May 17, 2022 | Destacado 3, Trabajo
María Josefina Macchi se presentó el 24 de abril a una entrevista laboral para ingresar a la aerolínea Emirates. Cumplía con todos los requisitos, pero de igual manera la rechazaron por su peso.
María Josefina Macchi tiene 25 años y estudió para tripulante de cabina en el Instituto de Formación Profesional Aeronáutica (IFPA); obtuvo la licencia en octubre del 2021. En el año 2020 había vivido una experiencia inolvidable: “Me tiré de un paracaídas y decidí que quería volar”.
El domingo 24 de abril, a las 10:30 se presentó en una búsqueda laboral de la aerolínea Emirates. La postulación era a través de internet y luego le enviaron por mail un correo para confirmar su asistencia al evento. Para ir a la entrevista había que completar un formulario previo, donde pedían, entre otras cosas, el índice de masa muscular (máximo 25) y el de ella es de 24,02. Macchi tuvo una correcta actuación durante la entrevista: “Me sentí muy cómoda”, dice.
La conversación se realizó íntegramente en inglés, por lo cual el idioma no fue un problema. Sin embargo, no resultó seleccionada. Al acercarse a la reclutadora para preguntarle qué podía mejorar para la próxima vez, recibió una respuesta sorprendente: “Honestly, you need to lose weight” (Honestamente, necesitas bajar de peso). Josefina no podía creer lo que estaba escuchando: “Diciéndome esto ella pensó que me estaba haciendo un favor y lo que menos hizo fue hacerme un favor, me lastimó mucho”. La reclutadora tuvo la necesidad de decirle algo más: le pidió encarecidamente que no diga nada sobre las razones porque no habla bien de la empresa. “El filtro fue mi físico”, asevera Macchi.
A raíz de un posteo que realizó su hermana en la red social Instagram. Josefina decidió dar a conocer su historia y realizó un descargo en Twitter, que se viralizó rápidamente. “No fue voluntario, las personas empezaron a compartir y se hizo viral”, detalla ahora la joven en diálogo con ANCCOM.
La aerolínea Emirates contrata a la agencia Flyright, quienes se encargan de hacer la selección de tripulantes de cabina, la cual no se ha contactado en ningún momento con Macchi para ofrecer sus disculpas. Han cancelado las entrevistas de aquellos que llegaron a última instancia y un evento en Paraguay sobre el que la agencia no quiso informar.
La aerolínea se comunicó con Josefina por medio de correo electrónico de la siguiente manera: “Actualmente, no disponemos de pruebas que establezcan que se le hizo ningún comentario discriminatorio en el evento que asistió. Si salen a la luz nuevas pruebas, las tendremos en cuenta para tomar nuevas medidas con respecto a nuestra agencia de contratación. Lamentamos no poder seguir adelante con su solicitud en este momento”. Sin pedir disculpas, la empresa aeronáutica se desentendió de lo ocurrido. ANCCOM intentó comunicarse tanto con la aerolínea como con la agencia Flyright. En ningún caso recibió respuestas, ni a los mails ni a las llamadas telefónicas.
Macchi hizo la denuncia en el Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (INADI) pero no continuó con acciones legales porque cree que al ser una empresa muy grande tiene todo bajo control: “No quiero ocupar más mi cabeza con este tema. Aunque sé que sería hacer justicia, porque como sociedad nos interpela”.
Josefina cuenta que tenía idealizada a la empresa, le encantaba su uniforme, soñaba con formar parte de ella, pero nunca se hubiera imaginado lo que le sucedió. “Veía el uniforme de las tripulantes y decía qué lindo sería trabajar en esa empresa, pero después te das cuenta de que no todo es color de rosas y que hay un montón de cosas que son más fuertes que el uniforme”, aclara.
Macchi expresa que recibió numerosos mensajes de apoyo y también de colegas que han trabajado en la aerolínea relatando situaciones parecidas e inclusive más repudiables. Cuenta que los mensajes decían que le estaban haciendo un favor al no aceptarla: “Me dicen que te pesan antes de cada vuelo, que si te excedes de peso con el que ingresaste a la aerolínea no podés volar, y si no lo hacés, te lo descuentan. Es todo muy tremendo”, lamenta.
María Paula Ramírez, mamá de Josefina, menciona que fue a buscar a su hija al evento luego del hecho “A mí me causó mucho dolor como madre, ese día yo le había prestado una cartera mía, el uniforme se lo regalé yo y lo fuimos a comprar juntas. Toda una ilusión”. María tiene un emprendimiento de decoración y también es profesional de salud mental. Cuenta que tiene pacientes con problemas alimenticios y que hay que ser responsable a la hora de hablar. “Esto es terrible. Uno no puede decir cualquier cosa porque no sabes la historia que hay detrás de cada uno”.
Ramírez relata que recibió muchos comentarios de apoyo y de indignación. Una chica que estuvo en la postulación escuchó lo que la reclutadora había dicho y aseguró que fue lo más horrible que había escuchado en una entrevista laboral.
A partir del hecho sucedido con Emirates la aspirante no bajó los brazos y surgieron nuevas oportunidades laborales: “No me sacaron las ganas de volar, están más latentes que nunca”.
Actualmente, la joven de 25 años se encuentra haciendo la capacitación en la aerolínea FlyBondi para el puesto de azafata. La empresa se encontraba al tanto de lo sucedido en la aerolínea internacional, por lo cual la contactaron a pesar de que ella había dejado muchas veces su curriculum vitae. Según cuenta Macchi, la entrevista fue sumamente descontracturada comparada a la de Emirates “fue una entrevista grupal super amena y agradable”. Por ejemplo, tenían que compartir un dato curioso de su vida cotidiana y ella comentó que no le gusta tener el tacho de basura tan lleno. “Acá -dice- tengo lo mejor del mundo, vuelo en mi país, vivo en mi país y sigo con mi familia”.
Nov 30, 2021 | DDHH, Destacado 4
Esta semana se presentará en Ushuaia una querella por la detención arbitraria de una familia Quechua Aymara en el marco de una celebración ansestral.
Esta semana se presentará una querella impulsada por la abogada Solange Verón, representante de Mariana Quisver, quien fue agraviada -ella y su familia- luego de la celebración del Ayamarkayquilla o Día de los Difuntos, a principios de noviembre, a la salida del cementerio Parque del Mar en Ushuaia.
El pasado 2 de noviembre una familia Quechua Aymara -Mariana, su hermano Edgardo Martín y su padre Edgardo Quisver- fueron detenidos a la salida del cementerio con el argumento de su estado de ebriedad.
La familia se encontraba en su auto apagado y estacionado cuando llegó la policía y los instó a bajar. Mientras tanto, una vecina del lugar, observando la situación, disparaba insultos contra la familia. “La vecina nos puteaba, super racista. Se quejaba de que la policía se mete con la gente de ‘acá’, pero a ‘estos’ los dejan hacer lo que quieren”, recordó Mariana Quisver en diálogo con ANCCOM.
Luego de un test de alcoholemia que le realizaron a Edgardo Martín, la policía decidió llevárselo junto a su padre a la comisaría. “Le expliqué que salíamos de una celebración ancestral, que todos habíamos bebido y que no había razones para detenerlos si nunca habían arrancado el auto. Se ve que no le gustó lo que le dije. Me empujó y ahí empezó todo”, relató la mujer.
Tirada en el piso, con una rodilla en su espalda y otra sobre su cabeza, apenas podía respirar. La subieron al patrullero de forma violenta, provocando lesiones en las rodillas, brazos y piernas.
De camino al Hospital Regional de Ushuaia, los insultos racistas y la violencia continuaron mientras Mariana se encontraba completamente inmovilizada, sin representar un peligro que justificara el sometimiento físico.
Durante las horas que pasaron en la comisaría no se les informó el motivo de su detención, ni se les permitió ejercer sus derechos. Se los privó de agua, baño e información. Luego de un cambio de turno de oficiales, el trato fue menos hostil y los insultos racistas cesaron. Primero dejaron ir a Mariana y más tarde a su padre y a su hermano. Sin embargo, tuvieron que esperar para conocer la figura bajo la cual los habían detenido: “Edictos policiales”. Una herramienta arbitraria, vetusta y recientemente -el 15 de julio de este año- declarada inconstitucional mediante un fallo del Superior Tribunal de Justicia provincial.
En el requerimiento fiscal de instrucción se califican los hechos como “delitos de lesiones, severidades, apremios ilegales y abuso de la autoridad” y “se concreta la imputación en contra de los agentes policiales que intervinieron en el operativo realizado el 2 de noviembre de 2021.”
“Nosotros en la denuncia formal aclaramos que lo sucedido lo enmarcamos en torno a una situación de violencia institucional y tortura sobre un cuerpo racializado, por discriminación racial”, señaló Quisver, y agregó: “Es una celebracion estigmatizada, perseguida, no solo acá, pasa en Buenos Aires también en el cementerio de Flores”.
El Día de los Muertos se celebra en varias culturas del territorio latinoamericano. “Comienza el 1º de noviembre en la casa del homenajeado”, explicó Mariana. “Es un día para recordar a quienes se fueron. Se les hacen ofrendas, se prepara la comida y la bebida que le gustaba al difunto y se toca música. Hay fotos y guirnaldas. Al otro día culmina la celebración en el cementerio. Se lleva todo para allá y se invita a familiares y amigos. Es un homenaje. Para nosotros el Ayamarkayquilla es una forma de entender la muerte: en nuestra cosmovisión los que se van no se van para siempre. Vuelve, están, acompañan. Eso se reconoce en la celebración.”
Tierra del Fuego es la provincia más jóven de Argentina y reúne personas de todas partes, reconocidas con diferentes identidades culturales, que llegan en busca de mejores oportunidades. Sin embargo, esta diversidad pocas veces es aceptada.
“Yo soy argentina, nacida acá en Tierra del Fuego, aunque no me reconozco con la argentinidad, sino con la preexistencia, con los pueblos preexistentes al Estado-Nación”, afirmó Mariana, y continuó: “El Estado nos quiere en los eventos, en la fiesta de las colectividades, mostrando nuestras comidas en un stand, pero no tolera cuando hacemos uso de los espacios públicos y somos nosotros los que llevamos adelante nuestras celebraciones, como nosotros queremos, no para la cámara”.
“El Estado nos quiere en los eventos, en la fiesta de las colectividades, mostrando nuestras comidas en un stand, pero no tolera cuando hacemos uso de los espacios públicos y somos nosotros los que llevamos adelante nuestras celebraciones»
Mariana Quisvar
Desde la Multisectorial de Derechos Humanos de Ushuaia y Río Grande, junto con numerosas organizaciones, se repudiaron estos hechos de violencia institucional y racismo que suceden constantemente y pocas veces son denunciados o atendidos.
Esta denuncia abre un camino hacia el reconocimiento de una situación invisibilizada y busca hacer valer los derechos de pueblos originarios, para evitar que se continuen los atropellos institucionales y racistas. “Queremos elevar el caso a la Convención contra la tortura y el INAI (Instituto Nacional de Asuntos Indígenas)”, concluyó Mariana.
Nov 17, 2021 | Destacado 3, Géneros
Por: Antonella Bellino y Juan Harriague
Fotografía: María Bessone – Telam
Los clubes del fútbol argentino empiezan a avanzar en la inclusión de áreas de género que promueven la presencia de las mujeres en la toma de decisiones y que incorporan los protocolos de prevención y actuación en casos de violencia. ANCCOM habló con tres referentas que explican cómo incorporar políticas con esta perspectiva en un deporte históricamente dominado por el machismo.
Hoy en día son muchos los clubes de fútbol que cuentan con áreas dedicadas exclusivamente a la temática de género. Aunque esta temática parece relativamente nueva, los primeros clubes que la incluyeron, como Gimnasia y Esgrima de La Plata o Rosario Central, lo hicieron ya en 2017.
¿Pero cómo surge la necesidad de desarrollar estas áreas de género? El avance del movimiento de mujeres a nivel mundial y a nivel local fue muy importante. El colectivo Ni Una Menos, formado en 2015, trajo a la agenda pública una gran cantidad de luchas previas.
A partir de allí, el feminismo se volvió masivo y atravesó a todos los sectores sociales, abriéndose espacio en lugares a los que nunca antes había llegado, como el fútbol. De esta manera, en los últimos años convergieron las demandas feministas con un montón de mujeres que querían participar de la vida de los clubes.
Julia Hang es socióloga e investigadora del CONICET. En uno de sus proyectos académicos se propuso indagar sobre lo que hacían las mujeres en los clubes en relación a la política, en especial sobre su papel en cargos de decisión en caso de tenerlo. Y así se acercó al trabajo en el área de género de Gimnasia y Esgrima de La Plata. Desde 2018, metió la cabeza en la boca del “Lobo” platense, en donde se organizan jornadas y talleres sobre género y masculinidades. “A mi me interesaba pensar qué es lo que se proponen, qué estrategias llevaban adelante, qué era pensar un club con perspectiva de género, cómo eran recibidas por los dirigentes en el club… Ellas tenían un lugar muy importante, entonces yo ahí me pregunté cómo se articulan estas chicas feministas en un espacio donde todavía persisten un montón de lógicas machistas, discriminaciones con motivos de género y demás”, explica Julia.
Nadia Mileva Solodkow es abogada y está a cargo de la subcomisión de mujeres de Ferro Carril Oeste. Ella cuenta que hace cuatro años junto a dos compañeras de handball vieron un posteo de su club en relación al día de la madre. “Entonces nos preguntamos si la madre de Ferro ¿es sólo la que alienta desde la tribuna? ¿O es también una jugadora, una persona que vive el club de la misma manera que otra persona? Ahí pensamos que esa comunicación no es la que nos gustaría que el club esté brindando.”, sostiene Nadia.
Paula Ojeda es abogada, tiene dos máster en Prevención de Violencia de Género y de Igualdad de Género y es la responsable del Departamento de Género de Vélez Sarsfield, además de ser vicepresidenta del Foro Argentino de la Mujer en el Deporte. Presentó su proyecto en marzo de 2018. “Se me ocurrió trabajar la temática dentro de las instituciones. Sabemos que los clubes de fútbol son muy machistas, y en donde los jugadores no pueden hablar de su situación personal o tienen que esconder su identidad de género, las violencias, los acosos. Había un montón de temáticas para trabajar y así se dio el comienzo”, cuenta Paula.
El primer desafío era ser recibidas por los dirigentes de los clubes, que hasta ese momento no se capacitaban en la implementación de políticas con perspectiva de género. No pocos siguen sin hacerlo. Nadia Mileva Solodkow describe que en Ferro en un primer momento “en la Comisión Directiva se preguntaban «Subcomisión de mujeres, que querrán hacer…» No entendían muy bien. Varias compañeras fueron a una reunión a explicar el proyecto. Y ahí dijeron que sí, no hubo mucha resistencia en ese sentido, en un primer momento no entendían a qué apuntaba, pero no fue tan terrible”. Por su parte, la experiencia de Paula Ojeda en Vélez fue similar, ya que según ella, “el comienzo fue raro, porque los dirigentes no comprendían qué relación podía tener la temática con el fútbol. Hoy es más sencillo hablar de género en el deporte -aclara-, pero en ese momento no entendían”.
En relación con eso, hoy parece haber más margen para plantear la temática en el fútbol y que tengan un lugar protagónico. Julia Hang reconoce ciertas historias en común en estas áreas, donde se encuentran mujeres que “en su mayoría son muy jóvenes, que les gusta mucho el fútbol, pero que nunca habían encontrado como un espacio colectivo en el cual ir a la cancha o hacer cosas por el club, entonces encuentran también un espacio donde militar su feminismo. Se combinan tres cosas: la militancia feminista, el amor por el club y el deseo de transformarlo desde una perspectiva de género”.
El derecho a gozar… y a jugar
El fútbol es machista. En eso coinciden las tres entrevistadas. Estas áreas surgen de hinchas y socias feministas, que disfrutan el fútbol, van a la cancha, se sienten identificadas con los colores de su club y que quieren participar de la vida política de sus instituciones. Pero, por sobre todas las cosas, son mujeres que ven necesario aggiornar sus clubes a los tiempos que corren. Son chicas que quieren ver un cambio hacia la igualdad de género de manera transversal porque están hartas de la reproducción de prácticas machistas que las excluyen y están dispuestas a dar la lucha por la necesidad de tener un espacio que las represente.
Como afirma Hang, el feminismo empieza a formarse en torno al fútbol “porque traen cuestiones que tienen que ver con el disfrute, con el goce, con el derecho a jugar, cuestiones que aparecen como un derecho humano, porque los varones tienen derecho a ser con su tiempo libre lo que quieran y las mujeres ni siquiera tienen derecho al tiempo libre”.
Es importante destacar que las personas que integran la gestión de un club de fútbol no deben percibir ningún sueldo a cambio de ello, por ende para postularse para integrar una comisión directiva, hay que tener un ingreso económico externo. Esto es una de las causas que hace más difícil la participación de mujeres en estos espacios de poder ya que según el Observatorio de Políticas de Género, la brecha salarial entre hombres y mujeres es de un 30% por el mismo trabajo, además a esto hay que sumarle la distribución desigual de las tareas de cuidado.
Hoy en día sólo un 7% de mujeres ocupan un lugar de gestión en los clubes de fútbol. El ejemplo más destacado está en el Club Atlético Banfield, que tiene la primera presidenta mujer, Luciana Barbuto. Aún así, existe la Ley del Deporte 20.655, que en su reforma del año 2016 exige que las listas que se presenten para la elección de la Comisión Directiva en las asociaciones civiles deportivas deben tener entre los candidatos a los cargos titulares a elegir, un mínimo de 20% de mujeres y un mínimo de 20% de personas jóvenes entre 18 y 29 años de edad.
Las protagonistas afirman que se avanzó mucho en esta cuestión, pero todavía falta mucho por hacer. Paula Ojeda comenta: “Estamos demostrando que las mujeres tenemos la capacidad y también nos estamos capacitando para eso, que muchas veces a los hombres no se les pide esa capacidad para cumplir un rol en una comisión directiva y a las mujeres sí, y luchamos para que no nos pidan esos requisitos”. Definitivamente, la creación de las áreas es una conquista de las mujeres en cada club
Un fútbol con sororidad
Una de las políticas que más se ha impulsado tiene que ver con los protocolos en casos de violencia de género o contra niños, niñas y adolescentes. Solodkow explica que en Ferro aprendieron que “además de estar escrito correctamente, el protocolo tiene que servir para el club, se tiene que adaptar a la realidad del club. Nosotras lo que hicimos fue pensar en «referentes responsables». Las denuncias te llegan desde todos lados, tienen que ser personas que sepan lo que es la dinámica del club, que esté comprometida y que esté disponible en cualquier momento. Y cada caso hay que atenderlo con sus particularidades”.
En ese sentido, Ojeda define al protocolo como “algo primordial” y que su implementación es un instrumento legal que garantiza “tanto a nuestra existencia como al trabajo que vamos a hacer”. En ese sentido, la responsable del área de género en Vélez sostiene que “el rol fundamental de los protocolos es, como vamos a hablar de violencias y discriminaciones, darle un encuadre para determinar, porque no es lo mismo un abuso sexual que un acoso callejero, o un ataque por una red social con un ataque físico. Son completamente distintas, si bien son todas violencias, la mirada tiene que ser distinta. La idea es que el órgano que va a dictar la disciplina tenga una orientación que catalogue las distintas violencias”.
Es importante recalcar que ambas áreas de los clubes cuentan con un equipo de abogadas y psicólogas, que se ponen a disposición de las víctimas y hacen un seguimiento de cada caso.
Otra parte fundamental en el armado de estos espacios es la comunicación y sororidad, entendida esta última según la RAE como la relación de solidaridad entre las mujeres, especialmente en la lucha por su empoderamiento, que se da entre los departamentos de género de los clubes, en los cuales hay un apoyo y trabajo en conjunto constante. Por ejemplo, Nadia Solodkow cuenta que cuando armaron el protocolo en Ferro tuvo una reunión con Paula Ojeda, su par de Vélez y afirma que “siempre hay contacto entre los clubes”. Julia Hang destaca a la Coordinadora Sin Fronteras de Futbol Feminista como “un actor central que articula a muchas de estas areas de género”.
En relación con esto, la investigadora CONICET explica que “hoy se da una relación de sororidad y es algo que también es muy destacado por ellas mismas porque lo que muestran es que en un fútbol argentino que ha sido históricamente atravesado por la violencia entre los clubes, ellas muestras que puede haber otra forma de relacionarse, esta idea de que podemos ser rivales sin ser enemigas”.
Sin embargo, todavía se siguen produciendo situaciones que ponen en dificultad el avance de estas áreas. En febrero de este año imputaron a dos futbolistas de Vélez, Miguel Brizuela y Thiago Almada, por un caso de abuso sexual. Julia Hang reflexiona sobre esas complejidades: “Los dirigentes muchas veces no quieren hacer nada porque hacer algo implica una pérdida millonaria para el club, las mujeres tensionan porque el club se comprometió a erradicar la violencia en todos los ámbitos del club, y los dirigentes dicen «bueno, es la vida privada». El mecanismo fue ese: armamos un espacio de género, pero vamos viendo qué es lo que hacemos, qué permitimos y qué no”.
Con respecto a las actividades que hicieron en los clubes, todas coincidieron en algo: fue necesario empezar con capacitaciones con perspectiva de género tomando la Ley Micaela hacia los dirigentes de los clubes, entrenadores, trabajadores e inferiores. A su vez, se destacan reconocimientos a mujeres que hayan tenido lugar un rol importante en el club pero que hayan sido invisibilizadas, como es el caso de Ferro que para el aniversario 115 de Ferro hicieron un libro “Historias de corazón verde”, mostrando las historias de las mujeres de Ferro a través de cuentos, poemas, que pudieran transmitir su experiencia con el club, o Gimnasia con actividades relacionadas al relanzamiento del fútbol femenino.
Actualmente, en cada espacio participan más de 20 mujeres y ambos están abiertos para las hinchas o socias que deseen participar y aportar sus ideas, ya que no son solo clubes de fútbol, sino clubes sociales con más de 30 actividades. Para Paula Ojeda, los objetivos siguen siendo los mismos: “trabajar para sensibilizar a la dirigencia como a toda la masa societaria. Queremos un club más igualitario, sin discriminación, sin violencias. Que un día no tengamos que existir”. Nadia Solodkow coincide en esa última definición “el área de género se hace para no tener que hablar después de género. Para que las mujeres tengan espacio para poder hablar de todo lo que pasa en el club. Para que las mujeres puedan estar en todas las decisiones. No solo para hablar de violencia de género. El objetivo siempre es ese: que la perspectiva de género salga de las mujeres tomando decisiones.”
Sep 29, 2021 | Entrevistas

¿Cuáles fueron los derechos conquistados por la comunidad afrodescendiente en Argentina?
La comunidad afrodescendiente argentina recorre hace tiempo un largo camino en el reconocimiento de sus derechos. La apertura a todas esas conquistas tienen que ver con el gran trabajo que realizaron en principio nuestros mayores, que fueron los primeros en golpear todas las puertas posibles para que sean escuchadas nuestras demandas. El Estado nacional, desde el año 2008, viene dando señales positivas en relación a la perspectiva étnica racial con la creación de programas afro dentro de algunos organismos para diseñar políticas específicas. Pero, sin duda, la Ley 26852 del Día Nacional de los Afroargentinos y la Cultura Afro sancionada en el año 2013 configura un paso fundamental en el reconocimiento de nuestra comunidad históricamente negada como parte fundante de la Nación Argentina. Pero tanto la ley, como los diferentes programas, no alcanzan si no se activan los mecanismos necesarios y presupuestos que cambien la realidad de nuestra comunidad a través de políticas públicas de inclusión laboral y desarrollo social y económico.
En relación a la cantidad de afrodescendientes que hay en Argentina, ¿por qué considerás que hay tanta diferencia entre las cifras oficiales del censo 2010, que dice 150.000, y las estimadas por la comunidad afrodescendiente, aproximadamente 2 millones?
Si bien la pregunta sobre ascendencia africana no estaba en todos los formularios, el Censo 2010, en líneas generales y dado el contexto de esa fecha, no fue bien realizado y las organizaciones afrodescendientes lo sabemos. A esta situación sumamos que, en nuestro país, el racismo estructural impera de tal manera que reconocerse afro o indígena para muchas personas configura indagar en un pasado familiar doloroso. El ocultamiento de las raíces al interior de las familias tiene mucho que ver con esa cuestión, por eso personas que no son fenotípicamente afros o indígenas pero saben efectivamente acerca de sus raíces, eligen negarlo. En este sentido, en el Censo 2010 las organizaciones afrodescendientes argentinas participamos de numerosas campañas de sensibilización afro junto al Indec, porque entendemos que es importante ese autoconocimiento, que no tiene que ver con la melanina que portamos, sino con la genealogía y la identidad. Cuando hablamos de la “Argentina negra” nos referimos a las raíces de la africanidad en nuestro país, que no se borra, que sigue viva en las personas y en todo nuestro acervo cultural. Por eso las organizaciones afrodescendientes estimamos que son 2 millones de personas en nuestro recuento a nivel federal. Por supuesto, el censo 2020 se canceló nuevamente por esta pandemia, pero nosotros seguimos sensibilizando acerca de nuestras raíces afro y esperamos ser nuevamente convocados por el Indec para ajustar la campaña

¿Cuál es tu visión sobre el feminismo en Argentina y el lugar que ocupan las mujeres afrodescendientes?
El feminismo es diverso y como todo movimiento de derechos es una herramienta fundamental en la transformación social, y en Argentina no es la excepción. Las mujeres negras y afrodescendientes aportamos al movimiento feminista mundial la clave de la liberación de todos los colectivos de mujeres y disidencias. Nosotras, nosotres, desde la lucha contra el racismo que deshumanizó nuestras identidades, el capitalismo que comerció con nuestros ancestros y el patriarcado que dictaminó sobre nuestros cuerpos, no necesitamos clases académicas de “avivamiento”, sabemos dónde está el enemigo. Por eso nuestro lugar es al frente del movimiento, con sus coincidencias y tensiones, pero al frente con nuestro puño levantado de resistencia y libertad. Hace siglos que las mujeres negras ponemos en agenda la lucha contra el machismo, el sexismo, la pobreza estructural, contra el modelo hegemónico de belleza, la interseccionalidad de las exclusiones a las que fuimos y somos sometidas por ser mujeres, negras, migrantes, diversas etc. No tuvimos tiempo de ponerle nombre a esas luchas porque nos hemos dedicado a levantarnos de tanta opresión racial, a trabajar, cuando otres recién pedían trabajar y no nos reconocían ni como mujeres ni como trabajadoras. Si las y les compañeras y compañeres dan cuenta de la historicidad de nuestros reclamos, reconocerán que no habría feminismo sin las luchas de las mujeres negras, que sin duda han inspirado a otras mujeres y diversidades. Considero que hay mucho por hacer, creo en el trabajo de todas y todes las mujeres y diversidades, y en este sentido las afrodescendientes vamos a impulsar y expandir el feminismo antirracista que queremos.

Mirá la infografía completa en ✊? Mujeres Afrodescendientes
¿Militás en alguna organización afrodescendiente?
Si, formo parte de Asociación Misibamba, comunidad afroargentina de Buenos Aires desde donde activo junto a muchas hermanas y hermanos por el reconocimiento y reivindicación del legado histórico, cultural, económico y social de nuestros ancestros africanos en este país. La Argentina “blanca y europea” es una construcción, un invento del Estado racista que Roca, Sarmiento y otros lograron instalar. Desde Misibamba trabajamos para que esos discursos falaces se abran del camino plurinacional que verdaderamente tiene nuestra historia. Ya lo dijo San Martin que algún día se sabrá que “la Patria fue liberada por los pobres, los negros y los indios” y yo le agrego las pobres, las negras, las indias. La revolución es del pueblo y ahí estamos visibilizando y reconociendo nuestras raíces afrodescendientes e indígenas, sin anular las raíces europeas que también acompañan desde tiempos después, pero en definitiva la plurinacionalidad nos habita desde el principio de los tiempos.
¿Qué significa ser afrodescendiente?
La palabra afrodescendiente es una categoría de identidad que no tiene muchos años. Se acuñó en la Conferencia Mundial contra el Racismo en Durban, Sudáfrica, en el 2001, donde el dicho popular de la comunidad dice que “entramos negros, salimos afrodescendientes”. Es una denominación fundamental en nuestras vidas porque no solamente reconoce la matriz africana de nuestra ancestralidad, sino también reconoce políticamente a los descendientes de la trata trasatlántica esclavista de los siglos XVI al XVIII. A pesar de toda esta historia que significó comercio de personas, sangre y saqueo de los imperios al continente africano, continuamos reclamando que sea proclamada la Trata Esclavista como Genocidio de la Humanidad. Y esa es otra realidad que da cuenta de que pasa el tiempo y las vidas negras no importan. Pero como decimos con otres hermanes: estamos acá porque nuestros ancestros resistieron y atravesaron el tiempo con su lucha por la libertad. Las y los que seguimos agradecemos siempre a nuestros mayores y seguimos reclamando por nuestros derechos ciudadanos. Con orgullo me proclamo mujer negra, y como expresa Ochy Curiel activista afro dominicana “cuando una mujer se asume orgullosamente negra tambalea la escala de valores negativos y no valorados que sobre ella se ha tenido durante años por su condición racial..” ¡Las negras y afrodescendientes no nos callamos más!

Sep 1, 2021 | Comunidad, Novedades

Manifestantes afganos se manifiestan por la independencia del país.
El domingo 15 de agosto el régimen talibán tomó el poder en Kabul, capital de Afganistán, luego de que el presidente Ashraf Ghani abandonara el país tras una ofensiva relámpago de los insurgentes que causó el colapso de su gobierno.
Ante la situación, las noticias sobre el conflicto comenzaron a difundirse con rapidez en todo el mundo, el interés por tratar el tema en la escena pública se hizo indiscutiblemente visible, y el ámbito local no fue la excepción.
En las últimas dos semanas, los programas televisivos se inundaron con videos de personas corriendo desesperadas para huir del país asiático, en las redes sociales se viralizaron múltiples fotografías desgarradoras: bebés que eran entregados a soldados estadounidenses para que pudiesen salir del país, mujeres golpeadas, niños ensangrentados, el famoso posteo de las 29 prohibiciones que el régimen talibán le impone a las mujeres afganas, y la frase “fundamentalismo islámico” se usó repetidamente para describir la ideología Talibán.
Mientras tanto, los representantes de la comunidad musulmana local casi no tuvieron posibilidades para exponer sus puntos de vista, y esto es lo que Nadir Moussa, Sofía Castro y Marwan Sarwan Gill, musulmanes argentinos o radicados en Argentina, viven con indignación y dolor.
A pesar de pertenecer a diferentes escuelas de pensamiento, coinciden en que el tratamiento mediático que se le está dando al tema favorece la islamofobia y la estigmatización de los musulmanes. “Justo hoy una amiga me contó que se bajó del colectivo y un grupo de hombres le gritó ‘cuidado que tiene una bomba’, y esto es horrible para nosotras” dice Sofía Castro, musulmana por elección desde sus 18 años. “A veces la gente me dice que los talibanes tienen una visión fundamentalista u ortodoxa del islam, y esto está errado. A estas personas tengo que explicarles que yo soy ortodoxa. Ellos han hecho toda una ideología y una supuesta religión que está al margen del verdadero islam” agrega.
Al respecto Nadir Moussa, productor audiovisual y periodístico en el primer canal islámico de Latinoamérica AnnurTV, afirma que en los medios de comunicación masivos “se vende un islam machista, un islam atrasado, retrógrado, cosa que no es así” y explica que los talibanes llegan a ser tan extremistas porque tienen una versión totalmente tergiversada, falsa y literal del islam. “El islam mismo dice que quien mata un alma inocente es como quien haya matado a toda la humanidad, entonces si tu libro sagrado con cual tenés que guiarte dice eso y vos haces lo contrario, no sos musulmán -continúa Nadir-. Notamos que cuando pasan cosas puntuales en Medio Oriente y se da un tratamiento en la televisión, nuestra comunidad sufre discriminación, ataques verbales, insultos, taxis que no paran a nuestras mujeres con velo, y un montón de cosas que uno está acostumbrado a vivir y no debería ser así” concluye.

Marwan Sarwar Gill
Por otra parte, el teólogo islámico de origen paquistaní, Marwan Sarwan Gill, que hace cuatro años vive en Argentina para visibilizar su religión, acerca del tratamiento mediático del conflicto expresa que “las víctimas principales cuando ocurren estas cosas en Medio Oriente somos nosotros, los musulmanes que vivimos en occidente, porque se deja una mancha en la imagen del islam y en la de todos los musulmanes”.
Una comunidad invisibilizada
Según un informe del año 2010 del Centro de Investigaciones Pew de Estados Unidos, 1.000.000 de habitantes argentinos son musulmanes, constituyéndose el país con la comunidad islámica más grande de Latinoamérica.
Aún así, los entrevistados expresan que no se les da voz en la escena pública. “Yo he tenido la mala experiencia de conocer muchos conversos argentinos, es decir, personas que no nacen en una cuna musulmana y luego abrazan la fe islámica, que cuando se lo cuentan a su entorno social la primera reacción es siempre alguna asociación hacia el terrorismo talibán, Al Qaeda, o ISIS”, cuenta Marwan. Explica que esos grupos son una pequeña minoría del mundo musulmán, pero que debido a la invisibilización que hay de la fe islámica en Argentina y en occidente en general, la población termina asociando a todos los musulmanes con los terroristas. “Mucha gente ha olvidado que ‘islam’ significa ‘paz’”, dice el teólogo.
No todas las luchas son iguales
Otra de las polémicas mediáticas que surgieron con el estallido del conflicto en Afganistán estuvo relacionada con las mujeres y la violación de sus derechos. Sofía Castro dice que hay dos problemas en relación a esto: por un lado, la prensa no identifica entre las imposiciones del régimen talibán y lo que dice el Corán sobre la mujer, entonces los receptores de las noticias se crean una imagen errada del islam, y lo asocian directamente con prácticas machistas y abusivas. Por el otro, las mujeres musulmanas no han tenido la posibilidad de hablar ellas mismas. “Esto favorece la despersonalización de la mujer musulmana. Nos están tomando muchas fotos en la calle sin nuestro permiso, por ejemplo”, expresa Sofía.

Como respuesta a la pregunta sobre cuáles son las luchas de las mujeres musulmanas en el país, la entrevistada dice que lo principal en este momento es abrir espacios de debate para desmitificar lo que está pasando en el exterior. Pero la batalla que es transversal a todas es “poder conquistar lugares como mujeres argentinas además de musulmanas”.
Explica que hacia adentro de la colectividad también tienen objetivos, pero no son los que la sociedad argentina y occidental piensa, sino que “tienen que ver con hacer cumplir en nuestras comunidades estos derechos que ya tenemos. No es que necesitamos crearlos”. Aclara que la mujer en el islam desde hace aproximadamente 1400 años tiene derechos que en Argentina son recientes. Por ejemplo, el derecho al voto, al divorcio, a la educación profesional, son algunos de los que las mujeres musulmanas adquirieron junto con el surgimiento del islam, en el siglo VII. “Como siempre digo, el machismo está en todos lados y por eso es que no nos dan tanta representación acá en Argentina”, concluye.