No a la UNICABA

No a la UNICABA

Foto Archivo ANCCOM: La marcha por el No al UNICABA, en mayo de este año.

El proyecto impulsado por el Gobierno de la Ciudad pretende desmantelar prácticas profesionales y pone en riesgo las fuentes de trabajo.

Mirá el video de ANCCOM con imágenes de algunos de los 29 Institutos y Escuelas que están en riesgo:

 

 

El Congreso debate la despenalización del aborto

El Congreso debate la despenalización del aborto

Durante la mañana y la tarde del martes, el proyecto de despenalización del aborto se debatió en la Cámara de Diputados por primera vez en la historia de nuestro país. El presidente de la Comisión de Legislación General, Daniel Lipovetzky, organizó la jornada en dos turnos. De 10 a 13.30 argumentaron 16 expositores a favor de la Ley de Legalización del Aborto y por la tarde, de 14.30 a 18, tomaron la palabra 16 oradores que manifiestaron en contra del proyecto. Las exposiciones se llevarán a cabo todos los martes y jueves y se espera que el dictamen de consenso pueda tratarse en el recinto en junio para pasar luego al Senado. Si bien durante la primera audiencia los oradores se dividieron marcadamente en dos bloques y expusieron en horarios diferentes, se prevé que en las próximas reuniones los participantes van a comenzar a mezclarse.

El ya conocido pañuelazo a favor de la legalización del aborto.

A favor de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito, dieron sus argumentos el secretario de Salud Pública de Rosario, Leonardo Caruana; la docente e investigadora del CONICET, Paola Bergallo; la médica ginecóloga, Sandra Vázquez, el periodista Luis Novaresio y las actrices Carla Peterson, Griselda Sciciliani y Verónica Llinás, entre otros.

Ante los diputados de las comisiones de Legislación General, Salud Pública, Legislación Penal y Familia, Niñez y Adolescencia, los expositores a favor del proyecto de la Campaña hablaron de “saldar una deuda de la democracia con los derechos de las mujeres” e hicieron hincapié en la ineficacia de la persecución penal en casos de aborto clandestino. El abogado Andrés Gil Dominguez señaló que “ser legislador y cumplir con la Constitución es transformar el dolor en derechos”.

La abogada especializada en derechos humanos Nelly Miyersky

Por su parte, las actrices Llinás, Peterson y Sciciliani se ubicaron las tres juntas detrás del atril y leyeron la Carta Abierta a Diputadas y Diputados firmada por más de 400 actrices. Llinás explicó que “uno de cada cuatro abortos es inseguro y es una realidad que existe más allá de nuestras opiniones. El aborto existe y mantenerlo en la clandestinidad no es la solución.” Segundos después Peterson leyó: “Les pedimos que voten el proyecto de la Campaña Nacional porque estamos convencidas de que el aborto legal acompañado de políticas públicas de educación, y contención para evitarlo, nos convertirá en una sociedad más justa, más moderna y definitivamente menos hipócrita. Llegó la hora, hagan historia y salden su deuda con las mujeres”.

Luego fue el turno de Luis Novaresio quién subrayó que “no existe un criterio único y científico acerca de cuándo comienza la vida.” Después, el periodista provocó cierta tensión en la sala al interpelar directamente a la diputada macrista Carmen Polledo. “Las mujeres se mueren—dijo Novaresio—. Usted Carmen no puede seguir favoreciendo que las mujeres ricas accedan al misoprostol y que las mujeres totalmente excluidas accedan a la rama de perejil”.

En las calles, las mujeres también hicieron oír sus voces con cantos y batucadas.

Por la tarde, expusieron el ex juez de la Corte, Rodolfo Barra; el abogado Alberto Bianchi, el pediatra Diego Montes de Oca, el docente de la UCA Nicolás Laferriere y el cura Gustavo Carrara, entre otros. Todos ellos se mostraron en contra del proyecto de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto. Hablaron fundamentalmente de leyes y estadísticas y compararon el aborto legal con la dictadura militar y el Holocausto.

El médico obstetra, Ernesto Beruti, basó su discurso en estadísticas de defunción de mujeres: “En 2016 hubo 43 muertes por aborto—sentenció Beruti—en Argentina las mujeres mueren por enfermedades cardíacas, respiratorias, por tumores malignos, accidentes de tránsito y suicidios, la mortalidad materna figura en el último lugar”.

Asimismo, el director de Pro-familia, Oscar Botta, afirmó que “se busca implementar el aborto legal para establecer un control demográfico encubierto en un país superpoblado”; y Nicolás Laferriere agregó que “en parte, el aborto está destinado a eliminar sistemáticamente a personas con discapacidad”.

El médico obstetra, Ernesto Beruti, basó su discurso en estadísticas de defunción de mujeres.

Ambas posiciones parecen irreconciliables y cabe destacar la baja presencia de diputados “indecisos” durante la audiencia. Los legisladores que ya tomaron posición están dispuestos a defender su postura. Sin embargo, aún no se puede dilucidar en que culminará la discusión porque muchos diputados que no asistieron al debate están en la duda.

El panorama exterior al Congreso también dio cuenta de la imposibilidad de consenso entre ambas posiciones. Sobre la avenida Rivadavia, el “pañuelazo”. Sobre Riobamba, el “banderazo”. De un lado el verde, del otro, el rojo. Los integrantes de Unidad Provida repartieron pañuelos rojos y desplegaron una bandera blanca y celeste con la leyenda “soy Argentina, déjame nacer.” A pocos metros, miles de personas portaban en el pecho, en los brazos y en la cabeza los pañuelos verdes de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito. Arriba del escenario se leyeron discursos y se tocaron canciones a favor de la despenalización. Durante la ronda de exposiciones de la tarde, más de un orador insistió en la idea de que el debate debía darse en el interior del Congreso. No obstante, bastaba mirar hacia afuera para comprobar que el debate fundamental está en las calles.

“El feminismo es la profundización del modelo de igualdad que soñamos”

“El feminismo es la profundización del modelo de igualdad que soñamos”

Si bien en Argentina son la mitad de la población, su tasa de empleo sigue siendo más baja que la de los varones: 43,1% contra 66,3%. La Ley N° 25674, del año 2002, conocida como de “Cupo Sindical Femenino”, busca garantizar la presencia de mujeres en cargos electivos, como mínimo un 30%, y su participación en las comisiones negociadoras. Pero según un análisis reciente de organismos estatales, no hay mujeres en las comisiones directivas y solamente conducen el 18% de las secretarías, subsecretarías o prosecretarías, y de éstas el 74% serían de Igualdad, Género o Servicios Sociales de las organizaciones gremiales. El panorama es peor en la propia CGT –la única central con la que el Gobierno se sienta a discutir–, donde las mujeres representan apenas un 8%.

El último informe nacional sobre la situación de la mujer en el mundo del trabajo muestra una brecha salarial del 23,5% con los varones, que asciende a un 35% en el caso de las personas asalariadas no registradas. A esto hay que sumar el tiempo y las tareas dedicadas al hogar, no remunerados, que para las mujeres en Argentina son, en promedio, tres horas diarias más que la de los hombres. ANCCOM dialogó con Anna Jonquel, del gremio de canillitas, quien mantiene esta doble lucha tanto por sus condiciones laborales como por sus derechos de género en un rubro históricamente masculino.

Mujer amamantando a su hijo durante un manifestación.

Las asociaciones sindicales no cumplen con la Ley de Cupo Sindical Femenino que busca garantizar la presencia de mujeres en cargos electivos y su participación en las comisiones negociadoras.

Anna es universitaria, militante desde 2011 y canillita desde 2014. Hoy, junto con su cooperativa (fundada en 2001), se movilizará dentro de la Corriente Federal de los Trabajadores. “Uno de los aspectos que desarrollamos es transformar las relaciones laborales. Tenemos que trabajar de manera cooperativa ya que entendemos que es la forma de trabajo de toda actividad canillita y ámbitos de la vida”, explica.

Rememora la lucha de los canillitas luego del retorno de la democracia: “Cobramos un porcentaje de tapa. Como nos pasó a todos en el 2001, el trabajo fue flexibilizado. Nosotros pasamos del 40%, al 32% y, aunque parezca mentira, todavía aún hoy no lo pudimos recuperar”.

Anna subraya la influencia del Grupo Clarín y lo sucedido con Papel Prensa en la última dictadura cívico-militar: “Viene concentrando toda la actividad gráfica y de la comunicación y, claramente, luchar por un mayor porcentaje en estas condiciones hace que sea cada vez más complicado. Como cualquier empresa, quiere aumentar las ganancias, por lo que afectar las fuentes de trabajo es un método viable para ellos”, dice y resalta la importancia de organizarse en momentos coyunturales complejos para no sólo resistir, sino avanzar.

los brazos de una mujer tirando de una soga.

La lucha del rubro canillita por un porcentaje de tapa se dificulta por la concentración de la actividad gráfica y de la comunicación que tiene el Grupo Clarín.

Disiente con quienes ven en la tecnología la principal amenaza, sostiene que el problema central es el avasallamiento de Clarín y los puntos de venta: “Algo que no pudimos evitar fue que se vendan diarios en estaciones de servicio, farmacias y supermercados. Eso a nosotros nos mata porque perdemos clientes”. A pesar de esto, gracias a la lucha en CABA Y Gran Buenos Aires pudieron frenar la distribución de diarios por correo que quería hacer Clarín por suscripción.

El desempleo en otras áreas, según Anna, repercute en la actividad de los canillitas: “Una de las grandes dificultades que estamos teniendo ahora es que hay muchos barrios fabriles y `gracias´ al ajuste, todos los compañeros canillitas están cerrando. ¿Para qué van abrir si los trabajadores que antes pasaban por la zona a comprar el diario o la revista para el nene ya no van? El diario es uno de los consumos que se recortan”. Y denuncia que aumentar el precio del diario no es la solución, porque se pierden clientes. “Nosotros no tenemos convenio colectivo, así que no nos queda otra que salir a pelear por el porcentaje. Muchas de las distribuidoras quebraron y las compraron. La historia de AGR no está muy lejos de esto. ¿Qué es lo que sucede? Mediante los caminos de distribución, Clarín concentra y elige”.

una mujer tapandose el rostro con un pañuelo en el contexto de una movilización.

No hay un cupo de igualdad dentro del rubro de canillitas porque, al ser de herencia familiar, por lo general, son los hombres quienes toman el negocio.

Son aproximadamente 5 mil canillitas en Capital y Conurbano. Dentro de la cooperativa de Anna se organizan para hacer un recorrido semanal en donde salen hablar con sus otros compañeros. “La idea es organizar para ponerle un freno a esto. No te puedo decir ya la cantidad de compañeros que quedaron sin trabajo”, cuenta con tristeza.

En su cooperativa, solo el 8% son mujeres. “Al ser un rubro familiar que se va heredando, por lo general es el hombre el que toma el rol del negocio pero siempre con su compañera presente. Nosotros en la organización hablamos mucho, y concebimos que el feminismo es la profundización del modelo de igualdad que soñamos todos. Entendemos que no tenemos un cupo de igualdad pero en este momento nuestro eje está puesto en no dar un paso atrás. La comisión directiva puede dar decisiones orgánicas pero nosotros planteamos una centralidad dentro de la cooperativa. Todos realizamos un trabajo minucioso. La idea es construir herramientas políticas para que todos tengamos herramientas de discusión”.

mujer tapandose el rostro con una mascara y lleva colgada como una capa la bandera argentina

La movilización del 8M es fundamental para continuar deconstruyendo el machismo presente en las prácticas culturales, incluyendo la lengua.

Anna agrega que la cooperativa tiene una “pata territorial-barrial” y plantea que esos son los puntos que se deben ganar recordando las grandes huelgas del país. “Cuando vamos al barrio a bancar la olla o los abusos policiales, nos parece más que importante llevar adelante los bachilleratos populares ya que son batallas de ideas. Ahí nos damos cuenta que la presencia la tienen los hombres, porque son las compañeras mujeres las que se quedan al cuidado de los chicos, la casa y la comida. Intentamos romper justamente con eso, pero desde una manera que no vaya al choque. No podemos entrar en su casa, en su ámbito privado e imponer. La idea es compartir material y debate para la deconstrucción de todos y todas”.

Para Anna la movilización del 8M es más que fundamental para continuar deconstruyendo el machismo presente en las prácticas culturales, incluyendo la lengua. “Es lógico que reaccionemos primero con todo lo que vivimos. Nosotras vivimos doblemente la explotación como mujeres en estos contextos. Lo que vivimos para decidir parar… por favor. Y la verdad es que sin el aval de la CGT no es una batalla ganada”, resalta e insiste en que el cupo femenino no es estratégico, sino que hay que transformar los sindicatos: “Ya no podemos seguir hablando de una democracia representativa, sino una democracia participativa”, concluye.

 

Música para todos

Música para todos

La Orquesta de Música Popular Raíces comenzó en el año 2007 como un proyecto de extensión del ex Conservatorio de Música e Instituto Superior de Formación Docente de los Buenos Ayres. Si bien esa institución cerró en 2014, la orquesta sobrevive. Actualmente participan 150 niños y jóvenes de 7 a 20 años repartidos entre sus tres sedes: el Colegio EOS de Moreno Centro, la Escuela Primaria Rural Nº 5 de Cuartel V y la Fundación de los Buenos Aires de La Reja.

“Empezamos aproximadamente con 20 niños. Éramos tres profesores y usábamos las guitarras y los bombos del Conservatorio. Compramos solo diez pincullos y un charango que nadie sabía usar. Con el tiempo, la orquesta fue creciendo”, cuenta su director, José Luis Battistin o simplemente Pepe, como le gusta que lo llamen.

Un grupo de chicos tocando la flauta

En los inicios de la Orquesta Raíces participaban solamente 20 niños, hoy en día suman 120 en sus tres sedes.

No se cobra cuota a los chicos y, en caso de no poseer el instrumento, pueden usar los de la Orquesta. Pepe resalta que “adquirir el instrumento no es un problema. La dificultad de los proyectos es sostener en el tiempo el recurso humano ya que los profesores cobran. Algunos de ellos empiezan ad honorem pero la idea es que el trabajo se pague. Hoy el municipio nos paga dos talleres que equivalen aproximadamente al 50% de los gastos en recursos”. Además de este financiamiento, la Fundación se sostiene mediante rifas, eventos solidarios y Amigos de la Orquesta, un medio de financiamiento colectivo que obtiene donaciones. También hay un bono contribución que pagan aquellas familias que pueden hacerlo, de manera de facilitar la participación en el proyecto de aquellos niños que no están en condiciones de abonarlo.

En 2014 se sumó al proyecto el docente Sergio Salazar, hoy encargado de la gestión de la Fundación. “Sabía de las necesidades que tenían. Hacían malabares para sostenerse. Empezamos a pensar en hacer sistemáticamente un aporte de contribución de las familias. Es un espacio colectivo, el que viene se suma a la rueda. Es decir, en todo aquel que viene se genera esa conciencia. O lo sostenemos entre todos o no lo sostiene nadie.”

Algunas familias mediante un bono de contribución permiten que otros chicos participen de la orquesta.

En 2012 se creó la sede de la Orquesta en la Escuela Primaria Rural Nº 5 de Cuartel V, una de las localidades más carenciadas del Partido de Moreno. El proyecto se logró gracias a un concurso de la Secretaria de Niñez, Adolescencia y Familia (SENAF) mediante el cual Pepe y otros profesores obtuvieron un subsidio. Con el tiempo se fueron sumando más docentes, entre ellos, Martina Ulrich, hija de Peteco Carabajal. En 2014 también se llevó el proyecto al Colegio EOS, esta vez con una lógica diferente: la Orquesta se acopló a un espacio curricular para 4º, 5º y 6º grado en el horario de música.

Salazar afirma con orgullo: “La Orquesta es un espacio educativo, gratuito, colectivo, de la cultura, de la raíces profundas de esta tierra, de la diversidad y es la distinción que el espacio tiene. Hay muchas personas que se van sumando y tenemos muchas propuestas. Es un espacio vivo y activo”. En agosto de 2017 se integró al proyecto el Coro Social Raíces para adultos, donde también participan algunos jóvenes de la Orquesta.

En sintonía con Sergio, Amelia Guidolin, presidenta de la Fundación de los Buenos Ayres para la Artes y la Cultura, figura jurídica que dirige las actividades, añade: “Es un proyecto educativo que abarca varias cosas. Su educación es nuestra preocupación. Los niños no pueden venir a la Orquesta si están fracasando en la escuela. Hay un vínculo. No es como aquel caso donde el chico va a un profesor particular a estudiar un instrumento una vez por semana”.

Dos chicas y un chico tocando la guitarra

El proyecto educativo de la orquesta cuenta con jóvenes «multiplicadores» que colaboran con la enseñanza a otros chicos y chicas.

Los chicos aprenden y toman conciencia de la responsabilidad y el compromiso de trabajar con otro. Los docentes de la Fundación transmiten el valor de la construcción colectiva. Desde el primer día los niños pueden vivenciar lo que es tocar en una orquesta que apunta a tener igualdad de estatus de todos los instrumentos. Además, la Fundación cuenta con “multiplicadores” es decir, jóvenes que enseñan a otros y ayudan a que el proyecto continúe.

Por lo general, los jóvenes multiplicadores deciden inscribirse al profesorado de música en los conservatorios más cercanos como el de Morón, Luján y San Miguel. Yanina Cisterna de 18 años, toca el violonchelo en la orquesta y expresa: “Cuando escuché el violonchelo por primera vez, me enamoré. Voy a seguir el profesorado de música”. Su compañera Raquel Hes, también de 18 años, agrega: “Amo la Orquesta. Es algo que nos brindan gratis y nos viene bien, ya que hay muchos que no lo pueden pagar”. Los jóvenes aprenden a caminar con otros, siguen el profesorado y devuelven la generosidad que se les otorgó.

En 2016 los jóvenes multiplicadores se presentaron en el Pre Cosquín de Moreno. Ganaron y fueron a tocar al escenario de Cosquín en Córdoba. Eso dio mucho impulso a la Orquesta e hizo que los llamen de muchos lugares. Se presentaron en Tecnópolis, en encuentros de colectividades, ferias del libro, escuelas, teatros y actos municipales.

“A pesar de los bastones, las Locas seguimos de pie”

“A pesar de los bastones, las Locas seguimos de pie”

Pasaron 40 años desde aquella primera vez, en que catorce madres se reunieron frente a la Casa de Gobierno, sede de la dictadura militar, con un mismo propósito. Ese 30 de abril de 1977, en medio de un clima de represión, terror e incertidumbre, aquel pequeño grupo de mujeres, frente a la orden de circular, comenzó a marchar en ronda alrededor de la Pirámide de Mayo, exigiendo la devolución con vida de sus hijos e hijas, secuestrados por las Fuerza de Seguridad. Luego de meses de recorrer cuarteles, ministerios y comisarías sin obtener ninguna respuesta, y tras descubrir que cada uno de sus casos no era el único, comprendieron que sus búsquedas debían transformarse en una lucha colectiva.

Este domingo, las Madres de Plaza de Mayo –divididas desde 1986 en dos organizaciones, Línea Fundadora y Asociación Madres de Plaza de Mayo– conmemoraron el 40 aniversario de la primera ronda con que darían vida a su persistente lucha por la verdad, la memoria y la justicia. En estas cuatro décadas, la agrupación -en un principio ignoradas, ninguneadas y descalificadas como “las locas de Plaza de Mayo”- siguió creciendo hasta convertirse en una entidad de defensa de los Derechos Humanos de alcance internacional que nunca se desprendió de los simbólicos pañuelos blancos ni dejó de marchar.

Taty Almeida es una de las referentes de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora. El 17 de junio de 1975, su hijo Alejandro fue secuestrado por integrantes de la Triple A y desde entonces permanece desaparecido. En 1980 se unió a las Madres de Plaza de Mayo y desde entonces continúa luchando por la vedad y la justicia para Alejandro y todos los hijos de las Madres que pelean a su lado. Rodeada por imágenes de su familia, entre ellas la última fotografía con Alejandro y un retrato de su rostro sonriente, sobre el que descansa una flor blanca, Taty relata cómo vivió este nuevo aniversario de la organización:

“Hemos cumplido 40 años de lucha inclaudicable. Imaginen todo lo que ha ocurrido en estos 40 años, desde que esas 14 valientes mujeres llegaron por primera vez a Plaza de Mayo bajo la instancia de la fundadora, Azucena Villaflor de De Vincenti, quien dijo: “Tenemos que juntarnos, porque por separado no vamos a lograr nada. Vayamos a la plaza y gritemos. Que nos vean, que nos escuchen. Nos tienen que decir dónde están nuestros hijos”. Por muchos años, la mayoría creía que estaban presos, incomunicados o muertos. No sabían lo que había pasado. “Pero desaparecidos, esa palabra era tan cruel, que no la conocíamos ni la practicábamos”. Había mucha desorientación. Como había Estado de Sitio, no se podían juntar más de tres personas en la vía pública, y ellas eran 14, así que la misma policía las instó a caminar de a dos y a circular. Así surge la primera ronda y nace el movimiento de las Madres de Plaza de Mayo. Ese grupo de 14 lamentablemente fue aumentando, porque cada vez había más detenidos-desaparecidos.”

Una de las fotos del álbum familiar de Tati junto a sus hijos: Jorge, María Fabiana y Alejandro (de anteojos, está detenido-desaparecido).

Una de las fotos del álbum familiar de Taty junto a sus hijos: Jorge, María Fabiana y Alejandro (de anteojos, está detenido-desaparecido).

 

Cuéntenos un poco sobre usted.

Toda mi familia estaba compuesta por militares. Yo me crié en ese ambiente. Lo único que sabía de política es que era antiperonista y “gorila”. Tengo tres hijos: Jorge, Alejandro y María Fabiana. Mi segundo hijo, Alejandro, está detenido-desaparecido.

¿Cómo era Alejandro?

Él tenía 20 años en 1975 y vivía conmigo. Estaba cursando el primer año de la Carrera de Medicina. Me cuidaba y me preservaba. Jamás me contó acerca de su militancia. Yo no tenía idea de nada. Muchas veces me abrazaba, con su metro ochenta de altura, y me decía: “Esta gorilita de mierda, sin embargo la quiero”. Yo no entendía y me reía. Una vez, en una tabla de planchar vi una estrella hecha con birome y le pregunté: “Ale, ¿es la estrella judía?” Él respondió: “Ay, mamá”. Era la estrella del ERP (Ejército Revolucionario del Pueblo). Alejandro militaba en el ERP. El 17 de junio de 1975 llegó a casa y me dijo que al día siguiente no iba a trabajar porque tenía un parcial.  Fue lo último que escuche de él. Al otro día ya no estaba. Encontré una agenda de teléfonos y vi que en las últimas 24 hojas había 24 poesías. Tampoco sabía que Alejandro escribía poesías. Cuando las leí, empecé a conocer la otra faceta de mi hijo, su repudio por la injusticia.

¿Cómo fue su acercamiento a Madres de Plaza de Mayo?

Cada Madre tiene una historia de vida. Yo no fui de las primeras. Me acuerdo que cuando me acerqué por primera vez a Madres, recién para el año 80, le dije a María Adela Gard de Antokoletz, una de las 14 primeras: “Que estúpida que fui; ¿cómo no pude venir antes?” Y ella me contestó: “No, m’hijita. Cada madre se acerca cuando es su momento. Este es tu momento”.

Yo vivía en un ambiente muy antiperonista. Por ese motivo, a mí me costó acercarme a Madres. El golpe del 24 de marzo de 1976 fue un golpe cívico-militar-clerical, y el genocidio que se instala a partir de ese golpe ya había empezado. En los años 74 y 75, con la Triple A, López Rega e Isabel Perón, ya había una gran cantidad de detenidos-desaparecidos, asesinados y presos políticos. Entre ellos, mi hijo Alejandro. Al principio, para mí los únicos culpables eran los peronistas. Al ser de una familia con muchos militares, yo a esos genocidas –Orlando Agosti, Ramón Camps, Leopoldo Galtieri– los conocía socialmente y jamás había pensado que, ya en ese entonces, eran ellos quienes estaban actuando.

Después de muchos años, un periodista me preguntó qué había sentido yo el 24 de marzo de 1976. En ese entonces, con la mente de la Taty de antes de ser parida por Alejandro, había dicho: “Al fin vienen mis conocidos, y voy a recuperar a mi hijo”. Yo tenía 45 años cuando se lo llevaron y todos esos años viví en una burbuja, hasta que aterricé. Y vaya si fue duro el aterrizaje. Ahí es cuando me acerque a Madres e hice mi catarsis. A partir de ahí empecé a enterarme de la historia de las Madres y de la desaparición de las tres queridas fundadoras, Azucena Villaflor, Esther Careaga y Mary Ponce. Fue un golpe que las desaparecieran. Pero las Madres no se paralizaron, que es lo que buscaban los genocidas. Se ve que no conocen a las Madres ni saben de lo que son capaces de hacer por un hijo. Así que la lucha continuó. Yo estoy feliz de haber parido a mis tres hijos, pero Alejandro parió a Taty Almeida.

¿Cómo fue la experiencia de ponerse el pañuelo blanco?

El pañuelo no se usó hasta el año 80. La historia es así: a raíz de que la jerarquía eclesiástica jamás recibió a las Madres, se decide ir a Luján en 1980. Todos los años, en octubre, hay una gran peregrinación por la Virgen de Luján a la que van miles de personas. Y la jerarquía eclesiástica iba a estar ahí. Se decide ir pero no sabían cómo iban a encontrarse entre miles de personas. Y una Madre dijo: “Nos ponemos los pañales de nuestros hijos en la cabeza”. Antes los pañales eran de gaza, se lavaban y se volvían a usar. Muchas Madres habían guardado esos pañales. Entonces, qué paradoja que ese pañal que usaban para cuidar a sus hijos cuando eran bebés, después se los pusieran en la cabeza para pedir por sus vidas. Cada vez que una se pone un pañuelo es una sensación muy fuerte. Hay que saber llevar el pañuelo blanco, porque son nuestros hijos los que están acá. En la Línea Fundadora pedimos por los 30 mil, pero les dimos nombre y apellido. No son NN. Cada una puso en su pañuelo el nombre o los nombres de sus hijos desaparecidos. Esa es la historia de este pañuelo que ha trascendido la Argentina. Es internacional. Somos conocidas y valoradas en todo el mundo. Pero nosotras no le dimos importancia, porque hicimos lo que cualquier Madre haría por un hijo.

¿De qué manera continuó la lucha de las Madres tras el retorno de la democracia?

Llegamos al 83, con el doctor Raúl Alfonsín como primer presidente constitucional después de tantos años, con mucha expectativa. Y Alfonsín hizo un juicio ejemplar, porque fue la primera vez que civiles juzgaron a militares. Condenó a cadena perpetua a las Juntas Militares. Empezamos a respirar otro aire. Pero no supo aprovechar ese apoyo que tenía, nacional e internacional. Y fue así que dictó las leyes de impunidad: Obediencia Debida y Punto Final. Fue otro mazazo. Pero no nos quedamos paralizadas. Seguimos la lucha, sin bajar los brazos. Pasaron los años y seguíamos exigiendo justicia, pero nunca la conseguíamos. Hasta que llegamos al 2003. Lo que voy decir no es partidismo, sino una realidad histórica. Vinimos con ese bagaje de fuerza y de exigencia y nos encontramos, por fin, con un presidente -Néstor Kirchner- que tomó a los Derechos Humanos como política de Estado. Y entre otras cosas, anularon las leyes de impunidad. Así que pudimos empezar a juzgar, a lo largo y a lo ancho del país, a los genocidas y a sus cómplices. Fue la misma política de Estado que continuó Cristina Kirchner.

«Somos conocidas y valoradas en todo el mundo. Pero nosotras no le dimos importancia, porque hicimos lo que cualquier Madre haría por un hijo».

¿Cómo es la situación de la lucha de las Madres en el gobierno actual?

40 años, tantos logros, tantas pérdidas. Pero siempre luchamos. Y llegamos ahora a este gobierno que quiere borrar la memoria. Se pasan discutiendo estúpidamente el número de desaparecidos. Son 30 mil o más. El número no importa; jamás han dicho ni han reconocido es acá hubo un genocidio por parte del terrorismo de Estado. No lo dicen porque no les importa. Y a 40 años, las Madres que vamos quedando hemos tenido que empezar nuevamente con entrevistas y denuncias, acá y en el extranjero. Pero ya no estamos solas. Hace rato que la gente se dio cuenta de que no estábamos tan locas, como nos llamaron al principio, creyendo que nos ofendían. Claro que estábamos locas: de dolor, de rabia y de impotencia. Nos quitaron lo más preciado que tiene una mujer, que es un hijo. Y así fue que llegamos a este gobierno, donde la resistencia es cada vez mayor. Y repudiamos nuevamente la violación a los Derechos Humanos que está cometiendo este gobierno: falta de trabajo, represión y presos políticos. Esta resistencia, siempre pacífica, es cada vez mayor. Y es por eso que decimos, sobre todo a los jóvenes: “Tienen que juntarse”. Tenemos que buscar las coincidencias y dejar de lado las diferencias, porque es la única manera de demostrar que no nos van a vencer. Tienen que decir bien fuerte: “Si las Madres pudieron, ¿por qué no nosotros?” La esperanza son los jóvenes. Las Madres sabemos que no vamos a estar vivas para ver al último condenado, pero queda esa juventud maravillosa y esa militancia estupenda. No hay que tenerle miedo a la palabra militancia, porque significa “compromiso, compañerismo y ocuparse del otro”. Y de a poquito les vamos pasando la posta, porque a pesar de los bastones y de las sillas de rueda, estamos demostrando que las locas seguimos de pie. (Risas) Y lo vamos a seguir.

¿Qué rol tiene para usted la educación y la transmisión de temas de Derechos Humanos a las nuevas generaciones?

Es muy importante. Nos invitan a colegios primarios y secundarios, centros vecinales y universidades, acá y en el extranjero. Y el recibimiento que tenemos de los docentes, mis colegas, es maravilloso. Soy docente jubilada, y nunca me imaginé que después de tantos años iba a seguir haciendo docencia con un pañuelo blanco en la cabeza. Docencia por la vida. Y la docencia sobre la memoria que practican los maestros en los colegios es muy importante, porque el niño, desde pequeño, tiene que saber lo que ocurrió aquí. Esa es la memoria que nosotros practicamos. Si no se corre el peligro de que nos convirtamos en un pueblo sin memoria y de que esto vuelva a ocurrir. Además queda pendiente la verdad, porque todavía no sabemos qué pasó con todos y cada uno de nuestros hijos. No sabemos dónde están enterrados y no podemos hacer el duelo. Y que se esté hablando hoy de reconciliación por parte de la jerarquía eclesiástica es una ofensa a nuestros hijos. Aunque pidieran perdón –que nunca lo han hecho– ni nos reconciliamos, ni perdonamos. Los únicos que podrían hacerlo son nuestros hijos, y ellos no están.

¿Cree que está habiendo un rebrote de discursos negacionistas en la actualidad?

Sí, eso se está estudiando. En Alemania se castiga con prisión la negación del Holocausto Judío, porque algunos cuestionan la cantidad de víctimas. Y eso se está viendo acá también. Por eso debería existir una ley para castigar a aquellos que niegan lo ocurrido. No hay Teoría de los Dos Demonios. Acá hay un solo demonio: los genocidas, sus cómplices y los que los apoyan aún hoy. Fueron delitos de lesa humanidad, por lo que no prescriben y no son perdonables. Nosotros reivindicamos a todos, a los que tomaron las armas y los que no. Porque la Constitución lo dice: “Un pueblo que es atacado tiene derecho a defenderse”. Los podrían haber juzgado, pero (los represores) optaron por ese horror que es la desaparición, la tortura, el robo y la apropiación de bebés. De allí surge la lucha maravillosa de las Abuelas de Plaza de Mayo, que es una lucha esperanzadora porque buscan desaparecidos con vida. Ya lograron el 122. Hay mucho por hacer todavía, pero se está haciendo.

A 40 años de su fundación, ¿cuáles son las principales metas de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora en la actualidad?

Seguir exigiendo memoria, verdad y justicia por lo que ocurrió antes y lo que ocurre ahora. Nosotras participamos en todas las marchas: la Federal, las de los docentes. Permanentemente va a haber un pañuelo blanco en los lugares donde haga falta, con nuestro apoyo, nuestro aliento y nuestra presencia. Esas son las metas.

¿Cómo está conformada su familia hoy?

Tengo una familia maravillosa. Nunca me sentí sola. Tengo tres hijos. Jorge vive en España desde el 78; allá se casó y tuvo mellizos, así que tengo nietos catalanes. Acá está mi hija Fabiana, que tuvo cuatro varones. ¡Tengo seis nietos varones! El mayor, Alejandro, me ha dado dos bisnietas, así que llegaron las mujeres. Nunca les hice sentir a mis otros dos hijos que el mejor es Alejandro porque no está. Los tres son exactamente iguales. El agujero no me lo llena nadie. Y ese fue el motivo por el cual mis hijos han estado siempre conmigo. Nunca les exigí. Ellos y mis nietos siempre vinieron a la Plaza conmigo. Los chicos dicen que yo siempre he sido una abuela presente. Podía tener la marcha o el acto más importante, pero si uno de ellos decía un versito en un acto escolar, yo iba y llegaba tarde al otro lado. Eso hace que estén permanentemente conmigo. Me siento muy acompañada, pero la ausencia de Alejandro es cada vez más grande. Cada día lo extraño más. No me quiero ir sin encontrar sus restos. Por lo menos quiero tocar sus huesos, y no pierdo la esperanza. Siempre me pregunto cómo sería él ahora. Tendría 61 años. No le permitieron formar su familia. Siempre está, pero no está.

Actualizada 03/05/2017