«No somos peligrosos, estamos en peligro»

«No somos peligrosos, estamos en peligro»

En el edificio de la CGT se llevó a cabo el Segundo Congreso de Chicxs del Pueblo. Participaron redes y organizaciones sociales y la palabra la tuvieron los niños, niñas y adolescentes que plantearon sus preocupaciones y demandas. Hay futuro.

El jueves 25 de abril se llevó a cabo el segundo congreso de chicos y chicas del pueblo. El evento tuvo lugar en el edificio de la CGT en Azopardo 802, en el Salón Felipe Vallese, donde «Lxs Chicxs del Pueblo« convocaron a distintas organizaciones sociales, entre ellas: «Interredes», «Cuidadores de la casa común» y «El hogar de Cristo». Participaron cerca de 500 niños y adoescentes, de entre 10 y 20 años, acompañados por educadores de las organizaciones sociales. Asistieron también dirigentes sindicales, referentes de organizaciones de derechos humanos y curas villeros.

El salón se llenó de niños, niñas y adolescentes, todos con alguna pechera, remera, o bandera con consignas: «Con ternura venceremos», «El hambre es un crimen’’, «Ni un pibx menos por la droga», entre otras.

El encuentro comenzó con unas palabras de bienvenida de Maia, la secretaría de Derechos Humanos: «Buenos días compañeros y compañeras, compañeritos y compañeritas”. También hablaron algunos de los asistentes al primer congreso realizado en 1988. Uno de ellos, Quique Spinetta, les dice a los niños: «Venimos a escucharlos a ustedes».

El primer congreso se realizó en el mismo espacio, aunque en un contexto post dictadura. Aquel día se recibió a las delegaciones de niños, niñas y jóvenes que se acercaban a decir su verdad. Hoy, los pibes y pibas de las redes y organizaciones sociales que son herederas de aquel movimiento se reúnen para volver a denunciar el hambre, la desocupación y la pérdida de derechos. Julio Piumato, secretario de Derechos Humanos de la CGT, quien se hizo presente a través de un video afirmó: «En el 88 el crimen era la violencia de la represión de la dictadura. Hoy el crimen es el hambre».

 Treinta y seis años más tarde hay alrededor de 30 voceros, que son niños, niñas y adolescentes de las distintas organizaciones. Vienen a plantear los temas que les preocupan: la salud, la educación, el hambre, son algunos de los que se repiten.

«Estamos en la casa de los trabajadores, porque somos sus hijos. Cuando se ataca a los trabajadores, se ataca nuestro futuro», dijo un niño de la Escuela Popular San Roque.

Exposiciones

Las exposiciones se suceden. Cada vocero, dice su nombre en el micrófono, de parte de qué organización viene y cuáles son sus preocupaciones y demandas. Algunas exposiciones fueron habladas, otras cantadas, actuadas y hasta bailadas. Algunas de las voces que se escuchan en el micrófono, temblaban un poco, aunque nunca dejaron de tener la frescura propia de la infancia. 

Los voceros de Escuela Popular San Roque plantearon: «Estamos en la casa de los trabajadores, porque somos sus hijos. Cuando se ataca a los trabajadores, se ataca nuestro futuro». Y agrega: «Libertad es que los hijos e hijas de los obreros puedan ir a la universidad».

Candela, de «Niños y territorio» sostiene: «Venimos para que se escuchen nuestras voces. Queremos ir a la escuela, tomar la merienda», y agrega «no somos peligrosos, estamos en peligro». Voceros de «Centro comunitario El Eternauta» explican: «El hambre es un crimen, porque no podemos soñar si no podemos comer». Ale, del «Colectivo La Casa de La Plata»: «Nuestro sueño no es ir a la luna, es ir a una plaza y tomar un helado, pero no podemos». «Corazones del sur»: «nos preocupa, no tener medios de transporte, un plato de comida, un techo».

Movimiento social chicos del pueblo

Chicxs del pueblo, es una red nacional de organizaciones sociales. Están en nueve provincias y tienen 410 casas. Son organizaciones de todo tipo: clubes, apoyo escolar, centros socioeducativos, hogares convivenciales, jardines comunitarios. Cada organización, arma su espacio con independencia. Lo único que los une, es la firma de una declaración. 

Paula Salinas, es responsable de comunicación. En un intercambio con ANCCOM, cuenta: «Somos herederos del movimiento social de los chicos del pueblo que surgió posdictadura. Se dio un fenómeno social, que se llamaba mediáticamente Los chicos de la calle. A la vez surgió una respuesta amorosa de muchos compañeros y compañeras, que empezaron abrir sus casas, para vivir con ellos y criarlos. Se fueron encontrando en el camino y así se fundó en 1987 el movimiento nacional de los chicos del pueblo. Este movimiento, en el año 88 hizo el primer congreso, aquí en la CGT. Por eso, en este momento difícil, nos acercamos a las centrales de trabajadores para que nos acompañen. Acá no está solo la CGT, está la CTA, la UTEP. La CGT tuvo la generosidad de abrirnos esta casa».

Para terminar, los referentes de las centrales y organismos de derechos humanos dijeron unas palabras. Se anunció la intención de condensar estas demandas en una marcha. Aún no hay una fecha establecida, pero convocan a que todas las personas acompañen la lucha. La jornada culminó con el cantó de «La marcha de lxs Chicos del pueblo« escrita por Darío Witt.

La crisis universitaria, de norte a sur

La crisis universitaria, de norte a sur

Funcionarios de cinco universidades nacionales de distintos puntos cardinales explican la situación presupuestaria que atraviesan tras el ajuste del Gobierno de Javier Milei. Todas marchan este martes en una movilización que para muchos será histórica.

Las impactantes imágenes de cortes de luz, cierre de aulas, reducción en el funcionamiento de ascensores y la dificultad para hacer frente al pago de servicios básicos son reflejo de la seria crisis presupuestaria que atraviesan las 62 universidades públicas nacionales. Siguiendo al Consejo Interuniversitario Nacional (CIN), el presupuesto de la educación superior disminuyó un 76% respecto al año anterior. A pesar de las medidas preventivas para amortiguar gastos e intentar solventarse con un presupuesto abismalmente atrasado con respecto a la inflación, algunas instituciones anticipan la posibilidad de cierre para la mitad del año lectivo.

Frente a la negación del gobierno a entablar un diálogo con las instituciones y bajo la consigna “En defensa de la educación pública”, el CIN convocó a una marcha federal el próximo martes 23 junto al Frente Sindical Universitario. El Consejo insta a que se adhieran todas las instituciones comprometidas con la educación y aclararon que la marcha es “una actividad de vital importancia para visibilizar la situación que atraviesa el sistema universitario y científico nacional”.

La convocatoria en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires se estipuló para las 15:30 horas en el Congreso de la Nación, para comenzar a marchar desde allí hasta Plaza de Mayo. A las 18 horas se hará lectura de un documento fuera de la Casa Rosada.

La crisis presupuestaria impacta a lo largo y ancho de todo el país. Con el fin de explorar cómo se está experimentando la lucha por el financiamiento universitario en diferentes regiones de la Argentina, ANCCOM conversó con representantes de cinco instituciones públicas localizadas en diferentes provincias: la Universidad Nacional del Litoral; la Universidad de Salta; la Universidad del Comahue; la Universidad Nacional de La Plata y la Universidad Nacional de Avellaneda.

Universidad Nacional del Litoral

Este año, el sistema universitario ha sido financiado mediante la asignación del mismo presupuesto del año anterior, una medida contemplada en la Ley de Administración Financiera. Según explicó Germán Bonino, Secretario de Gestión y Administración Presupuestaria de la Universidad Nacional del Litoral (UNL), esto significa que el presupuesto que reciben las instituciones hoy se ha calculado en septiembre del año 2022 y fue pensado para el 2023. De esta forma, “hoy recibimos el mismo monto nominal que el año pasado, pero la inflación es de más del 280%. No estamos en caos pero es una situación crítica, si siguen estas condiciones no vamos a llegar a fin de año”, declaró el secretario.

A esta estrategia de desfinanciamiento se le agrega la quita de subsidios y el incremento de las tarifas de servicios públicos, principalmente de la luz. “En la UNL, la última factura de luz fue de 100 millones de pesos y recibimos 141 millones en total para todos los gastos. Con la diferencia hay que pagar las becas, el mantenimiento de las facultades, llevar adelante las obras públicas, los proyectos de investigación y extensión, hasta las fotocopias para los éxamenes. Claramente no alcanza”, confirmó Bonino.

La Universidad Nacional del Litoral tiene alrededor de 60.000 alumnos y nuclea estudiantes tanto de la provincia de Santa Fe como de Entre Ríos. Es un nodo central de la economía santafecina por la cantidad de jóvenes que estudian allí, por los proyectos y el conocimiento que genera y por los egresados que se insertan como profesionales de diversas áreas.

Otra dificultad que encuentran los administrativos de las universidades del país es la imposibilidad de proyección en los próximos meses, ya que se desconoce el presupuesto asignado para el resto del año. Sobre esto, el encargado del presupuesto de la UNL aclaró: “No sabemos cuánto va a llegar mes a mes. Eso es algo que estamos reclamando desde las universidades. Necesitamos saber con qué disponemos, sea mucho o poco”.

Universidad Nacional de Salta

Las acciones preventivas para controlar los gastos fueron adoptadas por la mayoría de las universidades, incluyendo la Universidad Nacional de Salta (UNSa). Su vicerrector, Nicolás Innamorato, expresó su preocupación por la gestión gubernamental de la situación: “Hemos implementado medidas, al igual que todas las universidades nacionales, pero son insuficientes. La crisis debe ser manejada de otra forma. La educación bajo ningún punto de vista puede ser recortada porque no es un ‘gasto excesivo’ o ‘inútil’ como dice el presidente. Son inversiones para el crecimiento de la sociedad en su totalidad”.

La UNSa tiene aproximadamente 80.000 estudiantes, cuenta con cuatro centros de investigación en conjunto con el CONICET y está trabajando en 300 proyectos que se vuelcan para la mejora de la comunidad. Para Innamorato, el rol que juegan los establecimientos de educación pública superior del país en el crecimiento social es esencial: “La única institución en el país que genera una movilidad social ascendente es la universidad nacional, pública y gratuita. Se perjudica, entonces, a todos los ciudadanos argentinos que de una forma u otra se ven beneficiados con una carrera o con una actividad dentro de la universidad”.

El vicerrector criticó la falta de plan del Gobierno para revertir o mejorar la situación en la que se encuentran. “A pesar de tener una comunicación fluida con las autoridades de la Secretaría de Educación de la Nación, hasta el momento ni siquiera nos mostraron una planificación para el año 2024; y esto nos preocupa mucho. La mezcla de insensibilidad en cuanto al diálogo sumado a la incertidumbre por parte de los organismos oficiales es lo que genera mayor impacto”, declaró Innamorato.

Universidad Nacional del Comahue

La Universidad Nacional del Comahue no fue la excepción a la regla: sus directivos tuvieron que tomar medidas de recorte y disminución de las actividades académicas. Beatriz Gentile, rectora de la institución comentó: “Suspendimos la convocatoria a becas de investigación y extensión, redujimos los turnos de limpieza y priorizamos aulas y baños. Hay tasas municipales, deudas de agua u otros servicios que no estamos pagando”.

La Universidad Nacional del Comahue es la más grande en cantidad de alumnos, carreras y extensión territorial de la región patagónica; tiene sedes en diez localidades de dos provincias vecinas, Río Negro y Neuquén, y asisten más de 33.000 estudiantes. Esta institución juega un rol esencial en la democratización de la educación en la Patagonia Norte. “Llegamos a territorios que difícilmente llegue otra institución del Estado. Nos caracteriza esta vocación de ofrecer estudios superiores para todos y todas. Es necesario crear todas las condiciones para que hasta el último chico que está alejado de las ciudades también pueda estudiar en la universidad”, sostuvo la rectora.

Universidad de la Plata

Marilia Fogel, investigadora de Conicet y docente de la Facultad de Ciencias Naturales y Museo (FCNyM) de la Universidad Nacional de La Plata conversó con ANCCOM sobre el ataque del Gobierno nacional a las universidades públicas y al sistema científico y tecnológico. La docente afirmó: “Este ataque tiene varias dimensiones, ya que desde lo simbólico se ataca desprestigiando a las universidades instalando el discurso que las universidades son ‘centros de adoctrinamiento’. Esto es una mentira absoluta: en las universidades puede estudiar quien quiera, de todas partes del país y de Latinoamérica. Hay pluralidad de voces y eso se ve en todas las instituciones”.

El impacto del recorte presupuestario afecta gravemente a la enseñanza y el desarrollo de los programas de estudio. Fogel imparte Química General a estudiantes de primer año de licenciaturas en Biología y Geología, una materia que depende de una infraestructura de laboratorios y suministros especiales. «Necesitamos reactivos, guantes y material de laboratorio para llevar a cabo las prácticas. Estamos viendo cómo reciclar lo que tenemos y ajustarnos al presupuesto disponible. Todo esto afecta directamente la calidad educativa, ya que es posible que tengamos que reprogramar o incluso reducir algunas prácticas si la situación no cambia».

Además de los suministros, es crucial mantener la infraestructura existente. «Las carreras con orientación científico-tecnológica necesitan ciertos equipos y dispositivos, como microscopios, que requieren mantenimiento y, en caso de averías, reparación”, comentó Fogel. Además, destacó que existen otros gastos operativos continuos asociados al funcionamiento de las universidades.

Otro punto importante es la imposibilidad de realizar las prácticas y los viajes de campaña obligatorios para cumplir con los planes de estudio. “Los egresados y las egresadas de las carreras de naturales, además de cumplir con la aprobación de las materias, para acreditar la carrera deben tener una cierta cantidad de viajes de campaña que son obligatorios. Estos viajes están contemplados también dentro del presupuesto, por lo que este año esos viajes posiblemente no se realicen”, aseveró Fogel.

Universidad Nacional de Avellaneda

Ricardo Petraglia es el Secretario General de ADUNA, la Asociación Docente de la Universidad Nacional de Avellaneda y hace énfasis en la problemática de las universidades de menor envergadura al atravesar la crisis. Destacó que las instituciones más nuevas, como es el caso de la Universidad Nacional de Avellaneda (UNDAV), carecen de relaciones que las puedan ayudar a afrontar la crisis, en desventaja con aquellos establecimientos más antiguos que ya han atravesado situaciones similares. “No es lo mismo ir a pelear el presupuesto siendo una universidad con una tradición y una capacidad de presión de años. A las universidades nuevas les llevará un tiempo para que eso ocurra. Para ello, es importante que el sistema universitario entienda las universidades nos necesitamos entre todas”, agregó Petraglia.

La UNDAV surgió en el año 2011 como un plan para enriquecer la cultura y la educación del partido de Avellaneda, provincia de Buenos Aires. Si bien cuenta con seis departamentos orientados a diferentes áreas, el secretario afirmó que la UNDAV no tiene desarrollado un plan de otras formas de ingreso como los posgrados o los trabajos a terceros que le ayuden a hacer frente a la crisis.

Petraglia se mostró preocupado sobre la situación del salario docente. “El ajuste en sueldos más grande que había tenido la universidad fue durante el gobierno de Mauricio Macri, de entre 15 y 20 puntos. Ahora, en los primeros cuatro meses del gobierno actual, ya estamos en más del doble”. Remarcó que el ajuste presupuestario no se está dando de forma aislada sobre las universidades sino que “es parte de un ajuste que se está haciendo en toda la sociedad argentina y particularmente sobre el pueblo trabajador”.

De cara a la movilización del 23 de abril, el secretario dejó en claro: “Si bien las expectativas sobre la movilización son muy grandes, la marcha será sólo el inicio de un proceso de lucha que probablemente sea largo”. Finalmente, manifestó la importancia de mantener la unidad de los trabajadores, de los claustros y de las autoridades para defender la educación pública en Argentina.

Frente a la decisión del gobierno de Javier Milei de desfinanciar el sistema universitario nacional, las universidades de todo el territorio convocan a marchar el martes 23 de abril en defensa de la educación pública, libre, laica, no arancelada y de calidad.

 

«La película pasó de una distopía a un documental»

«La película pasó de una distopía a un documental»

Marcelo Subiotto encarnaba en Puan a un profesor que enfrentaba un escenario como el actual: el ataque encarnizado contra las universidades públicas y una defensa inclaudicable como respuesta. El actor y dramaturgo analiza el pasaje desde esa película premonitoria al actual gobierno.

“Todos aquellos contextos que uno imaginaba que no eran posibles que se reprodujeran, que tomaran materialidad, hoy están más que presentes”, declara el actor Marcelo Subiotto seis meses después del estreno de Puan, la película que protagonizó junto a Leo Sbaraglia, en la que personifica a un profesor universitario que ante la amenaza de cierre de la Facultad de Filosofía, debido a las políticas de ajuste, se ve obligado a salir de su monotonía diaria y propulsa un movimiento organizado entre estudiantes y docentes, en el que se gesta un profundo compromiso y defensa de la educación pública mediante la conquista de espacios de resistencia, entre clases en la calle y asambleas en las que premia la discusión y el debate.

En estos días lo ficcional adquiere un carácter material, dada la actual situación de desguace contra las universidades, el congelamiento presupuestario que las obliga a funcionar con los mismos recursos que en 2023 y con una inflación interanual del 276% hasta el mes de febrero, por lo que las casas de estudio se han declarado en estado de emergencia y deberán cerrar sus puertas, a más tardar, en el segundo cuatrimestre del año, si todo sigue como hasta ahora. A la vez, distintos espacios culturales cinematográficos están siendo foco de estigmatización y desfinanciamiento por decisión del actual gobierno libertario. ANCCOM se contactó con Subiotto, para conocer su mirada como integrante del ámbito artístico, focalizando en el rol de anticipación a los hechos que cumplió la película Puan, de cara a la marcha universitaria el próximo 23 de abril.

¿Qué se te cruzó por la cabeza cuando estabas grabando Puan? ¿Pensaste que iba a existir una correlación tan exacta con la realidad universitaria actual?

Te puedo decir que lo que me fue pasando hasta su estreno y hasta el día de hoy es que al principio era una película que podía tener cierto interés distópico; después, cuando ya nos fuimos acercando al estreno, esa distopía se convirtió en una especie de experiencia realista. Y hoy lamentablemente la película se volvió casi un documental de la situación que estamos viviendo. Eso le excede a la película, es algo más de coyuntura política.

¿Es como si hubiese cumplido un rol premonitorio, como si la realidad hubiese superado a la ficción y a la vez, la ficción se hubiera anticipado a esa realidad?

Hace tiempo vengo viendo que esto sucede, lo he visto mucho con los sketches de Capusotto, esos personajes se empezaban a parecer mucho; incluso sus argumentos absurdos, de comicidad y críticos, porque también tiene una mirada crítica lo que hace él, se convertían como en argumentos reales, del cotidiano. Esa situación de sorpresa que nos causa también nos genera un montón de preguntas frente a un contexto de mucha incertidumbre, porque también quiere decir que todos aquellos contextos que uno imaginaba que no eran posibles que se reprodujeran, que tomaran materialidad, hoy están más que presentes. Es más: son una fuerza de gobierno y una mayoría votó por eso. Entonces también esto te empieza a generar preguntas que ya no son hacia el afuera sino hacia el adentro: ¿qué es lo que fue sucediendo con los espacios más progresistas, si se quiere? ¿Qué es lo que estuvimos viendo estos años y que es lo que no estuvimos viendo? ¿Y cuáles son las nuevas preguntas que habría que empezar a hacerse para poder enfrentar esta situación que es absolutamente novedosa? Es un momento que exige mucha lucidez, mucha autocrítica y mucha creatividad.

Esto te empieza a generar preguntas que ya no son hacia el afuera sino hacia el adentro: ¿qué es lo que fue sucediendo con los espacios más progresistas, si se quiere? ¿Qué es lo que estuvimos viendo estos años y que es lo que no estuvimos viendo? ¿Y cuáles son las nuevas preguntas que habría que empezar a hacerse para poder enfrentar esta situación que es absolutamente novedosa? Es un momento que exige mucha lucidez, mucha autocrítica y mucha creatividad.

Marcelo Subiotto

¿Qué te parece que hay detrás del ensañamiento puntual contra la cultura?

Hay una posición ideológica, claramente ideológica. El Presidente dice que el Estado es una asociación ilícita criminal, que roba, que no está más que para extorsionar a través de los impuestos a los ciudadanos libres, entonces lógicamente el punto de partida es ese. Cualquier política del Estado, que no tenga que ver con la situación de seguridad, va a ser una política que, para la mirada de este gobierno, por su ideología, no tiene ningún tipo de necesidad o de sentido de existencia. Entonces, obviamente, eso es un lugar del Estado que va a ser eliminado. Hay una posición ideológica: el Estado no tiene que intervenir en esas cosas y en todas esas cosas tiene que intervenir el mercado. Ese es el punto de partida de esta discusión, punto de partida con el que no estoy absolutamente para nada de acuerdo. Yo estuve por Puan, en la premiación de los premios Goya en España, y asistí a escuchar todos los argumentos de la industria de cine española, que no tiene nada que ver con la nuestra, que es una industria mucho más potente, más fuerte, y me llamó la atención al escuchar los mismos argumentos, muchos cineastas que decían “no hay que perder los subsidios en el cine, el cine es una industria que da trabajo”. Entonces me dije: si en este lugar, donde los problemas no son económicos, los argumentos que escuchás son los mismos, es porque esto es claramente ideológico, con una posición de la ultraderecha que en este momento tiene una mayoría o una presencia muy fuerte en muchos países del mundo.

Esto que decís de que es un motivo pura y exclusivamente ideológico, ellos lo intentan respaldar mucho con la acusación constante de adoctrinamiento en relación a las universidades públicas y también con respecto al cine.

Absolutamente, pero es porque el adoctrinamiento tiene que ver con: “Esas voces que escucho no representan mi concepto de libertad, entonces deben ser calladas”. Yo no entiendo otra cosa más que esa, de la comunicación que se da para la eliminación de estos espacios, o de estas políticas culturales, que son absolutamente importantes, y que en ningún lugar del mundo he visto que se traten de esa manera; en Europa, ¡cuántos festivales de teatro organizados desde el Estado hay! Cuántas compañías de todo el mundo viajan a esos festivales de teatro, cuánta gente tiene la posibilidad de ir a esos festivales. Yo he estado en festivales de teatro en pueblos muy pequeñitos de Francia, muy pequeñitos, donde hay salas de cine nacional, que son como teatros del Estado. Es decir, hay una política cultural, no solamente en lo que se hace sino también en el campo de lo educativo. Todo eso está organizado con la idea de dar educación a una sociedad, de dar materiales. La cultura, las actividades culturales, el arte son una posibilidad de pensar, ese es el ejercicio que te da.

¿Creés que todo apunta a una destrucción identitaria?

Yo creo que a la construcción de una nueva mirada identitaria, porque tampoco es total esta destrucción, porque si uno escucha el discurso que el señor Presidente dio en el secundario de la Copello, no pareciera que hay una mirada de destruir todo, sino que hay una mirada de destruir determinada mirada. ¿Y entonces qué queda? Lo que piensa él. Es muy raro, es una especie de adoctrinamiento para denunciar el adoctrinamiento, es profundamente ideológico.

En relación a tu mirada personal, ¿cómo ves plantado al movimiento universitario actual? ¿Y qué le dirías de parte del profesor que interpretás en Puan, Marcelo Pena, a los universitarios de ésta realidad?

Les diría que lean, que sigan leyendo, que se junten, que discutan, que discutan mucho, y que no bajen los brazos. Me parece que es un poquito lo que nos toca a todos. Y esto exige, para quienes creemos en esto, no solamente una posición en defensa de las instituciones, sino también un constante debate, repensar ideas para tener argumentos mucho más claros, y no para nosotros sino para aquellos que todavía piensan en esta consigna de marketing “la educación pública adoctrina”. Que uno pueda llegar a esa gente y darle los argumentos válidos, que los hay y muchos, para poder desarmar y desanudar esta mentira.

Las discusiones son otras, y claramente, no dormirse con el concepto de democracia, y con las situaciones que de a poquito pueden empezar a corroer los cimientos de lo que es democrático y lo que no, en el cotidiano, en la convivencia cotidiana. Porque ahí sí que peligra algo más del orden institucional, en todos los sentidos. Estamos cruzando barreras que son muy complejas, esa idea de que alguien empieza a ver al otro como un algo molesto que, si se lo quita del camino, es mejor; casi como un punto de partida antiguo donde lo sacrificial lo organiza la crisis, donde si encontrás el chivo expiatorio que debe ser sacrificado, la crisis se termina, como si volviéramos a la Tebas de Edipo. No me preocupa tanto desde donde se emite ese discurso porque lo entiendo; lo entiendo en el sentido de que entiendo lo que busca. Lo que me preocupa es que nosotros como sociedad, y cada uno de nosotros, nos empecemos a dormir y a anestesiar frente a estos discursos y empecemos a ser un poco perezosos intelectualmente. Me parece algo bastante terrible que dejemos de ver esto desde ese lugar del prójimo y lo veamos desde un lugar de un otro estigmatizado con alguna categoría que me permite deshumanizarlo. Ese es un posicionamiento bravo.

Un viaje hacia las profundidades

Por estos días Marcelo Subiotto protagoniza Los pájaros, una obra dirigida por Juan Ignacio González –coautor de la pieza junto a Ignacio Torres–, con la que empezaron a trabajar cinco años atrás en el Centro Cultural Rojas. “Para mí era un reto, una de las formas de producción del teatro independiente, que hacía tiempo que no hacía, y que es el lugar donde yo me formé como actor, es realmente mi continente, el lugar donde yo siempre estoy volviendo, porque es el lugar donde me seguí formando –cuenta Subiotto–. La obra es el viaje de un personaje muy particular que se llama Aldo, que es un artesano que viaja en motocicleta desde Córdoba, porque iba a cumplir una promesa con la virgen. Eso es lo que vamos viendo al principio del espectáculo, pero a los diez minutos nos damos cuenta de que el tipo no se mueve, la motocicleta no la vemos por ningún lado, y nos vamos dando cuenta de que ese viaje que está contando en realidad es un viaje de otro tipo, que está mucho más en el adentro que en el afuera.  Es un viaje muy profundo y que tiene un desenlace que no voy a contar, pero que los invito a todos a que lo vengan a descubrir. Ese lugar donde estamos trabajando antes de que sea el Teatro del Pueblo se llamó Puerta Roja y fue un teatro que yo tuve con Adrián Canale entre fines del 2002 y 2013, y ahora está el Teatro del Pueblo, que tiene una tradición independiente enorme en la Argentina, así que estoy súper contento. Hay todo un combo ahí que me hace muy feliz, estamos agotando entradas, ¡qué más se puede pedir!”

 

Los pájaros. Domingos a las 20. Teatro del Pueblo, Lavalle 3636.

Desregula y aumentarás

Desregula y aumentarás

Los servicios de telefonía e internet aumentaron este mes casi un 16 por ciento, cinco puntos más que la inflación. Con un decreto de necesidad y urgencia, el gobierno de Javier Milei desreguló las tarifas y los usuarios quedaron a merced de tres grandes empresas.

Mientras que la inflación de marzo fue del 11 por ciento, el incremento de los precios de las comunicaciones fue del 15,9, lo que significa un aumento acumulado del 80,9 en lo que va del año y una variación interanual del 336,7. Según el INDEC, el aumento se debe a las subas en servicios de telefonía e internet.

En este marco, tras derogar el DNU 690/2020 de Alberto Fernández –que declaraba servicios públicos esenciales a las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (TIC)–, el actual gobierno desreguló las telecomunicaciones a través del decreto 302/2024.

La nueva disposición modifica la Ley Argentina Digital y establece que las empresas licenciatarias de servicios de TIC van a tener la «libertad de fijar sus tarifas» y así «promover la competencia» en el sector.

Diego Rossi, profesor de Políticas y Planificación de la Comunicación en la Universidad de Buenos Aires y director de la Cátedra Libre Conectividad en la Universidad Nacional de La Plata, afirma, en diálogo con ANCCOM, que “Macri en diciembre del 2015 hizo una desregulación de las tarifas muy similar a la que Milei está haciendo ahora, con la diferencia de que no existía el DNU 690”.

El DNU 690 –que quedó paralizado por su judicialización repuso la condición de servicio público en competencia para las telecomunicaciones y, además, fijó que el Ejecutivo era quien debía indicar los aumentos de las tarifas. El Ente Nacional de Comunicaciones (ENACOM) era el organismo responsable del control tarifario y de que se garantice la prestación básica universal.

El mercado de las telecomunicaciones es un mercado oligopólico compuesto por tres grandes empresas: Telefónica, Claro y Personal. Por eso el sector festeja la medida que adoptó el gobierno de Milei. A contramano, el diputado de Unión por la Patria y presidente de la Comisión de Comunicaciones e Informática de la Cámara Baja, Pablo Carro, alerta que la derogación del DNU 690 representa un “salto al vacío” en la regulación de las telecomunicaciones en Argentina.

“La ausencia de una regulación inteligente que contemple las distintas modalidades de prestación del servicio (empresas corporativas, Pymes, cooperativas y emprendimientos comunitarios) deja a los usuarios a merced de la arbitrariedad de las grandes empresas”, advierte el diputado Carro.

Rossi, por su parte, sostiene que “Milei refrenda el criterio que ya venía trabajando Macri y que, en realidad, venían exigiendo e imponiendo las empresas desde principios del siglo XXI”: “Que nadie se meta con las promociones que estamos haciendo, con nuestra estrategia de mercado, los que van a decidir las inversiones somos nosotros”, dicen a las empresas.

En ese sentido, la intervención del ENACOM congeló todo los planes de fomento de la conectividad que se venían desarrollando. “Con este combo se restablece una situación de dominancia de los principales prestadores”, asegura Rossi.

“Con los DNU de los últimos tres gobiernos –agrega– se perdió la capacidad pública de densificar los debates, estamos en debates demasiado finalistas e ideológicos. Por querer imponerse drásticamente, las tres empresas oligopólicas nos demolieron las capacidades estatales de regulación. Paradójicamente, en Chile, se está por aprobar, después de cuatro años de debate, la designación de Internet como servicio público, pero evidentemente con otro marco de discusión entre las fuerzas políticas y el sector privado. En Argentina salimos perdidosos porque quizá la única manera que encontró Alberto Fernández de disponer una forma regulatoria para las telecomunicaciones, fue la confrontación. En ningún lugar del mundo es sencillo el diálogo con las empresas, pero en otras partes la política logró algún tipo de diálogo. Acá están desmantelando el ENACOM y se restablece el esquema de incapacitar al sector público para la regulación y fomento de las telco”.

Según Carro, “no basta con que haya accesibilidad al servicio, sino que es necesario garantizar que sea asequible para los bolsillos de cada familia. Se desregula argumentando la libertad y se deja al zorro en el gallinero. Es necesario que el Estado regule esa relación dentro de un mercado con precios distorsionados por la voracidad y la arbitrariedad de quienes los imponen”.

En cuanto a las consecuencias de la desregulación, Rossi subraya que “la situación de no planificación y no desarrollo de alternativas para la conectividad, hace que quedemos rehenes de la empresa o cooperativa que nos toque. El esquema desregulatorio favorece a los grandes. Las empresas adoptan un sistema de tratar de cobrar lo más posible, lo cual es ilegal, porque en el mismo barrio pueden convivir personas con el mismo plan y pagando boletas totalmente distintas producto de su capacidad de negociación con el call center del momento o de situaciones azarosas que tienen que ver con promociones”.

“El corazón del negocio de las empresas telefónicas es la perversidad de atomizarnos como usuarios. Esta medida necesariamente no va a encarecer los servicios, pero sí nos va a volver más rehenes de las empresas”, concluye.

 

“A mí ya me cagaron la vida, no puedo dejar que se lo hagan a mis hijas también”

“A mí ya me cagaron la vida, no puedo dejar que se lo hagan a mis hijas también”

Hace nueve meses Daniel Santucho recuperó su identidad y se convirtió en el nieto restituido 133. Además de reencontrase con su familia, en este tiempo, declaró en un juicio de lesa humanidad, visitó el Pozo de Banfield donde nació y su hija lo llevó a la escuela para hablar por el Día de la Memoria.

Daniel Santucho es el nieto restituido número 133 por las Abuelas de Plaza de Mayo. Hace nueve meses, tras un análisis de sangre, confirmó que es hijo de Cristina Navajas, desaparecida durante la última dictadura, y de Julio Santucho, quien se vio obligado al exilio. La búsqueda de la verdad iluminó su historia y hoy sabe que nació en el centro clandestino de detención, tortura y exterminio conocido como el Pozo de Banfield, cuyos responsables fueron condenados el pasado 26 de marzo después de un juicio que duró tres años y medios. Hoy tiene dos hijas y a través de su testimonio busca generar conciencia sobre el accionar criminal del gobierno militar para que eso no se repita. “Considero necesario enseñar a la sociedad y, sobre todo, a aquellas nuevas generaciones que desconocen lo que pasó para que sepan la verdad de la historia y que no se repita”, sostiene. 

¿Cómo surgió el interés para descubrir tu identidad?

 Necesitaba saber la verdad después de haber vivido muchos años en una mentira. Las sospechas empezaron cuando tenía 21 años, tras la muerte de quien yo creía era mi madre. Una hermana de crianza, 20 años mayor que yo, me dijo que ella pensaba que no era hijo de quienes, hasta ese momento, consideraba como mis padres y que no entendía porque nunca me lo habían dicho. Ella era adoptada, pero lo sabía, conocía a su mamá biológica.  

¿Tenías dudas antes de ese momento?

No, yo no tenía ninguna duda. Aunque, durante mi adolescencia había actitudes de mi apropiador cuando aparecían las Abuelas en los medios que me hacían ruido, había una partida de nacimiento que decía que ellos eran mis padres y yo creía eso. En ese momento había mucha impunidad, yo fui anotado como si hubiera nacido un 24 de marzo de 1977, a un año del golpe, fecha que con el paso del tiempo fue tomando otro significado para mí. Pero, incluso después de que hablé con mi hermana, viví muchos años con la duda porque cada vez que quería hablar con quien creía mi papá, y le transmitía mi inquietud él evitaba la situación o inventaba para salir del paso.

«A pesar del tiempo que nos arrebataron, hoy estamos todos juntos y eso es lo que importa», dice Daniel. En la foto, acompañado por su hermano, el Miguel Santucho.

¿Cuándo decidiste acercarte a Abuelas?

 Mi primer contacto con Abuelas fue en el año 2019. En ese momento me había separado y era un tiempo de cambios en mi vida, en el que sentía que me tenía que hacer cargo de mi historia. En ese encuentro me acerqué más que nada por impulso y presenté lo que sabía hasta ahí y las dudas que tenía. Me escucharon y me dijeron que busque toda la información posible y que necesitaba un acta de nacimiento. Como había pasado mucho tiempo yo ya no tenía una en mi poder así que me acerqué a realizar el trámite. Pero quedó en eso porque mientras esperaba los papeles, estalló la pandemia y quedó todo parado, yo no volví a ocuparme del tema.

Después de la cuarentena, mi apropiador enviudó por segunda vez y se acercó a pedirme ayuda, yo empecé a visitarlo más seguido y al tiempo me pidió que viviera con él, que había muchas personas que se aprovechaban y que le sacaban plata. Así que tomé la decisión de mudarme a su casa. Durante esta convivencia fueron saliendo a la luz cada vez más mentiras. Yo ya era una persona adulta, no era un chico y ya tenía incorporado en mi inconsciente que algo andaba mal. Cuando volvía de trabajar me enteraba que las personas de las que lo tenía que cuidar habían estado y que él las dejaba pasar, me empecé a dar cuenta de que me mentía y teníamos discusiones un día tras otro. También en ese momento había arrancado a hacer terapia y hablar de mis dudas. Eso me hizo dar cuenta de que nadie me iba a venir a decir la verdad, sino que la tenía que salir a buscar yo. Lo primero que hice fue enfrentarlo, ya no pedirle sino exigirle información. Cuanto más lo enfrentaba, cuanto más le exigía, más nervioso se ponía y evitaba el tema; lo que me daba la razón de que me estaba mintiendo. Eso siguió un tiempo así, hasta que un día me invento una historia de que él se había separado de quien yo creía mi mamá y ella me tuvo durante otra relación, que después volvió con un bebé y él se hizo cargo. Ahí me di cuenta de que me seguía mintiendo, que no tenía consistencia lo que me estaba diciendo, que si esa era la verdad porque no me la había dicho antes. La única certeza que conseguí de todo eso fue que él no era mi papá. A partir de ese momento retomé la búsqueda de mi identidad y me acerqué nuevamente a Abuelas con la decisión de descubrir la verdad.

¿Cómo fue el proceso de restitución de tu identidad?

Primero tuve que caer en la realidad de que me habían mentido durante toda mi vida y la peor sensación que tenía era que les estaba transmitiendo todo este problema a mis hijas, yo pensaba: “A mí ya me cagaron la vida, no puedo dejar que se lo hagan a ellas también”. Después tuve que recabar información, partida de nacimiento, bautismo de fe y además tenía un testimonio del hermano biológico de mi hermana de crianza que recordaba haber escuchado a dos policías diciéndole a mi apropiador, que era policía también, que le iban a conseguir un bebé. Con esa información me presenté a Abuelas y a los días me llegó la fecha para ir a la Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad (CONADI) y hacerme el estudio de ADN. Los resultados tardaron tres meses y durante todo ese tiempo estuve acompañado por mi familia, mi e esposa y mis hijas, que todo el tiempo me preguntaban si tenían una familia, si tenían tíos, abuelos. En ese caso debía tener mucho cuidado con lo que transmitía pese a que todo apuntaba a que podía ser un nieto de Abuelas, porque habían pasado muchos años. Si bien yo quería descubrir la verdad más que nada para que ellas tuvieran las respuestas que yo no tuve, tampoco quería generar falsas expectativas, ya que, si no se confirmaban los estudios, la desilusión podía ser muy grande. Todo cambió cuando llegaron los resultados del estudio que aseguraban que era hijo de Julio Santucho y de Cristina Navajas. Sentí que por fin había podido saber mi historia y que iba a tener una familia de la que nunca me tendría que haber separado. Recuerdo que cuando me fui a hacer el nuevo documento con mi verdadera identidad, tenía una felicidad inexplicable y me tuvieron que sacar varias fotos porque no paraba de sonreír. Después, con el acompañamiento de Abuelas, fui haciendo todos los demás trámites que necesitaba, tanto para mí como para mis hijas.

Mi hija me dijo que quería dar una charla en el colegio, que quería contarles a sus compañeros lo que me había pasado y explicarles por qué iba a cambiar su apellido. Yo pensaba cómo expresarme con los chicos de 8 años para no confundirlos, pero ella empezó a hablar: “Mi papa es el nieto 133 de las Abuelas de Plaza de Mayo, él tenía dudas sobre su identidad así que fue a pedir ayuda, lo mandaron a hacer el estudio de ADN, dio positivo y bueno ahora tenemos una familia”

Daniel Santucho

¿Cómo vivieron la restitución tus hijas?

Al principio fue muy movilizante. En marzo del 2023 me confirman que los resultados eran positivos. En ese momento, la más grande, tenía 13 años y estaba transitando el Mes de la Memoria en el colegio así que sabía de lo que yo le hablaba cuando me refería a Abuelas, a la dictadura y a lo que me estaba pasando. En ese sentido, me imagino lo fuerte que habrá sido para ella saber que todo eso que veía en el colegio no era algo que estaba solo en los libros, sino que era real, que era mi historia y la suya también, por eso el camino fue de a poco. Para mi es super emocionante ver el interés que ella tiene de saber y de involucrarse en el tema. En el caso de mi hija menor, que ahora tiene 9 años, fue un poco diferente porque al mes de que ya habíamos recuperado mi identidad, y que ya había hablado conmigo y con su mamá, me dijo que ella quería dar una charla en el colegio, que quería contarles a sus compañeros de lo que me había pasado y decirles quién era yo y quién era ella, porque iba a cambiar su apellido. A mí eso me sorprendió y al mismo tiempo me llenó de orgullo. Cuando llegó el momento de ir me acuerdo que yo pensaba sobre cómo expresarme para ser claro con los chicos de 8 años y no confundirlos, pero ella fue la que empezó a hablar y a contarles a sus compañeros: “Mi papa es el nieto 133 de las Abuelas de Plaza de mayo, él tenía dudas sobre su identidad así que fue a pedir ayuda, lo mandaron a hacer el estudio de ADN, dio positivo y bueno ahora tenemos una familia”. Con esa simpleza, ella se encargó de transmitir todo. Cuando terminó la directora preguntó si la habían entendido y todos respondieron que sí. Así que después preguntó: “¿Cómo se va a llamar Milagros ahora?” y todos gritaron: “Milagros Santucho” en ese momento se nos empezaron a caer las lágrimas y nos fundimos en un abrazo, fue algo que me llenó de orgullo. Hoy veo a mis hijas y, más allá del parecido físico, puedo ver a mi mamá y a mi abuela que de alguna manera viven en ellas. 

¿Qué fue lo que cambió después de saber tu historia?

Todo cambió, yo cambié y también la relación con mis hijas. Me pude parar desde otro lado en la vida, yo quería saber la verdad para reconstruir mi historia, pero más que nada para mis hijas, porque tarde o temprano a ellas la duda le iba a llegar e iban a empezar a hacerse preguntas. Como padre, saber que lo pude hacer yo me da seguridad y plenitud. También, más allá de todo lo que costó, poder llegar a la verdad antes del fallecimiento de mi apropiador me dio la tranquilidad de sentir de que no se fue impune, que todo lo que hizo no fue gratis y que yo había hecho las cosas a tiempo. El murió estando con prisión domiciliaria y sabiendo que yo había llegado a la verdad, que toda sus mentiras se habían caído.

¿Cómo fue el reencuentro con tu familia después de tantos años de búsqueda?

Yo no lo podía creer, cuando me dan la noticia y me muestran fotos diciéndome quiénes eran cada uno, yo no caía. El primer encuentro fue por videollamada y enseguida que los vi me reconocí en ellos. Después, cuando empezamos a relacionarnos me di cuenta de que tengo un poco de cada uno. Hoy siento que estoy en el lugar correcto y elijo pensar que, más allá de todo el dolor que me causaron mis apropiadores, me pude encontrar. Saber que mi papá, mis hermanos y mi abuela me buscaron durante toda su vida me reconforta y me ayuda mucho para disfrutar del ahora y no dejar que el pasado me afecte. A pesar del tiempo que nos arrebataron, hoy estamos todos juntos y eso es lo que importa.

¿Estuviste o participaste en algún juicio de Lesa Humanidad?

Si, al poco tiempo de recuperar mi identidad, los abogados de Abuelas y los fiscales me notificaron que había dos juicios en curso. Uno era el Juicio de las Brigadas, que por suerte mi aparición fue antes de que se cierre el límite para presentar pruebas y, por lo tanto, participe como víctima, ya que había nacido en cautiverio, y también como una prueba viviente de que habían existido robos de bebés. En ese caso no había necesidad de declarar, así que no brinde mi testimonio. El segundo fue el que se había iniciado contra mi apropiador, en el cual si fui a declarar ante el juez. En ese momento era todo muy reciente para mí y me dieron toda la facilidad para que cuando me sintiera seguro pudiera hablar. Pese a que él falleció, el juicio sigue en curso, porque son varias las personas implicadas.

Teniendo en cuenta que naciste en el Pozo de Banfield y que tu mamá estuvo ahí ¿Cómo viviste el juicio que condenó a sus represores?

Durante la lectura de la condena, que duró cinco horas, estuve abrazado a la foto de mi mamá y no me pare ni para ir al baño, en ese momento sentía que se estaba haciendo justicia, por ella y por los demás desaparecidos que habían estado ahí. 

¿Qué sensación te dejó la justicia?

El tema de la justicia es complicado, porque es lenta y, en este caso, tardó 48 años. Pero en buena hora que llegó, era necesario. Yo sé que por ahí lo mío es muy reciente, porque hace nueve meses que recuperé mi identidad y supe lo que le pasó a mi mamá, pero he visto varios familiares y otras personas que han cargado con el reclamo durante toda su vida y necesitaban que se hiciera justicia, que quienes habían cometido los crímenes reciban sus condenas. En este juicio hubo represores que hasta ese momento estaban en libertad y terminaron el juicio con cadenas perpetuas. Así que, en este caso, creo que la justicia tardó, pero funcionó y posibilitó que estas personas no hayan quedado impunes de todo lo que hicieron. 

¿Has ido al Pozo de Banfield?

El Pozo de Banfield lo conozco, fui en dos oportunidades, es un lugar frío y oscuro en todo sentido. La primera vez fue el 27 de septiembre del año pasado durante un homenaje que se le iba a realizar a cuatro maestras, entre las que estaba mi mamá. Yo pensaba que era solamente el acto, pero previo al acto hubo un recorrido por los calabozos y las celdas. Fue algo muy fuerte, pero lo hice porque creí que estaba preparado. La segunda vez que fui, fue el 10 de enero de este año, el día de mi cumpleaños y le pedí a mi hermano que me acompañe. A él le costó un poco más, pero fue conmigo. Yo necesitaba estar ahí porque en definitiva fue el último lugar en el que estuve con mi mamá y por suerte siento que conseguí lo que fui a buscar.

¿Cómo sigue tu vínculo con Abuelas después de todo esto?

Mi vínculo es más que nada con los demás nietos que han sido recuperados y somos de la misma generación. Desde el primer momento estuvieron conmigo y me hicieron sentir parte, como si siempre hubiera estado ahí. Con Abuelas no tengo una relación directa, pero estuve en el aniversario del año pasado y subí a hablar al escenario del teatro que estaba lleno, si bien mi participación no es directa, trato de estar presente desde el lugar que puedo.

 ¿Qué pensás del discurso negacionista que circula y es sostenido por el actual gobierno?

Históricamente, esos pensamientos negacionistas han estado presentes. Incluso, durante la reciente democracia. Lo que cambió es que, hasta ahora, siempre habían sido discursos minoritarios. Hoy, por un vacío que hubo en la sociedad, no solo con estos temas sino con muchos otros, se ha abierto la posibilidad de plantear ideas que atrasan como: “no fueron 30.000” o “fue una guerra”. Por este motivo considero necesario remarcar que puede haber distintos pensamientos y opiniones, pero hay un límite que no se debe cruzar. No se puede avalar la tortura, el secuestro, la detención clandestina, las violaciones, el robo de bebés y la desaparición de personas, eso está fuera de discusión. Por eso considero necesario enseñar a la sociedad y, sobre todo, a aquellas nuevas generaciones que desconocen lo que pasó para que sepan la verdad de la historia y no se repita. En definitiva, el número no importa, es el acto lo que es repudiable. No hay que correr el foco de lo importante: fue un genocidio. Para esto también es importante remarcar, que todo esto empieza en pequeñas cosas, y ya cuando se clausura a determinado artista o a alguien por pensar distinto hay que impedirlo porque así es como comenzaron todas estas aberraciones que ya vivimos y que aún seguimos sanando.