¿Diputados o camaleones?

¿Diputados o camaleones?

Un puñado de legisladores radicales y de partidos provinciales que habían votado la Ley de Actualización Jubilatoria cambiaron su posición y respaldaron el veto de Milei. De esta manera, no habrá recomposición de haberes para los adultos mayores. Otra vez hubo represión, heridos y detenidos en las afueras del Congreso.

La Cámara de Diputados ratificó el veto de Javier Milei a la Ley de Movilidad Jubilatoria que actualizaba las jubilaciones un 8,1% y luego las ajustaba mensualmente. En una sesión caldeada por la represión en la Plaza del Congreso y las sospechas de compra de votos, se registraron 153 votos a favor de sostener la norma, 87 negativos y 8 abstenciones, sin que se alcancen los dos tercios necesarios para dejar de lado el veto presidencial. La visita de un grupo de diputados radicales a Casa Rosada a horas de la sesión sembró de acusaciones el debate, que tuvo varios “vuelcos” inesperados y abstenciones respecto de la votación original.

La mayoría en ambas cámaras alcanzada para dictaminar la sanción se esfumó en la sesión de este miércoles, en un proceso plagado de negociaciones subterráneas que habrían conseguido cambiar la voluntad de trece legisladores para suspender la iniciativa. Diputados opositores señalaron con vehemencia el vuelco de algunos de sus colegas que se habían mostrado, en un principio, a favor de mejorar en al menos una pequeña parte el muy bajo poder adquisitivo de las jubilaciones. A la vez, las bancadas oficialistas y del  PRO se centraron en defender a capa y espada las bondades del superávit fiscal.

Los diputados de izquierda comenzaron fuerte en el debate parlamentario. Nicolás del Caño, por el PTS, calificó como un “escándalo” la renuncia del entrerriano radical Pedro Galimberti, que dejó su banca un día antes de la votación para ocupar un cargo político en la represa de Salto Grande, ubicada en su provincia natal. Por su parte, el compañero de bancada de Del Caño, Christian Castillo, se refirió al veto como “un acto de autoritarismo monárquico”, y también como “una muestra más del toma y daca”.

En esta línea, Maximiliano Ferraro, de la Coalición Cívica, manifestó un claro rechazo al veto presidencial, evidenciando la fractura cada vez más evidente de lo que fue alguna vez Juntos por el Cambio, en la práctica ya desintegrado por las posturas irreconciliables, y expuso las divisiones internas de la desmedrada coalición que fue gobierno. En el mismo sentido habló Miguel Ángel Pichetto, que supo ser candidato a vicepresidente de Mauricio Macri, y hoy optó por apelar a la memoria de la dirigente del movimiento de jubilados en la década del noventa, Norma Plá, para votar en contra del oficialismo. 

Tal vez la nota de color la aportó la recientemente desterrada diputada del bloque de LLA Lourdes Arrieta, una de las que visitó a los genocidas de la dictadura condenados en el penal de Ezeiza. La mendocina, autodefinida como parte de la “familia militar” y que acostumbró lucir patitos de plástico kawaii en reuniones de comisión, aseguró que “hay que darle libertad a los jubilados, que puedan decidir llegar a fin de mes, viajar, disfrutar a sus nietos”, tuvo digresiones en su discurso para hablar de su vida familiar, y cerró con un “Viva Cristo”. Su voto fue la abstención, argumentando que la promesa de Milei era ajustar a la casta y no a los jubilados..

Por su parte, Rodrigo de Loredo -titular de la bancada de la UCR-, reconoció los desacuerdos que se dieron hacia adentro de su bloque para determinar si acompañaban o no al oficialismo. En este sentido, señaló que si se gana habría un triunfo parlamentario, pero si se pierde hay victimización. Finalmente dejó claro que la postura oficial del bloque sería insistir de forma total en la ley de actualización jubilatoria y el rechazo al veto del presidente.

El jefe del bloque de Unión por la Patria, Germán Martinez, acusó de “hipócritas” a los diputados radicales y provinciales que cambiaron su decisión repentinamente. Y concluyó que “miles de trabajadores no quieren que este sea el destino de la Argentina, por eso nosotros venimos a rechazar este veto” y replicando a León Gieco continuó: “Si un traidor puede más que unos cuantos, que esos cuantos no lo olviden fácilmente”. Y finalmente ratificó la lucha del bloque para procurar suficientes mayorías en diputados, y así “reinstalar la justicia social” como centro de la política económica en el país. 

José Luis Espert, diputado de La LLA, le respondió y apuntó contra el gobierno anterior, acusándolo de “chorro” y denunciando que el sistema se quebró porque durante la gestión de Alberto Fernandez, “jubilaron a cuatro millones de personas sin aportes”. Su voto fue a favor del veto.

Por último, cerró las exposiciones Gabriel Bornoroni de LLA. Comenzó alegando que Milei en campaña dijo lo que iba hacer y lo está cumpliendo. Volvió a mencionar “la necesidad de una nueva reforma laboral” porque, al igual que Espert, opinó que se está enfrente de un sistema quebrado. Acusó de “caraduras” a la oposición y sentenció que “es importante para el bloque de la Libertad Avanza cumplir con la palabra empeñada en campaña” y que el bloque insistirá en proteger el equilibrio fiscal. 

El bloque Innovación que incluye diputados de Misiones, Río Negro y Salta se abstuvieron cuando en junio se pronunciaron a favor. Sumado el quiebre de la UCR, ambas coaliciones se transformaron en la llave que promovió el triunfo político del oficialismo, para que Javier Milei y quienes lo acompañan, alcancen su propósito: que no se actualicen las jubilaciones.

Por su parte, el primer mandatario se expresó por redes sociales y llamó “héroes” a aquellos 87 diputados que votaron de forma negativa, permitiendo así, el triunfo del oficialismo pero la derrota de todos aquellos que cobran por debajo de la línea de la pobreza. Y agregó que “el déficit cero es innegociable”.

Las agujas marcaban las 15:40 de la tarde y finalizó la votación en Cámara de Diputados;  una multitud de uniformados de Gendarmería, Policía Federal Argentina y Prefectura Naval Argentina comenzó a reprimir con gases, palos y detenciones sobre la multitud que nuevamente copó las inmediaciones del Congreso en defensa de los jubilados. Se hizo uso del programa antipiquetes por orden de la ministra Patricia Bullrich, por tercera semana consecutiva. Al menos medio centenar de personas resultaron heridas y una finalizó detenida. 

El precio de ser celíaco

El precio de ser celíaco

El costo de la alimentación es más caro para los celíacos. ¿A qué se debe? ¿Es esa la única dificultad para acceder a una dieta sana?¿La legislación vigente contempla algún tipo de ayuda?

Las personas diagnosticadas con celíaca deben llevar una dieta estricta.

De acuerdo a la definición ofrecida por la Sociedad Argentina de Gastroenterología, la afección es una intolerancia permanente a ciertas proteínas del gluten, el cual se encuentra principalmente en el trigo, la cebada, el centeno, la avena y sus derivados. La enfermedad se manifiesta en individuos con una determinada predisposición genética. Ataca principalmente al intestino delgado que es el encargado de la digestión y absorción de los nutrientes, vitaminas y minerales.

Si no hace una dieta libre de gluten y se evita la contaminación cruzada en otros alimentos con estas proteínas, el paciente puede sufrir diarrea, distensión abdominal, constipación, alopecia, entre otros síntomas. Sin embargo, el costo que implica llevar adelante una alimentación libre de gluten, más elevado que la dieta media, puede constituir un escollo para mantener la salud. Si bien algunos pacientes a partir del diagnóstico empiezan a incorporar más alimentos de origen natural y menos procesados, muchos deciden sustituir las típicas preparaciones con gluten por versiones aptas para celíacos.

En la actualidad, un paquete de fideos de trigo de medio kilo en un comercio minorista puede costar unos 1.500 pesos, mientras que un paquete de fideos sin gluten de 250 gramos en una dietética puede tener un costo de 2.100 pesos, más del doble si se tiene en cuenta el peso de cada propuesta. Un paquete de harina de trigo de un kilo cuesta unos 1.000 pesos, en tanto que una premezcla para pan sin gluten de solo 500 gramos cuesta unos 3.000 pesos.

Las razones por las cuales algunos celíacos no cumplen de manera estricta con la dieta pueden ser varias. En una encuesta publicada por ANMAT en el 2020, el 61% de quienes contestaron señalaba al factor económico como la principal causa, el 56% lo atribuía a la falta de disponibilidad de alimentos libres de gluten, mientras que un 41% mencionaba a la falta de tiempo y organización. 

Recetas recargadas

Mariana Holgado es parte de la Comisión de Alimentos de la Asociación Celíaca Argentina y considera que el costo mayor de los alimentos libres de gluten se debe a varios factores: en su elaboración suelen emplearse productos que pueden llegar a ser costosos, como almidones, aditivos, féculas, leche en polvo, goma xántica o fécula de papa. Esta última es importada. En definitiva, explica: “No es lo mismo fabricar un pan que se hace con agua y harina que fabricar un pan libre de gluten que se hace con aditivos, almidones, féculas: eso encarece mucho”. Además, destaca que en estos alimentos la cadena de distribución tiene muchos más intermediarios.

La mezcla de almidones se emplea para lograr mayor textura y esponjosidad, de tal manera que el producto sea aceptable al paladar. Esa tarea la cumple el gluten en los panificados comunes.

Otra cuestión, explica Holgado, es la necesidad de utilizar ciertos envases para la comercialización. Por ejemplo, las galletitas o la premezcla vienen en un envase que resguarde correctamente el producto a diferencia de la harina de trigo que viene en un papel. Las galletitas, a veces vienen en un envase de plástico y en una caja que proteja el producto porque son frágiles y pueden romperse. La otra cuestión, agrega, es que “los alimentos sin gluten se fabrican para un porcentaje mucho más reducido de la población que los productos con gluten”. Lo bueno –agrega- es que las empresas de producción masiva inscriben cada vez más productos libres de gluten y se pueden encontrar opciones en supermercados, kioscos o almacenes de barrio, ya no sólo en dietéticas o tiendas especializadas.

Desde la empresa Arcor, una de las principales productoras de alimentos de la Argentina, explican que ofrecen más de 420 productos aptos para celíacos y que para su producción la compañía cuenta con diez plantas industriales a lo largo de todo el país habilitadas con el certificado de “Establecimiento Elaborador de Alimentos Libres de Gluten”. También aseguran que al lanzamiento de productos aptos para celíacos sumaron acciones como la presentación de un recetario gratuito con opciones dulces y saladas.

Consultados por ANCCOM explican que “para garantizar la seguridad en cada instancia de producción, necesariamente se debe contar con instalaciones certificadas, procedimientos específicos, rigurosos controles de calidad y personal capacitado”. Sin embargo, aseguran a que, más allá de los factores esenciales para evitar la contaminación cruzada, ningún producto sin TACC del portfolio de la compañía tiene costos adicionales por ser libre de gluten.

El costo social

La nutricionista Paula Cabrera, especializada en enfermedad celíaca y trastornos relacionados al gluten trigo, señala que otro factor que puede incidir en el cumplimiento de la dieta es el aspecto social, la posibilidad de compartir con los demás. Por ello señala la importancia que tiene el acompañamiento de la familia y de aquellos que rodean a la persona diagnosticada.

“Lo recomendable es que una vez diagnosticado, el paciente se acerque a hacer una consulta personalizada con nutricionistas que lo puedan orientar”, explica y agrega que de esta manera pueden identificar de forma más precisa cuáles son las barreras que cada uno tiene con el cumplimiento de la dieta y así se podrán establecer estrategias para mejorar esas dificultades. “Que busquen asesoramiento porque eso mejora mucho la adherencia a la dieta libre de gluten y la calidad de vida en torno a las dificultades que puedan surgir”, asegura.

Con respecto a aquellas personas que no están diagnosticadas como celíacas y que están pensando en seguir una alimentación libre de gluten, Cabrera hace una recomendación: “Siempre frente a esta sintomatología hay que descartar primero la enfermedad celíaca y después evaluar cuál es el mejor abordaje nutricional para esa persona, según el diagnóstico que tenga”. Cabrera aclara que si una persona deja de comer gluten sin consultar con un médico, eso podría dificultar que en un futuro se llegue a un diagnóstico.

La Ley Celíaca 27196 (que modifica a la 26588) fue reglamentada el año pasado. Entre sus novedades establece que quioscos y comedores en institutos de enseñanza, como también los bares y restaurantes deben ofrecer al menos una opción libre de gluten. Además, la legislación vigente contempla el derecho de las personas celíacas a la detección, diagnóstico, seguimiento y tratamiento de la enfermedad. Esto incluye una cobertura por parte de las obras sociales de un monto equivalente al 27,5% de la Canasta Básica Alimentaria. El objetivo de esta ayuda económica es cubrir la diferencia entre los productos con y sin gluten. Actualmente el monto es de 31.865 pesos. Fue actualizado por última vez en abril y tendrá que volver  a ser actualizado en octubre de este año.

Las obras sociales y prepagas deben asegurar el reintegro de este dinero. El Ministerio de Salud de la Nación indica en su sitio web que quienes no tengan cobertura explícita y tienen una cobertura pública pueden presentar la constancia de enfermedad celíaca en la oficina de Desarrollo Social que corresponda a su jurisdicción.

Más allá de las dificultades, varias de las fuentes consultadas dijeron que la variedad de productos dirigidos a este segmento de la población está en aumento. Por su parte, Cabrera insistió en señalar la alta efectividad del tratamiento. La nutricionista remarca que si un paciente celíaco cumple con una alimentación libre de gluten en forma estricta y de por vida a partir del momento del diagnóstico, el riesgo de complicaciones disminuye o incluso puede igualar al de una persona no celíaca. Esto recuerda que, a veces, cuidar nuestra salud puede ser una tarea difícil pero no imposible.

Historia de una trans, migrante, artista y soñadora

Historia de una trans, migrante, artista y soñadora

Sebastián Cortés habla de La Dama, el documental que muestra vida y obra de Kiara, una peruana trans que vive en Buenos Aires en busca de ganarse un lugar en el mundo.

En un contexto social donde la discriminación y el prejuicio parecen marcar el destino de quienes se atreven a ser diferentes, la historia de Kiara, una mujer trans migrante, emerge como un símbolo de fortaleza y perseverancia. Su vida, marcada por las barreras de ser una mujer trans en un país extranjero y racista, es retratada en el documental La Dama, que captura no solo sus luchas, sino también sus sueños y su inquebrantable deseo de ser reconocida como artista. Sebastián Cortés, director de este trabajo, decidió seguir su vida durante más de tres años, visibilizando su camino hacia la aceptación y el reconocimiento. A través de la película no solo se revela la intimidad de su vida, sino también las contradicciones, los altibajos y la inmensa solidaridad que caracteriza a la comunidad trans peruana en Buenos Aires.

Con momentos emotivos, como el del compromiso matrimonial de la protagonista, el documental es un retrato valiente de una persona que no teme mostrar su vulnerabilidad. Más allá de la historia de una mujer, es una ventana a una comunidad que sobrevive y se apoya en un mundo que a menudo le da la espalda. La película busca contribuir a la visibilidad y comprensión de las personas trans, ofreciendo un espacio para una voz que, hasta ahora, había permanecido silenciada.

¿Cómo encontraste a Kiara?

La conocí en un bar en Morón, al cual fui con mi mejor amiga a las cuatro de la tarde. Era un bar que funcionaba como parrilla y pool. Kiara estaba allí como trabajadora sexual en la calle. En ese momento, estaba dirigiendo temas en una rockola por unos billetes de dos pesos y bailaba. Ella enseguida nos dijo: “Yo soy bailarina y ahora voy a desfilar en un corso en los carnavales de San Telmo, si quieren pueden venir a filmar ahí”. Así fue como la conocimos. En pocos minutos nos contó sobre todas las actividades que realizaba: que era activista, que en Perú tenía una escuela de teatro… Finalmente, lo del corso en San Telmo no salió, pero nos invitó a un evento llamado La Dama, un desfile de la comunidad peruana trans en Buenos Aires para celebrar a aquellas chicas que habían superado los 35 años, una edad que muchas chicas trans no alcanzan. El evento era una fiesta realmente hermosa.

¿Qué te inspiró a contar la historia de una chica trans buscando su lugar en la sociedad?

La fortaleza que ella muestra constantemente dentro de las convenciones absurdas que existen en la sociedad, especialmente en contra de ser una mujer trans y migrante en un país muy racista. A pesar de tener todas estas circunstancias en su contra, Kiara siempre intenta mostrar que es una artista y que quiere realizar sus sueños. Esa testarudez me parece increíble; es una demostración de que nada te puede frenar si realmente deseás hacer algo. Eso fue lo que me inspiró cuando la conocí.

¿Hubo algún momento particularmente emotivo o difícil durante la grabación que te impactó como director?

Sí, un par. El primero fue el velorio de una de las chicas que aparece en la película, Estrella, que era muy amiga de Kiara y compañera de baile. Aunque en el documental aparece muy poco porque solo la grabé en algunos shows, su fallecimiento fue un momento muy difícil. Kiara me llamó para grabar el velorio porque era importante para ella. En el velorio realizó un show, un baile, como su amiga hubiera querido, y me sentí honrado de haber sido aceptado en un momento tan íntimo. Además, el cumpleaños de Estrella era el mismo día del velorio, lo cual lo hizo aún más conmovedor. El segundo de los momentos fue el compromiso de Kiara con Yohana, su pareja, que fue muy emotivo y caótico. Después de celebrar y casarse terminaron peleando y gritando, borrachas. Fue un momento muy divertido, dentro de todo.

¿Cómo lograste mantener un equilibrio entre la intimidad de la historia personal y la responsabilidad de retratar a la comunidad trans de manera respetuosa y precisa?

Fue algo que se logró a lo largo del tiempo. Estuve presente en muchos momentos fuera de cámara, compartiendo comidas, asistiendo a sus shows, escuchando sus conversaciones. Fui muy silencioso, observador, y solo preguntaba cuando algo no entendía. No quise imponerme, ya que no pertenecía a la comunidad, así que me limité a observar y aprender. Esta actitud me permitió ser aceptado en momentos íntimos, como el velorio. El equilibrio en la película fue algo que se construyó con el tiempo.

¿Cuál fue su reacción al ver el documental terminado?

No la pude ver porque ella se fue a vivir a Francia con Yohana, que también es una mujer trans. Según Kiara, eran una pareja «transbiana», y en el documental aparece su compromiso y su casamiento. Ellas se fueron a vivir a París, donde hay una comunidad peruana trans, así que les envié el documental por un link. A Kiara le gustó mucho, y se emocionó por tener su película, por poder mostrar lo que hace. Fue un retrato valiente, ella no tuvo problema en mostrar sus contradicciones y altibajos emocionales durante los tres años y medio de grabación.

¿Aprendiste algo sobre la comunidad trans o sobre vos mismo mientras trabajabas en el documental?

Aprendí que la comunidad trans es increíblemente solidaria. Tienen una red de ayuda impresionante entre ellas. Por ejemplo, juntan dinero todos los meses y lo rifan entre ellas para que alguien pueda comprarse ropa, operarse, o pagar el alquiler. Entonces tienen una red donde ninguna queda tirada y desamparada. Además, hay un sistema de «madres» e «hijas», donde las trans mayores ayudan a las más jóvenes cuando emigran, dándoles un lugar donde quedarse y ayudándolas a encontrar trabajo. Ellas ofician de madres y se dicen madre/hija, vos lo escuchás todo el tiempo a eso y viene de ahí, de esa red. Aprendí que son gente muy solidaria y consciente de que todas necesitan de ayuda en algún momento. Esta solidaridad es algo que no había visto antes.

¿Cómo fue el proceso de edición y cómo decidiste qué momentos eran esenciales para contar la historia?

El proceso de edición fue largo porque había mucho material grabado durante tres años y medio, incluida la época de la pandemia. Fue difícil decidir qué dejar afuera. Hice algunos talleres, como el de Azul Eisenberg, para trabajar con la sensibilidad de las miradas, evitando caer en temas morbosos como la prostitución o la marginalidad, que aunque están presentes en la historia, no eran el enfoque central. Lograr ese equilibrio fue complicado, y por eso dejamos afuera mucho material explícito que no era necesario.

¿Qué esperas que la audiencia se lleve de esta historia?

La complejidad y la valentía de ella, especialmente en el contexto actual de ataques permanentes a las diversidades, al feminismo y a la cultura en general. Que vean el retrato de una persona auténtica que no tiene miedo de mostrar sus profundas contradicciones, y que se lleven una pincelada de humanidad.

¿Este documental puede contribuir a la visibilidad y aceptación de las personas trans en la sociedad?

El aporte del documental es dar voz a Kiara. Su voz ya existía, pero no tenía un espacio donde pudiera expresarse plenamente. Ahora, a través de la película, su historia tiene un formato que puede llegar a más personas, y eso me parece súper importante. Lo que no tiene voz en este mundo queda siempre por fuera y no existe ni es respetado. Y lo que se dice, si, realmente empieza a tomar vida y a dar consciencia.

¿Qué papel crees que juega el cine en la creación de empatía y comprensión hacia las personas trans?

El cine tiene la capacidad de generar una voz, de contar una historia y permitir que la audiencia vea la vida de otra persona, en este caso, la de Kiara. El formato del cine, con su sensibilidad visual y auditiva, permite captar gestos y detalles que te hacen empatizar sin que todo tenga que ser explícito o dicho. Eso es lo que el cine aporta: una visión más humana. En este contexto es muy difícil estrenar un documental, este tipo de películas, heterogéneas, con puntos de vista diferentes y que vale la pena apoyar, aunque sea mínimamente, pero está bueno que eso siga pasando. Y como también dije en un momento, es un acto desobediente realmente.

 

La Dama se proyecta en el cine Gaumont desde el jueves 12 de septiembre a las 20.15.

“Necesito poder contarles a mis hijos que en este país se hizo justicia”

“Necesito poder contarles a mis hijos que en este país se hizo justicia”

El martes 10 de septiembre se llevó adelante la segunda sesión del juicio Mansión Seré IV y RIBA II, donde prestó testimonio Mariana Eva Perez, víctima y querellante. También amplió su declaración Julio Cesar Leston, imputado en la megacausa.

Mariana Eva Perez en la primera audiencia de Juicio.

“Necesito que la justicia me contemple. Que me incluya a mí en el lugar que corresponde. En esa casa en donde me llevaron no sé si en brazos de mi mamá”, declaró Mariana Eva Perez, víctima y querellante por la desaparición de sus padres Patricia Roisimblit y José Manuel Perez Rojo. “Este es el agujero negro por el que se me va la vida”, agregó con la voz ahogada, en referencia a aquello que no puede reponer de su historia en aquellas horas en que la secuestraron cuando era apenas una bebé. Pidió que se contemple su secuestro, no solo la desaparición de sus padres y la apropiación de su hermano, alegando que ella también fue víctima de aquel crimen: “Yo no era la estufa. Soy una persona. Yo estaba ahí. A mí me llevaron”.

Alrededor de las 9 de la mañana varias personas comenzaron a aglomerarse en la puerta del Tribunal Oral Federal N°5 de la localidad de San Martín. En esta segunda instancia se dio inicio a la audiencia por el juicio de la causa Mansión Seré IV y RIBA II en la que prestó testimonio Mariana Eva Perez. En su testimonio a lo largo de la jornada, la testigo focalizó en cómo se llevó a cabo el procedimiento del secuestro de su padre y su madre embarazada, por parte de la fuerza aérea, crimen por el que tiene que responder en este juicio Juan Carlos Vázquez Sarmiento.

La testigo intentó reconstruir lo que sabe a partir del relato de sus familiares: los secuestraron por separado, a su madre junto a ella siendo apenas una bebé de su domicilio, mientras que a su padre se lo llevaron junto con Gabriel Pontnau del comercio familiar. A Mariana Eva Perez la devolvieron a su familia. Pero desde aquel momento no se supo más de sus padres, más allá de algunas llamadas que recibieron los familiares: en una única oportunidad Rosa Tarlovsky de Roisinblit, abuela de Mariana, logró comunicarse con su hija Patricia. Nunca más tuvieron noticias, hasta que Julio Cesar Leston, imputado en este juicio, admitió saber que a la mamá de Mariana la tiraron al mar. De su hermano, Guillermo Perez Roisinblit, no supo nada por más de veinte años hasta que, por una denuncia registrada en Abuelas de Plaza de Mayo, logró dar con su paradero.

Juan Carlos Vazquez Sarmiento. Foto: 27/8/2024  

Ambas esquinas del juzgado estaban cortadas por una patrulla y decenas de policías desperdigados por la cuadra. Muy de a poquito, de a una, de a dos, de a tres, el lugar se fue llenando de personas pidiendo justicia: las familias, las querellas, las organizaciones, los medios comunitarios de comunicación, comenzaron a superarlos enormemente en número: la frase “somos más pueblo que milicos” resuena en el aire. 

“Moreno por la memoria”, “Asociación Seré por la memoria y la vida”, son las inscripciones que cuelgan de las banderas que penden entre dos árboles, rodeados por canteras que profesan la palabra Justicia construida entre pedacitos de cerámica celeste y pañuelos blancos pintados. Así el día haya estado gris, la garúa que cayó no les movió un pelo a quienes estaban esperando para entrar.

Las personas hablan de las novedades de la causa, de cómo llegaron, cómo viajaron, si es necesaria la acreditación, si acaso podrán entrar: hubo involucrados que se encontraron con que no podían asistir a la sesión por ser testigos futuros, sin estar aún notificados al respecto. El clima es de espera paciente hasta que hacen pasar a todos y  ya se palpita el inicio.

Una vez adentro, la sala se llenó de prisa. Del lado derecho los acusados y sus defensas. Del lado izquierdo, las querellas y el público. Julio Cesar Leston, excabo primero de la Regional de Inteligencia Buenos Aires (RIBA), tiene que responder por los crímenes de privación ilegítima de la libertad y aplicación de tormentos en el circuito de inteligencia de zona oeste de Buenos Aires. Se mantiene serio e indemne, totalmente inexpresivo, casi desentendido de la realidad, mirando ajeno hacia adelante. Atrás de él se encuentra otro acusado, José Juan Zyska, quien se negó a declarar. Lo mismo decidieron hacer Rafael Lynch, Juan Carlos Herrera y Juan Carlos Vázquez Sarmiento, quienes se encontraban presentes a través de la plataforma zoom.

Tras varios inconvenientes técnicos se inició la audiencia. El abogado de Mariana Eva Perez, Pablo Llonto, realizó una petición para que ella pueda estar presente en la sesión, situación que le estaba siendo negada por ser testigo en la causa y tener que declarar en la jornada. Llonto se amparó en la Ley de víctimas que avala el derecho a la participación de los testigos damnificados en la causa. La moción es secundada por todas las querellas y defensas exceptuando al doctor Gonzalo Miño -abogado defensor de militares, policías y agentes del Estado acusados de ser autores en casos de lesa humanidad- que, en defensa del debido proceso, se posicionó en contra. La jueza María Claudia Morgese Martin definió conceder el pedido de Llonto y Mariana Eva Perez ingresó a la sala. 

Los imputados fueron los primeros en declarar. Zyska, Herrera y Lynch no vacilaron en su respuesta, no tenían intención de ampliar su testimonio, oportunidad que pueden utilizar en cualquier instancia del juicio. Vázquez Sarmiento, entre divagues y titubeos también se negó, alegando estar muy enfermo para siquiera recordar su fecha de nacimiento, mucho menos tener conocimiento de haber cometido algún tipo de crimen por los cuales se lo está enjuiciando. Como bien recordó Mariana Eva Perez en su testimonio un rato más tarde a todos los presentes, Vázquez Sarmiento fue parte de la tan repudiada visita de los diputados libertarios a los genocidas que tuvo lugar el pasado 11 de julio: “Lo reconocí. Cuando nadie más lo había reconocido, yo lo reconocí”, destacó en referencia a la foto que se divulgó de la visita.

José Juan Zyska y Julio Cesar Leston. Foto: 27/8/2024  

Leston sí declaró. Entre un cinismo desentendido y una jocosidad ensayada confirmó que estaba dispuesto incluso a contestar preguntas: “Resulta que ahora me encuentro con que me llueven denuncias”. Relató que como excabo primero de la RIBA su principal tarea era realizar informes religiosos y que para ello su fuente principal eran los diarios de papel. Niega haber torturado a alguien: “No sería capaz de disparar ni a un gato”, expresó. De la misma manera niega haber participado en conflictos o enfrentamientos armados a lo largo de su carrera. Para contrastar su afirmación, la fiscalía presentó un informe escrito por Leston hacia sus superiores en el año 1990, en el que realizaba una declaración de sus tareas y de su compromiso como militar, para conseguir un beneficio previsional. En aquel informe admite no sólo haber participado en enfrentamientos, sino que detalla que eran parte de su desempeño casi diario y que estaba inmiscuido en la lucha contra las organizaciones “clandestinas”. Ante la pregunta sobre esta nota por parte de la fiscalía, él respondió que era una exageración y amplió: “Esperaba que me sirviera para que me den una manito”. Minutos después vuelven a preguntarle por su tarea en la RIBA y el “factor religioso” que él registraba. Leston repite que su fuente eran los periódicos y los medios. Ante el interrogante acerca de la utilización de informantes, el imputado alegó que para ello requeriría dinero y eso es algo que no tenía a la hora de realizar su tarea. La incredulidad del público solo aumentaba tras pasar el tiempo y llegó a un pico máximo cuando declaró que “solo quise ser un oficinista” en relación a las tareas que desempeñaba. Definitivamente la elección de frases de Leston causaron una indignación inusitada a lo largo de la jornada, como ocurrió momentos después cuando dijo que “el espacio no daba” para tener detenidos, mujeres embarazadas y bebés en la RIBA. En todo caso sostenía que, de realizarse, constituiría un evento “reservado”.

Mariana Eva Pérez

“Querían que yo tenga un hermano”, expresó Mariana Eva Perez, cuando finalmente llegó su turno para hablar como testigo. Relató la historia de su familia, de su madre Patricia Roisinblit y de su padre José Manuel Perez Rojo. Mencionó su vocación de militancia, su compromiso, su lucha colectiva. La testigo afirmó que se hallaba emocionada por todo este proceso de memoria y que encontraba un paralelismo entre la construcción y acompañamiento colectivo de los juicios y las convicciones de sus padres.

En torno al tópico del apoyo social a los juicios, Perez afirmó al terminar la sesión y en diálogo con ANCCOM: “Llegar a esta instancia colectivamente es algo muy distinto, diferente al juicio de 2016, que era muy chiquito, por nuestro caso solo. Entonces, no había más público que el que podíamos movilizar nosotros”. Luego enfatizó: “Me hace sentir bien llegar ahora a este juicio siendo una más entre otros”, haciendo referencia a la cantidad de víctimas que registra esta megacausa y que comprende aquellos crímenes perpetrados en un circuito represivo comandado por la Fuerza Aérea en toda la zona oeste. Su testimonio sigue: “En este juicio,  por fin, se le está imputando a Vázquez Sarmiento su desaparición” declaró la testigo y víctima, haciendo referencia al secuestro de su familia. En varios puntos del relato volvió hacia la responsabilidad de la Fuerza Aérea en este crimen. Mariana relató cómo ha podido reconstruir el momento del secuestro de sus padres, su periodo en cautiverio y finalmente, cómo desde su trabajo en Abuelas, logró dar con la identidad de su hermano secuestrado y apropiado, Guillermo Perez Roisinblit, quien pudo recuperar su identidad.

En torno a las tareas que desempeñó aquel circuito represivo, Perez apuntó: “La RIBA se creó para eliminar a la ‘subversión’. Del primero al último estaban empleados en eliminar a la disidencia política de la zona oeste”. La testigo demandó que dentro de aquel circuito represivo existía todo un engranaje que se encargaba de tareas de inteligencia: “Acá tendría que estar toda la RIBA”, puntualizó.

El público escuchó atento y conmovido el relato de la testigo, lleno de detalles, de emoción, que intentó reponer discursivamente toda su historia de vida en una declaración. Un relato desordenado, en el que ella admite perderse, atravesada entre los recuerdos y las emociones encontradas.

Unas oraciones fueron dichas hacia Leston, que se encontraba a unos metros de ella: “Quiero pedirle a Leston que rompa el pacto de silencio, que no le va a afectar en nada, pero que nos va a aportar a nosotros un poco de verdad” -expresó la testigo y agregó- “Es un derecho que nos vienen negando desde aquel momento”.

Las palabras finales de Mariana merecen todo el reconocimiento: “Estoy detenida en este punto. Necesito que esto deje de ser tan personal entre la RIBA y yo. Necesito poder contarle a mis hijos que en este país se hizo justicia”.

 

Construir desde las ruinas

Construir desde las ruinas

La organización No tan Distintes inauguró su sello editorial y presentó el libro “Acompañar es político. Un ensayo transfeminista sobre la situación de calle” en el Centro Cultural Haroldo Conti de la ex ESMA. El trabajo busca poner en valor la militancia del cuidado y la conversación.

El Centro Cultural de la Memoria Haroldo Conti, ubicado en el Espacio Para la Memoria (ex ESMA), fue el escenario de la presentación del libro Acompañar es político. Ensayo transfeminista sobre la situación de calle, el sábado 7 de septiembre. Bajo la pregunta: ¿Sueñan los transfeminismos con (re)construir entre las ruinas?, Florencia Montes Paez, autora del libro, Daniela Camozzi, su editora, y Natalia Ortíz Maldonado, escritora, editora de Hekht y docente de la UBA, compartieron lo que significa el libro y comprometerse con vidas que no son las suyas.

Así como el habla, la escucha, los gestos y actitudes, Ortíz Maldonado percibe a la escritura como una manera de conversar. Acompañar es político propone una conversación sumamente necesaria en el contexto nacional del avance de la ultraderecha. En tiempos de destrucción, sostiene que la conversación es la política con la que se defiende y con la que se reconstruye. Restaurar la conversación, reponer la memoria, sostener el acompañamiento como una práctica colectiva y cotidiana.

“Nos ocupamos de vidas que no son las nuestras porque esas vidas son también las nuestras. En el acto de acompañarles estamos produciendo un cobijo en la fragilidad común, en el presente. Porque en esa conversación, que es el acompañamiento, estamos restituyendo la política de la vida en común, no solo porque somos diferentes sino porque en diferencia compartimos fragilidades”, agregó Ortíz Maldonado. Montes Paez cita a Judith Butler para tomar el concepto de interdependencia, y para resaltar que para militar es indispensable consolidar una ética y efectivamente comprometerse, sobre todo reconociendo las diferencias entre todes.

“Una conservación lleva tiempo. La sensibilidad lleva tiempo. Acompañar lleva tiempo”, afirmó Ortíz Maldonado. Poner el cuerpo, vincular desde el afecto, componer un apoyo, registrar el deseo, amortiguar la violencia, respetar el proceso, sostener en el tiempo, consolidar la ética, construir un código y luchar con todes, son los diez principios del acompañamiento transfeminista, que el ensayo despliega como resultado del aprendizaje obtenido en la experiencia tanto de Florencia Montes Paez como de Daniela Camozzi, acompañantes, militantes y activistas. Es el puntapié de una nueva etapa para No tan Distintes, organización social, política y transfeminista fundada en 2011, constituida por mujeres y disidencias que están o estuvieron en situación de calle, y que busca brindar herramientas y erigir proyectos que acompañen a personas en vulnerabilidad social. Ahora estrena su propia editorial: Abduciendo ediciones con la colección Enfoques. “Para mí el libro es una especie de música nueva, en línea con muchas filosofías que hablan de la necesidad de otro ritmo para interrumpir este capitalismo atroz en el que estamos, pero también es un registro de nuestras prácticas militantes. También es una conceptualización que le puede servir a otras organizaciones”, expresó Camozzi.

“Luchar para reivindicar la dimensión acompañada e interdependiente de nuestras vidas, luchar para quedarnos juntes. Acompañar es una tarea de reparación, acompañar es nuestra forma de vivir y luchar, acompañar es político”, declaró Montes Paez. Las tres compartieron un micrófono. Turnándose, se sumergieron en lecturas pausadas frente a la escucha atenta, y conmovidas, se tomaban de las manos, en un genuino acompañamiento. “Creo que nos acompañamos en nuestra vida cotidiana, en diferentes tipos de vínculos. Lo hacés con tu pareja, lo hacés con tus amistades, lo hacés con tu familia. No es necesario pensar que el acompañamiento solo lo hacemos cuando militamos en una organización, sea feminista, sea barrial, sea sindical. Es cierto que tengo esa trayectoria, pero ahora que no estoy activando políticamente en un espacio organizado, para mí acompañar es en el cotidiano con mis afectos”, expresó Sandra Aguilar, joven que concurrió a la presentación.

Los transfeminismos sí sueñan con (re)construir entre las ruinas. Para Montes Paez estos son restos de violencia y de destrucción, entre las que se construye con el otro. “Es entre las ruinas de lo arruinado y de lo que arruinamos que construimos con nuestros compañeres. Una ruina no es un origen, son restos que habilitan una recomposición, es lo que queda tras un desastre, una violencia, un abandono o, simplemente, tras el paso irreversible del tiempo. Una ruina sobrevive al ocultamiento, la indiferencia, la erosión. Construir entre esas ruinas implica preservar los vestigios, reforzar los cimientos, inventar lo nuevo. Confiades en que, si la construcción colapsa, si tratan de derribarla, incluso si lo logran, siempre habrá compañeros dispuestes a arremangarse y sacar los escombros. Moviendo ladrillo por ladrillo, baldosa por baldosa, en algún momento volveremos a encontrarnos con la hierba que crece en medio de la piedra, con el yuyito que insiste. Esa será la señalética de la memoria que nos conecte con nuestros legados y nos impulsa a intentarlo de nuevo”, concluyó la autora, leyendo en voz alta parte del último capítulo de su libro.