“No alcanza ni para comprar dos kilos de carne”

“No alcanza ni para comprar dos kilos de carne”

Ante la precarización y los salarios de hambre, los trabajadores de Página/12 realizaron un paro de cinco días en reclamo de sus derechos más básicos. “No queremos que el periodismo se convierta en un hobby”, manifestó una de sus delegadas.

“¡Basta! Nos estamos muriendo de hambre. Los salarios de prensa y los pagos por colaboración están en niveles por debajo de la línea de indigencia. Es imposible e inaceptable”, denunció la periodista Ailín Bullentini, delegada de la comisión interna de Página/12, en diálogo con ANCCOM.

La asamblea de trabajadores de Página/12 votó un paro que se extendió desde el miércoles 14 de mayo hasta el domingo 18 a la medianoche. La medida se tomó ante una situación desesperante: los salarios apenas pasan los 500.000 pesos y lo que cobran los colaboradores “no alcanza ni para comprar dos kilos de carne”.

En una semana marcada por movilizaciones del gremio de prensa, Bullentini afirmó: “Uno nunca lo espera de una patronal o de la dirección de un diario como Página/12, que nació principalmente para darle voz al pueblo, para hacer oír este tipo de reclamos. Pero una patronal siempre es una patronal, y un trabajador o trabajadora siempre tiene que ser consciente de sus derechos. No importa dónde trabaje”.

La delegada contextualizó cómo fue cambiando la relación con la dirección en los últimos años. Aunque el diálogo nunca fue sencillo, en 2016, cuando el diario fue adquirido por el Grupo Octubre, dirigido por el empresario y dirigente sindical Víctor Santa María, el vínculo se deterioró notablemente.

Desde sus comienzos, en 1987, Página/12 ha tenido una asamblea y una comisión interna fuertes. Según Bullentini, la intención de Víctor Santa María ha sido tratar de disciplinar y desarmar esa organización. La pandemia agravó el panorama, ya que se eliminó el espacio físico compartido y la redacción quedó atomizada. “Cada uno desde su casa, lo cual dificulta mucho la organización”, agregó Bullentini.

El paro en Página/12 es la punta del iceberg de un conflicto más profundo que abarca a todos los medios, donde también se vienen repitiendo movilizaciones y medidas de fuerza. Hace casi un año, en ocasión del Día del Periodista, una encuesta del Sindicato de Prensa de Buenos Aires (SiPreBA) arrojaba un resultado alarmante: el 76 por ciento de los trabajadores del sector cobraban salarios por debajo de la línea de pobreza. Hoy el panorama es todavía más dramático. No hay profesión posible sin sueldos dignos, sostienen desde el sindicato.

En el actual mes de mayo, el SiPreBA declaró la emergencia salarial, y en este escenario el paro en Página/12 se suma a una serie de reclamos que son parte de una lucha más amplia en contra de la precarización del oficio periodístico. El pasado martes 13 de mayo, el gremio organizó una olla popular frente a la sede de Clarín para denunciar los salarios de hambre en “el gran diario argentino”.

Recientemente, algunas empresas periodísticas, en el marco de negociaciones paritarias, han ofrecido aumentos mínimos, pero aún en esta dura realidad, Página/12 paga los peores sueldos y valores de colaboración. Es más, desde febrero sus trabajadores no han recibido ningún incremento salarial.

 “También hay que decir que cuesta cada vez más organizarnos, porque estamos muy golpeados, y la realidad es que hay compañeros y compañeras que efectivamente no se quedan esperando a que Víctor Santa María nos mejore el sueldo. Tienen que salir a buscar otra cosa porque si no, no viven. Tienen familias que mantener”, remarcó Bullentini, para quien es inadmisible que se paguen salarios de hambre a periodistas, una profesión clave para sostener la salud democrática de un país y sus instituciones republicanas.

“No podemos hacer nuestro trabajo cuando no podemos comer de nuestro trabajo. No es un hobby, no queremos que se convierta en un hobby. Deseamos que sea un trabajo con plenos derechos, como alguna vez lo fue”, concluyó.

Comenzó a discutirse en el Congreso la reconstrucción de Telam

Comenzó a discutirse en el Congreso la reconstrucción de Telam

Periodistas, gremialistas y legisladores se reunieron en la Cámara Baja para debatir cómo debería ser una nueva agencia nacional de noticias.

Este martes se realizó un debate en el Auditorio de la Cámara de Diputados de la Nación, en el que se propusieron los ejes para la reconstrucción de la agencia nacional de noticias Télam. Referentes de SiPreBa (Sindicato de Prensa de Buenos Aires), diputados, trabajadores de prensa, periodistas y miembros de Fatpren (Federación Argentina de Trabajadores de Prensa) se hicieron presentes para discutir sobre la necesidad de una agencia pública de noticias y publicidad para la democracia y se presentó un proyecto para recuperar ese histórico medio.

Javier Milei dispuso en 2024 el cierre de la agencia Télam, con el objetivo de poner en marcha una política de reorganización y privatización de empresas públicas. Lo hizo mediante el Decreto 548/2024, donde se establece la reconversión de la agencia. El documento indica: “Dispónese la transformación de Télam Sociedad del Estado en Sociedad Anónima Unipersonal, bajo la denominación de Agencia de Publicidad del Estado Sociedad Anónima Unipersonal (APE S.A.U) en la órbita de la Jefatura de Gabinetes de Ministros”.

Si bien el decreto ha cumplido con su objetivo, no ha logrado borrar la importancia que la agencia siempre tuvo para Argentina y el mundo, en un año en el que está cumpliendo 80 años de existencia. Es por ese motivo que se presentó en Diputados un proyecto que aboga por la reconstrucción de Télam y los medios públicos federales y plurales. Además, que se sostiene una premisa que hace al bien de todos los individuos que viven en el país, como es el derecho a la información de toda la ciudadanía.

En una tarde, donde el espíritu de la libertad de expresión resonó por toda la Cámara de Baja y estableció la importancia de que exista una agencia federal de noticias, el debate propuesto intentó responder a dos de los interrogantes más importantes. Por un lado, se preguntó ¿Por qué es necesaria una agencia pública de noticias y publicidad? A lo que se prosiguió, por otro interrogante al respecto: ¿Cómo debería ser una agencia federal de noticias?

Tomás Eliaschev es miembro de la Comisión interna de SiPreBa y expuso en el debate, una de las frases que resuenan en la sociedad respecto a la agencia: “Falta Télam”. Para éste, la ausencia del ente de información se observa en la falta de fotos, corresponsalías en el exterior en noticias sobre inundaciones, incendios, el fallecimiento del papa Francisco y demás acontecimientos que impactan al país y el mundo.

El periodista también habló sobre la ausencia de información con fuentes fidedignas. “Télam representa un aporte a la democracia, al derecho del pueblo y la sociedad necesita información, ya que lo que está ocurriendo es una afectación a la libertad de expresión”, indicó.

Por otro lado, Pablo Carro, diputado de Unión por la Patria, estableció el peligro que implica el silenciamiento de la agencia. Se observan cada vez menos medios y se produce la concentración de los mismos, así como también remarcó el presente económico por el que atraviesan gran parte de los periodistas, quienes poseen salareios por debajo de la línea de pobreza.

Además de solidarizarse con el sector, Carro habló sobre como esto repercute en una degradación de la democracia. Por ello, propuso impuestos a las redes y plataformas, ya que de ese modo se podría sostener el sistema de medios y financiar el ecosistema comunicacional.

El diputado enfatizó que el Estado debe garantizar el pluralismo y la diversidad informativa y encuentra en esta propuesta, el modo para llevarlo a cabo. Asimismo, establece la importancia de los medios del interior, para llevar adelante el trabajo y se debe poner atención a la representación de las minorías, porque es clave para la democracia. Se debe lograr la cobertura objetiva para el pluralismo de voces.

Mónica Frade, diputada por la Coalición Cívica, aseguró, por su parte, creer en el poder de una agencia federal fuerte, ya que el oficialismo impide la libre expresión de ideas y el derecho a la información. Planteó que se debe apoyar a los periodistas que reflejan la libertad y a lo público, para evitar que se destruya lo que años atrás se logró construir. Según sus palabras “Télam es imprescindible para la libertad de expresión”.

Para finalizar, Esteban Paulón -legislador por Santa Fe, director ejecutivo del Instituto de Políticas Públicas LGBT+ y secretario general del Partido Socialista de Argentina- habló sobre lo que implicó la pérdida de Télam para el país, donde se producían noticias desde el territorio para la agencia, realizando un cumplimiento del interés público y con incidencia mundial. Aseguró que su no funcionamiento hace que se pierda calidad periodística y de investigación, uno de los puntos más subrayados en la reunión.

El debate concluyó cerca de las 19:30 y demostró que Télam sigue viva y con ganas de bridar información chequeada y fidedigna para la sociedad. De que todavía es posible reconstruir la comunicación, en medio del ataque antidemocrático que lleva adelante el presidente, desde su asunción en el gobierno. SiPreBA y FATPREN indican que los medios públicos deben informar de manera plural y federal, para dar voz propia a un país con soberanía.

«No hay libertad de prensa sin trabajo digno»

«No hay libertad de prensa sin trabajo digno»

El Sindicato de Periodistas de Buenos Aires montó una olla popular frente al diario Clarín para exigir la reapertura de paritarias. El primedio salarial de los trabajadores de prensa escrita es de 520.000 pesos.

Este martes, el Sindicato de Prensa de Buenos Aires (SiPreBA) realizó una olla popular bajo la consigna “ollas del hambre”, frente al diario Clarín, en Tacuarí al 1700. La protesta se debe a la delicada condición salarial a la que se enfrentan los trabajadores de prensa, y a la negativa de las empresas mediáticas a negociar recomposiciones de sueldos, a pesar de haber pasado más de tres meses desde las últimas paritarias.

La protesta pacífica también se centró en los ataques del gobierno de Javier Milei al periodismo, en referencia a las denuncias penales que el mandatario realizó la semana pasada hacia Carlos Pagni, Viviana Canosa y Ari Lijad. Además, entre los presentes en la actividad se encontraba Fabian Grillo, padre de Pablo, el joven fotógrafo víctima de la represión en la marcha de jubilados el 12 de marzo, que recibió un disparo que le impactó en el cráneo y lo dejó en terpaia intensiva hasta ahora.

Frente a su lugar de trabajo, los trabajadores de Clarín y los integranes de SiPreBA se van organizando para la actividad convocada para las 14. Un carril queda disponible para el paso de autos y los colectivos, que tocan su bocina en señal de apoyo a la protesta. Entre varios manifestantes, logran colocar dos garrafas, un anafe y una gran olla en el asfalto, dando inicio a la cocción del guiso de lentejas. Trajeron todo: ingredientes y banderas. Solo queda reunirse con un mate al calor del hervor de la olla.

“Estamos haciendo una olla contra el hambre. La idea es recorrer otras redacciones también, en tanto sigamos sin poder firmar una paritaria que nos saque de la situación angustiante que estamos viviendo como trabajadores de prensa, con sueldos ya no solamente debajo de la canasta básica, de pobreza, sino sueldos abajo de la línea de indigencia. Frente a un conglomerado empresario que parece no importarle tener trabajadores indigentes. Nuevamente están empujando la paritaria, y nos quieren forzar a firmar un acuerdo por debajo de la inflación. Negocian de mala fe”, afirma Sebastián Díaz, trabajador de Clarín en la redacción de Olé y delegado de SiPreBA.

De acuerdo con el último informe de escala salarial publicado por el sindicato, el promedio de los trabajadores de prensa escrita gana alrededor de 520.000 pesos por una jornada laboral de al menos seis horas y media por día.

Paula Ongaro, trabajadora en el medio desde hace casi 27 años y delegada desde octubre del año pasado explica: “En noviembre de 2024, hicimos un relevamiento de salarios mostrando los recibos concretamente y complementando esa información con los datos del nivel del cargo, del nivel de formación y de la antigüedad. Teníamos gente con más de 15 años de antigüedad que era encargada de un producto, cobrando por debajo de los 600.000 pesos. Hoy en el diario tenemos para las jornadas de 7 horas, un piso de 700.000 pesos brutos. Cuando vos haces las deducciones, ese salario de bolsillo, te da por debajo de los 600.000”.

El nivel de los salarios explica la necesidad desesperante que lleva a los periodistas, cualquiera sea su trayectoria, al pluriempleo para poder llegar a fin de mes. “Muchas veces se nos percibe como un sector privilegiado de la sociedad, asimilando la situación de los y las trabajadoras a la de los empresarios dueños de medios. Necesitamos que se entienda bien que nosotros somos parte de la clase trabajadora, y una parte particularmente castigada por años”, agrega.  

Esta situación de precarización laboral no solo lleva al deterioro de los trabajadores, sino también al de la calidad del debate en democracia y la información periodística. “Vos no podés hacer bien tu trabajo si estás pensando que terminás acá y tenés que ir a otro laburo, y terminás ahí y vas a otro, y que así quizás llegás a un ingreso que te permita vivir”, señala Díaz. “Lo que está en juego es la libertad de expresión, no hay libertad de prensa sin trabajo digno”, refuerza Ongaro.

A medida que pasaron los minutos, fueron muchos los trabajadores que se reunieron con sus compañeros para compartir el pan en platos descartables. Lo que importaba era estar presente en esa comunión. A este encuentro se sumó Fabián Grillo -recibido con afecto por todos-, quien megáfono en mano dio el parte del estado de salud de su hijo.

Finalizando el acto, Francisco Rabini, delegado, llamó a la organización de una colecta para conseguirle una nueva cámara a Pablo. Por otro lado, se continuó con el reclamo del encuentro, señalando la gravedad de las acciones legales y las incitaciones de odio del presidente para la libre empresa.

Rabini remarcó la dificultad de ejercer el oficio, frente a un gobierno que constantemente reprime y denuncia. “En el caso de Ari Lijalad, fue por una nota que escribió. Por lo tanto, estamos traccionando que todo aquel que quiera, firme esa nota. Que sea una nota escrita no por un periodista, sino por cientos de periodistas. Si al presidente no le gusta y va a denunciar a un periodista, que denuncie a todos. Tenemos que ser capaces de ejercer una defensa colectiva, una defensa común”. Ya lleva casi 400 firmas en la nota del periodista denunciado.

Con respecto a los últimos dichos de Milei rechazando la compra de Telefónica por parte de Clarín, Rabini declara: “Dicen pelearse, pero lo cierto es que cuando vamos a firmar paritarias, el que nos pone el techo es el gobierno. O sea, el gobierno defiende a los empresarios. La lealtad de clase la tienen muy clara”. Y agrega: “Estos ataques son la mejor manera de tener un periodismo manso, hambreado. Estamos hablando de personas que tienen 30 años de oficio y dejan la actividad. Un compañero se fue a trabajar con su familia en una distribuidora de papel higiénico. Estamos ante la posibilidad de la extinción del oficio como lo conocemos”, concluye.

Ongaro sostiene en sus declaraciones finales: “El sueldo ha convertido a esta actividad en un hobby. Se han ido muchos compañeros buscando nuevos horizontes, pero también sufrimos dos despidos masivos en los últimos cuatro años. Luchamos contra la desesperación, y a veces es difícil convertir la bronca y la angustia en combustible para tomar medidas de fuerza”.

Al interior de las redacciones ella describe la dificultad: “Con los compañeros con menos trayectoria tenemos que salir a dar la pelea porque hay toda una generación que solo conoce el trabajo en términos precarios. Son pasantes, son contratados por poco tiempo. Las redacciones están llenas de esas figuras grises, variantes de la precarización. A esos compañeros hay que salir a buscarlos y a conquistarlos, a convencerlos de que la única salida posible es colectiva”.

Los ítaloargentinos votan para ampliar derechos laborales

Los ítaloargentinos votan para ampliar derechos laborales

La Central de Trabajadores Italiana promueve el voto a favor de cinco puntos en un referéndum para que los trabajadores recuperen los derechos laborales. La votación será en junio pero en mayo lo podrán hacer quienes residen en el exterior. Un debate que se vuelve global ante el avance de las derechas en el mundo.

En pocas semanas, Italia celebrará un referendum de cinco puntos buscarán modificar leyes vinculadas al trabajo y la ciudadanía. Los requerimientos que serán puestos en consideración proponen ponerle un freno a los despidos sin causa, brindar mayor protección a los trabajadores de empresas pequeñas, más control al trabajo precario, más seguridad en el trabajo y lograr una mayor integración con la ciudadanía italiana.

“Se va a votar durante los días 8 y 9 de junio en Italia, mientras que en el exterior, a partir de mediados de mayo, ya van a empezar a llegar los sobres con el material electoral para que los italianos residentes en otros países que figuren en el padrón electoral también puedan participar”, declaró Renato Palermo, coordinador del Patronato INCA CGIL Argentina, estructura de servicios dependiente de la Central Sindical Italiana, en diálogo con ANCCOM y advirtió que: “Hay una postura de parte del gobierno de Giorgia Meloni de ir retaceando derechos laborales, lo que ha generado cierta tensión con el sector sindical. Evidentemente este referéndum tiene un contenido político porque plantea una confrontación entre el accionar del gobierno y la clase trabajadora”.

Para que la propuesta de estas cinco preguntas referendarias sea puesta en consideración se necesitaban conseguir al menos quinientas mil firmas y, gracias al amplio consenso que logró el movimiento sindical y el acompañamiento de partidos de centro-izquierda, se juntaron alrededor de cinco millones de firmas. Por lo tanto, se espera que el apoyo al referéndum sea masivo. En ese sentido, María Rosa Arona, responsable de la oficina en Buenos Aires del Patronato INCA CGIL Argentina señaló: “Como los italianos en el exterior también votamos y Argentina es uno de los países con más inscriptos en los registros consulares, es muy importante ejercer el derecho al voto y más sobre estos temas que parecen tan lejanos, pero no lo son; porque en nuestro país, al igual que en Italia, se tratan de recortar permanentemente los derechos de los trabajadores”.

En el año 2015, bajo el gobierno de Matteo Renzi, se aprobó una ley conocida como “Jobs Act” que reestructuró todo el sistema de trabajo italiano a través de la modificación de normas y reglas que profundizaron la flexibilización laboral. “Se puede decir que el problema que está sufriendo Italia es un poco el que está sufriendo todo el mundo: en materia de derechos, los trabajadores han perdido muchísimo”, expresó Palermo. El referéndum viene a ponerle un freno a la flexibilización y precarización laboral se que vive el país, por lo que Arona destacó que: “Lo que nosotros queremos es que los trabajadores italianos recuperen los derechos que perdieron y puedan vivir en una sociedad más justa, donde no tengan que repetir el camino de sus antepasados: lamentablemente, hay un alto nivel de migración de jóvenes, y no tan jóvenes, que se van porque no encuentran alternativa para ganarse la vida y subsistir”.

Con respecto al referéndum que busca reducir de diez a cinco años el tiempo de residencia para obtener la ciudadanía italiana, “apuntamos a que supere la cuestión meramente de documentos y se pueda acercar a los ciudadanos italianos a la realidad italiana, a la solidaridad con los trabajadores italianos en Italia e incluso con la propia memoria familiar”, planteó María Rosa Arona y señaló: ”Pensar que la gente busca la ciudadanía simplemente por el pasaporte, porque quiere viajar o evitar la visa es banalizar la cuestión. Hay mucho más que eso, hay una comunidad que en su mayoría está muy ligada a Italia: lo vemos reflejado en nuestra cultura y nuestro lenguaje”.

En el marco de acciones que se desarrollaron en Argentina vinculadas al referéndum italiano sobre el trabajo y la ciudadanía, el jueves último se realizó en la Casa por la Identidad ubicada en la exESMA un conversatorio para pensar la defensa de los derechos laborales a ambos lados del Atlántico. El encuentro contó con la participación de Nicoletta Grieco, la responsable para América Latina de la CGIL; Carlos Tomada, exministro de Trabajo de la nación; Vanesa Siley, diputada nacional; Roberto Baradel, secretario de la SUTEBA; Abel Furlam, secretario General de la OUM-RA; y Carlos Greco, rector de la UNSAM. Además de explicar el contenido del referéndum, se conversó acerca de las similitudes en cuanto a la situación social y política que atraviesan Italia y Argentina.

“Las similitudes entre Italia y Argentina están a la vista y las estamos viviendo. En Argentina se está hablando de no continuar con las contrataciones colectivas y se está jugando a desgastar a los trabajadores de todos los sectores. Estamos en medio de una situación en la que estamos perdiendo derechos en materia laboral y previsional, todos los miércoles vemos lo que hacen con los jubilados”, advirtió Arona.

En Italia hubo grandes batallas conquistadas a través del referéndum de iniciativa popular, como la Ley del Divorcio en la década de 1970 y del Aborto en la década de 1980. En este caso particular, “sectores de derecha y centroderecha invitan directamente a no ir a votar, lo que es una cuestión muy grave porque lo importante aquí es que la gente se exprese, aunque sea diciendo que no”, señaló Arona. Además, siguiendo esta línea, su compañero Palermo destacó la importancia del ejercicio democrático porque “reafirma la participación popular en la toma de decisiones y la mantención de los derechos de los italianos residentes en el exterior. Votar implica cierta presencia y esa presencia seguramente presione a las autoridades italianas para que las comunidades italianas en el exterior continúen siendo respetadas”.

“Los derechos se conquistan, pero no son para siempre. Por eso, hay que estar alerta y organizados: este referéndum de iniciativa popular aporta más dignidad al trabajo, mejores condiciones de seguridad y va en contra de la precariedad laboral. Hay que votar Sí. Debemos ser solidarios y empáticos con los trabajadores italianos, porque a nosotros nos está pasando lo mismo y necesitamos juntar fuerzas para resistir”, concluyó Arona.

 

La sindicalización en el streaming avanza

La sindicalización en el streaming avanza

Con una diferencia de pocos días, se anunciaba el convenio laboral de los trabajadores de Gelatina y cerraba el canal Crudo TV. Un especialista de políticas y legislación en comunicación, el prosecretario del sindicato de servicios audiovisuales y un trabajador coinciden en la complejidad del nuevo medio y en la necesidad de regular el sector.

La irrupción del streaming en el ecosistema mediático argentino, principalmente a partir de la cuarentena impuesta por la pandemia del covid-19, no sólo cambió la forma de consumir contenidos sino que también forzó un reordenamiento en la manera de entender, producir y regular el trabajo audiovisual. En este contexto, el Sindicato Argentino de Televisión, Servicios Audiovisuales, Interactivos y de Datos (SATSAID) busca encuadrar laboralmente a quienes producen contenido en canales como Luzu TV, Gelatina, Olga o Blender, bajo el Convenio Colectivo de Trabajo 634/11.

«La única relación posible de los trabajadores con las empresas es la relación de dependencia en cualquiera de los formatos que establece la Ley de Contrato de Trabajo», sentencia Pablo Storino, prosecretario general del SATSAID, a la vez que asegura que “todo lo demás queda enmarcado dentro del fraude laboral”.

Según el sindicalista, “el primer streaming que pudimos regularizar con mucha alegría, eficiencia y con una cantidad de trabajadores considerable fue Luzu TV. Cuando apareció en el radar del mundo de la comunicación, nosotros empezamos a tomar contacto y a armar algunas reuniones donde les informamos que, si bien ellos no hacen televisión tradicional, producen contenidos audiovisuales y que los trabajadores de esa actividad están representados por el SATSAID”.

El caso de Gelatina sigue una lógica similar y recientemente emitieron un comunicado al respecto. “La empresa entiende que el sindicato de la producción de contenido audiovisual es el SATSAID, que garantiza derechos, establece certezas en cuanto a qué es lo que tenés que cobrar, en qué tiempo y en qué forma, en que tenés que tener un empleo registrado con aportes a la jubilación, a la seguridad social, a la salud para poder tener cobertura, fija un escalafón profesional, un sistema de trabajo en general con definiciones sobre cuáles son tus tareas, tus responsabilidades y también cuáles son tus derechos como trabajador y trabajadora”, explica el gremialista.

Pero no todos los canales respondieron igual. Blender, por caso, fue mencionado por el SATSAID en un comunicado en términos críticos, al señalar la negativa de su dirección a permitir la sindicalización. En palabras de Storino: “Eso se da por un motivo sencillo, cuando vos haces registrar a tus trabajadores y le empezás a señalar a la empresa cuánto tiene que pagarle al trabajador y que además tiene que hacer los correspondientes aportes patronales de ley, empieza la pelea entre el capital y el trabajo. Nada más ni nada menos que estás dispuntándole la rentabilidad de la empresa. Hay algunas que no toleran semejante insubordinación y se ponen un poco más ariscas de lo que en sus pantallas defienden, donde se definen como progresistas y paladines de la justicia y muchísimas cuestiones más”.

El SATSAID tiene una estrategia definida: “ir a buscar a los streaming que mayor monetizan, que mayor capacidad de pago tienen y por lo tanto también tienen la capacidad de regularizar a sus trabajadores y poder permitirles ser sujetos de derechos laborales. Y por eso es que son los que principalmente intentamos regularizar con un éxito relativo; te diría que hoy representamos, de estos streamings más importantes, a la mayor cantidad de los trabajadores”.

Respecto a si hubo algún canal que se acercara voluntariamente, relata que “hay varios, y esto se da fundamentalmente porque hemos podido instalar que el sindicato de la actividad que representa al streaming es el SATSAID, porque entendemos que forman parte del ecosistema audiovisual como los canales de aire, las productoras o cualquier generador de contenido audiovisual de la Argentina, que no sea cine”.

También destaca que “hoy uno de los grandes dramas de la Argentina es que tenemos una gran porción de la población que no está registrada y las nuevas generaciones que acceden al mundo de trabajo en la absoluta informalidad carecen muchas veces de la información necesaria sobre cuáles son los derechos, de tener 13 salarios al año, de tener derecho a una representación, salud, aporte jubilatorio, beneficios, etc. Y eso hay que ir explicándoles, gestionándoles y contándoles qué es un convenio colectivo y cuáles son la cantidad de derechos que ha conquistado este sindicato a través de los años”.

“Muchos de estos chicos –asegura Storino- no sabían ni qué es un sindicato, ni qué es una organización gremial, ni que tenían derecho a poder tenerlo”. Por otro lado, un trabajador que prefirió no ser identificado reconoció que el acuerdo les trajo beneficios concretos, pero también marcó sus diferencias: “Están dando por hecho que el rubro streaming es afín al rubro televisivo. Me parece que eso todavía está en debate. Tranquilamente podríamos estar conveniados bajo algún sindicato de radio, de prensa o incluso pensar en uno nuevo. Por ahora, lo que se impuso es SATSAID, porque tiene décadas de laburo, de organización y se movieron más rápido que el resto”.

“Yo no soy del sindicato –aclara-, no estoy bajo convenio, pero tampoco soy de la patronal. Soy un trabajador más que me interesa que laburemos mejor y no tengo prejuicio para con los sindicatos, pero hasta ahora no me encanta cómo se están moviendo. Ellos lo que dicen es que tienen que poner a los laburantes en blanco y regularizar la situación de sus trabajadores, lo cual está perfecto. El primer inconveniente que surge es que los convenios fueron redactados son de televisión de la década del 70”. El trabajador prosigue: “Ahí hay un montón de complejidades en donde la forma en que trabajamos nosotros no aplica a lo que ellos quieren. Los que están bajo convenio ahora son los operadores técnicos, que son los que manejan las transmisiones de video y de audio y me parece que empiezan por ahí, porque es la tarea más fácil de encuadrar en un convenio, porque es un trabajo muy específico y porque tienen horarios fijos de laburo. Hay muchos otros roles dentro de todos los canales de streaming que son más flexibles o más difíciles de encuadrar”. También cuestionó: “Me molestó que no se acercaron a hablar con los trabajadores del streaming. Fueron directamente con los que pagan los sueldos. No critico el acuerdo porque mis compañeros ahora están en blanco, tienen obra social, un montón de derechos que yo celebro y me parece espectacular, pero la verdad es que el acuerdo no fue con los trabajadores en la mesa. Después se comunican con los trabajadores, se sientan con ellos y les cuentan cómo es el convenio y qué beneficios tienen. Pero que yo sepa, a nadie le levantaron el teléfono de los que trabajamos todos los días para preguntarnos ni cómo estamos, ni si nos interesa sindicalizarnos, ni nada de eso”.

Asimismo, entiende que “como hubo un crecimiento muy acelerado de la nueva industria del streaming nacional en estos cuatro años en donde todo va creciendo, también crece el interés por parte de la política, los sindicatos, las agencias de publicidad, las plataformas… Por lo tanto, empiezan a moverse más recursos en, al menos, los canales principales. Eso se refleja, por supuesto, en los ingresos de todos nosotros. Sigue siendo un trabajo mucho más flexible que el de la tele, la radio o los medios tradicionales”. Y concluye: “Es un rubro tan nuevo que justamente está todo en debate. La relación con los sindicatos recién arranca, y yo creo que es una discusión que va a seguir los próximos años”.

Por último, reflexiona: “Hay mucho diálogo entre nosotros, más allá de las guerras entre los streamings que son más de chusmerío de Twitter (hoy X), nos conocemos todos, es un rubro chico, hay buena onda y más o menos todos tenemos problemas parecidos. Estamos todos contentos por lo mismo, que nos gusta donde estamos laburando y hacia dónde va todo, y al mismo tiempo también tenemos problemas similares, más allá de que los esquemas de negocios de los canales son distintos, no es igual la construcción de los más grandes, ni de canales más chicos, entonces también es difícil discutir convenios o sueldos, o lo que sea, de la misma manera, porque tenés tanques con mucha espalda y otras empresas que son más tipo PyMEs. No se me ocurre tampoco que haya otro sindicato existente hoy donde se pueda viabilizar esa conversación”.

Sobre la sindicalización en general, menciona que “hay algo generacional, yo tengo casi 30 años, pero hay más chicos trabajando en estos canales y quizás nuestro horizonte no es ni estar sindicalizado ni estar en blanco necesariamente. Por supuesto que es algo que se agradece siempre, pero quizás la prioridad número uno no es esa, quizás son otros beneficios laborales en los que estamos pensando. Los ingresos en sí mismo, o las actualizaciones, o incluso formas de laburar. Se habló mucho en la pandemia del derecho a la desconexión, el derecho de recibir un mensaje de laburo a las 10 de la noche un sábado, porque en general son proyectos donde estamos todos entusiasmados por lo que hacemos, entonces poner límites es difícil porque no es que uno se siente obligado a hacer lo que hace, sino que también lo apasiona, pero creo que hay muchos roles dentro de estos canales de streaming que son muy flexibles en ese sentido, en los horarios de trabajo, en los días de trabajo. Hoy es feriado, no salimos al aire, pero estamos todos pensando en qué se publica mañana en la cuenta de Instagram, qué hacemos el lunes con los invitados, qué se yo… Ahí hay un montón de baches todavía”.

Diego Rossi, profesor de Políticas Internacionales de Comunicación en la Universidad de Buenos Aires, plantea que “del macrismo para acá, hemos tenido un desarme de políticas de fomento y de encuadre de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual (LSCA). Hoy el streaming opera por fuera de todo marco legal argentino, pisa el terreno de lo audiovisual pero no tiene obligaciones claras en términos de registración, responsabilidad por contenidos ni condiciones laborales”. Entonces, desarrolla: “Pensando en la propia denominación de YouTube a sus canales, esa toma simbólica de la palabra canal nos remite a los canales de televisión clásicos. Sin embargo, son totalmente distintos porque los canales de televisión clásicos usaban espectro radioeléctrico, o sea, un recurso público que eran las ondas del aire. Los canales de internet tienen la semejanza de que es una programación de flujo, si bien la podemos ver cuando queremos, porque los programas quedan, la sensación de vivo y la programación con determinados horarios y con determinadas franjas y también asumiendo los canales ciertas apelaciones a audiencias tienen esa similaridad con los viejos canales de televisión”.

Rossi también analiza que “hay un continuo de encuadre audiovisual que en otros países es claro y es obvio como la legislación europea, la legislación española, pero en el caso argentino entra en un terreno prácticamente desregulado. Entonces, para un sindicato o para una acción colectiva de grupos, por ejemplo de audiencias, no es tan fácil encuadrar y en ese sentido es entendible que existan tensiones y que los emprendedores o empresarios pueden ser más pequeños que los grandes canales, digamos que uno podría pensar que tenían grandes estructuras. Ahora son estudios en menores dimensiones, con menos metros cuadrados, con menos empleados, pero por lo pronto a mi juicio y siguiendo la doctrina de evolución del encuadre del audiovisual deberían ser trabajadores del cine, de la tele, de la producción de series y por qué no de la televisión en vivo, de lo que antes denominábamos televisión en vivo que ahora podría ser emisión en streaming”.

“En ese sentido también tendríamos que pensar en radios, uno piensa dos o tres capitalinas como Futurock, que también están un poquito desencuadradas de la LSCA pero todos nos damos cuenta que es un consumo muy similar al viejo consumo radiofónico”, resalta el académico.

Storino, al respecto aclara que “hay streaming que provienen de las radios, que ahí solemos compartir la representación de los técnicos con sindicatos como el SUTEP, como el sindicato de los operadores de radio AATRAC”.

“Los streaming están disponible en plataformas globales con lo cual ahí tenemos una relación de mediación distinta a lo que podría ser, entre comillas, la independencia del medio televisivo que solo dependía de una licencia del regulador, el ENACOM o anteriormente la AFSCA. No hay una licencia nacional para emitir en streaming, lo que acarrea la falta de responsabilidades y de obligaciones en el ámbito nacional por parte de estos prestadores. Ahora bien, la emisión y la recepción se produce, o el visionado, se produce mayoritariamente en Argentina”, rescata Rossi.

“La territorialidad de una empresa –agrega- si bien se monta sobre una plataforma extranjera y todas esas demandas pueden ser complejas en el ámbito local, desde el punto de vista de la justicia laboral o de las condiciones laborales, claramente si la producción se ejerce en Argentina, más allá de las condiciones del visionado, la intervención de la Secretaría de Trabajo y de las autoridades mediadoras, ya sea para determinar salarios o para inspeccionar condiciones de trabajo o regímenes de jornadas laborales, es en nuestro territorio. Así que ahí entiendo que es más bien clásico el encuadre de las funciones laborales que puedan tener camarógrafos, productores, editores, presentadores, en estos canales”.

El caso del cierre del canal Crudo TV comunicado por SATSAID el último 30 de abril, expone las vulnerabilidades del sector. Al respecto, Storino declaró “repudiamos que de un día para el otro 45 trabajadores se queden en la calle sin aviso previo de ningún tipo. Esto no lo dijimos en el comunicado, pero hemos denunciado en la Secretaría de Trabajo los despidos por parte de Crudo TV, de trabajadores que estaban en fraude laboral en su mayoría, porque solamente había cuatro registrados. Asimismo, nos vamos a hacer cargo del asesoramiento legal a todos esos compañeros para que cobren lo que tienen que cobrar, y en el caso de que la empresa se niegue, los representaremos legalmente ante la Secretaría de Trabajo y la Justicia para que puedan tener una defensa legal digna y no tengan que pagar por ella, pese a que no son trabajadores que formalmente estaban representados por nosotros. No podemos hacer menos que eso”.

Por otro lado, el trabajador que prefiere permanecer en el anonimato recalcó que “si SATSAID puede ayudar en casos como este, me parece bárbaro. Como apreciación general sin conocer el caso puntual, creo que se están abriendo muchos canales de streaming últimamente por una cuestión de moda y en algunos casos son emprendimientos un poco improvisados de inversores que no entienden de medios y mucho menos de contenidos digitales. No es el primero que abre y cierra al poco tiempo”.

“Objetivamente es mejor para el laburante estar bajo convenio, tener la certeza de que si te echan te corresponde una indemnización, entre otras cosas. Eso no hay duda y me gustaría que el sector se encamine hacia ahí. Quizás personalmente no lo vivo como una preocupación dramática porque siempre trabajé de forma freelance y mis viejos también. Me acostumbré a eso, a estar buscando siempre distintas oportunidades o a inventarlas en caso de tener un bache. Y creo que muchos en el rubro (digital, audiovisual o de prensa) se manejan parecido”.

Los precios suben por el ascensor y los salarios por la escalera

Los precios suben por el ascensor y los salarios por la escalera

Con el objetivo de anclar la inflación, el Gobierno de Milei impide que los salarios aumenten por encima del índice de precios. De esta manera, los ingresos familiares se deterioran mes a mes.

Los salarios constituyen un eje central en el plan antiinflacionario del gobierno nacional. Durante 2024 el Ejecutivo estableció que a partir de octubre de ese año no homologaría acuerdos paritarios que superaran el 2% proyectado de inflación mensual, mientras que a partir de 2025 este porcentaje desciende alrededor del 1%. El programa económico descansa en gran medida sobre la posibilidad de mantener las paritarias a raya bajo la premisa de que una puja distributiva que impulse los salarios por encima de la inflación provocaría una espiralización de los precios al alza.

Si el Índice de Precios al Consumidor registrado por el INDEC arrojó una variación del 3,7% en marzo, se impone la pregunta respecto de cómo impactará en los números la salida del cepo oficializada el 11 de abril. La medida, que supone un nuevo esquema de flotación del tipo de cambio entre bandas fijas, implica una devaluación de alrededor del 10% cuyo traslado a precios todavía está por verse. Las remarcaciones entran en tensión con los indicadores del consumo masivo que se mantiene en caída desde hace quince meses y acumula una contracción intermensual del 5,4% en marzo de acuerdo a la consultora Scentia. ¿Pero qué dicen los trabajadores, más allá de los números fríos?

“Con mi sueldo solo no me alcanza. Todos los meses termino con el descubierto del banco en rojo, y si no fuera por la tarjeta de crédito no llegaría”. Brenda Gonzalez vive en Chacarita, es administrativa y vive con su pareja, hace un año empezaron a ir al Mercado Central para reducir costos: “Hacemos todas las compras ahí, sino es imposible. También vamos a un mayorista para conseguir segundas marcas y cortamos todos los consumos que no fueran prioritarios. Llevamos lo justo”.

El poder adquisitivo de los salarios está mermado y funciona como una barrera ante los aumentos. “Soy maestra de grado en Capital federal y cobraba 760.000 pesos por turno, hace un mes decidí tomar un cargo a la tarde porque necesitaba otro sueldo, el Gobierno de la Ciudad no me aumentaba y ya no me alcanzaba para vivir”. Eso dice Camila Amigo, que alquila en Flores y sus padres la ayudan con una parte, el resto se va en comida y gastos fijos: “Antes podía hacer una salida por mes, ahora ni eso. Hace casi dos años que no tengo capacidad de ahorro”, asegura.

La experiencia se repite, los ingresos carecen de margen para seguir ajustándose y cada vez se trabaja más para acceder a menos consumos. Martín Belert vive en Chacarita, es analista de datos en una consultora extranjera y su sueldo se actualiza bimestralmente por IPC. Ante la consulta por el estado de su capacidad adquisitiva afirma que “más allá de que me aumenten acorde a la inflación no llego a fin de mes, llevo la mitad de lo que podía comprar antes. Encima termino trabajando de más sin cobrar horas extras”.

El 16 de abril durante una sesión informativa en la Cámara de Diputados el Jefe de Gabinete Guillermo Francos sostuvo que entre febrero de 2024 y enero de 2025, todas las categorías de trabajadores registraron incrementos salariales por encima de la inflación. El mismo día desde su cuenta de X, el Ministro de Economía Luis Caputo respaldó esa información con un gráfico elaborado por la Secretaria de Trabajo, Empleo y Seguridad Social (STEySS) que presenta la evolución del salario real y lo ubica en su máximo desde agosto de 2018.

La pregunta que se impone es cómo estos datos pueden compatibilizarse con  el hecho de que, durante el mismo período, el gobierno haya mantenido pisadas las paritarias. De acuerdo a un informe del Centro de Estudios del Trabajo y el Desarrollo (Cetyd) de la Universidad Nacional de San Martín existe un desacople entre los salarios negociados por los sindicatos, que se mantuvieron estables, y los salarios efectivamente cobrados por los trabajadores, que crecieron por el incremento de las horas extras.

La conclusión del estudio es que no hay un aumento sustancial de la hora salarial sino un incremento de la intensidad laboral que, al no trasladarse a los salarios básicos de convenio, está sujeta a los vaivenes de la actividad económica. Con los ingresos convertidos en variable de ajuste y un escenario de precios en ascenso, la voluntad de los trabajadores de negociar mejores condiciones colisiona con la posición de un gobierno que no está dispuesto a dar el brazo a torcer en pos del equilibrio de su plan económico.