La abuela de la ciencia

La abuela de la ciencia

Mary -Claire King, la genetista estadounidense que impulsó el descubrimiento del “índice de abuelidad” para encontrar a los nietos y nietas de las Abuelas de Plaza de Mayo, visitó Buenos Aires y fue reconocida por su aporte a la ciencia y a los derechos humanos. “Las mejores preguntas a la ciencia se las hace el pueblo”, dijo.

El Auditorio del Centro Cultural de la Ciencia (CCC), en pleno barrio de Palermo, estaba casi llenó de referentes de la ciencia, jóvenes, militantes de derechos humanos y público general. La gente entraba apurada y se sentaba en cualquier asiento libre para garantizarse un buen lugar y es que no es para menos, Mary-Claire King, la genetista estadounidense y activista por los derechos humanos, visitó la Argentina por luego de casi 40 años y fue homenajeada por ayudar a las Abuelas de Plaza de Mayo con su aporte científico.

Mary -Claire King junto con otros científicos desarrollaron el “índice de abuelidad”, una fórmula estadística-matemática que, a partir de material genético, establece con una precisión indubitada la probabilidad de parentesco entre una abuela y su nieto o nieta. Este índice posibilitó la ayuda para restituir la identidad de los hijos e hijas de los desaparecidos durante la última dictadura cívico-militar.

Con un auditorio lleno en presencia del ministro de Ciencia y Tecnología, Daniel Filmus, la presidenta del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET); Ana Franchi, la directora del Banco Nacional de Datos Genéticos, Mariana Herrera Piñero; el ministro del Interior, Eduardo «Wado» de Pedro; el nieto restituido Leonardo Fossatti y Estela de Carlotto, titular de Abuelas de Plaza de Mayo, Mary-Claire King ingresó al auditorio que la recibió de a pie y con aplausos que parecían no tener fin. Lo mismo había ocurrido minutos antes con Estela que entró del brazo de Filmusl En las primeras filas estaban sentados los representantes del ámbito de la Ciencia y de los Derechos Humanos, y una veintena de nietos y nietas restituidas gracias a la lucha de Abuelas y al hallazgo científico de King, claro. Entre ellas Paula Logares, primera nieta recuperada gracias al “índice de abuelidad” junto a su abuela, Elsa Pavón.

“Lo particular que tiene mi historia es que fue el primer caso vía judicial y con análisis de sangre, pudieron probar quién soy yo, quién es mi familia y probar un montón de cosas, inclusive el Plan Cóndor. Mis padres y yo, estábamos exiliados en Uruguay, nos secuestran allí y nos traen para Argentina. Yo lo viví en primera persona, fue terrible y doloroso, pero es algo que nos pasó a todos como sociedad”, recordó Logares y diálogo con ANCCOM, aún conmovida por el reencuentro con Mary-Claire. 

La emoción de Mary-Claire cuando entró al auditorio y el público la recibió con gran ovación fue genuina. Sonrió cada vez que la nombraban y que le agradecían su aporte y su compromiso social. Y aunque las gratitudes eran reiterativas e incesantes, en Argentina se comprende que ella fue una figura esencial para ayudar a restituir la identidad de decenas de bebés apropiados en la dictadura y un avance para la ciencia genética en general. “Las mejores preguntas a la ciencia se las hace el pueblo, y eso tiene que ver con el compromiso social y político de la ciencia”, destacó Mary Claire ante un auditorio atento con lo que ocurría sobre el escenario. Las Abuelas de Plaza de Mayo fueron quienes le hicieron esas preguntas a la ciencia, impulsadas por su dolor y la desesperación de sus seres queridos, y quien respondió a esa inquietud fue una joven científica llamada Mary-Claire King que impulsó la invención del “índice de abuelidad”.

Mary Claire King explica a las Abuelas Estela de Carlotto y Nélida Navajas cómo se determina el “índice de abuelidad” (1983)

Mary Claire King explica a las abuelas Estela de Carlotto y Nélida Navajas cómo se determina
el “índice de abuelidad”, en 1983.

Mary-Claire miraba fijamente a cada uno de los nietos y nietas que estaban en la primera fila del auditorio del CCC sentados frente a ella, sin duda veía reflejada su contribución a la ciencia y la democracia. 

Víctor Penchaszadeh médico genetista y amigo de las Abuelas, pieza fundamental para que la ciencia escuchara la pregunta de las Abuelas, participó de la celebración a través de un video donde remarcó: “No puede haber ciencia, ni menos una genética que esté divorciada de los derechos humanos como lo estuvo a comienzos del siglo pasado”. En referencia a la Segunda Guerra Mundial cuando los genetistas realizaron experimentos atroces y a menudo mortales. Pero Mary-Claire King “usó la genética para inspirar esperanza y para ayudar a construir nuestra democracia”.

A su turno, Herrera Piñero, Ana Franchi y Filmus elogiaron la labor científica de King y remarcaron que la ciencia debe acompañar los intereses de la sociedad. Por otro lado, Leonardo Fossati y Wado de Pedro también se sumaron a los elogios, desbordados por la emoción de sus propias historias, agradecieron haber conocido su verdadera identidad. “Nuestra vida cobró otro sentido con tu trabajo. La mirada que tenemos hacia vos Mary-Claire, es la que tenemos sobre aquellos que les dieron una mano a nuestros familiares cuando más lo necesitaban. Te vamos a estar eternamente agradecidos”, le dijo Fossati.

Kign llegó a Buenos Aires el domingo y el lunes arrancó con una agenda apretada de actividades. La primera fue el encuentro con nietos y Abuelas en la Casa por la Identidad de Abuelas de Plaza de Mayo en el Espacio Memoria y Derechos Humanos, que esta semana fue incluido entre los Patrimonios de la Humanidad. Paula Logares recordó que mientras recorrían la Casa por la Identidad y le contaban sus historias y mostraban algunas fotos, Mary-Claire también recordaba: “Ella realizó parte de mi análisis y el de distintas familias, y los recuerda, por eso, es una persona sumamente especial y nos podía saludar con sentimiento y con cariño acordándose de eso y siendo parte de nuestra historia”. 

Mary-Claire miraba fijamente a cada uno de los nietos y nietas que estaban en la primera fila del auditorio del CCC sentados frente a ella, sin duda veía reflejada su contribución a la ciencia y la democracia.  

Estela de Carlotto fue la encargada de cerrar el acto y aseguró: “Donde había dudas e incertidumbre ahora hay certezas”. Se refirió a Mary-Claire como su amiga y pilar fundamental en la búsqueda de los familiares desaparecidos: “Incluso de mi nieto que tardé tanto en encontrarlo”.

Entre el público estaba Alberto Kornblihtt, biólogo y doctor en Ciencias Químicas, director del Instituto de Fisiología, Biología Molecular y Neurociencias del CONICET y la Universidad Buenos Aires (UBA)): “La visita de Mary-Claire King es un hito para la relación entre la ciencia y los derechos humanos. Le agradezco al CONICET, al Ministerio de Ciencia y también a la UBA por otorgarle el título de Honoris Causa”, señaló al final de la charla a ANCCOM. Y recordó que el día martes King fue doblemente distinguida: a la mañana a en el Banco Nacional de Datos Genéticos (BNDG), donde se le puso su nombre al laboratorio que procesa las muestras de las personas que dudan de su identidad y los familiares que buscan a los desaparecidos con vida; y por la tarde en la Facultad de Ciencias Exactas, con el Honoris Causa, luego de dar una clase magistral: “La charla que dio en Exactas no fue solo de contenido científico sino de compromiso político con los derechos humanos y con la democracia, en la apertura del acto, yo dije que ella es como un prócer para la Argentina y que merece el mayor de los respetos  de nuestro pueblo por su aporte para poder encontrar a los nietos de las Abuelas de Plaza de Mayo”, destacó.

“Ella es encantadora, además ha descubierto entre otras cosas, los genes de susceptibilidad al cáncer de mama, los BCRA 1 Y 2, y es famosa mundialmente por su aporte en derechos humanos como en la genética”, agregó otro prócer de la ciencia argentina.

Durante la jornada también se aludió al presente, donde el negacionismo y los planes para olvidar nuestra historia y negar los logros de la ciencia y tecnología provienen de algunos candidatos presidenciales.

Al finalizar el acto, King reforzó: “La responsabilidad es de ustedes, de cuidar a su país”.  En el auditorio del CCC pareció un mensaje claro: es necesario hacer memoria para fortalecer la democracia, Mary-Claire King y las Abuelas dejaron un legado que impide bajar las banderas de la Memoria, la Verdad la Justicia.

 

 

El arte de hacer memoria

El arte de hacer memoria

Se estrenó “Memoria Futura. Las voces de las Abuelas” en el Parque de la Memoria. La performance que trae al presente las historias de ocho Abuelas de Plaza de Mayo estará esta semana y la siguiente y en octubre se estrena en Berlín.

“¿Dónde dormirán?”, era una de las tantas preguntas que Delia Giovanola, una de las doce fundadoras de Abuelas de Plaza de Mayo, se hacía a diario luego de la desaparición forzada de su hijo Jorge y de su nuera Stella Maris, embarazada de ocho meses. Este jueves en el Parque de Memoria se estrenó La Memoria Futura. Las voces de las Abuelas, una performance conmemorativa que narra y reconstruye las historias de ocho Abuelas de Plaza de Mayo.

El sol estaba escondido por las nubes, el Río de la Plata se perdía entre la niebla y el pasto se encontraba cubierto por el roció, producto de la humedad; “¿Lloverá?”, se preguntaron un par de amigas que paseaba por el parque. La performance es interpretada por Florencia Bergallo, Gaby Ferrero, Karina Frau, Juliana Muras, Andrea Nussembaum, Susana Pampín, María Inés Sancerni y Frida Jazmín Vigliecca; minutos antes de comenzar se podían observar a lo lejos a algunas de ellas vocalizar y repasar sus líneas.

Las historias narradas pertenecen a Josefina Fracchia, Delia Giovanola, Petrona Izaguirre, Rosalía Muñoz, Buscarita Roa, Irma Ramacciootti, Sonia Torres y Elsa Sánchez de Oesterheld. A pesar de ser el inicio de la primavera, se relatan las vidas de aquellas mujeres que perdieron a sus hijos y nietos en manos del terrorismo de Estado.

La pieza artística dirigida por Luciana Mastromauro, con asistencia de Marisa Salton, cuenta con cuatro recorridos que ocurren en simultaneo y cada uno narra la historia de dos Abuelas, con grupos de no más de 15 personas como espectadores por recorrido son guiados a lo largo del parque.

La Memoria Futura tiene como fuente las entrevistas que estas mujeres realizaron para el Archivo Biográfico Familiar de las Abuelas de Plaza de Mayo, fundado en 1998 cuando las Abuelas decidieron crearlo con el objetivo de grabar sus testimonios para aquellos nietos que aún no habían sido encontrados y que pudieran conocer no solo parte de su historia sino también de su identidad. En la actualidad el archivo cuenta con fotos, cartas y más de 2.200 entrevistas de las cuales 144 pertenecen a las Abuelas. Algunas pudieron reencontrase con sus nietos, otras siguen buscando, muchas fallecieron en la lucha.

“Yo estaba familiarizado con el proyecto, el Archivo Biográfico, y ver trasladado ese texto a la voz de la actriz, produce una potencia y tienen un efecto artístico verdaderamente impresionante”, expresó Iván Fina, nieto de Muñoz. Fina tenía ocho meses cuando sus padres Víctor Hugo Fina – hijo de Muñoz – e Isabel Angela Carlucci, embarazada de seis meses, fueron secuestrados en 1976. “Son historias de pérdida, pero también son historias de búsqueda y de lucha. Me voy emocionado y muy conmovido”, finalizó Fina luego de presenciar la obra.

“¿Cuándo tienen frío cómo hacen?”, se repreguntaba por las noches Giovanola. Juliana Muras, actriz que personifica a Delia Giovanola mencionó que siente “responsabilidad y honor de poder tener la posibilidad de ser una voz, de poder conocer la historia”. Muras también confesó que “la primera función con tanta gente, tenerlos tan cerca es muy conmovedor”.

 La encargada de interpretar a Elsa Sánchez de Oesterheld es la actriz Susana Pampín y reconoció que es “una gran responsabilidad civil y artística ponerle voz a esto” porque interpreta a un personaje “que vivió y no cualquier persona que vivió sino una persona icónica que llevó adelante una lucha”. Además, destacó: “Veníamos como sociedad pensando y dando por sentado que estas cosas ya no tenían discusión y de pronto se vuelve a poner en duda, y hay que volver a hablar”. Elsa Sánchez de Oestherhel perdió a nueve familiares en la dictadura, su compañero el guionista y escritor argentino Héctor y sus cuatro hijas con sus yernos, dos de ellas embarazadas. A sus hijos los siguen buscando.

La actriz Virginia Innocenti estuvo presente entre el público y destacó a la obra como “una oportunidad para quienes no conocen el Parque de la Memoria” porque es “un espacio que es muy conmovedor donde el arte nos hace conocer un poquito de nuestra historia, recordarla a los que ya la sabemos y saber entender a los que no tienen muy claro cómo han sucedido los hechos”.

La Memoria Futura_Las voces de las Abuelas se presentará en el Parque de la Memoria los días 21, 22, 23, 28, 29 y 30 de septiembre a las 16 y tiene una duración de 90 minutos. El acceso es gratuito y se requiere inscripción previa a través de Alternativa Teatral. Además el 28 de octubre también tendrá un estreno en Ballhaus Ost, Berlín.

Si dudas de tu identidad o conoces a alguien que podría ser hijo de desaparecidos, comunícate con Abuelas www.abuelas.org.ar

«Nunca pensé que podía no buscarlo, sabía que podía no encontrarlo»

«Nunca pensé que podía no buscarlo, sabía que podía no encontrarlo»

Abuelas de Plaza de Mayo informó sobre la restitución del nieto 133, hijo de Cristina Navajas y Julio Santucho y nieto de Nélida Navajas el viernes 28 de julio. Su hermano, Miguel «Tano» Santucho comparte su emoción por conocerlo y su fuerza para continuar con la lucha.

Cristina Navajas fue desaparecida, embarazada, el 13 de julio de 1976 y, estando secuestrada, explicitó a sus compañeras de encierro su a voluntad de que encontraran a su hijo nacido en cautiverio. Su madre, Nélida Navajas, dedicó su vida a cumplir ese mandato con dedicación y fortaleza.

Miguel “Tano” Santucho, junto con Abuelas de Plaza de Mayo y otros compañeros y compañeras, se puso al frente de esa búsqueda hasta hoy, con igual dedicación, honrando la labor de su abuela. El tan esperado reencuentro con su hermano solo repone sus fuerzas y lo incentiva a continuar con la lucha por la restitución de los casi 300 nietos y nietas apropiados por la dictadura cívico militar que falta encontrar.

 

¿Cómo fue el primer encuentro con tu hermano?

Hubo dos primeros encuentros: Uno cuando me enteré estaba en Italia y me llamaron de la Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad (CONADI). Lo habían notificado primero a él y le propusieron asistir cuando me lo contaran a mí. En dos minutos me cambió la vida y me preguntaba: “¿Está pasando en serio esto?” El segundo encuentro fue en el pasillo de la Casa por la Identidad, antes de dar la conferencia de prensa junto con Abuelas. Nos encontramos y nos abrazamos, no nos queríamos soltar, quería mirarle la cara, conocerlo.

 

¿Cómo sigue tu hermano el proceso de reencontrar su identidad?

Él nos buscó. Buscar su verdad desde su propia voluntad representa para nosotros sacarnos los miedos y las dudas que teníamos. Él fue apropiado por un integrante de la policía bonaerense, un torturador de una patota, de los más sádicos. No tenía ni idea de quiénes éramos los Santucho-Navajas por lo que nos permitió empezar de cero. Está aprendiendo a una velocidad increíble. Estuvo muy solo, no tenía una relación con el resto de la familia (apropiadora). Pero ahora lo va a encontrar con creces. El derecho a la identidad excede a las Abuelas y al terrorismo de Estado. Es un mérito de las Abuelas haber puesto la lupa ahí y haber dado las herramientas para poder construirlo, defenderlo y difundirlo. Pero es un derecho a nivel global. Todos tienen derecho a saber quiénes son, más allá de si fueron apropiados o no durante el terrorismo de Estado. La verdad es necesaria para ser una persona firme, con la estabilidad emocional necesaria para afrontar la vida.

¿Qué recordás de tus primeros años de búsqueda¿ ¿Cuando te empezaste a involucrarte en el trabajo de Abuelas?

Mi historia era muy difícil. Para mí fue fundamental leer los testimonios de las mujeres que estuvieron en cautiverio con mi mamá porque me mostraba que ella quería que nosotros supiéramos que estaba embarazada. Eso para mí fue un llamado, un pedido. Lo único que podía hacer era tratar de responder a ese pedido. Nunca pensé que podía no buscarlo, sabía que podía no encontrarlo. Siempre supe que era hijo de desaparecidos. Era parte de mi cotidianidad. En 1985 vengo a Argentina y tengo la sorpresa de enterarme que tenía un hermano o hermana que no conocía. Mi abuela me lleva a Abuelas de Plaza de Mayo y me encuentro una foto de mi mamá con una foto blanca al lado que decía “niña o niño nacida en cautiverio”. Ahí me cae la ficha de que no estaba completa la familia, que faltaba alguien. Esa idea me acompañó por muchos años. Me acordaba en Navidad, el día de mi cumpleaños. En 1990 con mi hermano más grande fuimos a la final del Mundial de Italia, cuando jugaban Argentina y Alemania, y yo pensé que si me enfocaban en la pantalla capaz que mi hermano me podía ver porque en Argentina estaban mirando todos. Volví a Argentina en 1991, a los 17 años, impulsado por la historia de mi familia, por mis dudas y por mi rebeldía de adolescente. Me encontré con mi apellido, Santucho, escrito en las paredes y entendí que lo que para mí era una historia personal en realidad era parte de la historia argentina.

 

¿Cómo hiciste para sostener la búsqueda a los largo de tantos años?

Primero no tenía opción por como soy yo, al entender el pedido de mi mamá era lo que tenía que hacer, por otro lado, sigo teniendo todo el apoyo y contención de Abuelas. Hay una relación afectiva muy fuerte. También por la respuesta de la sociedad. Las Abuelas encontraron el equilibrio exacto entre la búsqueda y la construcción de la memoria viendo la solidaridad de toda la sociedad civil. No tienen un concepto cerrado. Nosotros queremos que el Estado garantice el funcionamiento de las instituciones que permiten que sigan apareciendo los nietos. La sociedad entendió y respondió y eso es lo que nos sostiene.

 

 

¿De qué manera vive tu padre, Julio Santucho, este momento?

Por mucho tiempo me pregunté cómo hacía para estar entero con todas las pérdidas que sufrió la familia. En un principio, él no pensaba que podía tener un hijo más, prefería pensar que no. Estaba procesando su propia historia y no podía poner este tema en la cuenta. Con el paso del tiempo fue viendo que sí había motivo, empezó a asumir y bancarme a mí en mi búsqueda. Por autodefensa no le dio él cuero para buscarlo, pero después quedó impulsado por todo este efecto contagioso, la empatía social, que generamos desde Abuelas donde nos cuidan y miman mucho. Cuando le pico el deseo de encontrarlo, cuando necesitaba cómo nunca saber qué paso, tuvo la suerte de encontrarlo.

 

¿Cuáles son tus planes ahora no solo con tu hermano sino con la lucha y búsqueda que continúa?

Estoy muy contento, mucho mejor que cualquier expectativa que podía tener, y eso me da fuerza para seguir buscando. Todo esto me liberó de una carga muy grande, me sacó de la oscuridad y la duda. Ahora veo todo muy luminoso y muy claro. Yo me siento empoderado. De repente se me apareció una calle en bajada que no sé dónde termina, para mí está todo despejado, no veo ningún obstáculo para hacer cualquier cosa. Quiero que esto sirva para que aparezcan otros, para motivar a los que tienen dudas que vale la pena acercarse o brindar cualquier información. La búsqueda es urgente, es ahora. Somos un faro, prendimos una luz, acá estamos, vengan. Este faro tiene que estar prendido en todos lados y a todas horas. Quiero hacer trabajo de territorio, fortalecer los nodos de la Red por el Derecho a la Identidad (un grupo de colaboradores de Abuelas y CONADI que están en todas las provincias argentinas e incluso en el exterior). Quiero que la luz este prendida en la mayor cantidad de lugares posibles con la mayor intensidad posible para que el que tenga dudas, la pueda ver. Esa es mi apuesta.

«Es nuestra responsabilidad contar quiénes fueron estos genocidas»

«Es nuestra responsabilidad contar quiénes fueron estos genocidas»

En segundo encuentro de «Cine por la Identidad. 40 años de democracia», organizado por Abuelas de Plaza de Mayo y el INCAA, se proyectó EL juicio y luego se conversó con su director, Ulises de la Orden y la investigadora Claudia Feld.

En el marco del ciclo “Cine x la identidad” que propone la organización Abuelas de Plaza de Mayo, el primer jueves de cada mes se proyecta una película diferente, vinculada además a la temática de los 40 años de democracia.

Los films que forman parte del ciclo son presentados en la Casa x la Identidad de Abuelas dentro del predio del Espacio para la Memoria (exESMA). En esta ocasión, se proyectó el documental El Juicio, de Ulises de la Orden.

El largometraje es una compilación y un recorte de las 530 horas de grabación del inolvidable juicio a las juntas militares de 1985. En este documental, De la Orden trabajó durante siete meses con un equipo que lo ayudó a armar un guion y seleccionar las mejores imágenes para su obra.

La película está fraccionada en 18 capítulos que unen los distintos relatos y momentos del extenso juicio. La presentación del documental la realizó Miguel Santucho, el “Tano”, quien felizmente anunciaba la semana pasada junto a las Abuelas la restitución de la identidad del nieto 133, su hermano. El Tano invitó a la audiencia a ser parte de la proyección para luego tener una charla junto a De la Orden.

Finalizada la película, el nieto restituido, Leonardo Fossati, realizó una breve introducción para presentar al director del film y a Claudia Feld, investigadora del CONICET, quien realizó el libro Del estrado a la pantalla, en donde analizó el derrotero de las imágenes grabadas en el juicio a las juntas.

Fossati reflexionó sobre el film que acababa de proyectarse: “Es imposible no emocionarse, no sentirse identificado”. Además, resaltó que el ciclo de “Cine x la Identidad” comenzó con la presentación de Argentina: 1985, película que narra de manera ficcional los hechos ocurridos en el juicio a las juntas militares. Y finalizó con una frase contundente: “Siempre la realidad supera la ficción”.

A continuación, el moderador interpeló a De la Orden preguntándole qué lo llevó a realizar este trabajo audiovisual. “Para mí presentarla acá es haber acertado en la historia que yo quería contar a partir de estas imágenes que yo no filmé. Yo hago películas y siempre estoy pendiente de cuál va a ser la próxima. Hará unos diez años más o menos que se me cruzó el juicio a las juntas, fuera de agenda”, explicó. Además, agregó que ese juicio funcionó como una bisagra, cambió el destino como sociedad que resolvía los problemas políticos con golpes de Estado. Resaltando también que a pesar de las muchas crisis que la Argentina debió sortear en los últimos 40 años, efectivamente nunca más se llegó a la intervención militar en un gobierno. Y eso era lo que De la Orden deseaba contar.

Para trabajar sobre estas imágenes el director contó que investigó mucho y así llegó a sus manos también el libro de Claudia Feld. Y agregó que pudo conseguir el material gracias al trabajo del equipo de Memoria Abierta quienes le facilitaron los permisos pertinentes para acceder al material histórico del juicio.

El director señaló con un poco de ironía en sus palabras, que mientras su equipo de trabajo avanzaba en el proyecto, la película de Santiago Mitre los pasaba en la carrera. Pero que eso de alguna manera fue un salto importante, porque Argentina: 1985 puso nuevamente en boca de todos, este importante evento histórico. Ya que además en las múltiples proyecciones del documental a lo largo del mundo, las personas reconocen el juicio gracias a la película protagonizada por Ricardo Darín.

Miguel Santucho invitó a la audiencia a la proyección para luego charlar junto a De la Orden.

Claudia Feld, por su parte, explicó que el documental significó una inmersión absoluta al momento del juicio ya que permite sentir la densidad de lo que fue presenciarlo en ese momento.

Feld retrocedió para contar como comenzó el trabajo de investigación para su libro, editado en 2002, en 1999. Fue a partir de un equipo de trabajo a cargo de Elizabeth Jelín, con financiamiento del Social Science Research Council con más de 20 investigadores que trabajaron durante tres años. En ese momento la investigadora estaba realizando un trabajo para su doctorado sobre la televisión hasta que se topó con el primer programa de Magdalena Ruiz Guiñazú en Canal 13 que emitía las primeras imágenes con sonido sobre el juicio. Entonces su proyecto viró hacia una investigación sobre la reconstrucción de cómo habían llegado las imágenes del Juicio a las Juntas a la televisión.

Luego, Leonardo Fossati le preguntó al director cuál era su deseo con la película de aquí hacia adelante. En primer lugar, De la Orden aclaró que el objetivo inicial era que el público a quien se destinara este film fueran personas nacidas en democracia, y que se pudiera ver en las escuelas, sobre todo en los últimos años de secundaria. Pero lo cierto es que la película apenas está comenzando a mostrarse en diferentes espacios. Pero además en conversación con los presentes en el auditorio de Casa por la Identidad reflexionó que, si luego de casi tres horas de proyección las personas se quedaron en la sala, el objetivo del montaje estaba cumplido.

Hacia el final de la emotiva charla, el director de El juicio reflexionó: «En todo este proceso de hacer la película cristalicé algo que ya sabía y es que nada de esto hubiera pasado si las Madres no se hubiesen juntado a dar vueltas en la Plaza y nunca parar».

Algo a lo que también adhirió Claudia Feld: «Ustedes son quienes hacen que nuestro trabajo tenga sentido. Esto tiene sentido porque están quienes lo sostienen en el día a día».

Además reflexionaron sobre la importancia del trabajo de los realizadores audiovisuales así como de los investigadores, vinculado a la memoria. Ulises de la Orden agregó: «Es nuestra responsabilidad contar quiénes fueron estos genocidas para que nunca se olviden esos apellidos». Leonardo Fossati adhirió para finalizar: «Ustedes llegan a las nuevas generaciones de otra manera».

 El trabajo de las organizaciones de Derechos Humanos y todos aquellos que en sus distintas áreas de conocimiento pueden aportar a la memoria, sin dudas son fundamentales. Para que, como sentenció Julio Strassera en aquel momento histórico que fue el Juicio a las juntas, nunca más vuelva el terrorismo de Estado a nuestro país.

El ciclo de «Cine por la Identidad» continúa el 7 de septiembre con la proyección de Azor, de Andreas Fontana. El documental El juicio, de Ulises de La orden puede verse todos los viernes de agosto, a las 20 hs. en el Malba.

«Una victoria de la democracia»

«Una victoria de la democracia»

Las Abuelas de Plaza de Mayo anunciaron el encuentro del nieto 133 en la Casa por la Identidad, en el año en que se cumplen 40 años de democracia. Se trata del hijo de Julio Santucho y Cristina Navajas, quien continúa desaparecida. Su abuela, Nélida Gómez de Navajas, fue una pieza fundamental de la Asociación y su hermano, Miguel “Tano” Santucho, hoy integra la Comisión Directiva.

Este viernes, en una conferencia de prensa que tuvo lugar en la Casa por la Identidad –ubicada el predio del Espacio Memoria y Derechos Humanos (ex ESMA)–, Abuelas de Plaza de Mayo confirmó la restitución del hijo del matrimonio Navajas-Santucho. El anuncio fue realizado por la presidenta de la Asociación, Estela de Carlotto, junto a Claudia Carlotto, directora de la Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad (CoNaDI). “El nieto 133 hoy se encontrará con su papá, sus hermanos, su hermana y una familia enorme, atravesada por el terrorismo de Estado y también por una historia de lucha”, anunciaba el comunicado.

En la mesa se encontraban presentes Miguel «Tano» Santucho y Julio Santucho, hermano y padre, respectivamente, del nieto restituido 133, acompañados por otros integrantes de la familia. Del evento también participaron nietas y nietos restituidos e integrantes de organismos de derechos humanos. “Esto es una victoria de la democracia, una derrota de la dictadura, porque ellos nos quisieron quitar los hijos, y los estamos recuperando”, afirmó Julio Santucho.

Cristina Navajas

Cristina nació el 27 de septiembre de 1949 en la ciudad de Buenos Aires. Con Julio Santucho tenía dos hijos, Camilo y Miguel, y ambos militaban en el Partido Revolucionario de los Trabajadores – Ejército Revolucionario del Pueblo (PRT-ERP), al igual que gran parte de la familia. El 13 de julio de 1976, mientras Julio se encontraba de viaje, Cristina, junto a su cuñada Manuela y Alicia D´Ambra –compañera de militancia, que también estaba embarazada–, en compañía de sus hijos, fueron secuestradas por una patota de las fuerzas de seguridad. Los niños fueron dejados solos en el departamento.

Por testimonios de sobrevivientes se pudo saber que Cristina Navajas estuvo detenida en los centros clandestinos de detención y tortura Automotores Orletti, Protobanco y Pozo de Banfield. Aún continúa desaparecida.

 

Julio Santucho

Julio nació en Santiago del Estero en 1945. Es el menor de los diez hermanos Santucho. Conoció a Cristina Navajas en la Universidad Católica Argentina (UCA), cuando ambos estudiaban, ella Sociología y Julio Teología. “Entre detenidos, asesinados y exiliados los Santucho suman casi una veintena, diez de ellos aún desaparecidos y un niño o niña aún buscado”, detalla el comunicado de prensa de la restitución del nieto 133.

Cuando se enteró del secuestro de Cristina, Julio inició gestiones para sacar a sus hijos del país junto a Susana Fantino, una compañera del PRT-ERP, con quien tiempo después formó pareja y tuvo otra hija, Florencia.

«El hecho de haber encontrado a mi hermano me terminó de aclarar lo grande, fuerte e inmensamente valiosa que fue mi mamá en el momento del secuestro y el parto”, declaró Miguel Santucho, del nieto restituido 133.

Buscar un nieto

El día del secuestro de las tres mujeres, la abuela Nélida Gómez Navajas –madre de Cristina– encontró en el bolso de su hija una carta en la que manifestaba estar convencida de encontrarse embarazada. De esta manera, Nélida se enteró de que Cristina estaba esperando otro hijo. Para el momento de su detención, Cristina tan solo tenía dos meses de embarazo. Gracias a las declaraciones de compañeros y compañeras de cautiverio de Cristina, entre las que se encontraba Adriana Calvo, se pudo confirmar que el embarazo de Navajas siguió su curso: “Soy Cristina Navajas, militante del PRT-ERP, cuñada de Roby Santucho y estoy embarazada”.

De esta manera, Nélida Navajas comenzó la búsqueda de su nieto posiblemente nacido en cautiverio en febrero de 1977. Se unió a las Abuelas de Plaza de Mayo, en donde dedicó su vida a la búsqueda de la Memoria, la Verdad y la Justicia. Falleció en mayo de 2012, sin poder conocer a su tercer nieto.

“Mi mamá y mi abuela siguen viviendo en mí y en todas estas búsquedas, no estaría acá sin ellas. El hecho de haber podido encontrar a mi hermano me terminó de aclarar lo grande, fuerte e inmensamente valiosa que fue mi mamá en ese momento”, declaró Miguel Santucho.

“Él empezó una búsqueda sin muchos elementos, no tenía idea por dónde hacerlo. Hizo todo lo posible por recuperar su identidad”, subrayó Julio Santucho, padre del nieto restituido 133.

Tomar la posta

Miguel “Tano” Santucho volvió nuevamente a la Argentina en 1985, cuando Nélida ya era secretaria de Abuelas. Sin embargo, recién en 1993 se radicó definitivamente en el país y se comprometió con la lucha por los derechos humanos y con la historia de su familia. En 2012, con el fallecimiento de Nélida, Miguel prometió continuar con el legado de la lucha de su abuela. En 2021, testimonió por primera vez en un juicio de lesa humanidad en la causa abierta por los Pozos de Banfield, Quilmes y Lanús, en donde reveló que fue un graffiti lo que marcó esta decisión: “«Santucho Vive» vio en una pintada en una manifestación estudiantil en 1992 cuando regresó por segunda vez a la Argentina. Este fue el detonante para «hacerse cargo de su historia»”. Actualmente, Miguel es miembro de la Comisión Directiva de Abuelas de Plaza de Mayo y brinda su trabajo cotidiano al servicio de la búsqueda de nietas y nietos apropiados durante la última dictadura cívico-militar argentina.

 

La restitución

De acuerdo con el comunicado oficial, el nieto 133 se acercó a Abuelas de Plaza de Mayo a partir de una presentación espontánea. Desde joven tuvo dudas de su identidad. El pasado miércoles 26 de julio, la CoNaDi lo citó para informarle que el examen de ADN realizado en el Banco Nacional de Datos Genéticos (BNDG) confirmó que era hijo de Cristina Navajas y Julio Santucho. “Esta restitución es una felicidad inmensa y una inyección de energía que me hace creer que todo es posible y que vamos a encontrar a todos los que faltan”, remarcó Verónica Castelli, quien encontró en 2008 a su hermana apropiada.

El 24 de marzo de 1977, el nieto 133 había sido anotado como hijo propio por un integrante de las fuerzas de seguridad y una enfermera. Julio Santucho reconoció la enorme voluntad de su hijo restituido por encontrarse con su familia: “Él empezó una búsqueda sin muchos elementos, no tenía idea por dónde hacerlo. Hizo todo lo posible por recuperar su identidad”. Apenas se enteró de la noticia, el nieto manifestó sus ganas de conocer a su familia biológica. “No tengo dudas de que vamos a estar juntos el resto de nuestra vida porque nos buscamos, nos quisimos encontrar y realmente el abrazo que nos dimos hoy es para siempre”, afirmó Miguel Santucho.

Por su parte, María José “Cocó” Lavalle Lemos, restituida en 1987, enfatizó en la importancia de “el mecanismo que creó Abuelas para que los chicos que duden de su identidad se puedan acercar y analizarse funciona, es lo que le dio la respuesta al nieto 133”. En esta línea, Manuel Gonçalves Granada otro nieto restituido, integrante de la Comisión Directiva de Abuelas y director ejecutivo de la Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad (CONADI) destacó que “el aporte de CoNaDi acá es una demostración de que las políticas de Estado que se crearon gracias a la lucha de las Abuelas son fundamentales para que se pueda encontrar a los nietos y nietas que buscamos”.

 

La búsqueda continúa

“Este nuevo caso es el resultado de una sociedad que, tras 40 años de democracia, sigue exigiendo saber qué pasó con las y los desaparecidos y con los cientos de bebés, niñas y niños apropiados, y apostando a la construcción de la Memoria, la Verdad y la Justicia, para que nunca más se repitan crímenes tan horrendos”, sentencia el comunicado de prensa, y agrega: “El origen de cada apropiación nos recuerda lo violento y asesino que puede ser el Estado al servicio de la opresión y el terror, pero las restituciones ponen de manifiesto el valor de la vida democrática, los derechos conquistados y las libertades ganadas”.

 

 

Si naciste entre 1975 y 1980 y tenés dudas sobre tu identidad, o sabés de alguien que puede ser hijo o hija de personas desaparecidas durante la última dictadura cívico-militar, comunicate con Abuelas o CoNaDI.