Trump al gobierno, Elon Musk al poder

Trump al gobierno, Elon Musk al poder

El nuevo presidente de los Estados Unidos amplió su base electoral y manejará también el Poder Legislativo y el Judicial. El dueño de X, a su vez, no sólo tendrá negocios con el Estado sino que será funcionario gubernamental. ¿Cómo será la relación con Argentina?

Donald Trump será el 47° presidente de los Estados Unidos tras imponerse en las elecciones del martes pasado frente a la candidata demócrata Kamala Harris. El próximo miércoles el republicano se reunirá con el actual primer mandatario Joe Biden para comenzar el proceso de transición, cosa que no ocurrió a la inversa hace cuatro años. ANCCOM dialogó con especialistas en política internacional para entender por qué la sociedad norteamericana se volcó otra vez hacia la ultraderecha y para dilucidar tanto el próximo gobierno como su relación con Argentina y el mundo.

 

La elección

La performance de Trump fue muy buena, al imponerse en todos los estados pendulares que definían la elección. Facundo Cruz, politólogo especialista en partidos políticos y procesos electorales, destaca que “logró consolidar su base electoral y ampliarla levemente. Le fue muy bien de vuelta en población rural, hombres y personas no educadas, pero ahora ganó en población latina y amplió su base en mujeres y jóvenes”.

En cuanto a los factores que definieron la elección, la economía del gobierno de Biden apareció como principal preocupación. La inflación en Estados Unidos fue del 7,04% en 2021 y del 6,45% en el 2022, pero comenzó a descender a un 3,35% en el 2023 y lleva un 2,8% acumulado en el 2024. Para Cruz, «un año de buenos resultados no compensó tres años de mala gestión económica». En consecuencia, la imagen del gobierno demócrata llegó muy lacerada, como se pudo observar en un boca de urna a nivel nacional de la cadena NBC, en la que el 75% de los votantes respondieron que el país estaba yendo en la dirección equivocada.

La opinión negativa en este aspecto fue tal, que la situación judicial de Trump pareció no hacer mella en sus posibilidades como candidato. El hoy presidente electo enfrenta 88 causas en su contra. En 34 de ellas, correspondientes al caso Stormy Daniels, en el cual falsificó documentos para encubrir un soborno de 130 mil dólares a la actriz porno para silenciarla, fue declarado culpable. Además, el juicio en su contra por su interferencia en el proceso electoral del 2020 está en pleno proceso. Para Cruz, “el voto económico pesa por sobre cualquier consideración judicial”.

Por su parte, Martín Schapiro, abogado especializado en derecho administrativo y en estudios internacionales,  señala que aquel factor es algo a lo que hay que prestarle atención: “Trump terminó siendo un candidato formidable. La coalición que realizó, quiénes lo votaron y cómo lo votaron es muy difícil de generar para los republicanos cuando uno mira otras experiencias. Hay muchos estados que votaron masivamente a favor del aborto y votaron masivamente por él”.

Captura de pantalla. 

En su segundo gobierno, el presidente electo tendrá mayoría tanto en la Cámara de Representantes como de Senadores, además de una Corte Suprema favorable. Schapiro marca que “hoy el control político e ideológico de Trump por sobre el Partido Republicano es absoluto, algo que de ninguna manera tenía en el 2016. En ese momento también tenía mayoría en las dos cámaras y una corte conservadora, pero tanto esa corte como el partido eran otros. Había políticos como Mitt Romney o John McCain, que estaban lejos de alinearse con Trump, y el tribunal era más moderado”.

Según Cruz, este segundo mandato trumpista será “en quinta a fondo”, ya que “va a tener un poder institucional muy parecido al primer gobierno de George W. Bush”. Incluso, destaca que será mucho más poderoso que otros presidentes republicanos como Ronald Reagan, Dwight Eisenhower o Richard Nixon, en el sentido de la correlación de fuerzas con el Congreso. Además, resalta que “asume con una legitimidad social mucho más amplia, ya que es el segundo candidato republicano que gana el voto popular desde la caída del Muro de Berlín”. El último en hacerlo fue Bush, en su reelección en el 2004, ya que en su primera elección el candidato demócrata Al Gore lo superó en esa instancia.

 

Musk se perfila a ser funcionario en un área todavía sin especificar, pero que apunta a auditar el financiamiento federal.

El estáblishment 

El panorama de un segundo gobierno de Trump es diferente también en cuanto a su relación con el establishment económico. Según Schapiro, “está mucho más asentado en el mundo de los negocios y el empresariado. En SIllicon Valley los apoyos en esta elección fueron neutrales o trumpistas. El poder económico no solo está intranquilo sino que está contento, sobre todo el mundo de las criptomonedas, que se volcó masivamente a él”.

La figura de Elon Musk fue muy relevante en la campaña republicana, gravitando mucho en donaciones económicas y también utilizando a X como plataforma. “Es una figura importante, por el tipo de mensaje que llevará el gobierno y también porque es el principal contratista del ministerio de Defensa”, destaca Schapiro.

Lail Furchi, economista especializado en energía, geopolítica y desarrollo productivo subraya que Musk “se vio muy beneficiado por los programas de energía renovable del gobierno demócrata y se fue alineando con Trump con mucha inteligencia para poder sostenerlos. Tuvo un par de éxitos convenciendo a los republicanos a apostar a los vehículos eléctricos, tanto que el candidato republicano en uno de sus rallies afirmó estar reconsiderando su posición sobre ellos”.

Pero el poder del CEO de Tesla, X, SpaceX y Starlink no parece centrarse sólo en el lobby. Furchi afirma que “se perfila a ser funcionario en un área todavía sin especificar, pero que apunta a auditar el financiamiento federal. Está parado en una situación muy privilegiada, en la cual tiene muchísima influencia en la opinión pública con X, con contratos millonarios con el gobierno de Estados Unidos y también ocupando un lugar de vanguardia en la construcción de vehículos eléctricos compitiendo con China”. 

 

El mundo según Trump

Sobre esto último, está la expectativa de un recrudecimiento en la guerra comercial con el gigante asiático, con las energías renovables en el centro. Según Furchi, los esfuerzos de Trump se centrarán en defenderse de la ofensiva comercial del gigante asiático en este rubro, como en los autos eléctricos, la inteligencia artificial y la tecnología de punta.

De todos modos, marca que “ambos partidos iban a profundizar la guerra comercial. Trump ya avisó que va a colocar un arancel de 60% a productos chinos y se va a enfocar específicamente en los sectores mencionados”.

Con respecto al resto del mundo, Furchi destaca que “seguramente empiece a dejar de lado muchos espacios al igual que en su primer mandato, como sus aliados de la OTAN en Europa. Ya dio los primeros avisos de que quiere terminar la guerra entre Rusia y Ucrania, y esto es importante debido a su buen vínculo con Vladimir Putin”.

 

Milei y Trump: ¿amor correspondido?

El alineamiento ideológico del presidente argentino con el magnate republicano es, a todas luces, total. En base a esto, en el gobierno argentino se tiene mucha expectativa en cuanto a los frutos que puede brindar esta relación bilateral.

Cruz destaca que Trump se para ideológicamente en la ultraderecha pero que es “un político profundamente pragmático”. En ese sentido, destaca que “va a tener una relación positiva con Argentina siempre que le brinde resultados a su gestión, si no es así no hay afinidad política que valga”.

Sobre este punto, Schapiro no prevé un escenario en el que Argentina ocupe un lugar central en la agenda geopolítica del gobierno de Trump. “La relevancia de América Latina en ese mapa mental es mercados ilegales e inmigración”. De todos modos, remarcó que, de los grandes países latinoamericános con los que se va a relacionar el próximo presidente de los Estados Unidos, “Milei es el único con el que tiene afinidad política”.

En ese sentido, para Furchi esto abre una posibilidad de que “Argentina sea el primer representante de los Estados Unidos en Latinoamérica, ya que Brasil está presidida por Lula Da Silva. Esto puede ser una oportunidad para nuestro país, pero no significa que vayamos a ser una prioridad”.

Respecto a la posibilidad de alguna ayuda crediticia motorizada por Trump, Furchi piensa que es posible, pero destaca que la dificultad del gobierno está con la disparidad con el Fondo Monetario Internacional sobre el programa económico. “Vemos muchas fricciones porque el FMI quiere que devaluemos ya. No está claro cuánta presión va ejercer Estados Unidos para favorecer a la Argentina, pero que la va a ejercer es bastante seguro”.

Por su parte, para Schapiro Argentina ya estaba alineada con los Estados Unidos, por lo que no ve que la afinidad de Milei con Trump traiga beneficios considerables: “No creo que le presten plata a Milei para salir del cepo con este tipo de cambio y no imagino que Trump ponga todo su peso político para romper con las reglas del FMI como lo hizo con Macri”.

“El racismo está en todos lados”

“El racismo está en todos lados”

Con el motivo de conmemorar el Día de los Afroargentinos y la Cultura Afro más de veinte organizaciones confluyeron en la Segunda Marcha Afro de Argentina.

La comunidad afro de Argentina, en su reclamo histórico por visibilidad y reconocimiento, logró en 2013 la sanción de la Ley N° 26.852, que establece el 8 de noviembre como “Día Nacional de los Afroargentinos, las Afroargentinas y de la Cultura Afro”.

La fecha fue elegida para conmemorar a María Remedios del Valle, “madre de la Patria”, afroargentina y capitana del ejército de Manuel Belgrano, quien combatió en las Invasiones Inglesas y en la Guerra por la Independencia, y falleció el 8 de noviembre de 1847.

“Tener un personaje como María Remedios, que fue tan valiente, tan inteligente, que fue esclavizada y se incorporó a los ejércitos como combatiente, hace que encontremos en ella una figura que nos aglutina a todos. Es indiscutible para nosotros y queremos darle la jerarquía que se merece la madre de la patria”, expresa Myriam Victoria Gómez, miembro de la de la Sociedad de Socorros Mutuos Unión Cabo Verdiana de Dock Sud.

“Es una figura que puede incomodar. Porque sería una madre negra. Es algo que en la Argentina es rechazado drásticamente todavía. Eso de tener antepasados negros parece algunas veces una vergüenza”, agrega.

Las organizaciones convocaron ayer viernes 8 de noviembre a una concentración en Plaza de Mayo, donde, con motivos de celebración, ofrecieron exhibiciones de samba, capoeira, danzas tradicionales senegalesas y danza urbana fusionada con ritmos africanos. El baile fue acompañado por ritmos de tambores y de percusión.

“María Remedios del Valle es una figura que puede incomodar. Porque sería una madre negra. Es algo que en la Argentina es rechazado drásticamente todavía. Eso de tener antepasados negros parece algunas veces una vergüenza”, agrega Gómez.

“Están convocados diferentes sectores: los afroreligiosos; las personas de la cultura, llámese capoeira, samba, reggae, danzas africanas; los músicos también y los maestros africanos; la diversidad secundaria afro y afro-LGBTIQ”, detalla Myriam.

Tras los festejos, los referentes de las diferentes comunidades afro encabezaron una marcha hacia la Plaza Congreso, contra el racismo y la invisibilización que sufre la población en Argentina, así también por el recorte en derechos y en oportunidades laborales.

“El racismo lamentablemente está en todos lados, entonces nosotros luchamos contra ello día a día. Más en una nación argentina y plurinacional, pero donde no se conoce a la población local, a las personas afro-argentinas”, denuncia Estefanía, de la Asociación Cultural Argentino-Brasileña A Turma da Bahiana. “Lo que nos reveló el primer censo interno que hicimos es la existencia de más de 2 millones de afrodescendientes. Ahora estamos alrededor de los 9 millones”.

“Esta ley ha ayudado en diferentes ámbitos, principalmente el educacional. Falta muchísimo, aún no hay reparaciones. Una de nuestras consignas es el acceso a nuestros ancestros y a los archivos para la restauración de la identidad”.

¿Qué fue lo que cambió desde la marcha del año pasado? Los recortes en becas y los despidos en el Estado impactaron de lleno en la comunidad. El cierre del INADI como organismo que recibía denuncias también significó la pérdida de puestos de trabajo para muchos y muchas afroargentinos. Casos similares sucedieron con direcciones de los ministerios de Cultura y Educación, actualmente Capital Humano.

“Hubo un recorte en el acceso a determinadas condiciones para toda la población popular dentro de la que estamos los afrodescendientes”, denuncia Myriam. “Las becas Progresar eran para jóvenes de 6 a 24 años y nosotros habíamos logrado desde la comunidad, junto con el Ministerio de Educación, que los afrodescendientes fueran considerados grupos priorizados, para lo cual no habría límite de edad. Y eso a principios de este año se derogó.”

Otro eje del reclamo es el de la brutalidad policial y el destrato hacia miembros de la comunidad afro. A principios de octubre la Policía de la Ciudad arremetió contra manteros de Once, confiscando su mercadería. Eso viene pasando realmente en la ciudad hace años. En 2016 hubo también una arremetida muy violenta contra los manteros. “Estos ataques se repiten sucesivamente y de manera periódica. Pero hubo momentos que no sólo les confiscaban la mercadería, sino que también muchas veces los seguían hasta las pensiones u hoteles donde vivían y les robaban computadoras, teléfonos y dinero”.

El evento más significativo que denuncian es el asesinato de José Delfín, a manos de la policía. Dice Sandra Chagas, militante afroargentina: “El 5 de abril de 1996, a José Delfín Acosta Martínez lo asesinó la Policía del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires a golpes y patadas en la comisaría de Lavalle y Ayacucho. Seis policías le pegaron hasta asesinarlo. 24 años después, el 31 de agosto del 2020, su hermano Ángel Acosta Martínez logró la condena internacional por racismo”.

“Argentina es el único país de América Latina y el Caribe que tiene una condena internacional por racismo por el asesinato de nuestro compañero, que era un activista afrodescendiente de los derechos humanos del pueblo negro”, destaca.

Luego de una muestra de danza de las comunidades afroboliviana y de las de Guinea y Senegal frente al Congreso de la Nación, y ante la mirada de un destacamento policial que frenaba el acceso desde la plaza hacia Avenida Entre Ríos, se leyó un comunicado con las consignas de la movilización: sanción de una Ley Antirracista, cupo laboral afrodescendiente, restitución de los restos mortales de sus ancestros, la perspectiva afrocentrada de la educación y el reconocimiento social de la contribución de los africanos y su descendencia en el patrimonio nacional.

Memorias del infierno

Memorias del infierno

La sobreviviente Beatriz Boglione declaró en una nueva jornada del juicio que investiga los crímenes de lesa humanidad ocurridos en la Mansión Seré y el circuito RIBA. La valentía de rememorar el horror en su máxima expresión.

“Nunca escuché hablar tanto de aviones como en esa época”, expresó Beatriz Boglione, conocida con el apodo de ‘Mafalda’ en sus momentos de militancia, sobreviviente y primera testigo de la octava sesión de la causa Mansión Seré IV y RIBA II, que agrupa diferentes causas por crímenes cometidos por la Fuerza Aérea en centros clandestinos de detención y tortura a lo largo de la zona oeste del Gran Buenos Aires. En esta jornada hubo cuatro testimonios: Beatriz Boglione, su cuñada Graciela Feudo, Mario Bellene -hijo sobreviviente de “Pancho” Sánchez y María Margarita “Coca” Miguens- y Rubén Héctor Gay, testigo de concepto del imputado José Juan Zyska.

Boglione comenzó su testimonio relatando el momento en el que las fuerzas militares la fueron a buscar: “Me apuntan a la cara. Nos hacen salir de atrás del mostrador y nos preguntan quién es Bety”. El conflicto para identificarla es que había dos distintas, Beatriz Boglione y Beatriz Medinilla. Las suben a ambas en las camionetas conocidas como las Tres Marías que operaban en las calles de Moreno y las llevan a un simulacro de fusilamiento para identificar quien era la persona que ellos buscaban, conocida como “Mafalda”: “Cuando yo escucho que cargan, digo ‘yo soy Mafalda, a mí me están buscando’”.

Las torturas le provocaron, entre otras consecuencias, periodos de amnesia severos. Boglione reconoce que no logra acordarse de algunos sucesos de su historia con claridad: “Hay ciertos momentos en los que llego a un punto del relato, y detrás de eso hay como una pared negra. Intuyo que hay algo que no puedo traer a mi mente”.  Continúa su testimonio: “¿Sabes vos lo que es esto? Es una picana, ¿la querés?”, recuerda que fue la pregunta que le hicieron en su primer interrogatorio en la Comisaría 1ª de Moreno: “Ahí de nuevo viene un telón negro”, relató la testigo, asociando los momentos que no logra recordar como parte de un bloqueo relacionado a las fases más terribles de la tortura. “Yo sé que yo di el nombre de dos compañeros de militancia, Altamirano y Fernández. Yo sé que fui yo y eso fue una culpa que arrastré por el resto de mi vida”, dijo Boglione. Contó también que Altamirano la increpó inmediatamente tras su detención: “Mafalda la puta que te parió, por qué me tuviste que cantar”, le gritó. Ella recuerda que en ese episodio guardó silencio. Pero sin embargo, años más tarde, luego de su liberación, se reencuentran y él le dijo: “Mafa, yo vi lo que te hicieron, vi cuando te violaban ¿Cómo no te voy a entender?”. Para ella “fue un balde de agua fría”, expresó, ya que no tenía registro en su memoria de haberlo vivido, fue borrado de su mente hasta aquella conversación en el año 2011. Fue entonces que comenzó a indagar y su cuñada le contó una situación que ella tampoco recordaba: tras su liberación, cuando le mostró las cicatrices de la picana y los moretones producidos por las golpizas, ella le había susurrado al oído: “Me violaron”. En retrospectiva logró construir un paralelismo entre sus bloqueos de recuerdos, las sensaciones atravesadas, y la relación con las violaciones sufridas: “Cuando se abría la puerta yo empezaba a temblar de una manera tan impresionante que parecían convulsiones. No podía parar. Creo que tiene que ver con que yo sabía que venían a violarme”.

Juan Carlos Vázquez Sarmiento, uno de los acusados, había estado prófugo durante veinte años.

 

El cruento accionar militar, incluyó la detención de su padre con el sólo objetivo de amenazarla: “¿Vos pensás que tu padre se va a bancar una picana, un paciente cardíaco?”, recuerda que le preguntaron a ella presionándola para “que confiese”: “Antes de eso, me habían puesto contra la pared y me habían manoseado los genitales”, relató acerca de la primera noción de abuso sexual que recuerda. Su padre permaneció privado de su libertad casi el mismo tiempo que ella, aunque en condiciones de preso común, sin pasar por estas vejaciones. En cambio, Beatriz declaró que casi no tenían acceso al agua ni a la comida, salvo contadas excepciones: “Un día me pusieron un balde como si tuviera ravioles y me dijeron que coma. No la podía pasar. Me pegaron con el puño cerrado en la nuca y pude comer dos o tres bocados. No recuerdo más comida que ese tacho”. En una ocasión un compañero le dijo que las paredes chorreaban agua: “Eso fue lo que hice: chupé las paredes”. Tampoco tenían acceso a sanitarios, con lo cual las necesidades se hacían en la misma celda.

Desde el encierro, también podía escuchar las torturas de otros. “Fue el grito más desgarrador que escuché en mi vida”, contó Boglione en relación a una de las torturas más monstruosas que tuvo que presenciar en la Comisaría 1ª cuando entran a la celda de su compañero “Pancho” Mario Sanchez: “Le empiezan a dar golpes y patadas. Cuando lo trajeron, lo dejan solo en su celda y se van, yo le pregunto cómo está: había sido violado”.

Luego del traslado de Boglione de la 1ra comisaria de Moreno a Mansión Seré, la tortura continúo: le llevaron un perro a su celda: “Acá tenes un perro, lo podés abrazar”, le dijeron los militares. “El perro se acerca a mí y lo abracé, era tanta la necesidad y carencia de afecto que uno tenía ahí adentro, que abrazar a ese perro fue algo muy grande para mí. En un momento lo tiran al perro hacia atrás y le ordenan que me ataque, yo me hago para atrás, pero ellos lo sostenían” -sostuvo la testigo y agregó- “Me estaban volviendo loca. Me querían ‘quebrar’ que alguna manera”.

Sobre el momento de su liberación, Boglione relató: “Me llevaron a la sala de tortura donde había una cama de metal, me atan de pies y manos, me pasan la picana por el cuerpo, especialmente por los senos, la ingle y los pies. Tras esa larga sesión, se ponen alrededor mío en círculos, cada uno con un palo en la mano, con ese palo me pegan como si fuera una pelota”. En ese momento la víctima tuvo la esperanza de que el ensañamiento fuera motivo del fin del cautiverio. Entonces, le dijeron: “Nosotros te vamos a liberar, pero te vamos a controlar, el día que te desvías un poquito, nos vamos a hacer presentes. La próxima vez no te vamos a ir a buscar, te vamos a pegar un tiro”. Esa noche la ataron, la metieron en la parte de atrás de un auto chico, la bajaron del auto cerca de su casa tras advertirle que no se saque la venda hasta que deje de escuchar el ruido del auto.

Graciela Feudo, testigo y familiar de Boglione, declaró para recuperar parte de la historia de su secuestro vista desde su perspectiva: “Habían rodeado las cuatro manzanas”, relató sobre el operativo que se desplegó para su detención. A ella la increparon y le preguntaron por Mafalda, a lo que ella respondió: “La única Mafalda que conozco es la de la historieta”. Por otro lado, recuperó el momento de encuentro con Boglione tras su liberación, teñido entre de la alegría y la realidad de las marcas de las vejaciones a las que fue sometido el cuerpo de su cuñada: “Nos abrazamos y lloramos. ‘Esto no es nada, porque me violaron’”, recordó las palabras de Boglione en aquel reencuentro.

Feudo se las ingenió para llevarle los medicamentos a su suegro, padre de Boglione, durante toda su detención gracias a una excepción que aceptó uno de los encargados de la unidad penitenciaria, pese a que el médico que lo revisó allí dentro no lo había autorizado. En una de estas visitas a la Comisaría, la hacen pasar un momento para hacerle unas preguntas: “¿Cómo puede ser que la hija de Boglione, el joyero más conocido de Moreno, le haga esto a los padres? ¿Cómo puede ser que sea una terrorista?”, recuerda que la increpó el policía. A lo que ella respondió: “Discúlpeme, pero esa no es mi cuñada. Ahora, si usted le dice terrorista a una persona que marchaba por Moreno para ayudar al hospital, si usted me dice que Beatriz fue una terrorista porque iba a los barrios humildes para darles obras de teatro a los más pequeños, si usted cree que eso es terrorismo, entonces le doy la razón”.

Mario Bellene fue el tercer testigo de la jornada: “Me crié con la familia que me dio el apellido. Un día vino mi mamá y me dijo: hijo despertate, vino tu madre a verte. No entendía nada. ¡Si la persona que estaba conmigo era mi mamá!”, relató Mario que en ese momento tenía entre 8 y 9 años. Mario se crió como hijo adoptivo de “Chicha”, María Angélica Cia. A pesar de ser la única madre que el niño conocía, le contaba siempre historias sobre otra madre y otro padre a quienes “se habían llevado los militares”. En ese momento, no entendió lo sucedido, “fueron varios años después que tomé conciencia de las historias sobre mis padres biológicos. Ahí comenzó un proceso de investigación para mí, algo que quería reconstruir y que aún no pude: mi identidad.” Bellene relató los obstáculos burocráticos que aún hoy le impiden recuperarla: “En los papeles soy Mario Valerio Raúl Bellene, pero yo no me quiero llamar así. Intenté sumar el apellido de mi padre biológico, Sanchez, porque creo es un derecho que tengo”. Sin embargo, el proceso requiere que rectifique su partida de nacimiento con muestras de ADN de cada progenitor y es un trámite costoso que nunca pudo pagar.

Su padre, Mario Valerio “Pancho” Sanchez, con quien comparte nombre pero no el apellido, y su madre María Margarita “Coca” Miguens, fueron secuestrados en Entre Ríos, donde vivían temporalmente debido a que el mismo grupo de tareas previamente había allanado su casa en Buenos Aires. “La misma yegua que estaba en Buenos Aires”, le habían dicho a su madre antes de que fueran trasladados y separados a los centros de detención Comisaría de Francisco Álvarez y la Comisaría 1ª de Moreno. A su madre la llevaron a varios centros de tortura y detención: “Los traslados eran para que marcara personas, compañeros”. Según le contó, pudo ver a su pareja en dos ocasiones, pero en ambas le costó reconocerlo: “Estaba desfigurado por los golpes”. Mario relata que su madre biológica le dijo que “estaba segura que de Mansión Seré no podría haber salido. Estima que su último destino fue allí. ‘Vas a ver al despojo del esposo que te quedó’, le habían dicho. Se lo encontró tirado en un pasillo. No podía caminar. Solo se arrastraba. Le habían destrozado los pies, las rodillas, las manos y los brazos a mazazos. No tenía dientes. Estaba desfigurado. Lo único que pudo hacer él fue levantar la cabeza, mirarla y gemir. Ella no tuvo fuerza ni para saludarlo. Esa fue la última vez lo vio”, dijo Bellene, removiendo el dolor que lo acompaña hace 47 años. “Me contó que fue violada múltiples veces. También a mi papá, que lo empalaron” y detalló otras torturas que supo que su padre sufrió para “terminar como lo dejaron: mazazos, pinzas para sacarle los dientes, el submarino, la picana eléctrica”. También contó que en una ocasión le recriminó a su madre que aunque “intentaba acercarse ella me cerraba siempre la puerta. Su respuesta fue: ‘Cuando te miro, veo a tu papá, sos un calco de él y me haces recordar todo’”.

Mario nació el 7 de agosto de 1977 dos días después de la liberación de su madre, a quien le habían prometido la libertad a cambio de entregar la escritura de un terreno y el dinero de una casa vendida hacía poco. “Cuando la liberan y la llevan custodiada hasta la casa de su hermano, se encuentra con Ernesto Rafael Lynch sentado en la cabecera de la mesa, comiendo, como si fuera el dueño de la casa”. El mismo que la había extorsionado por la libertad, ahora la amenazaba con violarla y retener el documento “así no te nos escapas a otro país” le había dicho. “En el lapso que estuvo detenida, estuvo con Lynch en cinco ocasiones”, relató su hijo. La última, sin embargo, fue varios meses después de la liberación, cuando la buscaron y llevaron a Campo de Mayo. “A través de un portón muy grande, esa voz conocida le habló sin que pudiera verlo y le devolvió el documento, por un espacio entre las rejas, ‘porque se estaba portando bien’”.

Para cerrar su testimonio, y refiriéndose a su padre aún desaparecido, Mario agregó: “Me hubiese gustado tener la posibilidad que tienen algunos diputados de visitar gente en la cárcel. Yo a mi viejo ni siquiera eso. Si él hubiese cometido algún delito lo deberían haber juzgado, y yo hoy podría ir a visitarlo a la cárcel. O incluso a un cementerio. Pero tampoco tengo esa oportunidad”.

Mario Bellene fue el tercer testigo de la jornada: “Me crié con la familia que me dio el apellido. Un día vino mi mamá y me dijo: hijo despertate, vino tu madre a verte. No entendía nada. ¡Si la persona que estaba conmigo era mi mamá!”, relató Mario que en ese momento tenía entre 8 y 9 años. Mario se crió como hijo adoptivo de “Chicha”, María Angélica Cia. A pesar de ser la única madre que el niño conocía, le contaba siempre historias sobre otra madre y otro padre a quienes “se habían llevado los militares”. En ese momento, no entendió lo sucedido, “fueron varios años después que tomé conciencia de las historias sobre mis padres biológicos. Ahí comenzó un proceso de investigación para mí, algo que quería reconstruir y que aún no pude: mi identidad.” Bellene relató los obstáculos burocráticos que aún hoy le impiden recuperarla: “En los papeles soy Mario Valerio Raúl Bellene, pero yo no me quiero llamar así. Intenté sumar el apellido de mi padre biológico, Sanchez, porque creo es un derecho que tengo”. Sin embargo, el proceso requiere que rectifique su partida de nacimiento con muestras de ADN de cada progenitor y es un trámite costoso que nunca pudo pagar.

Su padre, Mario Valerio “Pancho” Sanchez, con quien comparte nombre pero no el apellido, y su madre María Margarita “Coca” Miguens, fueron secuestrados en Entre Ríos, donde vivían temporalmente debido a que el mismo grupo de tareas previamente había allanado su casa en Buenos Aires. “La misma yegua que estaba en Buenos Aires”, le habían dicho a su madre antes de que fueran trasladados y separados a los centros de detención Comisaría de Francisco Álvarez y la Comisaría 1ª de Moreno. A su madre la llevaron a varios centros de tortura y detención: “Los traslados eran para que marcara personas, compañeros”. Según le contó, pudo ver a su pareja en dos ocasiones, pero en ambas le costó reconocerlo: “Estaba desfigurado por los golpes”. Mario relata que su madre biológica le dijo que “estaba segura que de Mansión Seré no podría haber salido. Estima que su último destino fue allí. ‘Vas a ver al despojo del esposo que te quedó’, le habían dicho. Se lo encontró tirado en un pasillo. No podía caminar. Solo se arrastraba. Le habían destrozado los pies, las rodillas, las manos y los brazos a mazazos. No tenía dientes. Estaba desfigurado. Lo único que pudo hacer él fue levantar la cabeza, mirarla y gemir. Ella no tuvo fuerza ni para saludarlo. Esa fue la última vez lo vio”, dijo Bellene, removiendo el dolor que lo acompaña hace 47 años. “Me contó que fue violada múltiples veces. También a mi papá, que lo empalaron” y detalló otras torturas que supo que su padre sufrió para “terminar como lo dejaron: mazazos, pinzas para sacarle los dientes, el submarino, la picana eléctrica”. También contó que en una ocasión le recriminó a su madre que aunque “intentaba acercarse ella me cerraba siempre la puerta. Su respuesta fue: ‘Cuando te miro, veo a tu papá, sos un calco de él y me haces recordar todo’”.

Mario nació el 7 de agosto de 1977 dos días después de la liberación de su madre, a quien le habían prometido la libertad a cambio de entregar la escritura de un terreno y el dinero de una casa vendida hacía poco. “Cuando la liberan y la llevan custodiada hasta la casa de su hermano, se encuentra con Ernesto Rafael Lynch sentado en la cabecera de la mesa, comiendo, como si fuera el dueño de la casa”. El mismo que la había extorsionado por la libertad, ahora la amenazaba con violarla y retener el documento “así no te nos escapas a otro país” le había dicho. “En el lapso que estuvo detenida, estuvo con Lynch en cinco ocasiones”, relató su hijo. La última, sin embargo, fue varios meses después de la liberación, cuando la buscaron y llevaron a Campo de Mayo. “A través de un portón muy grande, esa voz conocida le habló sin que pudiera verlo y le devolvió el documento, por un espacio entre las rejas, ‘porque se estaba portando bien’”.

Para cerrar su testimonio, y refiriéndose a su padre aún desaparecido, Mario agregó: “Me hubiese gustado tener la posibilidad que tienen algunos diputados de visitar gente en la cárcel. Yo a mi viejo ni siquiera eso. Si él hubiese cometido algún delito lo deberían haber juzgado, y yo hoy podría ir a visitarlo a la cárcel. O incluso a un cementerio. Pero tampoco tengo esa oportunidad”.

Por su parte, en esta audiencia una vez más la defensa recurrió a la estrategia de citar testigos de concepto. Este cuarto testimonio, Héctor Gay,  luego de redundar en anécdotas personales que no aportan información a la causa, respondió a la pregunta sobre “qué concepto le merecía Zyska”, a la que respondió: “Buena persona. Eso encierra muchísimo. Solidario, atento a nuestras necesidades, yo lo aprecio mucho, eso es lo que puedo decir”.

La abogada Clarisa Góngora de la querella “Moreno por la Memoria” refirió a ANCCOM que “los testigos de conceptos son una estrategia propia de quienes defienden a los imputados en general, es algo propio de este tipo de juicios. Son testimonios que ofrecen cualidades positivas desde características profesionales o personales de los imputados”.

Sobre el avance del juicio, la abogada destacó que: “en cada audiencia tenemos testimonios y relatos muy fuertes y comprometidos. Pero también muy valiosos para el juicio, por los datos e identificaciones que aportan”. De momento está pautada una breve audiencia virtual para el próximo martes 12 de noviembre ya que declarará otro testigo de concepto. Luego, el cronograma continúa según lo pautado y el martes 19 habrá una nueva sesión de este juicio a la que se podrá acceder a través de la transmisión de FM en Tránsito y La Retaguardia, o bien, de manera presencial en el Tribunal Federal Oral N°5 de San Martín, ubicado en Pueyrredón 3734.

 

“La violencia de género virtual también es real”

“La violencia de género virtual también es real”

Milagros Schroder, coordinadora de educación de la ONG Faro Digital, reflexiona sobre el rol adulto de acompañar a las y los jóvenes en la prevención de la violencia de género digital y el uso reflexivo de las redes sociales.

En el entorno digital han resonado recientemente fuertes casos de violencia de género. Hace unas semanas, se conoció que un grupo de jóvenes bonaerenses de 15 años, de San Martín, difundieron y vendieron imágenes íntimas de sus compañeras de colegio sin consentimiento, manipuladas con inteligencia artificial. También, en septiembre conocimos el caso de Ema, una adolescente que se suicidó después de que un compañero difundiera un video íntimo sin su autorización. Pero, ¿qué hay detrás de estas prácticas? ¿Cómo puede un adulto conversar con los jóvenes sobre la difusión de imágenes íntimas? ¿Estamos naturalizando nuevas formas de violencia como sociedad?

Faro Digital, una ONG que investiga y fomenta el uso crítico de las plataformas digitales, acaba de ser declarada de interés social y educativo por la Legislatura de CABA. A partir de charlas, capacitaciones, contenidos educativos y campañas, la organización promueve la construcción de una ciudadanía digital y cuidados desde la educación, comunicación e investigación. Milagros, responsable del equipo de talleristas y de los contenidos educativos, trabaja en la organización desde hace seis años. “Faro para mí es un espacio de militancia, para hacer una sociedad mejor”, cuenta Milagros Schroder, coordinadora de educación de la ONG.

¿Observan un aumento de casos de difusión de imágenes sin consentimiento con la utilización de inteligencias artificiales en los últimos años?

Desde Faro Digital hablamos bastante de la difusión de imágenes íntimas sin consentimiento y de la violencia de género, que no son temas nuevos. Existen muchísimos casos desde hace años. Lo que se está renovando es la técnica, como el uso de la inteligencia generativa para producir fotos. No cambia la violencia: sigue siendo difusión de imágenes sin consentimiento. Y si las imágenes que se viralizan y difunden son de menores de edad, también es material de explotación sexual infantil. Lo que hacemos es sumarle preguntas a esto. ¿Para qué estamos usando la tecnología? ¿De qué modo se usan las inteligencias artificiales generativas? ¿Se utilizan para justificar la difusión de imágenes sin consentimiento? Porque ya de por sí la difusión de imágenes es una manipulación. Todo lo que es sin consentimiento, es violencia. No importa cómo, dónde, cuándo o en qué formato se adquieran las imágenes.

¿Puede haber razones económicas para hacerlo?

En estos casos también se da la monetización de la violencia, porque se venden las imágenes generadas. Esto tampoco es nuevo, pero internet amplifica la posibilidad de monetizar esa violencia. Y ahí también aparece otra pregunta que podemos sumar como sociedad: ¿qué prácticas no estamos observando o no nos estamos cuestionando? La excusa o la justificación aparente en los casos de generación de imágenes con inteligencia artificial es: «pero no es el cuerpo de ella” o “no es la cara de ella, es su cuerpo”. Entonces, ¿no es más real porque hay una manipulación? Lo que importa es la identificación con un nombre y apellido. Todo lo que está asociado a mi nombre y apellido, soy yo, es mi identidad, mi persona. Entonces va más allá de si el contenido es real o no. Aparte, fue manipulado con una intención. Entonces, ya todo eso es violencia y se asocia a una identidad real. Quizás, la justificación de que la inteligencia generativa crea imágenes “que no son” el cuerpo o la cara de una persona busca mostrar la acción como menos grave.

Hay un montón de cosas que se deconstruyeron como, por ejemplo, ya aprendimos que no nos violan por tener la pollerita corta. Sin embargo, cada vez que se difunde una foto, la mirada está puesta en si teníamos una pollerita corta o no. Hay una revictimización constante. Entonces, lo que deconstruimos en otros entornos no se traspasó directamente al entorno digital, sino que se replica. Entonces, tenemos que volver a discutir todas las prácticas. También es clave poder ponerle nombre y apellido a la violencia que sucede en las plataformas. La Ley Olimpia habilita al territorio digital como un espacio más donde sucede la violencia de género. Entonces, también tenemos que darle realidad a la virtualidad. Lo virtual es real. La violencia de género es real.

¿Cómo percibís que los chicos reciben las charlas sobre difusión no consentida de imágenes íntimas?

Muchas veces, en los talleres, cuando hablamos con los chicos y las chicas sobre la difusión de imágenes íntimas sin consentimiento como una violencia de género, primero, quienes fueron víctimas, se sienten más abrazadas. Porque eso que sufrieron ahora tiene nombre. También, pasa que hay otros chicos o chicas que dicen «Ah, pero yo no quiero ser violento, no difundía la imagen desde ahí», entonces, cuando se dan cuenta lo estructural, se abren reflexiones. Si bien hay un responsable que la inicia, todos participamos en la difusión. Muchas veces también esas fotos se comparten desde la indignación o el enojo, no siempre se comparten desde el morbo, o la libido. Pero en cualquier caso se está reproduciendo la práctica, porque se sigue difundiendo. Entonces, la reflexión ubica a las chicas y los chicos en otro lugar. Agregamos preguntas en una práctica que habían naturalizado.

No solo tenemos que enseñar a posibles víctimas a defenderse, sino a no reproducir la violencia. Una vez hicimos una investigación sobre grooming y la percepción de las adolescencias. Y una de las preguntas que hacíamos era: ¿qué podemos hacer para prevenir el grooming? Y una chica nos dice: «Y, no sean pederastas». Un poco es eso, las violencias van a dejar de suceder cuando no seamos violentos y violentas. Mientras tanto, como estos problemas no son digitales, son sociales, culturales e históricos, lo que tenemos es un nudo gigante. Mientras la problemática exista, yo tengo que enseñar estrategias de defensa o de minimizar riesgos. Pero por supuesto, “no seas acosador o acosadora” es clave también. ¿Qué vínculos estamos fomentando socialmente en las familias y las escuelas? ¿Cómo nos tratamos? No es casualidad que se reproduzcan esas violencias.

Internet es un territorio, donde funcionan lógicas de poder, y donde hay un correlato a todas las problemáticas históricas y culturales de nuestra sociedad. La difusión de imágenes no es un problema digital, es un problema social. Porque nos vinculamos entre personas mediante pantallas.

Milagros Schroder

Frente al sentido común de que las y los jóvenes saben más de tecnología, ¿cómo puede un/a adulto/a para abordar con ellas y ellos la violencia de género digital?

Lo que los chicos y las chicas entienden más es la parte técnica instrumental. Saben qué click hacer o tienen menos miedo de hacer ese click. Pero los y las chicas no conocen todo lo que tiene que ver con conceptualizar lo que está sucediendo en internet. Y bienvenido sea. Ahí viene el rol adulto para cuidar, y conceptualizar que Internet es un territorio, donde funcionan lógicas de poder, y donde hay un correlato a todas las problemáticas históricas y culturales de nuestra sociedad. La difusión de imágenes no es un problema digital, es un problema social. Porque nos vinculamos entre personas mediante pantallas.

Entonces, el rol adulto se tiene que diferenciar en ponerle preguntas a todo. ¿Cómo sabemos qué preguntas hacer sobre las prácticas de las de los chicos, de las chicas? Y bueno, en principio, hay que intentar conocer las prácticas. Nuestro gran lema es: «¿Cómo te fue en internet hoy?», así como les preguntamos cómo les fue en la escuela. Pero que la pregunta sea concreta, por ejemplo, “¿cómo te fue hoy, con Minecraft, con Roblox, Tik Tok?” “¿Viste a tal influencer?” Cuando vos conocés realmente lo que hacen en línea, entonces la pregunta es mucho y el diálogo son mucho más fluidos. Por supuesto, habrá algunas cosas que quieran compartir o no compartir. Ahí hay una autonomía que también respetamos, no hay que contarle todo a las y los adultos. Pero sí que cuando algo le incomode, te pueda levantar la mano.

También, si los adultos tomamos la tecnología como premio/castigo y cada vez que pasa algo, la respuesta inmediata es sacarle el celular, desconectar el WIFI, limitarlos, bloquearlos, prohibirles, no van a querer compartir nada. Cuando internet deja de ser un premio/castigo, se habilita otro diálogo.

Tenemos que dejar atrás un poco esta idea de las “nuevas tecnologías”, porque ya no son nuevas, existen hace 30 años. Entonces, hay una idea de salir de nuestra zona de confort. ¿Qué es lo que nos da miedo? ¿Lo instrumental? No pasa nada. Existen un montón de tutoriales, podemos preguntarle a otras personas que nos ayuden. Animémonos a hablar de las prácticas digitales, que dejen de ser individuales para ser prácticas compartidas, colectivas, sociales. Hablar más de lo que nos pasa. Tenemos que hablar de lo que ellos y ellas hacen y de lo que nosotros hacemos en internet, para también encontrarnos en la vulnerabilidad común. Por ejemplo, el hecho de agarrar el celular para ver la hora y quedarse media hora viendo mensajitos y videos y pasar de plataforma en plataforma. Nos pasa a todos, hay una vulnerabilidad común. Cuando encontrás que a alguien le pasa lo mismo que a vos, ahí empieza un diálogo donde hay un espejo donde reconocernos. A partir de ahí, está bueno armar un puente intergeneracional, como le decimos acá en Faro.

¿Qué puede hacer un familiar para acompañar a las infancias y adolescencias en el uso de internet?

Cada familia es un mundo. No hay una receta que funcione para todo el mundo. Lo que necesitamos es valorizar y valorar a las infancias y adolescencias como sujetos de derecho. Son sujetos activos. Necesitamos acompañarlos y cuidarlos activamente. La Convención del los Derechos del Niño habla de su derecho a vivir en un mundo libre de violencias.

Los adultos tenemos cierta distancia con lo digital, como si los chicos y las chicas supieran más de eso. “Esto es de su época, no es mi época”. Esta es nuestra época también. Es nuestra generación la que está creando esta tecnología, entonces también somos responsables de cuidar sus prácticas y usos. Tenemos que garantizarles sus derechos de desarrollo, de vida, de juego, de ocio. Y tienen el derecho a compartirlo en familia. Pero para eso necesitamos una educación digital integral que acompañe no sólo en la construcción de una ciudadanía digital, sino sobre todo acompañar una cuidadanía digital, donde todos los actores sociales nos hagamos cargo del cuidado. Habrá algunas familias donde el diálogo cueste más, pero por eso me parece que la responsabilidad es social, porque el ejemplo del  diálogo tiene que aparecer en otros entornos sociales. Desde el Estado, las plataformas, las organizaciones civiles, la familia, la escuela.

Entonces, ¿qué tiene que hacer cada familia para acompañar a los chicos y chicas? Lo mismo que vienen haciendo: cuidarlos. Es saberlos sujetos de derecho, acompañarlos, que la tecnología no sea un premio-castigo; es hablar sobre cómo le fue en internet, es no tener miedo a internet, a la adolescencia o la infancia. Porque son etapas que hemos pasado ya, son naturales y son necesarias para el desarrollo de cualquier persona. Entonces, el rol es acompañarlos desde la incomodidad. Por supuesto, ser adulto es incómodo. Ser adulto, cuidando adolescentes e infantes, es incómodo, pero es el rol que tenemos. Desde ahí, hacer «tribu» también entre adultos para acompañarnos.

Pensando en el caso de Ema, la adolescente que se suicidó un día después de que su compañero de colegio difundiera un video íntimo suyo sin su consentimiento, ¿qué preguntas podemos hacernos para reflexionar sobre esta problemática?

En general, cada vez que vamos a talleres con adolescentes, en el 90% alguien habla del suicidio. Y como organización tuvimos que capacitarnos para responder. Entonces, ahí también hacemos preguntas. ¿Por qué se llega eso? ¿Qué vínculos tuvo esa persona con la vida? El suicidio no es unifactorial, no pasa lo mismo en todos los casos. Y el suicidio en casos de difusión de imágenes sin consentimiento tampoco es nada nuevo. Las minimizaciones o justificaciones que aparecen  como «no es el cuerpo real» es ver sólo una foto chiquita de la problemática, es no ver la película entera.

Esa minimización no tiene en cuenta que hay vidas en juego, algunas llegan al suicidio u otras que mantienen una vida muy afectada social, psiquiátrica o profesionalmente. Y también hay una revictimización, porque le echan la culpa a la víctima de algo que no hizo. Y lo que tienen estas prácticas es que son anónimas. El anonimato genera una doble violencia, porque hay alguien que te está agrediendo y encima no sabes quién es. Entonces, hay un fantasma que puede aparecer en cualquier momento, hay un estado de alerta constante.

Es muy complejo lo que sucede. Por eso, trabajamos tanto en la prevención. Si trabajamos en la reparación, es tarde. Por supuesto, es importante que las acciones reparatorias sean más eficientes, pero actualmente llegan tarde, son torpes, lentas, incompletas. Necesitamos prevenir. Que no suceda más, no que resolvamos después.

¿Cómo reciben desde Faro Digital el reconocimiento de la Legislatura porteña?

Faro Digital nació en 2015 como un trabajo de mucha gente, de muchos años, en distintos territorios. Esta declaración de la Legislatura de CABA es un abrazo a toda esa gente, a todas horas repartidas en los distintos territorios, y el ánimo a seguir recorriendo el territorio. Vemos una falta de un vínculo desde la investigación académica hacia el territorio, hacia lo que está pasando realmente, y desde Faro intentamos hacer ese puente. También pone en la agenda pública la importancia de la educación digital integral, no somos la única organización dedicada a eso. Nos entusiasma mucho que reconozcan nuestro trabajo desde afuera.

Pañuelazo en defensa de la ESI

Pañuelazo en defensa de la ESI

Docentes de todo el país denuncian que el Gobierno de Milei quiere eliminar la ESI y alertan sobre el completo desfinanciamiento de los programas destinados a prevenir el embarazo adolescente y las enfermedades de transmisión sexual.

La Red de Docentes por el Aborto Legal realizó un pañuelazo frente al Palacio Pizzurno porteño, sede del exministerio de Educación de la Nación –degradado a secretaría por el gobierno de Milei–, en defensa de la Ley de Educación Sexual Integral (ESI).

La convocatoria, que tuvo lugar este viernes, fue en reclamo al desfinanciamiento oficial del presupuesto destinado a la ESI, incluido el recorte ejecutado en provisión de métodos anticonceptivos, tanto en escuelas como en centros de salud.

ANCCOM dialogó con la docente jubilada Alicia García Tuñón y con la maestra de primaria Renata Vismara, ambas integrantes de la Red de Docentes por el Aborto Legal y principales organizadoras del pañuelazo. El principal objetivo que impulsan es que se concientice desde la infancia y adolescencia sobre la educación sexual, según los tres pilares de educación sexual para decidir, anticonceptivos para no abortar y aborto legal para no morir, resguardados y amparados por la ESI, sancionada por el Congreso en 2006.

La ESI, a su vez, forma parte del Programa Nacional de Educación Sexual Integral –dentro del ámbito del Ministerio de Educación de la Nación– y constituye una herramienta esencial en el reconocimiento de la pluralidad de identidades y orientaciones, que permite que cada estudiante construya el conocimiento sobre su propio cuerpo y emociones, así como sus derechos.

La ley, asimismo, establece que todos los establecimientos educativos del país, tanto públicos como privados, deben ofrecer ESI en sus programas de enseñanza. “Desde la comunidad educativa reafirmamos la necesidad de una educación sexual integral que no se límite al biologicismo, ni a lo prohibido, ya que determinados contextos se intentan imponer narrativas restrictivas”, expresó García Tuñón.

“El Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires lo que promueve hoy no es la ESI, sino la educación emocional, dando una respuesta rápida, fuera de contexto de lo que realmente está pasando con las niñas y adolescentes –agregó García Tuñón–. La ESI no solo previene situaciones de abuso y violencia, sino que también educa en la empatía, la solidaridad y la capacidad de establecer vínculos saludables. Es en la escuela donde de deben cultivar estos valores fundamentales para la construcción de una sociedad más equitativa. También sabemos que sin presupuesto no hay política pública alguna”. La especialista alude a que en colegios y centros de salud de CABA y del interior del país, por los recortes del Gobierno nacional, ya no se entregan anticonceptivos de manera gratuita, aumentando así el riesgo de enfermedades de trasmisión sexual y embarazos no deseados.

La Red de Docentes fue creada hace diez años y hoy nuclea a más de 500 organizaciones a nivel federal. Nació como una idea de maestras y profesoras que eran activistas de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito, que plantearon la necesidad de sacar el tema del aborto de la clandestinidad y llevarlo a lo más alto de la enseñanza, habilitando a niñas y adolescentes a reflexionar y decidir sobre su propio cuerpo.

Entre las participantes del pañuelazo estuvo Daniela Gómez (18), vecina de los alrededores del palacio Pizzurno. “Me acerqué con tres amigas porque vimos la convocatoria que hizo la organización en las redes y además porque me gustan las causas justas. A futuro voy a estudiar abogacía y no me gustaría que ninguna chica de mi edad, ni mucho menos niñas, queden embarazadas por falta de información o por un abuso, y en tal caso que ellas pudieran decidir sobre su propio cuerpo, seguir o no su embarazo, pienso que todas tenemos que apoyar estas causas”.

Durante el pañuelazo se invitó a todos los concurrentes, alumnos y docentes de distintos centros educativos, a pensar la emocionalidad desde una mirada integral, no solamente desde la mera emoción, ya que la tan publicitada “educación emocional” se limita a gestionar, controlar y dominar la emoción. Eso es precisamente lo que desde la Redes de Docentes intentan no trasmitir, por el contrario, se trata de reflexionar, comprender y dialogar con el sentir de aquellos que están vulnerables a determinadas situaciones.

Al respecto, Vismara, maestra de primaria de una escuela de la zona de Flores, denunció que el Ministerio de Capital Humano encargó a una ONG programas de ESI en donde lo que la ONG decía era que la principal medida de cuidado es la abstinencia sexual, “medida que consideramos errónea –explicó– porque no se trata de prohibir al cuerpo necesidades biológicas ni adoptar medidas ideologicistas, laicas, ni mucho menos reprimirlas, sino más bien informar, prevenir y acompañar las emociones desde el poder de decisión del propio cuerpo”.

“Como ya sabemos hay cero pesos de presupuesto para la ESI en 2025, de este modo se deja librados a su suerte a niñas y adolescentes de todo el país. La docencia en todos sus niveles está fuertemente comprometida con esta causa de reforzar nuevas miradas a los programas de las ESI”, remarcó.

Vismara denunció asimismo el total desfinanciamiento del Plan Nacional de Prevención del Embarazo no Intencional en la Adolescencia (Plan ENIA), vigente durante el gobierno de Alberto Fernández, que en CABA tuvo como resultado la disminución de un 50 por ciento de embarazos adolescentes, y un 40 por ciento a nivel federal.

Para continuar reclamando y llamando la atención sobre el riesgo que corren niñas, adolescentes y adolescentes, la Red de Docentes está planificando otras actividades, como acompañar la marcha que se llevará a cabo el 25 de noviembre en el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres y el 30 de diciembre en el cuarto aniversario de la sanción de la Ley 27.610 de Acceso a la interrupción voluntaria del embarazo.

Recuerdos grabados a fuego

Recuerdos grabados a fuego

El sobreviviente Germán Jascalevich declaró en la cuarta jornada del juicio que investiga la masacre del Pabellón Séptimo, investigado como un crimen de lesa humanidad de la última dictadura.

El pasado miércoles 30 se llevó a cabo la cuarta audiencia del juicio que investiga la Masacre del Pabellón Séptimo, la mayor matanza carcelaria de la historia. El sobreviviente Germán Jascalevich testificó sobre lo que vivió aquel 14 de marzo de 1978 en la cárcel de Devoto. 

El testigo comenzó a contar sobre cómo y dónde vivía durante el año 1978. Explicó que tenía un pequeño taller de bolsas tejidas a mano y que era artesano. En ese período vivía con Claudia Carrara y su hijo, Javier Canosa. Contó que durante ese tiempo habían recibido a Giancarlos Gianvarela en su casa, quien venía de Italia.

Ante la pregunta de si recordaba haber sido detenido durante ese año, Jascalevich respondió que sí, debido a que allanaron la valija de Gianvarela quien poseía pastillas de ácido lisérgico: “Intervino el Departamento de Toxicomanía, que era una parte de la Policía Federal”. En ese procedimiento, detuvieron a Gianvarela, a Luis Canosa (padre de Javier) y a Jascalevich.

Luego del interrogatorio en donde Gianvarela había confesado que las drogas eran de él, todos los acusados fueron trasladados al Pabellón Séptimo del penal de Villa Devoto. “Me acuerdo que llegamos al pabellón aproximadamente 15 días antes de la masacre” explicó Jascalevich. Según el testigo, eran entre 170 y 180 personas, una mitad dormía en camas y la otra en colchones tirados en el piso. Ahí le tocó a él por ser nuevo.

“El preso más viejo era un uruguayo. Me acuerdo de las caras, no tanto de los apellidos, pero creo que se llamaba Cardozo”, expresó ante la consulta de cómo se organizaba el “rancho” que él integraba. Si bien los ranchos eran todos independientes, señaló que había uno que era el encargado de prender y apagar el televisor y de poner el programa que eligía la mayoría, a quien identificó como “Pato” Tolosa. 

La noche anterior al incendio, Jascalevich estaba viendo una película y el guardiacárcel ordenó que se apague el televisor. Ante ello, el testigo aclaró que el horario en que se apagaba el televisor de acuerdo al reglamento era “una hora marcada tipo 8 de la noche” pero que ese día se les había pedido que lo apaguen media hora antes. El responsable de esta orden fue identificado por Jascalevich como a quien le decían “Kung Fu” (mencionándolo posteriormente como el imputado Zerda) debido a que practicaba un arte marcial y solía sacar a reclusos para “boxearlos”. 

El testigo contó que Tolosa se rehusó a apagar el televisor, y que en todo caso lo podía hacer “Kung Fu”. “Esa arbitrariedad fue la que ocasionó la masacre”, sostuvo Jascalevich, ya que después de ese incidente llegó un trabajador con una carta de Zerda, diciéndole que lo iba a sacar esa noche y que le iba a pegar. “La carta estaba escrita por el celador Zerda hacia Tolosa porque no había querido apagar el televisor. En realidad hay dos interruptores, él podría haberlo apagado desde su lugar, pero él quería que lo apagara Tolosa” aclaró el testigo.

A la madrugada, entró un cuerpo “muy pequeño” de 4 o 5 personas y fueron directamente al rancho de Tolosa. Jascalevich citó lo que había dicho Tolosa: “No voy a salir porque ustedes me van a matar”. Frente a la situación, muchas personas comenzaron a ponerse de pie como un acto de resistencia, a lo que el cuerpo penitenciario se terminó yendo. 

Granadas con chispas

Al día siguiente, Jascalevich contó que ingresó un grupo de requisa muy grande. “Entraron con cadenas forradas en cuero, las que se usan para cerrar las puertas de los pabellones, e ingresaron con unos palos muy largos que se usan para golpear las rejas para ver si hay alguna cortada”. El testigo explicó que entraron directamente golpeando a la gente, a lo que, de manera masiva, decidieron poner las camas para obstruir el medio del corredor del pabellón.

“Nosotros pusimos camas para bloquear las camas para que no volvieran a entrar, las pusimos para tapar la puerta y nos quedamos esperando para ver qué iba a pasar”, relató el testigo. Después, vio cómo llegaban a la pasarela un grupo de penitenciarios lanzando granadas lacrimógenas que también soltaba chispas. “A un compañero le tiraron una granada de gas en el pecho y lo mataron. Quedó humeando la granada de gas”, expresó Jascalevich. 

El testigo agregó que durante el incidente observó cómo llegaban Galíndez, otro de los imputados, y Zerda con una ametralladora y una pistola y reconoció que las armas que ambos tenían asesinaron a sus dos compañeros de causa. Jascalevich agregó que él se salvó por cubrirse con una pared y que aún así recibió un disparo en el pie.

Jascalevich recordó que “se empezó a juntar una parva de cadáveres en la mitad del pabellón. Caía muchísima sangre, el piso parecía una gelatina”. A pesar de haber puesto los colchones para bloquear la visibilidad de sus disparos, estos no cesaban. Además, indicó que antes de que iniciara el fuego ya había una alta cantidad de muertos tirados en el suelo por heridas de bala. “Yo creo que una de las granadas lacrimógenas impactó en una cama y el calor hizo que se prendiera fuego uno de los colchones”, declaró. Como estaban todos amontonados, los colchones se empezaron a prender fuego de forma masiva. 

Dada la cantidad de fuego y ante la dificultad de respiración, Jascalevich se trepó a una de las ventanas del pabellón junto a otro compañero, a quien identificó como “Guampa”. Sin embargo, desde el patio que estaba debajo notó que comenzaron a disparar hacia ellos, viendo secuencialmente cómo su compañero recibía un balazo en la frente y caía inmediatamente al suelo. 

Durante el incendio, no hubo intenciones de parte de las autoridades de cesar el fuego, incluso el testigo agregó que al lado de la pasarela había un hidrante de donde podían sacar agua: “Nosotros les gritábamos que nos tiren agua, pero lo que escuchábamos era que nos decían “mueranse como ratas”, una cosa realmente horrible”. 

Debido a la intensidad del calor, contó cómo debió refugiarse debajo de la parva cadáveres, hasta que en un momento se paró y fue a sacar las camas que estaban obstruyendo la puerta: “Tomé una frazada para sacarlas con ellas. Había un compañero que estaba tan asustado que las sacaba con las manos y se las quemó todas”. 

Tras el incendio, los golpes

En esas condiciones, Jascalevich manifestó que los hicieron salir del corredor hacia el pabellón de castigo. “Ahí estaban todos con palos y cadenas, nos llevaban con las manos en la espalda y nos iban pegando en la cabeza. Yo me caí al piso dos o tres veces y me luxaron las costillas” relató. En ese momento, el testigo contó haber escuchado que los guardias estaban buscando a dos personas, a Tolosa y a otro recluso de quien no recuerda el nombre. “Los sacaron y los mataron a palazos. No estaban muy quemados, estaban bien, pero les rompieron la cabeza” relató. 

Una vez que lo sacaron del calabozo, el doctor Spitelli lo buscó, le dio una jarra de agua y una inyección de morfina. Debido a las graves lesiones lo trasladaron al Instituto del Quemado, donde estuvo inconsciente y tres días en coma. 

Estuvo internado 30 días conectado a varias sondas. Su cirujano le explicó que debía estar 30 días más para continuar con su recuperación. Sin embargo, después del primer mes, Jascalevich fue trasladado al Hospital Penitenciario de Villa Devoto, donde cuenta que sufrió distintos descuidos, como hacerlo caminar cuando apenas podía o hacerlo pasar frío.

Tras el alta médica lo llevaron al pabellón noveno donde el “cabo” Chonta le contó que Galíndez había sacado las balas de los cuerpos con un cuchillo. Dicha orden fue dada colectivamente al resto de los penitenciarios, a lo que los más jóvenes se negaron. Sin embargo, el oficial contó que Galíndez les dio una especie de “vacaciones” y los amenazó con sancionarlos si llegaban a decir algo.

Jascalevich, que terminó de cumplir su condena en la Unidad 9 de La Plata, expresó que le quedaron consecuencias psicológicas. Mencionó pesadillas sobre persecuciones y distintos traumas que lo llevaron a irse a vivir a Brasil. “Me pone muy triste a mí la Argentina, me trae recuerdos muy tristes y voy esporádicamente”. Físicamente, tuvo quemaduras de primer y segundo grado, además de que el humo le dejó una secuela pulmonar por la que debió realizar un tratamiento en Suiza. Además, añadió que hasta hace tres días sus hijas no sabían la verdad de sus quemaduras, ya que él les había contado que había sufrido un accidente automovilístico. “No las quería marcar desde tan pequeñas”, expresó.

Finalizadas las preguntas de parte de la Fiscalía, la querellante abogada Claudia Cesaroni solicitó que se expongan una serie de imágenes para que el testigo pueda reconocer el lugar de los hechos de la forma más explícita posible. Identificó la ventana donde se trepó junto a su compañero y otros sectores del pabellón, con un poco más de dificultad debido a que ciertas paredes habían sido pintadas luego del incendio.

Luego, el juez Toselli estableció un cuarto intermedio hasta el próximo miércoles, donde declarará el testigo Roberto Montiel.

La audiencia se realizó vía Zoom debido al paro de transportes y fue transmitida por el canal de Youtube de La Retaguardia.