“Le deseé toda la fuerza para seguir luchando con la misma determinación”

“Le deseé toda la fuerza para seguir luchando con la misma determinación”

El presidente de Brasil, Luis inácio Lula da Silva, visitó a Cristina Kirchner en su departamento de Constitución, donde cumple con su prisión domiciliaria. El brasileño, que estuvo más de 500 días detenido por un proceso judicial amañado, llevó su solidaridad a la dirigente argentina, quien luego denunció en las redes la presencia de «un terrorismo de Estado de baja intensidad».

En la esquina de San José y Humberto Primo se encuentran los resabios de unas álgidas semanas. Las paredes, las calles y las veredas están impregnadas todas de un mismo mensaje y por una misma causa: el amor a Cristina, ese amor que no puede proscribirse. Y es el mismo amor y respeto por la democracia y la patria grande que juntó hoy, 3 de julio de 2025, a la dos veces expresidenta Cristina Fernández de Kirchner con el actual presidente de Brasil por segunda vez, Lula Da Silva.

El encuentro se dio en el marco de una visita del mandatario brasileño al domicilio de Cristina, ubicado en San José 1111, en el barrio de Constitución. La expresidenta cumple la prisión domiciliaria de seis años tras la condena firme dictada por el Tribunal Oral Federal N°2 en la causa Vialidad, más la inhabilitación perpetua para ejercer cargos públicos. La reunión se dio entre las 12:45 y las 13:30 del mediodía de este jueves.

La visita tuvo que ser autorizada por el Poder Judicial a condición de que Cristina se “abstenga de adoptar comportamientos que puedan perturbar la tranquilidad del vecindario”. Esta es la primera visita que recibe fuera de las previamente autorizadas de abogados y familiares. Además, es el primer encuentro de ambos líderes luego de que saliera la sentencia.

La agenda de la charla fue coordinada entre delegados diplomáticos, que acompañaron a Lula en la reunión. La visita no contó con la presencia de medios de comunicación, ya que el mandatario explico que tenía un fin privado y humanitario.

Afuera, militantes rodeaban la casa de la exmandataria, como fue cotidiano en las últimas semanas. Entre cantos y abrigos, esperaban con frío que Cristina saliera al balcón, o poder ver a Lula entrar y salir del edificio de la calle San José. La energía era de alegría por el encuentro, de nostalgia por tiempos pasados, de la esperanza que traen casos como los de Lula en Brasil: Lula también estuvo preso más de 500 días antes de volver a la presidencia y que se corra el velo de un proceso judicial amañado.

Días antes de este encuentro y cuando se supo la condena a la expresidenta, Lula públicó en redes sociales que se comunicó telefónicamente con ella: “Llamé a la camarada Cristina Kirchner esta tarde y le expresé mi solidaridad. Le hablé de la importancia de que se mantenga fuerte en estos momentos difíciles. Observé con satisfacción la serenidad y determinación con la que enfrenta esta situación adversa y su determinación a seguir luchando”.

Luego del encuentro, la líder públicó en su cuenta de X y de Instagram fotos con el título: “Miseria planificada y terrorismo de estado de baja intensidad. Hoy recibimos al compañero @LulaOficial”. En el posteo, denuncia a “un Poder Judicial que hace tiempo dejó de disimular su subordinación política y se convirtió en un partido político al servicio del poder económico”. Indica además que “Lula también fue perseguido, también le hicieron lawfare hasta meterlo preso, también intentaron callarlo. No pudieron. Volvió con el voto del pueblo brasileño y la frente en alto”. En este sentido, reflexiona que su visita fue mucho más que un gesto personal: fue un “acto político de solidaridad”.

Con firmeza, Cristina afirma que “Los ojos del mundo están viendo con atención como la Argentina vive una auténtica deriva autoritaria de la mano del gobierno de Milei, en lo que podemos identificar como terrorismo de estado de baja intensidad”, haciendo referencia no solo a su situación sino a lo vivido por los jubilados reprimidos cada miércoles, los jóvenes y las militantes detenidas ayer. También, conmemora lo sucedido con los periodistas, y la violación a la libertad de prensa que múltiples veces se ha sucedido en el último tiempo. “Nos costó demasiado construir la democracia argentina como para permitir que ahora, paso a paso, la desmantelen. Sin embargo, esa misma democracia hoy está siendo vaciada desde adentro por un gobierno que se dice “Libertario”… pero que solo le da libertad a los más ricos”.

En sus declaraciones, la expresidenta analiza el gobierno de Javier Milei y compara aspectos de la dictadura de Pinochet en Chile: “Están convirtiendo al país en un experimento continental. Mismo manual, salarios de hambre, privatización total, entrega absoluta al Fondo Monetario Internacional. Lo que completa este cuadro tétrico… es esto que estamos viviendo: prensa bajo cuerda por miedo al Presidente, a las órdenes del patrón o a la pérdida de la pauta; leyes represivas, líderes de la oposición a los que se les quiere impedir salir al balcón de su casa. Todo es parte de un ataque preventivo contra la capacidad del pueblo de organizarse. Tenemos algo que ellos jamás van a tener: un nosotros –concluyó-. Este nosotros siempre vuelve. Lula lo demostró en Brasil y nosotros también lo haremos”.

Tras el encuentro, el presidente de Brasil también realizó declaraciones en su cuenta de X y de Instagram. Indicó que se alegró de volver a verla y encontrarla tan bien, tan fuerte y con ganas de luchar. “Mi amistad con Cristina es de larga data y va mucho más allá de la relación institucional. Es el cariño y el amor de amigos, colegas en el ámbito político y en los ideales de justicia social y lucha contra la desigualdad. Además de expresarle mi solidaridad por todo lo que ha vivido, le deseé toda la fuerza para seguir luchando con la misma determinación que ha caracterizado su trayectoria vital y política. Pude sentir el apoyo popular que ha recibido en las calles y sé lo importante que es este reconocimiento en los momentos más difíciles”.

En 2018, cuando lideraba todas las encuestas para las elecciones presidenciales, Lula fue condenado y encarcelado por supuestos actos de corrupción en el marco de la operación Lava Jato, un proceso plagado de irregularidades y maniobras jurídicas. La condena fue luego anulada por la Corte Suprema, que reconoció la parcialidad del juez Sérgio Moro, quien luego fue ministro de Justicia del presidente electo Jair Bolsonaro, principal beneficiario de la exclusión de Lula. Posteriormente, Lula fue absuelto y reelecto presidente en el año 2022.

“Nosotros nos sentimos muy identificados porque en Brasil pasamos por un proceso muy similar con la parcialidad de los jueces”, sostiene Mayara Dos Santos, militante del Partido de los Trabajadores, en esta esquina de Constitución. “Brasil se vio muy dividido con toda esa situacion –prosigue–. Pero bueno, lo logramos, pasamos. Y aquí nos sentimos muy interpelados por todo el contexto que vive la sociedad argentina, y nos pusimos recontentos al saber que nuestro presidente venía por 24 horas y que iba a reunirse con alguien tan importante para muchos de acá. Nos parece muy importante que muestre su apoyo, como ella lo hizo en su momento. El encuentro nos amplía la visión de cómo debemos estar preocupados por lo que sistemáticamente padecen nuestros líderes políticos con la persecución judicial, algo que padece también el presidente Petro en Colombia. Tenemos que tener una visión más amplia de la región, y de verdad preocuparnos por este avance de la extrema derecha”.

Tanto el caso de Lula como el de Cristina son emblemáticos ejemplos del lawfare, una estrategia de judicialización de la política que busca la proscripción de dirigentes populares, y la desestabilización de los gobiernos populares de Latinoamérica. Estas operaciones políticas son antidemocráticas, persecutorias y buscan bloquear por vías no democráticas no solo la voluntad popular, sino también a dirigentes que representan proyectos de ampliación de derechos, justicia social y movilidad social ascendente en Latinoamérica.

Los encuentros como los de hoy son claves para pensar no solo que todo no está perdido para la Argentina en términos democráticos, sino también que la unión de los países de Latinoamérica aún se mantiene. Solo se puede derrotar a las operaciones políticas derechas extremas si los países de nuestra Latinoamérica se encuentran hermanados en un proyecto mayor: la integración regional, la cooperación latinoamericana y la autonomía y soberanía frente a las influencias de los Estados Unidos. Hoy se sintió, una vez más, que la patria grande está de pie.

Otra opositora al gobierno presa

Otra opositora al gobierno presa

En nuevo avance de la criminalización de la protesta, la directora de Sensibilización y Promoción de Derechos del Ministerio de Mujeres y Diversidad bonaerense, Alesia Abaigar, fue detenida en la carcel de Ezeiza acusada de incitar al odio por participar, supuestamente, de un repudio al diputado José Luis Espert. Sus abogados no pueden acceder a la causa y los organismos defensores de los Derechos Humanos exigen su libertad.

Alesia Abaigar, funcionaria del gobierno bonaerense y militante del campo nacional y popular, fue apresada el miércoles pasado en un operativo policial en la ciudad de La Plata. Su detención se dio en el marco de una causa judicial que la acusa de participar en una protesta frente al domicilio del diputado nacional José Luis Espert, realizada días antes en la localidad de Rojas, provincia de Buenos Aires.

Según la versión difundida por el propio Espert y algunos medios oficialistas, durante la manifestación se habría colgado un pasacalle con consignas políticas y arrojado excrementos en la puerta de su casa. Sin embargo, hasta el momento no se han presentado pruebas que vinculen directamente a Abaigar con estos hechos. Tampoco se le permitió a su defensa acceder al expediente completo ni conocer en detalle los cargos por los cuales permanece detenida. “A pesar de ya tener un trámite esta causa, en siete días no pudimos ver el expediente. Defender a ciegas no es algo fácil, ni tampoco es algo tolerable de un hecho de esta naturaleza, que se le ha dado una magnitud que realmente no tiene”, explica Daniel Llermanos abogado defensor de Abaigar.

Lucía Portos, subsecretaria de Políticas de Género y Diversidad Sexual del Ministerio de Mujeres y Diversidad de la provincia de Buenos Aires, agregó: “La prisión de Alesia es política; a ella le tocó la cárcel, como a Pablo Grillo le tocó la bala. Hace días de su prisión y todavía no se sabe qué se le imputa, no hay ninguna prueba que vincule a Alesia en el lugar del hecho, por lo que significa que es una presa política. Esto, en consecuencia, genera una sensación de que la justicia está descargando sobre sus ciudadanos todo su poder, sin tener en cuenta los derechos fundamentales de las personas. Es una prisión política porque busca un objetivo político claro: el de aleccionar, atemorizar, estigmatizar, deshumanizar a las personas que buscan un país mejor, con más justicia social”.

José Luis Espert en la sesión diputados de este miércoles. 

Si bien su defensa presentó un pedido de excarcelación, el mismo fue rechazado por la jueza Sandra Arroyo Salgado, titular del Juzgado Federal en lo Criminal y Correccional N°1 de San Isidro. Desde entonces, la funcionaria bonaerense fue trasladada al penal federal de Ezeiza, donde permanece detenida, acusada de “incitar al odio”. “No todas las conductas que puedan considerarse malas o negativas son delictivas. No está tipificada la acción y la jueza forzó la tipificación del caso para ponerla dentro del concepto global de amenazas que no ocurrieron”, detalló el abogado defensor, Llermanos.

¿Quién es Alesia Abaigar?

Alesia es militante feminista, activista social y actualmente es directora de Sensibilización y Promoción de Derechos del Ministerio de Mujeres y Diversidad bonaerense. Es reconocida por su trabajo en políticas públicas vinculadas a juventudes y derechos sociales, y por su participación activa en espacios de militancia territorial. Su detención fue interpretada por muchos como un intento de criminalizar a una mujer militante, comprometida con causas populares y con la organización colectiva.

Portos mencionó: “Hay intereses claros que son amedrentar a la militancia, disuadir la protesta social porque el Gobierno sabe que su modelo económico no resiste y que estos pequeños hechos de resistencia, como los miércoles en el Congreso, las grandes marchas universitarias y otros hechos que están ocurriendo van a terminar uniéndose en protestas masivas.”

Conferencia de prensa

El lunes 30 de junio se realizó una conferencia de prensa encabezada por Llermanos donde, además de Portos, también estuvieron la ministra de Mujeres y Diversidad de la provincia de Buenos Aires, Estela Díaz, la periodista Marta Dillon y el militante por los derechos humanos Eduardo Tavani .

“Esto es un compromiso republicano, estar preocupados por alguien que, por un acto político que por más criticable que pueda ser, está muy injustamente privada de su libertad”, comenzó la conferencia de prensa el abogado Daniel Llermanos.  Allí se denunció el uso del sistema judicial como herramienta para amedrentar a la militancia y disciplinar la protesta social. También se advirtió sobre el peligro de avanzar en un modelo de criminalización selectiva, que busca desmovilizar y deslegitimar a quienes se oponen al rumbo político y económico del gobierno nacional.

La detención de Alesia ocurre en un clima político de creciente hostigamiento hacia la protesta social. En los últimos meses, se intensificaron las detenciones arbitrarias, la represión en movilizaciones pacíficas y los discursos estigmatizantes por parte de funcionarios nacionales, en especial, de quienes integran las áreas de seguridad. La frase del propio Espert —“a los militantes kirchneristas les toca cárcel o bala”—, pronunciada semanas atrás, alimenta aún más las sospechas sobre la intencionalidad política detrás de esta causa.

Al respecto, Portos señaló: “La protesta es la forma que tiene el pueblo de accionar cuando se están avasallando sus derechos y se les está aplicando una política de crueldad planificada, que no es aleatoria. Los discursos de odio forman parte de ese plan, protestar tiene que ver con no resignarse ante la autoridad injusta”.

Diversos espacios políticos, sindicales y de derechos humanos continúan organizando actividades para exigir la liberación de Abaigar, entre ellas movilizaciones, acciones legales y campañas de difusión en redes sociales. La consigna es unánime: “Basta de perseguir a quienes piensan distinto, libertad inmediata para Alesia”.

El legado de Darío Santillán

El legado de Darío Santillán

A 23 años de los asesinatos de Darío Santillán y Maximiliano Kosteki, el barrio La Fe de Montechingolo, donde militaba el primero de los dos, mantiene viva su memoria pero también el trabajo social y la organización barrial con el objetivo de construir un mundo mejor.

A 23 años de la masacre de Avellaneda, cuando la Policía Bonaerense mató a los militantes sociales Darío Santillán y a Maximiliano Kosteki, ANCCOM estuvo en Monte Chingolo, la localidad donde hoy el Frente Popular Darío Santillán (FPDS) continúa su trabajo territorial, levantando la bandera de quien fuera uno de los suyos. Desde aquel oscuro 26 de junio de 2002 hasta hoy, sin descanso, el movimiento mantiene viva su memoria a través del trabajo social, la organización barrial y la resistencia popular, con la convicción de que un mundo mejor es posible.

En 2002 Argentina atravesaba una de las crisis sociales más profundas de su historia reciente. La pobreza, la desocupación y el hambre, productos del colapso económico marcaban el pulso de un país desolado que todavía tenía abiertas las heridas de diciembre de 2001. Fueron seis meses muy críticos tras el estallido. Ese junio de 2002, los piqueteros jugaban una pulseada silenciosa con el gobierno del presidente interino Eduardo Duhalde: querían cortar el acceso sur y los funcionarios estaban dispuestos a impedirlo. Para variar, el FMI exigía mayor control de las calles, y así la represión se hacía presente en cada jornada de protestas. Aquel 26 de junio, miles de manifestantes se congregaron en el Puente Pueyrredón para reclamar por trabajo, alimentos y asistencia en los barrios más carenciados.

La Policía Bonaerense –una de las cuatro fuerzas que integraron el operativo bajo órdenes del entonces gobernador Felipe Solá– avanzó con una brutalidad inusitada. Entre las postas de goma, algunas balas de plomo fueron disparadas contra la multitud. A Maximiliano Kosteki, de 22 años, lo mataron frente al Carrefour de Avellaneda y sus compañeros lo trasladaron a la estación ferroviaria. Poco después, Darío Santillán, de 21 años, fue ejecutado cuando se negó a abandonar a su compañero herido mortalmente, a quien no conocía. En ese momento lo ejecutaron por la espalda y su gesto trascendió la escena y se volvió bandera.

Las imágenes del crimen –captadas por fotoperiodistas Sergio Kovalewski y Pepe Mateos–, recorrieron el país, y dejaron al descubierto que no se había tratado de un enfrentamiento entre piqueteros, como había propalado el gobierno de Duhalde, sino de un asesinato a manos de las fuerzas represivas del Estado.

Veintitrés años después, en Monte Chingolo, el barrio donde militó Darío Santillán, su nombre sigue vivo en el trabajo cotidiano del FPDS, una organización que lleva su legado y lo multiplica en el trabajo comunitario. Allí, donde nunca dejó de funcionar la bloquera M’Barete, hoy funciona un merendero, jardines comunitarios, bachilleratos populares y espacios de contención. Todo lo que Darío soñó, y por lo que murió, hoy se construye con esfuerzo colectivo y compromiso con los barrios carenciados. 

De la crisis al barrio organizado

Carlos Leiva empezó a militar en diciembre del 2001, cuando el desempleo estaba desatado y la pobreza se profundizaba. “Nos habíamos quedado sin trabajo”, contó. “Vivía a media cuadra de donde estaba el comedor, me fui acercando cuando la necesidad se hizo fuerte. En ese momento no había otra salida”. Allí, Carlos conoció a Darío. Y desde entonces no se separó del Frente. Participando, ayudando en el comedor, acompañando a las familias. Cuando la organización comenzó, agrupada en la Coordinadora de Trabajadores Desocupados Aníbal Verón, tenían presencia en cuatro barrios de Lanús. Hoy son ocho en Chingolo y muchos más en otros distritos. “Antes teníamos muchos más compañeros”, dijo Carlos. “Hoy, por las políticas de este gobierno contra los movimientos sociales, somos menos. Todo lo que tenemos lo conseguimos a pulmón”, apuntó entre el polvillo de la obra y un mate caliente.

El Frente es el sostén del barrio, el apoyo a los más carenciados. Es la organización y resistencia contra la pobreza, la desocupación y el narcotráfico que seduce a los más jóvenes. Desde los bloques que ellos mismos hacen, el plato de comida, hasta el acompañamiento a los adolescentes, el Frente nunca cesó de trabajar. “Nos cuesta más que antes”, comentó Leiva y agregó: “Atravesamos la pandemia siendo un eslabón clave. Nos decían ‘quedate en casa’, pero había que comer. Nuestros comedores no cerraron entonces ni lo hicieron durante está crisis brutal”.

En una semana de memoria por la masacre de Avellaneda, el Frente planteó el pasado 20 de junio una jornada en la que cada distrito eligió sus actividades. En Almirante Brown, por ejemplo, embellecieron sus espacios pintando y arreglando. En otros lados hubo charlas, debates, proyecciones de documentales y encuentros con los distintos compañeros que hoy están organizados. “Nosotros elegimos hacer lo que hacemos siempre: trabajo solidario en uno de nuestros espacios”, explicó Leiva. Así, pasaron el día construyendo un local destinado a niños, niñas y adolescentes, con el objetivo de plantear una alternativa al narco que rápidamente está captando a los más jóvenes. “Les ofrecen una salida más fácil: el celular, unas zapatillas nuevas, cosas que los padres no pueden comprar porque eligen comer”.

 

Construcción y memoria: la bloquera M’Barete 

En Roca Negra, a ocho cuadras del centro del FPDS en el barrio La Fe, se levanta uno de los espacios productivos más significativos de la organización: la bloquera M’Barete –que en guaraní significa ‘fuerte’ –. Funciona en un terreno recuperado en el 2006, dónde también conviven un comedor, un espacio textil, un jardín comunitario y un bachillerato popular para adultos. La bloquera nació en los primeros años del Frente, fundada por el propio Darío Santillán, con una idea sencilla pero fuerte: fabricar bloques y ladrillos para que los vecinos pudieran construir sus propias viviendas, y al mismo tiempo generar trabajo digno y organización comunitaria. “Hace un año y medio que estoy en la bloquera”, recordó con orgullo Leiva. “Nuestros edificios están hechos, en gran parte, con bloques nuestros. Hoy están certificados por el INTI, antes eran mucho más precarios”, agregó.

Marta Alarcón es militante, cocinera y vocera del FPDS. Ella recordó los inicios del espacio. “Al principio se hacía todo a mano para construir escuelas y generar trabajo. Las paredes de este lugar están hechas con esos bloques. Con el tiempo llegaron máquinas y fue creciendo”. Hoy, la bloquera no sólo produce insumos de construcción. Produce dignidad, memoria y autonomía popular, sosteniendo con cada ladrillo un modelo de organización desde los cimientos, con la convicción de que la realidad se cambia así, trabajando.

 

   Un compañero, un ejemplo, una bandera

 

Así como Leiva, muchos en el Frente convivieron con Darío Santillán en aquellos años de crisis y lucha activa, y lo recuerdan con lágrimas en los ojos pero con el orgullo de saber que su recuerdo aún vive y que los valores por los que él murió siguen siendo el espíritu del Frente que ahora lleva su nombre. “Para mí es muy duro, pero a la vez gratificante”, contó Alarcón, recordando a Darío. “Dar una mano como lo hizo él, dejando su vida, es algo muy emotivo”.

Nadie se olvida de mencionar que Darío fue asesinado por negarse a abandonar a un compañero al que ni siquiera conocía. Tenía 21 años cuando lo asesinaron, pero todos lo recuerdan como el motor del lugar. “Hoy hablás con un pibe de esa edad y no tiene la coherencia que tenía él”, narró Alarcón. “Él nos motivaba, iba casa por casa, te buscaba si no venías a la asamblea, te empujaba a salir, a hacer algo”. Incluso quienes no llegaron a conocerlo, resaltan la importancia de reflotar su ejemplo y convocar desde la memoria. “El gesto solidario de Darío, que al ver a Maxi herido frenó para ayudarlo, sin conocerlo y poniendo en riesgo su vida, es una bandera que levantamos todos los días”, contó Tamara Kallsen, una joven militante del FPDS.

Esa bandera se traduce en los comedores, que sostienen a familias que no pueden garantizar un plato de comida; en el jardín comunitario donde se da educación amorosa y gratuita desde muy pequeños; en los espacios de niñeces, adolescencias y bachilleratos populares. “Buscamos colectivizar nuestras vidas y realidades. Pensar en comunidad, frente a un sistema que todo el tiempo nos empuja al individualismo, a la meritocracia, al ‘sálvese quien pueda’”, narró.

Juventudes, educación y contención 

Contener a los más pequeños es una tarea fundamental para el Frente. Se trata de apoyar a las familias para que puedan salir a trabajar sabiendo que sus hijos están protegidos, y de inculcar los valores del servicio comunitario desde muy chicos. Maia Mauriño es docente en el espacio educativo que está en Roca Negra. “Acá funciona un jardín de primera infancia desde hace más de ocho años. No le decimos ‘guardería’, porque no creemos que se trate de ‘guardar’ a los chicos como si fueran objetos. Es un espacio de cuidado, pero también de aprendizaje”.

Las jornadas de memoria también se llevan a cabo en este lugar, en donde se enseña desde un enfoque político-pedagógico que los invita a jugar, aprender y participar desde la educación popular. “Hacemos política desde lo cotidiano, desde lo social”, comentó Mauriño. “Obvio que creemos que las cosas están mal y que hay que cambiarlas, pero no creemos que eso se resuelva solo yendo a votar cada cuatro años”.

Melina Rogl también enseña en el lugar, es profesora de Lengua en el bachillerato. “Ahí damos clases para adultos que quieren terminar el secundario, que funciona de lunes a jueves por la noche”. El bachillerato está reconocido como anexo de un Centro Educativo de Nivel Secundario, y funciona, como parte de la organización, con asambleas mensuales. Kallsen acota que “hoy, en una situación donde la pobreza crece, donde la crisis ajusta y el narcotráfico se mete cada vez más en los barrios, creemos indispensable volver a abrir este lugar para contener a un montón de pibes y pibas que, si no encuentran espacios de abrazo, terminan en situaciones de riesgo”.

En el barrio nadie tiene el día libre, y así aprovecharon el 20 de junio feriado, aunque la mayoría deja de salir a buscarse el sustento o de hacer las tareas del hogar para estar, para acompañar, para trabajar por los demás y aportar a un proyecto que es social y colectivo. “En momentos donde más nos cuesta, es cuando más necesitamos tejer lazos sociales y no olvidarnos que somos compañeros y compañeras”, comentó Kallsen. Para ella, estas jornadas se vuelven fundamentales porque hay “pibes y pibas desamparados», una política que busca bajar la edad de imputabilidad, sin presupuestos que apuesten a fortalecer la niñez y que abona el abandono estatal. 

Las muertes de Darío Santillán y Maximiliano Kosteki no apagaron la militancia. A 23 años de caer fusilados por las balas del comisario Alfredo Fanchiotti y su subalterno, el cabo Alejandro Acosta, el Frente Popular Darío Santillán sigue vivo en cada merendero, en cada bloque de la bloquera M’Barete, en cada clase de los bachilleratos populares, en cada jornada solidaria que le arrebata terreno a la exclusión. “Hoy sostenemos el trabajo con su ejemplo, con memoria todos los días, desde lo cotidiano”, afirmó Leiva. Porque el legado de Darío, dice, no es una consigna ni una efeméride, es una forma de vivir, de luchar, de no rendirse. Su historia. concluye, no se cuenta en pasado: se respira, se enseña y se construye.

Un frente contra la motosierra

Un frente contra la motosierra

Más de 150 sindicatos y organizaciones marcharon en el centro porteño hacia el Ministerio de Desregulación, en lo que fue el debut del Frente de Lucha por la Soberanía, el Trabajo Digno y los Salarios Justos. El mensaje es claro: unidad, organización y resistencia.

Estado afuera: la actual administración de gobierno, a cargo de Javier Milei, inició una total desregulación de la administración nacional. Una de las herramientas usadas es la denominada motosierra que se aplica desde el Ministerio de Desregulación que conduce Federico Sturzenegger. Hasta ese edificio pretendían llegar más de 150 organizaciones gremiales y sociales. Sin embargo, un fuerte cordón policial les impidió el paso y leyeron en la esquina el documento que tenían preparado, rechazando las desregulaciones y los fuertes ajustes que están haciendo en todos los sectores.

Antes del mediodía habían comenzado a llegar centenares de sindicatos, y miles de trabajadores estatales y agrupaciones sociales a Carlos Pellegrini y Sarmiento. Las columnas superaron a la policía. Se extendieron por Pellegrini desde Bartolomé Mitre hasta la diagonal, Av. Roque Sáenz Peña. Los cordones policiales trataban de contener en la plazoleta de 9 de julio para evitar también el corte de esta vía mano al norte. A medida que avanzaban las columnas hacia y sobre Sáenz Peña, ellos avanzaban también. No faltó el espectáculo de la policía motorizada acelerando cerca de los manifestantes.

El diputado y Secretario General de la CTA Hugo Yasky reflexionó: “Hoy es una jornada que muestra que hay una voluntad de lucha de los sindicatos que hoy estamos en este frente, convocados para defender el salario, para defender los derechos laborales, los convenios con los movimientos sociales, con los representantes y también de los jubilados. Creo que es un gran movimiento que viene a llenar un vacío. Hay que estar en la calle, hay que pelearla y acá estamos”.

La diputada nacional de Unión por la Patria, Julia Strada, también se hizo presente en la movilización: “Es muy importante reclamar por la soberanía y defender los puestos de trabajo ya que Milei básicamente nos está barriendo los derechos”. Sobre la lectura política de la jornada, la diputada manifestó que “es un mensaje para los bloques que le votaron todo a Milei, empezando por el endeudamiento con el Fondo Monetario”. Y para cerrar indicó que “hay que ganar las elecciones: si no lo traducimos en las urnas va a ser muy difícil”.

A su vez, Roberto Baradel, secretario general de SUTEBA y la CTA de la provincia de Buenos Aires remarcó que “esta es una marcha multitudinaria porque nos están asfixiando como a las provincias y a los gobernadores, asfixian la salud, la educación, los salarios. La política le tiene que poner voz al reclamo popular, nosotros no vamos a dejar la calle hasta ocasionarles la derrota”, remarcó el dirigente.

 

Todas las voces

La situación es crítica en muchos sectores. Uno de ellos es el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) que intenta resistir el desguace. Verónica Mautone, de la agencia de San Vicente de INTA, explicó: “Queremos defender nuestros puestos de trabajo. Decidieron cerrar la sede experimental de AMBA donde nosotros trabajamos desde la agencia de San Vicente y de nueve agencias más. Esto implica que quedamos en disponibilidad más de 130 trabajadores. Además estamos en contra del decreto que quiere sacar el presidente que afecta a la autarquía, la gobernanza y los centros regionales de todo el INTA”. Luego agregó: “Es importante que nos unamos independientemente de que sindicato, organización o movimiento social que seamos, porque todos defendemos lo mismo y para eso hay que estar unidos”.

También estuvieron presentes los trabajadores del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) que vienen denunciando las malas condiciones de trabajo. Gonzalo Sans Cerbino, secretario adjunto de ATE-CONICET Capital, contó que el organismo “perdió en el último año y medio más de 1.500 trabajadores”. Sanz Cerbino agregó: “Están generando condiciones imposibles de soportar, a la cabeza la reducción del salario. Nosotros perdimos un tercio del poder adquisitivo, por eso hoy nos estamos movilizando junto al conjunto de estatales y muchos otros gremios. Necesitamos parar el desguace del Estado, necesitamos recomposición salarial y organismos de ciencia y tecnología”.

Además, el secretario del CONICET destacó que “el gobierno tiene en la picota al conjunto de los organismos científicos tecnológicos, que están amenazados de intervención o de desguace”. Sanz Cerbino, además del INTA y el INTI, remarcó que el Instituto Nacional de Agua también fue descabezado. Sobre estas acciones consideró que “prefiguran una profundización del ajuste que va a depender de los trabajadores, de la lucha que podamos dar y la fuerza que mostremos en la calle”.

Por su parte, desde Vialidad Nacional también denuncian un desfinanciamiento. “Tenemos el salario congelado desde diciembre de 2023, estamos sin presupuesto, no tenemos financiación ni obras públicas, es una situación devastadora” contó el delegado Ariel Saqui. Además, recordó que el presidente dijo que si aumentaba un impuesto se cortaba un brazo y enfatizó: “La cabeza se tiene que cortar porque no aumentó un impuesto, aumentó todo”. Acerca de la manera de enfrentar el desguace Saqui consideró que “podemos tener diferencias pero tenemos que demostrar unidad”.

Los trabajadores del Astillero Río Santiago también se hicieron presentes para denunciar el ajuste en el sector. Nahuel Puig, delegado del astillero, dijo que “nosotros también somos parte del achicamiento, de la falta de inversión y de trabajo”. Además señaló que “entendemos que la salida es colectiva, nuestro rubro está atravesado por un montón de otros compañeros trabajadores”.

Muchos más sindicatos estuvieron presentes y dieron sus testimonio acerca de cómo se vive bajo la motosierra del Estado.

Cierre de la jornada

Para cerrar la movilización, desde la central gremial dieron lectura a un documento donde destacan que “con un cinismo inédito, el primer mandatario manifiesta abiertamente su oposición a las decisiones colectivas del pueblo expresadas a través del Congreso de la Nación” y denuncian la situación actual. En sintonía con la jornada de protesta y unidad convocaron a todos los presentes a continuar la marcha hacia el Congreso en apoyo a la ya tradicional marcha de los miércoles de los jubilados, el sector más castigado por el ajuste de Milei.

«Una reparación histórica que la Iglesia nunca había hecho»

«Una reparación histórica que la Iglesia nunca había hecho»

El párroco Alejandro Llorente y el padre Domingo Bresci oficiaron una misa en homenaje a las víctimas del bombardeo a Plaza de Mayo de 1955 en la Basílica Nuestra Señora de la Merced. Luego dejaron una ofrenda floral en el lugar de los hechos.

Este martes, 17 de junio, se celebró una misa en homenaje a las 309 víctimas de los bombardeos a Plaza de Mayo, a 70 años del crimen. La ceremonia fue llevada a cabo por el párroco Alejandro Llorente y el padre Domingo Bresci en la Basílica Nuestra Señora de la Merced, en Reconquista 209. Los casi 50 asistentes pertenecían a distintas agrupaciones del peronismo y asociaciones civiles. Todos ellos estaban relacionados de una u otra manera al hecho que sacudió nuestro país en 1955.

Luis Miraldi vivía en Belgrano y Sarandí y tenía siete años el día del bombardeo. Junto a su padre, italiano y peronista, observaron desde la alzada del tranvía, en la avenida, los aviones y las bombas cayendo en la plaza. “Estábamos un poco inconscientes y confundidos. Y más allá de las bombas bajando y explotando, lo que más me impresionó fue ver pasar por nuestros costados, autos a muy alta velocidad, hombres con armas en las manos, gritando: “¡Se fue el tirano!, ¡se fue el tirano!, ¡hay que matar al tirano!”. Mi padre estaba preocupado y muy triste, él había entendido enseguida que el peronismo se trataba de cuidar al trabajador”, recuerda. “Horas más tarde, mi primo que esta haciendo el servicio militar, fue a levantar los cadáveres de la calle. Manejaba muy bien y lo designaron camionero para cumplir la terea”, agrega.

Miraldi no recuerda los destrozos en la vía pública producto de las bombas que fueron más de 100, pero no olvida la quema de Iglesias esa noche. “Con el tiempo, sentí mucho dolor por el rol que tuvo la Iglesia en el ataque. Cristo Vence era un canto de época, fue una mala impostación teológica”. Miraldi participa con su esposa en una comunidad eclesial en la Parroquia de la Santa Cruz, y hoy en la Basílica, una de las iglesias atacadas luego del bombardeo, presencian la misa en homenaje a las víctimas de los aviones de la Marina y la Fuerza Aérea.

Durante la misa se leyeron los salmos correspondientes, se celebró la comunión de los presentes y se entonaron los cantos tradicionales. En el inicio, integrantes de asociaciones civiles organizadoras del encuentro dieron las gracias por la convocatoria y compartieron su dolor e indignación ante lo ocurrido: “Cuando se lo compara con Guernica, es errado, porque fue producida por los nazis. Acá fueron argentinos los que cometieron la masacre”, afirma Alberto Lina, vicepresidente de la Comisión Nacional de Monumentos de Lugares y Bienes Históricos.

Los sacerdotes celebrantes también compartieron parte de sus memorias de ese oscuro 16 de junio. Llorente contaba que, durante su crianza en una familia profundamente antiperonista, siempre se habló de la quema de iglesias, pero nunca de aquello masacre previa. “De eso en casa no se hablaba”, dice. “Es mi convicción cristiana la que me trae aquí hoy”, finaliza. Por su parte, el padre Domingo Bresci, uno de los fundadores del Movimiento de Sacerdotes para el Tercer Mundo, recordó ante los presentes: “Yo era seminarista y venía en el tren con otro sacerdote, íbamos a la Capital porque se contaban cosas espantosas de lo que iba a pasar”. Y sigue con gran efusión: “Vimos la Curia arder, ¡la forma en la que se incendiaban los ladrillos! Pero no vimos aquellos cuerpos que fueron asesinados y que eran el templo vivo de Dios. Retomando lo que contaba a Alejandro de cuando era niño, hablaban de la quema de iglesias, pero no de la quema de los cuerpos humanos, que valían muchísimo más que los miles de ladrillos que se podrían haber quemado”. Y concluye, en relación a la misa: “Este es una reparación histórica que la Iglesia nunca había hecho”.

Una vez terminada la celebración, los concurrentes se dirigieron con una marcha lenta en la fría noche de martes hacia la Plaza de Mayo. Allí se colocó un gran ramo de flores blancas hacia la Casa Rosada y se leyó un discurso en conmemoración de las víctimas y en favor de la democracia. El grupo entonó las estrofas del Himno Nacional y permanecieron unos pocos minutos más recordando en la penumbra del lugar. Al escuchar sus memorias, muchos parecían volver a ser los niños que presenciaron la atrocidad. Uno de ellos, que prefiere no dar su nombre, cuenta que su padre, que militaba activamente, ese día se encontraba enfermo, y muchos años después entendió de lo que se había salvado.

Por su parte, Juan Mercurio cuenta que vieron a los aviones irse hacia Uruguay desde el barrio de Banfield, donde vivía. Otra de las voces que pudo escucharse, describe la caída de las bombas con la mirada que tenían de niños: “Cuando vio que venían los aviones, un amigo me dice: “Mirá, van tirando cosas. Eso ahora explota y caen papelitos”.

«Los pueblos siempre vuelven»

«Los pueblos siempre vuelven»

La Plaza de Mayo hasta la 9 de Julio y ambas diagonales estuvieron tapizadas de militantes, organizaciones políticas, sociales y gremiales. También estuvieron los jubilados, trabajadores del Garrahan, autoconvocados y hasta agrupaciones de Izquierda. Todos se manifestaron contra la proscripción de Cristina Fernánez de Kirchner, que envió un mensaje grabado a la multitud.

Desde primeras horas de la mañana del miércoles 18 de junio, la militancia peronista comenzó a acercarse hacia Plaza de Mayo desde distintos rincones de la ciudad, la Provincia de Buenos Aires y distintos puntos del país. Cerca del mediodía, las imágenes aéreas mostraban una Plaza de Mayo multitudinaria. Los manifestantes que reclamaban por lo que consideran una proscripción injusta contra Cristina Fernández de Kirchner, diseñada por la oposición y el Poder Judicial colmaron Avenida de Mayo hasta la 9 de Julio y tanto Diagonal Sur como Diagonal Norte estaban repletas. Se sumaron movimientos sociales, las CTA, La Cámpora, miles de independientes y numerosos líderes políticos entre los que se contaron el Gobernador de la Provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, y el último candidato presidencial de Unión por la Patria, Sergio Massa. Los más entusiastas arriesgaban que en total se manifestó un millón de personas.

Luego de que en la Plaza se entonaran las estrofas del Himno Nacional, la líder del PJ compartió un mensaje con el pueblo a través de una grabación de ocho minutos, al que luego se le sumó lo que parecía una breve comunicación telefónica: cuestionó el fallo que la inhabilita a competir para ocupar cargos públicos y pronosticó que el gobierno de Javier Milei “tiene vencimiento”. Además, convocó al peronismo a reorganizarse y en relación a las muestras de apoyo que recibió sostuvo: “Gracias de corazón. Los he escuchado cantar consignas, la marcha, el Himno. Lo que más me gustó fue escucharlos cantar otra vez `vamos a volver`. No lo escuchaba hace mucho. Me gusta porque revela una voluntad: la de tener un país donde los pibes coman cuatro veces al día (…) Estoy en San José 1111, firme y tranquila y con la prohibición de salir al balcón. Un cachivache todo”.

De esa forma comenzó Cristina Kirchner su discurso, más breve de lo que acostumbra. Repasó algunas conquistas de lo que llamó “década ganada”, como que “los laburantes lleguen a fin de mes y que los jubilados tengan remedios”. Y agregó: “Ese país no fue una utopía. Lo vivimos durante 12 años y medio. Lo dejamos desendeudado, como a las familias y a las empresas”. Cerró su discurso asegurando: “Vamos a volver con más sabiduría, más unidad, más fuerza. El pueblo finalmente siempre vuelve”.

Finalmente, todos a la Plaza

La marcha se gestó al calor de idas y vueltas, marcadas por la tensión política. En principio, la movilización se iba a realizar desde el domicilio de la exmandataria, en la esquina de San José y Humberto Iº, hasta el Tribunal de Comodoro Py, donde debía presentarse para recibir la notificación de la condena. Desde allí la militancia prometía volver con ella hasta su domicilio nuevamente.

Muchos de los que participaron también estuvieron en las vigilias a las afueras de la casa de expresidenta, como Silvana Reynoso, psicóloga, quien argumentó su participación “porque me parece que esta sentencia es totalmente una ignominia contra el movimiento peronista y especialmente contra la figura de Cristina. Históricamente las derechas en este país han sido asesinas. Tenemos que estar alertas por los derechos que estamos perdiendo. Yo no milito en ningún partido, simplemente soy una trabajadora de la salud. Como decía hoy Grabois todos los derechos sociales, civiles y personales, digamos, individuales están en peligro y eso me parece que es muy grave para este país que tiene la historia que tiene con 30.000 compañeros desaparecidos’’.

Ayer por la mañana, el fiscal Diego Luciani había rechazado el pedido de prisión domiciliaria por parte de la defensa. Sin embargo, por la tarde, el juez Jorge Gorini, presidente del Tribunal Oral Federal (TOF) 2, quien se encuentra a cargo de la ejecución de las condenas en la causa Vialidad, decidió que la notificación se realizaría de manera virtual.

Entre las condiciones de detención se encuentran el uso obligatorio de tobillera electrónica, balcón restringido y listado de visitas, del cual quedan eximidas las personas que integran el grupo familiar, la custodia policial, los profesionales médicos y abogados que la representan. Como explicó la referente de izquierda Myriam Bregman, ni a los genocidas les imponen estas condiciones: por ejemplo, solo el 16% debe usar tobillera electrónica. Mayra Mendoza, intendenta del municipio de Quilmes y militante de La Cámpora, informó e ironizó: “Por determinación de la justicia, Cristina ya no va a poder saludar desde el balcón. Ese mínimo contacto que tenía con tanta gente que la viene a saludar, a acompañar, la justicia dispuso que ya no podrá hacerlo. Creo que les molesta la sonrisa”.

Desde el Partido Justicialista y distintas organizaciones peronistas vincularon la decisión de notificarla de manera virtual con la necesidad del gobierno de desactivar la marcha de hoy. La senadora nacional, Anabel Fernández Sagasti, había remarcado a través de redes sociales: “¡A no comerse la curva! El miércoles pase lo que pase salimos a las calles a acompañar”.

Paradójicamente, el fallo del pasado martes 11 de junio que estableció “el cepo al voto popular”, como aseguró la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner, reorganizó al peronismo detrás de su figura luego de meses de internas.

“Milei tiene miedo”

Desde ayer, en la previa de la movilización, el gobierno nacional trabajó para impedir que manifestantes que viajaban desde diferentes puntos del país lleguen a la marcha: impulsaron la requisa a micros e incautaron carteles y remeras con símbolos peronistas. Además, desde este miércoles por la mañana, se reforzaron operativos policiales en puntos como la autopista Riccheri o las estaciones de tren Constitución y Retiro.

Desde La Cámpora, organización que lidera Máximo Kirchner, denunciaron que las fuerzas de seguridad “intimidan”a los militantes que llegan a la Capital para participar de la protesta contra la detención de la exmandataria y responsabilizaron al presidente Javier Milei y a la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich. “Gendarmería se sube a los micros que viajan desde todo el país para intimidar a los compañeros y compañeras que vienen a bancar a Cristina. Pararon micro por micro, los hicieron bajar, revisaron todas las pertenencias, palparon a todos, les pidieron DNI y les sacaron fotos de prepo a todos los pasajeros y pasajeras”, apuntaron en las redes sociales.

A las 14:40 la Policía de la Ciudad avanzó sobre los manifestantes y despejó el recorrido del  Metrobus en la 9 de julio pero no avanzaron más. Además, estos hechos se enmarcan en la reforma realizada por un decreto de ayer para que la Policía Federal se transforme en el “FBI argentino”, algo que recuerda a épocas oscuras y antidemocráticas de la historia de la Argentina.

A pesar de esos intentos oficiales, militantes de todo el país participaron del acontecimiento, así lo cuenta Lucía Lazarte de 36 años que viajó junto con su familia desde Córdoba: “Al venir de una provincia como Córdoba y ver tanta gente acá me emociona. Amo que haya tantos viejitos y yo creo que ellos por todo lo que atravesaron, saben y valoran más que nadie, las políticas del kirchnerismo. Más allá de lo que uno pueda amar u odiar a Cristina, todos venimos acá por la democracia’’.

Luego de que la expresidenta terminará de hablarle a la Plaza, comenzó a sonar el tema “Todo preso es político” de Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota. Cumplida la participación y el reclamo, los manifestantes comenzaron a desconcentrar de forma pacífica y no hubo señales de represión, tal como el conductor del acto había exigido minutos antes por el altoparlante.