La sindicalización en el streaming avanza

La sindicalización en el streaming avanza

Con una diferencia de pocos días, se anunciaba el convenio laboral de los trabajadores de Gelatina y cerraba el canal Crudo TV. Un especialista de políticas y legislación en comunicación, el prosecretario del sindicato de servicios audiovisuales y un trabajador coinciden en la complejidad del nuevo medio y en la necesidad de regular el sector.

La irrupción del streaming en el ecosistema mediático argentino, principalmente a partir de la cuarentena impuesta por la pandemia del covid-19, no sólo cambió la forma de consumir contenidos sino que también forzó un reordenamiento en la manera de entender, producir y regular el trabajo audiovisual. En este contexto, el Sindicato Argentino de Televisión, Servicios Audiovisuales, Interactivos y de Datos (SATSAID) busca encuadrar laboralmente a quienes producen contenido en canales como Luzu TV, Gelatina, Olga o Blender, bajo el Convenio Colectivo de Trabajo 634/11.

«La única relación posible de los trabajadores con las empresas es la relación de dependencia en cualquiera de los formatos que establece la Ley de Contrato de Trabajo», sentencia Pablo Storino, prosecretario general del SATSAID, a la vez que asegura que “todo lo demás queda enmarcado dentro del fraude laboral”.

Según el sindicalista, “el primer streaming que pudimos regularizar con mucha alegría, eficiencia y con una cantidad de trabajadores considerable fue Luzu TV. Cuando apareció en el radar del mundo de la comunicación, nosotros empezamos a tomar contacto y a armar algunas reuniones donde les informamos que, si bien ellos no hacen televisión tradicional, producen contenidos audiovisuales y que los trabajadores de esa actividad están representados por el SATSAID”.

El caso de Gelatina sigue una lógica similar y recientemente emitieron un comunicado al respecto. “La empresa entiende que el sindicato de la producción de contenido audiovisual es el SATSAID, que garantiza derechos, establece certezas en cuanto a qué es lo que tenés que cobrar, en qué tiempo y en qué forma, en que tenés que tener un empleo registrado con aportes a la jubilación, a la seguridad social, a la salud para poder tener cobertura, fija un escalafón profesional, un sistema de trabajo en general con definiciones sobre cuáles son tus tareas, tus responsabilidades y también cuáles son tus derechos como trabajador y trabajadora”, explica el gremialista.

Pero no todos los canales respondieron igual. Blender, por caso, fue mencionado por el SATSAID en un comunicado en términos críticos, al señalar la negativa de su dirección a permitir la sindicalización. En palabras de Storino: “Eso se da por un motivo sencillo, cuando vos haces registrar a tus trabajadores y le empezás a señalar a la empresa cuánto tiene que pagarle al trabajador y que además tiene que hacer los correspondientes aportes patronales de ley, empieza la pelea entre el capital y el trabajo. Nada más ni nada menos que estás dispuntándole la rentabilidad de la empresa. Hay algunas que no toleran semejante insubordinación y se ponen un poco más ariscas de lo que en sus pantallas defienden, donde se definen como progresistas y paladines de la justicia y muchísimas cuestiones más”.

El SATSAID tiene una estrategia definida: “ir a buscar a los streaming que mayor monetizan, que mayor capacidad de pago tienen y por lo tanto también tienen la capacidad de regularizar a sus trabajadores y poder permitirles ser sujetos de derechos laborales. Y por eso es que son los que principalmente intentamos regularizar con un éxito relativo; te diría que hoy representamos, de estos streamings más importantes, a la mayor cantidad de los trabajadores”.

Respecto a si hubo algún canal que se acercara voluntariamente, relata que “hay varios, y esto se da fundamentalmente porque hemos podido instalar que el sindicato de la actividad que representa al streaming es el SATSAID, porque entendemos que forman parte del ecosistema audiovisual como los canales de aire, las productoras o cualquier generador de contenido audiovisual de la Argentina, que no sea cine”.

También destaca que “hoy uno de los grandes dramas de la Argentina es que tenemos una gran porción de la población que no está registrada y las nuevas generaciones que acceden al mundo de trabajo en la absoluta informalidad carecen muchas veces de la información necesaria sobre cuáles son los derechos, de tener 13 salarios al año, de tener derecho a una representación, salud, aporte jubilatorio, beneficios, etc. Y eso hay que ir explicándoles, gestionándoles y contándoles qué es un convenio colectivo y cuáles son la cantidad de derechos que ha conquistado este sindicato a través de los años”.

“Muchos de estos chicos –asegura Storino- no sabían ni qué es un sindicato, ni qué es una organización gremial, ni que tenían derecho a poder tenerlo”. Por otro lado, un trabajador que prefirió no ser identificado reconoció que el acuerdo les trajo beneficios concretos, pero también marcó sus diferencias: “Están dando por hecho que el rubro streaming es afín al rubro televisivo. Me parece que eso todavía está en debate. Tranquilamente podríamos estar conveniados bajo algún sindicato de radio, de prensa o incluso pensar en uno nuevo. Por ahora, lo que se impuso es SATSAID, porque tiene décadas de laburo, de organización y se movieron más rápido que el resto”.

“Yo no soy del sindicato –aclara-, no estoy bajo convenio, pero tampoco soy de la patronal. Soy un trabajador más que me interesa que laburemos mejor y no tengo prejuicio para con los sindicatos, pero hasta ahora no me encanta cómo se están moviendo. Ellos lo que dicen es que tienen que poner a los laburantes en blanco y regularizar la situación de sus trabajadores, lo cual está perfecto. El primer inconveniente que surge es que los convenios fueron redactados son de televisión de la década del 70”. El trabajador prosigue: “Ahí hay un montón de complejidades en donde la forma en que trabajamos nosotros no aplica a lo que ellos quieren. Los que están bajo convenio ahora son los operadores técnicos, que son los que manejan las transmisiones de video y de audio y me parece que empiezan por ahí, porque es la tarea más fácil de encuadrar en un convenio, porque es un trabajo muy específico y porque tienen horarios fijos de laburo. Hay muchos otros roles dentro de todos los canales de streaming que son más flexibles o más difíciles de encuadrar”. También cuestionó: “Me molestó que no se acercaron a hablar con los trabajadores del streaming. Fueron directamente con los que pagan los sueldos. No critico el acuerdo porque mis compañeros ahora están en blanco, tienen obra social, un montón de derechos que yo celebro y me parece espectacular, pero la verdad es que el acuerdo no fue con los trabajadores en la mesa. Después se comunican con los trabajadores, se sientan con ellos y les cuentan cómo es el convenio y qué beneficios tienen. Pero que yo sepa, a nadie le levantaron el teléfono de los que trabajamos todos los días para preguntarnos ni cómo estamos, ni si nos interesa sindicalizarnos, ni nada de eso”.

Asimismo, entiende que “como hubo un crecimiento muy acelerado de la nueva industria del streaming nacional en estos cuatro años en donde todo va creciendo, también crece el interés por parte de la política, los sindicatos, las agencias de publicidad, las plataformas… Por lo tanto, empiezan a moverse más recursos en, al menos, los canales principales. Eso se refleja, por supuesto, en los ingresos de todos nosotros. Sigue siendo un trabajo mucho más flexible que el de la tele, la radio o los medios tradicionales”. Y concluye: “Es un rubro tan nuevo que justamente está todo en debate. La relación con los sindicatos recién arranca, y yo creo que es una discusión que va a seguir los próximos años”.

Por último, reflexiona: “Hay mucho diálogo entre nosotros, más allá de las guerras entre los streamings que son más de chusmerío de Twitter (hoy X), nos conocemos todos, es un rubro chico, hay buena onda y más o menos todos tenemos problemas parecidos. Estamos todos contentos por lo mismo, que nos gusta donde estamos laburando y hacia dónde va todo, y al mismo tiempo también tenemos problemas similares, más allá de que los esquemas de negocios de los canales son distintos, no es igual la construcción de los más grandes, ni de canales más chicos, entonces también es difícil discutir convenios o sueldos, o lo que sea, de la misma manera, porque tenés tanques con mucha espalda y otras empresas que son más tipo PyMEs. No se me ocurre tampoco que haya otro sindicato existente hoy donde se pueda viabilizar esa conversación”.

Sobre la sindicalización en general, menciona que “hay algo generacional, yo tengo casi 30 años, pero hay más chicos trabajando en estos canales y quizás nuestro horizonte no es ni estar sindicalizado ni estar en blanco necesariamente. Por supuesto que es algo que se agradece siempre, pero quizás la prioridad número uno no es esa, quizás son otros beneficios laborales en los que estamos pensando. Los ingresos en sí mismo, o las actualizaciones, o incluso formas de laburar. Se habló mucho en la pandemia del derecho a la desconexión, el derecho de recibir un mensaje de laburo a las 10 de la noche un sábado, porque en general son proyectos donde estamos todos entusiasmados por lo que hacemos, entonces poner límites es difícil porque no es que uno se siente obligado a hacer lo que hace, sino que también lo apasiona, pero creo que hay muchos roles dentro de estos canales de streaming que son muy flexibles en ese sentido, en los horarios de trabajo, en los días de trabajo. Hoy es feriado, no salimos al aire, pero estamos todos pensando en qué se publica mañana en la cuenta de Instagram, qué hacemos el lunes con los invitados, qué se yo… Ahí hay un montón de baches todavía”.

Diego Rossi, profesor de Políticas Internacionales de Comunicación en la Universidad de Buenos Aires, plantea que “del macrismo para acá, hemos tenido un desarme de políticas de fomento y de encuadre de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual (LSCA). Hoy el streaming opera por fuera de todo marco legal argentino, pisa el terreno de lo audiovisual pero no tiene obligaciones claras en términos de registración, responsabilidad por contenidos ni condiciones laborales”. Entonces, desarrolla: “Pensando en la propia denominación de YouTube a sus canales, esa toma simbólica de la palabra canal nos remite a los canales de televisión clásicos. Sin embargo, son totalmente distintos porque los canales de televisión clásicos usaban espectro radioeléctrico, o sea, un recurso público que eran las ondas del aire. Los canales de internet tienen la semejanza de que es una programación de flujo, si bien la podemos ver cuando queremos, porque los programas quedan, la sensación de vivo y la programación con determinados horarios y con determinadas franjas y también asumiendo los canales ciertas apelaciones a audiencias tienen esa similaridad con los viejos canales de televisión”.

Rossi también analiza que “hay un continuo de encuadre audiovisual que en otros países es claro y es obvio como la legislación europea, la legislación española, pero en el caso argentino entra en un terreno prácticamente desregulado. Entonces, para un sindicato o para una acción colectiva de grupos, por ejemplo de audiencias, no es tan fácil encuadrar y en ese sentido es entendible que existan tensiones y que los emprendedores o empresarios pueden ser más pequeños que los grandes canales, digamos que uno podría pensar que tenían grandes estructuras. Ahora son estudios en menores dimensiones, con menos metros cuadrados, con menos empleados, pero por lo pronto a mi juicio y siguiendo la doctrina de evolución del encuadre del audiovisual deberían ser trabajadores del cine, de la tele, de la producción de series y por qué no de la televisión en vivo, de lo que antes denominábamos televisión en vivo que ahora podría ser emisión en streaming”.

“En ese sentido también tendríamos que pensar en radios, uno piensa dos o tres capitalinas como Futurock, que también están un poquito desencuadradas de la LSCA pero todos nos damos cuenta que es un consumo muy similar al viejo consumo radiofónico”, resalta el académico.

Storino, al respecto aclara que “hay streaming que provienen de las radios, que ahí solemos compartir la representación de los técnicos con sindicatos como el SUTEP, como el sindicato de los operadores de radio AATRAC”.

“Los streaming están disponible en plataformas globales con lo cual ahí tenemos una relación de mediación distinta a lo que podría ser, entre comillas, la independencia del medio televisivo que solo dependía de una licencia del regulador, el ENACOM o anteriormente la AFSCA. No hay una licencia nacional para emitir en streaming, lo que acarrea la falta de responsabilidades y de obligaciones en el ámbito nacional por parte de estos prestadores. Ahora bien, la emisión y la recepción se produce, o el visionado, se produce mayoritariamente en Argentina”, rescata Rossi.

“La territorialidad de una empresa –agrega- si bien se monta sobre una plataforma extranjera y todas esas demandas pueden ser complejas en el ámbito local, desde el punto de vista de la justicia laboral o de las condiciones laborales, claramente si la producción se ejerce en Argentina, más allá de las condiciones del visionado, la intervención de la Secretaría de Trabajo y de las autoridades mediadoras, ya sea para determinar salarios o para inspeccionar condiciones de trabajo o regímenes de jornadas laborales, es en nuestro territorio. Así que ahí entiendo que es más bien clásico el encuadre de las funciones laborales que puedan tener camarógrafos, productores, editores, presentadores, en estos canales”.

El caso del cierre del canal Crudo TV comunicado por SATSAID el último 30 de abril, expone las vulnerabilidades del sector. Al respecto, Storino declaró “repudiamos que de un día para el otro 45 trabajadores se queden en la calle sin aviso previo de ningún tipo. Esto no lo dijimos en el comunicado, pero hemos denunciado en la Secretaría de Trabajo los despidos por parte de Crudo TV, de trabajadores que estaban en fraude laboral en su mayoría, porque solamente había cuatro registrados. Asimismo, nos vamos a hacer cargo del asesoramiento legal a todos esos compañeros para que cobren lo que tienen que cobrar, y en el caso de que la empresa se niegue, los representaremos legalmente ante la Secretaría de Trabajo y la Justicia para que puedan tener una defensa legal digna y no tengan que pagar por ella, pese a que no son trabajadores que formalmente estaban representados por nosotros. No podemos hacer menos que eso”.

Por otro lado, el trabajador que prefiere permanecer en el anonimato recalcó que “si SATSAID puede ayudar en casos como este, me parece bárbaro. Como apreciación general sin conocer el caso puntual, creo que se están abriendo muchos canales de streaming últimamente por una cuestión de moda y en algunos casos son emprendimientos un poco improvisados de inversores que no entienden de medios y mucho menos de contenidos digitales. No es el primero que abre y cierra al poco tiempo”.

“Objetivamente es mejor para el laburante estar bajo convenio, tener la certeza de que si te echan te corresponde una indemnización, entre otras cosas. Eso no hay duda y me gustaría que el sector se encamine hacia ahí. Quizás personalmente no lo vivo como una preocupación dramática porque siempre trabajé de forma freelance y mis viejos también. Me acostumbré a eso, a estar buscando siempre distintas oportunidades o a inventarlas en caso de tener un bache. Y creo que muchos en el rubro (digital, audiovisual o de prensa) se manejan parecido”.

«Me interesa escribir sobre otras formas de la existencia»

«Me interesa escribir sobre otras formas de la existencia»

El cordobés Chuit Roganovich ganó el premio Clarín 2024 con su novela «Si sintieras bajo los pies las estructuras mayores» y el Premio Futurock 2022 por su obra «Quiebra el álamo». Aquí habla de sus trabajos, del impacto de los premios y de lo que viene. El sábado estará en la Feria del Libro.

Roberto Chuit Roganovich, escritor cordobés y doctor en Letras, obtuvo el Premio Clarín de Novela 2024 por su obra Si sintieras bajo los pies las estructuras mayores. Anteriormente publicó Quiebra el álamo, galardonada con el Premio Futurock de Novela 2022.

Si sintieras bajo los pies las estructuras mayores transcurre en cuatro épocas dispares (1504, 1888, 1945 y un futuro remoto), y es narrada por personajes que atraviesan un escenario similar: mientras la humanidad avanza y reflexiona sobre sí misma, un organismo milenario oculto bajo la tierra irrumpe de distintas maneras en la historia. Su sola presencia aterroriza y, al mismo tiempo, sugiere una promesa de redención. Ese enigmático ser subterráneo, testigo silencioso de los siglos, une los destinos de quienes lo conocen y les ofrece una oportunidad de salvación.

En la nota que hiciste en Eterna Cadencia contabas que al principio tu idea no era publicar. ¿Cómo fue ese pasaje de escribir en solitario a publicar en dos editoriales? ¿Pasaste del miedo al entusiasmo?

El paso a la publicación fueron los premios. La primera novela que escribí, Quiebra el Álamo, se publicó en Futurock en 2022, tras ganar el premio de novela de la emisora. Y Si sintieras bajo los pies las estructuras mayores salió luego de obtener el Premio Clarín. Por supuesto que sentí miedo: en ambos casos ganaron novelas que yo no consideraba terminadas ni suficientemente pulidas. Pero también lo tomé como un punto final impuesto desde afuera, una instancia exógena que decidía que mi novela debía salir a la luz. Hasta entonces escribía porque me interesaba y, aunque la escritura requiera soledad para el primer borrador, el oficio verdadero surge en comunidad, cuando compartís tu texto con personas de confianza que te señalan qué falla y que puede funcionar. También creo que si Si Sintieras… ganó el Premio Clarín fue porque en el jurado estaban Mariana Enriquez, Samantha Schweblin y Alberto Fuguet. Si hubiesen sido otros, probablemente ganaba otra novela. Mariana y Samantha son exponentes de una literatura que explora otras formas de habitar el mundo, más cercanas al espanto, al temor, a otras cosas. A mí me interesa, además, por el hecho de ser argentino y de participar espiritualmente de este hemisferio sur. Hay heridas que todavía no han sanado.

¿Tiene un significado particular que a un cordobés gane un premio de un diario porteño?

Ganar el Clarín me hizo sentir muy bien, sobre todo siendo de Córdoba. Cuando era chico, veíamos por la calle a Luciano Lamberti, Federico Falco, Camila Sosa Villada, Eugenia Almeida… Íbamos a un slam de poesía o al cine y estaban ahí, cerca. Para los que empezábamos en Letras, eso devolvía la idea de que se podía escribir desde una provincia. Que se podía desde Córdoba. Cuando ganó Luciano el Clarín el año pasado, me alegré muchísimo. Primero porque lo quiero y segundo porque siento que necesitaba ese reconocimiento. Y ahora vengo yo, otro cordobés. Me da orgullo federal. Más aún porque estamos escribiendo algo distinto, más subterráneo. Me siento cómodo ahí.

¿Y cómo es tu método para escribir? ¿Algo ordenado: “dos páginas por día”, o más caótico, por rachas?

No tengo un método. Encuentro huecos para escribir entre trabajos y eso dificulta muchísimo volver al texto, sobre todo al principio. Después, una vez que el universo narrativo tiene coherencia interna y los personajes ganan entidad, las cosas empiezan a suceder casi solas. Pero el arranque es muy difícil. Escribo porque no puedo hacer otra cosa: a veces la lengua se vuelve un enemigo, la paso mal, pero no encuentro mejor forma de ocupar el tiempo vacío. En estos tiempos, escribir me parece un acto casi contracultural: demanda mucho tiempo y retorna muy poco, tanto económicamente como en legitimación.

Más allá del reconocimiento monetario, ¿sentís que algo de todo ese esfuerzo vuelve con los premios?

Sí. Creo que la retribución real, la que yo siento como verdadera más allá de la plata, que es bastante escasa, es el acercamiento de gente que no conozco y que me escribe mensajes profundamente conmovedores. Uno publica sin saber el efecto que puede tener en otro. A veces llegan mensajes muy largos, muy íntimos, de personas que se sintieron identificadas con alguna problemática o con algún personaje. La retribución monetaria aparece y se va, se esfuma en una salida a comer. En cambio, esos mensajes están ahí, en el teléfono, te llegan un domingo a la tarde, justo cuando no estás muy bien y te conmueven. Por ahora, me aferro más a eso que al dinero.

En tu novela hay un juego de saltar entre voces y géneros: la novela gótica del Siglo XIX, el fantástico que a la vez convive con la tradición del “New Weird”. ¿Cómo trabajaste ese cruce?

Cada arco narrativo requería entrar en un universo semántico y espiritual distinto. Para escribir a Catalina tuve que pensar y hablar como capellán de Isabel la Católica; para Traverso, sumergirme en la gótica victoriana; para Ishigata, entender la voz fragmentada de alguien consumido por un cáncer y por una planta que lo devora. No podía alternar un capítulo de cada uno en frío: primero iba la investigación previa y luego la disposición espiritual que cada personaje pedía. Además, me aburro si sostengo una sola voz 400 páginas; varias voces fueron también mi forma de divertirme y mantener vivas las estrategias narrativas. En cuanto a la ciencia ficción y el New Weird, me atrae mucho más lo que está pasando ahora en el género, más que esa tradición norteamericana de la «edad de oro», donde todo era muy técnico, muy mediado por la ciencia. Por supuesto que fue necesaria la existencia de Asimov, Clarke o Philip K. Dick, pero también sus desviaciones, como Ursula K. Le Guin. 

También hay una preocupación por la historia muy marcada en la novela. No son casuales los hitos ni las épocas que elegís. ¿De dónde viene esa preocupación por lo histórico? ¿Cómo se conjuga con la idea de lo moderno, del progreso? ¿Y cómo se articula con esta planta que, de algún modo, es eterna y subterránea?

En Quiebra el Álamo, el acontecimiento que marca su pertenencia al género New Weird es una irrupción exógena. Una radicalidad que llega desde fuera. En esta segunda novela, el recorrido es inverso. Me pregunté: ¿qué pasa si eso que nos interpela en lo espiritual, lo histórico o lo político, ya estuvo siempre acá, con nosotros? En general, me interesa escribir sobre formas otras de la existencia. La preocupación por la historia creo que es generacional. No siento que las generaciones más grandes tengan las mismas inquietudes. Nosotros vivimos la historia con una profunda melancolía. Las épocas doradas de nuestros padres, que nos fueron contadas como gloriosas, nosotros las leemos como épocas que tampoco fueron tan felices. Y tampoco creemos que el futuro vaya a serlo. Entonces, nos quedamos en ese limbo, sin pasado glorioso ni futuro prometedor, intentando al menos construir futuros ficcionales donde nos sintamos un poco más cómodos. Es como una lectura, de algún modo, esperanzadora del futuro. Yo no creo que escriba sobre el apocalipsis. Yo siento que escribo sobre formas otras de la existencia que podrían funcionar como un bálsamo al mundo horrible en el que vivimos plagado de hambre, guerras y bombardeo, etc. La colonización, por ejemplo, pesa mucho en nuestra cultura. La Campaña del Desierto sin duda también. Pero Hiroshima, Nagasaki, Auschwitz, Gaza… son modulaciones universales de la violencia y la demencia. Le pertenecen a la especie. Todos tenemos que hacernos cargo, hayamos nacido en Francia, Argentina o Ruanda. Después hay violencias más particulares, más nuestras, más latinoamericanas, sobre las que me quiero hacer cargo.

La planta que tiene un papel central en tu novela, opera desde lo sublime, como un salvavidas que a la vez aterroriza. ¿Te interesa esa ambigüedad horror‑belleza?

Sí, totalmente. Me fascina la caracterización que hace Kant de lo sublime: ese momento en que la razón se suspende y lo religioso, la revelación de tu pertenencia al mundo, se toca con lo terrorífico. En Si sintieras…, Ishigata teme a la planta porque desconoce su potencia mortífera, pero también se enamora de ella al entender que es la respuesta viva al universo, casi un dios. Ese doble movimiento de atracción y espanto me interesa, y aún gana espesor al conectarlo con mitologías originarias, donde la planta se vuelve algo eterno y subterráneo.

Anunciaste que vas a publicar pronto un ensayo con El gato y la Caja  ¿De qué trata tu próximo libro y qué desafíos te propuso escribir un ensayo en vez de una novela?

Es un libro que reflexiona sobre nosotros, quienes habitamos los campos de la izquierda y lo nacional‑popular. Usamos mucha tinta para debatir si Milei es o no fascista o alt‑right, pero seguimos sin preguntarnos quiénes somos, qué hicimos para llegar hasta acá y qué podemos hacer para construir un mundo digno de ser vivido. Es la primera vez que escribo un ensayo tan largo: antes era ficción o textos académicos fríos. Esta vez quise mezclar ambos lenguajes y jugar con las formas discursivas. La crítica está en crisis y el lenguaje críptico nos resta capacidad de acción, por eso busqué un texto lo más digerible posible, apto para cualquier lector sin formación específica.

Roganovich va presentar su novela, Si sintieras bajo los pies las estructuras mayores en la feria del libro el 10 de mayo a las 19 en el Hall Central (Pabellón 9).

“Nuestro lugar en la Legislatura servirá como punto de apoyo para las luchas que se den fuera del recinto”

“Nuestro lugar en la Legislatura servirá como punto de apoyo para las luchas que se den fuera del recinto”

A días de las elecciones legislativas porteñas, ANCCOM dialogó con Vanina Biasi, Celeste Fierro y Agustín Romero candidatos a legisladores del Frente de Izquierda de Trabajadores-Unidad para conocer sus propuestas. ¿Qué hacer con las viviendas ociosas?

“Hay que construir una verdadera alternativa por izquierda, democrática y hecha por y para las y los trabajadores, que no arrugue con los empresarios y corporaciones”, dice Celeste Fierro, militante del Movimiento Socialista de los Trabajadores (MST) y candidata por el Frente de Izquierda y de Trabajadores-Unidad (FIT-U) de cara a las próximas elecciones legislativas para la Ciudad de Buenos. En un territorio que durante años ha sido gobernado por el PRO y que actualmente tiene a Jorge Macri como Jefe de Gobierno, el FIT-U busca sumar más bancas en la Legislatura para hacer frente a la derecha. Al respecto de este contexto, Vanina Biasi, actual diputada nacional y quien encabeza la lista del FIT-U, señala que en la ciudad “hace falta defender realmente los intereses de quienes vienen siendo golpeados por estos gobiernos. Por eso planteamos que a Macri y a Milei hay que pegarles con la izquierda, porque tanto en las bancas que ocupa el FIT-U como en cada movilización somos consecuentes con lo que planteamos y la defensa incondicional de los trabajadores”.

Con la eliminación de las PASO (Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias) y la fragmentación de los partidos tradicionales, como el peronismo, el PRO e incluso La Libertad Avanza, los habitantes de la ciudad tienen un total de 17 listas para elegir en las próximas elecciones. Ante este escenario, Biasi afirma que esta “fragmentación es producto de la crisis política de varios de los partidos tradicionales e incluso de los que gobiernan hace tan solo dos años. La situación económica a la que nos han llevado y el rechazo de la población a estas medidas ha producido esta pelea por ver quién se salva y logra capitalizar este descontento”.

“Una ciudad para unos pocos”

Estas elecciones porteñas se realizan en un periodo en donde la gestión actual (el PRO) está siendo fuertemente cuestionada por varios espacios políticos, incluida obviamente la izquierda. “La reforma antieducativa, la precarización del sistema de salud, trabajadores municipales que cobran por debajo de la línea de pobreza y en muchos casos sin estabilidad laboral, entre tantos otros motivos. Son suficientes para evaluar la gestión del PRO como pésima”, señala Biasi. Y agrega: “Esa es la orientación que han sostenido estos 18 años de gobierno: una ciudad para unos pocos y expulsiva para las mayorías”. Al mismo tiempo, Fierro reflexiona sobre la relación entre el gobierno de la Ciudad y el nacional: “En represión, Jorge Macri ha sido el mejor alumno de Milei y Bullrich, es más hasta le entregó la autonomía de la Ciudad en ese sentido, todo para reprimir a jubilados y a quienes luchan por sus derechos”.

Para hacer frente a esta situación, entre las principales propuestas que se plantea la izquierda se encuentran tres problemáticas a abordar: la salud, la educación y la vivienda. Agustín Romero, quien también se presenta como candidato a legislador y es militante del MST, recalca que las propuestas fueron realizadas de manera colectiva: “Fuimos elaborando con vecinos, trabajadores, estudiantes, mujeres y disidencias, porque nuestra manera de hacer política es colectiva, las bancas abiertas y siempre al servicio de quienes nunca fueron y son escuchados”.

Por otra parte, Biasi destaca tanto la urgencia de incorporar a las enfermeras y enfermeros a la carrera profesional de salud como la real aplicación de la Ley 448 sobre salud mental. Asimismo, Fierro expresa la necesidad de llevar adelante un sistema único de salud en donde se ponga fin a los negociados privados en la materia.

También, para hacer frente a la situación habitacional en la ciudad, la izquierda plantea la incorporación de los más de 200 mil inmuebles ociosos en la ciudad al mercado de alquileres. Esto sería sobre la base de un impuesto progresivo a la vivienda ociosa para los grandes acaparadores que hacen negocio sobre la base de la expulsión de los trabajadores en el territorio. En simultáneo, Fierro habla sobre la idea de establecer “alquileres sociales, es decir sea solo el 15% del salario del inquilino”.

Y sobre la educación, Biasi menciona la derogación de la reforma “BA Aprende”, que no solo degrada los contenidos que se enseñan, sino que ataca la estabilidad docente de la mano del cierre de varios cursos. Además, “sostenemos -afirma Biasi- la defensa de la ESI frente al intento de imponer una regimentación de los estudiantes ante la realidad que viven con la educación pseudoemocional, aprobada en la Legislatura con el apoyo de todos los bloques políticos, con excepción del FITU, a fines del año pasado”.

Una alternativa

“La izquierda tiene que organizar la pelea para que se vaya Milei, un gobierno incompatible con los reclamos populares, que desde que asumió mantuvo un ataque constante sobre las mayorías, y para que los trabajadores intervengan con sus propios reclamos por el salario, las jubilaciones, el derecho a la salud, la educación y la vivienda”, dice Biasi. Y añade: “Nuestro lugar en la Legislatura servirá como punto de apoyo para las luchas que se den fuera del recinto y un canal para su organización. En la medida que logremos desarrollar esa perspectiva crecerá el voto al Frente de Izquierda”.

Además, Fierro subraya la necesidad de la unidad y cuestiona la oposición encabezada por el peronismo en la ciudad: “La salida hoy para echar a Milei es la unidad en las calles. Es organizar la bronca desde abajo, autoconvocarnos en cada sector de laburo, de estudio, en cada barrio, porque la CGT ya demostró no estar a la altura de esta tarea. Ni tampoco los dirigentes políticos del peronismo, como Santoro, que ni una palabra dijo desde que es diputado nacional y ahora se planta como la salvación de la derecha”.

En sintonía, Romero concluye: “Es necesario que la izquierda se postule como una alternativa, no solo electoral, sino también en todos los espacios que intervenimos. El proyecto de la izquierda no es personalista, sino que se construye colectivamente, democráticamente y sobre todo desde las bases. Porque la pelea contra la derecha, su plan de ajuste y de represión se lo enfrenta en las calles, así como lo hacen los jubilados, los sectores en lucha como el Bonaparte, el Hospital Garrahan y los piqueteros”.

Las voces del Olimpo

Las voces del Olimpo

A veinte años de la reconversión del excentro clandestino de detención El Olimpo en un sitio de memoria, dos sobrevivientes que pasaron por allí inauguraron un ciclo de homenaje a los 40 años del juicio a las juntas militares.

En una tarde de sábado llena de emociones, vecinos y vecinas de Floresta se acercaron al Olimpo. Antes de que se proyectara la película El juicio, Isabel Cerruti y Elsa Lombardo, sobrevivientes que pasaron por este centro clandestino de detención,  tortura y exterminio, compartieron sus experiencias como testigos en la causa contra los represores que actuaron allí durante la dictadura, sus victimarios. Con el nombre de Atlético, Banco y Olimpo (ABO) se conoce al proceso judicial iniciado en noviembre de 2009 que ya juzgó a 15 exmilitares por los delitos de lesa humanidad cometidos en estos tres centros clandestinos de detención dependientes del Ejército. En 2022 comenzó el quinto tramo del juicio.

“La Conadep fue el primer paso en la preparación del juicio. Fue sanador porque pudimos vencer el anonimato”. Así abrió la conversación Elsa Lombardo, militante detenida ilegalmente en 1978. Sentada a su lado, su antigua compañera de celda en el Olimpo y actual coordinadora del Espacio para la Memoria, Isabel Cerruti, la escuchaba con atención. “Había una conciencia de que esto debía hacerse sí o sí como un acto de justicia porque la sociedad estaba herida y buscaba respuestas. Toda la sociedad fue herida por esta tremenda ola de terror y miedo que sacudió a nuestro país. Por eso estamos acá, para continuar con la sanación”, siguió Lombardo.

El encuentro se llevó a cabo en el predio ubicado sobre la calle Ramón Falcón, en una sala equipada con pantalla, proyector y sillas, y cuyas paredes exhiben los rostros de desaparecidos que pasaron por ese sitio del horror, hoy de Memoria. “Éramos militantes y sabíamos que todos los días caían y desaparecían compañeros y compañeras. Eso era terrible. Había que escapar, estábamos en la clandestinidad. Este juicio nos dio la posibilidad de salir a la luz”, dijo Cerruti. 

“Habíamos regresado del infierno. La tortura no es solo que te den una cachetada, una paliza o aquellas cosas que se les ocurrían y que se dieron permiso para hacerlas todas. Es lo que tuviste que ver, vivir, compartir”, contó Elsa, haciendo referencia al dolor y al miedo que aún sentía a la hora de declarar, pero que no le impidió presentarse con el fin de sanar a la sociedad. Y para despertarla. “Hay algo que decía Mario Villani (otro sobreviviente) que me quedó grabado: si hay algo que este juicio dejó, más allá de que se condenara a los genocidas, es que la sociedad ya no podía decir que no sabía”, afirmó Isabel. “No había forma de escaparse de las noticias. Ya todos sabían. Sabían la metodología y porqué lo hacían”, agregó.

Entre desvíos y reflexiones de mucha actualidad y ante la mirada expectante de los presentes, las oradoras dieron detalles del antes, el durante y el después de sus testimonios en el proceso judicial. “Hubo diálogos fáciles, diálogos difíciles. Estaban quienes te preguntaban ‘por qué vos sí (volviste) y mi familiar no’. No es fácil esa respuesta, quizás la tienen que dar los genocidas”, comentó Lombardo. En la misma línea, Cerruti recordó una de las preguntas hechas por los jueces: “Por qué creía yo que me habían liberado. Yo les dije que le pregunten a ellos”, sentenció. 

 

Dueños de la vida y la muerte

“A mí me lo dijeron. Fue por el voto”, interrumpió Elsa. “Después de salir en libertad nos controlaron mucho tiempo. Uno de los jefes del Olimpo me dijo: `Vos estás viva porque yo voté´. Eran dueños de la vida y de la muerte”, continuó. A pesar de lo que sufrieron y de que, en palabras de Lombardo, “la herida sigue abierta”, ambas coincidieron en que nunca se buscó venganza, sino justicia, y en que es importante mantener viva la conversación sobre el terrorismo de Estado, especialmente en este contexto. “Aquello fue una dictadura, no estamos hablando de eso hoy. Pero hay cosas que están pasando que nos remiten a algunas que nos pasaron a nosotras y son injustas”, sostuvo Isabel y luego añadió: “Los juicios siguen abiertos, así que tengamos atención. Se lo debemos a aquella Conadep, a aquel juicio que nos dio un montón a todos”.

En la hora que duró la charla, el silencio atento de los oyentes, de todas las edades, sólo se rompió para aplaudirlas y para dar paso a un descanso antes de la proyección de la película. 

Algunas personas aprovecharon para salir de la sala y ver la caída de la noche sobre los galpones vacíos, los murales en las paredes, sobre el parque en el centro, y los carteles que indican que ese fue uno de los escenarios donde ocurrió el horror. En este CCD estuvieron secuestradas entre agosto de 1978 y enero de 1979 alrededor de 500 personas, la mayoría de las cuales permanece desaparecida. Es por esto que, de acuerdo con el relato de las sobrevivientes, la jornada del juicio destinada a las declaraciones en torno a “Olimpo” fue uno de los más extensos. En junio se cumplen 20 años de la recuperación del espacio y su apertura al público.

 

El juicio

El documental de Ulises de la Orden está compuesto exclusivamente por el archivo registrado en 1985, que por muchos años fue inaccesible. Resume meses de audiencias en un metraje de tres horas, divididas en 18 capítulos, cada uno enfocado en un eje de los múltiples testimonios que resultaron en la condena de cinco de los nueve integrantes de las Juntas acusados, en diciembre de ese año. Fue estrenado en 2023 e incluye todas las aristas de aquel histórico proceso judicial, desde el relato de los hechos en las voces de las víctimas, hasta el despliegue de la defensa de los represores.

Tanto Elsa como Isabel se quedaron a ver el documental y compartir algunas reflexiones finales. “Cuando uno iba a declarar, no veía el conjunto de lo que estaba pasando. Ver esto es tremendo”, señaló Cerruti. “Durante mucho tiempo no contamos lo que habíamos pasado porque pensábamos que hacíamos sufrir al otro. Pero los chicos, las familias, los vecinos tienen que saber. Si estamos acá es para transmitir lo mucho o poco que sabemos. Porque los compañeros se lo merecen”, añadió, en referencia a los desaparecidos y el “deber” de que la sociedad sepa qué pasó con ellos.

Los trabajadores del sitio de memoria destacaron la importancia de mantenerse en contacto no solo con la narrativa de lo ocurrido durante la dictadura, sino con los documentos. Ese espíritu inspiró esta primera actividad, que originalmente incluía un recorrido guiado por la arquitectura del predio y la proyección del documental en su totalidad, pero que tuvo que acortarse debido a las restricciones horarias que imperan desde el inicio de la gestión de Javier Milei.

Otro de los problemas que están enfrentando este y otros espacios de memoria es el desfinanciamiento, reflejado en los despidos masivos que tuvieron lugar entre 2024 y 2025. En las rejas que rodean la entrada se ven banderas que denuncian el desmantelamiento y el peligro de cierre como consecuencia de los recortes. A su vez, los empleados hicieron hincapié en el estado de fragilidad en que se encuentra el Archivo Nacional de la Memoria. “No hay garantías”, dijo Cerruti, “a pesar de todo el esfuerzo que nosotros hicimos desde los sitios de memoria, que son muchos en la Argentina. Se hizo y se hace un trabajo magnífico y esperemos que se pueda seguir haciendo”.

Actualmente, en “Olimpo” se realizan diversos talleres abiertos a los vecinos y vecinas del barrio, así como visitas guiadas y muestras que resultan de las investigaciones llevadas adelante por el propio espacio. Incluso en un momento adverso y de fuerte ataque a estas instituciones, el reclamo por memoria, verdad y justicia no se desvanece. En palabras de Elsa Lombardo: “La militancia es como un hormigueo que está por debajo de la piel. Cuando sale un rayo de sol, salimos todos. No nos van a detener”.

La Ley de Emergencia de Discapacidad avanzó un casillero

La Ley de Emergencia de Discapacidad avanzó un casillero

El proyecto de Ley de Emergencia de Discapacidad logró dictamen favorables en comisiones y ahora pasará al recinto para que lo voten los diputados. Una importante marcha de personas con discapacidad, sus familiares y los trabajadores que lo asisten marcharon al Congreso para exigir su aprobación. Si se sanciona la norma, ¿Milei la vetará?

 

 

Agrupaciones sociales, personas con discapacidad, sus familiares y trabajadores que los asisten, se concentraron frente a la puerta del Congreso para exigir por la aprobación de la Ley de Emergencia en Discapacidad, cuyo dictamen en comisiones se debatía en el Palacio Legislativo. De aprobarse finalmente la norma,  podría significar un hito para uno de los sectores más vulnerables de la sociedad y es por ello, que desde las 11 de la mañana del martes, la Avenida Rivadavia se colmó de personas, carteles y un fuerte deseo en conjunto: «¡Que sea ley!”

Daniel Arroyo, diputado nacional de Unión por la Patria, quien es el autor del proyecto de Ley de Emergencia en discapacidad, subrayó la importancia de su aprobación: “La ley actualiza el nomenclador que está totalmente desfasado, las personas con discapacidad no están accediendo a los servicios básicos, ni a las pensiones y están siendo maltratadas por el gobierno. Lo que estamos buscando con esta ley es que se actualice el nomenclador, se resuelva el tema del maltrato y organice las pensiones como hoy no están organizadas. Si logramos que las comisiones de Presupuesto, Discapacidad y Salud lo dictaminen, nos quedará un cuarto paso: que sea ley cuando vayamos al recinto a votar”, indicó.

No obstante, las personas con discapacidad no son los únicos perjudicados con esta problemática, ya que quienes trabajan con el objetivo de ayudarlas reciben salarios demasiado bajos. Florencia Poletto es testigo de esta situación y así lo comunica: “Soy una de las directoras del equipo Khlpu. hacemos inclusión escolar, lo que implica que haya un profesional de apoyo que acompañe a un niño en el aula, para que lo ayude con lo conductual, social y comunicacional. Estamos acá para apoyar La ley de Emergencia en Discapacidad, una norma que pone en emergencia al sector donde es necesario que revean y que se active el presupuesto para los talleres protegidos. Las prestaciones quedaron desfasadas con respecto a la inflación”.

“El último aumento -agrega- fue en diciembre, del 1%. Así, una profesional que va a una escuela está ganando 307.000 pesos y por eso es muy difícil conseguir que asistan profesionales todos los días. Cada vez está más difícil, la normativa exige que las especialistas vayan un mínimo de 2 veces por semana. Eso se traduce en que las familias deben poner un plus, pero lo que se pierde es la universalidad de la ley”.

De esta forma, se puede observar cómo todas las personas que participan directa o indirectamente en la discapacidad, están siendo afectados al no disponer de una ley que ponga de manifiesto estas situaciones. Además, el sector está viviendo uno de los peores momentos de su historia en la Argentina.

Gabriela Troiano, exdiputada nacional e integrante de la Red por los Derechos de las Personas con Discapacidad, habla sobre este asunto. “El sector atraviesa una etapa más difícil que en el gobierno de Macri, la situación es tan angustiante que se necesita un tipo de ley así. Necesitamos poder acceder a los tratamientos, a la educación, estamos hablando de prestaciones que tienen fijo su monto desde el año 2023, y de una auditoría de pensiones no contributivas, donde se giran las cartas de notificación a domicilios que no son los de las personas con discapacidad. Se cambian los domicilios donde se va a realizar la auditoría, se ponen profesionales que no son expertos en discapacidad y el tiempo que se les da para llevar sus estudios no existe”.

Por otro lado, agregó: “Piden estudios a personas que tienen patologías genéticas que no van a cambiar, le piden estudios actualizados. Se está involucionando en el sistema, te diría que a prácticas de la época de la dictadura militar”.

Incluso, la posibilidad de una vida digna se encuentra en juego para las personas con discapacidad. Claudia D´Ippolito, presidenta de la Asociación Angelito Déficit de L-Carnitina, relata lo que atraviesan las personas con discapacidad y los trabajadores. “El tema es muy grave, porque más allá de la situación económica que ha llevado al caos en el sector, nos encontramos con una asignación muy baja y una pensión paupérrima. Y mucho peor los honorarios que cobran los trabajadores en los talleres protegidos (establecimientos asistenciales que brindan tratamiento a través de un abordaje interdisciplinario que busca la integración social y autonomía personal del paciente) a quienes les están pagando 28.000, pero están sin cobrar desde enero.  Y hay obras sociales que no autorizan tratamientos, no se sabe cuándo lo autorizarán”, sostuvo.

Por otra parte, las auditorías representan un problema muy grande para aquellos que tienen algún tipo de discapacidad. D´Ippolito lo detalla: “Hay un desastre en las auditorías; están convocando a muchísimas personas en el mismo horario. Se habló con la directora de pensiones, nos ofrecimos para ayudar y organizar, pero realmente es todo un caos. Es el auditor el que debe ir a la persona, no la persona a la auditoría, donde han pasado días de 47 grados o días de lluvia, y no hay soluciones.”

Ella concluyó: “Se podría auditar por un lado y dar el aumento del nomenclador por otro, desde diciembre no tenemos aumento. La inflación continúa y todos tenemos que pagar monotributo o pagar autónomo, acá es una cuestión de pagar, pero nunca de cobrar, nunca de que estemos bien el sector de discapacidad. Las personas con discapacidad somos las mayores perjudicadas del sistema”.

Por lo pronto, después de varias horas del plenario de comisiones se logró emitir el dictamen positivo para dictar la emergencia en discapacidad. Ahora lo tendrá que tratar la Cámara baja, y, de aprobarse, pasaría al Senado.

Con el foco en la memoria

Con el foco en la memoria

La Asociación de Reporteros Gráficos de la República Argentina instaló en la vereda de su sede una baldosa en conmemoración a los fotógrafos, camarógrafos y documentalistas detenidos, desaparecidos y asesinados por el terrorismo de Estado.

“Este era mi esposo. Nosotros militábamos en una unidad básica que estaba acá a la vuelta en los ’70, en México y San José. Circunscripción 13 de la juventud peronista. En nuestra unidad tenemos 13 desaparecidos. Para nosotros, en todos los lugares donde se los recuerde y se los nombre, están presentes. Siempre pedimos memoria, para que nadie olvide lo que pasó; que se sepa la verdad, para que todos lo tengan claro y que algún día podamos saber qué le hicieron a cada uno de los desaparecidos y dónde están los bebés que faltan encontrar; y queremos justicia, que haya cárcel común, perpetua y efectiva para todos los genocidas”, ruega Cristina Muro, esposa de Carlos Alberto Chiappolini, otra de las 30.000 víctimas de la dictadura sucedida hace casi cincuenta años en Argentina.

A pocos metros de ella, dos hombres de edad avanzada mezclan cemento, agua y arena, sentados cada uno en una silla con un cartel de papel pegado atrás en el que se lee “ARGRA”. Detrás, varias pancartas rezan “Fuerza Pablo Grillo”, recuerdan íconos políticos y anuncian eventos próximos. Descansa a su lado una gran baldosa, repleta de mosaicos de colores, cálida y emotiva.

La sede de ARGRA -asociación fundada en 1942 para fortalecer la solidaridad entre fotógrafos y mejorar su protección social y gremial-, ubicada en Venezuela 1433, no es muy grande, pero de ella entra y sale gente sin cesar: algunos con cámaras, otros con teléfonos, unos pocos con fotocopias en las manos. Desde las 17, la organización convoca a presenciar un acto sumamente conmovedor: instalarán una baldosa que recuerde a los reporteros gráficos, fotógrafos, camarógrafos y documentalistas detenidos, desaparecidos y asesinados por el terrorismo de Estado.

Una vez lista la mezcla de materiales, una ronda de espectadores de todas las edades aguarda atenta a las palabras de Sebastián Andrés Vricella, Presidente de ARGRA. Con una cámara colgada al cuello, entona un discurso en una voz suave que contrasta con los vehículos que, no sin espiar un poco el acto, siguen circulando por la calle Venezuela. Entre otras premisas, afirma: “Esta reivindicación es parte de mantener la memoria viva de nuestros compañeros y compañeras detenidos y desaparecidos por el terrorismo de Estado”.

El Presidente también evoca el recuerdo de Pablo Grillo, el fotoperiodista argentino herido con un cartucho de gas lacrimógeno en el rostro mientras registraba la represión del miércoles 12 de marzo durante a marcha de jubilados y jubiladas. Comunica que, si bien está mejorando, sigue en terapia intensiva, y el hecho “es parte de entender que esto no puede suceder más”, ya que, como indicó una de sus compañeras de organización, “más allá de lo de Grillo, los colegas que cubren las marchas de todos los miércoles son permanentemente agredidos”. Es ella misma quien, en voz bien alta, exige la renuncia de Patricia Bullrich, a lo que le siguen ruidosos aplausos. Antes de retirarse, lee una carta de agradecimiento firmada por María Adela Antokoletz, hija de María Adela de Gard Antokoletz (fundadora de Madrs de Plaza de Mayo), actual vicepresidenta de Madres de Plaza de Mayo – Línea Fundadora, que, ni bien comenzada, sentencia: “Sin memoria no hay futuro”.

Poco tiempo después, Vricella agradece a las adhesiones -compañeros de la Comisión Vesubio y Puente 12 y Caballito x la Memoria-, a los trabajadores de Baldosas por la Memoria y la Justicia de Almagro y Boedo, y hace pasar al frente a, como ellos mismos se hacen llamar, dos sobrevivientes de la masacre del ’70, para leer la lista de detenidos desaparecidos de ARGRA.

“La motivación de hacer el acto es tan simple como seguir manteniendo la memoria y pasarla a futuras generaciones. Hay una comisión de derechos humanos en la asociación y esto lo venimos trabajando hace años, y nos pareció el momento indicado para poder hacerlo”, le cuenta a ANCCOM el Presidente de ARGRA. “Está bueno que esas generaciones sepan lo que pasó y se interesen, despertar esa curiosidad. Tenemos más de 65 trabajadores y trabajadoras de la imagen desaparecidos. Nuestro objetivo es que la memoria permanezca viva, con verdad y justicia”.

Ante la intriga de en qué objetivos estaban poniendo el foco como organización, afirma: “Con un gobierno donde la represión está todos los miércoles, lamentablemente, en la calle, donde sufrimos un disparo a un compañero reportero gráfico que estudió acá en la escuela, Pablo Grillo… si no hacemos estos actos ni reivindicamos nuestro trabajo y nuestra libertad de poder expresar, perdemos la memoria”.

 

 

También con una cámara al cuello, pero a varios pasos de donde se agolpa la multitud, charla animadamente con distintos personajes Daniel Vides, socio de ARGRA encargado de la fototeca. En su intercambio con esta agencia, declara: “Hace mucho que estábamos pensando en esto. La nueva comisión directiva creó una comisión de memoria, y compañeros y compañeras se pusieron a trabajar en ello. Es traer a nuestra vida cotidiana un acto de memoria, una huella que, cuando estamos en un momento de nuestro día en que estamos pensando en cualquier otra cosa, de pronto vemos el piso y vemos un registro, una marca, que nos hace pensar en nuestros compañeros y compañeras detenidos y desaparecidos, y me parece fundamental. En este contexto, es lo único que nos da sentido, el registro de nuestra historia y la memoria, que para la constitución de nuestra asociación es muy importante”. Vides recuerda los inicios de la asociación: “Nuestros colegas que trabajaron antes y durante la dictadura nos dieron una identidad y una posición política, no partidaria sino con el hacer del fotoperiodismo y la comunicación, que es muy constitutiva de nuestra identidad”.

Sobre lo clave del rol del profesional periodístico, determina, con seguridad: “La práctica del fotógrafo de prensa es estar en la primera línea de la historia. Uno está documentando cosas cuando aún no son historia. La dimensión del trabajo va tomando otras aristas con el tiempo, porque va dando cuenta de situaciones y personajes que a lo mejor en el momento no se ve con la claridad que da su paso. Entonces, además de estar informando y haciendo visibles cosas que ocurren, ellos son primera línea de la construcción del relato histórico”.

Con la certeza de que la memoria es un camino que nunca se termina de andar, los sobrevivientes proceden a la lectura de identidades para cerrar la jornada, sin olvidar mencionar que “se trata de una lista abierta, en construcción, que siempre se puede ampliar”. Más por convicción que por costumbre, detrás de cada nombre, la ronda ruge: “Presente”.