Jennifer Walters es abogada y prepara el discurso de su próximo juicio mientras mira a cámara junto a Nikki, su asistente y mejor amiga. Aunque al principio se muestra dubitativa, finalmente parece confiada y segura. Una vez sola en su oficina, Jennifer mira otra vez a cámara, esta vez directamente a los espectadores, y, a través de un flashback, explica que, además de luchar contra el mal como abogada, también lo hace como superheroína. Así comienza She Hulk: Defensora de Héroes, la nueva y última serie de Disney, seguida de golpes, discusiones, humor y mucho color verde.
She Hulk sigue las aventuras de Jennifer Walters, y su «alter ego» Hulka, como abogada defensora y superheroína, y estrena nuevo episodio todos los jueves desde hace un mes. Es la nueva apuesta de la plataforma de Disney+ y un nuevo capítulo en el Universo Cinematográfico de Marvel (UCM), el conjunto de películas y series de superhéroes y superheroínas que conforman el vasto mundo de Marvel, adquirido por Disney desde 2009.
Aunque para muchas personas, She Hulk es una cara nueva en el UCM, no es un invento de Disney ni mucho menos, su historia se remonta a la década del 80. Fue creada por Stan Lee, junto al ilustrador John Buscema, y tuvo su primera aparición en Savage She Hulk #1, en febrero de 1980. De hecho, en la primera escena de la serie, Nikki, la mejor amiga de Jen, parece mencionar el nombre del cómic donde Hulka aparece por primera vez, cuando se refiere a su amiga como «Savage Jen Walters», un guiño para los fanáticos de las historietas. Al igual que lo que se puede ver en la serie, Hulka es prima de Bruce Banner, el Increíble Hulk, de quien obtiene sus poderes.
She Hulk: Defensora de Héroes llega como una bocanada de aire fresco al MCU, que recientemente ha sido colmado por múltiples dimensiones y teorías al respecto. La nueva serie de Disney se muestra, desde el primer momento, fresca, jovial y moderna, repleta de referencias a la cultura pop que, de alguna manera, vuelve más mundana y terrenal a la protagonista. A diferencia de las historias de otros personajes de Marvel, marcadas por los conflictos continuos, She Hulk parece virar hacia una sitcom de superhéroes, un género poco explorado aún.
A primera vista podríamos decir que tanto Hulk como Hulka tienen las mismas habilidades y características, pero si observamos la mayoría de los cómics, y los primeros episodios de la serie, concluimos que esa suposición es errónea. En primer lugar, a pesar de que ambos comparten el mismo color de piel cuando se transforman, la forma de sus cuerpos no es la misma; mientras que Bruce Banner adquiere un cuerpo gigante, grotesco y monstruoso, Jennifer Walters adquiere un cuerpo sexy, escultural y sensual, robusto, pero con cintura marcada.
La altura de She Hulk no supera los 2 metros, a comparación de los 3 metros inhumanos que adquiere Bruce cuando se transforma. Hulk se presenta ante el mundo con un cuerpo gigantesco, con su ropa rasgada y su torso desnudo, como un monstruo o un salvaje. A Hulka la podemos observar, por lo menos en la mayoría de los cómics, con ropa ajustada, ceñida y al cuerpo. Evidentemente son dos imágenes muy distintas, aunque parezcan demostrar lo mismo. La sexualización que ha sufrido Hulka, en la mayoría de los cómics, viene de la mano de un proceso de hipersexualización más grande que han padecido varias heroínas en el mundo de los superhéroes. Marvel, claro, no fue la excepción.
Una característica que diferencia a Hulka del resto de los superhéroes y superheroínas que forman el MCU, y que podemos notar desde la primera escena, es la capacidad de romper la cuarta pared, lo que logra una mayor cercanía con el televidente, una rápida sensación de empatía, algo que a muchos superhéroes, incluso a su primo, les ha tomado años. Hablar directamente a sus espectadores logra que los chistes tengan mayor efecto y las críticas, también.
En cuanto a su mayor antagonista durante la historia, Titania, tampoco es invento de Disney, su primera aparición fue en el año 1984, y rápidamente se convirtió en una de las principales rivales de She Hulk. Ya en los cómics está marcada por un fuerte deseo de admiración, así es cómo logra conseguir sus poderes. En la televisión eso se mantiene, aunque con un giro más moderno, propio de la serie; el personaje aún no ha sido explotado, pero ya se confirmó que la nueva versión de Titania será influencer de redes sociales, una mujer egocéntrica y engreída con super fuerza.
Hulka vino a desdramatizar el mundo de las superheroínas y apuesta fuertemente a la comedia. En el tercer episodio podemos ver a la protagonista bailar con una de las raperas más conocidas actualmente, la estadounidense Megan Thee Stallion, quien parece ser solo uno de los tantos cameos que promete la serie. She Hulk también hace mucho uso de la ironía; al mejor estilo Matt Groening, creador de Los Simpsons: Jen no solo se ríe de ella misma y de sus propios televidentes, sino también de la franquicia a la que pertenece.
Aunque de manera cada vez más sutil, también utiliza el humor y la sátira para lanzar críticas reales al machismo, no solo su protagonista y antagonista son mujeres, lo son también su directora y guionista. El miedo o ira que experimenta cualquier mujer ante el acoso o la actitud condescendiente de parte de hombres, Jennifer Walters lo convierte en un superpoder; Bruce Banner se transforma en el Increíble Hulk cuando se enoja, cuando una ira incontrolable se apodera de él. Jennifer Walters se convierte en She Hulk, no solo cuando siente ira, sino también y principalmente, cuando siente miedo.