quien remarcó que la comunicación es un bien público y un derecho central.

El segundo día del encuentro, en la sede de la Asociación del Magisterio de Santa Fe (Amsafe), se realizó una reunión plenaria para discutir la articulación de los contenidos periodísticos, como así también las relaciones con distintas entidades sindicales y académicas, y las distintas modalidades para la sustentabilidad.

En diálogo con ANCCOM, Gabriela Filereto y Federica Kessler, periodistas de Periódicas, destacaron la importancia de ser anfitrionas del encuentro nacional de la Red de Medios Digitales con perspectiva de género. “Recibir a medios cooperativos y digitales de todos lados del país es sumamente importante para Periódicas, porque es el único medio de la ciudad que tiene perspectiva de género”,precisó Filereto, mientras que Kessler concluyó: “Es un reconocimiento muy copado, más en una provincia que es conservadora”.

Un Día del Periodista con poco para celebrar

Un Día del Periodista con poco para celebrar

En la puerta de Télam, diversas organizaciones vinculadas al campo de la comunicación conmemoraron el Día del Periodista en un contexto adverso: el desguace de los medios públicos, las agresiones a los reporteros y la precarización laboral: el 76% de los trabajadores de prensa recibe un salario por debajo de la línea de pobreza.

Las puertas aún valladas de la agencia Télam fueron el escenario del acto en conmemoración por el Día del Periodista convocado por trabajadores y trabajadoras de la agencia de noticias pública, y también por el Sindicato de Prensa de Buenos Aires (SiPreBA), la Federación Argentina de Trabajadores de Prensa (Fatpren), la Federación Internacional de Periodistas, Asociación de Reporteros Gráficos de la República Argentina (Argra), Confederación de Medios Cooperativos y Comunitarios, Periodistas Argentinas, la carrera de Ciencias de la Comunicación de la Universidad de Buenos Aires, la Red de Carreras de Comunicación Social y Periodismo, la Federación Argentina de Carreras de Comunicación Social (Fadeccos) y el Frente Cultural Federal. 

Cada 7 de junio se celebra el Día del Periodista en Argentina en conmemoración a la edición inaugural del primer diario patrio, La Gaceta, creado por Mariano Moreno ese día de 1810. Más de doscientos años después, la celebración parece haber quedado a un lado para dar paso a un grito de reclamos por la difícil situación en que se encuentra el oficio. “Es un momento de denuncia, más que de celebración, nos reunimos todos acá para denunciar que está en riesgo nuestra libertad de expresión y los medios públicos”, afirmó Jazmín Guzmán, delegada de Télam e integrante de SiPreBA.

Bajo la consigna “Día del Periodista sin libertad de expresión”, el acto fue conducido por los periodistas Ariel Zak y Gabriela Radice, quienes a lo largo de la hora y media que duró el encuentro, fueron cediendo la palabra a distintas personas que subieron al escenario y reafirmaron no solo la importancia del rol de los periodistas, sino también la necesidad de luchar en las calles contra las políticas llevadas a cabo por el presidente Javier Milei.

Acompañados por dirigentes de movimientos populares, gremiales, de la CTA, la UTEP y del Frente de Izquierda, tomaron la palabra, en primer lugar, trabajadores y trabajadoras de Télam, reclamando por su situación laboral, aún incierta. Luego subieron al escenario trabajadores de medios populares para visibilizar una parte del área que aún corre por detrás de muchos otros y representantes de la Universidad de Buenos Aires; el vicedecano de la Facultad de Ciencias Sociales, Diego de Charras, y la directora de la Carrera de Ciencias de la Comunicación, Larisa Kejval, en representación de las carreras de Comunicación y Periodismo del país. Más tarde, se hicieron presentes Mario “Paco” Manrique, diputado nacional y secretario adjunto de SMATA, junto a Hugo Yasky, diputado nacional y líder de la CTA de los Trabajadores, quienes extendieron los saludos de Pablo Moyano, que no pudo llegar al acto. Ambos hicieron hincapié en la lucha en las calles y criticaron las medidas llevadas a cabo por Milei.

Luego se leyó una solicitada, firmada por más de 2000 periodistas, donde se afirmó asistir “a uno de los peores momentos para el ejercicio de la libertad de expresión de los últimos 40 años de democracia”. También se reclamó por la ausencia de trabajadores de prensa en eventos de interés público, tales como la asunción presidencial sin reporteros gráficos o la jura de ministros sin acreditados, la represión en coberturas de noticias, con varios fotógrafos y camarógrafos heridos, la eliminación de la pauta oficial y la parálisis del Fondo de Fomento Concursable para Medios de Comunicación Audiovisual (Fomeca). 

Además, denunciaron una política declarada de destrucción de los medios públicos, materializada en el intento de cierre de Télam y la baja de los sitios web y de redes sociales de Radio Nacional, TV Pública y Contenidos Públicos S.E. 

Para finalizar, decenas de reporteros gráficos subieron al escenario y realizaron un “camarazo”, levantando sus cámaras de fotos como elemento simbólico de esta lucha. Todo fue acompañado por una batucada de músicos que lideraba los cánticos contra el gobierno de Javier Milei, en defensa de la soberanía y la patria. “En lo que va del año, tenemos varios fotógrafos heridos en manos de la policía solo por portar una cámara. No podemos permitir que eso suceda porque es prohibir el derecho a la libertad de prensa”, declaró Julio Mancini, reportero gráfico y parte de Argra.

Números

Como todos los años, SiPreBA realiza una encuesta y un relevamiento socioeconómico anual sobre el trabajo en prensa en el AMBA. Estos datos fueron anunciados en vísperas de un nuevo Día del Periodista y los números reflejan una situación alarmante, nunca antes vista en los últimos 41 años. El 76% de los trabajadores y trabajadoras cuentan actualmente con un sueldo por debajo de la canasta básica. El 52% necesita de dos trabajos para subsistir, mientras que el 21% necesita de tres o más. De todos ellos, el 61% aún con la suma de todos sus trabajos, percibe un sueldo por debajo de la línea de pobreza.

En cuanto al trabajo freelance, el 40% no tuvo recomposición salarial en los últimos seis meses, el 78% percibe sueldos por debajo de la canasta básica y el 74% cuenta con otros trabajos fuera de prensa. La situación de los medios comunitarios, alternativos y populares no dista mucho; la mitad de ellos necesita de otro empleo por fuera del gremio para poder vivir, mientras que el 31% afirma que sus ingresos han bajado en este último año. 

 Si desglosamos aún más la situación, solo el 38% de quienes trabajan en prensa en el AMBA son mujeres y disidencias, 51% de esas mujeres dedica más de 6 horas por día a cuidados, lo cual afecta su desempeño laboral. Por el contrario, sólo a un 25% de los varones les lleva ese tiempo.

En cuanto a los más jóvenes, 96% de los menores de 30 años asegura cobrar salarios por debajo de la línea de pobreza y el 38% debe trabajar bajo condiciones precarias.

Por último, de los más de 1000 trabajadores y trabajadoras de medios, privados, públicos y autogestivos, tanto de prensa escrita, como oral y televisada, que fueron entrevistados para este relevamiento, el 78% asegura que la libertad de expresión empeoró desde el gobierno de Javier Milei, 22,5% de ellos fue agredido por ser periodista, el 76% sufrió un ataque virtual y el 22% recibió agresiones o amenazas de parte de fuerzas de seguridad. A raíz de esto, Mancini indicó a ANCCOM: “En 30 años que soy reportero gráfico, nunca viví un momento donde se ataque tanto la libertad de expresión. Ni siquiera en el estallido del 2001. Ahora ven una cámara de fotos y te disparan”.

Télam resiste

El acampe de trabajadores y trabajadoras de Télam, en las puertas de la agencia, fue el lugar de encuentro para este acto. Claro que no fue elegido al azar, sino más bien como una muestra simbólica de esta lucha que llevan a cabo cientos de trabajadores de prensa que no solo ven en peligro su situación económica, sino también su derecho a ejercer la libertad de expresión y su rol como periodistas y comunicadores.

El 1 de marzo, durante la apertura de sesiones ordinarias del Congreso, el presidente Javier Milei anunció el cierre de la agencia de noticias Télam. Tres días después el edificio amaneció vallado y sus trabajadores fueron notificados, a través de correos, que iban a ser dispensados por los próximos 7 días. A partir de ese momento, siguen a la espera de una respuesta concreta. Muchos de ellos decidieron organizarse y acampar allí hace más de 90 días. “Nosotros seguimos dispensados, sin poder ingresar a nuestros puestos de trabajo. Por eso seguimos acampando pacíficamente desde marzo. Ya cumplimos 90 días de estar resistiendo ante el atentado que sufrió la agencia, de la censura y el silenciamiento, esperando una respuesta del gobierno”, indicó Guzmán, periodista de la agencia de noticias Télam. Y continuó: “Yo creo que todo esto es parte de un atentado a los medios públicos. El Gobierno está atentando contra la información y con el hecho de que la gente esté informada. No podemos contar lo que están haciendo ellos. Con el portal de Télam caído hay muchas cosas que no se muestran. Por ejemplo, no se pudo cubrir normalmente la movilización de Ni Una Menos”. 

Luego de más de 90 días de acampe, periodistas de Télam prometen seguir resistiendo y hacerle frente a un gobierno que parece querer silenciarlos. Mientras tanto, acompañados y respaldados por diferentes gremios, sindicatos y organizaciones sociales, convocan a todos y cada uno de los colegas a luchar, más que nunca, en las calles, sin miedo y con convicción. En primer lugar frente al Congreso el próximo 12 de junio contra la Ley de Bases, que comenzará a debatirse en el Senado a partir de las 10 de la mañana, pero, en segundo lugar, antes todas y cada una de las medidas que atentan no solo contra los trabajadores de prensa, sino contra cualquier ciudadano de este país.

¿Feliz Día del Periodista?

¿Feliz Día del Periodista?

El periodismo quedó envuelto en una tormenta perfecta: salarios por debajo de la línea de pobreza, pluriempleo, multitasking, cansancio y una industria que llega tarde a los cambios en el consumo de noticias. Un nuevo modelo de negocios que no termina de nacer y las continuas transformaciones tecnológicas.

Redacciones repletas, cierres acalorados, discusiones interminables sobre el título de una nota, charlas de café con las fuentes, salarios por encima de la pobreza: detalles de una foto vieja para el periodismo escrito. Hoy la noticia es digital y su norte es el click, los puestos se reducen y las tareas se multiplican. Las empresas y grupos de medios socializan sus derrotas pero apartan de sus conquistas a los trabajadores que necesitan más de un empleo para sobrevivir. Parece un contexto de frustraciones e incertidumbre que algunos asumen como realidad inamovible y muchos otros confrontan desde la organización y la empatía. Mientras tanto, ¿qué motiva a los periodistas a seguir escribiendo? ¿Quedan espacios para producir textos e ideas de calidad? ¿Se puede vivir de informar?

 

Apretados

La Encuesta Integral SiPreBa 2024 publicada hoy expone que, en el AMBA, el 76% de los trabajadores de
prensa cobra sueldos por debajo de la línea de pobreza. En prensa escrita casi nadie escapa de esta
realidad: el 92% de los encuestados no alcanza la canasta básica con su principal empleo (en 2023 era
el 63%) e incluso el 85% tampoco lo consigue contando todos sus trabajos.

«Le está pasando a toda la clase trabajadora: seas médico, maestra o redactor, con un solo trabajo no te alcanza», resume Inés Hayes, periodista, docente y delegada en Página/12 por el Sindicato de Prensa de Buenos Aires (SiPreBa). Como la mayoría de sus colegas, escribe para más de un medio y su jornada laboral ronda las diez horas: «Antes, un redactor de un diario sí podía vivir de su salario sin necesidad de tener cinco trabajos extra. Hoy en día los que nos dedicamos a la redacción no tenemos un solo trabajo y eso va en contra de la calidad periodística».

En los últimos años y con la digitalización de los medios gráficos la tarea del redactor cruzó los límites del texto. Hoy, además de investigar el tema, conseguir las fuentes y escribir una nota, el manejo de redes sociales y la edición de audio y video se vuelven condiciones excluyentes. «Pero eso no implica que te paguen más -aclara Hayes-, es lo mismo por muchísimas más tareas, que además necesitan que te formes: yo colaboro en el suplemento feminista de Página/12 y para eso me formé, porque tengo que tener una mirada de género para poder escribir sobre temas de género. Todo eso implica un tiempo y también un dinero. No existe correlación entre todo lo que te formás y lo que después te pagan».

La Encuesta Integral SiPreBa 2024 señala que, en el AMBA, el 76% de los trabajadores de prensa cobra sueldos por debajo de la línea de pobreza.

 

El último informe del Centro de Estudios Económicos y Sociales Scalabrini Ortiz advierte que, en promedio, alquilar un monoambiente en Capital Federal cuesta 320 mil pesos. Actualmente, Página/12 paga a sus redactores 328 mil pesos por mes, descontando días si adhieren a paros y medidas de fuerza, según denuncia la Comisión Interna del diario. Los colaboradores, que no gozan de los derechos que tiene un trabajador en blanco, cobran cerca de siete mil pesos por nota.

Tras meses de parálisis salarial y movilización gremial, en abril se firmó el último tramo de la paritaria de prensa escrita 2023/24, que estableció un aumento del 30% sobre los sueldos de diciembre del año pasado. Todavía muy por detrás de la inflación. No obstante, la Asociación de Editores de Diarios y Revistas de Buenos Aires (AEDBA) -que integran Página/12, Clarín, La Nación, entre otras empresas- se demoró en firmar ese acuerdo. La mayoría de estas compañías otorgó aumentos por su cuenta y de manera arbitraria y discriminatoria: «Nos decían que no había plata para los aumentos salariales pero después al que no hacía paro le pagaban más: eso es totalmente antisindical», revela Hayes.

La periodista apuntó contra el desinterés del multimedio y su director, Víctor Santa María, en preservar la integridad y el prestigio del diario: «Paga sueldos de hambre y no porque no tenga la plata. Seguramente la plata está, pero la pone en otro lado, no la pone en el diario. Yo le tengo mucho amor a Página, por cómo nació, por los periodistas que lo escribieron, por cómo defendió los derechos humanos. Pero hoy es la peor época de Página/12 en relación a la calidad periodística y a los sueldos que paga la empresa».

Quemados

Nicolás Palermo estudia Ciencias de la Comunicación en la UBA y escribe para un medio informativo digital de redacción joven y fuerte presencia en redes sociales. Se ocupa de las breaking news, es decir, va detrás de la agenda cazando noticias de todo tipo: «No tenemos redactores suficientes para que haya alguien enfocado en cada área, entonces me toca seguir desde el ‘poroteo’ en el Senado por la Ley Bases hasta el nuevo tema de Bizarrap, pasando por el Boca-River del fin de semana».

El medio prioriza los contenidos breves y la constante actualización de su portal, por lo que en un «día caótico» Palermo puede redactar hasta 10 notas. Y si bien describe un agradable ambiente de trabajo es el propio ritmo productivo el que ejerce la presión: «Hay días que te quemás la cabeza, que no parás de escribir un segundo. Me ha pasado de incluso alguna noche irme a dormir y soñar con que me faltaba una nota, soñar que estaba escribiendo».

En noviembre del año pasado, el estudio Burnout 2023 reveló que Argentina es el país con más trabajadores «quemados« de la región: el 94% reconoció que padece agotamiento y estrés en su entorno laboral.

Aunque el medio donde Palermo trabaja pudo negociar un aumento por fuera de la paritaria de abril, la situación salarial no le permite buenas expectativas: «Yo estoy seguro de que si tuviera 35 años no me animaría a arrancar en un medio, porque sé que te van a pagar mal, que vas a necesitar muchos trabajos. Si yo tuviera que pagar un alquiler o mantener un pibe, no sé cómo haría. Y es una tragedia tener que elegir entre la profesión a la que te querés dedicar y la vida que querés llevar. No deberían ser excluyentes».

Entre notas cruzadas sobre política, cultura, deportes o lo primero que dicte la agenda, Palermo encuentra espacios para sus «notas de producción», que son más elaboradas y llevan su nombre, algo imprescindible para darse a conocer como periodista. «No sé si quiero hacer breaking news dentro de 10 años, pero sé que es una puerta de entrada a lo que de verdad me interesa: un periodismo que informe y que a la vez cuente una historia, que sea entretenido, interesante y que tenga recursos. Cuando tenés que hacer ocho notas en un día, cuesta darle esos matices». Mientras cumple con su trabajo y aprovecha cada firma, Palermo aspira a ejercer el periodismo de sus referentes, y entiende que «es una carrera de resistencia, no un pique corto».

¿Periodismo o clickbait?

Cuando Sebastián Díaz entró en Olé como pasante el diario todavía llevaba corresponsales a las canchas, de la primera nacional hasta el ascenso. Pero con la caída del papel y la inevitable digitalización del medio la presencia perdió por goleada: «Hay que hacer que el negocio funcione; ya no se puede ir a cubrir un partido de ascenso que ‘no vende’. Tenemos que hacer que el diario salga, que en la web haya notas, conseguir clicks y que la máquina siga girando», explica el periodista, que hoy escribe las páginas dos y tres del diario en papel y luego revisa todas las demás para el cierre: son dos tareas para un solo cargo. «Antes, con redacciones más pobladas, se trabajaba con mucha más rigurosidad, atención y gusto. Capaz estabas discutiendo una hora el foco y el título. Ahora un redactor tiene que llenar tres páginas y un editor tiene que leer 10, entonces no te podés frenar en cada nota. Tenés que sacar la página, después la otra y después la otra».

Pero el actual modelo de información que persigue clicks y degrada la calidad periodística tampoco es inagotable. Según Díaz, «hoy los medios gráficos se están dando cuenta de que tienen que fidelizar en vez generar un montón de clicks. El contenido del clickbait lo vas a encontrar en todos lados: TyC Sports publica notas sobre el precio del dólar, porque la gente googlea ‘dólar’ y entra a lo primero que le aparezca. De a poco entienden que lo importante es fidelizar al público, que quiera pagar por el contenido que le das, y no llenar la web de notas para que entren compulsivamente». Sin embargo, reconoce que este proceso es complejo, y que por lo general a los medios y sus empresas «les cuesta encontrarle el agujero al mate. Se entró en una industria de competencia con absolutamente cualquier persona con una cámara en su casa y los medios están llegando tarde a todos los recambios».

Si bien las crisis de los medios caen principalmente sobre los trabajadores, las empresas también tienen puntos de fuga. Y desde su posición como delegado en Clarín por el SiPreBa, Díaz lamenta que «los empresarios de medios sean demasiado antisindicales y no piensen en una relación virtuosa entre lo sindical y lo empresarial, que puede existir. Yo no creo que tenga que ser de conflicto y de estar a las piñas constantemente».

Otro ritmo

Natalia Sivina también estudia Comunicación en la UBA y este año decidió cursar menos materias, porque entró como redactora en Billiken, una revista infantil argentina con más de cien años de historia. Son ocho horas y cinco notas por día pero, a diferencia de Palermo, Sivina redacta contenidos evergreen, es decir, sin fecha de caducidad: «Escribo notas breves sobre ciencia, naturaleza e historia. Como no tenemos que correr detrás de la noticia, ni entrar todo el tiempo a redes sociales buscando accidentes o cambios en la economía, la redacción es mucho más tranquila en ese sentido».

La revista puede prescindir de muchas noticias, pero nunca de los clicks, así que Sivina tiene que adaptar sus palabras al Search Engine Optimization (SEO), una estrategia de marketing para mejorar el posicionamiento web: «Por ejemplo, si yo bautizo una nota con la palabra ‘subte’, posiblemente llegue a menos gente que si uso la palabra ‘metro’. No condiciona toda mi escritura, pero tengo que tenerlo muy en cuenta», detalla la periodista.

Fascinada por los clásicos del periodismo de investigación y atenta al trabajo de sus referentes, Sivina tiene mucho interés en especializarse, escribir crónicas largas y contar historias valiosas. Pero el vaivén de estudiar y trabajar en la comunicación le deja muchas preguntas: «¿Cuántas personas realmente leen un contenido larguísimo? ¿Existirán espacios que apuesten a producciones de largo plazo? Capaz tenga que hacerlo por mi cuenta, juntar mi equipo. Y capaz no pueda vivir de un solo proyecto, pero sí hacer lo que me gusta en todos mis proyectos o al menos intentarlo».