Música por la universidad

Música por la universidad

La Orquesta Académica de la UNA organizó una protesta por recorte del presupuesto que realiza el Gobierno a las universidades. El reclamo tomó la melodía de una sinfonía frente a una multitud en Bartolomé Mitre y Callao.

“Vamos a hacer música académica, que algunos del Gobierno escuchan en un microcine, solos o acompañados, tomando un vinito. Hay que hacerles acordar que lo que consumen sale de acá, que esto que nosotros hacemos es lo que después sale en las orquestas profesionales”, dice frente a una multitud Fernando Albinarrate —pelo corto y canoso, camisa negra elegante, pantalón negro más elegante aún y zapatillas deportivas— con micrófono en mano. Él es profesor y director de la Orquesta Académica, que está conformada por estudiantes, graduados y docentes del Departamento de Artes Musicales y Sonoras de la Universidad Nacional de las Artes (UNA). En un rato Albinarrate dirá a esta agencia que “queremos mostrar lo que hacemos frente a insultos, agravios y miradas negativas de lo que es la educación pública. Si hay que auditar a la universidad, auditenlá. La UNA vive auditada y no tenemos nada que ocultar. Dicen que somos fantasmas o una manga de chorros porque lo que quieren es desfinanciarla. Necesitamos pagar la luz, tener sueldos más dignos, necesitamos cubrir los gastos”. 

“No se entiende cómo la cultura y la educación pública no se consideran el mayor capital espiritual del país. El verdadero capital está en nuestras almas”, dice ahora Albinarrate, que está hablando desde las escalinatas de la sede del Departamento de Crítica de Artes de la UNA, en Bartolomé Mitre al 1800, donde también se suelen realizar algunas actividades de música. Más adelante Sergio Ramos, el director del Área Transdepartamental de Crítica de Artes, comentará a ANCCOM que invitó a la Orquesta Académica perteneciente al Departamento de Artes Musicales y Sonoras a tocar a esta sede porque “esta situación que estamos viviendo es un momento para fortalecerse como comunidad. Es un conflicto que va a ser muy largo y sólo en la unión vamos a poder sostener otro modelo de país que no sea el de la despersonalización y el odio”. 

En las rejas verdes que rodean la entrada de la sucursal hay un montón de carteles pegados que reclaman fondos para la universidad y que proclaman la defensa de la educación pública. Y más arriba, en el frente de la sede, debajo de la primera hilera de ventanas, hay una bandera negra gigante que cuelga y dice: “Sin salarios dignos no hay universidad pública de calidad”. La jornada busca visibilizar que el Departamento de Artes Musicales y Sonoras de la UNA es un lugar en el que personas de cualquier parte del país vienen a estudiar música académica de manera gratuita y que muchos de los grandes músicos argentinos se formaron en la institución, como Mariana Rosas, que ahora dirige el coro de la Sinfónica de Londres. 

En la vereda donde está parado el director de la orquesta hay una multitud de personas conformada por estudiantes de otras carreras y por ciudadanos de a pie que se quisieron sumar. A ellos se dirige Albinarrate cuando dice que “les pedimos a los que trajeron cacerolitas que nos acompañen, es una manera de mostrar que esto que hacemos es música. Sin arte no vamos a ningún lado, este cultivo nos da sentido a todos”. Dicho eso, la Orquesta Académica empieza a tocar en plena vereda porteña, a muy pocos pasos de los autos y colectivos que pasan lento, la obra “Rondó de la Sinfonía 104” del compositor austríaco Joseph Haydn. Un rato antes Albinarrate había explicado que “Haydn vivió en el Siglo de las Luces, en el momento en que la democracia y la república empezaron a surgir en todas las comunidades, así como la idea de libertad, pero no de ‘Libertad, carajo’ sino de libertad en serio, de igualdad, de fraternidad, de justicia social, de respeto hacia el otro”. 

Ahora la Orquesta Académica empieza a tocar el Himno Nacional. Las personas que hasta hace un rato estaban atentas, mirando y escuchando a los músicos, ahora los acompañan entonando cada una de las estrofas  y golpeando algunas cacerolas. “Toque bocina si defiende a la universidad pública”, dice el cartel que sostiene un señor entrado en años. “No hay gas pimienta que pueda tapar el hambre”, dice ese otro cartel que sostiene una chica joven. En determinado momento, Albinarrate deja de dirigir a la orquesta y lo reemplaza un recién graduado, pelo negro y largo atado con una colita, remera negra, pantalón negro y también zapatillas deportivas, como el director veterano. 

Media hora antes la Orquesta Académica había ensayado en el subsuelo de la sede. “Miren la cara de bueno que tiene. Mirenló, si lo miran a él va a salir”, había pedido Albinarrate a la orquesta. Se refería a que los músicos confiaran en el recién graduado tanto como en él, que los iba a guiar como todo un profesional. “Vamos a hacerlo más enérgico, así la gente no se nos cae”, había pedido el recién graduado, con una sonrisa y una voz que transmitía serenidad y liderazgo. El pedido había surtido efecto en la orquesta, que ahora tocaba el himno como escapando del diablo, a una velocidad y con un ímpetu que no había aparecido antes. 

Ahora, en la vereda, mientras la Orquesta Académica despliega toda su expertiz, el recién graduado se corre de la dirección y le deja el lugar a Esteban Lorenzón, estudiante de la carrera de Dirección Orquestal y de Guitarra. Unos minutos antes Lorenzón —pelo negro y corto, camisa verde, aspecto distinto a los otros dos— había dado una breve explicación a los transeúntes que tenían cacerolas sobre cómo podían acompañar a la orquesta, de qué manera podían hacer percusión para aportar un sonido tanto en la obra de Haydn como en el himno nacional. 

Una vez finalizada la jornada, el estudiante cuenta a ANCCOM que es oriundo de Vera y Pintado, provincia de Santa Fe, y que después se fue a vivir a Salta, donde durmió seis meses en carpa por no tener casa. Ahora vive en Buenos Aires, donde estudia. “A mí, que soy del interior, la universidad me hizo creer que estudiar Dirección de Orquesta es posible y, además, que es posible hacerlo gratis en una de las universidades más importantes de América Latina”, dice. ¿Y qué balance hacés del encuentro de hoy? “Tocar al aire libre es hacer democrático el lujo de escuchar a una orquesta sinfónica. Hoy demostramos que esto se estudia, que es muy difícil y que juntos logramos cosas hermosas como lo de hoy”, concluye Lorenzón. 

 

Clases para todos

Clases para todos

Más de cien clases públicas ofrecieron los docentes universitarios en la Plaza de Mayo para reclamar por salarios dignos, becas estudiantiles y financiamiento para las instituciones de estudios superiores. La protesta confluyó con la Marcha Blanca de la Salud, las manifestaciones contra los despidos de los trabajadores de la AFIP y con la protesta de los artesanos de la Vuelta de Rocha. Milei salió al balcón de la Casa Rosada para festejar su cumpleaños pero ingresó rápidamente a su despacho cuando escuchó los cánticos de reprobación popular.

Durante todo el día de ayer, la Plaza de Mayo se colmó de docentes y estudiantes que, ante la mirada curiosa de los transeúntes, asistieron a más de 100 clases públicas dictadas frente a la Casa Rosada en reclamo por salarios dignos para docentes y no docentes, de las becas estudiantiles y del  financiamiento universitario. La Asociación Gremial Docente de la UBA (AGD UBA) organizó esta jornada de visibilización de la lucha en el marco de un paro docente y no docente en las 61 universidades nacionales. 

“Nosotros quisimos darle a ese paro con facultades cerradas un carácter activo”, dice Santiago Gándara, secretario de prensa de AGD UBA, docente de Comunicación y Cultura en la Facultad de Ciencias Sociales y en la Universidad de La Pampa.  “Queríamos además conectar con el movimiento estudiantil, que adquiere protagonismo y para nosotros es fundamental en esta lucha. Por eso pensamos esta jornada de clase pública en Plaza de Mayo, que fue un golpe de audacia importante que salió muy bien”, completa. 

No muy lejos de ahí, María Pía López, socióloga, docente de la UBA y de la Universidad Nacional de General Sarmiento (UNGS) expresa que le parece “interesante, además de confrontar con las políticas del gobierno de Milei, recuperar la idea de que toda clase es abierta, es una disputa por el espacio público y tiene esa posibilidad enorme de vehiculizar algo que tiene que ver con con la confrontación por el sentido de las palabras”.

Docentes de las facultades de Ciencias Exactas, Filosofía y Letras, Psicología, Ciencias Sociales y CBC de la UBA fueron los responsables de más de un centenar de clases sobre las baldosas de la histórica plaza. También se llevó adelante una asamblea de trabajadores no docentes, una charla sobre la jubilación en docentes universitarios y una feria de Ciencias. 

Por la diversidad de los docentes convocados de diferentes facultades, también fueron muy disímiles las clases impartidas que se sucedieron en simultáneo. Debajo de un plátano que hacía sombra ante el fuerte sol del mediodía, una docente hablaba de la relación de Perón con la Iglesia Católica. Al lado, la física y doctora en Astronomía Susana Landau explicaba modelos cosmológicos. “La situación actual de la investigación científica en Argentina es muy lamentable, no tenemos fondos para absolutamente nada. Creo que hay un lineamiento político que es esta cuestión de cerrar todo lo que sea del Estado, pero también una gran ignorancia de cómo es que se hace ciencia”. Landau es investigadora del CONICET en el Instituto de Física de Buenos Aires: “Lo que pasa es que la ciencia no es lineal,  en muchos países se financian un montón de proyectos totalmente diferentes, porque se sabe que de esa diversidad de proyectos van a salir las innovaciones tecnológicas del mañana, desarrollos que luego afectan y modifican la vida de la población en general y nuestra vida diaria”. 

Mientras ANCCOM conversa con la investigadora, un joven se acerca y le cuenta que su meta es entrar al CONICET. “¿Es posible?”,  le pregunta Mario Ludueña, que está en el CBC de la Carrera de Física.  “Con mucho esfuerzo y estudio sí, claro” responde Landau. “La universidad abre un montón de puertas y es algo que tenemos en Argentina que no podemos perder”, reflexiona el joven.

Aprendizaje a cielo abierto

Mientras las clases continúan, llegan contingentes de maestras y niños con guardapolvos blancos, que vienen a hacer un recorrido por la plaza y los edificios históricos de su alrededor. Debajo de un gazebo, el profesor emérito de Teoría Política del King´s Collage de Londres, Alex Callinicos, habla de la “catástrofe capitalista” con el sonido ambiente de los golpes metálicos que hacen los oficiales de la policía al colocar vallas en el medio de la plaza. Un grupo de turistas holandeses en bicicleta miran extrañados a su alrededor, y otro grupo de visitantes se toma fotografías frente al vallado que tapa el acceso a la Casa Rosada.

Del otro lado de la Pirámide de Mayo, docentes de Ciencias Exactas llevan adelante la Feria de Ciencias. “Los estudios sobre el efecto del calentamiento climático son parte de una agenda de la universidad pública y por eso estamos acá defendiéndola“,  cierra su presentación uno de los docentes luego de explicar cómo el efecto invernadero puede afectar la morfología animal. “Creo que lo más importante es salir a contarle a la población qué rol cumple la docencia en general, porque no sólo aporta conocimientos a la formación de  futuros profesionales, sino que también los docentes tenemos un nexo directo con la sociedad, los aportes que realizamos dentro de los laboratorios luego impactan directamente en la vida”, dice Nicolas Falibani, doctor en Ciencias Biológicas y docente de la UBA. “ Es importante visibilizar que tenemos que defender no solo la universidad, sino también nuestros salarios y nuestra integridad dado que hoy por hoy, yo como ayudante de primera estoy cobrando 150.000 pesos. ¿Cómo vivo con eso?”. 

Pilar Barbas, dirigenta de la Juventud de Izquierda Socialista, estudiante de Artes Dramáticas en la Universidad Nacional de las Artes (UNA) y secretaria de la Federación Universitaria de Buenos Aires manifiesta una situación común a muchos estudiantes. “Además de estudiante soy trabajadora y me cuesta mucho poder llegar a fin de mes, me cuesta pagar el boleto y también veo como mis compañeros de cursada les cuesta mucho, a veces, llegar a poder cursar toda la semana”, expresa y completa: “La única realidad es que en las universidades nacionales estudia la clase trabajadora, que más del 50% cobramos por debajo de la línea de pobreza y que si al gobierno realmente le preocupara que la clase trabajadora pueda acceder a la educación, eso se hace con más presupuesto, no con menos, se hace con becas y con boleto educativo”.

Al mediar la tarde, el vicerrector de la UNGS e investigador del CONICET Germán Pinazo dio una charla donde apuntó a desandar y develar las falacias y falsedades que ha pronunciado el gobierno nacional sobre las universidades y terminó su discurso con una idea esperanzadora: “Nosotros vivimos en un país que después de un bombardeo a la Plaza de Mayo que dejó más de 300 muertos, que después de 18 años donde no hubo democracia con una de las dictaduras más violenta de América Latina,  seguimos construyendo universidades, seguimos construyendo hospitales, seguimos construyendo comunidad”. Y concluyó: “ Entonces lo que tenemos que saber es que 10, 20 o 300 personas que están coyunturalmente en un gobierno no van a terminar con la universidad pública y no van a terminar con un proyecto de nación que tiene 200 años”.

Todas las luchas todas

Durante esta jornada confluyeron en Plaza de Mayo y alrededores movilizaciones y reclamos de múltiples sectores. Frente a la plaza, en la sede de la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP), los trabajadores realizaron una asamblea para decidir las medidas de fuerzas a llevar adelante, luego de que el lunes el Gobierno anunciara la disolución de la Administración que implicaría el despido de más de tres mil empleados. 

 Pasado el mediodía, también llegó a la plaza una columna de trabajadores de la Feria Artesanal Vuelta de Rocha. La feria que funciona hace más de cuarenta años en el mismo lugar del barrio de La Boca, fue desplazada por el Gobierno de la Ciudad a otro sitio a más de con la justificación de “embellecer y dar transitabilidad” al espacio. 

Ya entrada la tarde hizo su ingreso a la Plaza la Marcha Blanca de los trabajadores de la salud, rodeados de un extenso cordón policial. “Vamos a recibirlos, nosotros peleamos por la salud y la educación en un frente único de lucha en la calle, en las aulas y en los hospitales. La lucha tiene que ser hoy”  dijo Ileana Celotto, secretaria general de AGD UBA para anunciar la llegada de la marcha. La movilización de los trabajadores de la salud conectó el Congreso de la Nación con la Casa Rosada, y fue encabezada por trabajadores del Hospital Posadas, el Garrahan y el Bonaparte, en respuesta a los despidos y amenazas de cierre de estas instituciones por parte del Gobierno. 

Frente a la convergencia de protestas, María Pía López expresa: “Creo que hay una eficacia del gobierno en plantearnos todo el tiempo una agenda de agresión que va tomando distintos objetos,  pero a la vez todas las disputas tienen que ver con  atacar todo aquello que funda lazo social y funda comunidad afuera de la mercancía”. A su criterio, otra lucha que plantea el gobierno es sobre el tiempo. “Cuando va por las jubilaciones,  la reforma laboral, las universidades, está haciendo una operación sobre el tiempo como disposición de los sujetos a hacer otras cosas de su vida”. La socióloga concluye: “Hay que pensar un tipo de transversalidad de esas luchas que pueda encontrarse en esas dos puntas por lo común y por el tiempo. Si vamos a ganar, no lo sé, yo a lo que aspiro es a un proceso de constitución de un nuevo sujeto político que sea capaz de estar a la altura de esa transformación civil”. 

Cumpleaños infeliz

Con motivo de su cumpleaños, el presidente Javier Milei se asomó al balcón luego del brindis organizado en Casa Rosada en su honor, acompañado por su vocero, Manuel Adorni, la Ministra de Seguridad Patricia Bullrich, la Canciller Diana Mondino, el Jefe de Gabinete Guillermo Francos, la Secretaria General de la Presidencia Karina Milei y la Ministra de Capital Humano Sandra Pettovello. 

No bien el Presidente salió, una docena de personas que estaba frente a Casa Rosada comenzó a cantarle por su natalicio al sonriente mandatario que saludaba desde el balcón. Pero Milei y su gabinete volvieron adentro rápidamente cuando advirtieron la llegada de quienes participaban de las clases públicas, mientras se desplegaba una numerosa cantidad de policías que rodearon rápidamente a los docentes y estudiantes, pero sin llevar a mayores el conflicto. La retirada del primer mandatario y sus funcionarios fue casi instantánea en cuanto escucharon el canto de “universidad de los trabajadores y al que no le gusta se jode”, que rápidamente tronó y tapó el tibio Feliz Cumpleaños. 

La salud enferma

La salud enferma

La Marcha Blanca de los trabajadores de la salud recorrió el centro porteño en reclamo contra el despido de la cúpula del Hospital Garrahan, luego de que otorgaran un bono de 500 mil pesos a todos los empleados. Los manifestantes también exigieron salarios dignos y advirtieron por el vaciamiento de los hospitales públicos.

Miles de trabajadores de la salud pública se convocaron en el centro porteño en reclamo por el aumento del presupuesto y la recomposición salarial, en una movilización que bautizaron la Marcha Blanca. Los manifestantes, empleados de los principales hospitales nacionales, denuncian la fuga de profesionales y las condiciones de precarización laboral, mientras estudian nuevos planes de protesta en alianza con el movimiento estudiantil que exige recursos para las universidades.

El reclamo salarial fue uno de los puntos más resaltados durante la marcha. Los residentes, médicos recibidos que trabajan para completar su especialización, cobran salarios por debajo de la línea de pobreza. “Venimos de diez semanas de lucha por el salario, los profesionales se están yendo, están ganando sueldos por debajo de la canasta familiar” asegura Norma Lezana, dirigente de la Asociación de Profesionales y Técnicos del Hospital Garrahan. La protesta de la APyT se da luego de que toda la cúpula directiva del hospital fuese despedida por el Gobierno nacional, después de otorgar un bono a los trabajadores de $500.000 pesos. El personal del Garrahan fue de los más presentes en la movilización. Los recién recibidos de la carrera de Medicina, explicó la gremialista, pueden optar por no hacer la residencia, y es lo que está pasando por la pauperización de los trabajadores de la salud pública. “Hoy $750.000 pesos es un sueldo de pobreza”, agregó.

Hubo también un fuerte operativo de efectivos de la Policía Federal y Gendarmería, que empujaba en todo momento las columnas hacia los únicos dos carriles habilitados de la Avenida de Mayo, complicando la fluidez de la movilización, mientras los policías rozaban los autos que pasaban. También se escucharon cánticos y hubo un repudio generalizado al gobierno, a los legisladores del Congreso Nacional, y a la CGT y la CTA, que brillaron por su ausencia en el lugar. “Todos sabemos que transaban, pero nunca que se iban a animar a tanto”, dijo uno de los residentes más comprometidos, asegurando que nunca pensó que las centrales “se iban a borrar cuando las papas quemen”.

Marys, estudiante de Medicina de 23 años, y referente de una agrupación estudiantil de la Universidad de Buenos Aires, aseguró que “el recorte de presupuesto se nota: los institutos de investigación en la Facultad están paralizados, tenemos muchísimos paros docentes bien justificados. Este año en la Carrera de Medicina hubo la mitad de inscriptos que el año pasado porque se está haciendo cada vez más difícil sostener la cursada” y sobre el estudiantado, agregó que está “organizando asambleas, clases públicas, la semana pasada tomamos la facultad”.

La marcha congregó a miles de médicos, enfermeros, técnicos especializados, residentes y trabajadores administrativos y de mantenimiento. Los asistentes unificaron la exigencia de un presupuesto acorde a la importancia de la salud pública, y un sueldo digno. Ignacio, médico de planta en el área de Oncología del Garrahan, aseguró que “el deterioro salarial que hemos tenido es impresionante, perdimos 50% de poder adquisitivo este año sin venir de un salario de riqueza, ni mucho menos”. Expresó también que las cargas de estrés y las extensas jornadas laborales hacen muy difícil llevar adelante el trabajo. Aunque, agrega que nunca “vio tanta unidad como ahora”.

El reclamo de los trabajadores de la salud no es un grito solitario, y si fuera un manotazo de ahogado, estaría siendo dado entre personas muy capacitadas para hacer algo al respecto. En el contexto de proliferación de marchas y de organización de distintos movimientos que se han visto los últimos meses en Buenos Aires, los gestores de la Marcha Blanca la piensan como el puntapié inicial de algo más grande. “El jueves tenemos una asamblea en el Garrahan junto a las treinta organizaciones de todos los otros hospitales, quedamos en volver a reunirnos y unificar reclamos, es la única manera de sacar adelante esta situación”, aseguró Norma Lezana, que, como sus compañeros, no planea quedarse de brazos cruzados.

Jubilados sin remedio

Jubilados sin remedio

Los adultos mayores se movilizaron frente al PAMI para reclamar la provisión de los medicamentos gratuitos que fueron eliminados de la cobertura social por el gobierno de Javier Milei.

Este viernes se llevó a cabo una gran movilización por parte de jubilados y agrupaciones políticas frente al PAMI, con el objetivo de reclamar por la devolución de la cobertura del 100% de los medicamentos. La manifestación comenzó a las 11 de la mañana en Avenida Corrientes 655, donde el organismo tiene su sede central, y concluyó con un semaforazo en Florida, cerca de las 13.

Carteles, banderas y cánticos, fueron los elementos esenciales para demostrar que los adultos mayores cuentan con fuerza para hacerse escuchar. La utilización de un megáfono en la vereda permitió que todos los jubilados que quisieran hablar de la situación que atraviesan, pudieran hacerlo. El semaforazo comenzó justo al mediodía y se convirtió en una tácticas que permite visibilizar sus reclamos.

Una de las manifestantes que se hallaba en el lugar fue Olivia Riquelme de la Unión de Trabajadores Jubilados en Lucha (UTJEL),  quien indicó a ANCCOM la importancia de luchar y que los jubilados se sumen a estas convocatorias, que tienen como fin la recuperación de los derechos perdidos. “Estoy movilizándome por los jubilados, por nosotros mismos, porque nos sacaron la medicación. Teníamos el 100% que nos daban y ya no la dan. Están dando alguna medicación oncológica, pero conseguirla te cuesta tu vida. Somos adultos mayores y se perdió la conciencia de respeto hacia los más grandes”, dijo y agregó: “Tengo psoriasis y tenía que usar la crema de Bagó que pagaba 20.000 pesos;  usaba cuatro pomitos, lo que da un total de 80.000.  Mi jubilación llega a 300.000 pesos y en el hospital público, un preparado solucionó el problema: me lo daban gratis. ¿Cómo no voy a defender a quiénes se preocupan por la gente?”.

Una de las particularidades que se observaron en las horas de movilización hacia el PAMI fue que no todos eran jubilados nucleados en organizaciones políticas. También, se hicieron presentes adultos mayores independientes y que nunca había tenido contacto con una manifestación de este tipo, como María Elena Rodríguez, quien realizó más de 41 años de aportes y se jubiló como operaria de una fábrica. “El PAMI es de todos los trabajadores que aportamos, les pido a todos los jubilados y estudiantes universitarios, que salgan a la calle a luchar. Yo fui operaria de fábrica, me movilizo por mis hijos, mis nietos y los que van a venir. Debemos ganar la calle, así como lo hizo el Posadas, el Bonaparte, ahora hubo despidos de vuelta y voy a salir a luchar de nuevo, porque apoyo a los médicos”, dijo.

“Tengo tiroides, problemas circulatorios y el aumento del valor de los medicamentos es muy elevado. Estoy harta, que se dejen de gastar plata en tanta represión, porque los jubilados no traemos agua caliente como dicen algunos noticieros: ni palos, ni piedras. Somos gente profesional, yo nunca salí a protestar, pero hoy gané la calle y voy a morir de pie, no de rodillas”, añadió María Elena.

Por otra parte, hay jubilados que se movilizan todas las semanas para hacer visibles sus peticiones, como es el caso de Mónica que se desarrollaba como editora. Forma parte del Plenario de Trabajadores Jubilados que se reúne una vez por semana. “Estoy acá como todos los miércoles, porque la situación de los jubilados no da para más. Nos vienen relegando desde hace añares, pero en estos últimos meses la situación se agravó a pasos agigantados. A este gobierno lo único que le interesa son los beneficios de las grandes empresas y el sistema financiero, la situación de los trabajadores no la mira.”

“Aporté 35 años, no cobro la mínima y no me alcanza –agregó-, eso que estoy sana, si tuviera que pagar remedios, no podría vivir. La jubilación no tiene ninguna relación de lo que sería mi salario en la actualidad, es solo el 30% de lo que debería ser”.

No todos los que se encontraban presentes en la lucha de esta mañana son de PAMI, Ana  tiene OSECAC, es jubilada y trabajó 17 años en Entel, cuenta con 75 años y milita en Jubilados de Izquierda. “Tenía la jubilación mínima, pero gracias a que gané un juicio, gano un poco más ahora, pero no es suficiente para vivir. El bono quedó parado en 70.000 pesos y eliminaron los remedios gratuitos, es un desastre este gobierno. Tomo medicamentos para la columna, gasto más de 150.000 pesos al mes, pero tengo casa propia. El abuelo que tiene alquiler y expensas, se muere porque no llega a pagar los medicamentos.”, dijo.

Una de las cosas que más resonaron en la marcha es que los jubilados siempre fueron uno de los grupos más excluidos de la sociedad. Para Mónica, la militante del Plenario de Trabajadores Jubilados, “ningún gobierno piensa en los jubilados, Cristina nos vetó el 82% móvil, con el mismo argumento que Milei: No hay plata. Plata hay, porque es nuestra plata y el Estado vive de los jubilados, porque nuestros aportes han servido hasta para pagar la deuda externa.”.

La marca es lo de menos

La marca es lo de menos

Un estudio de la consultora KANTAR señala que el 54% de los porteños ha dejado de consumir alguna marca preferida para privilegiar mejores precios. Desconfianza con las ofertas de los supermercados.

Ofelia, una jubilada que busca precios de los trapos de rejilla en la góndola en un supermercado en el barrio porteño de Balvanera, declara  que siempre busca promociones y que “la marca es lo de menos, hay productos que no son de primera y son buenos igual. Importa la calidad”. Amalia Maretto, otra jubilada que está haciendo sus compras semanales en un súper de Vicente López, señala que hay algunas marcas que dejó de consumir: “Antes compraba Coca Cola. No era una cosa de todos los días, pero una de vez en cuando me llevaba”.

Esos casos muestran cómo el consumo minorista sufre las consecuencias de la crisis económica. Ocho de cada diez argentinos compran sus marcas preferidas sólo si están en promoción o descuento y algunos sectores han dejado de consumir ciertas categorías, según un informe de Grupo KANTAR al que accedió ANCCOM. Esta es una tendencia que persiste desde marzo, advertida en un estudio anterior realizado por la misma consultora.

En la encuesta desarrollada a principio de año, la principal conclusión fue que sólo 3 de cada 10 pudieron mantener sus hábitos de consumo sin tener que resignar categorías o acudir a alguna promoción. En esta edición del informe sobre el segundo trimestre del año, el dato negativo se mantiene. Pero, a la vez, los resultados sugieren una “recuperación segmentada”, según destaca Estefanía Lestanquet, Account Manager de KANTAR división Insights.

Mientras que jóvenes, residentes del interior del país y personas pertenecientes a niveles socioeconómicos altos declararon que continúan consumiendo sus marcas de preferencia a un nivel mayor que el primer trimestre, en adultos mayores y habitantes de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires se ha visto una profundización en los cambios de hábitos de consumo.

En el caso particular de los adultos mayores, un 40% contestó que ha dejado de comprar algunos productos y no los ha reemplazado. Esto se relaciona, afirma Lestanquet, con otros estudios que señalan una caída de los ingresos de este sector.

En paralelo, un 54% de los porteños contestó que optan por opciones más económicas que sus marcas preferidas. Lestanquet remarca que este aumento puede explicarse con que en febrero la ciudad “todavía no se había ajustado”, pero que en el segundo trimestre se efectuaron los aumentos en servicios y transporte. “Quizá, ante gastos fijos más altos, se empieza a recortar en estas cosas”, comenta.

En este marco, los consumos del día a día son regidos por estrategias que tienen el objetivo de ahorrar la mayor cantidad de dinero posible. Lestanquet subraya que 7 de cada 10 encuestados “planifican sus compras en base a los descuentos y promociones que hay en ese momento”.

 

Los consumidores tienen como los mayores ofertantes de descuentos y promociones a los supermercados (un 54%) y a las aplicaciones de pago (un 39%), por encima de los bancos y de las propias marcas. En base a ello, programan y generan estrategias a la hora de realizar sus compras. Por ejemplo, Juan Regueiro, de 29 años quien hace sus compras en la ciudad bonaerense de Mercedes, asegura que  usa “Mercado Pago para todo. Por ejemplo, compro todos los miércoles que hay descuento en supermercados Día”.

Pero, a su vez, crece la desconfianza en los supermercados, marcas y bancos, reclamando una baja real del precio. “Observamos un consumidor que pide más transparencia. Las promociones son súper importantes, pero hay un paso más al pedir una baja real para poder acceder a algunos productos”, apunta Lestanquet.

En ese sentido, el 89% de los encuestados cree en alguna medida que los supermercados suben los precios antes de aplicar un descuento, mientras que el 71% siente que termina gastando más por tener que comprar más artículos para obtener algún beneficio.

En relación a esto, según el estudio, los consumidores le reclaman a los bancos los bajos topes de reintegro que implementan en el marco de sus promociones. Por otro lado, a las marcas les recriminan que tienen que comprar más productos para acceder a beneficios, como es el caso de las ofertas 2 x 1 o los descuentos a las segundas unidades.

“Obviamente, el contexto recesivo muestra estos hábitos y ésta mayor importancia de las promociones. Hay segmentos que dejan de consumir y no las reemplazan por otras, eso es un dato bastante fuerte y creo que va muy de la mano con el dato de pobreza que se conoció el mes pasado”, cierra Lestanquet.