Todos los libros, el libro

Todos los libros, el libro

Se presentó en el auditorio de la Facultad de Ciencias Sociales el Vocabulario crítico de las Ciencias de la Comunicación, un volumen que reúne escritos de 139 académicos, docentes y periodistas de la Carrera de Ciencias de la Comunicación que funciona como un caleidoscopio en el que se despliegan conceptos, lenguajes, géneros, soportes, identidades y tantos asuntos más.

Es semana de elecciones en la Facultad de Ciencias Sociales y el movimiento ya normalmente ajetreado de las tardes se convierte en frenético. En la entrada te reciben militantes con remeras de distintos colores para entregarte una colección de folletos de promesas de un mundo mejor; para luchar contra el FMI y también lograr tener papel en el baño de la facu –ambos difíciles de lograr–. En la calle, la bicisenda está bloqueda por una parrilla improvisada donde marchan chorizos y hamburguesas a precio amigo. La plaza seca o conversodromo Nicolás Casullo –su nombre oficial– aloja a un grupo de jóvenes que bailan al ritmo de una cantante que no se sabe si desafina por la calidad del audio o por falta de talento. Los pasillos colapsados alojan a amigos y compañeros de cursada, que se saludan con entusiasmo y charlan sobre las materias. La corriente hormigueante de los alumnos para entrar a las aulas te arrasta hasta el corazón del edificio: el auditorio. Esta imponente sala amarilla, alojó el miércoles 28 de agosto la segunda presentación de Vocabulario crítico de las Ciencias de la Comunicación, una especie de diccionario de conceptos clave del área donde colaboraron académicos y académicas emblemáticas

Vocabulario…, que fue presentado por primera vez en la Feria del Libro en mayo de este año, es un exitoso intento de darle voz a la comunidad de las Ciencias de la Comunicación. Los coordinadores del volumen, el vicedecano de Ciencias Sociales Diego de Charras, la directora de la Carrera de Ciencias de la Comunicación Larisa Kejval y la profesora Silvia Hernández, nuclearon a 139 autores, eminencias de la comunicación, para armar una publicación tan novedosa como necesaria: 114 entradas que comprenden un amplio abanico de temas relacionados con la comunicación, desde los vínculos entre sociedad, medios y tecnología a los lenguajes y las significaciones, pasando por las relaciones entre procesos culturales, identidades, política y economía.

Esta segunda presentación se propuso hacer foco no tanto en la forma en la que se compiló el libro, sino en presentar algunas de las lecturas que surgieron de él, y de ahí el nombre del evento: “Lecturas del Vocabulario, memorias de la carrera”. En el panel participaron seis de los colaboradores: Christian Ferrer, Santiago Gándara, Alejandro Kaufman, Stella Martini, Jose Luis Petris y Silvia Hernández (estos últimos dos en representación de Oscar Steimberg y Mónica Petracci, respectivamente).

Sumados a las personalidades del panel, Damián Loretti, Ricardo Forster, Washington Uranga, Pablo Alabarces, Sandra Carli, Marita Soto y María Rosa del Coto son otros de los prestigiosos nombres de los investigadores que participaron como autores.

Kejval dirigió el evento y afirmó que esta presentación pretendía ser “doméstica, como en casa”. Rescató también el rasgo plural de Vocabulario…, que convivan en él diferentes posturas y corrientes de pensamiento, sin una bajada global. Como si fuera una foto de la actualidad de esta particular área de conocimiento; con sus contradicciones, avances y problemáticas actuales que la atraviesan, desde lo social y lo económico hasta lo estatal. Siguiendo a Kejval en la apertura de la charla, el sistema universitario se encuentra en crisis y las conversaciones que se dan reflejan ese impacto. Las ciencias no son herméticas a lo que pasa en lo social y el libro, en su interior y como acto político, da cuenta de eso.

«El Vocabulario…es un albergue transitorio para la pasión por el saber. Esta pasión es mucho más fuerte que el sexo y más duradera, es lo que nos nuclea a todos acá, lo que hace que un estudiante pase horas estudiando para un final”, cerró Ferrer en tono jocoso y despertando risas en el público.

Christian Ferrer, sociólogo, ensayista y profesor, afirmó en el panel: “El libro es algo excepcional. Es difícil lograr que estén todos juntos a pesar de las diferentes corrientes epistemológicas y los egos. Generalmente las cátedras son como islas y es difícil armar comunidad. Eso es motivo de celebración”. En este sentido, el académico puso énfasis en la necesidad de proyectos de diccionarios que estén “en movimiento”, que abran a debate y no que busquen definiciones definitivas: “Todo diccionario es provisorio”, dijo. De esta manera los conceptos están vivos en cuanto y en tanto son discutidos en clase, en el espacio del aula. Vocabulario…“es un albergue transitorio para la pasión por el saber. Esta pasión es mucho más fuerte que el sexo y más duradera, es lo que nos nuclea a todos acá, lo que hace que un estudiante pase horas estudiando para un final”, cerró Ferrer en tono jocoso y despertando risas en el público.

Stella Martini, doctora en Ciencias Sociales y profesora en la carrera de Ciencias de la Comunicación, hizo énfasis en la decisión de nombrarlo «Vocabulario crítico» y no «diccionario técnico”. Siguiendo a Martini, “el Vocabulario…es un rompecabezas, es más abierto y menos impositivo”. A diferencia de un diccionario, que es un sistema cerrado, Vocabulario crítico remite más a términos de uso en el ámbito de una comunidad hablante y que además se entiende a sí misma como crítica.

En un tono más emotivo, la investigadora declaró que el compilado “hila una tradición de la facultad, de los compañeros contemporáneos, pero también de los que estuvieron en la fundación de la carrera hace más de 35 años; como Nicolás Casullo, Sergio Caletti o Margarita Graziano, entre otros”.

Por su parte Santiago Gándara, licenciado en Comunicación, docente de la Universidad de Buenos Aires y referente del sindicato docente AGD-UBA, dedicó tiempo de su discurso para explicar que el proyecto consolida intentos anteriores de unificar ciertos conceptos. “Todos hemos pensado alguna vez en la elaboración de un diccionario, hubo intentos de algunas cátedras que procuraron llevar adelante ese proyecto hacia el interior de la cursada, pero que finalmente terminaron decayendo”. En su mirada, Vocabulario… es la materialización de una idea que flotaba en el aire, que estaba presente en algunas cátedras y profesores. “Celebramos la iniciativa de una recopilación general”, cerró Gándara.

Por último Alejandro Kaufman, profesor universitario, crítico cultural y ensayista, remarcó la posición política que ocupa el libro. “Pensando en la estatalidad, Vocabulario… es un acto de gobierno”, manifestó. Corriéndose de las definiciones exclusivamente administrativas que circulan hoy en día sobre lo estatal, la posibilidad de un libro así pone de manifiesto una gestión de la facultad donde “el saber tiene un lugar indiscutido. Es un acto de gobierno universitario, es un acto de saber más allá de lo administrativo”, concluyó Kaufman.

Vocabulario… no se limita a ser un documento estático, sino que se propone como una obra en constante movimiento, abierta al debate y a la reflexión continua. Es, en esencia, un puente entre las diferentes generaciones de comunicadores, uniendo a los fundadores de la carrera con quienes hoy se forman en sus aulas, y asegurando que el conocimiento siga siendo una herramienta viva y dinámica, adaptada a los tiempos que corren.

Diez años de reclamos y la policía sigue gatillando fácil

Diez años de reclamos y la policía sigue gatillando fácil

Familiares de víctimas de violencia institucional se congregaron una vez más al pie de la Pirámide de Mayo para pedir justicia. La X Marcha Nacional contra el Gatillo Fácil fue acompañada por distintas agrupaciones de derechos humanos.

“La policía está para cuidar la vida de todos, incluso del que delinque”, sentencia Oscar Escobar, padre de Camilo Caupolicán Escobar, joven asesinado en 2019 por un policía encubierto por la Ciudad de Buenos Aires, quien lo abatió por la espalda cuando intentaba escapar de una redada en la calle. “El gobierno gasta mucho dinero en armas, en elementos para reprimir, y no pone una moneda para recuperar a nuestros chicos, sobre todo de los barrios más vulnerables, que están destruidos por la droga”, subraya mientras participa de la X Marcha contra el Gatillo Fácil, organizada por familiares de víctimas de la violencia institucional.

La Pirámide de Mayo se vio envuelta de globos negros y carteles con la foto de los jóvenes fallecidos. Una hora antes de que comience el acto ya se podía avistar un ambiente colaborativo entre las familias de las víctimas. Los saludos iban siempre acompañados de un sentido abrazo, una suerte de sostén mutuo entre hogares diezmados por el accionar de las fuerzas de seguridad. Algunos inflando globos, otros colgados de las rejas que rodean el monumento, fijando carteles y pasacalles que recuerdan el nombre de algún hijo, hermano o amigo que ya no está.

Emilia Vasallo, madre de Pablo “Paly” Alcorta, fusilado de un tiro en la cabeza por un efectivo policial que luego resultó absuelto de la causa, señala: “Es una lástima no poder marchar, pero preferimos hacer una concentración en esta plaza para preservarnos de la represión que podría surgir. No queremos a nadie preso por protestar, como ocurrió en la movilización contra la Ley Bases”. Según ella, el sistema judicial está diseñado para encubrir a los funcionarios estatales: “Nunca se van a tirar entre pares. En el caso de mi hijo, el fiscal encubrió la causa. Desaparecieron los videos de las cámaras de seguridad”.

“El gobierno gasta mucho dinero en armas para reprimir y no pone una moneda para recuperar a nuestros chicos, destruidos por las drogas», sentencia Escobar.

La jornada comenzó con actuaciones en vivo de diferentes artistas musicales. Sonaron chacareras, cumbias y rock & roll con letras de protesta. La más aclamada fue “Sr. Cobranza”, canción que popularizó la banda Bersuit Vergarabat durante el gobierno de Carlos Menem. Entre bombos y repiques, también se entonaron canciones populares de protesta:. “Ya vas a ver, las balas que vos tiraste van a volver”, cantaron los familiares a viva voz, y con lágrimas en los ojos.

Este año, una consigna que sostuvo la Marcha Contra el Gatillo Fácil es el rechazo a la baja de edad de imputabilidad, proyecto impulsado por distintos sectores del oficialismo en el Congreso de la Nación. En línea con esto, Inés Alderete, referente de la organización y madre de Marcos Acuña, otra víctima del gatillo fácil en el año 2015, remarcó en su discurso que “Ningún presidente, desde la vuelta de la democracia, tuvo una propuesta para sacar a los pibes de la calle, una madre se merece poder ver a su hijo arrepentido, poder mirarlo a los ojos y perdonarlo por lo que haya hecho”.

Pantalla grande y bonaerense

Pantalla grande y bonaerense

Bajo el lema “la diversidad nos une”, comienza una nueva edición del festival de cine que busca insertar a la Provincia de Buenos Aires en el plano internacional. Estrenos exclusivos y más de 200 proyecciones.

Impulsado por el Instituto Cultural bonaerense, vuelve el Festival Internacional de Cine de la Provincia de Buenos Aires (FICPBA). Esta segunda edición, que se realizará en La Plata entre el 4 y el 14 de septiembre, busca poner en diálogo la identidad, la soberanía y la diversidad audiovisual. “No es una política que se ha decidido en un escritorio y de manera cerrada, sino que tiene que ver con la defensa de la cultura como un derecho”, sostiene Florencia Saintout, presidenta del Instituto.

En un contexto signado por políticas que desfinancian la cultura nacional –como la eliminación de la cuota de pantalla para el cine argentino y el cierre de la plataforma Cont.ar–, la cineasta Paula de Luque se enorgullece de poder llevar adelante el festival que funciona como una celebración cinematográfica de la identidad bonaerense. “Estamos defendiendo nuestro espejo, quiénes somos”, afirma la directora del FICPBA. Frente a medidas que atacan el patrimonio audiovisual, la proyección de 228 obras –que incluyen largo, corto y mediometrajes– durante 197 funciones, busca demostrar que la cultura juega un rol importante en la construcción de la identidad personal.

Una de las propuestas que mejor ilustran el espíritu del festival es “Cine al Barrio”, un proyecto que acerca a los territorios populares las herramientas audiovisuales para narrar su visión del mundo y ser protagonistas de su propia historia. El objetivo del ciclo es que las grabaciones sean incluidas en la programación del festival ya que “es una política que permite hacer cultura y no sólo verla”, asegura De Luque.

El FICPBA también contará con un conversatorio en el que diversas figuras destacadas del ámbito cinematográfico nacional podrán discutir y debatir el porvenir de la industria audiovisual. El ciclo de entrevistas estará a cargo del periodista y crítico de cine Lisandro Gambarotta y tendrá la presencia de Adrián Suar, Pablo Echarri, Julieta Díaz, Selva Almada, Demián Rugna y Marcelo Figueras. Además, más de 500 alumnos de diversas universidades públicas bonaerenses tendrán la posibilidad de asistir al segundo Encuentro Provincial de Estudiantes de Cine que incluye actividades, charlas y formaciones. El evento tendrá lugar en el Centro Provincial de las Artes Teatro Argentino el próximo 5 y 6 de septiembre.

La novedad con respecto a la última edición viene con la incorporación del Mercado Internacional de la Industria Audiovisual de la Provincia, un espacio que busca facilitar la concreción de acuerdos de coproducción internacional. Del 5 al 9 de septiembre, los profesionales de cada sector podrán participar de mesas redondas y conferencias especializadas con el objetivo de promover la integración cultural entre países. “El FICPBA está armado para que la provincia de Buenos Aires dialogue con las cinematografías del mundo”, asevera De Luque.

Sesenta salas –20 más que la última edición– proyectarán la programación en distintos municipios bonaerenses de manera gratuita. Durante el festival, tendrán lugar la Competencia Internacional Largometraje Ficción (CILF), Competencia Largometraje Bonaerense (CLB) y Panorama Argentino (PA), entre otras. Además, habrá secciones especiales como Mujeres y Disidencias, Ventana Bonaerense y Panorama Internacional. Participan películas de más de 43 países, entre los que se encuentran Alemania, Canadá, Chile, Egipto, España, Francia, Indonesia, Singapur y Tailandia.

Entre los 45 estrenos internacionales se destacan Cidade; campo, de la realizadora brasileña Juliana Rojas, y Mãos no fogo, de la portuguesa Margarida Gil, ambos exhibidos en el Festival de Berlín y que ahora tendrán su premiére argentina en el FICPBA. También habrá espacio para homenajear a personajes célebres de la identidad nacional con la presentación de Norita, el documental que narra la vida de la entrañable Madre de Plaza de Mayo Nora Cortiñas y Había una vez un mago, la obra que en formato de entrevista que recorre de manera sensible la relación entre el afamado director Leonardo Favio y su hija María Salomé.

La programación completa del FICPBA se puede ver en la página web del Instituto Cultural de la Provincia de Buenos Aires. La entrada a todas las proyecciones es libre y gratuita.

“Muchas generaciones han luchado por un mundo mejor”

“Muchas generaciones han luchado por un mundo mejor”

En “Tiempo largo y jodido. ¿Qué quieres que te diga?”, el militante revolucionario peruano Ricardo Napurí, quien acaba de cumplir 99 años, cuenta su vida, desde su llegada a la Argentina en 1948, hasta sus encuentros con el Che Guevara y con Hugo Chávez. Un documental histórico para pensar el presente.

En 2019, el cineasta Hugo Alfredo Lescano y el periodista Carlos Rodríguez se encontraban inmersos en una investigación para un documental sobre François Chiappe, un terrorista francés que residió en Argentina en la década del sesenta. Para ello, fueron a la casa de Ricardo Napurí, de 94 años, suponiendo que él podría brindar testimonio acerca de aquel personaje y de la época.

“Ese no es mi tema”, respondió Napurí al ser consultado por el periodista. Pero, a cambio, comenzó a relatar algo que sí conocía, su historia como militante revolucionario de Praxis, el movimiento juvenil marxista fundado por el abogado e intelectual Silvio Frondizi, hermano del expresidente Arturo Frondizi, asesinado en 1974 por la Triple A.

Al escuchar la frase inicial de Napurí, Lescano dio la orden para que las cámaras no corten y sigan rodando. Sabía que se había encontrado con un personaje especial y su documental viró hacia él: “Lo que está empezando a contar este hombre es alucinante”, rememora Lescano.

Tiempo largo y jodido, ¿qué quieres que te diga?, así se tituló, finalmente, la película dirigida, guionada y producida por Lescano. “En ese momento, le hicimos una entrevista que duró más de dos horas. Al poco tiempo, cuando queremos volver para retomar este documental, ocurre la pandemia. Estuvimos hasta 2021 sin poder tener contacto directo con él. Ni bien se pudo, ese año, volvimos y retomamos el trabajo”.

Realizador, autor y docente, Lescano registró dos entrevistas al peruano Napurí, en las que este cuenta su vida, desde sus orígenes como aviador militar en su tierra natal, incluida su negativa a bombardear compatriotas civiles durante el golpe de Estado al gobierno modernizador de José Luis Bustamante y Rivero en 1948. Hijo de madre argentina, Napurí llegó a Buenos Aires expulsado por la Fuerza Aérea peruana y aquí se convirtió en uno de los discípulos de Silvio Frondizi, líder del Movimiento Izquierda Revolucionaria (MIR-Praxis).

Este mes, Napurí cumplió 99 años. En el largometraje brinda testimonio de su larga experiencia en una Latinoamérica convulsionada por revoluciones y por el surgimiento de referentes de la política regional que le permitieron tener un vínculo prematuro con eventos como las guerrillas peruanas, la Revolución Cubana, y hasta ser quien le acercó bibliografía de Trotsky al Che Guevara. El documental pone sobre la mesa conversaciones y reflexiones sobre la vida política en América latina y la circularidad y persistencias en el presente.

“Me identifico con lo que dice la película, más allá de cualquier matiz que pueda haber, es el mensaje que quiero dar a través de un hombre que vivió, que es protagonista de la historia. No es un profesor de la facultad o un historiador el que nos está contando la historia, lo está contando el propio protagonista. Y lo que él dice es comprobable y se puede corroborar”, afirma Lescano, quien realizó, junto a su equipo de producción, una investigación para recabar un sinfín de material de archivo que acredita las vivencias de Napuri, como su nexo con Frondizi, su reunión con el Che Guevara y su intervención en el programa televisivo del expresidente Hugo Chávez, Aló Presidente, el mismo día que Diego Maradona visitó esos estudios.

Resulta destacable cómo Lescano resolvió el giro del enfoque de su documental, que le dio material en crudo para más de tres horas de película –la última versión quedó en 81 minutos–, y el título de la obra. “La edición no fue fácil, porque tenía como base los dos reportajes, él hablando, y eso puede servir para un archivo, para que vaya gente y consulte quién era Ricardo Napurí. Pero como vengo del cine de ficción, me gusta también contar una historia. Entonces tomé todo lo que él había dicho y ahí recién hice el guion”, detalla Lescano, a la vez que refiere que introdujo animaciones hechas por su hijo, Juan Gabriel Lescano, editor del filme, que ayudaron a darle un respiro a la historia y al relato.

Respecto al título, Lescano aclara: “Fue toda una decisión, porque es el antitítulo comercial, es largo, y hay una pregunta. No me importa, porque me parece que es lo que quiere expresar la película: que hay un tiempo largo y que es jodido. El ‘¿Qué quieres que te diga?’ es lo que está diciendo él… Entonces no me importó”.

Antes del estreno de prensa, Napurí pudo ver la película y Lescano, al recordarlo, sonríe: “Tenía cierta ansiedad por mostrarle el documental. Traté de ser lo más objetivo posible en la narración y no desviarlo del discurso, aceptarlo y respetarlo. Él estaba muy satisfecho porque me dijo que la película lo representa, que él estaba más contento de poder dejar este legado que de ser el protagonista en el filme. Yo lo que hice fue contextualizar históricamente. La objetividad absoluta no existe, pero traté de tomar todo lo que él dijo. Es una película que pienso para la juventud. Ahí no abandoné al profesor”.

Tiempo largo y jodido ¿Qué quieres que te diga? se estrena el 29 de agosto en las salas del Espacio INCAA del Cine Gaumont, y hay expectativas de que Napurí pueda asistir al estreno. “No tengo esa cosa de que mi película tiene que gustarle a todo el mundo. Pero sí que la película genere discusión. Como dice el propio Ricardo Napurí: reflexionar, pensar y explicar determinadas cosas y saber que la historia no nace hoy con Milei y que venimos de una larga trayectoria donde muchas generaciones han luchado por un mundo mejor. Bueno, Ricardo tiene su ideología concreta y él sigue luchando”.

Sin el mar y sin memoria

Sin el mar y sin memoria

Debido a las restricciones que aplica el gobierno a las políticas de derechos humanos, ahora corre riesgro el tradicional encuentro final del Programa Jóvenes y Memoria que desde hace 22 años se realiza en Chapadmalal con adolescentes de todo el país.

El Gobierno nacional continúa serruchando las políticas de derechos humanos. En está oportunidad, la Comisión Provincial por la Memoria (CPM) alertó que la realización del encuentro final del Programa Jóvenes y Memoria, está en peligro.

Esta actividad se realizó ininterrumpidamente durante 22 años en el Complejo Turístico de Chapadmalal, más allá del color político de las distintas administraciones, pero el actual gobierno de Javier Milei es el primero que pone en riesgo su continuidad.

El Encuentro Jóvenes y Memoria, según contó a ANCCOM Sandra Raggio, la directora de la Comisión Provincial por la Memoria, es una vivencia basada en la solidaridad, en el reconocimiento de una alteridad positiva y en la igualdad dentro de la diversidad. Se trata de una experiencia que busca democratizar las relaciones sociales y las instituciones.

En este sentido, Raggio expresó que “es una experiencia enriquecedora para los jóvenes. No hay muchas iniciativas en donde se puedan encontrar a compartir un trabajo sostenido durante todo el año, invitando a la reflexión y a mostrar las historias que tienen en sus diferentes comunidades. Es muy importante como política de memoria para que las nuevas generaciones desde sus propias investigaciones conozcan lo que pasó sin que nadie les cuente, y puedan reflexionar por sí solos”.

Raggio recordó que “gobiernos de signos políticos distintos han  considerado siempre que este encuentro era necesario”. Y envió un mensaje hacía el gobierno: “No queremos que coincidan con lo que vamos a hacer sino que esto es una sociedad heterogénea y los pibes tienen derecho a ir y expresarse, queremos que reconozcan que esto es una obligación del Estado, no pretendemos que estén de acuerdo con lo que hacemos”.

La propuesta

Este programa educativo fue lanzado por la Comisión Provincial por la Memoria en 2002, y consta de la invitación a los jóvenes a formar equipos de investigación en el marco de la escuela, de una organización social o política, para investigar sobre la historia de sus comunidades asociada a las problemáticas de derechos humanos y memoria. “Durante todo el año, los chicos investigan el tema que quieren en relación a su comunidad, respecto a lo que pasó y como resultado, producen alguna pieza comunicacional -una obra de teatro, un audiovisual o un programa de radio- para compartir su investigación” contó Raggio.

Sobre la experiencia en Chapadmalal describió que “el objetivo principal es que se encuentren todos los grupos de investigación, organizándose una gran muestra de todos los productos comunicacionales para compartirlos con el resto y vivir una experiencia única, que incluye conocer el mar”.

En este sentido Mara Damonte, profesora de La Matanza e integrante del voluntariado docente del Programa Jóvenes y Memoria, recordó conmovida la experiencia de varios de los jóvenes que visitan por primera vez la costa marítima. “Un joven, hace mucho, me dijo que al ver el mar se sentía a orillas de la libertad. Jóvenes y Memoria es otro modo de hacer, de convivir, de estar con nosotros, es democracia y apuesta constantemente a la creatividad”, describió.

Por otro lado, Damonte opinó sobre el desprecio del Gobierno a las políticas de derechos humanos. “Milei dijo que venía a destruir el Estado y desde ahí mantiene esa política, además de sostener cierto negacionismo y atacar toda cuestión vinculada a los derechos humanos. Por eso ataca al programa Jóvenes y Memoria”.

Las producciones de los jóvenes, según contó la profesora, narran algunas de las problemáticas que los adolescentes atraviesan diariamente en sus comunidades, tales como el no poder ir a clases por tener que trabajar, la situación en los comedores populares e historias silenciadas durante la dictadura.

 “Un gobierno negacionista que apunta a destruir los derechos, es evidente que va a considerar a nuestro programa como inválido y va a querer destruirlo”, razonó. “Lo importante es que acá seguimos y que Jóvenes y Memoria este año tuvo récord en la inscripción, la voluntad de resistir y luchar por esos derechos, sigue en pie”, agregó.

Una vez que los jóvenes finalizan el secundario, según contó la profesora, muchos eligen seguir conectados con esta experiencia creativa y reflexiva, participando como coordinadores de la actividad. “Caminar por las calles y ver cómo aquellos niños, hoy ya hombres, preguntan por Chapadmalal y saber que la experiencia les quedó marcada, me emociona mucho”, compartió Damonte.

En su definición, “son encuentros plurales de jóvenes, muy importantes, en donde se ponen en común distintas perspectivas, cada uno con un pensamiento político diferente, con diversos consumos culturales. Nuestro foco es que en medio de una diversidad, los jóvenes puedan reconocerse en una igualdad, el ser jóvenes, ciudadanos de este país y poder reflexionar proyectos en común”.

Facundo

Por este programa Jóvenes y Memoria también pasó Facundo Astudillo Castro, el adolescente de la localidad de Pedro Luro que en plena pandemia salió por la Ruta 3 hacia Bahía Blanca y desapareció el 30 de abril de 2020, luego de haber sido demorado por cuatro policías bonaerenses.