Ene 8, 2022 | Destacado 2, Entrevistas
Hoy, en una sesión especial y antes de lo previsto, el Senado puede convertir en ley el texto que garantiza la «Promoción del Acceso al Empleo Formal para Personas Travestis, Transexuales y Transgénero”. Lleva el nombres de las recordadas activistas Diana Sacayán y Lohana Berkins. Paula Arraigada es heredera de esa militancia, asesora en la redacción del texto final y militante política. En medio del debate, explica los aspectos centrales de la norma pensada “por las que están vivas y luchan todos los días”.
¿Qué se siente haber logrado la sanción del proyecto en la Cámara de Diputados?
La media sanción es un primer paso para la sanción definitiva y son un montón de emociones. Quizás es la alegría, la felicidad, pero también el orgullo de todo el camino que se trazó a lo largo de este tiempo, la militancia y también el acompañamiento de muchos sectores y también de muchas diputadas que hicieron que esto llegara a este fin. Es cierto que hay que valorar el esfuerzo de las organizaciones y de los espacios, sobre todo porque es una ley que se trazó desde el seno del movimiento travesti/trans.
¿Qué implica que el proyecto haya sido elaborado por el propio colectivo?
Como cualquier proyecto de ley que va direccionado hacia cierto colectivo, hacia cierto grupo de personas, creo que lo más importante es que ese grupo haya participado. Lo más importante es que sea consensuado, sea pensado o elaborado por las propias personas, porque sino a veces las cosas se pueden hacer con buena voluntad, pero termina faltando algo. Con esto se manifiesta que las actoras sean las protagonistas, y me parece que abre esto nuevo de generar espacios de representatividad. Es una ley que fue militada y también confeccionada por el colectivo, con lo cual tiene esa representatividad. Hay muchas diferencias en los posicionamientos sobre algunos temas dentro del colectivo trans, pero acá hubo un acuerdo en el que éste era un tema principal para militar. Por suerte, en el último año, hubo consenso en apostar a un proyecto unificado. Aunque no hayamos saldado ese pacto con nuestra sangre, lo saldamos con nuestra historia, y con lo que nosotras debíamos como lealtad, que es justamente hacer que esas compañeras que hoy necesitan un trabajo formal para mejorar su calidad de vida lo pudieran tener. Por eso, es una ley pensada para y por las trans.
El proyecto engloba a otros doce previos, ¿cuáles son los aspectos más importantes de este texto unificado?
El proyecto toma lo mejor de cada presentación. Las virtudes en la esencia de cada uno fueron sostenidas para elaborar este proyecto único. Pero lo más importante, creo que es lo que nosotras queríamos, es que el proyecto intenta, y digo «intenta» porque la letra escrita a veces no se cumple, es priorizar la generación de empleo para quienes no han tenido la posibilidad. O sea, a un sector minoritario que no tuvo la posibilidad de conseguir trabajo y que por su identidad autopercibida luego fue privada de eso. Yo te puedo decir veinte veces «generar oportunidades» pero ¿qué es lo que se lee con «generar oportunidades»? Hay muchas compañeras, sobre todo, las de determinada edad, que por la decisión que tomó indirectamente el Estado, quedaron excluidas del sistema laboral porque no tuvieron acceso al sistema educativo, porque no tuvieron la complementación de la familia, o por otras razones resulta que esas compañeras quedaron fuera de ese enmarcado. Entonces el Estado hoy, nuestro gobierno que es el que rige el Estado, tiene que tratar de subsanar eso que el mismo Estado provocó.
Un Estado que profundiza la ampliación de derechos.
Esta ley viene a ser una forma de reparación, una de las formas posibles de reparación. Por eso, necesitamos que cuando se reglamente y cuando se empiece a cumplimentar, realmente entren las compañeras que necesitan el trabajo. El cupo tiene que ir a rescatar, a salvar, a esa compañera que no tuvo oportunidades. No está pensando para romper el techo de cristal, está pensado para poder despegar ese piso de brea, porque sino entramos en una disyuntiva donde pareciera que solamente es una adquisición para que todas las personas trans tengan trabajo. Es verdad que es para que tengan trabajo, pero empezando siempre por las que más lo necesitan, que son las que deben tener una solución urgente.
¿Qué promueve esta ley?
El trabajo en relación de dependencia genera otras cosas, y a veces lo que genera es esta potestad de poder decidir, por ejemplo, si me voy de vacaciones, que eso en la economía informal siempre tenés que estar pendiente de si juntaste plata o no. Acá ya sabes que tenes quince días para vacacionar, ya sabes que no tenes que ir a trabajar si vos te enfermás, que además si vos te enfermás podes tener una obra social que te cobije. Alguna vez las personas «cis» tuvieron la posibilidad de tener un trabajo registrado, aunque sea dos meses en su vida, por lo menos lo hicieron. Nosotras no tuvimos la oportunidad nunca. Entonces vamos a apelar a esas oportunidades para que esas compañeras empiecen a tener una mejor calidad de vida, porque todas las que hemos pasado por esa experiencia sabemos que nos cambia la vida, sabemos que poder tener la heladera llena nos posibilita, nos da la libertad de soñarnos, de pensarnos, de pensar no solamente en las vacaciones, sino de pensarnos también como presidentas, como diputadas, como formadoras, como maestras, y también nos da en la cabeza los sueños de llegar a viejas y poder estar sentadas como lo hacen algunas señoras y algunos señores mirando televisión aunque más o menos con una jubilación que mínimamente nos pueda acompañar. Lo que aspiramos siempre es a ser igual que el resto de las personas.
Si bien el proyecto prevé incentivos para las empresas privadas, ¿por qué no está explícitamente el cupo para el ámbito privado?
Se pueden generar incentivos para que el sector privado pueda seguir el espíritu de la norma, pero desde el Estado, no se puede obligar a los ámbitos privados. Si el Estado toma la decisión política de incorporar a las personas trans directamente en los ejecutivos, provinciales, nacionales, municipales, no hace falta. No hace falta porque van a sobrar personas trans. ¿Y sabés qué pasa con eso? Eso también genera el incentivo en los privados, porque de hecho, hay empresas privadas que empiezan a contratar, porque primero la empresa privada se maneja por el marketing, se maneja por el «quedar bien», y nosotras hoy somos parte de esto: de «quedar bien», porque contratar una trava es ser progresista, es ser inclusivo, es ser bandera de orgullo. Muchas empresas están contratando a compañeras, y la verdad es que contratan a las personas que tienen determinadas características. Por eso, tiene que estar el cupo, porque viene a saldar las que no entran en ninguna de esas características. Y, por eso, tiene que estar contenida dentro del Estado para que el Estado cuide y la acompañe en eso que el Estado no acompañó. Porque nosotras no venimos a pedir algo que no nos corresponde, nos corresponde porque nos lo quitaron de forma prepotente solamente por tener una definición de género diferente a la que esperaban. Entonces es hora de curar esas heridas, devolverle a las compañeras lo que les quitaron, y las compañeras responden con mucho orgullo haciendo su trabajo, haciéndolo con alegría, y demostrando que la capacidad no está puesta en la decisión identitaria que tenga cada uno, sino en las ganas, en los deseos, y también en el mismo porte que generan los espacios, este caso el Estado, para que esas personas se vayan formando.
¿Qué expectativas hay para la discusión del proyecto en el Senado?
La mejor. Porque estamos nosotras discutiendo una ley, fuimos partícipes del proyecto, somos partícipes en los espacios de decisión, estamos peleando por ocupar las bancas. Más allá del éxito o el fracaso, está esa disputa que antes no estaba, entonces hay toda una eclosión que se debe también a que hay una sociedad que participa, una sociedad que acompaña, una sociedad que avala, y una sociedad que sabe que este país es un país que incluye a todo, no solo a nosotras sino a otros colectivos y a otras diversidades, a la diversidad cultural, a las compañeras afro, a las migrantes, todas que están buscando su lugar. Este país que es tan fuerte, es tan orgulloso, es tan buena cepa que seguramente todas van a estar contenidas, y nosotras más que nada tenemos que estar orgullosas del lugar, del tiempo que nos corresponde, de poder estar haciéndolo en un gobierno que tiene una base fuerte dentro del peronismo, y nosotras como peronistas también (…) Hay muchísimas compañeras que soñaban con tener un trabajo en relación de dependencia, que soñaban con tener una vida como tiene el resto y no lo pudieron vivir.
Paula Arraigada trabaja como asesora parlamentaria, cuenta también con un largo recorrido político que casi la sienta en una banca como representante de la agrupación La Nelly Omar, un espacio dentro del peronismo con perspectiva de género y que presta especial atención a las identidades travesti trans, entre otros colectivos.
Paula recupera del pasado la presencia de no pocas luchadoras, pero se preocupa por el presente, “Esto -afierma- es un logro para las que no están, es una recompensa, es un homenaje que les debíamos a ellas”, pero subraya: “Hay que empezar a hablar de las que están vivas, porque se habla mucho de las que están muertas y de las que son famosas, pero no se habla de las que están vivas y luchan todos los días”.
Ene 4, 2022 | Destacado 5, Entrevistas
Tras el cierre de listas camino a las PASO, Daniel Arroyo renunció al Ministerio de Desarrollo Social de la Nación para dedicarse a una campaña electoral atípica en medio de la pandemia como precandidato a diputado nacional por Buenos Aires, en el puesto 12 de la lista del Frente De Todos (FDT). En diálogo con ANCCOM, asegura que venía pensando en ir al Congreso, ya que considera que “lo que se discuta los próximos años en América Latina” pasará por allí. Además, presenta los ejes de sus primeras iniciativas para que nuestro país tenga más “políticas de Estado”.
¿Cuál es su análisis sobre la labor que llevó a cabo en el Ministerio de Desarrollo Social de la Nación?
Hicimos una gestión muy digna. Sostuvimos la paz social, en comparación con otros países de América Latina, a partir de un conjunto de políticas sociales relacionadas a la asistencia. No sólo partieron del Estado sino también organizaciones sociales, iglesias y escuelas. Por otro lado, iniciamos políticas de transformación, como pasar de los planes sociales al programa Potenciar Trabajo. Comenzamos con la urbanización de los barrios, una tarea pendiente, y la construcción de jardines de infantes, fundamentales para reducir la desigualdad entre los más chicos. En este contexto, generamos condiciones para vincular derechos con trabajo.
¿Y sobre su salida del mismo?
Hace varios meses que quería ir al Congreso. Lo que se discuta los próximos años en América Latina va a pasar por ahí. La pospandemia obliga a repensar el modelo de desarrollo, el tipo de escuela secundaria y el sistema de crédito. Yo me imagino planteando esas reformas estructurales. En nuestro país sólo existe una política de Estado que es la Asignación Universal por Hijo (AUH). El Registro Nacional de Barrios Populares (RENABAP) va camino a ser otra. Mi impresión es que las leyes que se debatan van a ir en esa dirección y por eso hablé con el presidente a partir de esta idea.
En el marco de la asunción de Juan Zabaleta, ¿cómo evalúa la articulación del Ministerio tanto con los movimientos sociales como con los intendentes?
Los movimientos sociales son parte de la solución al problema social. Por un lado, visibilizan a los que nadie ve. Por otro, han hecho un proceso de reorientación a lo productivo. Generar articulación entre las instancias institucionales de cualquier nivel también es parte del desafío que viene.
¿Qué análisis realiza sobre la situación social en nuestro país?
Va mejorando lentamente, continúa siendo crítica. Mejora porque hay más actividad en la construcción y en lo textil, pero el problema sigue estando en el precio de los alimentos. Por esa razón, a pesar de que haya más changas, hace casi cinco meses que se mantiene la misma cantidad de gente en los comedores.
¿Cuáles son los proyectos que busca presentar?
Voy a arrancar con tres. Primero, transformar planes sociales en trabajo porque, más allá de lo que se está haciendo, la ley tiene que generar incentivos fiscales a las empresas, crear el derecho al primer empleo y producir puentes entre uno y otro. Segundo, generar un sistema de crédito no bancario. Hay seis millones de personas que no acceden a crédito bancario y el sobreendeudamiento de las familias es clave. Tercero, reformar la educación secundaria. Debe ser más flexible y vincular escuela-trabajo con tecnologías del siglo XXI.
¿Qué continuidad puede pensarse entre las políticas que llevó a cabo desde el Ministerio y esos proyectos?
Intento que parte de las políticas públicas se transformen en políticas de Estado. En el caso del Potenciar Trabajo, con prioridad en las PyMes y en los jóvenes. Por otro lado, generé un sistema de microcréditos para 400 mil personas, pero no alcanza. Tiene que haber un sistema público-privado de créditos productivos para cuentapropistas. Con relación a la escuela secundaria, es central la desocupación de los jóvenes y el vínculo entre estudio y trabajo. Espero que vaya a un sistema dual que combine ambas cuestiones los últimos años. Veo una correlación entre lo que he hecho y las políticas públicas a las que aspiraría.
En el armado de la lista, ¿cómo se puede tomar que un ministro pase a una posición que no está entre los principales nombres?
Mi objetivo siempre ha sido participar en el Congreso de la Nación y a partir de ahí plantear iniciativas. Llevo años en la política y tengo claro cómo son los cierres. Pienso que la lista del Frente De Todos es muy buena, con representación de sindicatos, movimientos sociales, intendentes y candidatos más temáticos. Refleja esa diversidad y estoy muy conforme.
¿Qué comparación realiza entre su anterior experiencia legislativa y una posible asunción en 2021?
Fui diputado durante dos años, antes de ser ministro, por parte de la oposición. Intenté incorporar estos temas con pocas posibilidades reales. En caso de asumir, desde el oficialismo me permite generar esa correlación entre política pública y leyes. También amplié mi cabeza con otros temas, como trabajo y educación, y me gustaría participar en comisiones vinculadas.
¿Qué expectativa tiene ante la elección?
La expectativa es ganar la elección y la provincia de Buenos Aires. Soy optimista porque la gente distingue entre quienes trabajan y quienes hablan. En ese diálogo también se marcan dificultades, como el precio de los alimentos. Se ve que pusimos el cuerpo a la pandemia y tendrá reconocimiento electoral. No tengo en claro porcentajes, pero el objetivo es ampliar el número de diputados para llevar adelante iniciativas que no se pudieron en esta etapa.
¿Cuál es su mirada sobre la elección en Buenos Aires a nivel provincial?
Se da la misma lógica. Hay reconocimiento al gobernador y su equipo por el proceso de vacunación. Un objetivo claro es tener más senadores para permitir más leyes. En los sectores medios tendremos una mejor elección de la que se puede leer en las encuestas. Lo que suceda a nivel nacional va a mejorar nuestra situación en el Congreso bonaerense.
¿Cómo están llevando a cabo esta campaña tan particular?
Es atípica por no poder movilizar y votar en el marco de una pandemia. La política no forma parte de la vida cotidiana pero sí hay opinión política. En ese contexto, las redes y el siglo XXI ayudan a generar comunicación. La sociedad va tres pasos adelante y selecciona lo que le parece interesante. Me siento a gusto con este tipo de campañas. Creo que a esta altura hay poca gente que no tiene claro qué va a elegir.
¿Cómo ve la campaña de Juntos por el Cambio?
En términos generales, sólo he escuchado críticas por parte de la oposición que, si bien es una de sus tareas, no es lo que quiere la sociedad, que busca que alguien vea de verdad y escuchar propuestas. Me llama la atención la falta de contenido en la campaña de las oposiciones.
¿Y la de Florencio Randazzo?
El valor del Frente De Todos es la unidad y a Randazzo lo veo como un esquema suelto, cuando el grueso del peronismo está en otra lista. Hoy no creo que haya espacio para opciones peronistas que construyan por fuera de nuestra coalición.
¿Qué reflexión realiza de un supuesto descontento de la población con la política?
La vida cotidiana está más orientada al trabajo, la familia y cuestiones personales. Eso fue agudizado por la pandemia, en paralelo a una sociedad muy informada selectivamente. Sí lo que hay es una demanda clara de que se vivencie el día a día y yo intento honrar eso todo el tiempo. Necesitamos más política en los barrios, en la calle y caminando.