¿Por qué no florece el hidrógeno verde?

¿Por qué no florece el hidrógeno verde?

En 2021 el ex presidente Alberto Fernández anunció el desarrollo de energía verde en la Argentina. La provincia de Río Negro preparó su terreno y legislación para la producción, en asociación con una empresa australiana. Qué demora el desarrollo de lo que algunos denominan energías limpias.

En 2021 el ex presidente Alberto Fernández anunció la mayor inversión de la historia Argentina en energías limpias. El ex jugador de rugby Agustín Pichot, representante de la firma australiana Fortescue Future Industries, aseguró por entonces que la idea era empezar a producir hidrógeno verde a finales del 2024. Las expectativas fueron enormes, pero ¿qué pasó con el hidrógeno verde?

“El hidrógeno verde es uno de los combustibles del futuro y nos llena de orgullo que sea la Argentina uno de los países que esté a la vanguardia de la transición ecológica. En poco tiempo nuestro país podrá convertirse en uno de los proveedores mundiales de este combustible que va a permitir reducir drásticamente la emisión de carbono en el mundo”, celebró el ex presidente Alberto Fernández en su discurso durante la cumbre contra el cambio climático realizada en Escocia en 2021. El desarrollo implicaba una inversión de 8.400 millones de dólares de la firma Fortescue Future Industries originaria de Australia, fuertemente fogoneada en los medios por el ex-capitán de los Pumas, Agustín Pichot, como una oportunidad histórica para el país. Las expectativas generadas en ese momento fueron enormes: ¿pero qué se hizo en estos años?

La “energía del futuro”

El hidrógeno verde (H2v) es conocido popularmente como “la energía del futuro”, algo que paradójicamente, se repite desde hace décadas. Para extraer el hidrógeno se usa agua dulce limpia y energía proveniente de molinos de viento o solar: de allí que se lo considere “verde”. La energía se utiliza para producir la electrólisis, un método que utiliza la corriente eléctrica para separar el hidrógeno (H) del oxígeno (O) que hay en las moléculas de agua (H2O). Para utilizarlo, el hidrógeno se combina nuevamente con oxígeno para que libere la energía que puede ser utilizada, por ejemplo, para un motor.

El resultado de ese proceso es, claro, agua. La ventaja de esta energía es que no emite gases contaminantes durante la combustión y el proceso de producción, pero como indica Alejandro Machado, Licenciado en Ciencias Químicas por la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires “uno de los desafíos que se impone es su almacenaje y transporte dado que, es altamente explosivo”.

Otra cuestión preocupa a Machado: ¿qué tan verde es el hidrógeno verde? El Miembro del Consejo Asesor de la carrera de Higiene y Seguridad de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales UBA se refiere a que, en un primer análisis, puede ser considerado “verde” por la fuente de energía utilizada, pero yendo unos pasos más atrás vale preguntarse con qué fueron construidas las aspas del generador eólico, su parte mecánica, el generador, su torre de acero, su base. Lo mismo puede decirse sobre los paneles solares, sus componentes, su superficie de vidrio o policarbonato, como se obtuvo el cobre o aluminio de cables y componentes eléctricos.

Se suele escuchar que el mundo está comenzando a demandar un nuevo modo de portar energía para reemplazar el petróleo y el gas, por lo que el hidrógeno, como el elemento con la mayor densidad de energía, es un “motor natural” para esto. Si bien las tecnologías para aprovechar el hidrógeno son una promesa de larga data, en estos últimos años comenzaron a verse señales desde el mercado sobre que el hidrógeno tiene futuro en el corto, mediano y largo plazo.

Una oportunidad para Río Negro

La ex gobernadora de Río Negro Arabela Carreras comenta en el libro sobre hidrógeno verde publicado por la provincia que desde el año 2020 junto con Nación comenzaron un proceso proactivo de búsqueda de inversiones. Para ello recurrieron a científicos, tecnólogos y luego contrataron al instituto alemán Fraunhofer para un estudio de perfectibilidad que brindó una mirada externa de las ventajas del territorio patagónico y fue así que el ex ministro de desarrollo productivo Matías Kulfas puso en contacto a las partes interesadas. Luego desde la legislatura provincial se sancionaron dos leyes fundamentales: la que establece las condiciones para llevar adelante el proceso de licitación pública de alrededor de 625.000 hectáreas para el estudio y el emplazamiento de un parque eólico y construcciones necesarias para la producción y, por otro lado, se aprobó la creación de un Ente de Promoción y Fiscalización del Complejo Productivo y Exportador de la Zona Franca de Río Negro, que se denominó “Corporación Punta Colorada”.

Desde la Secretaría de Estado de Energía de Río Negro explicaron a ANCCOM que el plan estratégico de hidrógeno verde es el primero en el país y que se está aguardando para su desarrollo la aprobación de un marco regulatorio federal. Además, dentro de sus posibilidades, recientemente, se han impulsado algunos cambios normativos para alentar la concreción del proyecto, como la celebración de un contrato entre Eólic Rionegrina SA (sociedad estatal) y Fortescue Future Industries con el objetivo de avanzar en la instalación de un parque eólico en Cerro Policía, que recibió sanción en la legislatura provincial: Ley 5672. El secretario de Estado de Planificación de Río Negro, Daniel Sanguinetti manifestó en diversas entrevistas que “esto generará mano de obra y trabajo genuino. Este tipo de inversiones van a traer mucho trabajo en la instalación y la consolidación del parque eólico, siendo una excelente noticia para las y los rionegrinos”.

En Argentina, específicamente en Río Negro, se dan condiciones naturales únicas para convertir la provincia en un actor clave del hidrógeno verde. Para esto se creó la “Mesa de Hidrógeno Verde Rionegrina” mediante Decreto Provincial 342/21. Se trata de un órgano transversal e interdisciplinario, cuya función es “acordar y definir políticas públicas activas y sostenidas en materia de ciencia, innovación, investigación y desarrollo de hidrógeno verde, como así también proyectos de inversión productiva”.

La mayor parte de lo producido se espera que sea exportado a los países en procesos de descarbonización (como el caso de Alemania). Esta forma de producción de combustible sin emisión de dióxido de carbono implica un nuevo nicho de negocios y nuestro país tiene un commodity aparentemente muy valorado por el resto del mundo.

La versión Fortescue

ANCCOM logró comunicarse con la firma australiana Fortescue Future Industries, desde donde alegan que el inicio de la construcción del parque eólico está estimado para el segundo semestre de 2025, cuando hayan finalizado los trabajos de adecuación del proyecto original y los ajustes necesarios de ingeniería y permisos. Según aclaran, las obras demandarán al menos dos años. Por otro lado, consideran necesaria la creación de un marco normativo regulatorio nacional para la industria del hidrógeno verde. Según aclaran, “si bien ya se envió un proyecto de ley al Congreso, es esencial llevar adelante un debate constructivo para la inclusión de puntos claves que aún no están expresados en ese proyecto como son el acceso a financiamiento a costos competitivos a nivel internacional y un régimen impositivo adecuado a las necesidades propias de la industria. Todo ello con el fin de que efectivamente la Argentina sea un país que atraiga inversiones para así poder posicionarse en la región como un país líder en materia de energías renovables”.

Desde Fortescue Future Industries esperan producir 350.000 toneladas anuales de hidrógeno verde en la primera fase del proyecto destinado tanto al mercado interno como externo, generando divisas para la Argentina. De hecho, para 2030 Europa estima que va a consumir 30 millones de toneladas de hidrógeno verde, de las cuáles espera importar 10 millones: una oportunidad para Sudamérica.

Para Fortescue “El país tiene potencial para el desarrollo de proyectos de hidrógeno verde, no sólo por su extensión territorial sino también porque en regiones como la Patagonia, abundan condiciones geográficas y climáticas adecuadas para generar energías renovables como la eólica, la solar y la hidroeléctrica, fundamentales para la producción de este tipo de hidrógeno verde”.

Sigue verde

Lo cierto es que la inversión en hidrógeno verde fue anunciada con bombos y platillos ante el mundo, se esperaba generar muchos puestos de trabajo y generar divisas de plena estepa patagónica. Hasta el día de hoy esto no se cumplió. El proyecto está a la expectativa de que se apruebe la legislación que permita iniciar el trabajo, pero ya no hay la misma algarabía que hubo durante la presentación en la cumbre contra el cambio climático de Glasgow.

Es cierto que el mercado está en expansión aunque sus números aún no son tan impactantes. Por ejemplo, en el mundo del transporte, en el que genera las mayores expectativas, en 2023 se pusieron en marcha los primeros micros escolares a base de hidrógeno verde en EE.UU. Sin embargo, esa tecnología no llega aún a la Argentina y hoy un auto a base de hidrógeno verde en Europa resulta caro. También el combustible se puede utilizar en la industria pesada o en el campo aeroespacial.

De momento, resulta incierto si la Argentina será pionera en esta tecnología, si generará los volúmenes anunciados y si la clase política podrá evaluar el impacto de este proyecto para el país, para realizar en tiempo y forma una legislación que proteja los intereses nacionales y esté a la altura de los cambios necesario para la preservación del medioambiente en el mundo, como se prometió. De ser así, estamos ante una oportunidad única de estar a la vanguardia de una industria que en el futuro puede ser fundamental en la mejora del ecosistema.

 

Fuego en el humedal Hudson

Fuego en el humedal Hudson

La estrategia inmobiliaria avanza sin cesar. Los vecinos y organizaciones ambientalistas denuncian incendios intencionales y bloqueo de las aguas de la zona para construir barrios privados.

Los negocios inmobiliarios avanzan sobre el humedal incumpliendo la Ley de Bosques. Foto: Archivo 2020.  

“Me quedó la sensación de tener el fuego tan cerca del cuerpo, casi me quema la campera”, relata Diego Berges, vecino de Berazategui y testigo del incendio intencional, según se desprende de sus dichos, de los humedales del Río de Hudson. Su relato continúa: “Ese día fue algo muy groso: era toda una nube blanca que cubría la costa del río. A medida que iba avanzando, más humo y humo. Cuando yo pasé, ya se sentía el ruido y ese olor. El fuego estaba cada vez más cerca de la calle. Llamas de casi dos metros prendiendo los árboles, caían cenizas, los pájaros enloquecidos dando vueltas alrededor de la costa del río, girando y girando, desorbitados, desesperados. El humo era insoportable.” 

Las horas posteriores al incendio, Diego notó el cambio de la reserva: la sequía se dejó entrever en las plantas que se fueron muriendo con el pasar de los días, mientras que otras intentan resistir. Los animales ya no se asoman. En el ambiente, retumba la ausencia de los cánticos de las aves. Una zona devastada por el fuego que deja animales tratando de sobrevivir como sea, aunque eso signifique comerse otros animales en putrefacción, en la orilla del río. 

“Yo después fui varias oportunidades, seguía humeando. Yo decía: no son los humedales, son los humeadores, porque el humo no paraba. Cuidado o supervisión, no vi nada. En ese sentido, todo igual, no cambió nada” comenta Berges.

Vecinos y vecinas del barrio de Berazategui, junto a diferentes organizaciones como Asamblea Hocó, En Pampa y las Vías, El futuro de la naturaleza y el de todos y Preservando Hudson volvieron a convocar una marcha en el centro de la localidad para reclamar la detención de la quema de humedales del Río de Hudson, bosque ribereño formado por más de 900 hectáreas, compuestas por humedales y valles de inundación que se encuentran en un latente peligro pero también evitable. 

Las quejas que encabezan el listado son la falta de agua y su contaminación en el barrio, debido a la salinización y explotación de los suelos; la quema intencional de los bosques, que inunda de humo y color gris la ciudad, perjudicando la visión de los vecinos y su respirar; la destrucción y desaparición de la vegetación, flora y fauna, trayendo como consecuencia grandes sequías, inundaciones, contaminación del ambiente, temperaturas altas inhabitables y extinción de las especies.

“Una de las cuestiones que queremos es que toda la costa de Berazategui sea considerada reserva natural, porque sin reserva hay un abandono de estado bastante intencional. Nadie está cuidando ese espacio” expresa con firmeza Eugenia Arribalzaga, integrante de la Asamblea Hocó, formada con la intención de convocar más vecinos y vecinas que se cuestionen la degradación de los ambientes naturales y la emergencia climática que se está viviendo. 

Las organizaciones de la zona exigen con fervor que se cumpla la Ley de Bosques Nacional, debido al gran avance sobre el río de Hudson por parte de los negocios inmobiliarios; quienes hacen oídos sordos ante los reclamos de los vecinos y atropellan sin piedad a la naturaleza. 

“En plena pandemia y hace dos meses hubo incendios muy grandes. El guardaparque del Pereyra Iraola dijo que los incendios fueron intencionales y sobre humedales, en área amarilla, área protegida. El fuego lo dejaban estar. Hay intereses muy fuertes detrás.” enfatiza Eugenia Arribalzaga. 

Otra de las asambleas protagonistas, Preservando Hudson, está conformada desde el año 2019, y su objetivo es lograr la detención del avance de las obras de El Cano, un barrio privado perteneciente al complejo Pueblos del Plata. Hasta septiembre del año 2022, la construcción se encontraba detenida debido a los insistentes pedidos por parte de las organizaciones, hacia el Intendente Juan José Mussi.

En ese mismo mes, el Ministerio de Ambiente provincial volvió a autorizar la presencia del barrio privado en la zona, para la llegada de nuevos countries y urbanización, a costa de la naturaleza y la vida de las personas.

Estos cambios se materializan en asfalto y un gran murallón que divide la zona del humedal en dos ambientes, con el objetivo de impedir la entrada del río. Al haber ausencia de agua en la tierra, los bosques no logran nutrirse y la flora falla al intentar seguir con su curso natural. Sequías profundas que perjudican a los vecinos y solo benefician a los agentes inmobiliarios, dueños de las hectáreas. 

Los reclamos nunca fueron escuchados, a pesar de que Laura Krayeski, integrante de unas de las organizaciones, haya presentado notas y 8.900 firmas virtuales a la Municipalidad y al Concejo Deliberante para la protección de los humedales, acompañado de análisis que comprueban la contaminación del agua y su imposible gesta.

“Los vecinos están perjudicados porque vas al río, a disfrutar del río, y te cagás de calor mal. No hay vegetación. Hace más calor en el río que en la ciudad. Eso no es normal. El cemento irradia mucho calor, la calidad del agua del río es de terror. Hay un saqueo a este gran pulmón” comenta Laura Krayeski, vecina de la zona.

“Estamos perdiendo calidad de vida y entró en vulnerabilidad la vida humana, por eso nos convocamos. Que la gente lo empiece a entender, el futuro está ahora. ¿Qué queremos nosotros del río? ¿Cómo lo pensamos? No nos van a dar bola pero, ¿qué quiere la gente? ¿Qué queremos nosotros? La idea es que la gente se de cuenta que tenemos que pelear por lo nuestro porque no nos va a ir bien. Es territorio nuestro”, agrega la integrante de la Asamblea Hocó, Eugenia Arribalzaga. 

Sebastián Martínez Ledesma, militante de la ONG de Rosario “Multisectorial Humedales” cuenta que el problema de los humedales no es algo local, sino que podemos observar la decadencia de la naturaleza en un nivel más general del país: “Los humedales a nivel nacional vienen sufriendo diferentes avances de diferentes sectores económicos que llevan a su deterioro, destrucción y cambio de uso del suelo para nuevos emprendimientos como la zona de Berazategui con los desarrollos inmobiliarios pero también el desarrollo de la industria forestal en Corrientes, avance de la agricultura y ganadería en Entre Ríos y Santa Fe y en la zona del norte, Catamarca, Jujuy y Salta, la explotación de litio”. 

“Los humedales son ecosistemas muy necesarios para el desarrollo de la vida humana porque son grandes aportantes de agua dulce, evitan inundaciones, son muy importantes para la regulación del cambio climático porque son captadores que hacen efecto invernadero, son proveedores de alimentos, materia prima para construcción y medicamentos. Valiosos y necesarios para el desarrollo de las comunidades” agrega Martínez Ledesma. “Multisectorial Humedales” exige que se concrete la Ley de Humedales, a nivel nacional, para preservar y hacer uso racional de los territorios sin prohibir que se realicen las actividades necesarias.

“Los humedales son los riñones y pulmones del planeta” dice Sebastián. Y si, tiene razón, ya que tienen la capacidad de filtrar el agua contaminada que se vierte en el río, a través de la vegetación.  

¿Francisco cambió a la Iglesia?

¿Francisco cambió a la Iglesia?

El Papa cumple 10 años desde su unción y se mostró con una retórica aperturista y comprometida con lo social. ¿Hasta dónde se convirtió en hechos? La agenda del medioambiente, la inclusión a la diversidad y la guerra de Rusia y Ucrania.

El 13 de marzo de 2013 Jorge Mario Bergoglio, Arzobispo de Buenos Aires y teólogo argentino, se convirtió en el primer papa jesuita y el primero proveniente del hemisferio sur. Hace diez años, el hasta entonces cardenal Bergoglio había salido de la Plaza de Mayo hacia el cónclave. Y un día como hoy se asomó al balcón en la Plaza San Pedro a decir que los otros cardenales tuvieron que ir a buscar un sumo pontífice casi hasta al fin del mundo. Una década en la que se produjeron muchos cambios en todo el planeta.

Néstor Borri, comunicador social católico, referente de la ONG Nueva Tierra, y fundador de la organización “Factor Francisco”, expresó: “Se han agravado muchas de las situaciones que estaban presentes cuando él comenzó su papado; creo que la pandemia y la guerra han marcado tendencias que ya estaban. En ese sentido, Francisco, diez años después, sigue planteando unas posiciones diferenciales respecto a lo que pasa en el mundo, a lo que pasa en la Iglesia, que lo hacen un referente muy singular, muy escuchado, muy citado, pero respecto a sus propuestas todavía, incluso dentro de la Iglesia, hay dificultad para responder de manera práctica a lo que está proponiendo”. 

Por su parte, Pablo Andiñach, teólogo, docente en la Universidad de Buenos Aires y la Universidad Católica y pastor de la  Iglesia Evangélica Metodista, dijo: “La elección del papa Francisco inició una nueva etapa en la Iglesia Católica, porque históricamente los papas han sido italianos; por primera vez el papa es latinoamericano y esto abre la puerta a que haya papas de otras partes del mundo. También ha puesto en evidencia que hay cosas que pueden cambiar y que hay temas que tradicionalmente no se discuten, que es necesario poner en agenda. Por ejemplo, la homosexualidad, el divorcio, la ordenación de la mujer. Francisco abrió la puerta a la inclusión de estos temas que antes ni se mencionaban”.

Sin embargo, Fortunato Mallimaci, doctor en Sociología, docente e investigador de la sociología histórica del catolicismo, dijo que a pesar de que reconoce que la llegada de Francisco representó un papado de apertura, diálogo y puentes frente a los otros, que fueron “de clausura, de denuncia y quiebre”, también aseguró: “Al interior de la Iglesia Católica el panorama es un poco más complejo; los años de Juan Pablo II y Benedicto XVI fueron difíciles, de mucho enfrentamiento y persecución, moldearon a mucha gente y estas cuestiones siguen presentes con respecto a lo moral y lo sexual. Fueron años de enfrentamiento a la sociedad y Francisco intenta presentarse de forma distinta al mundo, aunque no ha habido ninguna reforma profunda” .

Mallimaci agregó: “El panorama es relativo entre lo que se dice y lo que se hace. Hay una palabra que acoge, que amplía, pero el papa no deja de decir que todo acto sexual fuera del matrimonio es pecado, en eso hay un retroceso. Entonces, hay una tensión entre lo que se enuncia de inclusión y lo que no se hace institucionalmente en la Iglesia Católica”.

“El papa Francisco aporta una mirada no eurocéntrica, mira la sociedad desde el lugar de los pobres, por eso su primer viaje fue a Brasil, es un aliado central de los movimientos sociales. Hace la elección de cambiar la lógica de la Iglesia ‘romana céntrica’ por una más participativa; él dice: ‘Una iglesia en camino sinodal’. También sumó un protagonismo importante a la difusión de los temas político-sociales como: la economía, la deuda externa, y el medio ambiente”, dice, por su parte, Washington Uranga, periodista, docente e investigador en comunicación.

De igual forma, mencionó los reclamos que se le hacen al papa, y sostuvo: “Falta más integración de las mujeres en El Vaticano y otras cuestiones en las que la Iglesia difícilmente va a avanzar, como la doctrina sobre el aborto. Falta mayor decisión incluso en las aperturas que inició. Los cambios pueden llegar, pero no solo por decisión del papa, sino porque la apertura a una iglesia sinodal participativa hace que estos temas se instalen. Por ejemplo, la no exigencia del celibato sacerdotal para pertenecer al orden ministerial, o que también a las mujeres no se les exija ser célibes para ser ministras”.

Respecto al rol de las mujeres en la iglesia Católica, Borri dijo que hubo cambios notables y sostuvo: “Francisco está en contra del clericalismo femenino, quiere otro tipo de roles. Ha designado al frente de muchos organismos y en la organización central de la Iglesia a mujeres, y ese es un paso importante que se ha dado. Seguramente deberían ser más, y le seguirán reclamando”.

En cambio, para Mallimaci, hay cuestiones a nivel institucional que se mantienen igual, y declaró: “El rol de la mujer no ha cambiado absolutamente nada, acaba de condenar fuertemente en Alemania la idea de las mujeres en el sacerdocio. Aquí hay un conflicto fuerte porque desde el conjunto de la Iglesia alemana sinodal se piden cambios, participación de la diversidad sexual, etcétera. En otros cargos que se dieron casi todas las mujeres renunciaron y sobre el matrimonio para los sacerdotes tampoco hubo consenso”.

La guerra por la invasión de Rusia a Ucrania no solo ha causado sufrimiento y una fuerte crisis humanitaria, sino también ha repercutido en la economía mundial. Sobre el actual contexto global y el rol de la iglesia, Borri indicó: “Desde hace ya bastantes años él ha dicho que estamos ante una tercera guerra mundial en cuotas, ahora con el conflicto de la OTAN y Rusia, que se manifiesta en Ucrania. En ese marco, Francisco, no ha dejado de intervenir con mucha claridad, ha recibido críticas y ha manifestado disponibilidad para ir a Kiev y a Moscú, pero además, este mismo año, hace unas semanas, estuvo en el Congo y en Sudán del Sur, mostrando que los conflictos en el mundo no solo están en los países centrales. Las armas, la industria de la guerra, los conflictos, el tráfico de droga siguen existiendo y ese es un fenómeno de cambio de mundo, o sea el papa del fin del mundo fue elegido en un momento de cambio del mundo”.

“Francisco ha mantenido una postura que es normativa en la Iglesia Católica de oposición a la guerra, de favorecer la paz, de levantar la voz para en lo posible llamar a la conciencia. Es importante que lo haya hecho, es la voz del líder de la iglesia cristiana más grande del mundo y lo celebramos”, expresó, por su parte,  Andiñach.

Otro de los puntos en agenda es la causa por el medio ambiente. Uranga sostuvo: “Él promueve la idea de trabajemos por la casa común” a la que estamos afectando por el sistema económico, por las decisiones económicas que se toman. Hay críticas fuertes a la propiedad privada. Él dice que la propiedad privada es un derecho que está limitado al bien común, que es una potestad de toda la sociedad. Habrá que ver cuál es su herencia, está tomando medidas en dirección de garantizar que algunos de los cambios que él impulsa no desaparezcan inmediatamente”.

Tras 10 años de papado Francisco no ha venido a la Argentina y es muy difícil que este viaje se concrete. Al respecto, Uranga agregó: “Este sería un acontecimiento político, cultural muy importante y él no quiere estar en el medio, además, de un tironeo entre sectores. Su aspiración es ser prenda de unidad y no división. En estas condiciones de la situación política argentina, veo muy difícil que el papa venga”.

Con respecto a esto, Ardiñach dijo: “La sensación que muchos argentinos tenemos es que si él viene va a quedar marcado por las cuestiones políticas internas del país. Yo creo que no sería bueno ni para él ni para la Iglesia. Hay mucho feligrés católico que puede no coincidir con la postura que él pueda llegar a asumir y se va a sentir frustrado porque él es un líder espiritual. Es difícil ponerlo en la horma de lo político. No es justo y a la vez es inevitable que quede entrampado en esa discusión”.

“Mientras el papa no venga, hay mucho por hacer en cuanto a captar su mensaje más universal, su mensaje religioso, pero también su mensaje geopolítico. Él hace poco dijo explícitamente en una entrevista: “Yo hago política, me ocupo de cómo se compone lo colectivo”. Ahí su reflexión sobre la política argentina respecto de las ‘acusaciones’ que se le hacen de ser peronista. “Y si yo tuviera una concepción política más cercana al peronismo, ¿cuál sería el problema?», ha dicho. Todavía es factible que generemos las condiciones para que Francisco nos visite”, expresó Uranga.

Por otra parte, Mallimaci comentó: “Hay gente que está a favor y hay gente que está en contra. El rechazo al papado en el mundo católico era poco visto y hacerlo público mucho más invisible. Desde hace poco, en América Latina ya se ha visto este cambio de actitud. Las críticas son muy fuertes hacia su figura. Seguramente a las celebraciones no vayan muchos porque hay gente ‘desconquistada’, gente que está en otra y quienes no les parece necesario hacerlo”.

El sociólogo agregó: “Desde el punto de vista estructural es un papado de reforma y hay un mensaje inclusivo, amable, cercano, hay una renovación en el lenguaje. Es importante el discurso en una institución carismática como la Iglesia católica. Tiene un efecto, pero no necesariamente el efecto de liderazgo carismático se refleja en la institución”.

“Para transformar estructuras y consolidarlas en el largo plazo son necesarios actores formados y organizados. ¿Quiénes son, dónde están, cómo se nuclean, quién los convoca, en cuáles estructuras participan y están insertos hoy esos actores y esas actrices que puedan y quieran producir cambios liberadores junto a Francisco? ¿Habrá un nuevo espacio ‘consagrado’ para mujeres, para matrimonios, para la diversidad sexual, con un Dios del goce y el sufrimiento y con diversos géneros y sexualidades? Lo que está en juego es si persisten o no las estructuras de poder y dominación creadas durante siglos en y por la curia romana. No es solo un problema de personas, sino también de los mecanismos que le dan continuidad en el largo plazo. Una vez más, el futuro es una aventura incierta”, cerró Mallimaci.

Quieren reabrir la Nave Tierra en Ushuaia

Quieren reabrir la Nave Tierra en Ushuaia

A nueve años de su inauguración, los fueguinos buscan rehabilitar la primera casa autosustentable de América Latina que había quedado abandonada a poco de ser construida.

El sábado 18 de febrero por la mañana, en Ushuaia el frío da un respiro y el viento apenas molesta. Las montañas se pierden entre las nubes que no permiten distinguir sus puntas nevadas. El silencio que podría reinar en esa parte de la ciudad es interrumpido por los autos que pasan por la Avenida Malvinas Argentinas, rodean la rotonda y continúan por la Avenida Prefectura Naval Argentina sin percatarse de la casa que parece nacer de la tierra. A solo unos metros de la Bahía Encerrada, se encuentra esta vivienda particular que si bien existe desde hace casi nueve años, en el último tiempo ha reunido a un grupo de entusiastas decididos a darle vida nuevamente.

La llamada “Tol-Haru. La Nave Tierra del fin del mundo” es la primera casa autosustentable realizada en América Latina en el año 2014 por iniciativa de los artistas Elena Roger y Mariano Torre. Decididos a contribuir con el medio ambiente se comunicaron con el arquitecto estadounidense Michael Reynolds, conocido por promover construcciones basadas en el reciclaje, la ecología y la autosuficiencia. La respuesta positiva del arquitecto implicó el movimiento de 70 personas provenientes de distintos lugares del mundo, todas decididas a trabajar pero sobre todo aprender. En solo un mes, el 27 de febrero la Nave Tierra nacía frente al Canal de Beagle.

Si bien la casa estuvo cuidada al principio, el paso de los años, los cambios de gestión y la llegada de la pandemia fueron factores que la llevaron al olvido.

“Se había implementado sobre todo como un lugar de visitas tanto para la gente local como para extranjeros, para que pudiesen ver otro tipo de construcciones. También se hacían visitas de los colegios para brindarles conocimientos a los más chicos” cuenta el arquitecto Luis Val quien participó de la construcción de la Nave Tierra. “Todo eso se interrumpió por el cambio de intendencia y empezaron los ‘peros’: ‘esto se puede caer, dónde están los planos, tiene que ser una construcción antisísmica.’ Entonces se cerró.”

Pero el espíritu que impulsó la creación de la casa no se apagó por parte de un grupo de fueguinos que comenzaron a presionar para que la vivienda abra sus puertas nuevamente. Junto al apoyo de diferentes fundaciones y el trabajo de la abogada ambientalista Alejandra Acosta, lograron en principio establecer una ordenanza para que este tipo de construcciones realizadas con materiales reciclados esté permitido y normalizado. Continuando con la lucha divulgaron el documental sobre la construcción de la casa y encontraron el apoyo del Secretario de Ambiente y Desarrollo Sustentable, César Molina Holguín, quien les prometió reflotar el proyecto.

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Son las 10.30 de la mañana, el ruido de la lija raspando la madera resuena en toda la casa. El polvillo que emana hace toser a los fueguinos que se han reunido para comenzar los arreglos que la Nave Tierra necesita. “Hay que ponerle un poco de amor, no está mal pero está desgastada”, dice Samanta Jorducha, abogada y Coordinadora de Control y Fiscalización Ambiental, mientras se estira para alcanzar hasta el último rincón de la puerta de entrada.  

La casa agradecida recibe a sus salvadores con un cálido abrazo que se percibe apenas se pone un pie dentro de ella. “¡Es increíble como mantiene el calor!”, dice Luis con una sonrisa. En remera de manga corta, acostumbrado a fríos más extremos comienza a mostrar y explicar las características del lugar.

Como casa autosustentable no está conectada a ningún tipo de red pública. Gracias a los grandes ventanales que miran hacia al norte recibe el calor del sol que llega a las paredes donde se encuentran las cubiertas de autos y lo conserva. Más tarde y por efecto de radiación, el calor es devuelto al ambiente. En el caso particular de esta casa, por las bajas temperaturas que enfrenta y el hecho de que no pudo realizarse con barro debido a los tiempos que se debían cumplir, se ha agregado una estufa tipo “Rocket” que tiene gran inercia térmica. Pero como señala Luis: “De Comodoro Rivadavia para arriba, no es necesario.”

Los paneles solares y los eolos captan la energía necesaria para producir electricidad. Gracias a las baterías de litio esa energía queda almacenada. El agua proviene de la lluvia, es almacenada en tres tanques que se encuentran en el techo y realiza recorridos distintos. En principio se lo utiliza para el agua de ducha y cocina. Los restos de comida son atrapados por un receptáculo con lombrices. Luego, el agua que resulta de allí se dirige a los canteros internos donde las plantas pueden proveer alimentos al tiempo que ayuda a filtrar las aguas grises para su tercer uso: la descarga del inodoro. Por último, las aguas negras son llevadas a una cámara séptica realizada de neumáticos y el excedente es tomado por plantas externas que ayudan a la depuración.

“Es una casa orgánica, viva. Todo funciona si hay alguien allí que la haga funcionar, sino todo se va deteriorando”, explica el arquitecto.

                                                                                         

 

De a poco van llegando más personas listas para trabajar. El secretario de Ambiente saluda a todos y se une a la labor. Suben al techo, observan, señalan, comentan y toman nota mental de lo que se requiere. Hay algunos ventanales rotos, grietas que tapar, paredes que pintar, plantas que cuidar.

“Voy a casa un minuto y vuelvo. ¿Quieren que traiga algo?” pregunta María Gabriela Sosa, maestra jardinera.

“¡Mate!”, responde sin dudar la abogada.

Fiel a toda temperatura y circunstancia, el mate no puede faltar. La encargada de Prensa de la Secretaría de Medio Ambiente, María Del Valle Zúñiga, acompaña con unos bizcochitos mientras toma fotos que luego publicará.

En relación al futuro de la casa, el secretario señala: “En principio se busca recuperar el espacio, tenerlo abierto en un horario fijo para que todos los turistas vengan a conocerlo. También seguir con el uso original y es que sirva de resguardo para las chicas de la guardia de mantenimiento que están en la Bahía Encerrada. La idea general es poder integrar este espacio a todo lo que es el recorrido de la Bahía.” Luis va un poco más allá y aventura: “El día de mañana se puede armar un organigrama donde cada interesado diga para qué quiere utilizar la casa. Charlas, talleres, visitas de escuelas y turísticas. A muchos les interesaría participar.”

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A la “Earthsip” diseñada por Michael Reynolds en el año 2014 se le sumaron otras en Mar del Plata, Mar Chiquita y El Bolsón. A diferencia de la que se encuentra en Tierra del Fuego, estas son escuelas por lo que no han sufrido deterioro sino que por el contrario brindan un espacio de aprendizaje en todo sentido.

Pero no solo existen estas Nave Tierra planteadas por el estadounidense. La construcción con características sustentables llama cada vez más la atención de las personas interesadas en generar un impacto positivo -o al menos no tan negativo- en el planeta. Implica entender que los recursos son finitos y que todo aporte, por pequeño que sea puede lograr una diferencia.

“Permite eliminar lo fósil, el carbón, el cemento. Se trata de construir con lo que tengas, con lo que encuentres, sin irte lejos. Con cubiertas y botellas podes armar una perfecta pared y después terminarla con barro” explica Luis. Estas características permiten reducir costos y por lo tanto hacerlo accesible a más personas. “La idea es que sea auto-construible, por supuesto se necesita de alguien que te asesore, que te guíe pero una vez que lo aprendiste lo podes hacer vos y justamente los que más buscan hacerlo son los que peor la están pasando o menos tienen.”

Hay que señalar que la posibilidad de acceder a tecnologías como los paneles solares o baterías de litio no es algo sencillo y que el impacto se ve a la larga, al reducirse los costos en energía. Pero sí existen otros aspectos que son funcionales en términos económicos, como la posibilidad de no conectarse a una red natural de gas o no depender de una garrafa.

Por otro lado, incluso en las grandes edificaciones está la posibilidad de hacer adaptaciones: una terraza verde, captar el agua de lluvia, utilizar calefones solares. “Con una casa que da al norte, podes hacer una pequeña ampliación y hacer un invernadero, tener tus plantas con verduras, frutas y así autoabastecerte.”

La opinión del arquitecto es que al no entenderse como algo de lo que se puede sacar provecho económico cuesta que crezca. Pero más allá de la intención individual, la difusión, la educación y la acción de los gobiernos se vuelven herramientas fundamentales para promover un tipo de arquitectura que se aleja de la idea del negocio al proponer volver a lo esencial y recuperar nuestra conexión con la naturaleza.

 

350.000 balcones y ninguna flor

350.000 balcones y ninguna flor

El «Atlas de Espacios Verdes en Ciudades Argentinas» muestra el déficit que tiene en la materia la Capital Federal. Como siempre, los sectores de menores ingresos son los más perjudicados. Las consecuencias para el ambiente y la salud.

En la Ciudad de Buenos Aires, más de 350 mil habitantes viven lejos de una plaza o parque con acceso a pasto, árboles y un poco de naturaleza. Este es uno de muchos datos que arroja el Atlas de Espacios Verdes en Ciudades Argentinas desarrollado por la Fundación Bunge y Born, que se propuso detectar el acceso público a ese tipo de ambientes en los mayores aglomerados urbanos del país. Dentro de esta categoría entran 155 localidades, y en todas ellas el nivel de ingresos se condice con la disponibilidad de contacto con la naturaleza.

“El percentil más bajo tiende a tener una accesibilidad muchísimo peor que la de los vecinos mejor acomodados. Esto no es exclusivo a Buenos Aires, hay una inequidad que calca la vulnerabilidad económica y se replica en casi todas las ciudades del país”, explica uno de los expertos que ejecutó el estudio. Antonio Vázquez Brust estudió Ciencias de la Computación y es magíster en Planificación Urbana, especializándose en el análisis de datos y la estadística para estudios urbanos. Ese camino lo llevó hasta la elaboración del Atlas, en el que su equipo construyó una base de datos georreferenciada y contrastada con imágenes satelitales, que permitió conocer la situación a nivel país

La investigación también se nutrió de un cruce con datos censales y de la Encuesta Permanente de Hogares, del INDEC.Uno de los fines del estudio fue confirmar algo que ya se sospechaba: las ciudades argentinas, en general, tienen una oferta muy baja de espacio público verde. En CABA y el Gran Buenos Aires hay un tapizado de cemento de millones de km2”, continúa Vázquez Brust. La Ciudad Autónoma es una de las urbes con menos espacios naturales por habitante de toda Argentina, donde más del 12% de la población vive lejos de uno. El sector más vulnerable es el más perjudicado: una de cada cuatro personas tiene poco o nulo acceso a estas locaciones. En el percentil más rico, el número es de 1 en 25.

María Fernanda Danguise, quien fue mediadora comunitaria en la Villa 15 de Mataderos, asegura que las condiciones de esparcimiento de los vecinos son alarmantes. “El acceso a espacios abiertos es muy escaso, no hay pasto ni árboles, y los juegos son pocos. Todo es tierra, no existe el espacio verde”, comenta. Además, insiste en que la situación se vincula con otras problemáticas sociales, como la droga y la delincuencia. “Si es que hay proyectos de desarrollo, duran muy poco. Es difícil que esos espacios se mejoren porque muchas veces son utilizados como zonas de consumo, y en la práctica es un riesgo que un niño se acerque a jugar”. Cuenta que las pocas veces que estos habitantes realizan excursiones a parques de otras localidades, quedan maravillados con el pasto y con los árboles.

Entre otras cosas, el Atlas define un umbral de accesibilidad de diez minutos de caminata hasta el lugar, siguiendo los lineamientos de la iniciativa estadounidense 10 Minute Walk. “Es una especie de número mágico. Se ha estudiado cuándo los residentes aprovechan la oferta de espacios públicos y los incorporan en su vida cotidiana. Si una persona tiene un sitio así a menos de 10 minutos desde su casa, lo utiliza con frecuencia. Si no, no”, menciona Vázquez Brust.

Gracias a su impecable ejecución, el informe de la Fundación fue retomado por la Comisión de Espacios Públicos de la Ciudad de Buenos Aires, agregando estas métricas a los datos según los cuáles planifican y piensan legislaciones. Milagros Schapp, becaria del Instituto de Investigación e Ingeniería Ambiental 3IA, de la Universidad Nacional de San Martín (UNSAM), señala que esta información sirve a la infraestructura ambiental y la prevención del cambio climático. “Si tuviéramos más espacios verdes, tendríamos una calidad ambiental general mucho mejor y menos gastos: menos aires acondicionados encendidos, más posibilidades de hacer actividades económicas que no se detengan por el calor”, insiste.

Estudios recientes vinculan el acceso a parques y plazas con un efecto positivo en la salud pública, reduciendo la morbilidad cardiovascular, la prevalencia de diabetes tipo 2 y el desarrollo cognitivo infantil, entre otros. Estos lugares retienen material particulado. El hollín, ceniza, polvo y demás se depositan sobre las hojas y no lo respirás. Sin su presencia, esas partículas quedan suspendidas en el aire durante el tiempo suficiente como para inhalarlo. Además, disminuyen la contaminación sonora”, aclara Schapp.

Respecto a su rol ambiental, argumenta que la vegetación es moderadora climática porque captura el agua y la evapora, y ese vapor toma temperatura del aire. Esto evita atmósferas secas, donde hay más propensión a la amplitud térmica. “Así prevenís olas de calor. Cuando la radiación es fuerte, el espacio verde absorbe longitudes de onda corta con mucha energía calórica, evitando la radiación desde el suelo. Si no tenés ese espacio verde, el infrarrojo que refleja el asfalto se transforma en un calor sofocante”, explica. Tanto en temporadas frías como cálidas, sostiene que la diferencia puede ser de 3°C en promedio.

 

Geográficamente, Schapp recuerda que esta zona de la provincia es de ríos de llanura, con planicies de inundación muy amplias. “La vegetación funciona como un buffer hídrico, una barrera que evita que las subidas sean repentinas y pronunciadas. Sin esto, los costos son mucho mayores, no sólo en daños sino en obra pública”. A su vez, sostiene que “si las lluvias se dan en una superficie de asfalto, la acumulación es mucho más rápida y el caudal pico es muy alto”. Esto sucede en lugares como la Cuenca Matanza Riachuelo y la cuenca del Reconquista.

En cuanto a la importancia simbólica de los parques y plazas arboladas, reflexiona que su presencia excede las necesidades edilicias y ambientales, ya que supone una parte irremplazable del ecosistema social. “La estética está atada a los espacios verdes, tienen un valor intrínseco por fuera de su utilidad. La calidad de vida aumenta cuando el paisaje está en buen estado”, concluye.