La noche en que los caballos entraron a la universidad

La noche en que los caballos entraron a la universidad

Este martes que se cumplen 59 años de La Noche de los Bastones Largos, cuando la policía de la dictadura de Onganía intervino las facultades de la UBA y expulsó a palazos a docentes, autoridades y estudiantes. Así lo recuerdan los protagonistas.

Un mes después del derrocamiento al presidente Arturo Illia, la dictadura militar del teniente general Juan Carlos Onganía, intervino violentamente las universidades nacionales la noche del 29 de julio de 1966. La madrugada terminó a palazos y detenciones de alumnos, profesores y decanos de la Universidad de Buenos Aires. Hoy, a casi 60 años después, exalumnos y docentes reflexionan sobre el pasado dictatorial, y el presente democrático de la vida política universitaria.

En su momento, la violencia fue justificada por el gobierno de facto como respuesta a la toma de las instituciones por parte de los estudiantes, en acción de repudio al Decreto-Ley Nº 16.912. La medida disolvía el gobierno tripartito de estudiantes, profesores y graduados en las casas de estudio, al mismo tiempo que sometía a rectores y decanos al Ministerio de Educación. Esto pretendía desarticular la autonomía aprobada por el Estatuto Universitario en 1958, bajo la premisa de que las facultades eran el centro de la rebelión y la cooptación ideológica comunista. Junto con el decreto, Onganía determinó un plazo de 48 horas para que las autoridades educativas aceptaran el nombramiento de los interventores. Pero las fuerzas represivas del nuevo gobierno dictatorial irrumpieron mucho antes de que pudieran cumplirse las primeras 24 horas.

“Me acuerdo de haber entrado al aula gritando: “¡La cana, la cana!”, dice Ricardo Chorny mientras su café se enfría. Con 86 años recuerda ese instante y vuelve a ser un joven que nunca dejó de militar. “Esa noche había una asamblea en Arquitectura, que funcionaba en uno de los galpones al lado de la Facultad de Derecho”. “Yo salí del aula para ir al baño, y en ese momento vi que entraba la policía. Nos corrieron, alguno ligó un palazo, pero no fue tan violento como en Exactas”, cuenta. “Nos escapamos. Al día siguiente, intentamos hacer otra asamblea, pero vino la policía montada. Se agachaban para pasar por la puerta y nos corrieron por la Facultad a caballo”.

Según Chorny, este tipo de enfrentamientos, aunque riesgosos, eran habituales para los estudiantes “en el corazón de la resistencia”, como él lo llama: “Estábamos continuamente en la calle”. Chorny, militaba y estudiaba arquitectura, con apenas 20 años, integraba la Federación Universitaria Argentina, y participaba de numerosos “gestos” de rebeldía contra el régimen militar. Marchas relámpago, panfletos y “monedazos” eran algunas de tantas formas de mostrar el descontento: “Aprovechábamos cualquier situación que podíamos. Dejar la mano del decano colgada al momento de la entrega de diplomas, o decir unas palabras por los compañeros que estaban presos”.

“Cuando uno es joven es más inconsciente, y nosotros hacíamos cosas muy osadas”, reflexiona el arquitecto Carlos Vales en el estudio de su casa. Las paredes están cubiertas de libros, e incluso un par de bibliotecas, se elevan hasta el segundo nivel de la propiedad. En 1966, Vales tenía veinte años, no militaba en ningún partido, pero participaba de las asambleas y de las acciones de protesta: “Íbamos a la estación retiro y nos sentábamos en los andenes a tener clase. Cuando la gente bajaba del tren no podía salir porque estábamos tapando la salida. ¡Podrían habernos agarrado a palazos ahí mismo! Era una época de muchos enfrentamientos. Había facciones universitarias contrarias, y a veces se agarraban a tiros. Tuve amigos a los que les quedó en la pierna la cicatriz de una bala”, cuenta Vales, y continúa: “Ir a la facultad era peor que ir a la conscripción; yo no vi volar un tiro cuando fui a la colimba”.

En 1970, Marta Slemenson, integrante del Instituto Torcuato Di Tella, realizó una investigación recuperada por el periodista Sergio Moreno que dio nombre a los hechos de La noche de los bastones largos. Según Slemenson, en la Universidad de Buenos Aires renunciaron 1.378 docentes, es decir el 22,4% del total. En Exactas, las dimisiones llegaron al 77,4 % del plantel docente y al 51,3 % de los profesores titulares; en Filosofía y Letras al 68,7 % de sus docentes; y en Arquitectura al 47,7 %.

“Ese día tenía entrega, dejé mis trabajos y salí de la facultad. Unos minutos después llegó la policía y me enteré cuando llegué a casa”, comenta Vales. “Habían echado a los profesores y nosotros esperábamos las notas. No teníamos quién nos corrigiese. Nos encontrábamos como delincuentes con los ayudantes de cátedra en un bar o una casa para corregir los trabajos”, asevera. Vales aún conserva la libreta universitaria que le fue entregada ese fin de cuatrimestre. Un comité con el que los alumnos nunca tuvieron contacto resolvió sellar las planillas vacías, sin calificación, en las que solo se lee “Promovido”.

Para Norberto Fernández Lamarra, licenciado en Ciencias de la Educación, que ya se desempeñaba como docente a fines de 1960, la violencia repartida por la policía dejó marcas, no solo en la vida de los alumnos y docentes golpeados, sino que dejó heridas mucho más severas: “Estas medidas sobre la educación tuvieron un efecto no solo inmediato, sino también a largo plazo. Se trataba de un nivel de investigación y desarrollo que aún no hemos recuperado. El vaciamiento se siente en el país, no solo en la universidad”, afirma.  

Oscar Alpa, actual rector de la Universidad de La Pampa, y presidente del Consejo Interuniversitario reflexiona: “Lo que estamos recordando en esta fecha no se refiere solo a lo ocurrido en un momento no democrático y violento de nuestra historia, sino que nos muestra que la discusión de fondo es otra: ¿cuál es el modelo de país que queremos?, ¿Estamos logrando la formación que queremos?”.

En comparación con la actualidad, Fernández Lamarra reconoce: “Estamos atravesando un período muy duro que está afectando fuertemente el funcionamiento actual y futuro de las finanzas nacionales. Es posible que en no mucho tiempo veamos jóvenes que sean afectados por estas políticas, dejando la universidad, imposibilitados de recibir una buena formación, o que no puedan hacer investigación”, advierte. Si bien siempre hubo disputas por el presupuesto universitario, la actualidad tiene características especiales. “Se trata del congelamiento de los salarios frente a una inflación, que existe, pero se niega”. Y agrega: “Lo más contradictorio, es que se trata de un gobierno elegido democráticamente”. Pese a que la represión en las universidades no es física, seis décadas más tarde, los mecanismos de control, desprestigio y desfinanciamiento se convierten en las nuevas armas.  

En La Rural, Milei anunció menos retenciones al campo y confirmó el veto al aumento a los jubilados

En La Rural, Milei anunció menos retenciones al campo y confirmó el veto al aumento a los jubilados

Inauguró la exposición en un acto marcado por las ovaciones del público, las críticas a la oposición y la ausencia de la vicepresidenta Victoria Villarruel. «¿Pensaron que la motosierra era un chiste?», lanzó.

“Desde hoy, las retenciones a la carne aviaria y vacuna se reducirán del 6,75% a 5%. Las retenciones al maíz, de 12% a 9,5%. Las retenciones al sorgo, de 12% a 9,5%. Las retenciones de girasol, de 7,5% al 5,5%. Y también las retenciones a la soja, del 33% al 26%”. Además, los subproductos de la soja pasarán de tributar 31% a 24,5%. La reducción de las alícuotas para la cadena de granos es del 20% y la baja para la cadena de ganado y carnes alcanza el 26%”.  El anuncio del presidente Milei en la 136° Exposición Rural despertó aplausos, aunque no tantos como cuando afirmó: “Estas reducciones son permanentes y no tendrán vuelta atrás mientras que yo esté en el gobierno”.

El acto de inauguración de la tradicional feria del campo en Palermo estuvo rodeado por la incertidumbre sobre quiénes asistirían. Alrededor de las 10 fueron llegando distintos funcionarios del gabinete. Guillermo Francos, Sandra Pettovello y Patricia Bullrich acapararon las miradas. Esta última fue la única que despertó ovaciones, tanto en su arribo como en el momento en el que fue nombrada en el discurso. La ausente de la jornada fue Victoria Villarruel, quien había anunciado su presencia. Sin embargo, la expectativa de periodistas y curiosos se fue diluyendo, y lo que parecía un episodio de reconciliación terminó con las ya características incertezas que rodean el vínculo entre el mandatario y su vice.

A diferencia del resto, Milei llegó por la avenida Sarmiento, subido a la parte trasera de una camioneta, junto a la secretaria general de la presidencia Karina Milei y el ministro de Economía Luis Caputo. Su llamativa entrada culminó dando una vuelta a la pista central y saludando al público en la tribuna. El acto se desarrolló bajo fuertes restricciones para los asistentes a la Exposición y algunos periodistas. Toda la pista estaba rodeada por vallas y un gran operativo se desplegaba en la zona. Una gran parte de los visitantes, mucha gente ligada al campo, se agrupó en los alrededores para poder al menos escuchar al jefe de Estado y reaccionar a los discursos.

Primero fue el turno de Nicolás Pino, presidente de la Sociedad Rural Argentina (SRA). “Cuando elaboramos este discurso, debatimos si teníamos que hablar en tono pesimista u optimista. Terminamos decidiendo que debíamos ser realistas”, dijo. Luego citó la encíclica “Hermanos Todos”, del Papa Francisco, e hizo hincapié en la frase “Nadie se salva solo”, lo que generó algunas miradas entre los espectadores a los que la frase les remitía a otro espectro político. “Recordamos su palabra con emoción y con el compromiso colectivo de preservar el trabajo responsable del campo”, señaló. La SRA, añadió, quiere “seguir manteniendo un diálogo productivo con el gobierno”, aunque aclaró que “el campo no es un aliado partidario, sino un aliado argentino”.

Después expuso las condiciones bajo las que, según él, podrían producir “el doble de lo que producimos”. Pidió la eliminación total de las retenciones y continuar reduciendo la carga impositiva, algo que suscitó una fuerte ovación y comentarios como “exactamente, es así” y “es un robo a mano armada” entre el público. También apoyó la reforma laboral para eliminar “la industria del juicio”, pidió créditos a largo plazo para productores y exigió un marco legal que facilite la inversión de capitales extranjeros en el campo. También se enfocó en la crecida de delitos rurales y solicitó la creación de fiscalías especializadas en estos ilícitos.

En una confrontación un poco más directa, pidió que no se cierre el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA). “Debe seguir existiendo y dedicarse a la investigación, al desarrollo al servicio de los productores, seguir trabajando en el campo de la biotecnología y continuar desarrollando nuestras herramientas”, expresó. También recalcó la necesidad de mejorar al SENASA (Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria): “Hay que reorganizarlo, eliminar la ineptitud, la burocracia obstructiva y la influencia clientelista de origen político y gremial, y dotarlo de un nivel técnico de excelencia. En un país exportador no podemos no tener un SENASA del mejor nivel internacional”.

El momento más álgido del discurso, sin embargo, no tuvo que ver estrictamente con el campo. “Apoyamos la independencia de cada uno de los tres poderes del Estado en el marco de la Constitución”, remarcó Pino y para rematar dio como ejemplo “la actuación independiente de la justicia manifestada recientemente en el cumplimiento efectivo de la condena de una expresidente de la Nación”. La mención sin nombre a Cristina Fernández de Kirchner desató los aplausos del público casi inmediatamente.

También hubo espacio para un pequeño furcio del dirigente rural, cuando dijo: “No queremos dudar de que el gobierno cumplirá con las retenciones cero más tarde que temprano… no al revés, más temprano que tarde”. Mientras en el público soltaban un filoso “se le escapó”, Pino sonrió y estrechó su mano con Milei, al que minutos más tarde le cedió la palabra. Antes de que arranque a hablar, se oyó un “¡Gracias por bajar la inflación, Presidente!”. Este le devolvió el agradecimiento, pero también aclaró: “Todavía falta, vas a ver cuando a mitad del año que viene la llevemos a cero».

“Las nefastas y siniestras retenciones fueron el resultado de un plan deliberado de la política para exprimir al sector más pujante del país y terminar de faenar la vaca lechera”, soltó Milei. Una vez explicitadas todas las bajas porcentuales, destacó que todo esto es posible “únicamente gracias al superávit fiscal, al cual cuidamos como agua en el desierto ante los embates sistemáticos de la casta política”. Y embistió contra la oposición, a la que calificó en múltiples ocasiones como “parásitos sociales”: “¿Acaso creían que la motosierra era un chiste? Sin ir muy lejos, recientemente ‘el partido del Estado’ propuso en el Congreso de la Nación un conjunto de leyes que intentan llevar a nuestro país a la bancarrota. Hacer efectivas todas estas medidas representa un aumento de 80% de toda nuestra deuda actual. ¡Miren qué gracioso cuando se hacen los generosos con el bolsillo ajeno!”.

Este tono más burlesco continuó por los siguientes minutos, con constantes pausas repentinas para ganarse el aplauso general. “Semejantes burradas económicas sólo pueden explicarse cuando notamos que Argentina performa (sic) mal constantemente en exámenes de matemática y aparentemente la casta y sus amigos no son ajenos a este fenómeno”, resaltó y, para la risa del entusiasta público presente, remató: “En criollo, no saben ni sumar con un ábaco”. “Los liberales tenemos claro el rol del campo –agregó–, el resto, no. Hoy, más que nunca, sigue vigente el adagio de Sarmiento, civilización o barbarie”.

Al igual que Pino, también se refirió a Cristina sin nombrarla: “Recordemos la fijación que tenía la doblemente condenada y ahora presidiaria con llamarle ‘yuyo’ al producto que había financiado toda su aventura colectivista”. También aseguró que él sabe que el campo “es el sector que más invierte y más innova en todo el país”, y para finalizar, remitiéndose a Juan Bautista Alberdi, manifestó: “La patria es la libertad, el orden, la riqueza y la civilización organizados en suelo nativo. De esta manera estamos convencidos de que bajar la inflación, la pobreza los impuestos y la inseguridad es hacer patria, comerciar es hacer patria, revalorizar nuestros medios es hacer patria”, y, refiriéndose a la frase escrita en la tribuna donde estaba dando el discurso, “cultivar el suelo es hacer patria”.

Después de su discurso, con ovación final, el presidente se quedó hasta la finalización del acto, incluso subiendo a algunos tractores que se encontraban en la pista para el desfile. Se fue con una gran complicidad con el sector agropecuario y los visitantes de la exposición, aunque profundizando su enfrentamiento con la oposición tanto fuera como dentro de su gobierno.

El fascismo avanza

El fascismo avanza

La periodista de Página/12 Melisa Molina fue echada y amedrentada por personal de la Casa Militar mientras realizaba la crónica de La Derecha Fest, el encuentro que los seguidores de Milei organizaron en la provincia de Córdoba.

La Derecha Fest echó a la periodista Melisa Molina de Página 12 e impidió el ingreso de fotoperiodistas. La imagen fue publicada en la cuenta de X del evento.

Pasadas las 18, comenzaba ayer La Derecha Fest en la ciudad de Córdoba. El evento organizado por La Derecha Diario en el hotel Quorum contó con la presencia de los principales personajes del arco libertario. La secretaria de la Presidencia Karina Milei, Agustín Laje, Daniel Parisini (más conocido como el Gordo Dan), Javier Negre, Nicolás Márquez (biógrafo del presidente), Alex Bruesewitz (asesor de Donald Trump) y tres pastores evangélicos. Cerraba el acto, como no podía ser de otra manera, el mismísimo presidente Javier Milei.

Entre chicanas a propios y ajenos, la militancia libertaria no perdió oportunidad para insultar a la vicepresidente Victoria Villarruel luego de que el propio Milei la tratara de “bruta traidora”. Mientras tanto, Melisa Molina -periodista de Página 12 acreditada en la Casa Rosada y exintegrante de ANCCOM– era echada del predio y amedrentada por personal privado de seguridad y también oficiales de la custodia del presidente.

Personal de Casa Militar se presentó frente a Melisa Molina antes de que comenzaran los discursos de los periodistas amigos del gobierno: “Desde Buenos Aires pidieron que Página 12 no esté”, le dijeron mientras la escoltaban a un descampado. Antes de dejarla sola en ese lugar, una persona que se presentó como “contratado” de la organización, le arrojó 20.000 pesos (el supuesto valor de la entrada), que la periodista rechazó.

“Me reconocieron de Casa Militar porque estoy acreditada en Casa de Gobierno. Me sacaron engañada con la excusa de averiguar mis datos”, contó a ANCCOM la colega Molina. Además, destacó que entre idas y vueltas “constataron que estaba acreditada para AM 750, me pusieron una pulsera, después me pidieron la entrada y el Qr ya había sido usado porque yo estaba adentro y ellos me sacaron”.

Por otra parte, Molina comentó que quería cubrir el evento desde el público, por eso también había pagado una entrada. No fue suficiente. Según relata, luego de consultar con la directora del diario se fue a escribir la nota que iba a ser tapa del día en el medio.

Una tarde trunca

La entrada a la Derecha Fest fue cerca de las 17. Lo único que no se permitía eran cámaras fotográficas. Molina detalla que sólo tenía la computadora para trabajar, que en el cacheo le revisaron sus pertenencias y que no tenía nada que no se pudiera ingresar.

“Estando afuera algunos colegas me contaban que Márquez (el biógrafo oficial de Milei) habló mal del medio para el que trabajo”, agregó enfática Molina.

Lo sucedido no es un hecho aislado. La actual administración de gobierno viene realizando diferentes ataques a la prensa, particularmente opositora. Es llamativo que tratándose del presidente de la Nación no se haya transmitido en vivo siendo que adelantó que tiene firmados los vetos a las leyes referidas al aumento jubilatorio y al financiamiento universitario. Al respecto, Molina recordó: “Nos hicieron firmar una declaración jurada donde nos notificábamos sobre los espacios de Casa de Gobierno donde podemos transitar” en alusión a la reglamentación del Ejecutivo que limita las tareas de los periodistas en Casa Rosada. “Son cosas que históricamente hicimos los periodistas, ahora no podemos estar en el Patio de las Palmeras”, remarcó Molina y agregó que quiso firmar en disidencia y le recomendaron que no lo haga porque podía tener inconvenientes con la acreditación.

Para cerrar la periodista de Página 12, Melisa Molina alertó: “Es la primera vez que me pasa algo así, en este contexto es muy importante defender el derecho a informarse y el derecho a informar”.

La institucionalización de los trolls

La institucionalización de los trolls

En una clase abierta en la Facultad de Derecho de la UBA, Julia Mengolini narró el ataque sistemático que sufrió en redes y presentó con Juan Grabois su denuncia contra el presidente Milei y su granja de tuiteros por amenazas, intimidación pública, apología del delito y malversación de fondos.

En las últimas semanas, la periodista Julia Mengolini fue blanco de una campaña de ataques en plataformas digitales, que incluyó la difusión masiva de un video generado con inteligencia artificial en el que se la mostraba en una escena sexual junto a su hermano, siendo un material extensamente replicado por cuentas vinculadas al oficialismo. La causa cayó en manos del juez federal Lino Mirabelli, quien está al frente del Juzgado N.º 2 de San Isidro. Como primera medida, dispuso que la denunciante cuente con custodia las 24 horas. La fundadora de Futurock es representada por Grabois y el equipo de su organización, Argentina Humana. Juntos organizaron la exposición en la Sala Azul de la Facultad de Derecho, bajo el título “Inteligencia artificial y violencia estatal”.

A minutos de que se iniciara la conferencia, la circulación en la parte trasera de la planta principal de la Facultad se vio interrumpida por una extensa fila que cruzaba de punta a punta uno de los pasillos. La convocatoria, difundida por la protagonista en sus redes y en su programa de radio, superó ampliamente las expectativas. La Sala Azul, con capacidad para 180 personas, se desbordó por la llegada de alumnos, abogados, periodistas, docentes y figuras de la política nacional, como el senador Mariano Recalde, la diputada Natalia Zaracho y la Madre de Plaza de Mayo Taty Almeida, quien fue ovacionada al ingresar.

Mengolini tomó la palabra al inicio, luego de ser presentada como “la protagonista no querida de esta historia”. “Desde el gobierno de Milei, un sistema de trolls empezó a institucionalizarse, a perfeccionarse, a profundizar sus métodos, y llegó a este último episodio por el que estamos acá, con una crueldad inimaginable y una idea absolutamente siniestra”, comenzó diciendo la periodista. Acto seguido, explicó que lo que le hicieron fue crear “algunos videos con inteligencia artificial en donde me involucraban sexualmente con mi hermano, en paralelo con muchas amenazas”. Sobre estas últimas especificó: “Algunas me mandan al Río de la Plata, haciendo clara referencia a la época tal vez más terrorífica y oscura de nuestro país, y otras dicen simplemente, por ejemplo: ‘Hija de mil puta, te juro que te voy a secuestrar y vas a terminar tirada en una zanja’”.

Después de enumerar estas ofensas, las vinculó directamente con Javier Milei: “El Presidente de la Nación se montó sobre esto y me dedicó noventa y tres tuits, siempre haciendo alusión a una suerte de vuelto, de que me lo merecía”. “La difusión de estos videos, la saña, las amenazas y los retuits del presidente tenían el objetivo simple de hacerme sufrir, de torturarme”, sentenció con la voz quebrada, lo que generó fuertes aplausos y gritos de apoyo en el auditorio. “Soy feminista, soy peronista, soy un montón de cosas que a este gobierno le molestan, y el vuelto en realidad se trata de eso. No es conmigo, es con el pueblo argentino”, agregó.

Para finalizar, declaró que el objetivo de esta denuncia es sentar un precedente jurídico y social: “Hay que reconstruir los lazos sociales, porque esto no es una discusión política ni ideológica, ya es otra cosa. El ataque por parte del Estado nacional, con todas sus milicias digitales paraestatales, contra una persona es brutal, asimétrico, cruel”.

“Cuando uno se quiebra, tenemos que estar los demás. Estar para pelear, porque no vamos a ser sus víctimas, sino sus adversarios”, afirmó Grabois en su discurso. “Lo que le hicieron a Julia y a tantas otras compañeras fue infligir dolor. No solamente psíquico, físico. Duele en el cuerpo, incapacita”, manifestó y sentenció: “Acá hay un caso sin ningún precedente, en donde el propio Presidente de la Nación, jefe superior de las fuerzas de seguridad, en más de 100 oportunidades difunde o promueve —una broma en alusión a las explicaciones de Milei en el caso Libra— esta tortura”. Para el dirigente, hay una situación que se va generalizando, en la que el terror se instala en un sector de la dirigencia social, académica, periodística o cultural: “Las víctimas inmediatas de las agresiones, del aparato estatal y paraestatal que funciona alrededor del señor Javier Milei”.

Gabriela Gusis, docente de Derecho Penal y Criminología, calificó las acciones de las cuentas oficialistas como un “acto de violencia política con la intención de silenciar y advertir a las disidencias”. Esta violencia “siempre es ilícita”, ya que “usa mecanismos informales, medios no legales, humillantes, utiliza la crueldad”. Según ella, de esa manera se construye “una otredad a la que podemos odiar”. “Siempre se hace del mismo modo: primero te denigro, luego maximizo el ataque y, finalmente, agito la violencia explícita. No se prohíbe hablar, pero se castiga a quien habla”, subrayó. Gusis señaló que estas acciones constituyen un ilícito internacional según los tratados de derechos humanos y que la Ley Antidiscriminatoria (23.592) también prohíbe la incitación al odio político. Ante este escenario, recalcó que es necesario que no haya una neutralidad institucional frente al odio, y que el Estado “no puede convertirse en un agresor que usa herramientas tecnológicas para disciplinar”.

Para presentar la denuncia, estuvo la abogada Camila Palacín, quien explicó que el escrito —de 70 páginas— está encuadrado en cuatro hechos diferentes: amenazas, intimidación pública, apología del delito y malversación de fondos públicos. Sobre esto último detalló: “Lo que decimos es que este aparato de hostigamiento que denunciamos no fue improvisado, sino que hubo funcionarios que usaron su tiempo, las oficinas del Estado y los equipos tecnológicos para reproducir mensajes de odio, editar imágenes y construir esta campaña. Recursos que deberían estar destinados a gobernar, y no a perseguir a una ciudadana”. Además, remarcó lo novedoso del uso de la inteligencia artificial y explicó cómo funcionaba dentro de la lógica del ataque: “La creación de imágenes y videos con IA fue un puntapié para comenzar a circular en redes la idea de que existía un video real, y con eso generar daño y provocar oleadas de amenazas”.

 

En el cierre de la conferencia, Grabois expresó desde el primer momento que su perspectiva era punitivista: “Nosotros queremos un juicio y un castigo severo a quienes participaron de esta acción criminal, que es mucha gente. Que los dispositivos electrónicos de estas personas sean secuestrados, y que los que tengan que estar en detención preventiva para no entorpecer la causa, lo estén. No podemos aceptar las garantías procesales. Muchos de los actores están identificados. Hay un par que tiene fueros, el resto no. Y esto nosotros lo tenemos absolutamente probado: fue planificado y aplicado con sistematicidad”. También recalcó la gravedad de que Milei esté involucrado en la agresión: “El que promovió los mensajitos que se convirtieron en amenazas directas al celular de Julia fue él. Este es uno de los casos que ponen de manifiesto una inhabilidad por la cual ese señor no puede ser más Presidente de la Nación. Tiene que tener un juicio político y hay que sacarlo a través de los mecanismos que nos da la Constitución”. Finalmente, tras citar otros casos, enfatizó: “Nosotros los abordamos rigurosa y sistemáticamente para ganar. No para llorar. La víctima puede llorar. Los abogados no: estamos para ganar. Y ganar es que sean condenados todos los responsables”.

«Los recortes en salud se van a la timba financiera»

«Los recortes en salud se van a la timba financiera»

El legislador nacional Carlos Castagneto, integrante de la Comisión de Salud de Diputados, critica el desguace del área que lleva adelante el Gobierno Nacional. Cuestiona el cierre del Instituto Nacional del Cáncer, el desfinanciamiento y los despidos de los hospitales, la salida de la OMS, los recortes de medicaciones para el VIH y una larga lista de medidas oficiales.

En un contexto donde se vulneran garantías básicas de la sociedad, el Poder Ejecutivo toma un rol relevante como el hacedor de decretos que pasan por el Congreso casi sin obstáculos. Este último tiempo, la salud ha sido una de las áreas en la cual el Gobierno ha puesto mayor énfasis por recortar. Por eso, ANCCOM entrevistó a Carlos Castagneto, diputado nacional de Unión por la Patria por la provincia de Buenos Aires desde 2015: tras dos reelecciones, este es su tercer período en la Cámara Baja. El legisladoar es contador público, fue director de la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) y se desempeña en la Comisión de Acción Social y Salud Pública.

 “Cuando Milei dice que es un topo dentro del Estado me parece que es una familia de topos, porque un topo solo no hace todo lo que han hecho, de lo que se jactan con alegría –señala Castagneto–. La perversidad del Gobierno es festejar con la desgracia ajena. Hay un montón de gente de bajos recursos a la que le daban los medicamentos por VIH: si vos dejás de tomar la medicación por sida, te morís. La eliminación del Instituto Nacional del Cáncer también es gravísimo, se muere la gente si no consiguen los medicamentos por su provincia, y las provincias están colapsadas porque no les pasan los fondos de coparticipación. Es abandono de personas, porque son enfermedades terminales”.

El diputado se refirió al Decreto 459/2025 del Poder Ejecutivo que aún no ha llegado al Congreso. En el mismo se establece, entre otras medidas, el cierre del Instituto Nacional del Cáncer, el cierre de Instituto Nacional de Prevención, Diagnóstico, Tratamiento e Investigación de Enfermedades Cardiovasculares, y la centralización de la administración de cinco hospitales en un nuevo organismo que lleva el nombre de Administración Nacional de Establecimientos de Salud (ANES). “Sobre los hospitales públicos se presentaron un montón de proyectos que se han tratado, pero algunos no salieron en el Senado, otros no salieron en Diputados, y con tristeza porque se modificaron más de 300 leyes –puntualiza–. Y entre las leyes modificadas no hay un solo artículo o un solo párrafo que sea bueno para el pueblo. Fueron todas leyes en contra del pueblo”.

Sobre este decreto, Castagneto indica que es una medida atribuida a la Ley Bases, donde se dictan “un montón de emergencias para fusionar y escindir organismos públicos”. También afirma que hace tiempo viene degradándose la salud: “Primero quisieron hacer del Ministerio de Salud una secretaría y no pudieron, tuvieron que seguir manteniendo el Ministerio. Otro paso fue salir de la Organización Mundial de la Salud, un error tremendo porque es donde se imparten las bases y las condiciones de la salud a nivel mundial y te vas informando de nuevas vacunas, de nuevos sistemas, de todo lo que concierne al sector”.

El diputado remarca los programas que fueron cerrados por este gobierno y que conciernen a la salud, como el programa de VIH y el de tuberculosis, como también la falta de vacunas: “Además, dejaron sin efecto la Fundación de la Hemofilia, dejaron sin financiamiento el Instituto Nacional del Cáncer y se cerraron los hospitales SAMIC, que son el Hospital de Alta Complejidad El Calafate, el Hospital de Alta Complejidad Cuenca Alta, y el Hospital de Alta Complejidad en Red El Cruce. En estos hospitales se hicieron, por ejemplo, trasplantes de órganos. También estamos viviendo lo de Posadas y lo del Garrahan”.

Castagneto advierte sobre el peligro que conlleva para la administración pública que se fusionen cinco hospitales. “Lo que le sacan es la administración propia de cada hospital –dice–. Cada uno tiene su administración; y esta medida los volverá más burocráticos, tardarán más tiempo para que puedan dar su prestación. Es justamente al revés, porque ellos tienen esta idea de sacar la burocracia”. La administración de cada hospital no es un costo en relación a lo que representa, plantea: “Cada vez más gente va al hospital público, porque cada vez menos gente tiene prepaga, y cada vez más gente no tiene trabajo. Si vos tenés un tomógrafo, por ejemplo, y se te quema la lámpara, vos tenés una administración propia y vas a comprar la lámpara y la ponés. Ahora, si tenés que ir al nivel central y el nivel central tiene que priorizar esa luz, tarda mucho más tiempo. Además, es daño por daño en sí, porque si vos me decís que se achica eso pero se hace un nuevo hospital, te lo puedo entender; pero achicar para llevarse la plata en la timba financiera, no”.

Además, destaca el riesgo que conllevan estos cambios en cuanto a los despidos: “Si hay un servicio administrativo propio en cada hospital, ¿esa gente qué va a hacer? No van a ir a un nivel central, van a achicar personal todos lados. Están achicando personal y se jactan de la alegría de haber achicado personal del Estado”. 

En este sentido, el diputado remarca que en esto responde a un contexto mucho más complejo: “Como ocurre en salud pasa en un montón de temas, creo que este año el Gobierno nacional ha desarmado un montón de presencia del Estado. Quizás uno no sabe todo lo que hace el INTI con la industria, la apoyatura, la capacitación y la formación; y lo mismo con el INTA con el campo, tiene un trabajo muy importante. Te podría hablar también de Vialidad Nacional, hoy vas a una ruta y nadie es responsable de que te pase algo. No hay mantenimiento, no hay obra y no hay tampoco proyección de obra de infraestructuras viales. Consideramos que todo se fue a la timba financiera, esto es cantado con la Ley Bases”.

Este escenario también se traduce a su trabajo como legislador. Indica que, dentro del Congreso, lo que más tristeza le genera son las actitudes de colegas: “Vos escuchás algunos discursos dentro del recinto y parece que van a votar en contra de esa ley, o ese proyecto que viene del Ejecutivo que es malo para el pueblo, y después lo terminan votando. Cuando uno jura, tiene que jurar por el partido que entró. Y para mí, cambiar, o irse del partido por el que entraste es fallarle al voto. A vos te votaron por un proyecto, por una ideología política, o porque dijiste algo que a la gente le gustó. Ahora, después llegás y te cambiás, yo creo que eso es traición hacia al que te votó. Si este gobierno hubiese presentado buenos proyectos, uno por ser opositor no tenés que negarte a todo. Si hay buenos proyectos, lo tenés que votar, yo siempre lo digo. Pero este gobierno presentó proyectos negativos para el pueblo”.

“Si algo se ha destacado la Argentina fue por la salud y la educación pública –señala Castagneto–. Y hoy esto se está perdiendo. Fijate lo que pasa con las universidades, lo que pasa con las escuelas públicas, cómo han dejado financiar el Fondo de Incentivo Docente. Cada proyecto de ley o ley que pudimos sacar en favor del pueblo fue vetado por el Presidente; lo hizo el año pasado con el financiamiento a las universidades, y con el aumento a las jubilaciones”. Al parecer, Milei hará lo mismo con el aumento a los jubilados y la Ley de Emergencia de la Discapacidad aprobadas la semana pasada.

“La verdad el Congreso está funcionando solamente para aprobar las leyes del Ejecutivo, el resto no se está tratando”, denuncia con firmeza. “El Presidente ya le dio la espalda al Parlamento el día que asumió. No entró y nos trató de ratas. No quiere al Congreso. Se maneja por decreto, y está equivocado totalmente, porque hay tres poderes y el Ejecutivo no es el dueño de todos los poderes. Y el Poder Judicial lamentablemente no actúa con justicia, sino juega a la política como si fuera un partido político más. Entonces, todas las causas que son contra los gobiernos nacionales y populares se mueven. Las causas que van contra los que realmente le hacen mal al país y regalan los recursos naturales, esas causas no se mueven. Entonces también hay que hacer una reforma en lo judicial”.

Sobreseen a seis manifestantes enjuiciados por protestar en Chubut

Sobreseen a seis manifestantes enjuiciados por protestar en Chubut

Dos legisladores radicales los habían denunciado cuando fueron increpados por votar el RIGI. Después de diez meses de estigmatización y criminalización fueron absueltos.

Protesta frente a la Legislatura de Chubut el pasado 15 de agosto. Foto: Gentileza Anibal Aguaisol

Los seis manifestantes denunciados por dos diputados radicales tras las protestas contra la adhesión de Chubut al Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones (RIGI) fueron notificados de su sobreseimiento en una causa judicial que, desde el inicio, había sido denunciada como armada y persecutoria.

A pesar de la contundencia de la resolución, que se emitió el pasado 30 de junio, los medios provinciales que durante el proceso promovieron el escarnio público contra los acusados, optaron por no difundir la noticia del fin de la persecución penal. Los manifestantes esperaron un tiempo antes de dar a conocer la resolución judicial, con la esperanza de que los medios se hicieran eco por sí mismos. Como esto no ocurrió, decidieron finalmente comunicarlo públicamente.

Los hechos se remontan al 15 de agosto de 2024, cuando la Legislatura chubutense aprobó la adhesión al RIGI. Aquel día se desarrollaron jornadas de protesta frente al edificio legislativo, como expresión de rechazo a esa medida. En ese contexto, durante un cuarto intermedio, los diputados radicales Luis Juncos y María Andrea Aguilera se dirigieron a un bar cercano. Un grupo de manifestantes los reconoció y se acercó a interpelarlos sobre su voto afirmativo.

El intercambio, que fue grabado en video por los asistentes y transmitido en vivo por redes sociales, no implicó agresiones ni amenazas físicas. Sin embargo, horas más tarde, ambos legisladores presentaron una denuncia por supuestas amenazas y violencia, la cual fue luego ampliada por el vicegobernador Gustavo Menna, quien ni siquiera se encontraba presente durante los hechos.

Los seis imputados fueron Aníbal Aguaisol, Iván Marín, Noelia Silva, Bettina Granillo, Vilma Pérez y Luis Alejandro González. Todos ellos tienen una trayectoria reconocida en la defensa del ambiente, la educación pública, los derechos humanos y la comunicación alternativa. 

La maquinaria de la criminalización

Desde un inicio, la causa estuvo atravesada por una clara intención de disciplinamiento. En una primera instancia, el Poder Judicial impuso una orden de restricción de acercamiento a 500 metros de los legisladores, a la Legislatura y, en un caso llamativo, a la hija menor de edad de la diputada Aguilera, quien habría estado presente durante el altercado. Sin embargo, las pruebas fílmicas descartaron de forma contundente que la menor haya sido objeto de agresión alguna, como denunciaban los diputados. Incluso la fiscalía no consideró esa parte en la acusación formal.

Vilma Pérez contó que incluso la madre de la menor implicada habría ofrecido durante el proceso judicial que se la someta a una cámara Gesell, un método de interrogación y observación utilizado comúnmente durante procesos judiciales cuando se tiene que tomar declaración de niños, niñas y adolescentes. “Esa diputada, esa madre, entregó a su hija haciéndola mentir. La expuso públicamente, siendo una adolescente, con todos los riesgos que eso implica. Esa niña está criada para mentir, para conseguir todo con mentiras”, comentó.

“Era ridícula la restricción porque no podíamos entrar a Rawson”, comentó a ANCCOM Bettina Granillo, docente jubilada y una de las denunciadas. Vive en Trelew, ciudad vecina a la capital, y relató que, tras la imposición de la medida, sufrieron persecución policial, restricciones a su vida cotidiana y limitaciones para manifestarse libremente.

Pocos días después, la medida fue reducida, ya que afectaba las condiciones laborales de los imputados. Algunos de ellos son comunicadores y periodistas, lo que les impedía incluso cubrir manifestaciones en la Legislatura y ejercer su libertad de expresión. La fiscalía reconoció que la policía estuvo presente durante todo el hecho y no actuó, lo que contradecía la idea de una situación violenta.

Foto: Gentileza Anibal Aguaisol

El doble estándar judicial

El pasado 3 de julio, en otra causa emblemática, hubo sentencia en la causa en la cual un grupo de manifestantes había denunciado torturas policiales tras ser detenidos durante una protesta. Inicialmente, se los amenazó con costas judiciales por más de 10 millones de pesos, cifra exorbitante e intimidante. Finalmente, sólo uno de los implicados fue condenado a pagar una suma considerablemente menor (alrededor de 500 mil pesos).

Este contraste evidencia cómo la justicia actúa bajo presión y de manera tendenciosa, exagerando las acusaciones iniciales y, luego, recortándolas en silencio cuando las pruebas o la opinión pública lo exigen. Pero el daño ya está hecho: los imputados atraviesan procesos largos, con persecución judicial y policial, obstáculos a sus posibilidades laborales, estigmatización pública y amenazas que afectan su vida cotidiana durante años.

“No hay sanción para quienes nos denuncian falsamente”, remarcó Iván Marín, periodista independiente y uno de los acusados. “Los medios hegemónicos, en términos generales, están alineados con el extractivismo, reproducen la voz del gobierno de turno y nos usan como ejemplo para disciplinar la protesta”.

Un mes después del episodio en el bar, Marín fue detenido nuevamente mientras cubría una manifestación de empleados estatales. Ya regía la reducción de la medida de restricción, y él se encontraba cumpliéndola. “Los policías me dijeron que tenía que estar a 500 metros, me detuvieron igual. Obviamente volví a salir en todos los medios como un violento, cuando no había hecho nada”, denunció.

Poner el cuerpo tiene su costo

Además de ser activistas, muchos de los imputados ejercen oficios vinculados a la comunicación, a la docencia y el acompañamiento social. Y es precisamente allí donde la persecución también actúa: afectando sus medios de vida y estigmatizando su rol social.

Aníbal Aguaisol es psicólogo, docente universitario y fotógrafo independiente. Cámara en mano, viene documentando desde hace más de una década las luchas sociales y la criminalización de la protesta en Chubut. “La denuncia que nos hicieron se enmarca en una serie, un proceso de criminalización de la protesta donde el poder de turno se articula con una justicia genuflexa y una prensa cómplice”, dijo.

“Yo creo que mi trabajo tiene que ver con la forma que encontré para que se intersecten mi militancia con la fotografía”, reflexionó Aguaisol. “La fotografía tiene una potencia enorme para mostrar una realidad que está invisibilizada por los discursos hegemónicos”, completó.

Aquel día, Aguaisol llegó con su cámara minutos después del inicio del cruce con los diputados. Para entonces, la menor ya se había retirado, sin embargo, también se le impuso una restricción de acercamiento al colegio de la niña. “Además coordino un grupo de hombres que han ejercido violencia de género”, contó. “Fue una paradoja enorme que alguien que trabaja para erradicar la violencia haya sido denunciado como violento. Me dolió mucho. Esa denuncia, que ahora sabemos que es falsa, manchó mi nombre”.

Aníbal Aguaisol es psicólogo, docente universitario y fotógrafo independiente. Documenta desde hace más de una década las luchas sociales en Chubut. Deslizá para ver algunas de coberturas. 

Vilma Pérez, activista mapuche, docente con más de 35 años de trayectoria y directora de una escuela, también fue blanco de la difamación. “Trabajo con chicos en situación de vulnerabilidad. Imaginate lo que fue para mí ver que todos los medios decían que una directora había maltratado a una nena y no la dejó salir del lugar”, comentó. “Había una radio comunitaria filmando en vivo, había vecinos grabando: se ve todo, desde que entramos hasta que nos fuimos”. Y agregó: “No les importa que sea mentira, el vicegobernador Menna y la diputada Aguilera iniciaron esta causa sabiendo que mentían. Lo hacen para dañarnos públicamente. Yo quedé como la ‘docente mapuche terrorista’ que golpeó a una niña”.

El caso de Noelia Silva es particular. Ella, en su labor social y periodística, ha estado presente en la inmensa mayoría de las causas sociales, lo que la ha convertido en protagonista de muchas de las denuncias. 

“Me gustaría aclarar que soy la única persona que está en todas las denuncias que hizo el Estado desde 2019 hasta hoy, eso me preocupa”, explicó. “Hay un video en el que le hago una pregunta a un diputado y Menna, desde la presidencia de la Legislatura, me hace callar y me dice que me van a imputar”. La imputación efectivamente llegó una semana después.

Además de las causas personales, Silva también sufre el silenciamiento institucional hacia el medio en el que trabaja, Radio Sudaka, un espacio comunitario que difunde noticias desde una perspectiva alternativa. “En la Legislatura no nos dejan ingresar al palco de prensa, no nos dejan hacer preguntas”, denunció. “Es como estar totalmente marginados de todo lo que es la esfera comunicacional en la zona. Y no hay medios que cuenten ninguna de las cosas que cuenta el nuestro”.

Sobre esto reflexionaron algunos de sus compañeros. “Hay una lógica en la que el Gobierno Provincial persigue y restringe a los pocos medios que no reproducen su visión”, comentó Iván Marín, periodista independiente que fue despedido por uno de los diarios más importantes de la provincia por tomar un megáfono durante una protesta que terminaría con daños al edificio de aquella redacción.

“No podemos permitir que se vulneren derechos que se ganaron con tanta lucha, con tanta militancia popular”, comentó Pérez. Y reflexionó: “No podemos tener la actitud de ´ya está´. No está nada. Si no salimos a contar lo que nos pasa, todo queda encerrado en estos kilómetros de territorio y no se conoce, y más aún cuando los medios hegemónicos callan o negocian”.