Cartas desde la cárcel

Cartas desde la cárcel

Se reestrena la obra «Y con esta Luna», basada en la correspondencia de Charo Moreno, una militante uruguaya exiliada en la Argentina, que fue detenida por la dictadura militar.

Vuelve a escena la obra Y con esta Luna, dirigida por la actriz y directora uruguaya, Charo Moreno, quien fue presa política en Argentina desde 1974 hasta 1984. En la obra documental cuatro actrices le ponen voz y cuerpo a las cartas que la militante devenida en dramaturga envió a su madre desde distintas cárceles argentinas.

El golpe militar en Uruguay, en 1973, obligó a muchos militantes a exiliarse en Argentina, como fue el caso de Moreno. Pero un año después resultó detenida en Buenos Aires, cuando tenía 18 años y estaba embarazada. A través de las palabras que le envía a su madre se accede al cotidiano de esa joven y sus compañeras de cárcel. 

La obra se compone con recortes de 140 cartas. Fueron seleccionadas y ordenadas en relación a cuatro ejes: la vida en la cárcel, la política penitenciaria, el sol y su hijo Andrés, quien nació a comienzos del encierro. Cada carta lleva sellada la palabra “censura”, que paradójicamente significa que pasó por el control de los represores antes de ser enviada. Ellos decidían, en última instancia, qué estaba permitido decir y que no.

El título de la obra retrata un momento que se repetía en la cárcel. Entre las compañeras se hacían caballito para que una de ellas pudiera espiar la luna desde una pequeña ventana. Siempre había alguna que se lamentaba “Nosotras acá adentro y con esta luna allá afuera”. Ese gesto resume varios de los temas que se abordan en la obra: el compañerismo, la vitalidad en las pequeñas cosas, la búsqueda de conexión con el afuera y la esperanza. A pesar de tratarse de 10 años de prisión y todo lo que eso implicó, el tono de la obra es optimista. El hecho de que sean cartas dirigidas a una madre, hace que la ternura esté presente en cada palabra.

La puesta en escena

En la primera escena, las actrices dicen a la vez: “La cárcel es la primera escuela de un revolucionario”, frase de Ho Chi Minh, citada en una carta escrita desde la Brigada de Avellaneda. Mariela Lacuesta, una de las cuatro actrices de la obra, en diálogo con ANCCOM y sostiene: “Nuestra maquinaria es como un instrumento que lo afinamos con esa primera escena”.

En la obra se utilizan elementos brechtianos y las protagonistas se sirven del recurso del extrañamiento que provoca ser fieles a los textos. “La actriz está hablando, no está actuando, es la persona la que lo está diciendo”, explica Lacuesta y agrega: “Las cartas se dicen de una manera neutra, no estás comprometiéndote sentimentalmente con lo que estás diciendo”.

Al finalizar cada obra, las actrices y la directora cuentan por qué hoy en día, luego de 9 años de su estreno, consideran importante seguir poniéndola en escena. Esa convicción también es un gesto militante, así como la búsqueda de intervenir en la realidad a través del arte. Lacuesta sostiene que es crucial hacer la obra en este momento, cuando los movimientos de derecha avanzan en todo el mundo. Por su parte, Moreno subraya desde el escenario que ofrece una voz que no está del todo presente en estos tiempos, la de una juventud resistente y optimista, así como las voces de las presas políticas.

Cuando hicieron la obra por primera vez, en 2015, Lacuesta tenía casi la misma edad que cuando Moreno fue detenida. Hoy ya no son las mismas. Para reestrenar la obra, tuvieron que hacer ajustes. “No queremos recrear a esa chica de 18 años, porque no tenemos esa edad, pero sí acercarnos a esa vitalidad de una piba de 18 años que está escribiendo en la cárcel convencida de lo que cree”, explica la actriz.

Comenzaron trabajando a la gorra, buscando llegar a un público amplio. Recorrieron el país, presentándose en distintos teatros y espacios. Incluso fueron a escuelas, donde para muchos chicos significó la primera experiencia de ver teatro, así como también fue conocer esa parte de la historia. “Te enseñan en la escuela sobre el golpe militar, pero no te hablan de los presos políticos”, afirma Lacuesta. En muchas oportunidades, abren el espacio para debatir con el público después de la obra.

“La devolución de la gente fue siempre muy fuerte”, afirma Lacuesta. Recuerda la actriz una vez que ofrecieron la obra en Neuquén; había muchas ex compañeras de cárcel de Moreno en el público que cantaron las canciones a la par de la obra. También rememora una oportunidad en que realizaron la obra en una escuela y los chicos respondieron escribiéndoles cartas. “Es la maravilla del teatro. No sabés qué fibra le va a tocar al otro”, afirma Lacuesta.

Una de las formas más efectivas para que la obra continúe es el “boca en boca”. Y con esta luna puede verse todos los viernes de noviembre a las 21:00 en Área 623, con entradas disponibles en alternativa teatral. Luego de esta temporada la obra se exhibirá Uruguay.

En Uruguay ganó la izquierda pero habrá un balotaje sin claro pronóstico

En Uruguay ganó la izquierda pero habrá un balotaje sin claro pronóstico

Yamandú Orsi obtuvo amplia ventaja pero no le alcanzó para triunfar en primera vuelta. El 24 de noviembre se definirá quién es el nuevo presidente del país vecino.

Yamandú Orsi, candidato a presidente del Uruguay por el Frente Amplio, se impuso en las elecciones de este domingo con el 44,6% de los votos según la proyección de la Usina de Percepción Ciudadana pero no pudo evitar el balotaje, a celebrarse el 24 de noviembre. En la segunda vuelta, se enfrentará al candidato oficialista del Partido Nacional, Álvaro Delgado, que cosechó el 26,9% de los sufragios emitidos.

A su vez, según esta proyección, el Frente consiguió la mayoría en la Cámara de Senadores, mientras que la Coalición Multicolor forjó ser primera minoría en Diputados, integrando todos los legisladores de los distintos partidos en un interbloque.

En los festejos del Frente Amplio, Orsi remarcó que su agrupación fue “la fuerza que más ha crecido”. A su vez, Carolina Cosse, candidata a vicepresidenta, resaltó que “los uruguayos votamos en contra de la inseguridad, la ignorancia y la desigualdad. Habrá una nueva era progresista”.

De todas maneras, el panorama para el Frente Amplio es complejo, ya que entre los candidatos de la Coalición Republicana (Partido Nacional, Partido Colorado y Cabildo Abierto), suman un 44,8% de los votos emitidos, a pesar de que ha crecido un 5% en relación a la elección anterior en 2019.

Por su parte, el candidato a presidente por el histórico Partido Colorado, Andrés Ojeda, obtuvo el 15,5% y el exmilitar y senador nacional Guido Manini Ríos consiguió el 2,4%. Esto indica un balotaje parejo, en el cual el próximo presidente lo definirán los votos huérfanos de los partidos menores. En ese sentido, Manini Ríos afirmó que van a “trabajar por que el candidato de la coalición (Delgado) gane las elecciones”.

En esta línea, la particularidad dentro de la Coalición en esta elección fue el crecimiento del Partido Colorado. Delgado remarcó que habló “con todos los miembros de la coalición durante el día” y que “a partir de mañana vamos a trabajar para el 24 de noviembre”. Ojeda remarcó que “ha cambiado la correlación de fuerzas dentro de la coalición”, por el crecimiento del mismo en relación a la elección anterior. El candidato focalizó su campaña en un discurso basado en que es la “nueva política”, evocando a un cambio de época.

Por otro lado, en paralelo a la elección nacional se realizaron dos plebiscitos para modificar artículos de la Constitución Nacional. Uno era para reformar el Artículo 67 sobre seguridad social, propuesto por el Plenario Intersindical de Trabajadores (PIT) y Convención Nacional Trabajadores (CNT). Este planteaba eliminar la modificación que implementó el gobierno de Luís Lacalle Pou en el que se aumentó la edad jubilatoria a 65, retrotrayéndola a 60, equiparar la pensión por jubilación al salario mínimo y eliminar las Administradoras de Fondos de Ahorro Previsional.

En paralelo, el plebiscito para modificar el Artículo 11, tenía como objetivo permitir los allanamientos nocturnos con orden de un juez, cosa que está prohibida por dicho artículo, el cual marca que nadie puede ingresar a una propiedad privada de noche sin consentimiento del propietario. Ambos plebiscitos no fueron aprobados ya que no lograron superar el 50% de los votos positivos.

 

Aunque no la veamos, Norita siempre está

Aunque no la veamos, Norita siempre está

El CeDInCI inauguró la muestra «Norita Cortiñas a través de su archivo», basada en la documentación personal de la Madre de Plaza de Mayo recientemente fallecida. El legado de una vida de lucha.

Este jueves ese inauguró en el Centro de Documentación e Investigación de la Cultura de Izquierdas (CeDInCI) la muestra “Norita Cortiñas a través de su archivo”, basada en la documentación personal de la madre de Plaza de Mayo recientemente fallecida. Producida por Eugenia Sik, con montaje de Emiliano Álvarez y Rodolfo Marqués, la exposición ofrece un recorrido a través de fotos, cartas, documentos, recortes de prensa, camisetas, entre otros documentos que invitan, una vez más, a ejercitar la memoria.

¿Cuál es la frontera entre la Nora Cortiñas madre militante y su vida íntima? ¿Cuándo asistía a un evento en modo madre de Plaza de Mayo y cuándo iba de forma autónoma? A estas preguntas se enfrentaron quienes reconstruyeron su archivo intentando comprender y mostrar su figura en todas sus dimensiones.

“No queríamos hacer solo una muestra sobre Norita, sino también sobre el archivo, entendiendo que es muy importante difundir el valor de las documentaciones personales que muchas veces no son solamente personales”, sostiene Eugenia Sik en diálogo con ANCCOM. El ordenamiento de su archivo comenzó con conversaciones con la misma Norita, quien le otorgaba gran importancia a su legado: “Valorar estos archivos es una apuesta por la apertura de otros. Fue una de las demandas de Norita y muchos otros militantes: que se abran los archivos del período de la última dictadura militar para saber qué ocurrió con los militantes desaparecidos”.

Al abrir la muestra, desde el CeDInCI recuerdan el acto inaugural de su propio espacio: Norita estaba ahí, como siempre. “¿Cómo se nombraría a Norita en las luchas de hoy?”, se pregunta Ana María Careaga, sobreviviente de la dictadura y una de las panelistas que da comienzo a la exhibición. Ella misma responde: “Sería estudiante, jubilada, trabajadora. Si bien ya tenemos acceso a muchos de sus registros, acceder a este archivo inédito es una forma de ponerla en diálogo con nuestro presente histórico de manera novedosa».

Tratándose de un archivo inmenso, las curadoras decidieron abordar cuatro recorridos para su selección. Uno de ellos se centra en la tensión entre lo personal y lo político, destacando su intimidad, por ejemplo, como trabajadora del sector de costura.

“Queríamos mostrar a Norita de vacaciones, porque también queremos ver esa Norita que todos conocemos y admiramos por la vitalidad y humor que irradiaba”, cuenta Sik. Este recorrido refleja su vida cotidiana y la irrupción del terrorismo de Estado que desapareció a su hijo. “También mostramos algunos afiches en contra de las madres. Hay uno muy intimidatorio y que resuena mucho en la actualidad, que pone hasta la dirección de la casa y entre otras cosas, la acusa de mala madre. Esas cosas que hoy en día, también se han transformado en algo muy común”, alerta Sik. Otro eje de la muestra se centra en el papel de las madres. Y el último explora cómo Norita fue construyendo su agenda autónoma, su relación con los feminismos, con los movimientos de trabajadores campesinos, las luchas socioambientales, otros colectivos de familiares en otras partes del mundo.

Este año se terminó la etapa de ordenamiento del archivo; estaba previsto que estuviera Norita en la exhibición. “Ahora la muestra adquiere otro sentido: honrarla y también en este contexto de crueldad se pone en agenda tantas causas por las que Norita luchó”, sostiene Sik.

La exhibición estará disponible de lunes a viernes, de 10:00 a 19:00 hasta febrero de 2025. Se encuentra en la sala de exhibiciones Clément Moreau del CeDinCI, ubicado en Rodriguez Peña 356.

 

Borges, Cortázar y María Elena Walsh, vistos por Sara Facio

Borges, Cortázar y María Elena Walsh, vistos por Sara Facio

Con el objetivo de celebrar la trayectoria de la fotógrafa fallecida en junio de este año, se presenta la última exposición aprobada por ella, que incluye imágenes inéditas de su vida y obra.

La Fundación María Elena Walsh, en colaboración con la Secretaría de Cultura de Vicente López, despliega a lo largo de cuatro salas un homenaje a la fotógrafa argentina Sara Facio, que se podrá recorrer hasta el 9 de noviembre en Quinta Trabucco.

La muestra, curada por sus amigas Graciela García Romero y Silvia Mangialardi, reúne una cuidada selección de su vasta obra, poniendo en diálogo a figuras como Borges y Cortázar y revelando imágenes de su vida junto a Walsh.

En diálogo con ANCCOM, Romero y Mangialardi comparten detalles sobre el proceso de selección de fotos, la historia detrás de retratos inéditos y lo que esperan que los visitantes se lleven de la obra de una artista comprometida con capturar la esencia humana.

¿Cómo surgió la idea de la muestra?

Silvia Mangialardi: Sara estaba por cumplir 92 años y teníamos ganas de festejarlo haciendo algo especial. Justo coincidió con que a Graciela le habían propuesto desde Quinta Trabucco hacer una muestra y fue ahí que se nos ocurrió armar esta idea. Se demoró la inauguración por unos problemas eléctricos que hubo en la Quinta y en el medio de esa espera por solucionarlos falleció Sara, así que lo que iba a ser un festejo por sus 92 años se convirtió en una muestra homenaje. Igualmente llegamos a mostrarle cómo lo íbamos a presentar y nos dijo que era el mejor regalo de cumpleaños.

Graciela García Romero: Sí, además Sara sabía que era la última muestra y sentía que ésta la honraba. Cuando la vio, nos dijo que estaba orgullosa y emocionada porque además de ser un reconocimiento, tenía el plus de que lo estábamos haciendo nosotras. No es que la armó cualquier curador, sino que venía de sus amigas. La muestra es un planteo que pone en valor su obra y que, si bien ella la llegó a ver, la elección de las fotos fue nuestra. Sarita lo único que hizo fue darnos el visto bueno, como en general hacía con otras curadurías que no fueran suyas. En general, siempre fue muy respetuosa de cualquier curador que se acercaba y le proponía una idea. Nunca la escuché criticar ni tratar de cambiar nada.

¿Cómo fue el proceso de selección de las fotos?

SM: Como la obra de Sara es muy amplia, decidimos tomar algunos puntos que merecían destacarse. Hicimos una edición absolutamente acotada porque a lo largo de toda su trayectoria ha tomado fotos de muchos escritores, cantantes e incluso figuras políticas como Perón. Quisimos hacer algo del orden de lo íntimo y que fuera apropiado al espacio de Quinta Trabucco.

GGR: Para armar la muestra empezamos trabajando con los planos de la sala. Hay una que lleva el nombre del escritor Jorge Luis Borges, con lo cual fue casi obligada la idea de trabajar con las fotos que Sarita le hizo. Se nos ocurrió como una idea interesante hacer dialogar esas imágenes con las que le tomó a Julio Cortázar, por ser exponentes de distintas épocas. De hecho, cuando los visitantes entran, se encuentran con la imagen de los dos escritores sentados en el living de sus propias casas, al lado de la ventana, reflejando la idea de querer recibir a quien los visita.

¿Hay fotos inéditas en la muestra?

GGR: Sí. Mucha gente cree que son las de Borges, porque se sorprenden de verlo hablando por teléfono o dictándole a la asistente, pero en realidad las inéditas son las que aparece María Elena Walsh y la vida de ellas dos. Particularmente hay una muy especial que es del primer viaje que hacen juntas a Mar del Plata que muestra la complicidad que tenían. La imagen es picada de arriba y se ve a María Elena de joven, con un abrigo y la felicidad de ese amor que recién empieza. En ese sentido, nos pareció que estaba bien dedicar una sala al vínculo de pareja entre ellas dos y mostrar a través de los retratos casi 40 años de relación. Aunque no son de galería, se ve en esas fotos de estudio la habilidad que tenía Sara con el retrato.

SM: Además es interesante porque representa muy bien su estilo. Sara decía que ella no quería ser una paracaidista, sino que quería fotografiar lo que ella sentía, lo que estaba cerca y lo que quería. Haber podido investigar su archivo sin dudas fue toda una aventura. 

¿Qué es lo que hace única a la mirada fotográfica de Sara?

SM: Creo que hay cosas que no se pueden definir. Lo que sí puedo decir es que Sara logró hacer que su estilo sea reconocible. La no-pose, el cuidado en el laboratorio y el acercamiento a los temas son cuestiones que uno ve y sabe que son de Sara.

GGR: Se nota en sus fotos que el paisaje que le interesaba era el ser humano y buscar la esencia de la persona retratada desde un lugar estético. Ella siempre se preocupaba de que estuviera feliz y cómoda.

¿Qué enseñanzas les dejó su vínculo con Sara? 

SM:  La idea de hacer lo que uno cree que tiene que hacer y no darle importancia a lo que los demás piensen. Sara hizo siempre lo que quiso, cuándo y cómo quiso y trabajó muchísimo por los demás, pero sin preocuparse demasiado por lo que pensaran de ella.

GGR: Sara era como una flecha, desde que nació supo quién iba a ser y nada la detuvo. Por ejemplo, para llegar a este punto de mi presente tuve que atravesar varias situaciones y Sara fue la persona que más me ayudó a enfrentarme con mi destino.

¿Qué esperan que los visitantes se lleven de la exposición? 

SM: Me gustaría que se queden con la emoción de mirar el mundo desde los ojos de Sara. Que la puedan sentir a ella y su amor por la fotografía.

GGR: Yo querría que pudieran reconocer y distinguir a Sara del resto. Me gustaría que los jóvenes sobre todo se lleven la pasión, que era una característica de la vida de Sara. Ella cuando iba al estudio no lo hacía por obligación sino por la gran pasión que sentía por lo que hacía. Tanto por las fotos como por la edición, la gestión y por los libros. También me gustaría que los ayude a formarse estéticamente. Siento decirlo, pero cuando Sara llegó a tener una cámara en la mano, ya tenía una formación en la plástica como creo que ningún fotógrafo tuvo y eso se notaba en sus fotos. Por último, ojalá la muestra aporte en la pregunta por la identidad, porque Sara tenía una noción de país y un amor por la patria increíble.   

La muestra “Sara Facio: soy fotógrafa argentina” se puede visitar de manera gratuita en Quinta Trabucco (Carlos Francisco Melo 3050, Florida) de martes a sábados de 10 a 18, hasta el 9 de noviembre inclusive.

De autómatas, zombies y humanos danzarines

De autómatas, zombies y humanos danzarines

“Vivimos desconectados de nosotros mismos, de los demás y de la Tierra”, plantea Valentina Camus, directora de Electrocardiograma, un largometraje coreografiado en el que su protagonista rompe con su rutina gracias a un corazón que le cae del cielo.

Bailar puede ser un medio para redescubrir la autenticidad y liberar las expectativas sociales. Eso parece sugerir Electrocardiograma, el largometraje dirigido y coreografiado por Valentina Camus: su personaje, Alexis, se encuentra con un corazón que le cae del cielo mientras espera el colectivo para ir a trabajar, y el suceso la lleva a experimentar una transformación que la saca completamente de la rutina. La película se convierte así en una reflexión sobre la deshumanización en la vida moderna, planteando que la transformación personal no solo es posible, sino necesaria en un mundo que a menudo impone un ritmo que desconecta a las personas de sí mismas y de los demás.

Camus nació en 1995 en Viña del Mar, en la Región de Valparaíso, pero a sus 18 años se mudór a Buenos Aires, y cuenta que cuando iba a la escuela artística, y se encontró con la materia de Filosofía, comenzó a preguntarse sobre los grandes existencialismos humanos, las grandes preguntas de la humanidad y la filosofía en sí. Cuenta que de ahí surgió un enojo relacionado al dibujo del corazón, ya que para ella, es simple en comparación con su imagen anatómica. En el filme, que podrá verse hoy en el cine Gaumont, el corazón anatómico tiene un rol central para Alexis, en palabras de Valentina, el corazón la lleva a reflexionar sobre lo que significa este órgano para el ser humano y cómo se relaciona con el amar, el deseo, los vínculos y como el ser humano además de amar, sufre. 

La directora cuenta que al primer fotograma del storyboard -una chica que espera un bondi y le cae un corazón del cielo- ya lo había imaginado en Chile, como un hallazgo fortuito, algo aleatorio que no tiene mucha información y es así como inicia la película.

¿Creés que, como Alexis, muchas personas viven en “automático”, atrapadas en rutinas sin cuestionar lo que realmente sienten o quieren?

Alexis, en parte, soy yo, somos todes quienes vivimos en un mundo que nos automatiza, que nos hiperproductiviza. Hay un ritmo de vida citadino —al menos puedo hablar desde este lugar—, que te chupa los rasgos vitales, ¿no? Te vuelve un poco un zombi. Y por eso el corazón. Lo vivo contrasta con algunos transeúntes, por ejemplo los personajes que están esperando el colectivo o que aparecen en la escalinata, que están como muertos por dentro. El ser humano, con su forma de civilización, nos lleva a este automatismo, a estas rutinas, a no cuestionar, a repetir: al autómata. De hecho, cuando estábamos investigando las consignas coreográficas, desde el casting incluso, la pregunta o la investigación que hacíamos era: ¿cómo sería el movimiento de un autómata? ¿Cómo se mueve un autómata? Esta película, además de expresar inquietudes por la danza y la figura del corazón, está impulsada por muchas preguntas sobre la humanidad y sobre cómo nos estamos llevando al colapso, la destrucción climática pero también social.

En un momento Alexis pierde su corazón para encontrar su propia danza: ¿es una metáfora de desprenderse de las expectativas sociales y los automatismos para poder ser realmente libre?

Sí, puede leerse así: a esa danza la llamamos “la danza salvaje”, porque Alexis es un personaje con una personalidad sobreadaptada. Literalmente se ve al espejo y se ve de verdad. Se quita esa máscara de persona que nunca decidió por sí misma, que se dejó llevar por lo que debía hacer. El impacto de este yo que no tomó su deseo frente a su verdadero yo es tal, que experimenta algo cercano a un brote psicótico, pero lo expresa a través de la danza, como si «se volviera loca».

¿Creés que hoy muchas personas solo “bailan” siguiendo el ritmo impuesto por la sociedad, sin encontrar su propio paso?

La película habla de bailar como una manera de acercarte a tu propio cuerpo, a tu propio territorio, de empoderarte, de entenderte, de escucharte. La película también surge de un gran amor por la danza, ese gran amor que sentí cuando empecé a bailar y cuando decidí dedicarme a esto. Hablo un poco de ese proceso, de cómo la danza te abre paso, te acerca un poco más a las personas y a lo humano. Y cómo acercarte a tu cuerpo es volver a ser un poco más humano después de tanto cubículo, tanta oficina, tanto transeúnte, tanto habitar ciudades que no duermen, que van de un lado para el otro, que comen comida chatarra, que utilizan plástico para todo, que dependan del planeta Tierra, que no entienden de dónde vienen los frutos, verduras y granos que comemos. Acercarse al planeta es acercarte a las olas del mar, entender que vamos y venimos de la Tierra, comprender que hay un corazón que palpita dentro, que hay otras personas que también tienen sus corazones, que hay otros seres vivos con los que coexistimos. Y, en el fondo, entender que la salida a este colapso no es individual, es colectiva.

¿Tuviste alguna experiencia personal que te inspirara para contar esta historia? ¿Hay algún momento en tu vida en el que hayas sentido que estabas en automático y algo te sacudió, como le pasa a Alexis?

Es un collage de experiencias. Algunos de esos elementos son los cuestionamientos sobre el ser humano, sobre el colapso climático, sobre cómo el ser humano está llevando su vida hoy en día y cómo eso impacta en la Tierra. También me inspiró el amor por la danza, ver a mis colegas —mis compañeros y compañeras de la universidad pública en ese momento— bailar y pensar: qué hermosos y talentosos son. Sentí la necesidad de admirarlos y de querer decir: «A esto hay que registrarlo, hay que juntar fuerzas y hacer algo juntos».

La película toca el tema de la desconexión. ¿Hoy estamos más desconectados de nosotros mismos, aunque estemos todo el tiempo conectados a otras cosas?

Hoy estamos súper desconectados, es como una mamushka de desconexiones. Primero, está la desconexión entre lo que uno realmente quiere y las elecciones que hace en la vida, el verdadero deseo, y cómo se nos ha impuesto una manera de ser, de comportarnos, e incluso de identificarnos. Por ejemplo, el binomio hombre-mujer, o la idea de que hay que casarse dentro de esos dos géneros. Incluso dentro del mundo LGTBIQ, se reproducen algunas dinámicas donde se espera que uno se identifique con el género asignado al nacer, que elijas cierta carrera, que alcances cierto estatus, que bailes de cierta manera, escuches una música específica o te vistas de una forma particular. Esta desconexión nos separa de nosotros mismos y de los demás. Ni hablar de la desconexión social y colectiva, de la falta de comunicación con quienes nos rodean, de la incapacidad de conectar realmente, no sólo a nivel físico o superficial, sino a través de una mirada o un contacto auténtico. Y si seguimos abriendo esa matrioshka, la desconexión se hace más grande. Se trata de una desconexión con la tierra, con no ser conscientes de que la comida no aparece mágicamente en el supermercado. Esta manera de vivir tan alejada de la tierra es la que nos está llevando al colapso.

Electrocardiograma se proyectará hoy a las 20.15 en el Gaumont, Rivadavia 1635. En la previa, a las 19.30, se realizará una performance alusiva.