«Sabemos combatir con la pluma, no con la espada»

«Sabemos combatir con la pluma, no con la espada»

Las Abuelas de Plaza de Mayo presentaron dos obras en la Feria del Libro. Una narra la historia de una docena de sus integrantes y el otro volumen recopila el camino de la organización en sus 45 años de lucha.

A meses de iniciarse las celebraciones por los 45 años de Abuelas de Plaza de Mayo, el pasado fin de semana la organización realizó la presentación de dos textos en la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires. Historias de Abuelas, la tercera publicación del proyecto Ovillo de trazos destinado al público infantil y juvenil fue el primero. Luego fue el turno de La historia de Abuelas donde el recorrido de la institución es ampliado y actualizado en esta nueva edición tras 10 años de la primera publicación: La institucionalización de políticas públicas para la búsqueda, el apoyo social y el encuentro de más nietos y nietas retratan la nueva etapa de la entidad.

El viernes 6 de mayo, a las 14.30, la Sala Ernesto Sábato de la Feria del Libro se llenó de historias. Buscarita Roa, integrante de Abuelas de Plaza de Mayo y su nieta restituida, Claudia Poblete, participaron en la charla sobre la publicación de Historias de Abuelas, junto a seis de los siete autores del flamante libro: Paula Bombara, Mario Méndez, Andrea Ferrari, Laura Ávila, Sandra Comino y Andy Riva, quien hizo las ilustraciones. Solo faltó Jorge Grubissich que se encontraba enfermo. Todos ellos se unieron para darle vida a una serie de doce relatos que retratan las historias de vida de Estela de Carlotto, Rosa Tarlovsky de Roisinblit, Buscarita Roa, Delia Giovanola, Sonia Torres, Ledda Barreiro, Emilce Flores, Raquel Radío de Marizcurrena, Aída Kancepolsky, Berta Shubaroff, Chela Fontana y Nélida Navajas. 

Desde el amor, las alegrías y tristezas, los relatos cuentan una parte no tan conocida de las Abuelas: sus infancias y juventudes. Todos esos momentos que las llevaron a ser las mujeres que hasta el día de hoy siguen luchando por la aparición de sus hijos y nietos que la última dictadura cívico militar les arrebató. “Me parece maravilloso tener que presentar un libro de las historias de las Abuelas, eso quiere decir que vamos a quedar en la historia. En la historia de los nietos, de los niños que no nos conocen aún pero que con el tiempo se van a enterar que hubo unas abuelas buscando nietos”, señaló Buscarita Roa con su pañuelo blanco en la cabeza.

Editado por Amauta, Historias de Abuelas es la tercera publicación de Ovillo de trazos. El proyecto literario está pensado para que la generación de los bisnietos y las bisnietas sigan manteniendo viva la memoria de los 30 mil desaparecidos. A su vez, para que docentes y bibliotecarios puedan acercar la pregunta por el derecho a la identidad a las infancias y juventudes. Este proyecto literario, en su primera edición, convocó a doce escritores especializados en literatura destinada a niños, niñas y jóvenes, para que pensaran historias que hablaran de identidad. Luego, fueron ilustradas y expuestas en un banner que, en 2015 a través de Adriana Redondo, directora del Plan de Lectura del Ministerio de Educación de la Nación por aquel entonces, repartió gratuitamente en las escuelas. Ese mismo trabajo, a su vez, y en colaboración con Pakapaka se transformó en cortos animados que se transmitieron bajo el título Historias que abrazan. En 2016, con la segunda etapa del proyecto, surgió una antología de cuentos para jóvenes donde la pregunta sobre la identidad y el derecho a conocerla e interrogarlo fue central. El libro fue seleccionado por el Plan Nacional de Lectura en 2019. 

La tercera etapa dio a luz a Historias de Abuelas, pensado en tiempos prepandémicos: “La idea surgió luego de que en una escuela primaria donde se habían expuesto las microficciones de Ovillos de trazos, a la que yo había ido a dar una charcha, una niña pequeña me preguntó si cuando fuera grande quería ser una de las Abuelas. Sentí que teníamos que contar quiénes eran estas mujeres además de ser parte de Abuelas. Llevé la idea al equipo y floreció”, contó Paula Bombara, escritora y colaboradora del proyecto. 

Entonces, se convocó a seis escritores y escritoras comprometidos con la causa quienes, luego de entrevistas y la presentación de borradores a las Abuelas, produjeron doce historias en microficciones. Además, Historias de Abuelas incluye retratos de las protagonistas, realizados por el artista visual Andy Riva, quien se dedicó a recrearlos a partir de fotos. En diálogo con ANCCOM, comentó que participar del proyecto fue muy significativo para él: “Yo nací en el 80. No tengo recuerdo de la dictadura, me acuerdo pocas cosas del contexto. De lo que sí estoy seguro es que si hoy caminamos en libertad es porque se lo debemos en gran parte a las Abuelas, a las Madres y a toda la gente que junto a ellas trabaja para que muchas cosas no vuelvan a pasar”. Hace tiempo que Riva trabaja con Abuelas pintando murales y haciendo cortometrajes. Sin embargo, este trabajo le resultó particularmente interesante: “Cuando te sumergís en gestos para retratarlos, pueden ser proyecciones o reflejos de las cosas que vivieron, ya sean alegrías, tristezas y cosas pesadas que cargan”, describió. A su vez, explicó que esto mismo lo llevó a reflexionar sobre su propia historia e identidad.  

Claudia Poblete además de ser una nieta restituida también es madre. Ahora su hija tiene a su bisabuela retratada. Al referirse a las Abuelas de Plaza de Mayo en la presentación, reflexionó: “Eran mujeres que no tenían nada que ver con la política. En esa época, pudieron tomar esos roles y reconstruir sus vidas alrededor de la búsqueda, con el dolor que les causó la pérdida de sus hijos, pero sin perder nunca la alegría y la esperanza de encontrar a sus nietos”. Su Abuela Buscarita fue quien continuó con la charla, y dejó claro que la lucha no ha sido en vano. “No es fácil ser Abuela de Plaza de Mayo. Duele. Yo encontré lo que buscaba, pero seguí trabajando para que mis compañeras también pudieran encontrar a sus nietos. Todavía nos faltan muchos, pero esperamos tener un poco más de vida para poder encontrar a los que faltan. Es muy importante que los padres y madres dejen que los niños lean este libro para que vayan sabiendo de chiquitos lo que ha sucedido en su país. No hay que ser indiferentes, las historias se pueden volver a repetir y luchamos para que eso no vuelva a pasar”, concluyó.

El sábado 7 de mayo se realizó la presentación de La historia de Abuelas en la Sala Tulio Halperín Donghi, con un panel compuesto por Estela de Carlotto, presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo; el nieto restituido Leonardo Fossati; el rector de la Universidad Nacional de Quilmes (UNQ), Alfredo Alfonso; y el Director del Centro de Derechos Humanos de la UNQ, Rodolfo Brardinelli.

El libro, impreso a contrarreloj, es una edición ampliada y actualizada de la publicación La historia de Abuelas 30 años de búsqueda 1977-2007, lanzada hace más de 10 años. Fue producido por el Área de Prensa y Difusión de Abuelas, y coeditado con el Programa Universidad y Derechos Humanos de la Universidad Nacional de Quilmes y la Editorial de esa universidad. El libro reconstruye al presente la extensa historia de lucha de la organización. “La Universidad Nacional de Quilmes coedita, colabora con Abuelas y va a seguir coeditando y colaborando porque es su obligación hacerlo y porque es una de las formas en que entiende que está poniendo en práctica la definición de la Universidad como uno de los derechos humanos”, contó Rodolfo Brardinelli sobre la participación de la Universidad Nacional de Quilmes en la edición del libro.

La historia de Abuelas narra parte de la historia de Leonardo Ortega Fossati, uno de los nietos restituidos, quien es miembro de la Comisión Directiva de Abuelas. Fossati remarcó la importancia de la edición de libros de Abuelas de Plaza de Mayo: “Para que el paso del tiempo no vaya poniendo en color sepia a estos logros, sino que estén siempre vigentes. En mi caso personal, son un ejemplo de vida indudablemente”, señaló.

Tras casi 45 años de lucha, la institución realizó cambios en los estatutos para ingresar a los nietos como parte de la comisión directiva. El libro da cuenta del rol que adoptan los nietos y nietas en el traspaso generacional y la continuidad en el legado de la lucha de Abuelas de Plaza de Mayo. “Ahora, atención, mientras que exista una abuela, manda la abuela. Una abuela que escuche, que acompañe, que abrace, una abuela que diga no me parece, pero ustedes tienen razón”, declaró Estela de Carlotto sobre la integración de los nietos a la Comisión Directiva de la Asociación. A modo de cierre, la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo concluyó: “Cuando Abuelas encuentra a un nieto, es para hacerlo libre y que viva como quiera, con quien quiera y haga lo que él libremente quiera hacer de su vida. Le damos la identidad para la libertad”. La presidenta de Abuelas advirtió además que no va a parar hasta encontrar a los 300 nietos que faltan y que esta es una lucha que no termina: “Ya sabemos combatir con la pluma, no con la espada. Siempre con la palabra amor. Cuando uno ama entrega el corazón, entrega la vida, la confianza, la tranquilidad”.

El libro La Historia de abuelas se puede descargar gratuitamente en la web de Abuelas Plaza de Mayo.

“Se lo quise transmitir a los jóvenes que son mi gran apuesta, mi esperanza”

“Se lo quise transmitir a los jóvenes que son mi gran apuesta, mi esperanza”

Están en todos lados, copando la Avenida Sarmiento, en los pasillos de la Feria Internacional del Libro, en los andenes del subte. Debajo de la lluvia, con paraguas, pilotos o resguardados en un techito. Los más jóvenes saltan y cantan, sin importar que, de nuevo, cae agua a torrentes. Las dos pantallas, una dentro del predio de La Rural, fuera de la sala Jorge Luis Borges donde se realizó el acto, y otra en la calle, sobre Avenida Sarmiento, muestran la tapa del libro Sinceramente. Los gritos de aguante y las canciones de hinchada se escuchan en todas partes y resurgen con fuerza cada vez que pasan unos minutos de silencio.

El color asignado fue el turquesa, sin banderas ni inscripciones. Estaba en las camperas, en las bufandas, en las remeras, pero sobre todo en los paraguas. La identificación va más allá de la estética del partido político. Muchos jóvenes que fueron a escucharla nacieron en el gobierno de Néstor Kirchner, pero vivieron su adolescencia en épocas de Cristina. A ella la miran; la toman de referente. Por ella gritan y vitorean.

“Yo no viví el mandato de Néstor”,  dice Natalia de veinticuatro años. “El primer gobierno de Cristina me agarra entrando en la secundaria. Para mí es ella y nada más”, cuenta y vuelve a cantar junto a su amiga. No militan en ninguna agrupación pero van a verla a todos lados, aunque no haya trenes ni colectivos. Hay mucha gente como ella: fueron solos o con grupos, pero sin ninguna organización que los represente. Es la militancia de los que simpatizan, de los convencidos y de los que la añoran.

“Empecé a militar en La Cámpora de Malvinas Argentinas cuando entré a la universidad y me di cuenta de muchas cosas que había hecho Cristina”, cuenta Yésica de diecinueve años. “Mi familia votó a Macri, yo rompí con todos los esquemas”, dice riéndose. Ir contra la tradición de la casa es una realidad de muchos jóvenes. “Mi viejo decía que con los militares estábamos mejor”, rememora y remata: “No entiende que viaje tanto, que venga a estar debajo de la lluvia por esto”.

La nueva generación se posiciona en otra vereda, con otros valores y otras proyecciones a futuro. “Cuando vi la muerte de Néstor por la televisión fue muy fuerte, toda la gente que lo lloraba me impresionó. Ahí me di cuenta de que era por ahí, con ellos”, relata Adriana, de veinte años, militante de La San Antonio de Merlo. Sus compañeras se sacan fotos con una bandera celeste y blanca sin leyendas y cantan a los gritos “vamos a volver”, con las caras llenas de sonrisas y ansiosas por ver a Cristina en la pantalla del predio. “Casi todas nos opusimos a lo que pensaban nuestras familias. En mi caso eran radicales y yo cuando cumplí catorce años me definí como kirchnerista”, cuenta Florencia, otra de ellas.

El  nombre Cristina tiene una fuerza increíble, cada vez que lo dicen, la gente estalla en gritos y cantos. Todo se condensa en esa palabra, pero no es sólo eso lo que impacta, sino también su imagen. Cuando la cámara la enfoca subiendo al escenario de la sala Jorge Luis Borges, la multitud aclama, los bombos y redoblantes tocan y las banderas patrias se elevan más. Es su voz la que, finalmente, despierta los anhelos de las personas, sus palabras y sus pausas las que hacen que se haga silencio y se aplauda. En las pantallas se mostraban rostros llorando y emocionados, otros a la expectativa, siempre atentos.

A pesar de que todo se trata de Cristina, Néstor también está presente en los discursos y en las remeras. “Él fue el primer tipo que subió a la Casa Rosada cuando Argentina estaba prendida fuego, asumió los problemas que teníamos y pidió perdón. Desde ese momento los sigo”, dice Julián de veinte años, militante de La Cámpora y con una tradición familiar kirchnerista. Martina nació en el 2003 y sólo vivió dos modelos de gobierno: “Mis viejos son re K, para mí son toda mi vida”, dice, acompañando a sus amigas, todas entre quince y dieciséis años.

Los pasillos de la Feria están abarrotados y llenos de gente que lleva a ese lugar, caracterizado como culto, la fiesta de los que militan contra lo hegemónico. “Vengo bancando este proyecto/ proyecto nacional y popular/ Te juro que en los malos momentos/ los pibes siempre vamos a estar”, cantan los grupos en diferentes partes de La Rural, rompiendo con el espíritu más ceremonial  y ordenado que tiene el evento anual del libro. Son ellos, que leen y politizan, los que mezclan los dos mundos porque entienden que literatura y sociedad son indivisibles. “Sinceramente es una interpelación a todos. Se lo quise transmitir a los jóvenes que son mi gran apuesta, mi esperanza”, dice Cristina y los ojos de esa multitud protagonista brillan.

 

Nuevo Barrio, nuevas oportunidades

Nuevo Barrio, nuevas oportunidades

Una persona mira los libros del stand de la Editorial Madreselva en la Feria del Libro.

La tercera edición de este espacio reúne doce editoriales.

Nuevo Barrio recibió gran aprobación por parte del público lector que concurre a la Feria, considerándolo uno de los espacios más diversos. En sus ediciones anteriores, al igual que en la de este año, la Fundación El Libro selecciona doce editoriales de la Argentina y el exterior que se postulan para obtener un stand asignado por la propia Feria, y que no solo les permite exponer sus títulos, sino también obtener cierto reconocimiento frente a las muchas editoriales ya instaladas. Se trata, además, de una oportunidad de exposición que, en la mayoría de los casos, las editoriales no podrían costear por su cuenta.

“Está buenísima la propuesta, porque permite exponer a muchos sellos que quizás no podrían costearse un espacio en la Feria. Permite mucha visibilidad y que la gente conozca los materiales, los autores, por ese lado es súper positivo. Y además compartir el espacio de Nuevo Barrio con otro montón de editoriales nacionales y de afuera, es muy interesante”, sostiene Gabriela Ballesi, asistente de la editorial La Luminosa, una de las seleccionadas este año.

Además de un gran reconocimiento, participar de esta exposición facilita el acceso al público masivo que asiste a la Feria del Libro. Así lo plantea Sebastián Albarracín, perteneciente a la editorial Madreselva, quien sostiene que “lo más importante es poder llegar a la mayor cantidad de gente posible y exponer la cantidad de libros que tiene la editorial”. Madreselva se destaca por sus publicaciones relacionadas al feminismo, anarquismo, maternidades libertarias, infancias libres, identidades disidentes y la autogestión, entre otras.  

Libros en el stand de Editorial Madreselva.

Nuevo Barrio busca dar exposición a nuevos talentos y proyectos creativos.

Por otro lado, la importancia de que estas editoriales estén presentes radica en el hecho de que se siga fomentando la lectura. En este sentido, Hugo Montero, uno de los tres directores de la Editorial Sudestada, afirma: “Existe desde hace muchos años una crisis de lectura en nuestro país que podríamos sintetizar en que cada día se pierden más lectores, no hay ni siquiera un registro fiable de analfabetismo funcional, pero se trata de una pésima noticia que tiene que ver con otra crisis más estructural, relacionada con la educación y la cultura que consumimos. Para nosotros, como editorial, es imposible estar ajeno a estas crisis, que nos atraviesan y nos debilitan. Por eso mismo, cualquier chance de interpelar al potencial lector es siempre bienvenida, porque es un inicio para intentar dar esta batalla desigual y cotidiana”. Editorial Sudestada nació en  2001, en un panorama político, social y económico crítico. “Sudestada surge como revista independiente en medio de otra crisis económica tremenda, que afectó particularmente a los más jóvenes. Si bien no parecía un momento propicio para largarse con un proyecto editorial, encaramos el desafío con la expectativa de ver si, en el camino, nos encontrábamos con un público lector. Así sucedió, y por eso seguimos en la calle, 16 años después, ahora como sello editorial y con unos 40 libros periodísticos y 30 infantiles editados hasta el momento”, concluye Montero.

Hoy también las editoriales enfrentan una situación de crisis, sobre todo las pequeñas. “La única crisis editorial no tiene que ver con que no haya cosas para editar o que la gente no quiera comprar libros en papel. La crisis editorial tiene que ver con un plan económico de gobierno que se olvida de los pequeños productores de libros, como se olvida de los productores de cualquier cosa en este país. Suben los costos no sólo del papel y de la imprenta sino también los costos de la luz, las expensas, los alquileres. Entonces eso hace que se estrangule una producción que los grandes grupos editoriales perfectamente se pueda solventar, pero los pequeños grupos editoriales nos vemos asfixiados”, denuncia Celeste Dieguez, Editora de la Editorial Malisia y celebra: “Entonces, por supuesto, si no fuera por esta iniciativa del Nuevo Barrio en el que podemos estar acá de manera gratuita, no creo que pudiéramos llegar a la Feria”.

Stand de Editorial Sudestada con libros y la expositora tras ellos.

Editorial Sudestada, además de la revista mensual, publicó más de 70 libros.

Por otra parte, es importante destacar la oportunidad que la Feria brinda a aquellas editoriales del exterior que desean insertarse en el circuito editorial argentino y latinoamericano. Tal es el caso de la Editorial Funambulista, proveniente de España. “Seguramente, estos últimos años, las editoriales argentinas han tenido que reducir gastos, eso ha incluido la presencia en ferias internacionales, lo que hace que cada vez se nos vea menos y las ferias sean menos interesantes, porque hay menos oferta editorial”, sostiene Concepción Cuesta, administradora de la editorial. “Con esta iniciativa tenemos la oportunidad, reduciendo muchos costos, de tener mayor presencia, comprobar cómo funciona, arriesgando menos económicamente a la vez que se enriquece la Feria”, agrega. Para la administradora española, Nuevo Barrio es una gran iniciativa, ya que hace que los editores participen y la Feria siga siendo un gran escaparate del mundo del libro: “Y que cada vez tenga más interés para todos los que formamos parte de él y para el público que va a comprar”, concluye.

Otra de las editoriales internacionales seleccionada es Estruendomudo, proveniente de Lima, Perú. “La importancia de formar parte de este espacio es la misma que tiene la literatura, de llegar a otras personas con culturas diferentes y de comunicar algo, de hacer conexiones. Creo que es una muy buena iniciativa porque nos permite dar más alcance. Nos permite a nosotros hacernos conocer en otras partes del mundo, como en Argentina”, sostiene Paloma Temple, asistente de la editorial.

Las otras editoriales seleccionadas para formar parte de la Feria son, además de La Luminosa, Madreselva, Sudestada, Malisia, la española  Funambulista y la peruana Estruendomudo; las argentinas de la Ciudad de Buenos Aires Del Dock, Dedalus Editores, Wu Wei y Absentha Libros y Gog & Magog; la santafesina La Fer, y la chilena Hueders.

«Esta iniciativa enriquece la Feria», dice la española Concepción Cuesta, de Funambulista.

 

La corrupción amarilla

La corrupción amarilla

Si a Julián Maradeo (37) e Ignacio Damiani (34) les hubieran preguntado dos años atrás cuál sería el siguiente trabajo tras publicar El tano, biografía no autorizada de Daniel Angelici (2016), con certeza la respuesta decantaría de tan sólo leer la solapa del libro sobre el actual presidente de Boca Juniors. Y en ese sentido, en Radiografía de la Corrupción PRO: de la ciudad a la presidencia de la Nación (2018), los periodistas egresados de la Universidad Nacional de la Plata han decidido indagar a fondo acerca de un sistema interrelacionado de corrupción que atañe a empresarios, dirigentes de fútbol, familiares, jueces y funcionarios públicos.

Entender los mecanismos de los negociados del partido que fundó Mauricio Macri, que funcionan desde su primera victoria en la Ciudad de Buenos Aires, es comprender una faceta más de una política anunciada como “novedosa”. Maradeo y Damiani se proponen armar piezas con nombres que se repiten, familiares que ocupan cargos, la presidencia en Boca, y millones que se fugan del país. En definitiva, Radiografía de la corrupción PRO se encarga de exponer bajo la lupa los intereses de un presidente que nunca dejó de lado los negocios que lo han llevado a la esfera política. Pero además, permite dilucidar en profundidad el entramado político con el que se fue asentando el PRO tanto en la Ciudad de Buenos Aires como a nivel nacional.

¿Qué tan necesaria es una Radiografía de la corrupción PRO?

Maradeo: Desde un punto de partida bien periodístico, tomamos como disparador que la década menemista tuvo un libro sobre su sistema de corrupción. Pero cuando hablamos de un sistema de corrupción lo entendemos como actos de interrelación de las partes, ya que actos de corrupción hay en cualquier gobierno. Se trata de una estructura jerárquica que funciona eficazmente. Robo para la Corona, de Horacio Verbitsky, fue el libro que mejor lo sintetizó en los ‘90, además claro de aquellos sobre el kirchnerismo –a nuestro entender La piñata de Hugo Alconada Mon es el más destacado-. En ese sentido, creíamos que faltaba uno sobre el PRO, con la particularidad de añadir el elemento de la historización, elemental para entender su sistema de corrupción.

¿De qué se trata esa “historización” de la que hablan en el libro?

Damiani: Si tenemos en cuenta a Mauricio Macri como sujeto político saliendo de las esferas familiares, donde luego salta a Boca, y posteriormente a la Jefatura de Gobierno, es donde vemos que creíamos necesaria la historización para entender la complejidad y profundidad del sistema PRO. Incluso porque hay un rasgo iterativo, una repetición de nombres que vienen de haber sido ejecutivos en empresas familiares, acompañaron a Macri en Boca, y hoy ocupan cargos claves en el Estado como intendentes o funcionarios, como el caso de Andrés Ibarra (ministro de Modernización), por citar un ejemplo.

Julián Maradeo e Ignacio Damiani dan la entrevista sentados en una mesa de trabajo, sobre la cual se ve el libro de su autoría.

«La historización es fundamental para entender el sistema de corrupción», explica Maradeo.

¿Cómo fue el criterio de selección de los casos?

Maradeo: Proyectamos tratar casos que no estén agotados en su modus operandi. Por ejemplo, elegimos el caso del endeudamiento del Correo Argentino, así como también la venta de la empresa de aerolíneas de la familia Macri, MacAir jet, a otra aerolínea colombiana, Avianca. Esta última no sólo se quedó con MacAir Jet, sino también con privilegios en 26 rutas aéreas argentinas y conservando los mismos directivos en la negociación con la empresa extranjera, como Carlos Colunga. En ambos casos se ven los intereses de Macri y de su familia en el Poder Ejecutivo, para demostrar no solamente su praxis política, sino que hay un financiamiento arraigado.

¿Cómo se denota ese sistema de corrupción en la transición de la Ciudad de Buenos Aires a la Nación?

Damiani: Lo que trabajamos es la capacidad discursiva que tiene el Gobierno para trazar un relato que muestra al PRO como lo nuevo, obviando hechos fácticos que visibilizan contrastes e irregularidades, por ejemplo en los sucesos de corrupción. Pero además, se ve en otros temas de agenda. Por ejemplo, cuando Macri asumió como Jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, en sus discursos de apertura en la Legislatura Porteña, ya hablaba de una “pesada herencia”, en relación a las gestiones anteriores a cargo de Jorge Telerman y Aníbal Ibarra. El factor de “la ciudad está quebrada, hay que endeudarse” es una matriz repetida en Nación. La capacidad de oratoria es muy subestimada.

¿Cómo en qué caso por ejemplo?

Damiani: Por ejemplo, en el discurso sobre la independencia del Poder Judicial. Algo en lo que el propio Macri ha hecho hincapié, pero que demuestra lo contrario. Pablo Tonelli, funcionario macrista, es una espada para presionar a jueces que son díscolos o que ponen límites al Gobierno. Andrés Gallardo es un juez de Contención Administrativa que sufrió 800 recusaciones –literalmente- en los últimos ocho años de gobierno PRO en la Ciudad. Gallardo lo denominó como una etapa “bestial”, ya que atentaba contra su independencia en el Poder Judicial. Eso también se traslada a nivel nacional, debido a que es Tonelli hoy el mismo actor preponderante que pone trabas a los circuitos judiciales que no estén en línea con los intereses de Macri.    

¿Cómo se explica que el votante lo haya afianzado tanto durante estos últimos años?

Maradeo: Sin dudas para entender una victoria hay que desarmar las falencias de los rivales. Un desgaste del tejido político, un ciclo agotado del kirchnerismo que llega con un candidato que no termina de representar al arco del partido. Esos son factores determinantes, pero es necesario complementarlos con los aciertos de Macri. Así como también virtudes propias del PRO en generar una eficaz estrategia para el votante de entre veinte y treinta años a través de las redes sociales, por ejemplo.

¿Cuánto influyen los medios de comunicación en la difusión y omisión de casos de corrupción del PRO?

Maradeo: Es difícil de cuantificar, pero por supuesto que existe un blindaje mediático en base a las alianzas de empresarios de medios de comunicación y el Gobierno. Es palpable y lo dejamos plasmado en el libro. Con este trabajo, por ejemplo, nos bajaron el pulgar desde Infobae, lo cual es importante considerando que es el diario web más leído en Argentina. No creemos en una grieta periodística, pero si en intereses encontrados de un lado y del otro. Sin embargo, la presión llega al momento de difundir el trabajo, y eso es notorio.

El periodista Ignacio Damiani sostiene el libro junto a su colega Julián Maradeo

Damiani y Maradeo también escribieron una biografía sobre Daniel Angelici.

¿Por qué denominarlo “radiografía”?

Damiani: Una radiografía metafóricamente como una foto profunda capaz de mostrar, o mejor dicho, transparentar los casos de corrupción del PRO. Pero también con la historización de Macri para demostrar una radiografía de época. En ese sentido, tiene que ver más con la idea de calar más allá de la superficie discursiva. Un tópico importante es el de evitar las interpretaciones. Acá trabajamos fuentes, documentos, denuncias concretas, es ir directamente a los hechos. El análisis decanta, pero no es una posición discursiva frente al partido político en sí.

¿Se toparon con trabas en la producción del libro?

Maradeo: En la producción no, pero sí decididamente en la difusión. Nos topamos con todos los obstáculos posibles. Ya estamos acostumbrados a que pactemos entrevistas y nos las bajen desde numerosos medios. Pero es un tema recurrente en cualquier caso de periodismo de investigación que se enfoque con el gobierno de turno. Lo curioso es que en los primeros veinte días se acabó la primera edición, aun teniendo prácticamente nula difusión del libro…


Radiografía de la corrupción PRO va a ser presentado el 27 de abril a las 19:00 HS en la 44º Feria del Libro de Buenos Aires junto a Hugo Alconada Mon, Gustavo Sylvestre y Gabriela Massuh.

Páginas de ayer

Páginas de ayer

Promovida por la Asociación de Libreros Anticuarios de Argentina (ALADA), la Feria  del Libro Antiguo se convirtió en un clásico que congrega libreros nacionales e internacionales, coleccionistas, bibliófilos y especialistas, y que desde su creación se propone acercar la cultura del libro curioso, raro y exquisito al público.

Lucio Aquilanti, vicepresidente de ALADA y propietario de Aquilanti & Fernández Blanco -la librería anticuaria más grande de Buenos Aires, con más de doscientas mil obras-, cuenta que “una ciudad como Buenos Aires necesitaba una Feria del Libro Antiguo, y quedó demostrado que funciona porque ya vamos por la decimoprimera edición y siempre fue un éxito”. Y es que Buenos Aires es la ciudad con más librerías per cápita del mundo; se calcula un promedio de veinticinco locales cada cien mil habitantes.

Si bien, según estándares internacionales, un libro antiguo es el publicado con anterioridad a 1830, hoy el término es mucho más genérico y las librerías anticuarias trabajan además de libros vetustos en edad, obras raras, costosas de conseguir, tiradas especiales, coleccionables y dedicadas por autores. En estos lugares se pueden hallar desde libros de los siglos XV, XVI y XVII, hasta de las vanguardias artísticas y literarias del siglo XX, pero también mapas, afiches y fotografías de cine, cómics, manifiestos y toda serie de curiosidades.

Alberto Casares, dueño de la librería Casares y presidente de ALADA.

Una primera edición de El Facundo de Domingo Faustino Sarmiento de 1845, una investigación ilustrada de Florentino Ameghino de 1877, una primera edición de 1922 -con ilustraciones del propio autor- de Veinte poemas  para ser leídos en el tranvía de Oliverio Girondo, una edición de 1641 de Elogio de la locura de Erasmo de Roterdam, un vademécum de 1794;  un ejemplar de Seis poemas escandinavos de Jorge Luis Borges son algunas de las joyas con las que contará esta edición de la Feria que suele congregar entre cuatro mil y cinco mil personas.

El coleccionismo, sostiene Aquilanti, “protege el patrimonio, que es lo que generalmente no hace el Estado, en Argentina y en cualquier parte del mundo”. “Un libro antiguo no es para leerlo”, agrega quien reunió la obra completa de Julio Cortázar y que ahora forma parte del tesoro de la Biblioteca Nacional y afirma: “El placer del libro antiguo en casa es tenerlo, hojearlo, mimarlo, es ese pedacito de historia, de misterio metido en casa y esa dulce obligación de cuidarlo”.

En la edición 2017 de la Feria del Libro Antiguo, un grupo de dieciséis libreros y propietarios de anticuarias serán los encargados de atender y orientar a los asistentes a la Feria. Dispuestas en stands, participarán las librerías Alberto Casares, fundada en 1975 y dedicada a literatura, arte e historia argentina, americana y española; Aquilanti & Fernández Blanco, especializada en historia y literatura latinoamericana; Rayo Rojo, consagrada a la historieta y el cómic y Alberto Magnasco, otra de las clásicas. Completan el repertorio Anticuaria «Poema 20”, Galería Mar Dulce, Helena de Buenos Aires, Hilario, Luis Figueroa, María Rúa Vidueiros, La Librería de Ávila,  Librería El Escondite,  Libros La Teatral,  Los Siete Pilares, The Antique Book Shop, The Book Cellar& Henschel y Víctor Aizenman.

En la edición 2017 de la Feria del Libro Antiguo, un grupo de dieciséis libreros y propietarios de anticuarias serán los encargados de atender y orientar a los asistentes a la Feria.

Cincuenta son las librerías anticuarias nucleadas en ALADA, aunque Aquilanti asegura que existen algunas más. La asociación se fundó en la década de 1940 y diez años después dejó de funcionar, se cree que por la Revolución Libertadora y la crisis por la que atravesaba el país. En 1998 fue refundada por un grupo reducido de libreros que hoy acerca las producciones antiguas al público curioso y se encarga de representar a los libreros ante cuestiones legales.

La ventaja de presentarla en un centro cultural -es la segunda edición consecutiva que se realizará en el CCK-, destaca Aquilanti, “es que tiene otros atractivos y se puede convertir en una salida familiar, de amigos o convocar a público ajeno al tema. El año pasado tuvimos la experiencia de gente que llegaba sin saber de qué se trataba y se llevaban una experiencia magnífica”, recuerda. La Feria del Libro Antiguo es una ocasión ideal para animarse a ese mundo de las librerías anticuarias que -según dicen sus libreros-, a muchos intimida.

 

La Feria del Libro Antiguo se convirtió en un clásico que congrega libreros nacionales e internacionales, coleccionistas, bibliófilos y especialistas.

 

Actualizado 08/11/2017