“Hay que construir un gran frente que derrote a Milei y posibilite construir una relación diferente con esta vergüenza de Congreso de la Nación que permite que el presidente pueda gobernar por decreto como un déspota”, manifestó Hugo Godoy, el secretario general de la Central de Trabajadores de la Argentina Autónoma (CTA-Autónoma), con micrófono en mano. Se dirigía a unos cuantos jubilados, un puñado de jóvenes, algunos diputados de la oposición y referentes de sindicatos como la Confederación de Trabajadores de la Educación (CTERA) y la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE), que estaban concentrados sobre la Avenida Entre Ríos, en la plaza que está frente al Congreso nacional. Quienes no habían sido invitados pero estuvieron presentes de todos modos, aunque sin escudos en alto, fueron los oficiales de la Policía Federal Argentina (PFA), que formaron una hilera humana para que los manifestantes no cortaran la calle. Otro grupo de oficiales hizo lo mismo en la puerta del Congreso.
El motivo de la concentración fue el “Jubilazo Federal”, que se hizo este jueves 13 de febrero por la tarde en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y en diferentes provincias del país y cuya convocatoria estuvo a cargo de la Central de Trabajadores de la Argentina (CTA) y de la CTA-Autónoma. Consistió en reunir firmas de ciudadanos de a pie para pedir al Estado una vuelta atrás a la reciente política implementada por PAMI —la obra social estatal de los jubilados—, que redujo la cantidad de afiliados que pueden acceder a la cobertura del 100% de medicamentos como Aciclovir (antiviral), Benznidazol (antiparasitario), Ceftriaxona (antibiótico) y Clobetasol (corticoide), entre otros.
Si bien el beneficio se mantiene para los afiliados con ingresos menores a una jubilación mínima y media, que no tienen una prepaga, que no cuentan con más de una propiedad a su nombre y que no posee un auto de menos de 10 años de antigüedad, lo cierto es que para acceder a la cobertura del 100% de esos medicamentos deben realizar un trámite en el sitio web de PAMI o acercarse a una de sus sucursales con el DNI más una receta médica que indique el diagnóstico y solicitar un “subsidio por razones sociales”. Para eso, los jubilados deben tener acceso a una computadora e Internet o estar en condiciones físicas de trasladarse hasta una sede.
“Hay una enorme cantidad de jubilados y jubiladas que han interrumpido sus tratamientos de alto costo. Están poniendo a ancianos y ancianas al borde de la muerte”, dijo a ANCCOM Hugo Yasky, el secretario general de la CTA, mientras detrás de él se formaba una fila no muy larga de personas que se acercaban a una mesa para dejar su firma en una lista de reclamos. “Además, hay una barrera cultural —agregó Yasky—. No todos los adultos mayores están en condiciones de llenar un formulario a través de una computadora. Son todas trabas que van poniendo premeditadamente, porque saben que, de hecho, cada formulario es un filtro”.