Reclamos de trabajadores de prensa a diario

Reclamos de trabajadores de prensa a diario

El SiPreBA se movilizó desde la puerta de Página/12 hasta la Secretaría de Trabajo en reclamo de aumento salarial. «Tenemos sueldos por debajo de la línea de indigencia», subrayan en el gremio.

Este miércoles al mediodía, trabajadores agrupados en el Sindicato de Prensa de Buenos Aires (SiPreBA) se dieron cita en la puerta del diario Página/12 para reclamar por salarios dignos. Reclamaron, entre otras cosas, que la Secretaría de Trabajo convoque a reuniones paritarias para que las empresas de periodismo gráfico actualicen el nivel de salarios para el próximo trimestre.

La concentración y posterior movilización estaba pautada para la una de la tarde, bajo la consigna “Pagan salarios de pobreza y bloquean las paritarias”. Cerca de las doce y media comenzaban a llegar los primeros trabajadores con banderas y volantes. El sonido de las trompetas y los redoblantes hizo que la presencia de los manifestantes fuera ineludible. Ante la pregunta de algunos transeúntes que caminaban por la Avenida Callao, periodistas y reporteros gráficos se disponían a explicar sobre la delicada situación salarial en la que hoy se encuentran. Con el correr de los minutes, fueron llegando trabajadores de diferentes medios y también de otros sindicatos para comenzar a marchar hacia la Secretaría de Trabajo de la Nación.

El secretario general de SiPreBA, Agustín Lecchi, explicó que la movilización desde Página/12 hasta la Secretaría de Trabajo se debe a que ya pasó más de un mes desde las últimas negociaciones paritarias y porque está vencido el acuerdo salarial. Lecchi explica que el salario de un trabajador de prensa hoy puede estar entre los 325.000 y los 400.000 pesos.

“No podemos tolerar esto en una Argentina donde sigue habiendo una inflación mensual que ronda los 4 puntos, se hace muy difícil para nuestros compañeros y compañeros llegar a fin de mes”, aseguró el dirigente gremial. Además, remarcó la importancia que los trabajadores de prensa tienen para garantizar el derecho a la información, que es su oficio, su profesión y su obligación.

Lecchi sostiene que la Secretaría de Trabajo suspendió las audiencias que tenían acordadas hace quince días por orden de los grandes medios. La última vez que se reunieron en la Secretaría de Trabajo fue hace un mes.

Llamadas

En las últimas horas, los trabajadores de prensa habían recibido llamados de la Secretaría de Trabajo para establecer el diálogo por paritarias, tanto el martes como el mismo miércoles a las ocho de la mañana. Pero el gremio decidió de todas maneras mantener en pie la movilización. Con respecto a esta decision, Lecchi sostuvo que están abiertos al diálogo, siempre y cuando sea conducente, que resuelva la situación. “Para nosotros, bienvenido todo diálogo, pero lo que necesitamos es recuperar los salarios. No podemos esperar semanas y semanas sin tener instancias paritarias porque cada semana que perdemos es el salario que se sigue depreciando de nuestros compañeros y compañeras”, aseguró.

Ana Paoletti, delegada de SiPreBA en Página/12, explicó que el motivo de la movilización a la Secretaría de Trabajo era exigir la convocatoria urgente de una audiencia para discutir la paritaria de prensa escrita. Hasta ahora las audiencias fueron suspendidas por un reclamo del sector empresario.

“El salario de los compañeros y las compañeras es urgente. Es una discusión que no podemos postergar más”, dijo la delegada y contó que Página/12 es la única empresa de prensa escrita que no ha otorgado ningún aumento en el último trimestre. Durante su alocución frente al edificio del diario, Paoletti expresó que no se puede hacer periodismo de calidad con un sueldo de 350.000 pesos.

La delegada gremial, además, aseguró estar preocupada por la indiferencia que siente de parte de la dirección periodística de Página/12. Paoletti sostiene que a los trabajadores que participan de los reclamos salariales les descuentan los días de paro, mientras que aquellos que no participan de las acciones sindicales son premiados. De esta manera, pueden encontrarse en una misma sección trabajadores que hacen el mismo trabajo pero reciben salarios distintos. Los que no hacen paro pueden estar cobrando hasta el doble que aquellos que participan de los reclamos: “Queremos que esto se resuelva pronto y que Página/12 respete la decisión de los trabajadores de negociar los salarios en la Secretaría de Trabajo con su representación gremial que es el Sindicato de Prensa de Buenos Aires”.

Página/12 es parte del multimedios Grupo Octubre, el cual dirige el sindicalista Víctor Santa María. Paoletti cuenta que, a su vez, dentro del Grupo Octubre hay una agencia que se llama GO (las iniciales del grupo), donde funciona una redacción paralela. Está agencia nutre al sitio web del diario cuando los trabajadores hacen medidas de fuerza. “Esto es algo que funciona hace ya dos o tres años, pero aún así no ha podido doblegar a la organización gremial con una trayectoria y una tradición que ya cumplió 37 años”, señala la delegadal.

Paoletti expresó que cobrar un salario digno es un reclamo de todos los trabajadores. La delegada aseguró que no sólo los trabajadores de prensa ha perdido poder adquisitivo sino todos los trabajadores. Sin embargo, el periodismo cumple un papel particularmente importante en la sociedad: “El rol de los medios de comunicación es garantizar la pluralidad de voces, garantizar la democracia”, aseguró. Para ella, en este contexto es necesario que esté Página/12, los medios alternativos, los medios autogestivos y todos los posibles para analizar la situación que estamos viviendo.

En la manifestación también se hicieron presentes  trabajadores del Sindicato de Canillitas, de la Federación Gráfica Bonaerense, de La Bancaria y de la Federación de Aceiteros y Desmotadores.

El Sindicato de Prensa de Buenos Aires obtuvo la personería gremial a principios del 2023, quedando a partir de ese momento en condiciones de negociar paritarias en nombre de los trabajadores. Francisco Ravini, delegado de Sipreba en el diario Clarín, explicó que la medida de fuerza era específicamente por la decisión de la cámara empresaria AEDBA de no participar en la paritaria y de no firmar los últimos dos acuerdos. El delegado gremial dijo, también, que, en el caso específico de Página/12, la falta de homologación de esos acuerdos se utilizó para no cumplir con los básicos de consenso que establecen esas paritarias, como los pagos y retroactivos.

AEDBA es la Asociación de Editores de Diarios de la ciudad de Buenos Aires. La integran BAE Negocios, Clarín, La Nación, Perfil, El Cronista, Página/12 y Crónica. Agrupadas en esta asociación, las empresas periodísticas llevan adelante las negociaciones en común.

Ravini asegura que en los últimos diez años los trabajadores de prensa han perdido poder adquisitivo de manera dramática.

“Tengamos en cuenta que acá no estamos hablando de sueldos por debajo de la línea de pobreza sino por debajo de la línea de indigencia”, expresó el delegado: “Nuestra actividad con este nivel salarial no puede subsistir. Nadie está pidiendo nada estrafalario, simplemente poder vivir de nuestro trabajo. Estamos dando una lucha por lo que creemos que tiene que ser el periodismo de calidad. Y no hay posibilidad de un periodismo objetivo, serio y que aporte a la discusión política si hay salario de hambre”.

 

“Nuestro salario se redujo a la mitad”

“Nuestro salario se redujo a la mitad”

Bajo la consigna «No hay universidad pública de calidad sin salarios dignos», el Frente Sindical de Universidades Nacionales llamó al no inicio del segundo cuatrimestre en todo el país con un paro de 72 horas en reclamo de una recomposición presupuestaria.

Como respuesta a la profunda crisis salarial de las trabajadoras y trabajadores docentes y no docentes, el Frente Sindical de Universidades Nacionales (UUNN) resolvió el no inicio del segundo cuatrimestre y un paro de 72 horas desde el lunes 12 de agosto hasta el 14 inclusive. Por su parte, la CONADU, una de las federaciones que agrupa a docentes universitarios de todo el país, además del paro sin concurrencia a las aulas, realizará actividades de visibilización del conflicto los días 13 y 14. La medida de fuerza incluye a las 60 UUNN y es parte de un plan de lucha que continuará con otro paro de 48 horas convocado para 20 y 21 de agosto.

Si bien la gran marcha universitaria del pasado 23 de abril obligó al gobierno de Javier Milei a replantear su política de congelamiento presupuestario en lo que respecta a las universidades nacionales, la movilización no fue suficiente. Las partidas que el Ejecutivo incrementó en un 270 por ciento fueron las correspondientes a los “gastos de funcionamiento”, segmento que representa tan solo el 8 por ciento del presupuesto total. El resto, compuesto por salarios docentes y no docentes, prácticamente quedó igual.

En diálogo con ANCCOM, Darío Capelli, sociólogo, docente de la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA y delegado general de FEDUBA, afirma: “Tampoco es que el tema de los gastos de funcionamiento esté totalmente resuelto. En el caso de nuestra facultad, llegan las partidas presupuestarias a cuentagotas, lo que hace imposible continuar con obras ya iniciadas y torna dificultoso el mantenimiento integral del edificio”.

“Lo peor es que el resto de las demandas siguen desatendidas –prosigue Capelli–: las becas estudiantiles siguen discontinuadas, no hubo restitución del Fondo Nacional de Incentivo Docente, no hay actualización salarial de los trabajadores universitarios ni llamado a paritarias. El llamado a paritarias existe, pero es una pantomima, ya que en ninguna instancia hubo negociación entre los representantes de los trabajadores y el Estado empleador. Los miserables aumentos que fuimos recibiendo desde enero hasta hoy fueron unilateralmente decididos y, en el caso de los otorgados en los primeros meses del gobierno de Milei, correspondían a acuerdos que se habían concretado con el Gobierno anterior”.

Tras los anuncios del Frente Sindical llamando al paro, el viernes último se concretó la reunión paritaria que había sido interrumpida por las idas y vueltas del Gobierno. Federico Montero, secretario de Organización de CONADU y profesor de la UBA y de la Universidad Nacional de la Artes, señala que “se buscó generar una expectativa en relación a la convocatoria a la paritaria, pero nosotros íbamos con pocas esperanzas de que hubiera novedades. Lamentablemente teníamos razón. En la reunión, el Gobierno, nuevamente de manera unilateral y arbitraria, anunció un 3 por ciento de aumento para agosto y un 2 por ciento para septiembre, lo cual consolida una política de desfinanciamiento y rebajas salariales que, en estos momentos, alcanzó más de 50 puntos por debajo de la inflación”.

“El poder de compra de nuestro salario se redujo a la mitad”, remarca Capelli. Por esto, y a partir de la respuesta del Gobierno, desde CONADU ratificaron el paro de 72 horas. “El jueves (15 de agosto) tendremos un nuevo plenario para determinar cómo seguir y, en coordinación con el frente sindical, los rectores y el movimiento estudiantil, preparar una nueva marcha universitaria para mediados de septiembre”, añade Montero. Y Capelli, a su turno, enfatiza que el plan de lucha “se completa con acciones de visibilización (clases públicas, banderazos y apagones) durante la segunda semana de clases y con posibles nuevas huelgas”.

Todos los representantes gremiales coinciden en que el cuatrimestre está comprometido. “De fondo, en la política del Gobierno hay un horizonte de estupidización muy marcado: la producción de conocimiento, la imaginación política e incluso la creación artística, libradas a la inteligencia artificial”, concluye Capelli.

La esperanza es lo último que se pierde

La esperanza es lo último que se pierde

El pedido de trabajo a San Cayetano llegó con desazón y desilusión en la tradicional vigilia. Menor cantidad de asistentes y puestitos alrededor de la fila. Ni siquiera se vendían las espigas que suelen dejarse de ofrenda.

Como en cada víspera del 7 de agosto, las inmediaciones del Santuario de San Cayetano, en Liniers, se colman de personas que acuden a agradecer y pedir por algo o alguien al patrono del pan y el trabajo en su día. María Angélica Eichmann viene de Zárate con sus hijos y su cuñada. Si bien es jubilada, cuida a una nena para llegar a fin de mes. “Esto está cada vez peor”, observa. Hace más de 40 años que asiste a la vigilia. En esta ocasión la convoca la situación laboral de sus nietos. “Los jóvenes están desilusionados, venimos más que nada gente mayor y pedimos por ellos, para que tengan trabajo”.

“Acá venís por la gratitud”, dice Margarita Jerez. “En toda mi vida tuve dos trabajos que duraron mucho tiempo”. A sus 69 años, está desde las primeras horas de la mañana en una de las filas que se extienden por cuatro cuadras de adoquines encharcados y reposeras. “El año pasado sí que pedí, por un anterior compañero de trabajo que quedó desempleado. Tengo una compañera que no es para nada creyente, y no pudo decirme nada cuando, después de unos meses, consiguió un trabajo.”

Para hablar con ANCCOM, Margarita se baja la bufanda y levanta un poco la capucha de la campera. Ante la llovizna, el frío y el cansancio, los que participan de la vigilia se procuran abrigo, agua caliente y compañía. Con ella está José Montanelli, de 57 años. Llevan décadas trabajando en el mismo hotel y él la acompaña desde mediados de los noventa. “A veces me usa de chófer personal”, bromeó José, que viene de Lanús y suele pasarla a buscar por Barracas. A las 7 de la tarde ya están entre los vallados de la primera cuadra de la llamada fila rápida, sobre la calle Bynon, donde se ubican los que pasan por el templo a partir de la medianoche sin tocar la imagen de San Cayetano. Aunque llevan casi todo el día ahí -José guarda el lugar desde las 6 y media de la mañana-, afirman que en años anteriores tuvieron que pasar más horas de espera para llegar a ese tramo. “Estos últimos años somos menos que otras veces, antes a esta hora todavía estábamos a dos cuadras más de distancia”, explica José. “La gente está desesperada, ya no se cree en nada”, añade Margarita. 

La hija de María Angélica se refiere a la fila larga como “la de los sacrificados”. Apenas ocupa una cuadra más que la rápida, pero los devotos con experiencia calculan que entrarán en el santuario más avanzada la madrugada o incluso durante la mañana. Hacen el sacrificio de su tiempo para cumplir promesas que le hicieron al santo, así como pedirle trabajo, salud y el bienestar de los suyos. 

La familia Arigón, madre, padre, dos hijos y una nieta, sentados desde la tarde en sus reposeras contra la pared de una casa a tres cuadras del templo, no creen que vayan a salir de ahí antes de las 2 de la mañana. “Para mi mucha gente no puede venir por la situación económica. Nosotros venimos hace 20 años, nos trajimos nuestros tuppers de casa y viajamos en auto, sino se gasta mucho en transporte y comida”, sostiene la madre. “Mi hermana no está acá porque están muy puntillosos en el trabajo, así que no puede faltar. Hay que cuidar mucho el trabajo en este tiempo”. 

“No llegamos a dormir y de acá vamos directo al trabajo”, afirma Diego Duarte, de Hurlingham. Con 36 años, recapitula una vida entera celebrando San Cayetano junto a su familia. “Somos muy religiosos. Vengo desde que era chiquito con mi mamá, que es de Misiones, y mi suegra es correntina, así que nos transmitieron mucho la fe. Una vez vino mi mujer embarazada y siempre tratamos de que haya alguno guardando el lugar para todos. Este año es mi suegro el que está desde las 6 de la mañana”, cuenta. “Es triste estar sin trabajo, por eso venimos a agradecer que todos tenemos y que la familia está bien”. El más joven del grupo, su cuñado de 25 años, está en el sector metalúrgico; su esposa es docente de nivel inicial, mientras que él y otro cuñado recién llegado a la fila trabajan en seguridad. 

Cada tanto se escuchan aplausos. Provienen de Bueras, una de las calles que cortan Bynon, donde hay gente formando una tercera fila. Debajo de un gazebo que sólo tiene como marca de identidad la bandera argentina, hombres y mujeres preparan guisos que todos reciben aplaudiendo. “Somos los peregrinos de San Cayetano, un grupo de amigos que empezamos a ayudar en el 2001. No nos convoca ninguna agrupación política o religiosa, a nosotros sólo nos convoca el santo ”, dice Francisco Chávez, uno de los integrantes que está desde el principio. 

Raúl León, también de los peregrinos, viene para agradecer que está vivo. Es veterano de la Guerra de Malvinas y porta su campera camuflada. “Estuve en el Regimiento 25 de Chubut. Cuando fui a las islas mi esposa se quedó con nuestro hijo de un año y medio y otro en la panza. Siempre le doy gracias a San Cayetano y a otros santos por estar acá”. 

Casi a lo último de la fila lenta, Daniela abraza una figura del patrón. Conversa con Mercedes, a la que conoció al poco de llegar, a eso de las 8 de la noche. Las dos, jubiladas, permanecen de pie. “Yo creo que todos pedimos algo, esto es un alimento para el espíritu”, dice Daniela, que va a pedir por su salud. Quiere seguir cuidando a los 12 perros y 10 gatos que tiene en su casa, en Hurlingham. “Son mi alegría, en estos años perdí a 3 hermanas, así que ellos me dan mucho amor”. Mercedes ayuda en un centro de jubilados en Escobar, pide por ellos porque la ayudaron cuando se le incendió la casa, hace dos meses. 

Entre los devotos escasean las espigas, uno de los símbolos más emblemáticos del santo. Alejandra es una de las vendedoras que recorre las cuadras una y otra vez. No hay caso. “En todo el día vendí sólo 2, y el año pasado me las sacaban de las manos”, explica a ANCCOM. “Le ofrecí a unos muchachos y me dijeron que no pueden comprar. Están acá para pedir trabajo”. 

Marchar por el milagro del trabajo

Marchar por el milagro del trabajo

Con más de media población sumida en la pobreza, una nueva marcha de San Cayetano a Plaza de Mayo tuvo una fuerte impronta opositora a las políticas de Javier Milei. Organizaciones sociales, sindicales y partidarias repudiaron los despidos y las políticas de ajuste.

En la esquina del Cabildo descansaba un hombre con la mirada perdida y sin zapatillas. En esta cruda mañana de invierno, lo único que tenía era una remera de manga corta y jeans gastados. “Una ayuda, por favor”, deslizaba una pila de abrigos entre las columnas de la Catedral Metropolitana. Algunos sindicatos cruzaban Sáenz Peña con las cañas de las banderas al hombro hacia una Plaza de Mayo adornada con pasacalles que imploraban “Paz, Pan, Tierra, Techo y Trabajo”.

La nueva marcha de San Cayetano llenaba la Plaza y las calles aledañas. “No es un 7 de agosto cualquiera porque estamos viviendo un momento de crisis económica y social muy importante, que está afectando a todos los sectores de la sociedad con el 55 por ciento de pobreza y más del 20 por ciento de indigencia”, describió Alejandro Gramajo, secretario general de la Unión de Trabajadores de la Economía Popular (UTEP). Según la Encuesta Permanente de Hogares la pobreza afecta a una de cada dos personas, y una de cada cinco es indigente. Sólo en los últimos tres meses la pobreza subió 10 puntos.

“Hoy centenares, miles de argentinos y argentinas están perdiendo el trabajo. Son más de 600.000 los trabajos formales que se perdieron en estos meses y eso supone una situación muy compleja en lo social. Se va degradando día a día. Así que me parece que esta marcha tiene que ser un llamado muy fuerte de atención, porque hoy no sólo el hambre es un gran problema en Argentina, sino también el trabajo. Estamos volviendo a situaciones que nunca creímos que íbamos a volver, previas al 2001”, subrayó Juan Manuel Abal Medina, politólogo y exjefe de Gabinete de Cristina Kirchner. “Este gobierno se tiene que despertar y el pueblo tiene que despertar para decir ‘hasta acá’. Hoy puede ser un buen día para eso”, agrega mirando con una sonrisa a las columnas de la Confederación General del Trabajo (CGT) y del Movimiento Evita que se aproximaban.

Con una sombra en la mirada, Abal Medina reflexionaba: “Es central de parte nuestra reconocer cuando nos equivocamos: hicimos un muy mal gobierno y estuvimos muy lejos de cumplir con las expectativas. Un gobierno peronista no puede definirse como tal si no mejora la vida de la gente, si no genera mayor distribución del ingreso y fallamos en lo principal. Hay que reconocer los errores para que la sociedad vuelva a creer en nosotros. No seguir hablando como que todos los problemas empezaron el 10 de diciembre, porque todo el mundo sabe que no es así. Milei es una consecuencia de nuestros errores, sino nunca hubiera llegado a la presidencia. Después, hay que pensar un programa. No creo que baste que estemos juntos y que seamos peronistas, sino que hace falta empezar un programa de gobierno que presente una alternativa real para la sociedad”.

Desde otra columna, tiraban papeles al aire mientras se incorporaban a la Plaza: “No hay paz sin pan ni trabajo. Luchemos para que se vayan”. Walter Correa, ministro de Trabajo de la Provincia de Buenos Aires, estaba entre los manifestantes bonaerenses. “Estamos acompañando al pueblo trabajador en este proceso nefasto del gobierno de Milei. Somos parte del trabajo, somos parte de la producción como parte de la provincia de Buenos Aires, encabezada por el gobernador Kicillof y nos oponemos firmemente a estas políticas”, insistía mientras abrazaba a sus compañeros.

Ingrid Manfred, secretaria general de la Junta Interna de ATE ex-Ministerio de Desarrollo Social, estaba bajo una sombra. “Es muy significativo estar acá con la consigna paz, pan y trabajo, histórica para los trabajadores y trabajadoras. Nosotros como trabajadores organizados en ATE venimos atravesando desde el 10 de diciembre esta decisión de exterminar la política pública, acompañada con el despido de 1.600 compañeros, que implica el desmantelamiento del acompañamiento que brindamos a los sectores más vulnerables. Éramos un ministerio que trabajaba justamente con quienes hoy no tienen pan, no tienen trabajo”, decía mientras los ojos se le llenaban de lágrimas.

“Al ejercicio permanente de crueldad de este gobierno estamos respondiendo con organización y con solidaridad de los trabajadores. Sabemos que este plan siniestro de gobierno va a seguir avanzando y profundizando sus medidas y que, por desgracia, eso va a significar más desempleo, más desocupación, más angustia, más gente en situación de calle y más gente que va a engrosar las filas de desocupados. Hoy es una jornada para decirle basta a Milei, basta a esta Ley Bases que también vulnera ampliamente a todos los trabajadores y trabajadoras y particularmente a nosotros los trabajadores del Estado que vimos finalizado ayer con su reglamentación nuestro derecho de estabilidad laboral”, alcanzó a decir Manfred antes de que la invada un sollozo. Otra bandera exclama: “Gobernar es crear trabajo… ¡lo demás es puro cuento!”.

Desde un stand de la CTA Autónoma, Viviana invitaba con un megáfono a firmar contra el DNU 70/23. Su compañera, Norma, milita desde joven: “En estas baldosas está mi ADN. La historia se construye en la calle”. Su vida personal la recuerda atravesada por diferentes protestas, ahora siente que la discusión política no sólo no se promueve, sino que da vergüenza. En la dictadura militar, desapareció a su marido. “Cuando asumió Milei me sentí peor que cuando asumió Macri, pero igual de desesperanzada. No nos tiene que ganar la angustia. En estos momentos tenemos que encontrar a otros para refugiarnos y no estar solos”, decía entre sorbo y sorbo de mate.

En la mitad de la Plaza, Juan sostenía un globo del Sindicato de Obreros Marítimos Unidos. “No se aguanta más. Yo tengo trabajo, pero cada vez está más difícil”, decía mientras relojeaba las distintas esquinas. Temía que vuelvan a reprimir. Todavía recordaba el gas y cómo corrió en las marchas anteriores. Es un miedo compartido. La pesadumbre espesa el aire, pocos grupos tienen batucadas y son menos aún los que cantan, casi no hay niños ni adolescentes.

Laura Lonati, coordinadora del Área de Salud Colectiva de Libres del Sur y de la construcción de indicadores populares en el Instituto de Investigación Social, Económica y Política Ciudadana, organizaba qué carteles pegar en el stand. “El tema de la malnutrición es un problema del presente de estos niños y niñas. No es como decíamos antes que si no comemos en el futuro, en la edad adulta, no vamos a desarrollarnos bien. Hoy es lamentablemente la puerta de entrada a enfermedades crónicas, como la hipertensión y la diabetes, que se están presentando a temprana edad”, advertía. En los carteles se mostraba en un mapa lo que significan los porcentajes de pobreza y exigían “políticas para frenar la inseguridad alimentaria e indigencia”.

“Hay un combo muy peligroso: tenés la dificultad para el acceso a la atención de salud por la deuda sanitaria que hay en nuestros barrios y por otro lado la falta de ingresos de la familia, que no les permite acceder a una canasta con nutrientes esenciales. Cada vez va a deteriorar más la calidad de vida de esos niños, niñas, adolescentes y de los adultos fundamentalmente”, explicaba. “Violencia es el hambre. Milei y Pettovello repartan los alimentos” imploraba uno de los carteles: si no llegan alimentos secos, los comedores tienen que hacer lo imposible para conseguir alguna calidad nutricional. 

“¿A dónde están repartiendo eso, compa?” susurró una señora determinada a comer guiso. El Frente Popular Darío Santillán llevó cuatro ollas a la Plaza, pero rápidamente se terminaron. La gente armaba dos largas filas que llegaban hasta mitad de la Plaza. “La necesidad está a la vista. Nos quedamos cortos”, relató Vani, militante del Frente. “Tuvimos que abrir al barrio la olla que hacíamos para nuestros trabajadores en Constitución. Es importante la consigna que nos trae San Cayetano. Todos piden trabajo y más hoy por hoy que sabemos que no hay trabajo, no tenemos techo y la situación con los comedores es también muy precaria con las persecuciones que venimos teniendo. Demostramos realmente que hay necesidades, que los comedores no son fantasmas, que realmente existimos”, Vani masticaba las palabras con bronca.

“Este Gobierno nos tiene que devolver los puestos de trabajo que nos quitó y la parte de los salarios que en nombre del superávit nos robó. San Cayetano nunca tuvo tanto trabajo”, apuntó Rodolfo Aguiar, el secretario general de ATE. Al lado de las banderas de la Corriente Clasista y Combativa, Rosa Flores, encargada de un comedor de Zona Norte, parecía preguntarse cuántos milagros puede hacer San Cayetano. Cada día más gente no puede garantizar su alimentación y se acerca al merendero, tiene que ayudar a sus hijos a poder sostenerse porque “si no, no les alcanza. Nuestra casa ya no es nuestra casa porque lo que hay que pagar de servicios es una barbaridad, no te podés enfermar porque los medicamentos están caros… La clase media va a desaparecer. Mis hijos trabajan, pero uno de ellos tuvo que volver a casa con su esposa y sus hijos. Como en la pandemia, tenemos que compartir la comida”, precisaba con desesperación. 

“Realmente me da mucha tristeza porque nuestro país no tiene que pasar hambre: acá tenemos la carne, la leche, hay de todo en nuestro país. Esto pasa por una decisión política”, tragaba con un enojo agrio Rosa. Bajo tierra, en los pasillos del subte porteño, entre dibujos tangueros, dos hombres de entre treinta y cuarenta años dormían, desamparados en la nueva Argentina de la libertad. La pregunta de cuál es el país que queremos reposaba entre la representación de postal y el retrato crudo de una crisis.

“Con estas políticas están matando a millones de argentinos…” se escuchaba entre los bombos las palabras del escenario. Desde allí, exclamaban: “¡U-ni-dad de los trabajadores! Y al que no le gusta/ ¡se jode, se jode!”. Desde Congreso seguían llegando las columnas de quienes venían caminando desde Liniers. “Si de verdad quieren ‘libertad, carajo’, ¡tierra, techo y trabajo!”, agitaba La Poderosa. Un pueblo con fé en los santos y en la lucha no se rinde: llena plazas y conquista derechos.

“El presidente está para gobernar no para violar la Constitución”

“El presidente está para gobernar no para violar la Constitución”

El abogado laboralista y exdiputado Héctor Recalde reflexiona sobre las medidas que el Gobierno nacional impulsa para reformar los derechos laborales. La jornada de 12 horas, la vuelta de los ticket canasta y la jubilación a los 75. Cuando el trabajador se convierte en colaborador.

Héctor Recalde, especialista en derecho laboral y exdiputado nacional por el Frente para la Victoria entre 2005 y 2017, analiza la reforma laboral que impulsa el gobierno de Javier Milei y los cambios que han surgido desde la aprobación de la Ley Bases. El abogado reflexionó sobre la reaparición de medidas económicas de los noventa y llamó a no bajar los brazos.

 

¿Qué opina sobre las modificaciones laborales que introduce la Ley Bases?

Es una derivación del pensamiento del presidente de la nación. Cuando a Milei se le preguntó por la justicia social, dijo que era “sacarle a uno para darle otro”. La justicia social está incorporada con jerarquía propia de la Constitución Nacional, el pueblo eligió al presidente para gobernar no para violar la Constitución. En el trasfondo, estas medidas (tanto la Ley Bases como otras propuestas más recientes), apuntan  a una palabra difícil de pronunciar: la deslaboralización, es decir, pretenden que la relación en el empleo entre un trabajador o una trabajadora y un empleador no se rijan por la ley laboral sino por el Código Civil y Comercial. El lenguaje los traiciona o los deja al desnudo. Ellos hablan de colaboradores en la Ley Bases, pero los trabajadores no colaboran. Uno colabora con la salud pública o con obras benéficas, etcétera. El trabajador no colabora, trabaja. Pero no solamente eso, sino que además ese supuesto colaborador podría nombrar a su vez tres colaboradores, están violando hasta el sentido común. En la actualidad, existe el periodo de prueba y es de tres meses porque es un hándicap que se le da al empleador porque durante esos tres meses puede despedir sin pagar indemnización y en algunos casos están a prueba durante un año. Yo trato de usar el humor en la lucha por la vida, sostengo que si un empleador necesita un año para saber si el trabajador es apto o no al que hay que despedir por inútil, es al empleador.

 

¿Con qué herramientas cuentan los trabajadores para hacerle frente a esta ley?

La herramienta está, la tienen a disposición. Nosotros tenemos millones de trabajadores que no están registrados, cada uno de ellos tiene el derecho de hacer una acción judicial para que se regularice esa situación. Sin embargo, cuando uno realiza esas estadísticas en los tribunales del trabajo se ven que jamás realizaron juicios por despido, evidentemente hay temor en los trabajadores por reclamar por distintas razones. Estás trabajando por temor al despido y ese temor se prolonga porque existe el miedo a que luego un empleador pida informe y le digan “este tuvo el atrevimiento de hacernos juicio” y no lo contraten. Es muy indigno vivir en una sociedad en la que una persona tenga miedo de reclamar lo que corresponde. Son importantes los medios para que uno pueda informar y comunicar a los trabajadores que estas medidas están violando sus derechos porque el dueño de la acción es el trabajador que es el perjudicado. El abogado laboralista lo que hace es informar y ponerse a disposición pero la acción la tiene el trabajador, la trabajadora. “El trabajo dignifica” no es un dicho vacío es cierto, la persona que está trabajando y percibe un salario siente dignidad con lo que hace, está reconocido por la sociedad. Cuando se habla de mercado de trabajo, hay un ejemplo claro: los recursos humanos, si son humanos no son recursos, el lenguaje revela también la ideología. Por supuesto que uno vive en una sociedad donde hay una economía de mercado y las relaciones son entre el capital y el trabajo.

Yo trato de usar el humor en la lucha por la vida, sostengo que si un empleador necesita un año para saber si el trabajador es apto o no al que hay que despedir por inútil, es al empleador.

Héctor Recalde

Cómo ve el hecho de que el gobierno inicie el blanqueo de capitales y que nuevos trabajadores deban pagar el impuesto a la ganancia?

Hay que cambiarle el nombre al impuesto a la ganancias -esto lo aprendí de un tributarista-, se tendría que llamar impuesto a altos ingresos. Porque sin impuestos, el Estado no funciona y nosotros creemos en el rol del Estado. La discusión es a partir de qué ingreso se tiene que pagar impuesto a los ingresos. El blanqueo siempre es una cosa que uno lo ve con antipatía, blanquean no tener trabajadores registrados, blanquean las deudas, es un blanqueo muy oscuro.

 

Se intentó instalar la discusión sobre la implementación de una jornada laboral de 12 horas, la vuelta de los tickets canasta y llevar la jubilación a partir de los 75 años ¿Cree que se puede llevar a cabo esas medidas? 

Se repite la historia macrista. Sturzenegger y Caputo son dos rockstar de Macri, están de vuelta con la experiencia que tuvimos en ese momento. Lo importante es no aumentar la desazón. Todas estas medidas chocan contra la Constitución Nacional y violan los derechos de los trabajadores. Lo que uno hace es informar derechos y la información es un principio básico, la información es poder, por eso, los medios como ANCCOM son muy útiles porque suministran la información y eso empodera a la sociedad ya que somos sujetos de derecho. Ahora están avanzando con un proyecto que tiene que ver con algo que me resulta muy caro, yo fui autor del proyecto que eliminó los llamados tickets canasta y que vuelva ese sistema es una regresión por donde lo mire. A mí no me gusta ser autorreferencial pero con  la vuelta de los tickets canasta es como que me quieran secuestrar un hijo, porque yo peleé mucho en contra del sistema del ticket canasta. Me quisieron sobornar (n.d.r: se refiere al intento de soborno durante el tratamiento de esa ley que finalmente se apropbó en 2007). Hice la denuncia, hubo una condena contra uno de los actores, puse mucho empeño en eso y la posible vuelta me resulta triplemente angustiante.

 

Desde distintos sectores se hablaba de que era necesario una reforma laboral ¿Usted considera que era necesaria una reforma laboral? ¿Cuál reforma considera más justa para preservar los derechos de los trabajadores y para generar trabajo?

Sí, pero no con el signo de estos reformistas. La reforma laboral tiene que ver con disminuir la jornada de trabajo, además la disminución laboral está probado científica y empíricamente aumenta la productividad y disminuye los accidentes de trabajo. Sin embargo, no lo logramos. La regulación de la jornada del trabajo tiene casi 100 años, yo fracasé, fui 12 años diputado nacional, presenté proyectos y no logré que se bajara ni una hora. Yo comencé con un proceso gradual porque soy partidario de que así son más fáciles de implementar. Mi proyecto era bajar de 48 a 45 horas cuando en la realidad hay muchos hombres y mujeres que trabajan 9 horas por día durante cinco días y no lo logré y éramos oficialistas. En esos gloriosos12 años también conseguimos muchas cosas, no me estoy resignando, hay muchos proyectos míos que se convirtieron en Leyes. Creo que la constitución política del Parlamento actual ofrece mucha dificultad para lograrlo, pero en algún momento se podrá. Hoy las relaciones de fuerzas políticas me parece que nos niegan esa posibilidad pero no hay que resignarse. Es muy importante participar en las cosas públicas, no olvidarnos que somos actores sociales y que tenemos derechos.

 

La industria del videojuego ataca de nuevo

La industria del videojuego ataca de nuevo

La exposición Indie Dev Argentina se llevó a cabo el fin de semana en el Centro Cultural de la Cooperación. Reunió a profesionales de la industria, fanáticos y estudiantes. Un negocio que crece y ofrece fuentes laborales a numerosas disciplinas.

 La exposición de videojuegos nacionales Indie Dev Argentina fue un éxito de público. Las charlas se ofrecieron con las salas llenas.El espacio más concurrido durante toda la jornada fue el que ofrecía la posibilidad de probar juegos durante 15 minutos, en el tercer piso del Centro Cultural de la Cooperación. La fila se extendía por las escaleras hacia abajo, y al terminar la jornada quedó gente que no pudo testear los videos. Los estudios que se postularon para mostrar sus juegos fueron 48, de los cuales 12 fueron los elegidos para presentarse en el evento.

Si bien la mayoría de las personas que participaron del evento eran profesionales o estudiantes de programación, ingeniería informática o desarrollo de videojuegos, existen muchos otros perfiles profesionales que se necesitan en esta industria. Durgan Nallar, escritor y consultor de diseño de juegos y narrativa transmedia,explicó que hacer videojuegos no consiste sólo en programar , sino que se necesitan muchas disciplinas artísticas y tecnológicas que trabajen juntas. “Tenés gente que escribe cuentos o novelas y no tiene idea de que pueden escribir el guion para un videojuego. Lo mismo sucede con músicos, diseñadores gráficos , o gente de marketing. La programación es solo una de las partes”, dijo Nallar.

El crecimiento de esta industria ofrece un panorama cada vez más variado. Si bien los videojuegos más populares corresponden a la categoría de entretenimiento, cada vez tienen más protagonismo los serious games, es decir juegos que tienen como base al entretenimiento pero el principal objetivo es otro. En la charla dedicada a este tipo de juegos se explicó que los juegos son arte y son una herramienta útil para transmitir mensajes, pero que además tienen la particularidad de poder generar empatía, porque al estar en el lugar de un personaje uno tiene que decidir y hacerse cargo de lo que le pasa a ese personaje. 

En el caso de las empresas pequeñas y medianas, alrededor de un 70% de lo que producen se vende a mercados del exterior, siendo los principales destinos Estados Unidos y Canadá. 

A su vez, se observa el fenómeno conocido como gamificación, el cual sucede cuando la lógica de los juegos es incorporada en ámbitos que no son propiamente del juego, como por ejemplo en la educación o en espacios laborales. Entre las funciones más difundidas de los juegos serios están las funciones educativas , publicitarias y de entrenamiento. Pero también hay otras menos conocidas . Por ejemplo, en la charla exhibieron un videojuego especialmente hecho  para pacientes  con quemaduras graves. Durante las curaciones hay procedimientos que deben hacerse sin anestesia, lo cual genera mucho dolor y trauma. El videojuego en cuestión lo que hace es, a través de la realidad virtual, ofrecer al paciente un foco de atención distinto y lo coloca en un entorno que se percibe como diferente al que realmente está. También hay videojuegos creados para personas con otro tipo de dolencias o condiciones de salud.

Otro de los temas que vienen revolucionando la industria del videojuego es la participación cada vez mayor de mujeres. Valeria Colombo fue una de las oradoras durante el evento. Colombo es programadora e integra el colectivo Women in games. “Cuando arranqué, hace quince años, venías a un evento como este y éramos tres mujeres, hoy hay casi paridad . En programación, que es el área en la que estoy yo, seguimos siendo muy poquitas. Pero está bueno que haya mujeres involucradas en la industria. Porque para hacer videojuegos vas a crear un personaje y está bueno que haya diversidad en los equipos. Si tenés un equipo de hombres haciendo un personaje femenino no va ser realista, y si tenés un equipo de mujeres haciendo un personaje masculino no va a ser realista”.

El tamaño de la industria de videojuegos en la Argentina era de unos 91.545.600 de dólares en el año 2023, según datos publicados por el Observatorio de la Industria argentina de Videojuegos de la Universidad Nacional de Rafaela. El sector viene teniendo un crecimiento exponencial a nivel mundial. Este incremento se hizo evidente en los años del confinamiento. En nuestro país, se calcula que un 34% de las empresas abocadas a esta actividad comenzó a funcionar entre el 2020 y el 2023 y emplean más de 1.600 profesionales. En este mismo periodo el 50% de los estudios pudo lanzar su primer videojuego. En el caso de las empresas pequeñas y medianas, alrededor de un 70% de lo que producen se vende a mercados del exterior, siendo los principales destinos Estados Unidos y Canadá. 

Muchos de los profesionales que participaron en el evento coincidieron en señalar que la industria tuvo un crecimiento muy pronunciado durante la pandemia, pero que una vez superada la etapa del confinamiento hubo una retracción.

Fernando Espósito, CEO del estudio Sureksu, uno de los que presentaban su juego, contó que el panorama económico internacional es lo que más les afecta porque esta es una industria que exporta. A diferencia de una película que debe pasar por controles de contenido y  calificación , los videojuegos pueden publicarse en tiendas virtuales sin mayores restricciones, teniendo que cumplir solo con algunos trámites. “Cuando pasó la pandemia todo eso que había crecido se retrajo, eso llevó a que cierren muchos estudios y proyectos. Nosotros también hacemos proyectos para terceros y esa pata se nos ha caído por completo, estamos esperando que haya un cambio”, explicó.

En una de las charlas, Ezequiel Heyn, cofundador de Purple Tree y vice presidente de la Asociación de Desarrolladores de Videojuegos Argentina, señaló que en la actual situación del mundo, con dos guerras que generan sus consecuencias en el día a día, hay una retracción de la economía. Pero agregó que al mismo tiempo, cuando hay este tipo de dificultades, los inversores pueden volcar su atención en los mercados emergentes.

También sostuvo Heyn que en la actualidad hay un cambio de paradigma por el cual los bancos están empezando a considerar a los sectores de la tecnología y de los videojuegos como opciones viables para ofrecer tasas y créditos especiales.

Sobre la cuestión de la financiación, en la exposición sobre cómo hacer videojuegos en la Argentina, Durgan Nallar señaló la importancia de invertir en capacitación financiera. En cuanto al futuro próximo de la industria , Nallar expresó una expectativa prometedora. Destacó que en los últimos cinco años la evolución ha sido muy notoria. Según explicó esto se debe en parte a la disponibilidad cada vez mayor de herramientas de software para desarrollar juegos y en  parte a que hay cada vez más centros de capacitación, al punto de haber carreras en universidades nacionales dedicadas a esta actividad.
“Venimos de un proceso en el que somos generalistas y tenemos que ir hacia una especialización de las diferentes áreas que conforman un videojuego, eso va a hacer que la industria madure poco a poco -aseguró Nallar-. La industria del videojuego crece a pesar de las crisis globales. Crece porque es una pasión y porque es un medio de comunicación que combina arte y tecnología”.