Reír para no llorar

Reír para no llorar

Ningún candidato salió airoso de los comentarios de cinco ciudadanos de a pie, convocados por ANCCOM para presenciar y comentar el debate electoral. Predominó la incredulidad a los dichos de los postulantes a la presidencia, las acusaciones de falta de empatía y los cuestionamientos filosos en clave de memes.

-Mi ley de vida es no mirar estas cosas- comenta Gabriela, de 54 años. 

-Hacés bien- responde Sergio, de 33. 

Con esta interacción empieza la noche del 1º de octubre, mientras el periodista Rodolfo Barili da inicio al evento televisivo tan esperado por algunos ciudadanos -superó los 40 puntos de rating- y tan evitado por otros, como dan a entender Sergio y Gabriela. ANCCOM reunió a cinco personas, todas de edades y clases sociales distintas y afinidades político-ideológicas diversas, para que vieran juntos el primer debate presidencial del 2023 en vivo y ayudaran a ilustrar la opinión que generó la jornada. 

Los primeros 15 minutos de la reunión transcurren sin intervenciones. Es el momento de presentación de los candidatos y la atención de los cinco espectadores está puesta de lleno en las palabras que se enuncian detrás de los atriles. Eso, hasta que una risa sincronizada por parte del grupo irrumpe el silencio y afloja la situación, sentando también un precedente para lo que sería un debate presidencial -según las reacciones del grupo- bastante hilarante. 

Durante toda la reunión se distinguen claramente cuatro tipos de risas. El primero lo inaugura Patricia Bullrich con su dificultad para expresarse. La candidata se traba y Rodolfo, jubilado de 67 años, se golpea la cabeza como intentando reiniciarla; los demás se ríen:

-La oralidad de Bullrich es patética, me pone nerviosa -dice Gabriela-, dijo 20 veces ‘inflación’ la mina en el discurso. Perdió el hilo, claramente. Hoy no suma un voto más.

-¡No sabe hablar! -opina Carolina, estudiante de 22 años-. Le cuesta mucho y pierde mucho tiempo en el intento. 

-Sí. Dice cinco palabras y corta -dice Sergio- y como que no desarrolla, ¿vieron? Además se pasa 14 segundos en un turno de 15 pensando en la pregunta y finalmente ni llega a preguntar.

Rápidamente, comienza a causar gracia otro elemento presente en el debate: la cantidad de solicitudes de réplica. Los candidatos se gastan este derecho casi por completo en los primeros 20 minutos. En un momento Juan Schiaretti solicita replicar y, cuando termina de hablar, Sergio tiene cara de confundido. 

-¿Eh? ¡Eso ni siquiera fue una réplica! 

Javier Milei, con las histriónicas expresiones faciales de superación que pone mientras le dirige la palabra Patricia Bullrich, o con su “Ministro, usted dijo que si es presidente –

No lo va a ser, pero no importa…” hacia Massa, también causa risitas. Son risas asimilables a las que recibe un comediante durante su show de stand-up; eso sí, un comediante de aquellos que se regocijan en ser “sin filtro” o “políticamente incorrectos”. Por eso, las carcajadas que emanan del público van mezcladas con leves tintes de asombro o estupefacción. 

Massa, en este sentido, parece venir de una corriente del stand-up muy distinta. Causa risas en el grupo en distintos momentos, sí. Pero las miradas, las cabezas gachas, y las manos que van hacia las frentes de los que se ríen, dan a entender una cierta incredulidad hacia los dichos del funcionario, cierta bronca ante la sensación de que les están tomando del pelo. Las palabras del grupo expresan todo esto. 

 -¿Por qué a partir de su presidencia va a poner en cana a los evasores cuando él, que tiene ese poder ahora, no lo está haciendo? -se pregunta Gabriela-. Es como el famoso “el lunes empiezo la dieta”. ¡Empezála hoy, maestro!

-Sí, lo que yo me pregunto -responde Carolina- es cómo le da la cara, cómo puede estar diciendo todo esto cuando el chabón es ministro ahora. Y estamos, qué sé yo, no tengo tampoco tantos años, pero peor que nunca, se nota que estamos muy mal. No puede hablar, para mí no tiene derecho a decir una palabra. 

-Es que el tipo no tiene vergüenza -acota Rodolfo y Caro asiente con la cabeza.

-¿Qué es Massa? ¿Abogado? -pregunta Gabriela.

-Creo que sí -dice Rodolfo de brazos cruzados, reclinado sobre su silla-. Economista seguro no es. 

 

Massa no es el único que recibe el regaño del grupo. Por ejemplo, con Milei no todo es risas. Ante varias de sus aserciones, aparecen movimientos de negación con la cabeza de varios de los televidentes. Sergio, particularmente, parece ser el más fisicamente anonadado por los dichos del candidato, moviendo la cabeza en desacuerdo al escuchar su intención de cerrar el Banco Central, o su comentario hacia Massa sobre la esclavitud. Luego vuelven a abundar las expresiones de confusión sobre todo en Ludmila y Sergio cuando Milei habla de capital humano.

Toma la palabra Bullrich. En este caso no se traba; habla del plan económico de su partido, sostiene que cuenta con “un programa claro y concreto, integral, que solucione todos los problemas de fondo de la Argentina”. 

 -¿Y? -pregunta Gabriela al televisor. Sergio se ríe y hace gestos con las manos como pidiéndole a Bullrich que cuente más, que desarrolle. Después se rinde.

 Ninguno de los candidatos parece zafar. La bronca la recibe también Myriam Bregman, pero por un lado completamente distinto: Sergio y Gabriela, los más grandes del grupo, cuentan que están cansados de que la izquierda tenga el mismo discurso que tenía en la década del sesenta. Que hablan siempre de las mismas cosas y que se quedaron viejos, al punto de no poder sufragar por ellos.

 -Bregman tiene huevos, me encanta, pero es por esto que no la puedo votar -dice Gabriela. 

 Pero los comentarios no solo apuntan a lo que los candidatos dicen o lo que les gustaría que dijeran, sino también a lo que no quieren que digan. Gabriela, en particular, se expresa en este sentido desde su profesión. Es médica clínica y dermatóloga, y jefa del servicio en un hospital público de la Ciudad de Buenos Aires. “Si llegan a hablar de salud yo no quiero escuchar porque me voy a amargar -dice-. No quiero escuchar lo que van a decir porque seguro no saben. Porque para saber de salud te tenés que sentar en el pasillo de un hospital. Solo lo sabés sentándote en una sala de espera. No tenés que hacer mucho más. Y eso lamentablemente no lo hacen. No podés desde el escritorio recibir los problemas y diagnosticarlos; vos sentate ahí y vas a ver que en cinco horas hiciste un plan de salud”.

De pronto el intercambio de opiniones pasa a una segunda plana y comienzan las hipotetizaciones sobre el comportamiento corporal-gestual de los candidatos, o aquellos aspectos “subliminales” de cómo están presentados. Que los que coachean a Milei lo mandaron a cortarse el pelo para estar más presentable, que Bullrich y Massa están vestidos con los colores de la bandera argentina, que este último no pestañea porque está mintiendo.

 -Y cuando dijo ‘vamos a poner en la cárcel a los asesores fiscales’ -observa Gabriela- me acordé cuando Duhalde dijo ‘el que depositó dólares recibirá dólares’ -Rodolfo asiente enérgicamente- . Lo dijo en el mismo tono y estaban mintiendo, pero clarito, eh. Igual.

Algo sobre lo que coinciden todos es el tinte automatizado, guionado, performático del debate. Los cinco sostienen que les hubiera gustado más escuchar que le hablen sinceramente a la gente y que dejen de dar discursos con las fórmulas de siempre. Ya en las presentaciones de los candidatos, Gabriela expresa esta opinión compartida: “No, muchachos, no queremos escuchar eso -reclama-. No queremos escuchar cosas así. Queremos escuchar cosas como: ‘me voy a bajar el salario, no voy a autodarme ningún beneficio de acá en más, no voy a tener 20 asesores porque con 3 me alcanza y me sobra, voy a priorizar la salud…’”. 

Carolina luego comparte que siente todo muy monologado y estructurado, como si estuvieran exponiendo de memoria. Sergio y Rodolfo coinciden; Rodolfo, sobre todo, comenta que no le sorprende porque no esperaba otra cosa de una instancia así, pero que sueña con un debate en el que los candidatos reconozcan que las soluciones que proponen no son recetas mágicas y tienen su falibilidad. Gabriela, por su parte, también expresa un deseo para futuros debates: que el lenguaje deje de ser tan técnico.

-Tienen que hablar de forma accesible para toda la población. Por ejemplo, más o menos sabemos qué es la hiperinflación, pero ¿qué es exactamente? ¿a partir de qué punto aparece lo “hiper”?

-No sé -responde Caro-, le voy a preguntar a mi viejo que seguro sabe. 

 Hay un candidato en particular que no parece suscitar demasiadas intervenciones o comentarios: Juan Schiaretti. Cuando aparece por primera vez en la pantalla, Ludmila -estudiante de 19 años- expresa con su rostro un “¿quién es este?” Mientras habla, Gabriela acota que “seguro tiene olor a naftalina este señor” y los demás se ríen. Pero más allá de las primeras impresiones, parece ser el que más sorprende al grupo para bien, sobre todo en sus reiteradas intervenciones desde un punto de vista federal que los demás candidatos pasan por alto. De todas formas, el grupo también hace notar que, si bien les parece un político sensato, se lo siente algo genérico; además varios argumentan que votarlo sería “tirar el voto”. 

 -¿Ves que no pestañea? ¿No te llama la atención? Es llamativo -reitera Gabriela estupefacta-.  

 Ya va casi una hora de debate. Las piernas derechas de Sergio y Rodolfo rebotan contra el piso. Termina la primera etapa, el canal va a corte comercial, y los que podrían haber sido 12 minutos de silencio o de conversaciones mundanas sobre el clima durante la pausa, se convirtieron en el momento más valioso de la reunión. Cinco personas que no se conocen entre sí, de generaciones e historias de vida sumamente dispares, así como sus ideologías, comenzaron a reflexionar en conjunto sobre la significancia del debate, el estado actual del país y la posibilidad de proyectar hacia el futuro, sin que ANCCOM tuviera que dar pie alguno. 

 Aparece en la reflexión el tema de la juventud y los alquileres, la juventud y la posibilidad de sostener una familia, la juventud y la emigración. 

-Y sí, es algo que yo tendría en cuenta, esto de emigrar -dice Caro-, pero no sería por una cuestión propia de querer irme a vivir afuera, no. Sería 100% porque no se puede estar acá. Me gustaría que los candidatos toquen el tema de los jóvenes, justamente, que hablen de no poder llegar a un alquiler de un un departamento, de lo imposible que es poder hacernos nosotros de cero. Mi prima, por ejemplo, vivía sola y este año se tuvo que volver a lo de los papás.

 -Está pasando mucho eso -acota Sergio.

-Lo que dijo Caro ahora me hizo pensar en algo que reflexiono muy seguido -comenta Ludmila-, que es que yo seguro tenga que estar con mi mamá hasta los 30. Y la plata que gane ni puedo pensar en gastarla en un alquiler, porque no alcanza. Con lo que gane en un futuro me imagino que voy a comprarme cosas para comer y ayudar a mi mamá con los gastos, no más que eso.

Sergio empieza a contar que él es una de esas personas que compraron un sólo pasaje de ida. En noviembre se va del país. Es programador web y expresa que tiene la suerte de estar en un rubro que nunca sufrió demasiado la turbulencia económica de Argentina. “Yo no tengo el problema económico -explica-, pero ahí te das cuenta que no importa que vos estés bien. Porque si todo el mundo alrededor está mal, y estás con tus amigos y están todos deprimidos porque no llegan a fin de mes, o el emprendimiento que habían hecho con mucho esfuerzo mis viejos de golpe colapsa, que uno esté bien no importa”. También habla de un malestar general, un clima en la calle casi a nivel anímico que es como un ruido de fondo constante. Gabriela coincide ampliamente con las palabras de Sergio, y opina que el punto está en las reglas y el cumplimiento de la norma; de cumplirse, el clima en la calle estaría mil veces mejor. Pero ojo, reglas no al estilo de Bullrich. Le parece que la candidata entiende el cumplimiento de la norma desde un lugar muy autoritario, y no va por ahí. 

 -No me gusta cómo lo plantea Juntos por el Cambio, porque quieren apurar a la gente -argumenta-. Y no es así. Porque después, como dice Callejeros, lo que está reprimido sale por algún lado.

-Las reglas son necesarias para que las cosas funcionen -opina Rodolfo-. No podés hacer una casa con las reglas que se te ocurren. Si no, se cae la casa.

-Sí, ni me hables de eso. Hace poco se me cayó la alacena y me quedé sin vajilla -responde Gabriela entre risas.

 Rodolfo piensa, reflexivo, en las palabras que hace un rato dijeron los más jóvenes, y aprovecha a transmitirles sus más sinceras esperanzas. “Es muy natural -les dice- que les pase lo que les está pasando. La situación es muy mala y probablemente no mejore en un tiempo corto. Pero esto va para otro lado, después cambia; vean más para adelante, porque esto cambia. Yo ya viví tres como esta y se sale”. 

 Myriam Bregman recuerda al resto del país que fueron 30.000 y que fue un genocidio para acallar a Milei que un rato antes había hecho negacionismo explícito de la dictadura. Rodolfo y Sergio asienten con la cabeza solemnemente mientras escuchan a la candidata de izquierda.

Llegando a los últimos minutos de la velada, el grupo parece coincidir a rasgos generales sobre la performance de los candidatos. Que Massa y Milei estuvieron bien y sostuvieron una buena oratoria e imagen propia, aunque el contenido fue un desastre; que Bullrich fue la peor por lejos, desde su cadencia hasta la poca claridad con la que explicaba sus propuestas, que se mostró tosca y no logró agregar nada a su candidatura; que Schiaretti estaba demasiado dentro de su propia burbuja; y que Bregman fue la mejor y se mostró con mucha personalidad y muy suelta, lo cual sorprende sabiendo que ninguno tiene intención de votarla, menos Gabriela, que expresa haber decidido hacerlo tras el debate. 

-Ahí mi viejo me dijo qué es el hiper en la inflación -avisa Caro-, es un descontrol total de los procesos de la suba. No hay un número específico, pero se suele usar de parámetro el 50% mensual.

-Ah, mirá -responden los demás. 

Concluyen dos debates: uno en Santiago del Estero, el otro en un barrio residencial dentro de la Ciudad de Buenos Aires. En ambos lugares, las sillas se vuelven a su lugar, la gente se despide, las luces se apagan y las ideas se preparan para sedimentar de camino a casa. 

Del partido militar a la derecha partidaria | Estuve Ahí

Del partido militar a la derecha partidaria | Estuve Ahí

Federico Pinedo, ex senador nacional por Cambiemos y presidente de la Argentina durante 12 horas en 2015, explica cómo el ideario conservador construyó la fuerza política que llevó a la Casa Rosada al único mandatario que en estos 40 años que no perteneció ni al peronismo y al radicalismo.

40 AÑOS – COMUNICACIÓN Y DEMOCRACIA (1983 – 2023)

ANCCOM –junto a la Carrera de Ciencias de la Comunicación y a la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA- lanza Estuve ahí, un ciclo de entrevistas audiovisuales a los protagonistas de estos 40 años de democracia que celebra la Argentina.

La serie recorre los temas más trascendentes que tejieron la trama social desde 1983: los derechos humanos, la vida política, el mundo del trabajo, la economía, la deuda externa, la vivienda, los pueblos originarios, el campesinado, las luchas de género y diversidades, el ambientalismo, la cultura y el mundo de la comunicación, entre muchos otros.

Cada conversación constituye un verdadero diálogo intergeneracional entre los jóvenes periodistas de la agencia y aquellos que escribieron la historia.

Estrenamos todos los lunes! La primera, que estará disponible el próximo 28 de agosto, será a Estela Barnes de Carlotto, presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo.

Entre los entrevistados se pueden mencionar a Adolfo Pérez Esquivel, Estela Carlotto, León Arslanián, Héctor Recalde, Federico Pinedo, Gustavo Grobocopatel, Mercedes Marcó del Pont, Daniel Arroyo, Dora Barrancos, Myriam Bregman, Juliana Di Tullio, Ana Castellani, Noemí Brenta, Luis Felipe Noé, Daniel Divinsky, Eduardo Longoni, Moira Millán, el padre Pepe Di Paola, Flavio Rapisardi, Emilce Moler, Manuel Goncalvez, Gervasio Muñoz, Enrique Viale y Damián Loreti, por mencionar solo algunos.

Créditos

ANCCOM
Equipo Audiovisual: Eduardo Morales ? – Jairo García – Noelia Pirsic
Producción Periodística: Diego Rosemberg, Sebastián Comellini, Clarisa Veiga, Ángel Berlanga, Cecilia Chervabaz, Esteban Magnani, Guillermo Wulff, Alejandro Cánepa, Horacio Cecchi, Adriana Meyer, Federico Corbiere.
Producción Fotográfica: Victoria Gesualdi y Leandro Teysseire.
Redes y Contenidos Digitales: Julio Alonso, Estefanía Hernández, Lucia Fabiana e Ian Werbin.
CEPIA
Florencia Mendes, Javier Ildarraz, Gustavo Intrieri, Nadia Rebrij, Florencia Canosa, Juan Lescano, Jorge Pinola.
Autoridades CCOM
Larisa Kevjal – Directora
Dolores Guichandut – Secretaria Académica | Sebastián Ackerman – Coordinador Técnico | Yamila Campo – Coordinadora Centro de Prácticas
Equipo de trabajo
Lucía Thierbach, Grisel Schang, Paula Morel, Emilia Silva y Sebastián Comellini
Bullrich y un festejo agridulce

Bullrich y un festejo agridulce

La interna de JxC dejó al tándem Patricia Bullrich-Jorge Macri como ganadores sobre Horacio Rodríguez Larreta y Martín Lousteau. El Jefe de Gobierno se quedó sin la ciudad y sin proyección a la presidencia pero la ganadora fue recién la tercera candidata más votada a nivel nacional. Le hizo un guiño a Milei, el gran triunfador.

La fórmula conformada por Patricia Bullrich y Luis Petri obtuvo una victoria -contundente en la interna pero moderada en el escenario interfuerzas- sobre la dupla compuesta por Horacio Rodríguez Larreta y Gerardo Morales, con el 17%  de los sufragios frente al 11% hacia el fin del domingo, con un 93% de las mesas escrutadas. “Seremos el equipo que dará vuelta la decadencia y la convertirá en progreso”, expresó Bullrich entre vítores y cantos. 

Las encuestas previas a la votación sugerían que Juntos por el Cambio se llevaría la mayoría de los votos, basados en los porcentajes de intención de voto, pero por un margen tan estrecho que no permitían sacar conclusiones claras. Pisándole los talones quedaría Unión por la Patria, y nadie aventuraba que Javier Milei se convertíría en el candidato más sufragado. Sin duda la mayor sorpresa los avasallantes números obtenidos por La Libertad Avanza, un 31% a nivel nacional. 

La elección mostró un contraste en el nivel de participación ciudadana comparándola con las últimas PASO. Este domingo 13 de agosto, al momento del cierre de urnas se estableció que había votado el 68% del padrón, a diferencia de las últimas PASO donde el porcentaje había sido del 76.4%. 

Alrededor de las 19:30 el búnker de Juntos por el Cambio fue cobrando vida; entraban grupos de personas y parecía que el espacio iba a llenarse en cualquier momento. Media hora después, el espacio seguía un 75% libre. De todas formas la energía de los grupos era totalmente tranquila; se veían personas con las manos dentro de los bolsillos y caminatas plácidas por el espacio de convenciones de Parque Norte. 

El escrutinio provisorio estuvo, una vez más, caracterizado por la demora y la incertidumbre. Muchos -incluso la precandidata Patricia Bullrich, tuvo que lidiar con la máquina a la hora de emitir su voto electrónico- asocian la tardanza al nuevo sistema de boletas electrónicas aplicado en la Ciudad de Buenos Aires. El Mago sin Dientes, militante del partido desde sus inicios y ávido personaje público en temas de política partidaria, hizo referencia a la demora y sostuvo que no le importaría esperar 10, 15 o 24 horas parado si eso implica poder presenciar el cambio en este país.

Eduardo Amadeo, ex diputado del PRO, dijo: “Patricia ha hecho una gran campaña, una muy cercana a la gente” y destacó los postulados manifestados por la precandidata en relación al orden, la educación y la lucha contra el narcotráfico. “El kirchnerismo -sostuvo el funcionario- ha ignorado completamente las necesidades de la gente”.

También hizo su aparición la icónica boxeadora e influencer Alejandra “Locomotora” Oliveras. Fue de las varias personas que expresaron abiertamente su afinidad por la precandidata Bullrich. 

Rumores y especulaciones sobre los resultados empezarían a conocerse a partir de las 21. En la media hora previa empezó a agitarse el ambiente: las conversaciones comenzaron a tener más volumen, la prensa despertó poco a poco sus piernas para abalanzarse sobre precandidatos y militantes que, uno a uno, iban apareciendo en la escena. Resurgía de esta forma y exponencialmente la adrenalina del cierre de campaña, la cual había sido paralizada incluso días antes de la veda electoral debido al asesinato de Morena, la pequeña de 11 años. Los últimos días de Juntos por el Cambio previo a las PASO estuvieron más caracterizados por recorridas y caminatas que por grandes actos de cierre. 

Esta vez, la militancia macrista no eligió su típico sitio de festejo. Días antes, circulaba que la decisión de que Bullrich y Larreta compartieran búnker en Parque Norte la impulsó el precandidato a presidente, con el fin de mostrar la unidad necesaria para vencer al kirchnerismo. Muchos testimonios en Parque Norte hicieron referencia a la necesidad de esta misma unidad.

El relojes daba las 22.26. A minutos del supuesto momento de revelación de datos oficiales sobre las elecciones, la multitud empezó con sus cánticos: “Patricia presideeeente, Patricia presideeeente”. Irrumpieron el espacio jóvenes militantes que con sus gestos, bailes y saltos animaban al resto  seguir cantando.

A eso de las 22:45 aparecieron las primeras estimaciones concretas, y a partir de medianoche el escenario del búnker de Juntos por el Cambio comenzó a poblarse. 

Inauguró la ronda de discursos Martín Lousteau, precandidato a Jefe de Gobierno derrotado. “En nuestro espacio -dijo luego de agradecer de corazón a todos y todas las que votaron al partido- competimos por transformar las cosas, lo hacemos cuando ganamos y cuando perdemos. En todas esas cosas que reducen la desigualdad y hacen una ciudad más justa, allí estaremos siempre”. 

Siguió Jorge Macri, candidato elegido para competir en octubre por el puesto de Jefe de Gobierno en la Ciudad de Buenos Aires, quien comenzó su discurso agradeciendo a los sufragistas.  “Hoy tenemos de nuevo esta gran oportunidad de conducir, de gobernar los destinos de la ciudad” expresó. Siguió con los agradecimientos e hizo una mención especial a su papá, cuyo cumpleaños hubiera sido hoy, mientras se secaba una tímida lágrima. 

“Para mí -continuó Jorge Macri- es un orgullo inmenso seguir esta tradición en la ciudad. Pero tenemos que ser muy conscientes del momento que nos toca vivir: es un momento de festejar, pero hay poco o nada para festejar allá afuera. Primero hay que entender que no hemos ganado nada. Pero además debemos comprender el contexto que nos toca vivir, uno de angustia, miedo, dolor. Estas dos semanas han sido muy tristes. La ciudad tiene que ser ese faro que ilumine una Argentina posible” destacó. 

Finalizadas las palabras del candidato a Jefe de Gobierno, los presentes en el escenario se abrazaron todos con todos. María Ludueña alentó a la militancia y saltó junto a otras precandidatas. Suena de nuevo Tan Biónica y Macri, extasiado, usó el micrófono de karaoke. Incluso una vez abandonado el escenario, los presentes siguieron cantando a todo pulmón, haciendo pogo, saltando al son. El ritmo que los une es claro: “Hay que saltaaar, hay que saltaaar, el kirchnerismo no existe más”.

Hizo su aparición, a los pocos minutos, la figura más esperada por el público: la candidata a presidente por Juntos por el Cambio de cara a octubre, Patricia Bullrich.

“Si estuviéramos en un país normal -arrancó entre gritos y vítores- estaríamos festejando. Pero vivimos los argentinos con angustia, con miedo, sin poder sentir, sin poder soñar, proyectar, vivir una vida normal. Pero también tenemos motivos para celebrar juntos. Tenemos la oportunidad de liderar un cambio profundo para la Argentina”. No puede seguir por varios segundos, los cánticos del público tomaron todo el espacio. “Un cambio -retoma- que deje atrás para siempre la corrupción y que haga paso a la austeridad. Que deje atrás el despilfarro y que cuide cada uno de los bienes y los trabajos de los argentinos”.. 

“Quiero agradecer a Horacio Rodríguez Larreta y Gerardo Morales, porque juntos hemos hecho especial a Juntos por el Cambio. Vamos a estar todos iuntos para ganar las elecciones generales”, dijo. El público aplaudió. “Seremos el equipo que dará vuelta la decadencia y la convertirá en progreso”. 

Bullrich también utilizó unos minutos en felicitar a Javier Milei, el precandidato a presidente más votado. Hizo gestos de complicidad con él y dijo que, juntos, “terminarían con el kirchnerismo”. Luego invitó al escenario a sus contendientes en la interna luego de reconocerlos y agradecer sus esfuerzos. También invitó a Mauricio Macri. Se abrazan, sonríen, y tanto Larreta como Morales aplaudieron al ritmo de “Se siente, se siente, Patricia presidente”. Notable efecto de las urnas después de los mazazos que se repartieron en la previa.

“Es un retroceso en materia de derechos humanos»

“Es un retroceso en materia de derechos humanos»

A criterio de la policía. Así quedará el uso de las “armas electrónica de uso no letal”, conocidas como Taser, ante “conductas amenazantes” que no se especifican.  El ministerio de Seguridad, a través de la resolución 395, habilitó esa utilización por parte de las fuerzas policiales y de seguridad y la normativa fue publicada en el Boletín Oficial el pasado martes 7 de mayo, cinco meses después de que se anunciara la compra de unas 300 unidades de ese armamento.

La medida, que lleva la firma de la ministra Patricia Bullrich, permite el uso de las Taser para “abordar situaciones operacionales en las que resulte necesaria la utilización de la fuerza sin el empleo de armas de fuego”. En la resolución se da cuenta de otros países que tienen reglamentado el uso de estas armas; sin embargo, omitieron los numerosos pronunciamientos en los que el Comité contra la Tortura de las Naciones Unidas, luego de analizar distintos casos, recomienda “abandonar el uso de armas eléctricas Taser” ya que “causa un severo dolor que constituye una forma de tortura y, en algunos casos, puede incluso causar la  muerte”, según explica un informe de 2008.

Seguir afirmando que se trata de armas de uso no letal es no querer ver las evidencias que se presentan. En el 2013, Israel Hernández  murió al ser alcanzado por la descarga de una Taser cuando fue sorprendido pintando un graffiti en Miami. El joven, de nacionalidad colombiana, se encontraba totalmente desarmado. Dos años antes de este caso, en el Estado de California, Allen Kephart murió luego de que tres policías le dispararan con sus pistolas paralizantes por el simple hecho de no haberse detenido ante una presunta infracción de tránsito. Según Amnistía Internacional, al menos 500 personas murieron, sólo en Estados Unidos, a causa de una descarga provocada por un arma Taser entre 2001 y 2012. durante su detención o cuando ya estaban en prisión.

El Observatorio de Derechos Humanos de la Ciudad de Buenos Aires (ODH) ha denunciado al Estado argentino por las armas Taser ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH). “La CIDH actualmente se encuentra estudiando la admisibilidad del caso. Luego de culminar el análisis preliminar, y una vez que reciba la contestación por parte del Estado argentino, cerrará el informe admitiendo o no el caso, para posteriormente analizar el fondo de la cuestión”, expresa Wilma Martínez abogada de ODH.

  “Se debe tener en cuenta que actualmente las fuerzas de seguridad ya se encuentran dotadas con armas no letales, y pueden cumplir sin problemas sus funciones. No podemos naturalizar como sociedad, que ante situaciones que pueden ser resueltas con otras armas no letales, como una cachiporra, se den descargas eléctricas en una persona”, sostiene Martínez y agrega: “Desde el ODH nos interesa dejar en claro que hay una falsa creencia que las armas Taser vienen a reemplazar a las armas de fuego, y no es así, sino que operativamente vienen a reemplazar a las cachiporras. Por lo que además de su uso discrecional por parte de quien la porta en la vía pública, también nos angustia pensar su uso en los ámbitos privados, como comisarías, ya que son verdaderas armas de torturas que no dejan marcas”.

El Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS) alertó en un comunicado que “la reglamentación publicada en el Boletín Oficial es inconstitucional ya que no respeta los principios de proporcionalidad y razonabilidad que limitan el uso de la fuerza estatal”. Asimismo, se advierte el grado de imprecisión de la normativa la cual en el Artículo 2 Inciso C autoriza el uso de las armas Taser para “impedir la comisión de un delito de acción pública”. “O sea siempre, porque ese es el trabajo de la policía”, explica el CELS y continúa: “Así, con la incorporación de las llamadas armas menos letales se intenta esconder el uso de violencia estatal y las afectaciones serias para la vida y la integridad que estas producen. El gobierno nacional promueve y no controla el uso de armas de fuego; en el mismo sentido, este reglamento implica una nueva habilitación para el uso de la fuerza sin límites ni control”.

En la normativa, tampoco se toma noción de los grupos más vulnerables ante los cuales bajo ningún punto de vista se puede utilizar un arma Taser: embarazadas, ancianos, personas con implantes de cualquier tipo, niños, personas epilépticas,  personas con signos de intoxicación por ingesta de alcohol o drogas, como así también personas que hayan estado en contacto con gas lacrimógeno o gas pimienta.

“Es un retroceso en materia de derechos humanos habilitar el uso de las Taser porque desvirtúa la función de la policía y viene a exacerbar prácticas violatorias de los derechos humanos”, analiza Sonia Winer, profesora titular de la cátedra Cultura para la Paz y Derechos Humanos que encabeza Adolfo Pérez Esquivel, Premio Nobel de la Paz. Y agrega: “La medida  implica  una habilitación indirecta sobre tratos crueles y de tortura sobre la población, esto va en contra de las recomendaciones de los instrumentos universales de derechos humanos y también porque apuntala la estigmatización de segmentos poblacionales y su publicitación como no sujetos de derecho. Es un retroceso en cuanto al derecho al trato digno de las personas”, explica Winer, quien encabezó la Secretaría de Investigación de la Escuela de Defensa Nacional del Ministerio de Defensa de la República Argentina.

“En un contexto en el que el Gobierno criminaliza la protesta social, antes que armar a la policía, que ya tienen prácticas muy cuestionadas en materia de derechos humanos, y habilitar la utilización de las Taser para generar daño, lo que habría que hacer es formarlas en mecanismos de resolución y gestión alternativa de los conflictos con una perspectiva de derechos humanos, de cuidar la vida y no de agredirla. Eso habilitaría una sociedad menos violenta y podría bajar los niveles de conflictividad”, concluye Winer. Sin embargo, ahora todo quedará en manos del criterio de cada uniformado.

Cambiemos derecho por castigo

Cambiemos derecho por castigo

CarcelDiversas organizaciones sociales y especialistas en materia de Derechos del Niño de
Argentina y Latinoamérica formularon rotundos rechazos ante el anuncio de la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich de un proyecto de ley acerca de un Nuevo Régimen del Sistema de Responsabilidad Penal Juvenil. La propuesta está alejada de las recomendaciones y normas internacionales e incluye, entre otras medidas, la baja de edad de punibilidad de 16 a 15 años.

Si bien hay acuerdo en la necesidad de cambiar el actual Régimen Penal Juvenil que  derogue el decreto ley N° 22278 que data de la época de la dictadura, esta reforma debe hacerse en consonancia con los principios internacionales vinculados a los derechos humanos de la niñez y la adolescencia que respete los derechos y garantías de este sector etario vulnerable. El intento de bajar la edad de punibilidad de 16 a 15 años –dicen los especialistas- no sólo no es recomendable de acuerdo a las recomendaciones de los organismos internacionales, sino que es inconstitucional dado que viola el principio de no regresividad, en tanto se estaría retrocediendo en un derecho adquirido.

“Para abordar este tipo de situaciones se requiere de un Estado social y no un Estado  penal, que cree programas y dispositivos de prevención, integración y contención de los jóvenes ofreciéndoles alternativas de proyecto de vida y no de cárcel o punición. Para eso se requiere inversión de recursos y no desfinanciamiento ni reasignación de partidas. Todo lo contrario de lo que ha hecho el Gobierno en los últimos tres años de gestión. La opción para ellos es ofrecerle a los pibes la amenaza de la encarcelación como forma de disciplinamiento”, advierte José Machain, referente de la Red Argentina No Baja, quien fue consejero de los Derechos de Niños, Niñas y Adolescentes en representación por la Legislatura Porteña durante doce años.

Al referirse públicamente sobre los alcances de este proyecto de ley, Patricia Bullrich habló de que “contempla un régimen social y educativo para que el menor no siga delinquiendo e impedir que avance en la carrera delictual” haciendo alusión a “la gran cantidad de menores involucrados en situaciones delictivas graves”.  Esta argumentación causó gran repudio de organizaciones sociales dado que no existen datos públicos a nivel nacional que den cuenta de ello mientras que los números de las estadísticas disponibles dicen lo contrario. Por ejemplo, según la información del Ministerio Público de la provincia de Buenos Aires, sólo el 3.6% del total de causas penales iniciadas son atribuidas a menores de edad, de los cuales tan sólo el 0.55% son delitos de sangre. “Es desacertado y falaz lo que dice Bullrich. Es ínfima la cantidad de menores de edad involucrados en delitos graves, de violaciones u homicidios. Entonces,  nada tiene que hacer la ministra de Seguridad hablando de medidas socioterapéuticas. No tiene incumbencia en esta temática, como sí la tienen el Ministerio de Educación o el de Desarrollo Social a los cuales este gobierno les ha
recortado presupuesto y reasignado partidas que han sido derivadas justamente a la
Policía Federal y la Gendarmería”, aclara Machain.

Maria del Carmen Verdu

“Así como hace veinte años decíamos que Carlos Menem ganó la reelección con el voto licuadora, ahora apuntan al voto bala», dijo Maria del Carmen Verdú.

En esta misma línea, María del Carmen Verdú, abogada y referente de la Coordinadora contra la Represión Policial e Institucional (CORREPI), señala la falta de honestidad de Cambiemos cuando es a este mismo sector etario al que le cierran los secundarios nocturnos y se ve directamente afectado por los recortes que ha habido en Desarrollo Social, tanto de Nación como en Ciudad, concentrados en  dos ejes que este gobierno considera descartables: los programas de género, violencias y disidencias así como en los de niñez y adolescencia. “Hablan de reinserción y hasta de un nuevo régimen socioterapéutico pero andá a visitar cualquier instituto de menores donde hay chicos por razones asistenciales, no penales, y contame si alguien se puede reinsertar viviendo en un cubículo de dos por dos, de cemento, sin almohada, con un camastro de material que es lo único que tienen como mobiliario.

«Después se preguntan por qué suceden los suicidios en los institutos de menores”, denuncia Verdú. A su vez señala que el gobierno utiliza una lógica de demagogia punitiva visible en la sucesión de hechos del último mes y medio con medidas que siguen una misma línea disciplinadora y represiva como la habilitación de uso de armas de fuego contra personas desarmadas, la compra de pistolas Taser o el programa Restituir que reincorpora a agentes apartados de las fuerzas de seguridad por haber sido  investigados durante años por hechos represivos beneficiados por el sobreseimiento o la absolución fáciles. “Así como hace veinte años decíamos que Carlos Menem ganó la reelección con el voto licuadora, ahora apuntan al voto bala. La única forma de enfrentar a estos planes de ajuste y represión es con protagonismo popular en las calles, es el único lenguaje que entienden”, sostiene Verdú.

La relación del anuncio de este tipo de medidas de mano dura con el comienzo de un
año electoral es ineludible. En este sentido, Víctor Ramos, fundador del INADI y presidente de la asociación internacional SOS DISCRIMINACIÓN de Argentina, entiende que existe una especulación por parte del oficialismo  sobre un sector de la sociedad reaccionario que tiene una pulsión xenófoba y que siente que la crisis se resuelve con la represión, lo que los lleva a ir detrás de esos votos. “La respuesta que propone el gobierno de bajar la edad punible, es responsabilizar al otro. Buscan un enemigo, un responsable de lo que el estado no ha podido resolver. Es un discurso que lo van profundizando porque, al no tener propuestas ni soluciones a la crisis económica que el propio Macri generó, señala un responsable: el delincuente ¿Quiénes son los delincuentes? Los pibes, los paqueros, los que se drogan. Buscan el eslabón más débil para responsabilizarlo de la ausencia de políticas públicas y de
profundos problemas sociales que no logran resolver”, argumenta Ramos. Además, señala que este tipo de medidas contribuye a la criminalización y estigmatización de los jóvenes pobres al acusarlos a priori de delincuentes y dejando de lado que son justamente los niños y adolescentes  sobre los que mayor impacto tiene la pobreza, la violencia institucional policial y los recortes en políticas de salud y educación.

En el informe de UNICEF publicado a fines de 2018 sobre “Pobreza monetaria y privaciones no monetarias en Argentina”, se daba a conocer que el 48% de los niños, niñas y adolescentes del país son pobres, de los cuales el 20% se encuentra en condiciones de privaciones severas que implican vivir cerca de un basural, en áreas inundables o no haber asistido nunca a la escuela entre los 7 y los 17 años. En aquel entonces los medios hicieron gran eco de estas cifras alarmantes, pero al arrancar un nuevo año muchos toman a la ligera la baja de la punibilidad a pesar de que se trata del sector etario más afectado por la crisis económica y social que atraviesa el país.

Primera marcha de la gorra en la Ciudad de Buenos Aires.

«Este tipo de medidas contribuye a la criminalización y estigmatización de los jóvenes pobres al acusarlos a priori de delincuentes», reflexionó Victor Ramos.

“En lo que hay que ir a fondo es en que el estado realice políticas sociales adecuadas, con mano dura para los funcionarios que no ejecutan sus presupuestos. Llegamos a fin de año y no se ejecutó parte del presupuesto de Desarrollo Social y de Salud. No puede ser que hay dinero no ejecutado, inclusive haciendo recortes, en esos organismos. No lo gastan donde tienen justamente que invertir, en la prevención y en la integración de los jóvenes. Arrancan al final de la cadena cuando el delito ya se cometió”, sentencia Ramos.

En este sentido, la semana pasada UNICEF Argentina ha puesto en circulación un informe con “Ideas para contribuir al debate sobre la Ley de Justicia Penal Juvenil”, cuatro carillas donde se desarrolla expresamente que bajar la edad de punibilidad no mejora la seguridad, basado en experiencias internacionales que así lo han demostrado. Más bien se recomienda un sistema de justicia especializado cuyo enfoque se centre en la prevención del conflicto con la ley penal en lugar de la represión y donde la estrategia esté direccionada en pos de la reinserción social a través de la oferta de oportunidades educativas, de recreación y laborales que oriente a los jóvenes  hacia un proyecto de vida alejado del delito.

La Asociación Argentina de Magistrados, Funcionarios y Profesionales de la Justicia de Niñez, Adolescencia y Familia (AJUNAF), a su vez, ha emitido un comunicado  en el que deja sentada su postura de rechazo a la disminución de la edad punible ya que entiende que “la actividad estatal no puede reducirse solamente a lograr una reforma de legislación penal que tenga como eje central la baja de edad de punibilidad, con la intención de dar una respuesta demagógica y punitiva al tema de la seguridad ciudadana. Y sin atender centralmente a los derechos sociales de la infancia, cuyo aseguramiento financiero estatal se ha visto recortado en educación, protección integral y salud -entre otros derechos- a la luz del presupuesto nacional aprobado para el ejercicio 2019”.

De debatirse este proyecto de ley en sesiones extraordinarias en el Congreso y de ser  aprobado sería la primera vez que un gobierno elegido democráticamente logre bajar la edad punible. En 1954, el segundo gobierno peronista la elevó de 14 a 16 años y sólo se vio disminuida nuevamente a 14 en 1976, durante la última dictadura cívico-militar. Recién en 1983, con el retorno de la democracia, se recuperaron derechos básicos de la población y se aumentó nuevamente la punibilidad a 16 años.