Nov 15, 2017 | DDHH, inicio
El juicio que investiga los crímenes de lesa humanidad por los que están acusados Eduardo Alfonso y Rafael Félix López Fader tuvo este martes la presentación de los alegatos de la Fiscalía; el próximo martes será el turno de las defensas de los imputados. La Fiscalía, al igual que las querellas que representan a Abuelas de Plaza de Mayo y a las familias de las víctimas, pidió prisión perpetua para el ex General de Brigada Eduardo Alonso, acusado del asesinato de Domingo García y la desaparición de Beatriz Recchia, embarazada de cinco meses; y la misma pena para el ex Capitán del Departamento de Inteligencia del Comando de Institutos Militares Rafael López Fader, imputado por su participación en el secuestro, tortura y homicidio del ex diputado nacional Diego Muniz Barreto y de tentativa de homicidio de su secretario Juan José Fernández
A las 10 de la mañana ingresaron los acusados a la sala. Alfonso pareciera no comprender aún la gravedad de su situación y los delitos que se le imputan, así como tampoco sus amigos, que al verlo pasar por la puerta del tribunal, lo vitorean, en voz baja, haciendo ademanes con la mano como si estuvieran festejando una hazaña.
La audiencia comenzó con una contextualización de los hechos de ambos casos. El secretario de la Fiscalía dijo que el arma elemental usada en el plan sistemático de eliminación de la subversión fue la inteligencia basada en la extracción de información a través del secuestro, tortura y disposición final de las personas, es decir su ejecución y la posterior desaparición de los cuerpos. “No existía otra operación en esa época que no tuviera que ver con dicho plan. Las planas mayores de la jefatura, los comandos, cada uno de los departamentos y escuelas, tenían distribuidas determinadas tareas en función del cumplimiento del plan. De ahí se desprende la importancia de los oficiales de operaciones en la ejecución de cada uno de los hechos como los que hoy se están juzgando”, amplió. Tanto en el caso García-Recchia como en el del ex diputado Diego Muniz Barreto tuvo participación el Área de Inteligencia.
Eduardo Alfonso rechazó las imputaciones en su contra. Dijo que no participó en el hecho y que no estuvo en el lugar
El fiscal Marcelo García Berro comenzó su alegato manifestando su coincidencia con todo lo expuesto por las querellas. Luego nombró a todos los condenados por la participación del secuestro y desaparición de víctimas embarazadas, entre las que se encontraba Beatriz Recchia, en el marco del juicio conocido como “Plan Sistemático de Apropiación de Menores”: Santiago Omar Riveros, Reynaldo Bignone, Luis Sadi Pepa y Carlos Eduardo José Somoza. “Hoy nos toca juzgar a Eduardo Alfonso porque cuando se hizo aquel juicio, el señor estaba prófugo”, dijo García Berro. Las pruebas que demuestran la participación de Alfonso en los hechos fueron las mismas mencionadas por las querellas de Abuelas de Plaza de Mayo y la Secretaría de Derechos Humanos, tanto Nacional como Provincial. Entre ellas figuraban las constancias médicas y los legajos personales del ex Teniente primero Raúl Fernando Delaico y Alfonso, el reclamo administrativo de Delaico, las condecoraciones a ambos por su desempeño en el operativo de Villa Adelina, las notas periodísticas de la época, el Boletín Oficial militar y las declaraciones de los vecinos de las víctimas. Alfonso rechazó las imputaciones en su contra. Dijo que no participó en el hecho y que no estuvo en el lugar, alegó que estaba con Delaico realizando un control vehicular en Villa Adelina en el que resultó herido. Sin embargo, el descargo que realizó Delaico no coincidió con la declaración del imputado. “De las pruebas del juicio surge que Alfonso mintió sobre su declaración indagatoria, sus dichos resultaron inconsistentes y no explicó cómo es que se encontraba realizando tareas rutinarias fuera de su jurisdicción, siendo oficial de contrainteligencia destinados a tareas especiales”, dijo el fiscal.
En base a los argumentos expuestos, la Fiscalía pidió prisión perpetua para Eduardo Alfonso bajo los cargos de allanamiento ilegal, privación ilegal de la libertad cometida por abusos funcional y agravada por el uso de violencia y amenazas, cometidas en perjuicio de Juliana Inés García y de Beatriz Recchia y homicidio agravado con el concurso premeditado de dos o más personas en perjuicio de Antonio Domingo García y Beatriz Recchia. Esto es una novedad, ya que es la primera parte querellante que acusa a Eduardo Alfonso de la coautoría del homicidio de la desaparecida Beatriz Recchia. También pidió que se considerase como agravantes la multiplicidad de homicidios, el plan perverso de apropiación de la beba que llevaba en su vientre Beatriz Recchia, para el cual se la mantuvo cautiva dentro del campo de concentración hasta el momento del parto, para luego asesinarla.
La Fiscalía pidió la prisión perpetua para Rafael López Fader por coautoría en la privación ilegal directa de la libertad.
En el caso contra López Fader, la Fiscalía afirmó: “Con las pruebas producidas durante el juicio se ha probado la directa intervención de Rafael López Fader como integrante del Departamento Nº2 de Inteligencia, funcional al plan sistemático empleado por las Fuerzas Armadas”. El acusado declaró en dos oportunidades negándose a responder preguntas que no fueran formuladas por su abogado. “Para el 6 de marzo de 1976 trabajaba en el Comando de Institutos Militares con la categoría de Teniente Primero, era instructor de tropa y oficial de servicio que tenía a su cargo tareas como cortar el pasto y arreglar los alambrados. Yo no soy de inteligencia, trabajé desde el 73 hasta el 79 como oficial experto en tropas especiales”, declaró Fader. La Fiscalía cuestionó esa declaración y manifestó que el imputado omitió su paso por el Área de Inteligencia en Campo de Mayo y su amplia carrera en la especialidad, sin embargo existe prueba documental y testimonial que lo coloca en ese destino ejecutando la especialidad. “Esto no se debe a una falta de memoria, ya que su paso por ese lugar ha marcado significativamente su trayectoria militar”, subrayó. Entre las pruebas se encuentran el legajo personal del acusado, un reclamo administrativo que inició el propio imputado por cuestiones económicas, en el que él mismo dice haber sido designado en el Comando de Institutos Militares del Departamento de Inteligencia; también el informe del programa “Verdad y Justicia” y la firma de López Fader en una evaluación a un suboficial de Inteligencia en calidad de jefe y capitán de Contrainteligencia. “Está ampliamente acreditado que López Fader se desempeñó del 77 al 79 en la División de Contrainteligencia de Departamento Nº 2 como el tercero en jerarquía. Ocupó al momento de los hechos una función esencial dentro del esquema represivo del Comando Institutos Militares. Por lo tanto, se le confiere un rol activo en los hechos que se le imputan como coautor y debe ser investigado por hechos similares y si corresponde enjuiciarlo”, concluyó.
Como resultado del análisis de las pruebas presentadas, la Fiscalía también pidió la prisión perpetua para Rafael López Fader por coautoría en la privación ilegal directa de la libertad cometida por abuso funcional y agravado con uso de violencia y amenazas, tormentos y homicidio agravado con el concurso premeditado de dos o más personas en perjuicio de Diego Muñiz Barreto. Y consideró como agravantes el sadismo aplicado a las víctimas, tanto dentro del centro de detención clandestino como durante el recorrido que tuvieron cuando fueron llevados para su eliminación en la provincia de Entre Ríos.
Querellantes en el juicio contra los represores del Ejército Rafael López Fader y Eduardo Alfonso
Tanto en el caso contra Fader como en el de Alfonso se pidió que se incluyeran como agravantes las consecuencias generadas a los hijos y a los familiares de las víctimas por los hechos comprobados. La Fiscalía consideró que dada las gravísimas modalidades desplegadas y los roles que los imputados desempeñaron en los hechos no encontraron atenuante alguno para con los acusados.
El próximo martes 21 de noviembre será el turno de los alegatos de la defensa, las réplicas y duplicas. La sentencia por parte del juzgado está prevista para el viernes 24 de noviembre.
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Leé las coberturas de las audiencias anteriores:
Abuelas de Plaza de Mayo pidió prisión perpetua para Eduardo Alfonso
Cuando la dictadura plantó un cuerpo en un río
“Los hechos traumáticos no se olvidan”
Más pedidos de perpetua
Actualizado 15/11/2017
Nov 15, 2017 | Comunidad, inicio
Bonpland al 1660, barrio de Palermo. Allí es la sede del Mercado de Economía Solidaria, un espacio que fomenta otro tipo de comercialización, con eje en el cooperativismo y la autogestión y el consumo responsable. El proyecto cumple este sábado diez años y lo celebra con talleres, debates y una feria de productores independientes.
La idea del mercado se inició en el 2001, como resultado de la devastadora crisis político-económica que se estaba gestando en el país. “Lo armamos por la necesidad de tener un espacio de venta, porque había mucha necesidad de los compañeros y la posibilidad de comercializar era muy poca” comenta Raúl Ojeda, productor del CEDEPO.
Rosa Zambrano, responsable de Soncko Argentina y presidenta de la cooperativa del mercado, señala que en ese momento el mercado tradicional que se encontraba en el predio de Bonpland se estaba vaciando y no era rentable. “Cuando los del mercado se fueron, se hizo una asamblea y se presentó un recurso de amparo para declararlo patrimonio histórico. Esto fue un proceso de años”, expresa. “El 5 de noviembre del 2007 las organizaciones firmaron un convenio marco, establecía que tenía que haber una administración conjunta entre el Estado y las organizaciones”, recuerda.
La idea del mercado se inició en el 2001, como resultado de la crisis político-económica
El mercado está compuesto por diez organizaciones que buscan visibilizar y dar lugar a producciones familiares, bajo los principios de la economía social y solidaria. Estas entidades, presentes desde el inicio, se organizan bajo la forma de una mesa, donde hay un representante de cada cooperativa para tratar los temas comunes.
Las organizaciones que ocupan el espacio actualmente son: la Cooperativa Agropecuaria de Productos Familiares (APF), el (CECOPAF), el (CEDEPO), y las cooperativas de Colectivo Solidario, 20 de Diciembre, Lácar (empresa recuperada), Red de Campo, La Asamblearia, Parque Pereyra y Soncko Argentina. Venden ropa, artesanías y frutas y verduras agroecológicas, entre muchos otros productos. Raúl Ojeda comenta que aunque las organizaciones que ocupan el espacio son las originales, ha crecido la oferta de bienes: “Al articular con otras organizaciones, nos proveen cosas que nosotros no tenemos. Entonces se amplía el espectro, hay más diversidad de cosas”, expresa el productor.
En el mercado se vende ropa, artesanías y frutas y verduras agroecológicas, entre otras cosas.
Mauro Rossi, productor de la Cooperativa La Asamblearia, señala que son varios los pilares que sostienen al mercado y que lo hacen “alternativo”. Entre ellos, aparece la idea de que no existan intermediarios y que solo sea un nexo entre el productor y el consumidor. Además, la de tener en consideración en qué condición se produce y el impacto ambiental que tiene lo que allí se vende.
Pamela Fadiga, responsable de comunicación de la Cooperativa de Trabajo Colectivo Solidario -la cual trabaja con emprendimientos autogestionados, cooperativas y empresas recuperadas- , comenta que además se impulsa la idea de un consumo responsable y crítico y que el rol del consumidor es fundamental a la hora de elegir en dónde comprar y a quién. “También es entender que si parte de nuestros ingresos lo podemos destinar a este tipo de proyectos, estamos sosteniendo familias; entonces es ponerte a pensar un poco a dónde va la plata”.
El festejo de los diez años contempla estas ideas desde el lugar de diversos talleres y charlas. Un ejemplo es el Taller de Alimentación Consciente para tener noción sobre qué comemos día a día e incorporar la idea de “lo natural” en nuestras dietas. O el taller Una Huerta en mi Terraza, donde se brindarán consejos para llevar adelante una huerta con pocos recursos. Además, habrá un panel de debate sobre Soberanía Alimentaria.
Por otra parte, habrá una feria de organizaciones invitadas como La Pirka, Feria Agronomía, RED Puna y distintas empresas recuperadas, tocarán bandas en vivo y se realizarán degustaciones y postas de comida.
Actualizado 14/11/2017
Nov 14, 2017 | Comunidad, inicio
El mate, esa costumbre tan argentina, viene cebado con amargura desde Misiones, donde se cultiva el 90 por ciento de la producción. El 10 por ciento restante proviene de Corrientes y no es más dulce. Entre las dos provincias registran más de 200.000 hectáreas cultivadas con hoja de yerba mate, en las que se estiman que trabajan alrededor de 20.000 tareferos. El 80% de ellos realiza sus tareas en negro.
Tarefa es el viejo oficio de cosechar la hoja verde. Tarefero es quien lo realiza. Cuentan los viejos pobladores que tarefa viene de tarifa y que los tareferos son ahora los que antes eran los mensúes: aquellas personas de tez “ensolada” y manos curtidas que tienen como hogar el yerbal del patrón (a quien no conocen), en vez de su propia casa. Son hombres, mujeres y niños, la familia entera, que viaja hacia los yerbales en camiones destartalados, propios de una actividad totalmente informal, en lo que respecta a relación laboral y condiciones de trabajo. En esos mismos camiones vuelven a sus hogares, al finalizar la jornada, a eso de las 16. Viajan arriba de los bolsones cargados de miles de kilos de hoja verde, los raídos.
La actividad yerbatera supo ser de las principales actividades económicas de la provincia de Misiones, en especial hacia mediados del siglo XX. Hoy, y desde hace algunas décadas, la expansión de las fronteras del monocultivo de pino y eucalipto -para la actividad pastera-, el creciente turismo y, en menor medida, la construcción, están haciendo retroceder y ganándole territorios al cultivo de yerba mate.
Aun así, en 2016 se registró una cosecha récord, con el ingreso en secadero de 819.052.572 kg de hoja verde, los cuales se traducen en 252.136.107 kg de yerba mate empaquetada para el consumo. Los secaderos son los galpones en donde continúa el proceso de elaboración y se descargan las toneladas cosechadas del día, para luego pasarlas a hornos de ladrillo y secarlas a más de 100 grados.
La tarefaros trabajan de forma informal pese a las enormes ganancias que registra la actividad.
De estos grandes números, poco saben los tareferos. Ellos y ellas, son las personas gracias a quienes las familias materas de todo el país tienen su paquete de yerba listo para llenar su mate y arrancar el día de una mejor manera. De los aproximadamente $60, que cuesta el kilo de yerba en los supermercados, los tareferos ganan apenas entre $0,80 y $0,90 por kilo. En el medio, intervienen actores de todo tipo, que tienen el poder y la capacidad de ir inflando el precio final en góndola. Gracias a la desregulación de la actividad que se produjo en la década de 1990 entraron al negocio: contratistas, secaderos, molinos e hipermercados. Entre todos ellos se concentran las abultadas ganancias de la actividad, que sólo considerando las exportaciones -principalmente a Siria y Europa-, arrojaron para el período de enero-agosto de 2016, más de u$s 42,6 millones.
Alrededor de esas ganancias, el trabajo no registrado, en negro, de los tareferos, implica una estafa al fisco por evasión de impuestos de 54 millones de pesos, que acumulan las grandes empresas del sector, gracias a la tercerización de la actividad bajo la figura del contratista, es el intermediario directo entre las empresas, los colonos o las cooperativas, y los tareferos. Él es el encargado de armar los grupos de trabajadores: las cuadrillas. Luego utiliza los kilos de hoja cosechados para venderlos y, en esa transacción, se queda con la mitad de la paga que le correspondería a quienes generaron la producción.
El trabajo de cortar y quebrar las ramas, separar y apilar sus hojas -que luego será la yerba que se toma en cada mesa del país- empieza cuando todavía el rocío en los yerbales no se despejó, a eso de las 6 de la mañana. Para las 10, cuando el sol pudo haber paliado un poco el agua, los y las trabajadoras ya están con sus ropas mojadas y unos cientos de kilos de hoja cosechados. El período grueso de la zafra es entre marzo y septiembre. Luego queda la etapa que va desde octubre a febrero, considerada como de interzafra, en la que los tareferos deben salir a buscar changas. Principalmente encuentran algo de trabajo en el rubro de la construcción, o se van a cosechar a otras provincias. Una opción habitual es Entre Ríos, en donde recolectan arándanos. De esta forma logran complementar los ingresos con los $2.500 de “subsidio interzafra” que les otorga el Ministerio de Trabajo de la Nación, una medida compensatoria para la frágil situación en la que quedan las familias tareferas, una vez que se termina la cosecha.
Los trabajadores reclaman un ingreso en el período interzafra que le permita igualar el valor de la canasta básica.
Aunque minoritario y fragmentado, el diagnóstico de la situación que hicieron los trabajadores tareferos de Misiones -agrupados en distintas organizaciones, algunas con reconocimiento gremial y otras no-, es que el monto del subsidio no cubre las necesidades primarias e indispensables de las familias. Por eso están luchando, para, al menos, lograr equiparar sus ingresos con el valor de la canasta básica.
A raíz de movilizaciones en Misiones y otras ciudades del país y de un masivo acampe en agosto de este año en la Plaza de Mayo porteña -con más de dos mil tareferos que se trasladaron para hacerse escuchar frente a la Casa Rosada-, los trabajadores de la yerba mate lograron que el Ministerio eleve el subsidio de $2.300 a $2.500 más un bono complementario para esta interzafra (“subsidio de emergencia productiva”) de $2.000, dando un total a percibir de $4.500.
Sin embargo, noviembre encontró nuevamente a los y las trabajadoras en las calles. Jerónimo Altschuler, dirigente del Frente de Organizaciones en Lucha (FOL) y responsable de las negociaciones en Buenos Aires de un sector de los trabajadores tareferos de Misiones, explica los motivos a ANCCOM, el viernes 10, en las puertas del Ministerio de Trabajo de la Nación, mientras esperaba una respuesta sobre la reunión solicitada a las autoridades competentes: “Solamente adelantaron durante dos meses un pago del bono de $ 2.000, pero ahora han salido, hace dos semanas, con la novedad que no pueden pagar los dos beneficios en simultáneo porque supuestamente no son compatibles. Entonces los tareferos van a terminar cobrando entre $ 2.000 y $ 2.500 cada mes, nunca por encima de eso, cuando el acuerdo era que tenían que cobrar los dos beneficios juntos, llegando a $4.500.”
Desde Misiones, Eduardo García, tarefero de Apóstoles, ayuda a entender la importancia de la movilización y la unión de los trabajadores. En contacto telefónico con ANCCOM, expresa con respecto a los reclamos de agosto y del último viernes: “Estuvo muy bueno porque participaron los trabajadores de los sindicatos, las bases. Estuvieron de Andresito, Irigoyen, Montecarlo, Jardín América, Oberá, Azara, San José, Apóstoles… Fuimos a la Oficina de Empleo, para que vieran que estábamos ahí, hasta que no nos atendieran, no nos íbamos a mover. Entonces llamaron a Buenos Aires y les dijeron: ‘Acá también está el mismo quilombo’, y ahí nos atendieron y se acordó nuevamente que en los meses de noviembre, diciembre, enero y febrero, por cuatro meses, iban a pagar $4.300. El primer arreglo era de $4.500, ahora dijeron que podían pagar $4.300.”
Luego de la lucha obrera el Ministerio de Trabajo de la Nación acordó entregarles un bono de emergencia productiva
Estos incumplimientos de los arreglos, que corresponden solo al período de interzafra, sumados a la falta de acuerdo para marzo, fecha en la que los funcionarios, los gremios y las empresas deben establecer la actualización de los precios por el valor del kilo de hoja verde cosechado, implican que el tarefero comience la temporada sin precio fijado, es decir, sin saber cuánto vale su trabajo.
La irregularidad de la tarefa como actividad económica se puede traducir en las propias palabras de Altschuler (FOL), que continúa con la descripción de una realidad no tan conocida en las zonas urbanas locales: “Los tareferos trabajan en condiciones muy malas. Los dejan tirados en el yerbal, en el monte y tienen que quedarse ahí, una o dos semanas, acampando con una lona, sin nada, se tapan con un nylon, por la lluvia, duermen en el piso, cocinan con fuego. En el yerbal los tareferos cosechan con la familia, la mujer y los hijos. Hay trabajo infantil. Laburan de sol a sol. Es un trabajo a destajo y les pagan cuando recolectan 1.000 kg de hoja verde, no antes, y para colmo el monto es muy por debajo del valor del convenio. Les tendrían que pagar $1.260 por tonelada y les están dando entre $ 900 y $ 800, porque todas las patronales se aprovechan del eslabón más débil, que es el trabajador tarefero.”
Hoy, el reclamo del sector pasa por conseguir un ingreso en época de interzafra, que les permita a los trabajadores llevar el pan de cada día a sus familias. Sin embargo, la lucha es histórica y se refleja en el cartel de bienvenida que ofrece el Sindicato de Trabajadores Tareferos, Temporarios y Desocupados de la Ciudad de Montecarlo (Misiones): “El placer de tomar mate no puede descansar en la esclavitud del tarefero”.
Actualizado 14/11/2017
Nov 13, 2017 | Deportes, inicio
“Lo que a unas les pasa en el escenario a otras nos pasa en la cancha: hay territorios a los que nos cuesta llegar”. Quien dispara la afirmación sin titubeos es Juliana Román Lozano, entrenadora y mano derecha de Mónica Santino, DT de Las Aliadas, el equipo de fútbol femenino que se ganó la Güemes, cancha central de la Villa 31. Su referencia está en la Asociación Civil La Nuestra, una agrupación de mujeres que milita el feminismo desde el deporte y que, en la tarde del sábado, participó del Festival MIA (Mujeres Incentivando Arte) para festejar los diez años del equipo.
El MIA es un festival de mujeres artistas de diversas expresiones y estilos, organizado por la cantante de rap Karen Pastrana y la productora y cantante Rocío Cuevas. Desde las 16 del sábado, el predio de la Cancha 9 de la Villa 31 fue escenario de talleres, baile y música en vivo: folklore, tango, rap, pop de los 80’s y cumbia.
“Ver una buena jugada de fútbol emociona porque es como el arte: trata de mejorar el mundo”. Rocío Cuevas, productora musical y cantante de Rosario y La Cruz de Sal, mira el escenario y no puede creer que hayan podido montar el MIA en medio de la Villa. Hace unos meses imaginaron la idea junto a Pastrana, que solo baja del escenario para volver a subir de la mano de una nueva artista que hace retumbar su música por todo el barrio. El MIA nació este año y tuvo su primera edición en un local de Palermo. Fue un éxito, pero ahora, en la 31, el festival toma otro rumbo y para el año que viene el objetivo es llevarlo a otros barrios y prolongar los talleres de arte para niñas y adolescentes durante todo el 2018. Esa es la meta a corto plazo, el gran sueño es llevarlo al interior del país, provincias como Chubut o Santiago del Estero, y darles espacio a las mujeres artistas de cada lugar. “En el mundo patriarcal el que divide triunfa. Nosotras creemos que el camino es unirnos”, afirma Rocío en diálogo con ANCCOM.
El MIA nació este año y tuvo su primera edición en un local de Palermo. Fue un éxito, pero ahora, en la 31, el festival toma otro rumbo y para el año que viene el objetivo es llevarlo a otros barrios.
Mónica Santino, referente del fútbol femenino en la Argentina, directora técnica de La Nuestra, señala que el festejo sintetiza lo que el equipo hizo en todos estos años: tejer una red con otros grupos de mujeres, militar desde la cancha. También, festejar es fortalecerse para lo que viene: el objetivo para 2018 es convertir a La Nuestra en un club de fútbol femenino. Un espacio en donde las mujeres entrenen desde los primeros años, lo que no existe en los clubes tradicionales que las reciben desde los 14 o 15, ya perdido el tiempo clave para la formación de un deportista cuando se construye identidad y pertenencia. “Cuando hablamos de despenalizar el aborto es lo mismo que decir que vamos a ejercer el derecho al juego, porque tiene que ver con tomar el control de nuestros cuerpos”, dice Mónica entre canción y canción. De fondo suena la voz de Ayelén Zuker, una de las cantantes del cuarteto vocal M.a.m.b.a.s, la banda preferida de Santino en la grilla del festival, mujeres con mucho glamour que cantan canciones de los años 80.
Cerca de las 18, Karen se sube al escenario para recibir una visita especial, y en medio de la cancha de básquet, entre grupos de mujeres que toman mate o cerveza, Higui y Mónica se abrazan, un abrazo que se nota fuerte, y cuando llega la pelota enseguida se dibuja un pase entre una y otra, una línea perfecta que encaja como el abrazo. “Cuando agarro la pelota soy yo, no me importa nadie ni nada”, dice Higui, la mujer que estuvo presa por defenderse de un grupo de hombres después de sufrir agresiones por ser lesbiana. En la comisaría, deprimida y a punto de “tirar la toalla”, Higui juntaba las imágenes de sus líderes, recortes de revistas que hacían de santuario: estaba el Che, el Diego, Tévez, y Mónica Santino, recortada de una nota en una revista que repartía el cura que cada tanto la iba a visitar. “Me emociono porque yo la conocí ahí, en la revista, y ahora está acá conmigo”, señala Higui en conversación con ANCCOM.
Mientras tanto, en el pasillo que rodea la cancha, los talleres acumulan rondas de pibas y pibes que se acercan a mirar. En uno de los grupos, tres jugadoras de La Nuestra prueban los instrumentos: Alexia, arquera, de unos trece años, está en el bajo. Ninguna sabe tocar, pero ahora las coordinadoras del taller cuentan hasta cuatro y ellas arrancan la canción que acaban de componer: “No me importa nada lo que digan, yo soy la dueña de mi vida”. Chicas Amplificadas es un taller itinerante de rock para niñas y adolescentes de 7 a 17 años, que se da en escuelas de Capital Federal y Gran Buenos Aires. “Hay que trabajar el empoderamiento desde los primeros años”, explica Sol, una de las coordinadoras del taller, “porque hay muy pocas que saben tocar instrumentos, a veces por falta de recursos, a veces por vergüenza”.
Ayelén Zuker, una de las cantantes del cuarteto vocal M.a.m.b.a.s.
Alexia y Milagros son arqueras en La Nuestra, y Juana juega de delantera. Cuando se enteraron del festejo, lo primero que preguntaron fue si había que llevar pelota. “En el barrio no suele haber eventos así, con escenario y buen sonido”, dice Jesica, vecina de la villa, que apenas escuchó “la base” se vino con su hija y su novio, que tiene un dúo de rap. “No conocía a ninguna mujer rapera”, admite mientras mira a Karen en el escenario. Jesica, en cambio, dice que escucha música de mujeres. “A mí me gusta el rap porque habla de la realidad, de lo que vivimos acá todos los días”. Jesica no toca pero le gustaría, y cuenta que de camino al festival, vio un cartel que ofrecía clases de breakdance y le dieron ganas de anotarse. Giselle, también vecina del barrio, dice que sabía del festival porque la hermana juega al fútbol en otro equipo de la villa. “Me gusta que las mujeres podamos jugar, ir a la cancha en vez de quedarnos en casa como nos enseñan de chicas”. reflexiona.
En el escenario sigue el desfile de artistas: Nina Uma que vino desde Bolivia y Mare Advertencia Lirika, rapera mexicana, que casi se pierde el festival cuando se encontró con las rutas del DF cortadas por problemas sindicales y estuvo a punto de perder el vuelo. No falta la ronda de sikuris y algunos tangos de la mano de Brisa Videla y su grupo Tangorante. “Las mujeres tenemos que liberarnos”, expresa Linda, que vive en la villa y hace siete años trabaja en el centro de la mujer de la Red Protege, un espacio de encuentro para víctimas de violencia de género. El local de Linda está junto a la cancha Güemes, donde entrenan las chicas de La Nuestra. “En fútbol pasa lo mismo que en nuestras reuniones, nos descargamos y así nos fortalecemos”, le explica a ANCCOM.
Oscurece, pero la villa sigue encendida. En la cancha todavía hay partido, y alrededor van saliendo reposeras con mates, botellas de vino o vasos de cerveza. Desde la entrada al predio se asoma Teófilo Tapia, el abuelo del lugar, como quien pasa a mirar que esté todo en orden antes de irse a dormir. “Cien años va a cumplir el barrio, y nos siguen diciendo que lo van a urbanizar”, denuncia. Y recuerda al Padre Mugica, que ahora le pone nombre al comedor, a la cancha, y a otros tantos espacios de la villa que le rinden homenaje. “El fútbol saca a los pibes de la esquina. Cuando no tienen trabajo, cuando está todo mal, si hay una cancha, en vez de fumar, patean la pelota”, sentencia.
El MIA es un festival de mujeres artistas de diversas expresiones y estilos, organizado por la cantante de rap Karen Pastrana y la productora y cantante Rocío Cuevas.
Chicas Amplificadas es un taller itinerante de rock para niñas y adolescentes de 7 a 17 años, que se da en escuelas de Capital Federal y Gran Buenos Aires.
Actualizado 16/11/2017
Nov 8, 2017 | inicio, Trabajo
Clarín y La Nación decidieron el cierre definitivo de Agencia Diarios y Noticia (DYN), medio periodístico con 35 años de antigüedad y dejaron a casi 100 trabajadores en la calle. Así le confirmaron a sus trabajadores desde el directorio de la empresa, controlada por esos matutinos, en una reunión que mantuvieron el pasado lunes.
Tal como lo anticipó ANCCOM, la agencia privada de noticias más importante del país deja de existir debido a la decisión de sus accionistas, que esgrimen razones económicas. Además de Grupo Clarín y S.A. La Nación – los medios gráficos que actualmente reciben más pauta publicitaria oficial -, el medio pertenece al diario Río Negro, La Gaceta de Tucumán y otros periódicos más pequeños del interior del país.
“La supuesta crisis económica que afecta a los diarios del interior no alcanza para explicar esta decisión. Los accionistas principales han ampliado su gama de negocios millonarios dentro y fuera de los medios de comunicación”, explica Santiago Magrone, periodista y delegado de la comisión interna de trabajadores de DyN. Tanto él como el otro representante sindical, Fernando Cáceres, desconfían de las razones que da la empresa. “Creemos que hay problemas entre los socios inversores, son cuestiones políticas. Clarín, por ejemplo, achicó la planta con despidos encubiertos el año pasado y mientras invertía en su plataforma web, desinvertía en DyN.”, comenta Cáceres. Magrone agrega que esa desinversión se evidenciaba en el deterioro de las condiciones de trabajo que fueron reclamando sucesivamente a la empresa.
Los trabajadores se enteraron del cierre de la agencia el pasado viernes, cuando recibieron una confirmación extraoficial de lo que venían sospechando desde hace varios meses. “Los que estaban en la redacción fueron llamando a los demás, y así nos fuimos enterando todos”, relata Alejandra Fernández Guida, redactora del turno mañana. Y agrega: “Tuvimos un viernes fatal. Durante el fin de semana no supimos más nada, y el lunes vemos el edicto en el Boletín Oficial”. Ese documento confirma una asamblea extraordinaria de accionistas que se llevará a cabo el 23 de noviembre en la sede de ADEPA con el fin de tratar la disolución de la sociedad. “Hay una relación muy estrecha entre Clarín y el gobierno -dice Cáceres-. Los rumores de cierre que se vienen escuchando desde hace meses también provinieron de ámbitos oficiales”.
Al respecto, Magrone también sospecha que la relación entre los principales medios propietarios de la agencia y el gobierno nacional ha tenido algo que ver con este abrupto cierre: “Nos llamó la atención que, existiendo un vínculo tan cercano entre los dueños principales y la Casa Rosada, hubieran cesado los ingresos por organismos públicos, que hace dos años eran abonados de DyN. Le preguntamos esto a Rodolfo Vedoya, el presidente del directorio, y nos dijo que hicieron gestiones pero el actual gobierno respondió que le dejaron de interesar los servicios de la agencia”, cuenta. Y agrega: “El cambio de época da para que se animen a tomar decisiones que antes no se animaron. Entre otras cosas, por el abaratamiento de las indemnizaciones, que luego de la gran devaluación hizo que el despido les costara la mitad. Además, cuentan con el santo y seña de un Ministerio de Trabajo, inoperante en materia de derechos laborales. En estos días, el poder económico y el poder político parecen estar muy en sintonía, deben haber pensado qué sentido tiene mantener una agencia como DyN, que no va a estar dispuesta a hacer oficialismo, sino periodismo”.
Reporteros gráficos que trabajaron en distintas épocas de la agencia DYN se solidarizan con la asamblea de trabajadores.
Desde la reunión del lunes, si bien los periodistas y administrativos continúan en sus puestos de trabajo, el contexto es otro: “La asamblea de ayer fue un velorio masivo”, cuenta Fernández Guida. “La reunión terminó con todos llorando. Es más, hace dos minutos un compañero rompió en llanto acá en la redacción, de repente. Así estamos desde el viernes, entre lágrimas y anécdotas a cada paso. Que un medio histórico cierre así de golpe yo no me lo esperaba. Pero Agencia DyN se va con el prestigio intacto. Se creó en 1982 con un grupo de periodistas excelentes para tratar de dar un enfoque profesional a la Guerra de Malvinas y no perdió jamás ese prestigio”, dice entre orgullosa y emocionada.
En tanto, Fernando “Tato” Dondero, secretario general del Sindicato de Prensa de Buenos Aires (SiPreBA), confirmó que la empresa prometió pagar el 100 por ciento de la indemnización, lo que en este contexto de precarización laboral y reformas a espaldas de los trabajadores, es un alivio muy relativo.
Actualizado 08/11/2017
Nov 8, 2017 | DDHH, inicio
El juicio que investiga los crímenes de lesa humanidad por los que están acusados Eduardo Alfonso y Rafael Félix López Fader tuvo este martes la presentación de los alegatos de las querellas de las secretarías de Derechos Humanos de Nación y de la Provincia de Buenos Aires. También de Pablo Llonto, el letrado de la familia Muniz Barreto, víctima de López Fader. Todas las querellas, como ya lo había hecho la de Abuelas de Plaza de Mayo en la audiencia anterior, pidieron prisión perpetua para los dos imputados.
El abogado Pablo Llonto, representante de los hijos de Diego Muniz Barreto en la causa contra Rafael Félix López Fader, inició su alegato con el paralelismo entre genocidios: “Así como la Alemania nazi nos transporta al horror de los hornos crematorios, la dictadura argentina nos lleva a las víctimas arrojadas al mar o a un río, como fue el caso de Barreto”. El abogado aseguró que este tipo de delitos no fueron el accionar de una sola persona, sino que fueron un plan común ideado por varios agentes efectivos y agregó que dichas operaciones fueron llevadas a cabo por especialistas de la muerte entre los que se encontraba López Fader. “Participó voluntariamente y conscientemente. Él tuvo el poder en sus manos en cada hecho”, agregó.
Llonto afirmó que la materialidad de los tres hechos -privación ilegítima de la libertad, tormentos y el homicidio en perjuicio de Barreto- ya se encuentran probadas. Por este motivo se dedicó a desmantelar las declaraciones de López Fader contrastándolas con las pruebas recabadas. Llonto se remitió a las pruebas que ubican al acusado no solo en los lugares físicos de los hechos que se juzgan en este caso, sino también en un puesto jerárquico y de decisión. Una de las pruebas es un reclamo administrativo que inició el propio imputado por cuestiones económicas en el que él mismo dice haber sido designado en el Comando de Institutos Militares bajo las órdenes del Jefe del centro clandestino de detención, el Campito. “Incluso en ese reclamo menciona con orgullo una felicitación que había recibido por parte de un oficial por su participación en el Operativo Independencia, quién supuestamente le habría dicho que si tuvieran más agentes como él las Malvinas no estarían en manos de los ingleses”, describió el letrado. Llonto también mencionó como prueba una firma de López Fader como parte de Inteligencia del Ejército en una evaluación a un suboficial.
ARCHIVO – Juicio contra los represores del Ejército Rafael López Fader y Eduardo Alfonso. Tribunal Oral en lo Criminal Federal N° 1 de San Martín.
Entre las pruebas más contundentes figuran la identificación del acusado por parte de tres testigos: el ex sargento primero Víctor Armando Ibáñez, un conscripto que declaró haberle entregado al ex capitán López Fader a Diego Muniz Barreto y Héctor Michelena, testigo que declaró por videoconferencia la semana pasada, quien afirmó haber estado presente durante el planeamiento de un ataque contra la revista Estrella Roja y ubicó en esa escena a López Fader como uno de los jefes con el rango de Capitán por las insignias que llevaba en su uniforme. Llonto también destacó las coincidencias entre las descripciones físicas que hizo el sobreviviente, Fernández, con la apariencia del acusado.
Según el abogado querellante todo lo presentado desecha los argumentos de la defensa de López Fader, quien se presentó como un modesto cortador de pasto y reparador de alambrados, que nunca formó parte del Departamento de Inteligencia en Campo de Mayo, ni de la lucha contra la subversión. Sin embargo, López Fader pidió ser incluido en la Ley de Punto Final y Obediencia Debida reconociendo en ese momento que participó en tareas represivas. “Fader fue una pieza decisiva en la lucha contra la subversión. Integró grupos de tareas, patotas y grupos especializados que cometieron los mayores horrores en Campo de Mayo, incluyendo el secuestro, los tormentos y el asesinato de Diego Muniz Barreto”, detalló.
“La función del Campito era ser un centro de detención clandestino, no funcionaba para otra cosa. Es decir que ya sea como interrogador, operativo o como el encargado de trasladar rumbo a la muerte a los detenidos, ese era el escenario de accionar de López Fader. Fader era un hombre de Inteligencia, lo cual implicó el conocimiento y su disposición para todos los métodos utilizados en el Campito para la obtención de información de los compañeros secuestrados llevándolos al máximo sufrimiento para lograr el cometido y luego eliminarlos”, dijo Llonto. Finalmente el abogado pidió la prisión perpetua para López Fader por coautoría en la privación ilegal directa de la libertad cometida por abuso funcional y agravado por el uso de violencia y amenazas, tormentos y homicidio agravado con el concurso premeditado de dos o más personas en perjuicio de Diego Muniz Barreto. El abogado realizó dos solicitudes, la primera fue que el acusado sea dado de baja del Ejército, una vez que la sentencia quede firme. La segunda tiene que ver con el lugar de cumplimiento de la pena, se pidió que no fuera en prisiones militares, ni ex centros clandestinos, sino Prisiones del Servicio Penitenciario Federal.
En el mismo sentido, Ciro Annicchiarico que representa la querella por parte de la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación dijo respecto al caso de Diego Muniz Barreto que el acusado López Fader integró el Comando de Institutos Militares que operó en el centro clandestino el Campito. Ciro Annicchiarico aclaró que si bien Fader alegó que no concluyó el curso de Inteligencia, éste figura -en las pruebas que detalló Llonto- como oficial de Inteligencia. Y subrayó que quienes ejercían ese rol eran los interrogadores que sacaban información a los detenidos bajo torturas. El abogado expuso un alegato similar al de Llonto y también pidió la prisión perpetua para López Fader. Y solicitó que no se le considere atenuantes por el desprecio al dolor de las víctimas, pero sí como agravante el intento de amedrentar al testigo Michelena con el pedido de careo que fue denegado por el Tribunal. «Era obvio que el careo era para quebrar al testigo”, advirtió.
ARCHIVO – Pablo Llonto, querellante en la causa.
Maxi Chichizola, como querellante por parte de la Secretaria de Derechos Humanos de la Provincia de Buenos Aires, planteó que es indistinto que López Fader haya sido separado del Departamento de Inteligencia -prueba que presentó la defensa del acusado- porque lo que importa es lo que hizo durante su desempeño como capitán entre los años 1973 y 1976 dentro de esa dependencia. El resto de los alegatos y el pedido de la pena para este caso coincidió con las restantes partes querellantes. Por último, el abogado Chichizola convocó a que se inicie una investigación sobre la participación de Fader en la totalidad de los casos que ocurrieron en el centro clandestino el Campito.
Respecto al caso García-Recchia -el otro que investiga en este proceso el Tribunal- en contra del acusado Eduardo Alfonso, Ciro Annicchiarico aclaró que hace suyos los argumentos que ya nombró en la audiencia anterior el abogado Alan Iud en representación de Abuelas de Plaza de Mayo y de la hija de las víctimas, Juliana García Recchia. Afirmó que Eduardo Alfonso cumplió funciones entre 1976 y 1983, siendo partícipe de la maquinaria represiva antisubversiva. Entre los principales argumentos que expuso la querella figuró la inexistencia de otro operativo en Villa Adelina la madrugada en que fue asesinado Domingo García y secuestradas Juliana y su madre Beatriz, embarazada de cinco meses. Tampoco hubo otro herido de bala ingresado en Campo de Mayo, argumentó la querella, en referencia a la coartada desplegada por Alfonso, quien aseguró que la herida que él mismo recibió fue en el marco de un operativo de tránsito supuestamente acontecido en el mismo momento en que ocurría la matanza en la casa de la familia García Recchia.
El abogado Annicchiarico cuestionó la declaración del médico militar Agustín Masllorens porque las referencias que utilizó al analizar las heridas de Alfonso fueron indirectas, cuyo único fin fue crear una coartada defensiva para Alfonso. También planteó que el argumento, utilizado por la defensa de Alfonso, basado en la diferencia entre el horario de defunción de Domingo Antonio García y la herida de bala del acusado carece de entidad, como tampoco se puede comprobar que la herida que el acusado recibió la hubiese provocado un tirador desde una motocicleta. Por último, la querella subrayó que en el legajo de Alfonso figura que estuvo con parte de enfermo por 68 días tras haber sido herido en operaciones. «Una distinción honorífica con entrega de una medalla por herido en combate por las operaciones en Villa Adelina, no cabe de ningún modo para alguien que hubiese sido herido realizando un control de tránsito», conjeturó Annicchiarico basándose en el informe hecho por Stella Segado, testigo en el debate oral. La Secretaría de Derechos Humanos de la Nación pidió pena de prisión perpetua para Alfonso bajo los cargos de allanamiento ilegal, privación ilegal de la libertad cometida por abusos funcional y agravada por el uso de violencia y amenazas cometidas en perjuicio de Juliana Inés García y de Beatriz Recchia y homicidio agravado con el concurso premeditado de dos o más personas en perjuicio de Antonio Domingo García.
La Secretaría de Derechos Humanos bonaerense coincidió tanto en los argumentos que expuso la Secretaría de Nación como en el pedido de prisión perpetua para Alfonso. Maximiliano Chichizola agregó, a lo dicho anteriormente por la querella de Nación, que en la declaración en la que figura el ex Teniente primero Raúl Fernando Delaico como condecorado por haber sido herido en un episodio de combate armado contra terroristas subversivos en Villa Adelina “el otro condecorado de esa madrugada fue Alfonso», conjeturó. Por último pidió que la declaración de Alfonso sea rechazada por falaz.
En la próxima audiencia que se realizará el martes 14 de noviembre finalizarán los alegatos de la querellas con los argumentos de la Fiscalía. Se prevé que para el martes 21 se presenten los alegatos de la defensa de ambos acusados y el viernes 24 concluya el juicio con la sentencia dictada por el tribunal.
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Leé las coberturas de las audiencias anteriores:
Abuelas de Plaza de Mayo pidió prisión perpetua para Eduardo Alfonso
Cuando la dictadura plantó un cuerpo en un río
«Los hechos traumáticos no se olvidan»
Actualizado 08/11/2017