“Entretener es el oficio más lindo del mundo”

“Entretener es el oficio más lindo del mundo”

En pleno auge de las plataformas de streaming, “Hay Algo Ahí” del canal Blender rompe esquemas y rescata estilos en una mezcla que supo construir una comunidad. En un mano a mano con ANCCOM, Juan Ruffo, su conductor junto con Tomás Rebord, cuenta el detrás de escena de uno de los programas más vistos de la Argentina.

En el barrio de Palermo, sobre Niceto Vega al 5000, se encuentra el estudio de Blender. Creado por Iván Liska y Diego Abatecola a inicios del 2023, el canal de streaming se ha consolidado como uno de los más vistos junto a Luzu TV, OLGA y Gelatina. Cuenta con una oferta que incluye programas diarios como Desayuno Intermitente, Escucho Ofertas y Dinero y Amor, el semanal Las pibas dicen, con Rosario y Julieta Ortega junto a Andrea Rincón, y el deportivo Pelota Dividida –fruto de la reciente unión con Olé–, con el Ruso Verea, Mikki Lusardi y Facundo Santarrosa. Pero el hit del canal, sin duda, es Hay Algo Ahí, el programa de Tomás Rebord y Juan Ruffo.

El estudio es amplio, pero lo suficientemente compacto como para que todo suceda en un lugar. El fondo croma verde enfrenta a la mesa donde se sienta Guille Aquino en Escucho Ofertas y donde también se realiza Dinero y Amor, de Marcos Aramburu. Unas seis o siete personas ocupan la mesa de producción. Del otro lado, se encuentra el arco y el modular de Hay Algo Ahí, cuyos recovecos emulan un altar en el que se avistan las ofrendas de la tribuna que acude a presenciar el programa, o regalos que emprendimientos de todo el país envían al canal. La mesa tiene dos sillas principales, una para Rebord y otra para Ruffo, y una más para sus visitantes –desde Ofelia Fernández hasta Ramiro Marra–, y para el periodista Iván Schargrodsky, columnista en la “Hora africana” de los martes.

Durante dos horas, de lunes a viernes a las 21, Rebord y Ruffo incorporan un humor ácido para tratar la coyuntura, con elementos que remiten a la programación televisiva de los años 90 y 2000, otros a la cultura pop y la interacción en vivo de los usuarios de YouTube tras ellos. Nostálgico e innovador, Hay Algo Ahí representa fielmente el estilo de Blender, cuyos creadores describen como “trash sofisticado”, con un toque incisivo y políticamente incorrecto, pero a la vez plural y diverso.

Además de comunicador, productor y coconductor, ¿quién es Juan Ruffo?

No sé si tiene respuesta, por lo menos a mis 29 años. Solo sé que me gusta el entretenimiento, divertirme, eso es transversal a mi persona. Si en el proceso de divertirme hay otra persona al otro lado de la pantalla que se está divirtiendo también, para mí es un sueño, cierra perfecto.

¿Siempre deseaste dedicarte a esto?

En términos académicos, en el secundario era desastroso, fui el primero o segundo peor promedio de quinto año, porque iba a divertirme. Tenía un amigo con el que íbamos a jugar, para nosotros era como una gran colonia de vacaciones. Carísima, porque el colegio privado católico era muy costoso. Cuando terminé, no sabía qué hacer, aparte de jugar a cosas, así que arranqué a laburar en la empresa metalúrgica familiar y a estudiar el CBC de Administración de Empresas, porque era la salida más fácil. Obviamente, no tenía ningún tipo de vocación por la metalurgia. Trabajé seis años en la fábrica, hasta que me di cuenta que no era para mí, primero porque no me despertaba nada, solo sentía satisfacción cuando me iba. Entonces me dije: “Tiene que haber algo que me guste más que esto”. En ese momento, escuchaba mucha radio. A la mañana, camino a Lanús, AM, y a la tarde, cuando me iba, FM. Programas informativos a la mañana y a la tarde más de entretenimiento. Había algo dentro de ese universo de lo radiofónico, de ese lenguaje, que me fascinaba. Hice un curso de producción de radio en ETER, fue un primer acercamiento, muy lindo, lo disfruté un montón. Después tomé la decisión de cambiarme de carrera y arrancar Ciencias de la Comunicación en la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA.

¿Qué encontraste allí?

Un mundo nuevo, enorme en cuanto a materiales de lectura, compañeros y espacio. Me daba mucho placer ir a la facultad, donde, por supuesto, encontré la dimensión de jugar. Algunas materias eran más rígidas, pero Radio, por ejemplo, podía ser algo parecido a lo que yo quería hacer, y en los talleres la pasé muy bien. En una clase, un docente en el pizarrón escribió cuentas y usuarios de Twitter que había que seguir para mantenerse informado, entre ellos uno llamado Centro de Producciones Radiofónicas, y me pareció interesante, averigüé dónde era y el nombre del director, y fui a dejar mi currículum, que solo contenía mi experiencia en la metalúrgica. Llegué y le dije al director: “Quiero trabajar acá con vos”. Me respondió que no me podía pagar, pero me podía enseñar, y empecé a ir dos o tres veces por semana mientras cursaba y trabajaba. Aprendí a editar, nociones básicas de la radio, a grabar podcasts, a pensar contenidos sonoros. Fue una experiencia enriquecedora, porque adquirí conocimientos y práctica, y después esa relación maestro-padawan (aprendiz jedi) se mantuvo y se convirtió en una de mis amistades más cercanas.

¿Qué impacto tuvo este cambio de dirección en las expectativas de tu familia?

Trajo una serie de problemas. Comencé la carrera y seguía laburando en la metalúrgica, porque algo tenía que hacer. Pero en la productora se presentaron oportunidades laborales y ya no fue necesario eso, a partir de ese momento me dediqué a full a la productora. Esto desembocó en la consumación del legado familiar. Fue un proceso largo con la parte paterna de mi familia. Como tercera generación, tenía que hacerme cargo de la empresa que compró mi abuelo y que más tarde expandió mi viejo, ambos grandes empresarios. Por un lado, yo no estaba convencido de que ese era mi camino, y por otro, los veía a ellos realmente buenos en lo que hacían, y yo no lo era, porque no me calentaba, no tenía un fuego interno que me quemaba cada vez que llegaba. Veo una trefiladora (máquina para hacer alambres) y no me pasa nada, mi papá ve una y se vuelve loco. Se dio un proceso largo y áspero con mi familia. Finalmente, todos entendieron.

Se ha formado una comunidad muy leal al contenido de Hay Algo Ahí

Es una de las cosas más lindas que tiene este oficio, que haya alguien del otro lado disfrutando lo que hacés. Que alguien en la calle me pare y me diga “los vemos todos los días” me hace feliz. Siento un enorme orgullo del trabajo que hacemos porque hay gente en otro lado que quizás le cambiás un mal día y encuentra un poco de paz en una risa que se escapa durante un programa. Esto me parece sagrado, así surge la obligación de estar convocados siempre al ciento por ciento, porque hay gente que nos está dedicando lo más preciado que tiene: su tiempo. Sentir que todos los días en muchos hogares se cena mirando nuestro contenido, que hay gente que pone play y nos está escuchando, me parece fascinante y hay que respetarlo. Y el rol que ocupo tiene que ver con eso: entretener es uno de los oficios más lindos del mundo y me llena de orgullo estar de este lado.

Los medios emergentes se han posicionado como alternativos y ganaron legitimidad a la par de los tradicionales. ¿A qué se debe este auge?

Habría que analizar, medios alternativos ¿respecto a qué? Porque la tele, la radio y la gráfica han pasado por el mismo vórtex. Gran Hermano es un gran ejemplo: se emite por TV, pero en paralelo hay un streaming con personas discutiendo en vivo –más parecido a un medio alternativo– y lleva sus reglas y su lenguaje. Los medios están atravesando una alteración de estilo y formato, en donde se mezclan y nacen cosas nuevas e interesantes. Blender no es lo mismo que Telefé, no solo cambia la forma de hacer, crear y los equipos, sino que también cambian los formatos, los géneros y los estilos. Sí tratamos de recuperar algo del género televisivo, en donde tenés otra disposición visual y espacial, buscamos otra cosa. Es un delirio de grandeza quizás, no sólo no nos queremos parecer a unos tipos con unos auriculares gigantes hablándole a un micrófono, sino que buscamos otra cosa y recuperamos esta dinámica más televisiva porque también es con la que crecimos. Nosotros vimos y vemos televisión, y nos encanta, hay algo de volver a eso que se va desarmando a medida que pasa el tiempo. La fórmula del streaming está consolidada en cuanto a lo que se ve, escucha y en el lenguaje tiene sus particularidades. Nuestra intención es salir un poco de eso, romperlo y encontrar cosas nuevas.

¿Cuáles son las particularidades de Hay Algo Ahí?

Para empezar, es genuino, no podemos hacer algo que no sintamos. Hay Algo Ahí es lo que nos sale de lo más profundo del corazón. Queremos innovar y traer de vuelta elementos tradicionales, creando algo muy propio. Las propuestas de contenidos particulares nos tienen que gustar. Me ha pasado en otros proyectos de incorporar material porque se nota que a la gente le gusta tal cosa, y que termine saliendo mal porque yo no lo siento tanto. Entonces la primera particularidad de Hay Algo Ahí es que es genuino. Traemos escritores, políticos, especialistas en diversas áreas, deportistas, científicos, y conversamos sobre cualquiera sea el tema de actualidad. Si alguien está dando notas por todos lados, no nos interesa, repetir contenido que se vio en OLGA y después en Gelatina no es lo nuestro. Queremos que pase algo distinto. Por otro lado, tenemos este deseo de grandeza, de hacer historia, dejar una marca en la historia del streaming y del entretenimiento nacional. Tenemos hambre de trascendencia, de que a la gente que está del otro lado le pegue lo que hacemos. Hay Algo Ahí es hoy mi fuente de felicidad más grande, venir al estudio todos los días me llena el corazón y me encanta la dimensión que tiene de crecer todo el tiempo. Gran parte del éxito del programa se lo atribuyo íntegramente a Tomás (Rebord), esa vocación que él tiene y trae a la mesa. Ya habíamos trabajado juntos antes, pero no en la dinámica diaria. Hay algo en esa pasión suya que me causa una profunda admiración porque es también el motor de todo esto, es el combustible que va todo el tiempo alimentando esta máquina. No nos quedamos en la dinámica base de dos personas hablando frente a la cámara, por supuesto lo incorporamos, pero surgen ideas como “¿qué tal si hacemos un especial de Star Wars y nos disfrazamos?”. “¿Hacemos un especial de terror?”. “¿Y qué tal si hacemos tal otra cosa?”. Esa también es una de las particularidades de este programa, estar todo el tiempo corriendo y moviéndose.

¿Cómo es unn día en el piso de Blender?

Tenemos el día corrido porque el programa comienza a la noche. Llego acá más o menos a las 19:30, mientras continúa el programa anterior, Dinero y Amor. Me gusta llegar temprano porque hay algo de ir empapándome, de estar acá, que me prepara muy bien. Hacemos un repaso de las cosas que tenemos planificadas. Los programas se piensan y preparan con una semana de anticipación, es una dinámica que nos gusta porque tenemos la semana completamente resuelta, y ya pensamos en la siguiente. Hay dos reuniones grandes de producción, los viernes están dedicados al brainstorming, a llevar ideas, pensar cosas y proponer, y los lunes se organiza todo. Si en la semana hay algún especial, se graban clips durante los días previos. Cuando termina el programa, en general comemos juntos, acá mismo, vamos a casa y ahí es cuando arranca una cosa muy extraña en donde uno llega cansado, pero no se puede dormir por la adrenalina del programa, de entrar a las redes para ver las repercusiones. El resto del día, además de las cosas que hacemos en nuestras vidas, se basa en pensar cosas para el programa, usar la realidad de inspiración para tratar de transformarla y que de alguna manera aparezcan distinto en el programa. Durante el día producimos contenido, piloteamos cosas, a veces grabamos acá o yo adelanto algunas en mi casa donde tengo un estudio. Cuando está todo listo, salimos. Termina el programa y al día siguiente arranca todo de nuevo.

“Reales”, “hagovero”, “golondrinas”, “sesudo”, “superfly”… A diferencia de otros streamings, Hay Algo Ahí impulsó un mundo lingüístico propio en el estudio y en su comunidad de seguidores.

Tener un código propio es quizás de los mejores y más grandes indicadores de que está pasando algo entre nosotros y el público, da la señal de que se está formando una comunidad del otro lado. No hay solamente oyentes, televidentes o usuarios, hay otro tipo de compromiso entre la persona que te está viendo del otro lado y vos, sobre todo si ese lenguaje empieza a atravesar las barreras de “nosotros haciendo y ellos escuchando”. Si hay términos, palabras o frases que empezás a escuchar a tu alrededor de diversas personas, quiere decir que la gente está comprometida con el contenido. Me pasa con amigos míos, que usan palabras que empleamos en el programa. Es algo si lo quisiera explicar no podría, quizás porque hace mucho que cursé semiótica… En el programa realmente hablamos como hablamos, usamos neologismos en inglés, palabras que denotan un chiste, y es una manera muy linda de vivir porque estás por lo menos en la dimensión más ínfima del lenguaje, tratando de divertirte un poco. Eso que es real lo replicamos y, en el mejor de los casos, tiende puentes con la realidad de una persona que, si te ve en la calle o en un evento, incorpora nuestra forma de hablar en su cotidianidad.

No hay solamente oyentes, televidentes o usuarios, hay otro tipo de compromiso entre la persona que nos está viendo del otro lado.

Juan Ruffo

Tomás Rebord próximamente será padre y se tomará un tiempo, ¿cómo te preparás?

Obviamente el programa va a cambiar, porque lo vamos a adaptar a las nuevas posibilidades y exigencias, pero va a estar lindo, vamos a estar a la altura y lo vamos a disfrutar mucho.

Estudiaste en la universidad pública, ¿cómo ves la situación de recorte?

Me preocupa mucho, no solamente por haber estado la Facultad de Ciencias Sociales y por quererla y valorarla, sino por la vocación política que tengo: tiene que existir la educación pública, gratuita y de altísima calidad. Queda defender los espacios. Lamentablemente, tenemos que atravesar este Gobierno que atenta no solamente contra la educación pública, sino contra tantos otros frentes que ya casi ni alcanzan los dedos de la mano para contarlos.

¿Qué rol ocupa la política en tu vida?

Siempre ha estado presente, pero comencé a sumergirme en ese mundo desde mediana edad en adelante. Mi abuelo fue el primero que me hizo ver las cosas de una manera distinta, él fue vicepresidente del Partido Justicialista de Capital, uno de los mejores peronistas que yo he conocido. Hay algo de ese amor que le tuve a él que iba de la mano con conocer el peronismo, con empezar a curtirme y empaparme; hoy puedo decir que él me hizo peronista. Tuve una educación primaria y secundaria bastante lavada y ajena a lo político. Empecé a entrar un poco más fuerte en esa esfera y a interesarme un poco más cuando entré en la Facultad, ahí me vinculé con compañeros y compañeras de otras ideologías y pude entender el mundo de forma distinta. Esto también es algo que le agradezco mucho a la Facultad de Ciencias Sociales, ya que me permitió empezar a conocer y entender otras cosas. Nunca milité, ni siquiera en la universidad, pero la política y la coyuntura me atraviesa, me interesa, me preocupa y también hoy me confunde. No tengo las cosas tan claras: disfruto más de preguntar que de afirmar.

La cultura homenajea a Mercedes Sosa para ayudar a las personas en situación de calle

La cultura homenajea a Mercedes Sosa para ayudar a las personas en situación de calle

Después de la muerte de tres personas mientras dormían en la vía pública, 24 centros culturales harán un homenaje simultáneo a la cantante tucumana para recolectar ropa y alimentos para los sin techo.

En la última semana de junio murieron de frío tres hombres sin techo en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Dos, un sábado. El otro, un domingo. Uno en la calle Cerviño al 3100, en Palermo. El segundo, entre las calles Padre Carlos Mugica y Ramos Mejía del barrio de Retiro y el tercero, en la Plaza Miserere de Once. “La problemática de situación de calle tiene muchas causas interrelacionadas. Notamos que incrementó muchísimo en virtud de la crisis económica, o sea, estamos frente a una crisis habitacional. El eslabón más precario es el que habita en la calle y el que le sigue es el que alquila una pieza de hotel o inquilinato por el día”, aseguró Mónica Farías de la Asamblea Popular Plaza Dorrego, que se encuentra dentro de la Asamblea Popular por los Derechos de las Personas en Situación de Calle, en diálogo con ANCCOM

Según información oficial del Gobierno de la Ciudad, lo que hasta hace poco se conocía como el programa “Buenos Aires Presente” (BAP), desde mayo empezó a llamarse “Red de Atención”, que pone a disposición 47 Centros de Inclusión Social (CIS), antes llamados “paradores”, que cuentan con 3.300 plazas. “Es una forma de cambiar el nombre para que no cambie la política de asistencia en sí —opinó Farías—, porque se vienen desfinanciando los programas de asistencia. Además los CIS actúan como dispositivos semicarcelarios, los compañeros en situación de calle muchas veces no quieren ir ahí porque reciben maltratos. A veces, en invierno no tienen ni agua caliente”. 

Si bien la “Red de Atención” está pensada para todas las personas sin techo, a diferencia del BAP, segmenta los centros según el tipo de población: algunos están destinados a personas con consumos problemáticos de sustancias o con un padecimiento de salud mental, otros están pensados para familias, otros son para adultos mayores y otros, para mujeres solas. La Línea 108 es el canal de solicitudes de asistencia a personas en situación de calle. Se encarga de derivar los casos a equipos de profesionales del Ministerio de Desarrollo Humano y Hábitat porteño. 

“Primero, lo que vería es si realmente esos dispositivos existen —cuestionó Bárbara Alegre, quien pertenece a la organización Sopa de Letras, que también se encuentra dentro de la Asamblea Popular por los Derechos de las Personas en Situación de Calle—. ¿Es real que la ‘Red de Atención’ está circulando con sus móviles durante la noche? Porque en cuatro días murieron cuatro personas en situación de calle. El 2 de julio falleció la última. Si hay dispositivos como dicen, ¿por qué esas personas no estuvieron en un refugio?”. 

Por su parte, Farías dijo que “el Gobierno de la Ciudad te dice que, según el último relevamiento, hay alrededor de tres mil personas en situación de calle, pero nosotros estimamos que son más. Lo vemos todo el tiempo caminando por la calle: donde no había una persona ahora hay tres, donde había una, ahora hay cinco”. 

Los CIS existentes parecen no alcanzar para toda la población sin techo. Y ahí es cuando intervienen las organizaciones sociales. Alegre contó que Sopa de Letras asiste de lunes a domingos a entre 150 y 200 personas. “Hacemos, principalmente, recorridas nocturnas, trabajamos sobre la urgencia. Después, hacemos acompañamientos durante el día”, sostuvo. 

“Dentro de nuestro local —contó Farías a su vez— tenemos una olla popular que funciona los domingos y que provee desayuno, almuerzo y un espacio de contención afectivo. Hacemos actividades que también son necesarias para la vida, como mirar una película, charlar con alguien, que te den un abrazo, para restituir la dignidad que la calle les va restando. También los asesoramos acerca de los trámites que tienen que hacer”. Si bien, temporalmente, la olla de la Asamblea Popular Plaza Dorrego no está funcionando, Farías aseguró que ha llegado a asistir a unas 200 personas o más por día. 

Para visibilizar esta problemática, bajo el lema “Nadie elige la calle para vivir”, diferentes organizaciones sociales abocadas a la asistencia de personas sin techo, como las que representan Alegre y Farías, llevarán adelante la quinta edición del Festival Cultural y Solidario “Que no calle”, que se realiza cada año, desde 2019, en 24 centros culturales porteños en simultáneo. La cita en todos los lugares es a las 20 del 8 de julio, en la víspera del que sería el 89° cumpleaños de Mercedes Sosa. Se trata de un encuentro para homenajear a la cantante con diversos artistas y a través del cual las organizaciones sociales recibirán donaciones para personas en situación de calle, que incluyen abrigo, zapatillas, comida, vasos, bandejas y cubiertos de plástico, termos, elementos de higiene personal, útiles escolares, medias y ropa interior sin usar. “Todo lo que se concentre en cada espacio va a ser derivado a un centro de acopio, en donde se va a organizar y se va a repartir entre todas las organizaciones participantes, porque es un modo de garantizar que se cubran las necesidades de cada organización”, contó Farías.  

Alegre aseguró que la idea de combinar el homenaje con las donaciones “surgió de unir a la cultura con todo el abordaje que hacemos. La cultura está viviendo una situación bastante crítica y les compas que están en situación de calle, también. La Negra Sosa estaba involucrada, con sus canciones, en las luchas sociales”. Además contó que Sopa de Letras estará presente en el centro cultural “El Tipográfico”, en Avenida San Juan 3246. Allí habrá una exposición de Emilce Fuenzalida, una artista visual. 

Por su parte, Farías dijo que la Asamblea Popular Plaza Dorrego hará su participación en el festival en el local propio, que queda en Avenida San Juan 803. Contó que las expresiones artísticas estarán a cargo, en este caso, de las bandas musicales “Dúo cardinal” y “Dejavú” y del solista Georgi Andino. También participará la “Compañía Folklórica Divergente”, integrada por bailarines. 

Además de los dos centros mencionados, también abrirán sus puertas los siguientes: “Vuela el pez” (Avenida Córdoba 4379), “La casona cultural” (Carlos Calvo 242), “JJ circuito cultural” (Jean Jaurés 347), “La yupanqui” (Avenida Triunvirato 3817), “Batacazo cultural” (Avenida Medrano 627), “El puente” (Avenida Rivadavia 9810), “La Homero Manzi” (Avenida Belgrano 3540), “Casona de Humahuaca” (Humahuaca 3508), “Un lugar aparte” (Juan Ramírez de Velasco 710), “Trivenchi” (Avenida Caseros 1712), “La paz arriba” (Avenida Callao 1082), “Fraga cultural” (Fraga 119), “Casa migrante” (Alsina 2701), “Musicleta” (Aguirre 489), “Páramo cultural” (Carlos Calvo 3974), “El hormiguero” (Yrigoyen 1440), “Escuela popular de arte Loli Ponce” (Avenida Corrientes 6769), “Nuestra América” (Perón 3390), “La Plapla” (Tres Arroyos 1596), “Luzuriaga Club Social” (Luzuriaga 348), “La casa de Apolo” (Virrey Cevallos 768) y “La ronda” (Méndez de Andes 614). En las redes sociales de cada uno se publicará qué eventos artísticos habrá. 

Por otra parte, las organizaciones sociales que recibirán donaciones, además de Sopa de Letras y Asamblea Popular Plaza Dorrego, son: “Abrigar Derechos”, “No tan distintes”, “Amigues por las calles”, “Ser con vos”, “Comedor El Gomero de Barrancas de Belgrano”, “Construyendo puentes solidarios”, “Acción por personas en situación de calle”, “Isauro Arancibia”, “Merendero subcultural Caballito”, “Misión solidaria”, “Oeste solidario Caballito”, “Olla del Parque de la Estación” y “Sociabilidades por los márgenes”.

“Los pueblos que no son conscientes de su historia están condenados a la derrota”

“Los pueblos que no son conscientes de su historia están condenados a la derrota”

El periodista e historiador Cristian Vitale habla de Junios, Peronismo y antiperonismo en la encrucijada, que se enfoca en el bombardeo a la Plaza de Mayo de 1955, el levantamiento del general Valle y los fusilamientos de 1956. “Los medios de comunicación cumplen un rol fundamental en ocultar la memoria histórica”, plantea.

“Tiene mucha muerte, mucha crueldad. Es fuerte. Su proceso me llevó bastante angustia”, comenta Cristian Vitale cuando se le pregunta acerca de su nuevo libro, Junios, Peronismo y antiperonismo en la encrucijada, un trabajo de reconstrucción histórica y reflexión que abarca desde el bombardeo a Plaza de Mayo del 16 de junio de 1955 hasta el frustrado levantamiento de general Juan José Valle, ocurrido un año después, en junio de 1956.

Esta obra se inscribe dentro de una nueva colección con motivo del aniversario número 50 del fallecimiento de Juan Domingo Perón, que se estuvo cumpliendo el pasado 1° de julio, y relata la conexión existente entre esos dos hechos históricos atravesados, directa e indirectamente, por el peronismo. El primero, un ataque ejecutado por la Aviación Naval y la Fuerza Aérea. El segundo, una rebelión en tiempos dictatoriales que llevaría a los conocidos fusilamientos en varios lugares del país, siendo el de José León Suárez el más difundido.

Sin embargo Vitale, que también es profesor de Historia y periodista, cuenta que es un trabajo que nunca le hubiera gustado hacer. “Fue un libro con el que uno tiene la obligación moral como historiador y como militante de meterse en el hueso. Pero son libros que no le gustaría escribir a nadie”, agrega el autor, pues para lograr recuperar la historia de esos años recurrió a aquellas familias que fueron directamente afectadas luego del levantamiento, las que perdieron un pariente a costa de los fusilamientos de la noche del 9 de junio de 1956. “Las entrevistas también me llevaron bastante angustia. Les estás haciendo revivir a esa gente una pérdida absurda de sus padres cuando eran chicos. Algunos ni siquiera los conocieron. Es tremendo. A veces te quebrás”, declara el escritor.

¿Cómo fue ese proceso de entrevistas, el buscar a las familias para que den sus testimonios?

Me puse a buscar descendientes de quienes habían sido fusilados, que fueron en total 27, y de las personas que murieron en el enfrentamiento de La Plata o producto de la represión de las fuerzas. Busqué a los hijos, sobrinos y nietos, y di con un montón de personas. Con Julia y Berta Carranza, hijos de Nicolás Carranza; con Alicia Rodríguez, la hija de Vicente Rodríguez; con María Cristina Caro, la hija de Luis Caro, fusilado en Campo de Mayo; con Miguel Mauriño, nieto de Miguel Mauriño e hijo de Rubén Mauriño. Este es un testimonio fundamental, porque es hijo y nieto de dos personas involucradas en el levantamiento de Valle. Esos testimonios me permitieron reconstruir la historia de los fusilamientos desde el lugar familiar

¿Fue difícil contactarlos? ¿O que quisieran hablar?

No fue fácil. Con la primera que me contacté fue con Julita Carranza. Vive en Adrogué, es divina. Ella tenía 45 días cuando fusilaron a Nicolás. A partir de ella fui contactando a los demás, pero no es una cuestión sencilla. Incluso muchos no quisieron dar sus testimonios. Pero con los que conseguí pude construir mucho.

¿Cuándo iniciaste la producción de Junios?

En realidad, la idea ya la tenía desde hace unos dos o tres años. Quería hacer un libro sobre los fusilamientos del 56, para hacer un aporte de que no se trató solamente de una jornada en la que se fusiló gente en José León Suárez. Porque en parte del imaginario estaba presente que los fusilamientos habían sido solo allí, dado Operación Masacre de Rodolfo Walsh, y la película que hace Cedrón. Y en realidad hubo en un montón de lugares donde se produjo la rebelión de Valle y Tanco: Campo de Mayo, Regimiento de Palermo, Regimiento 7 de La Plata, la Penitenciaría Nacional, en la Unidad Regional 2 de Lanús. En un momento también quise hacer algo focalizado específicamente en Lanús, porque yo soy de la zona. Esa era la idea macro que tenía hace mucho tiempo. Después me encontré con que tenía que darle una vueltita más y contextualizarlo. Me fui a los antecedentes directos e indirectos, llegué hasta junio del 55 y ahí dije: “Junios, bombardeos del 55, fusilamientos del 56”, y definí el recorte histórico.

¿Así llegaste a los bombardeos de Plaza de Mayo?

Llego a los bombardeos porque yo vengo de una familia muy peronista. Mi abuela me enseñó la marcha mientras me acunaba (risas). En plena dictadura, cuando yo era adolescente, siempre surgía la conversación sobre los aviones que salían de Ezeiza sobrevolando mi casa y mi barrio, y diciéndome que se habían producido unos bombardeos tremendos, que habían matado a un montón de personas. Y esto replicaba en la familia. Yo ya me había acercado al tema casi que desde que tengo uso de la razón. Es algo que siempre digo. El peronismo es una cuestión emocional, pasional, sobre todo si las personas que vos más querés fueron las que te metieron en ese camino. Entonces ya el tema estaba implícito antes de que lo pudiese racionalizar.

El peronismo va a ser un hecho maldito para la política argentina. Fue denostado no solamente por los sectores liberales, rancios, sino por toda la superestructura cultural progresista.

Cristian Vitale

¿Por qué pensás que el bombardeo del 55 no tuvo (ni tiene) tanto peso histórico? ¿Por qué se conoce tan poco?

Primero vamos a decir que el peronismo va a ser un hecho maldito para la política argentina. Fue denostado no solamente por los sectores liberales, rancios, sino por toda la superestructura cultural progresista. Hay un montón de actores muy consagrados en la cultura nacional a los que no les interesó abordar ese tema. Tampoco en las instituciones educativas se difundió ni se intentó remembrar ese acontecimiento para insertarlo en el sentido común, exceptuando en el 73 y con las presidencias de Néstor y Cristina Kirchner. No fue un hecho del que gustasen hablar los intelectuales y mucho menos los medios de comunicación. Si vos no tenés esos resortes como sostenedores de la memoria, los hechos quedan omitidos y siguen ocultos para la gran historia nacional. Es más, la operación que hacen de esas usinas de creación de sentido es que el 16 de junio del 55 pasa a ser un día en el que los peronistas incendiaron las iglesias, y no el día que la aviación naval bombardeó la plaza. Es cierto que como una reacción visceral a los bombardeos, la noche del 16 sale un sector del peronismo salió a quemar iglesias. Pero había pasado una cosita antes, un detallecito, ¿no? (risas).

En este sentido, los sectores que quisieron instalar esta versión de los hechos en el imaginario social se valieron de operaciones mediáticas para hacerlo

Los medios de comunicación cumplen un rol fundamental en ocultar la memoria histórica. Hacen un recorte tremendo, muestran una fase de la realidad que no es la realidad sino solamente un recorte de acuerdo a sus intereses. Ni hablar de toda la superestructura intelectual. Por ejemplo, el movimiento nacional no es un movimiento de izquierda o de derecha. Es un movimiento nacional, con todos los matices que se te puedan ocurrir. Es tan adverso a lo que es la izquierda internacionalista como a la derecha liberal. Son los dos sectores que crean sentido. Si vos vas ampliando la mirada, vas viendo que todas las usinas de creación de sentido estaban de alguna manera avalando esa violencia.

Si comparamos esta dicotomía entre peronismo y antiperonismo que existía en aquella época, ¿cómo crees que esto se trasladó a esta época?

Creo que había quedado adormecida durante mucho tiempo, por lo menos durante el 56 hasta el 2003, cuando primero Néstor y después Cristina empiezan a otorgarle al movimiento aquella mística nacional. A partir de allí empieza a recrudecer esta dicotomía que parecía dormida. Por eso creo que este libro tiene cierto viso de actualidad porque se inserta en una nueva revisión de la historia que trae esta nueva resignificación. Volvió a aparecer esa mirada, disfrazada de kirchnerismo-anti kirchnerismo o de populismo-antipopulismo, pero que en realidad es el nacionalismo frente al liberalismo. Esa es la madre de las contradicciones.

¿Así se vive el peronismo actualmente?

El kirchnerismo es una reencarnación del movimiento nacional popular. En algún momento fue el rosismo federal del siglo XIX, vencido por las mismas fuerzas de siempre, en este caso por Urquiza en la batalla de Caseros. Después reencarnó en el irigoyenismo, que tenía un fuerte afluente nacionalista y popular, con algunas cosas que se pueden discutir. A mediados del siglo XX reencarna en el peronismo, y a principios del siglo XXI en el kirchnerismo. Hoy kirchnerismo es una mala palabra, pero son todas fases de la misma idea de nación, el mismo modelo de nación. El peronismo capaz sea el que mejor sintetiza esas aspiraciones de pueblo libre porque tiene una doctrina, tiene esas tres banderas que son la independencia económica, la justicia social y la soberanía política.

Y también esto de la Tercera Posición…

Por supuesto, la Tercera Posición tan alejada del materialismo histórico como del individualismo metodológico. Tanto del marxismo como del liberalismo. Néstor la tenía clara, somos peronistas, no nos bajen el precio. Es eso, en definitiva. Fijate cómo trabajaron los medios de comunicación con la letra K. El kirchnerismo es una parte constitutiva del movimiento nacional con ojos del siglo XXI, con prácticas un poco más progresistas, más democráticas, por la coyuntura. Pero la cuestión de los derechos de las clases populares estuvo siempre.

¿Creés que los hechos ocurridos en los dos junios continúan teniendo consecuencias hasta el día de hoy?

Habría que hacer un estudio minucioso del estado en el que está en el imaginario. Estamos en un momento complejo, en una situación medio distópica, palabra que se está usando mucho ahora. Entre la vertiginosidad de las redes sociales y la velocidad de la información, el sufrimiento material de la gente y esa cosa tan fuerte de no dejar activar la memoria, es complicado. Para trabajar con la historia necesitás procesos que permitan la reflexión, la discusión y la persistencia de la memoria. No pasa nada de eso en las sociedades actuales. Es peligroso porque la historia es lo único que te define como sociedad. La realidad son representaciones mentales, entonces las representaciones mentales se reflejan en la historia. Y es la única manera de entender el presente. Si no, ¿de qué otra forma? El futuro no existe, el presente está pasando, y la única empírea que hay es la historia. Los pueblos que no son conscientes de su historia están condenados a la derrota, al fracaso.

Y a repetirla

Y a repetirla. Por eso tanta omisión o intervención de la historia, tanto de los sistemas intelectuales como educativos y mediáticos. Los pueblos escriben su historia, y si no se reconocen en esa historia que escribieron, difícilmente puedas echar abajo la Ley Bases. A otros pueblos con otras conciencias, históricas y nacionales, no les pasa eso.

¿Se podría comparar ese año que ocurrió entre los junios de 1955 y 1956 con algún otro período en Argentina?

Con la Batalla de Caseros, 1852. Con los urquicistas fusilando a 220 personas en la quinta de Rosas que estaba en Palermo. Los cuelgan ahí, les cortan la cabeza, y las exhiben. Lonardi en el golpe del 55 dice lo mismo que dijo Urquiza en 1852: “Ni vencedores ni vencidos”.

Me hace pensar en cómo la historia es cíclica, pero que de algún modo va cambiando, mutando. Por ejemplo, se sigue ejerciendo la violencia pero desde otro lado

Sí, simbólica, mediática…

Y ahora esa es la que predomina, que no es la que lo hacía en el 55.

Exactamente, era una violencia más física, más visceral. Hoy asistimos a otro tipo de violencias. Psicológica, simbólica, pero que son muy dañinas. Antes vos tenías en las clases trabajadoras una conciencia, una percepción, una concepción, y a lo sumo te mataban a palos o ibas en cana. Pero hoy se está perdiendo esa conciencia. Hay una dimensión del ser humano que Perón plantea en La comunidad organizada que tiene que ver con lo espiritual, la cuestión de lo intuitivo, de saber sin elaborar mucho lo que está mal y lo que está bien. Eso es lo que se está perdiendo. Cosas que tienen que ver con cuestiones más profundas, más éticas y morales.

Vitale plantea que el movimiento nacional siempre tuvo un problema: la intervención de la derecha y de la izquierda. Cita a Jaureche: “Se pelean afuera, pero están de acuerdo adentro”. “Siempre que irradió hacia afuera lo hizo permeado por las dos ideologías, como pasó con el menemismo –concluye–. Eso pasó porque se va desvirtuando y aparecen interpretaciones que son extremadamente radicalizadas. Es importante volver al pensamiento de Juan Perón, y de quienes hicieron grande al movimiento. Son los que te ponen en eje. No es una doctrina unívoca, pero sí tiene que tener una conducción, no solamente en lo político sino también en lo intelectual, en lo histórico, que te permita construir determinada unidad. Si no, te vas para cualquier lado”.

El acoso escolar en escena

El acoso escolar en escena

Con ocho actores sobre tablas y una propuesta inmersiva, la obra teatral “Bang Bang, estás muerto” ofrece una reflexión sobre la salud mental, tanto para jóvenes como para adultos.

Dirigida por Salomón Ortiz, Bang Bang, estás muerto cuenta la historia de José, un adolescente que mató a sangre fría a sus padres y a cinco compañeros del colegio. A través de un diálogo con las voces de sus víctimas, el protagonista repasa las situaciones que lo impulsaron a tomar esa decisión.

El drama es una adaptación de la obra del dramaturgo William Mastrosimone, inspirada en los tiroteos ocurridos en 1998 en tres escuelas secundarias de Oregón, Kentucky y Arkansas, en los Estados Unidos. Además de intentar descifrar los motivos detrás de ese accionar, el guion examina de qué otras formas se manifiesta la violencia en el ambiente escolar.

El actor Felipe Martínez se luce en el papel de José, un joven atormentado por las voces de sus compañeros que de ahora en adelante acompañarán su vida y la harán un infierno. La forma en cómo gesticula y el uso que hace de su voz terminan de hacer creíble su interpretación y logran que el público empatice con su personaje. “Es el desafío más grande de mi carrera y lo tomo con mucha responsabilidad”, afirma en diálogo con ANCCOM.

Completan el elenco Camila Geringer, Luna Montes, Martin Mazza, Andi Rolón, Laura Mondino, Nicolas Gatti y Ariel Paipa. Todos ellos se complementan entre sí y con sus actuaciones no sólo enriquecen la narrativa, sino que mantienen latente la tensión durante toda la obra. La puesta de escena minimalista y la iluminación tenue cierran el círculo, y logran transmitir de manera perfecta la angustia y desesperación que carcome al protagonista en la celda de la cárcel.

El objetivo de la obra no es encontrar culpables o inocentes, sino poner sobre la mesa problemáticas como la presión por obtener logros académicos, el acoso escolar y la salud mental. En última instancia, es el público quien, luego de ver todas las pruebas, como si fuese parte de un jurado dentro de un juicio, decide quién es la víctima y quién el victimario. “Se muestran las decisiones que toma José y después cada uno juzga si es culpable o no”, cuenta Martínez y concluye: “El teatro está para hacer vivir a la gente una experiencia y que se vayan con un pensamiento distinto sobre la temática”.

 

Bang Bang, estás muerto puede verse los sábados a las 19 en el Teatro Multiescena CPM, Av. Corrientes 1764, CABA. Las entradas pueden adquirirse en la boletería y en Plateanet.

«A muchas personas que hemos crecido con Cuestión de Peso, nos ha cagado la cabeza»

«A muchas personas que hemos crecido con Cuestión de Peso, nos ha cagado la cabeza»

Volvió al aire el programa de televisión centrado en los cuerpos gordos que parecía del pasado. ¿Es el peso y la forma corporal el mejor indicador de salud? ¿Se volvió a legitimar la crueldad? ¿Solo las personas delgadas pueden ser felices?

Hace casi un mes volvió a transmitirse en la televisión “Cuestión de Peso”, el autoproclamado “programa más saludable de la televisión argentina”; su primera edición fue en el año 2006. La propuesta se caracteriza por las escenas en donde los participantes se enfrentan a una balanza y, con música de suspenso, se revela si lograron llegar al objetivo: perder unos kilos.

Parecería que entre tantas plataformas, canales de stream y otras opciones, la televisión debería competir con nuevas fórmulas para recuperar la relevancia que supo tener. Sin embargo, este reality y otros volvieron a transmitirse en los últimos años: Gran Hermano, Masterchef y ahora Cuestión de Peso. El programa no se emitía desde hace cuatro años en cable y siete en televisión abierta. Que ahora vuelva y en su primera semana al aire alcance un promedio de 5.1 puntos de rating invita a hacerse preguntas: ¿Por qué en este momento? ¿La sociedad no había cambiado de intereses? ¿Qué hay detrás de esto?

El periodista Agustin Rey explicó a ANCCOM que “el fenómeno realitys explotó en Argentina en el 2001. Si bien el primero se hizo en el 2000 (Expedición Robinson), es algo que viene con la crisis. Recuerdo que las chicas de Bandana siempre remarcan que el grupo surge en uno de los años más caóticos para el país, pero que la gente necesitó volcarse a otra cosa para que los salve. En su caso fue la música”. Para el especialista, Gran Hermano o Cuestión de Peso son “un reflejo de la sociedad, aunque muchos no se quieran hacer cargo. Furia de Gran Hermano en otra temporada hubiese durado dos galas, pero actualmente la violencia está naturalizada tanto en la vida como en la política y la televisión”.

“Veníamos de una temporada de Cuestión de Peso en que la tuvieron que bajar porque prácticamente no tenía rating. Pasamos de una sociedad, que decía ´Yo ya no miro esto porque no me interesa y no estoy de acuerdo´ a volver con todo como si fuera una gran novedad”, cuenta a ANCCOM Brenda Mato, activista por la diversidad corporal y miembra del Colectivo Gordes Activistas de Argentina. Y agrega: “Nos habla de que como sociedad estamos retomando discusiones que parecían saldadas en un montón de aspectos y sobre todo en materia de derechos. La vuelta de Cuestión de peso marca un termómetro social: estamos volviendo a tener un montón de conversaciones que ya habíamos saldado”.

La salud

“Es el programa de siempre, el Cuestión de peso de siempre, porque el propósito es el mismo: tender un puente a la buena salud”, afirmó Mario Massaccesi, el alto y delgado conductor del programa, en el primer capítulo de esta temporada. El conductor es acompañado por el doctor Alberto Cormillot, quien participa desde su primera emisión en 2006.

El primer programa de esta temporada arranca fuerte: «La obesidad es una epidemia global y el futuro es aún más alarmante. El 13% de las personas con obesidad en el mundo son argentinas».

 El objetivo es detener este flagelo balanza en mano, empezando por los diez participantes de esta temporada. Cada uno de ellos llega al estudio, cuenta su nombre, su peso corporal y su historia. Tras presentarse, lo recibe el equipo de profesionales de la salud formado por el clan de Cormillot: su hijo, su esposa y su nieta. Son ellos quienes le plantean el objetivo que puede reducirse a un número: la cantidad de peso que deben bajar.

Brenda Mato señala un primer problema: “Al hablar de salud utilizan el único indicador que no habla de salud” y explica que la medicina que se corre del discurso médico hegemónico sostiene que el peso en sí mismo no es necesariamente indicador de salud, ya que este depende de muchos factores. Entonces se pregunta, “Si ellos hablan tanto de la salud, ¿por qué no premian cuando se modifican otras conductas o métricas que sí son indicadoras de eso?”.

Según la OMS, la salud es “un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades”. En este sentido, cuenta la nutricionista Irene Schvartzman: “Si quiero evaluar tu estado de salud, puedo preguntarte si tenés análisis de sangre hechos en el último tiempo, cómo es tu alimentación en general, tu relación con la actividad física, si fumás, si tomás alcohol. Fijate la cantidad de preguntas qué podría hacerte. Todas van a estar interrelacionadas entre sí para ver si hay algo que yo pueda hacer para que vos tengas más salud: no tiene nada que ver una balanza”. Y reflexiona: “Mientras nos parezca que el cuerpo delgado es el cuerpo sano, vamos a normalizar programas como Cuestión de peso”.

Desde la perspectiva de Rey, “Cuestión de peso se supo amoldar a la época, quitando pruebas que hoy serían irreproducibles” y explica que “ya no se ríen de lo que se reían antes, no ponen a los participantes en el juego tirándose en una pileta. Por suerte algo cambió”.

Para Mato en esta edición “han tomado parte del discurso activista para después volver a ejercer violencia” y agrega que “es esta dicotomía de que estamos avanzando pero a la vez siempre ellos van a tener la razón”.

La industria de la dieta

La Defensoría del Pueblo de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, sostiene que Argentina es el segundo país con más presencia de trastornos de la conducta alimentaria, que afecta un 29% de la población. El 40% de los casos tiene que ver con la genética y un 60% con cuestiones sociales. Las cifras alertan sobre la necesidad de atender a la salud de una forma responsable y completa, no reducida a una sola cifra.

«Hay mucha plata detrás de una industria que se encarga de decirte que todo lo que sos y lo que hacés está mal y que ellos tienen la solución a todo eso», explica Mato. «Esa es la trampa. Es lo que a ellos les conviene para ganar dinero. Cormillot no solo tiene su programa, también tiene su clínica y su línea de productos light y ultra procesados; esas cosas uno sabe que son las peores.”

Schvartzman coincide: «La industria de las dietas es tremendamente rentable. Es una de las que más plata mueve en el mundo: suplementos, medicamentos, liposucción, cirugías de papada, dietas de todo tipo, actividades físicas. He llegado a ver un tipo de actividad física que era con electrodos en el cuerpo que aumentan el riesgo de deshidratación y problemas renales. Pero bueno, se pierde peso corporal más rápidamente. ¿Qué tiene todo esto de saludable? Para mí, nada».

Como explica la nutricionista, la familia de los Cormillot creó un imperio a partir de la cultura de las dietas: «De hecho, en el programa está toda la familia. Se arma un circo que vende. Es el reflejo de una sociedad resultadista, que busca un número menor y utiliza como indicador un cálculo matemático. Y si no funciona va a buscar otro tipo de intervenciones más drásticas o más violentas que pueda cumplir con el mismo objetivo. Una cirugía bariátrica, por ejemplo, se aplica en personas que tienen órganos sanos. Hay personas que ni siquiera tienen patologías, se hacen una intervención quirúrgica y terminan con consecuencias negativas para la salud mental y física. Pero tal vez, logran una delgadez que nunca lograron, pero está demostrado que las intervenciones al cuerpo en un largo plazo no se sostienen porque se pierde peso corporal al principio y luego se recupera».

“A mí y a muchas personas que hemos crecido con ese programa, nos ha cagado la cabeza”, sostiene Mato y critica una industria de la dieta que hizo furor en los años 90 con nutricionistas famosos como el mismo Cormillot, Ravena y muchos más: «Salían en tapas de revistas y te pasaban las dietas». Mato reconoce también que «si bien hoy puntualmente le pegamos a Cuestión de peso porque está en el aire, no es el único responsable de todo esto. Lo que nos pasa hoy es que queda anacrónico. Si uno pone el contexto en dónde salió Cuestión de Peso, estaba recontra avalado. Era parte de lo que queríamos. Y parte de lo que hoy somos conscientes que no queremos volver a ser”.

Para Rey, “La sociedad va cambiando porque nosotros vamos cambiando en nuestras individualidades. Nadie mira Gran Hermano pero después hace 30 puntos de rating. Es como cuando decían «nadie mira a Tinelli» o «nadie votó a Menem». Ahora por suerte hay un poco más de hacerse cargo que para la distracción no hay programas más y menos cool. Es televisión, entretenimiento, no tienen por qué educar, para eso está la familia y el colegio”, resume polémico.

Espectacularización de los cuerpos

Schvartzman es consciente del rol que tienen los cuerpos en nuestra cultura: “Cuestión de peso es un reality; como tal busca generar audiencia. Con la ridiculización del cuerpo busca que la gente hable. Hay una espectacularización del cuerpo gordo, como si todos los causantes de los males de los participantes fuera el cuerpo gordo. Si ves la historia de los participantes y escuchás la historia de cada quien, lo único que tiene para decir es que el cuerpo gordo es lo que los llevó a fracasar como persona en la vida. Y es la causa de todos sus sufrimientos y cuán distinta sería su vida si pudieran tener un cuerpo delgado”.

“Cuando se habla de todo esto, lo primero que te dicen es: ´Vos le estás diciendo a la gente que no se preocupe por la salud´. No: yo lo que le estoy diciendo a la gente, es que como son están bien. Y que no tienen que cambiar absolutamente nada si no quieren. Pueden reclamar su propia autonomía. A diferencia de toda esta gente que todo el tiempo nos dice lo que tenemos que hacer, lo que desde el activismo le queremos decir a la gente es todo lo contrario: que nadie puede venir a decirles lo que tiene que hacer. Que ellos tienen la total autonomía y potestad de decidir sobre sí mismos”.

 

 

La casa con parlantes cumple 35 años

La casa con parlantes cumple 35 años

Fundada por un grupo de estudiantes de la Carrera de Ciencias de la Comunicación, FM La Tribu celebra su aniversario en el barrio de Almagro. «Lo lindo de nuestra radio es la construcción colectiva», subrayan.

La radio comunitaria FM La Tribu surgió a fines de los años ochenta, en un contexto socioeconómico y político complicado debido a la hiperinflación, en un departamento de tres ambientes en el piso 13 de un edificio de Gascón y Sarmiento. La emisora fue fundada por un grupo de estudiantes de la Carrera de Ciencias de la Comunicación de la UBA, en su mayoría militantes del Partido Comunista, con la excusa de realizar un taller de radio. Por entonces, las radios comunitarias aún no eran “legales”. Recién en 2009, cuando se aprobó la Ley N° 26522 de Servicios de Comunicación Audiovisual, la comunicación comunitaria deja de ser clandestina y pasó a ser reconocida por la legislación.

Desde sus inicios, La Tribu se propuso contar otras historias y ser un proyecto comunicacional que dispute el sentido y construya un modo de decir distinto al conocido. En esta radio se abordan problemáticas territoriales, tanto del barrio como de la ciudad de Buenos Aires e incluso desde una perspectiva federal, reflejando lo que no muestran los medios hegemónicos. Este colectivo no considera a su audiencia como “oyentes” sino como “radioparticipantes”, ya que forman parte de la construcción discursiva de la emisora, es decir que la radio busca interpelar a las personas en tanto ciudadanía activa.

“Lo más lindo que tiene La Tribu es la construcción colectiva. No sólo para hacer un programa de radio se necesitan varias personas, sino para construir este colectivo que tiene talleres, un bar, capacitaciones, un montón de cuestiones que sobrepasan a la radio. Los vínculos que se crean en La Tribu son muy fuertes. Aprender, nunca dejar de preguntarnos cosas, de cuestionar, y la creatividad al hacer cosas que, por ahí en colectivo van más lentas, pero tienen una base mucho más sólida”, afirma en diálogo con ANCCOM Paula Lorenzo, participante de La Tribu.

Lorenzo es parte del programa Charco de Arena e ingresó en el colectivo en los años noventa, mientras estudiaba la Carrera de Ciencias de la Comunicación en la UBA, y sigue hasta hoy. “La Tribu es parte de mi vida. Significa mucho. Fue mi paso hacia la militancia política y social. Gracias a hacer radio comunitaria comencé a relacionarme con un montón de gente, organizaciones, luchas. Si hoy soy quien soy, mucho tiene que ver el colectivo. Lo que rescato es luchar por construir otros mundos posibles”, expresa.

La Tribu reexiste y resiste porque es un sonido y un colectivo que está vivo y que sigue luchando e insistiendo por el derecho a la comunicación. Atravesó gobiernos de todos los colores políticos, inestabilidades como en el 2001 y sucesivos ajustes. “La principal militancia que nunca dejé fue la lucha por el derecho a la comunicación, por una pluralidad de voces, por construir otros relatos, contar otras historias que no se cuentan en los medios hegemónicos e involucrarse en las luchas del pueblo”, agrega Lorenzo.

La Tribu festeja su cumpleaños colectivo este sábado 29 de junio a partir de las 15 con un festival en la calle en su casa de Lambaré 873 (Almagro).Habrá bandas y artistas en vivo: Asterisco el payaso, La Chilinga, Murga la Redoblona, Club Artístico Libertad, Shitstem, Villa Diamante & CH Respira y unx artista sorpresa.

“Invitaría a todas las personas que también creen en la comunicación comunitaria a que nos acompañen. En este momento de crisis y de tanta fragmentación, propiciar este festival en la calle, junto a artistas, organizaciones, va a ser un lindo momento para compartir. Hay que apoyar a los proyectos comunitarios porque nos dan otras miradas e informaciones para armar la propia y tener una actitud crítica. Tenemos que celebrar estos 35 años al aire con alegría, más allá de todo lo que nos está pasando”, concluye Lorenzo.