El verdadero repulgue noble

El verdadero repulgue noble

La Litoraleña es una fábrica de tapas para empanadas y pascualinas que funciona desde 2015 de manera autogestionada en el barrio de Chacarita. Está conformada por 55 trabajadores que hace pocos meses consiguieron el reconocimiento legal como cooperativa de trabajo. Además, inauguraron un local de venta directa al público ubicado en Garay 3768, en el barrio porteño de Boedo, donde también venden productos de otras cooperativas. ANCCOM recorrió las instalaciones de la planta y dialogó con los trabajadores, que en el plazo de un año deben demostrar que la empresa es solvente.

Seis trabajadores de la fábrica recuperada La Litoraleña.

Desde 2015 La Litoraleña funciona de manera autogestionada y, hace pocos meses, obtuvieron el reconocimiento legal como cooperativa de trabajo.

“El 27 de octubre de 2017 cumplimos dos años desde que se paró la producción y al poco tiempo se empezó la gestión obrera. La nueva etapa comenzó a partir de que logramos legalidad como cooperativa de trabajo”, explicó Fabián Pierucci, asociado a La Litoraleña que integra la Federación Argentina de Cooperativas de Trabajadores Autogestionados (FACTA). Durante un año y medio los trabajadores cumplieron con los trámites judiciales necesarios para conseguir la continuidad laboral y la justicia les otorgó el permiso de explotación.

“En 2015 veníamos sufriendo malas condiciones de trabajo, salarios atrasados, incumplimiento de pago de las cargas sociales. Decidimos no irnos de la fábrica hasta que nos pagaran lo que nos debían, hasta que se solucionara nuestro problema. Ahí empezó la lucha, estuvimos dos meses en esas condiciones”, sostuvo Luis Baini, presidente de la cooperativa.

Imagen del interior de la fábrica recuperada La Litoraleña, mientras los trabajadores realizan sus tareas.

Los trabajadores de la fábrica recuperada tienen un año para demostrar que la empresa es solvente.

De los 115 empleados que tenía la empresa, 80 mantuvieron la medida. Actualmente son 55 los trabajadores los que forman parte de la cooperativa.

Baini recordó los inicios de la nueva Litoraleña: “Decidimos por votación conformarnos en cooperativa, vimos que teníamos una manera de salir y decidimos reactivar la producción como autogestión. Teníamos un muy buen abogado de FACTA que la peleó junto a nosotros y ganamos tanto en lo penal como en lo comercial. Yo estaba imputado por usurpación y salí sobreseído hace poco tiempo. Logramos la matrícula de cooperativa y hoy tenemos legalidad.”

Miguel Ángel Ríos trabaja en La Litoraleña desde hace quince años y en los últimos meses vive además en la fábrica junto a otros compañeros. “Los ingresos que nos llevamos por semana son de alrededor de $2500. Confiamos en que mas adelante vamos a poder aumentar la producción y generar mas ingresos para todos”, afirmó. Y destacó la importancia del trabajo en equipo: “Confío ciegamente en el grupo y se que vamos a lograr mejorar la situación. Todos tienen mucha experiencia y son muy trabajadores.”

Dos pilas de masa sobre una mesada, en el fondo, de espaldas un trabajador y otro cargando otra pila de masa.

“Confiamos en que mas adelante vamos a poder aumentar la producción y generar mas ingresos para todos”, dijo Miguel Ángel Ríos.

Pierucci destacó las mejoras de las condiciones de trabajo bajo la modalidad de la autogestión: “En esta etapa se pone de manifiesto la diferencia de objetivos de la empresa bajo patrón y la empresa como cooperativa de trabajo. Mientras bajo patrón el objetivo es la ganancia, aun con formas ilegales o turbias, el objetivo de la cooperativa es mantener los puestos de trabajo genuinos y aumentar todo lo posible la calidad de vida del trabajador.”

“Ahora tenemos que empezar a aumentar el volumen de venta para poder tener nosotros más ingresos”, afirmó Baini. En el mismo sentido, apostando a sostener y acrecentar el nivel de producción,  Pierucci explicó: “La idea es ampliar las ventas lo máximo posible, para eso tenemos que empezar a reconquistar segmentos de mercado y abrir nuevos canales de distribución.”

La Litoraleña produce distintas versiones y tamaños  de tapas de empanadas y pascualinas, que se venden en su local  de venta directa al público ubicado en Boedo.

Dos integrantes de la cooperativa realizando su trabajo, en la zona de maquinaria de la fabrica.

La cooperativa tiene como objetivo mantener los puestos de trabajo y aumentar la calidad de vida del trabajador.

La mayor parte de los insumos que la fábrica necesita para producir los obtiene comprándolos a otras fábricas autogestionadas. “Empezamos a buscar vínculos con otras cooperativas de trabajo, la idea es integrar todo el proceso de producción o gran parte del mismo de forma cooperativa. Hacia afuera lo fundamental es ser solidario”, sostuvo Pierucci. Y agregó: “Creemos que es importante contactarnos con el consumidor de tal forma de dar a conocer que la gestión obrera tiene un plus. Nosotros también somos consumidores y nos interesa mucho mantener la calidad de la producción”.

El fallo judicial que legalizó a la fábrica como cooperativa les impone tiempos. Tienen el límite de un año para demostrar que pueden mantener los puestos de trabajo y estar en mejores condiciones. Confían en que van a lograr mantener la cooperativa: ingredientes fundamentales como el apoyo del grupo y su capacidad de lucha ya los tienen.

 

La luz del pasado encapsulada

La luz del pasado encapsulada

Harry Grant Olds (1869 – 1943) fue un fotógrafo estadounidense que a mediados de 1899 emigró a Sudamérica por sentirse menospreciado en su país de origen. En Argentina encontró su lugar y comenzó a desarrollar su ‘colección general’, un archivo de negativos en placas de vidrio de 20x25cm, con tomas de vistas, tipos y costumbres locales. Al mismo tiempo, entre 1901 y 1916 ejerció el cargo de ‘fotógrafo oficial’ de la Sociedad Rural Argentina. Más de un siglo después, Alfredo Srur, fotógrafo contemporáneo argentino, descubrió el trabajo de Olds y comenzó su restauración. Producto de esa investigación y acercamiento se montó la exhibición “Espejos de Plata – Olds/Srur”, un diálogo entre ambos fotógrafos, que se podrá ver hasta el 4 de marzo en la Fototeca Latinoamericana (FoLa).

Dos manos sosteniendo una placa de vidrio del negativo de una fotografía tomada por Harry Grant Olds

Negativo original de una placa de vidrio que forma parte de la producción de Harry Grant Olds.

Para Ariel Authier, curador de la exposición, la obra de Olds consiste de “viajes visuales que incluían desde lo más rico y acomodado de la época hasta lo más pobre y precario”. Fueron Authier y Olds quienes pusieron en marcha este proyecto, que resultó de una alianza entre el Centro de Investigación Fotográfico Histórico Argentino (CIFHA) y FoLa. Authier considera que Espejos de Plata es la puesta en escena de un diálogo entre dos fotógrafos, dos épocas y dos miradas que juntan y mezclan más de 140 años de historia fotográfica.

ANCCOM se sentó a charlar con Alfredo Srur, quien es definido por Authier (además de colegas, amigos) como un “un fotógrafo que no puede tener distancia, por lo menos al principio, de las cosas con las que está trabajando. Para Srur la fotografía es una forma de relacionarse con el mundo y eso es fundamental en su obra”.

¿Cuál fue tu recorrido con el archivo de Olds?

Lo primero que había que hacer con el archivo era evitar que se siga deteriorando, porque había llegado en muy malas condiciones de conservación. Para ello hubo que hacer todo un trabajo de recuperación que llevó un año aproximadamente, sin pensar nada más que en eso. En segundo lugar, había que ver el estado real una vez que se limpiaba y preservaba. Por último vino todo un proceso artístico paralelo, en donde yo venía con una crisis personal en la fotografía que venía haciendo y con la fotografía contemporánea.

El fotógrafo Alejandro Srur en primer plano

El fotógrafo Alejandro Srur se encargó de restaurar el trabajo realizado un siglo atrás de Harry Grant Olds

¿A qué te referís?

A mí me interesaban mucho los avances tecnológicos que ocurrieron a partir de que se inventa la fotografía y que hacen que se modifique la manera de fotografiar. Particularmente, las imágenes del archivo de Olds nunca habían sido ampliadas de modo analógico, sino que siempre habían sido copiadas por contacto. Me parecía interesante comenzar a experimentar con esos negativos y ver qué sucedía con esas copias.

Una vez terminado el proceso de restauración, ¿cómo llegaste a la exposición en FoLa?

Trabajé con Ariel Authier en todo el proceso. La verdad que fue con el trabajo y a través de lo que le iba contando acerca de la crisis que tenía. Fue en un taller que él dictaba sobre fotografía de la década de 1960 y 1970 donde me surgió el interés en recuperar y coleccionar negativos fotográficos. Como fotógrafo considero que el negativo fotográfico es quizás la obra más importante del fotógrafo; el negativo es el original único, siendo que la copia fotográfica es algo reproducible. Y es lo más despreciado por el coleccionismo, porque no se puede exhibir, además de que para trabajarlo hace falta un conocimiento técnico y un plan. Ser el custodio del archivo de Olds fue una responsabilidad enorme. Finalmente el proyecto surge cuando Authier me invita a una muestra colectiva donde expuse lo que sería la obra fundacional de la muestra de hoy en día, que consistía en dos fotografías que conforman una sola obra que es la foto vintage hecha por Olds de la quema de basura y la ampliación hecha por mí de la quema de basura reencuadrada. Esa era la propuesta inicial de lo que fue después toda la muestra.

Una cámara fotográfica antigua que tiene un cartel pegado que dice "primera cámara fotográfica de FOTO SEGAL"

La exhibición «Espejos de Plata» propone un diálogo entre los dos fotógrafos.

¿Qué es lo que se recupera del pasado en una exposición como esta?

La emulsión del negativo contiene la luz del pasado encapsulada en haluros de plata. Entonces es como trabajar con la luz que reflejaron las personas reales, la arquitectura y los objetos; es trabajar directamente con esa luz de un siglo atrás. Ese es el hecho, más allá de la imagen. La imagen, además, es la obra de un gran maestro de la historia de la fotografía argentina.

Uno de los focos de Olds fueron los retratos de personas de sectores populares. ¿Cuáles son las relaciones de poder o privilegio que podría haber tenido Olds en este contexto?

Digamos que todo fotógrafo tiene una situación de privilegio frente al retratado, sea de la clase que sea. El poder de fuerza lo tiene el que posee la cámara. Obviamente vos tenés un aparato fotográfico y estás haciendo una fotografía y después la utilizas como consideres necesario o como puedas. Es siempre una situación de poder tener una cámara de fotos, pero eso no implica que el fotógrafo no tenga una habilidad y conexión con las personas que pueda lograr que el retrato sea algo extraordinario, pero siempre desde una situación de poder. La propuesta que hicimos fue que lo que Olds realmente sentía por la persona que retrataba, es algo que nunca vamos a saber. Yo por lo menos trabajo desde ese lugar, imaginándome qué sentía él frente a esas personas, si se sentía identificado o no, o si era simplemente una foto comercial. Parto de la premisa de que él sentía algo por esas personas, pero es algo que yo quiero creer. Es como una ecuación para seguir creando, pero es algo que nunca vamos a saber. Lo interesante es trabajar con la duda, con cómo habrá sido.

 

Actualizado 07/02/2018

Rugby femenino made in Lanús

Rugby femenino made in Lanús

Los rayos amenazaron todo el día con la suspensión de la fecha y por eso los varones retrasaron su encuentro para jugar sin riesgos. Ahora las chicas, que estuvieron esperando que ellos terminen, se disponen a entrar en lo que queda de verde en la cancha de Lanús Rugby Club. La capitana Tamara Charo da las últimas palabras de aliento para el equipo: “A Ro le duele la rodilla, estamos echas mierda, pero vamos a dejar todo. No perdamos la pelota”. Después se escucha al unísono: “Un, dos, tres Lanús”.

El Lanús Rugby Club se fundó en el año 1996 y nada tiene que ver con el Club Atlético Lanús –que participa con éxito en los campeonatos de fútbol profesional– aunque ambas instituciones estén pegadas una de la otra. El equipo de mujeres rugbiers comenzó en 2012 con un grupo de chicas que empezó a entrenarse por su cuenta y que al poco tiempo encontró en Emiliano Mito Serafini (32), ex jugador de rugby en el club, a su entrenador.

ra Lugo corre con la pelota de rugby en la manos, totalmente embarrada mientas la persigue una rival

La centro del equipo de Lanús, Iara Lugo, corre mientras es perseguida por una de las jugadoras de Almafuerte.

Las chicas entran a la cancha, impecables con los colores blanco y el clásico granate en sus remeras para enfrentarse al Almafuerte, un club de Ciudad Evita. A los cinco minutos de empezado el partido, ya no hay manera de distinguirlas de sus rivales, de los dos lados el marrón oscuro se adueña de las camisetas. El equipo bonaerense de zona sur no tiene suplentes e incluso empieza el encuentro con nueve jugadoras de campo cuando deberían ser diez por equipo. Del otro lado, Almafuerte cuenta con una cuantiosa banca.

Pero paradas al lado de las suplentes de Lanús se encuentran Jimena Tévez, de 15 años, que hace unas semanas arrancó a entrenar, y Luciana Carrasco, de 20, que hasta hace poco integraba el equipo. Alientan desde afuera. A los minutos de empezado el partido llega la décima jugadora: Carolina Del Valle Schaab, de 36, que viene de un largo día de trabajo como seguridad privada. “Le lloré al supervisor, le tuve que suplicar hasta que me dio permiso y me dejó salir un par de horas antes para poder jugar”, confiesa, mientras cuenta cómo retorno al equipo luego de una lesión y de otros compromisos personales: “Me dije ‘me tengo que replantear volver, si no puedo entrenar todo lo que se necesita, aunque sea venir una vez por semana, volver a arrancar y darles una mano’”.

Las chicas del equipo Almafuerte cubren la pelota

Luego de la postergación del partido por una lluvia, el equipo de rugby femenino de Lanús comenzó con un try abajo el encuentro.

Es que luego de la modificación que dispuso en 2017 la Unión de Rugby de Buenos Aires (URBA) de que se pasara a jugar el torneo femenino con diez jugadoras –en vez de siete como se venía haciendo– varios equipos en desarrollo como lo es Lanús, tuvieron dificultades para presentar el equipo completo, teniendo que jugar muchas veces sin cambios o en desventaja numérica. Luego de sufrir por la falta de jugadoras, Mito asegura: “Ahora terminamos con el equipo armado y ya podemos empezar un escalón arriba”.

Durante los primeros minutos del partido, las chicas están algo dubitativas y la presión de Almafuerte las hace retroceder en campo propio, el entrenador granate pasea de un extremo a otro, sobre uno de los costados de la cancha, mientras sigue las jugadas con detenimiento. Pero Lanús Rugby Club no logra salir de la zona defensiva y al poco tiempo Almafuerte marca el primer try. El entrenador camina bordeando la cancha, junta a las jugadoras y les dice: “Tranquilas, confiemos en nosotras”.

Con la desventaja, las locales empiezan a ganar posiciones y a recuperar rápido la pelota. Suenan los cuerpos y el agua con cada tackle. El médico tiene que ingresar por el pedido a los gritos de una de las jugadoras de Almafuerte tras un golpe en su pie.

Abrazo de las chicas de Lanús Rugby Club, se alcanza a ver las remeres embarradas

Carolina del Valle, pidió salir antes de su trabajo para que sus compañeras no jugaran el partido en desventaja numérica.

Las locales se asientan mejor en el campo y empiezan a pasarse la pelota. Luego de varios avances, a Iara Lugo, de 21 años, se le abre un espacio, esquiva a una, se cuela, aguanta el tackle a destiempo de su rival, lucha contra el barro, levanta más alto las piernas para escapar, a pura fuerza y velocidad pasa. De atrás la siguen cinco jugadoras desesperadas, está casi a punto de llegar a la línea final pero la derriban. Antes de caer, Iara le pasa la pelota a Rocío que había seguido la jugada. Sola por la banda izquierda, convierte el try del empate.

“Ro” es a la que le dolía la rodilla antes de empezar el partido, se llama Rocío Soto y sufrió la rotura de los ligamentos durante 2016. Además es profesora de Educación Física y hace dos años que cambió el handball por el rugby. “En el profesorado le dieron solamente rugby a los varones y muchas nos quedamos con ganas de conocer el deporte, entonces por eso dije: ‘Me voy a sacar las ganas, pruebo y si no me gusta me voy’”, recuerda de sus inicios en el deporte.

Luego del empate, las granate agarran confianza, Iara se escapa varias veces más y amplía la diferencia. Su familia desde la tribuna festeja, en especial su abuelo Alfonso y su abuela Chichina, que la incentivaron para que empezara a practicar rugby. “Una la ve que se posesiona jugando, le gusta tanto, que deja todo ahí”, dice Chichina mientras Alfonso replica: “Estamos contentos y firmes todos los domingos alentando a la nieta”.

 

Una de las chicas de Almafuerte tendida en el piso luego de un choque

Finalmente, las chicas de Lanús Rugby Club pudieron dar vuelta el resultado «dejando todo» como marca la capitana del equipo.

También hay tiempo para que la más chica del equipo, Daiana Penayo, de 15 años, marque un try. La adolescente se unió a Lanús a principios de 2017, provenía de otro club de la zona pero que no se encuentra federado en URBA. “Yo sentía que podía dar más, decidí dar una paso grande y venir acá,” relata Daiana que recibió durante todo el partido las indicaciones del entrenador: “Un pasito adelante Dai”,  “abrite un poco”,  “más cerca de Iara”. Con la victoria conseguida, Mito les comentaba a sus amigos del club: “¿La vieron a Daiana en la cancha? Va para adelante, no tiene miedo.”

“Vos podés tener mucha técnica o lo que sea, pero tenés que poner ganas y actitud. Eso no se negocia y no te lo da nadie. Eso siempre lo marco, porque no hay con qué darle. Podemos perder, podemos ganar pero dejando todo”, reconoce Tamara Charo , la capitana de 36 años, que sueña con que en el club se abran las infantiles de rugby femenino para poder entrenar a las nenas a partir de los cinco años. Mito, que además de entrenar al equipo femenino, es entrenador de juveniles, infantiles y del plantel superior, concluye al hablarle a las chicas después del partido: “No me pasa con ningún otro equipo, de estar fuera de la cancha y salir con los ojos llorosos, solo me lo transmiten ustedes.”

Actualizado 06/02/2018

Después del tarifazo, llegaron los cortes

Después del tarifazo, llegaron los cortes

El 2018 comenzó con elevadas temperaturas y también con una ola de cortes de luz que afectaron simultáneamente a más de 100 mil personas el último fin de semana. Si bien los registros de cortes de suministro eléctrico comenzaron a fines de diciembre, la situación se intensificó los últimos días. La interrupción del suministro eléctrico se da a pesar del nuevo cuadro tarifario, que lejos de mejorar la calidad de los servicios, cada vez son más deficientes.

Las áreas que demostraron una mayor deficiencia en la prestación de energía eléctrica en los últimos días fueron las que se encuentran concesionadas a Empresa Distribuidora Sur S.A. (EDESUR) y Empresa Distribuidora y Comercializadora Norte S.A. (EDENOR). De los más de 100 mil afectados, 90 mil corresponden a Edesur y 15 mil a Edenor.

vecinos cortando una calle, manifestándose en contra de los cortes de luz.

Vecinos de la zona sur del gran Buenos Aires se manifestaron por la falta de suministro eléctrico que sufrieron el último fin de semana.

La tarde del jueves último, bajo una alerta naranja y una sensación térmica superior a los 35 grados, la cifra se triplicó. Ese mismo día, Edesur informó a través de su sitio web que se habían programado interrupciones rotativas en algunos barrios debido “al corte en una línea de alta tensión producido por una tunelera ajena a la empresa”. Además, agregó que los cortes no se prolongarían por más de seis horas, afectando principalmente a los barrios de Villa Soldati, Liniers, Pompeya, Caballito, Constitución, Flores, Villa Lugano y Mataderos. Sin embargo, la interrupción del servicio se extendió en tiempo y zonas. La falta de suministro eléctrico también llegó a Lomas de Zamora, Florencio Varela, Avellaneda, Berazategui, Lanús y Quilmes, entre otras localidades.

“Los cortes de luz se prolongaron desde el jueves a las 8 de la noche, hasta el sábado a la mañana. Con el calor fue terrible. En el edificio de enfrente vive gente de 80 y 90 años. No podían moverse de sus casas debido a la imposibilidad de usar los ascensores. No podíamos subir agua de las bombas para bañarnos, fue una complicación”, explica Mirta Izurieta, de Lanús. Los vecinos de su barrio recurrieron a una solución provisoria frente a la falta de respuestas de la empresa. “Un hombre que trabajó en Edesur vino el viernes a la noche a ver qué había que comprar para solucionar el problema. Resulta que era una caja que se había quemado. Así que él compró lo necesario para arreglarla y entre los afectados de las tres torres pusimos 500 pesos cada uno, para repartir los gastos”, explica Izurieta que el sábado volvió a tener luz, “pero Edesur nunca vino”, dice. La vecina de Lanús adelanta las medidas que tomarán en el barrio: “Ahora vamos a realizar un reclamo, con todos los números de la gente que llamó, para ir hasta la empresa y hacer una descarga y esperar algún tipo de resarcimiento por lo que pasó. Decidimos hacer una carta documento con las boletas de los vecinos y los reclamos que ellos no contestaron, a la espera de una respuesta”.

Por Avellaneda la situación fue similar. “La semana pasada nos cortaron la luz, entre tres y cuatro veces aproximadamente. Y aparte se cortaba y volvía de forma repetida, y bajaba la tensión. Yo tuve que desconectar todo. Y el día que más calor hizo, el jueves, estuve toda la noche sin luz. Soy hipertensa, y la situación me afectó mucho, ya que no tenía ganas ni de levantarme de la cama”, sostiene Blanca Rosales, vecina de la localidad de Villa Domínico. Y se queja: “Hubo un aumento importante. Con mi marido notamos que aumentó el doble a comparación de lo que veníamos pagando antes”.

dos vecinos en la calle, manifestandose en contra de los cortes de luz.

La Defensoría del Pueblo pidió a las empresas un informe sobre las causas que provocaron la falta de servicio, el promedio de duración de los cortes y las medidas que se adoptaron para evitarlos.

La localidad de Wilde, partido de Avellaneda, también fue uno de los lugares afectados por los cortes. “De día más o menos me arreglo, pero de noche y con el calor, es tremendo. Después, el tema son los artefactos. Tuve que desenchufar todo porque la luz vuelve de golpe y si no me quema las cosas”, explica María Sánchez, otra de las vecinas.

ANCCOM se comunicó con la Defensoría del Pueblo de la Provincia de Buenos Aires que informó que el 60% de los reclamos recibidos se debieron a la calidad del servicio; casi el 12% por facturación; y el porcentaje restante a otro tipo de quejas como incumplimiento contractual, riesgo en la prestación del servicio, aumento de tarifa, alta o baja en el servicio, y reclamos similares. Respecto a los organismos denunciados, la Defensoría concluye que casi el 57% de las denuncias son hacia la Edesur, un 11% hacia Edenor, y que el resto corresponden a otras empresas como Energía Argentina S.A (ENARSA) y al Ente Nacional Regulador de la Electricidad (ENRE).

En este sentido, la Defensoría del Pueblo de la Provincia anunció también que ante los reiterados reclamos por los cortes en los servicios de luz y agua en toda la Provincia, se realizó un pedido hacia las empresas Edelap, Absa y AySA para que informen cuáles son los planes de contingencia para solucionar estos inconvenientes. La Defensoría sostiene que esta medida “apunta a que las empresas informen cuáles fueron las causas que provocaron la falta de servicio, el promedio de duración de los cortes y las medidas que se adoptaron para evitarlos”. En la misma línea el Defensor del Pueblo, Guido Lorenzino, explicó: “Recibimos muchos reclamos por la calidad de la prestación de los servicios públicos. Si tenemos que llegar a instancias judiciales para que el Poder Judicial obligue a las empresas a brindar un servicio adecuado, lo vamos a hacer”. Lorenzino anunció también que: “El 2 de febrero en la audiencia pública por el aumento de la tarifa del agua plantearemos una visión crítica, porque se incrementa su valor pero el servicio no mejora su calidad”.

vecina con dos botellas de plástico en la mano, manifestándose por los cortes de luz y agua.

«Si tenemos que llegar a instancias judiciales para que el Poder Judicial obligue a las empresas a brindar un servicio adecuado, lo vamos a hacer”, dijo Guido Lorenzino.

Por su parte, la Federación de Comercio e Industria de la Ciudad de Buenos Aires (FECOBA) advirtió a través de un comunicado que debido a los cortes de suministro eléctrico que afectaron a numerosos centros comerciales y comercios Pyme de la Ciudad está trabajando para conseguir una respuesta favorable ante las empresas distribuidoras -Edenor y Edesur- y ante el organismo de control Ente Nacional Regulador de la Electricidad (ENRE). Además, anunció que solicitó a dichas empresas establecer un mecanismo que permita el resarcimiento económico inmediato a los comercios damnificados por los daños y perjuicios ocasionados.

“Aún en medio del infierno, estamos creando desde la alegría”

“Aún en medio del infierno, estamos creando desde la alegría”

Hay una banda de cumbia que invita a sudar sin nombres ni moral, a entonar sus canciones con “lenguas insurrectas” y a agitar las caderas de “cuerpos castigados” por el patriarcado con el puño feminista en alto. Está “viva y furiosa”, lista para desafiar al machismo. Cuestiona la monogamia porque “es un cuento de la infancia” y el régimen de heterosexualidad obligatoria porque sabe que “revolución es que te pueda besar en cualquier lado, sin sentir la vergüenza”.

Se ríe de la inclusión a medias, de la hipocresía del “está todo bien con que cambien de nombre, pero en el fondo siguen siendo hombres”. Le canta con rabia a los CEOs del capitalismo, que “propagan talleres clandestinos, odian al pobre y a lo distinto”. Con el deseo de vivir en paz y el amor como el gran motor proponen “acabar bien pronto con estas violencias” y “cortar con tanta indiferencia”. Esto es Sudor Marika.  Nicolás Gabioud, Nahuel Puyaps, Rocío Tirita, Vicente Quintreleo, Sebastián Sazali, Lautaro Pane y Carolina Piccarreta se juntan a ensayar en el Doke. Salen a escena con los rostros tuneados con gliter y los cuerpos semidesnudos decorados con accesorios propios de la estética BDSM (Bondage, dominación, sadismo, masoquismo). En sus shows entre tema y tema entonan a coro con el público “Macri no es, puto es liberal, hacete cargo él es heterosexual” y re versionan el clásico de Supermeka2: “que levanten las manos como yo la que quiera un misoprostol”. Tienen disco nuevo, Las yeguas del apocalipsis. Toda una declaración de principios.

Hombre en cuero tocando la guitarra, tiene la cara tapada con un pasamontaña.

Sudor Marika se presentó, junto a la banda Los Rusos Hijos de Puta, en el Teatro Mandril.

¿Cómo surgió la idea de cantar sobre los feminismos y las luchas LGTBIQ?

Vicente: Había algo que nos hermanaba que es la militancia de nuestras identidades disidentes. El hecho de ser una banda de cumbia integrada por personas que tenemos una base de empoderamiento de algunas causas hizo que supiéramos de entrada que no iba a ser una reproducción de lo que es la cumbia como género musical. Nuestras canciones son creaciones colectivas. Queremos ocupar este espacio, pero desde nuestra experiencia y forma de pensar un mundo posible, usando este género musical que es bastante machista como la mayoría de los géneros, misóginos, violentos.

Nahuel: No es que primero vino la idea y después las canciones, creemos que lo personal es político, para nosotras no está la vida por un lado y cuando vamos a hacer canciones vemos cuál es el tema políticamente correcto. Escribimos sobre lo que estamos hablando, deseando, pensando, amando.

¿Por qué tocan cumbia? ¿Qué significa para ustedes la cumbia?

Rocío: La mayoría ya veníamos escuchando cumbia, creemos que este género tiene algo de la celebración, de la fiesta, de trastocar algunos sentidos de las letras de las canciones.

Vicente: La propia cumbia fue la que nos hizo encontrarnos, todos los que integramos la banda tenemos en común que la cumbia es el género que elegimos por excelencia al momento de salir a bailar algo. Para nosotras tiene un sentido especial crear estas letras con una música popular, pensamos que es una música que tiene un montón de llegada a un público muy amplio.

Dos personas mirándose a un espejo colgado sobre una pared de fondo rojo. Al lado aparecen dos maniquíes.

«Creemos que este género tiene algo de la celebración, de la fiesta, de trastocar algunos sentidos de las letras de las canciones», dice Rocío Tirita sobre la cumbia.

En sus letras se refleja una visión muy crítica hacia el actual gobierno, ¿cómo se posicionan en lo políticamente partidario?

Nahuel: somos varias en la banda y hay posicionamientos heterogéneos, pero en esa línea que prevalece o que se ve hay algo que nos une.

Rocío: ¡Amor a Cristina, dale decílo! (Risas).

Nahuel: Pero entendemos que eso no obtura otras alianzas y de hecho en general son sectores de izquierda los que nos llaman para compartir espacios, porque tenemos una mirada anticapitalista y antipatriarcal que puede ser contradictorio con la figura de Cristina. Con ella tenemos un amor y una pasión porque es alguien que dijo las cosas en un tono como de una cumbia.

Rocío: También está la cercanía entre la cumbia y lo popular.

Nahuel: En un diario nos hicieron una entrevista y un pibe comentó que éramos “populismo rosa”. Me parece que eso que nombran como populismo rosa es chorrear y entender que los cuerpos puedan también comprender por dónde va la política y no dejarlo para los iluminados.

Vicente: Lo que nos importa destacar en este momento es que somos una banda antimacrista porque creemos que desde ese lugar generamos la posibilidad de establecer alianzas que hoy nos parecen mucho más trascendentales que decir banco a Cristina o no, a pesar de que nosotros la amamos. Hay personas o más bien trolls que nos bardean con un ejercicio del odio al que no le queremos dar cabida.

Cinco integrantes de la banda en el escenario, cantando y tocando instrumentos.

«Hay un deseo de pureza al que nosotros no queremos responder porque pensamos que somos seres que estamos en constante experimentación», dice Vicente Quintreleo.

“El estruendo siempre es fuerte cuando cae la moral” dice una de sus canciones. ¿Qué significa para ustedes derrocar la moral?

Vicente: Hay un deseo de pureza al que nosotros no queremos responder justamente porque pensamos que somos seres que estamos en constante experimentación, y nos referimos a todo tipo de discurso de pureza, de moralidad, incluso dentro de los feminismos y la disidencia sexual.

Nahuel: esta idea de la moral viene a romper con la idea de que la pelea no es solo con el capitalismo y el patriarcado, también va a ser cada vez que vengan a decirnos cómo tenemos que vivir porque el poliamor también se puede volver moralista. Si hay una receta a la que nos tenemos que someter para poder vivir, para ser más progres o más feministas, hay alguien de afuera que nos está diciendo cómo hay que vivir. Esa es una pelea constante y cuando das esa lucha, ya nunca estás tan cómodo y eso no te deja nunca descansar ni creértela que ya sos lo suficientemente rebelde o anarco porque la moral se te filtra siempre, es un trabajo deshacernos de ella. Como dice Rocío en una canción: “Dejame sentir que siento”. Para eso hay alguna voz que hay que callar y es la de la moral.

Rocío: También está la moral en las izquierdas, está en todos lados.

Público de Sudor Marika, mostrando sus torsos desnudos, escuchando la banda.

«Quieren que estemos tristes. Hay todo el tiempo un ataque para que eso suceda y nosotras en ese infierno estamos encontrando alianzas», dijo Nahuel Puyaps.

A través de sus letras cuestionan y denuncian ciertas de formas de opresión. ¿Creen que, desde el lugar del baile, la alegría, la celebración se puede llegar a cambiar ciertos pensamientos?

Rocío: Sí, pero no en términos megalómanos sino como un espacio donde quizás a los cuerpos bailando les pasa algo, al menos alegrarse, pero no a modo de placebo, sino que hay algo del contagio de lo que proponemos que se da por afinidad política; no sé si vamos a poder convencer a un macrista que deje de votar a Macri, sino más bien pensar cómo seguir juntándonos, haciendo cosas e irradiar esa alegría en otros espacios.

Nahuel: No vamos a convencer a nadie de nada, pero es verdad que estamos en un momento en que la política está trabajando sobre nuestras afectaciones, sobre la tristeza. Quieren que estemos tristes. Hay todo el tiempo un ataque para que eso suceda y nosotras en ese infierno estamos encontrando alianzas. Todo lo que nos va sucediendo es por alianzas afectivas que se van expandiendo. Y lo que estamos encontrando es que aún en el medio del infierno estamos produciendo y creando desde el orden de la alegría y no desde la alegría que impone el macrismo como un slogan, sino desde una alegría que aumenta la potencia de la gente que está participando de eso quiere más. Hay personas que hacen un dibujo, otros tocan nuestros temas, otros hacen una remera, otros no invitan a tocar; hay toda una producción de alegría que se expande y no es la alegría del macrismo, sin pedirle nada a nadie participamos de un encuentro potente.

Carolina Piccarreta, integrante de Sudor Marika, tocando el octapad.

Sudor Marika canta sobre feminismo y luchas LGTBIQ, desafía al machismo y al patriarcado, cuestionan la monogamia y el régimen de heterosexualidad obligatoria, y van en contra del capitalismo.

Nicolás: Es una disputa de la cumbia como discurso, de la noche, de la fiesta. La gente lo escucha y se siente interpelada, se ve representada en estos espacios y eso genera más encuentros con más personas y así vamos conquistando todos los espacios.

Rocío: cuando decimos más encuentros con más personas no lo decimos en el sentido que nuestro objetivo principal como banda es tener un millón de fans y generar esa distancia infinita entre los fans y la banda; cuando decimos que se producen encuentros es porque hay algo que se contagia y que no tiene que ver con la adoración y la fascinación sino con una figura que circula más horizontalmente.

Integrantes de Sudor Marika en el escenario, haciendo música.

La banda se apropia de la cumbia para convertirla en bandera de la lucha por la diversidad y la disidencia.

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Sebastián Zasali: Teclado y voz

Rocío Tirita: Güiro y voz

Vicente Quintreleo: Guitarra y voz

Nahuel Puyaps: Bajo

Nicolás Gabioud: Trompeta

Carolina Piccarreta: Octapad