“Las agendas de los partidos no encarnan las demandas de la mayoría de población”

“Las agendas de los partidos no encarnan las demandas de la mayoría de población”

Con apenas un 53 por ciento de votantes del padrón, las elecciones legislativas de ayer fueron las de más baja participación desde la vuelta de la democracia. Una derecha cada vez más autoritaria, un peronismo porteño expectante y un pacto que parece inevitable.

La apatía marcó la elección legislativa porteña, en la que se impuso el vocero presidencial, Manuel Adorni, quien obtuvo el 30,13 por ciento de los votos, seguido por Leandro Santoro (27,35 por ciento). En tercer lugar, con un escueto 15,92 por ciento, quedó Silvia Lospennato, la candidata del PRO, que no perdía una elección en el distrito desde 2007. En los comicios de ayer, apenas votó el 53,2% del padrón, la participación más baja desde el regreso de la democracia y la peor en lo que va del calendario electoral. Para Pablo Vommaro, doctor en Ciencias Sociales, docente e investigador de la UBA, CONICET y CLACSO, la baja participación revela «un desinterés, una cierta desafección de la población al menos por esta elección legislativa y por las opciones que se presentaron». Sin embargo, advierte que no se debe generalizar: “No creo que se trate de un rechazo a la política en general, ni siquiera a la de la Ciudad. Pero sí expresa un bajo interés por una elección exclusivamente legislativa y marcada por una extrema polarización».

En esa línea, Vommaro señala que “los cruces entre La Libertad Avanza, el PRO, Rodríguez Larreta y el peronismo generaron más rechazo que compromiso. Esa polarización y esa exacerbación de los conflictos cruzados, lejos de atraer más participación, provocó abstencionismo, rechazo y cierto alejamiento. Según el investigador, el ausentismo también deja al descubierto una desconexión entre la política y la sociedad: “Las agendas que están proponiendo para el debate no hacen sentido, no encarnan los anhelos, las demandas y los intereses de la mayoría de la población”.

Carlos Bianco, ministro de Gobierno bonaerense, también puso el foco en la baja participación: “Votó apenas el 53% del padrón, 22 puntos menos que en 2023 y 16 menos que en las legislativas de 2021”. Para el funcionario, el fenómeno no se limita a la Ciudad: “Es una situación que se repite en varias provincias y pone en cuestión la legitimidad democrática de los resultados”.

A la hora de analizar el impacto político, Bianco ofreció un dato clave: “De cada seis porteños, tres no fueron a votar; y de los tres que sí lo hicieron, sólo uno votó a Adorni. Eso representa apenas un 16% del electorado habilitado”.

El derrumbe del PRO y el futuro de Macri

El triunfo del espacio de Javier Milei sobre el partido fundado por Mauricio Macri quebró la hegemonía del PRO en la Ciudad y consolidó el liderazgo del oficialismo nacional sobre la derecha tradicional. Para Vommaro, el resultado marca «una caída, una especie de debacle del PRO como partido oficialista en la Ciudad de Buenos Aires», que tras casi 20 años de gobierno «encontró su límite, su agotamiento y un declive pronunciado».

Desde su perspectiva, la disputa actual no se reduce a nombres, sino a modelos de ciudad: “La confrontación hoy es entre sectores progresistas —sobre todo encarnados por el peronismo— que impulsan una ciudad más inclusiva, más igualitaria y menos segregada, y las fuerzas oficialistas a nivel nacional, que exacerban discursos de exclusión, violencia y autoritarismo, incluso apelando a fake news y maniobras electorales”.

Santoro, ¿perdedor o ganador?

Leandro Santoro quedó segundo, lejos de su objetivo de máxima —ganar la elección—, pero logró retener la primera minoría legislativa, sumar dos bancas y recuperar terreno en el sur de la Ciudad. Además, con el 27,35% de los votos, alcanzó la mejor marca para el PJ en una elección de medio término desde 2009. Sin hablar de derrota, el candidato destacó que “este resultado nos obliga a seguir trabajando para construir la ciudad que queremos”, aunque puso el foco en la caída del PRO al tercer puesto.

Para Pablo Vommaro, el resultado “lo posiciona de una manera interesante en la Ciudad”, pero advierte que el peronismo deberá consolidarse como verdadera oposición. “Debe dejar de cogobernar o apoyar al oficialismo, como ha hecho tantas veces. Hace falta un perfil opositor claro y, sobre todo, construir un relato de futuro”.

En esa línea, Vommaro apuntó una autocrítica más profunda: “Hoy Milei, incluso con su discurso de odio y exclusión, es el único que proyecta una idea de país. Las demás fuerzas, peronismo incluido, están más ocupadas en debatir entre sí o ancladas en un pasado idealizado, sin una propuesta clara hacia adelante”.

Rodríguez Larreta, el único que festejó

Mientras la UCR y la Coalición Cívica quedaron fuera de la Legislatura —con apenas un 2% cada una y sin lograr renovar las cinco bancas que ponían en juego—, Horacio Rodríguez Larreta fue el único dirigente de la vieja Juntos por el Cambio que terminó la noche con una sonrisa.

Sin certezas sobre su caudal electoral y con una campaña austera, el exjefe de Gobierno porteño obtuvo el 8% de los votos, lo que le permitió sumar tres legisladores. En su entorno celebraron el resultado como un logro inesperado: menos que eso hubiera sido una mala elección, y llegar a los dos dígitos era casi una utopía.

La nueva composición del parlamento porteño

Con el peronismo como primera minoría y La Libertad Avanza como segunda fuerza, Jorge Macri deberá gobernar sin mayoría propia y con un bloque oficialista nacional que avanza sobre sus territorios.

Tras los comicios, Macri felicitó tanto a Manuel Adorni como a Leandro Santoro, y reconoció que su fuerza hizo «una mala elección». Sin embargo, se mostró firme en el discurso: “Hoy no nos toca ganar, pero uno siempre tiene que seguir fiel a sus valores”.

El mapa de CABA dejó un mensaje claro: el voto funcionó como un plebiscito económico a favor de Milei. El fenómeno violeta arrasó en los barrios del norte —Recoleta, Núñez, Belgrano, Palermo— donde la clase media-alta rompió con el PRO. En el sur, Santoro se impuso como canal del voto bronca de los sectores populares.

El pacto inevitable

Sobre un acuerdo entre el PRO y La Libertad Avanza en la provincia de Buenos Aires, Vommaro es categórico: “Este resultado posiciona mucho mejor a La Libertad Avanza que al PRO, tanto a nivel nacional como en una eventual alianza bonaerense”.

Para el investigador, lo que se está consolidando es “una derecha mucho más radicalizada que la que existía hasta ahora: autoritaria, violenta, con discursos de odio, pero que Milei ha logrado aglutinar, desplazando al PRO como su principal expresión”.

En ese marco, una alianza entre ambos podría servir para enfrentar al peronismo y, sobre todo, a Axel Kicillof, figura clave en la disputa política e ideológica. Pero, advierte Vommaro: “Sería un acuerdo asimétrico. El PRO quedaría claramente en un rol subordinado”.

En declaraciones televisivas, Javier Milei aseguró que La Libertad Avanza promoverá en un acuerdo electoral con el PRO en la provincia de Buenos Aires sin la participación de Mauricio Macri y, tras la primera derrota de la fuerza macrista en la Ciudad, consideró que «el momento» del líder del partido amarillo «ya pasó».

Milei aseguró que en el territorio bonaerense debe darse «un acuerdo entre dirigentes» y señaló al presidente del PRO bonaerense, Cristian Ritondo, y al diputado Diego Santilli para llevar adelante esas negociaciones.

Larreta festejó con el Topo Gigio

Larreta festejó con el Topo Gigio

El exjefe de Gobierno salió cuarto en las elecciones, detrás de Adorni, Santoro y Lospennato. Sin embargo, festejó el daño que le hizo al PRO, restándole el 8% de los sufragios.

En su primer elección porteña por fuera del aparato del PRO, el exjefe de GobiernovHoracio Rodríguez Larreta obtuvo el 8% de los votos y se colocó en el cuarto lugar, por debajo de Silvia Lospennato, que con el 15,9% le dio al PRO su peor elección en el distrito porteño de los últimos 20 años. 

El cuarto lugar fue ampliamente festejado por el equipo de Volvamos Buenos Aires. En el bunker, predominaron las felicitaciones entre los miembros del espacio y los cantos y vitoreos para Larreta: “Hay que saltar, hay que saltar, es con Horacio en la Ciudad”, cantaban los asistentes mientras esperaban al candidato. Alrededor de las 20, cuando ya Lospennato y Santoro habían dado sus declaraciones, Rodríguez Larreta bajó de las oficinas donde esperó los resultados para hablar con los medios y militantes. “Dijimos que íbamos a volver y volvimos”, fueron sus primeras palabras. Antes había hecho el gesto del Topo Gigio, el mismo que había hecho Juan Román Riquelme cuando se enfrentó en Boca a Mauricio Macri, a quien finalmente terminó desplazando del club. 

Con eje en la seguridad, la higiene y las obras que faltan en la Ciudad, la campaña del espacio Movimiento Al Desarrollo (MAD) se basó principalmente en resaltar la gestión de Rodriguez Larreta como Jefe de Gobierno porteño durante el período 2015-2023 y remarcar que, con Jorge Macri, “la ciudad está peor”. “Hoy los porteños confirmaron lo que me venían diciendo en los barrios: la ciudad está mal y la gestión de Jorge Macri es mala”, declaró el candidato. En diálogo con ANCCOM, Guadalupe Tagliaferri, segunda en la lista y senadora de Juntos por el Cambio desde 2019, remarcó: “Estamos en esta lista porque nos duele, nos da bronca. Pero no por nosotros, porque es la vida de los porteños. Salir a la calle y tener tachos de basura que rebalsan, que no haya seguridad, que en la Ciudad hayan vuelto las entraderas, con el nivel de angustia que eso genera en una familia, obvio que si amás la política de la Ciudad, esto te indigna y te da mucha bronca”. 

Emanuel Ferrario, también interpretó los resultados como una alerta para Jorge Macri y el Pro: “El 85% de los porteños le dijeron al Gobierno de la Ciudad que no están contentos con su gestión. 16 de las 17 listas estábamos diciendo que la gestión de la Ciudad no está bien y la única lista que no hizo ni una autocrítica con respecto a la situación  fue la del Gobierno. Me parece que este resultado muestra eso, que es necesario que se corrijan cosas porque los porteños merecemos vivir mejor, porque hasta hace no mucho tiempo, estábamos mucho mejor”. 

Los asistentes tenían coloridas gorras con la figura de un alien y alentaron fuertemente a cada uno de los candidatos a medida que iban apareciendo, incluso después de conocidos los resultados.  

Josefina Gonzáles Jauregui, quien ocupaba el decimosegundo lugar de la lista afirmó:  “Estamos felices con la elección, felices de volver. Horacio es el único que conoce bien la Ciudad. Esta gestión del PRO no nos representa, el PRO siempre fue sinónimo de buena gestión y eso es lo que está faltando ahora, la ciudad está mal, está insegura y sucia”.  

También Tagliaferri manifestó su alegría con respecto a los resultados: “ Estoy feliz, estoy contenta, estoy exultante. Es casi nuestra primera elección, contra aparatos enormes y en una elección super nacionalizada, me parece que encontramos un respaldo enorme por parte de los porteños”.  

Olor a pis 

El grado de nacionalización de la elección se observa claramente en la victoria de Manuel Adorni, que obtuvo el primer lugar con una campaña basada casi exclusivamente en su identificación con Javier Milei. Sin embargo, el espacio de Larreta se centró en poner énfasis en su diálogo con los vecinos de la Ciudad:  “Gracias a los que nos dieron su visión de la ciudad, yo fui anotando uno por uno en mi cuadernito y fui confirmando lo que ya sentía y todos vemos: la ciudad está mal, la ciudad no es lo que era, hay olor a pis”, afirmó el ex Jefe de Gobierno, y su público asintió sobre el aroma a orín que hay en las veredas porteñas.  

“Para nosotros en las elecciones de la ciudad hay que resolver los problemas de la ciudad. Eso es lo importante”, postuló Tagliaferri, quien también se refirió a ciertas “jugadas sucias” y fakes news que circularon durante la campaña: “Horacio ha vivido un escrache que fue armado y el gobierno de la Ciudad en lugar de contar y decirnos las cosas que había hecho y cuáles eran las propuestas a futuro, se dedicó durante 15 días en todos los canales de televisión sólo a pegarle a Larreta. Bueno, aún así hicimos esta excelente elección”, remarcó. 

Estas elecciones en la Ciudad tuvieron la participación más baja en las últimas décadas, con un poco más del 50% de asistentes. “Al ver que participó solamente uno de cada dos porteños hoy en la elección, creo que toda la política debería recibir ese mensaje. No es casualidad que el 50% de los porteños no hayan querido ir a votar, es algo que todos tenemos que pensar. Y es muy importante que entendamos que la política tiene que dar resultados, la legislatura tiene que dar resultados”, afirmó Ferrario. 

«No se lidera solo desde el resultado, también desde la convicciones»

«No se lidera solo desde el resultado, también desde la convicciones»

El PRO, con Silvia Lospennato a la cabeza, salió tercero en el distrito que gobierna y perdió por primera vez desde 2005. ¿El ocaso de Mauricio Macri?

El PRO enfrenta una encrucijada tras terminar tercero con su lista encabezada por Silvia Lospennato en las elecciones legislativas de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. El oficialismo de la ciudad obtuvo el 15,9% de los votos, logrando sólo 5 bancas, y quedó detrás de Manuel Adorni, primero con el 30,09% y Leandro Santoro, segundo con el 27,4%. La jornada fue marcada por una baja participación, con el 53,45% del padrón asistiendo a votar, el porcentaje más bajo desde el 2007.

Tomando los resultados al momento del cierre de esta nota, el oficialismo porteño enfrenta una legislatura muy dividida y en minoría, a donde tendrá que ir a buscar acuerdos. El PRO tendrá solo 11 representantes, mientras que el peronismo porteño ostentará 20 bancas y La Libertad Avanza contará con 14.

La dirigencia salió a reconocer la derrota unos minutos después de las 19 horas, instantes luego de que se publicaran los primeros datos oficiales. La primera en hablar fue la propia Lospennato, quien reconoció que los resultados no fueron los esperados y agradeció a la militancia y a los fiscales. Destacó que fue una campaña difícil, “llena de insultos y noticias falsas” y que “no obedeció las reglas de la democracia”.

A su vez, destacó que la noche de hoy es un punto de inflexión para el partido, que el PRO apostó por la renovación y que “toda semilla necesita tiempo para crecer”. En ese sentido, destacó que “no se trata del resultado de hoy, sino de un cambio con equilibrio y sin crueldad”. También, afirmó que “no solamente se lidera desde la victoria sino también desde las convicciones” e instó a la militancia del PRO a “no rendirse”.

El segundo orador fue el jefe de gobierno Jorge Macri, quien felicitó a Adorni y a Santoro por su elección. El mandatario manifestó que siempre se tiene que ser fiel a sus valores e instó a la nueva conformación de la Legislatura a no obstruir la gobernabilidad. Condenó que la elección se nacionalizó y resaltó que por esto se complicó dar discusiones locales, pero reconoció que la ciudadanía reclamó una conformación más diversa en el poder legislativo local.

En ese sentido, afirmó que quedan dos años y medio de gobierno en donde tendrán que ir a buscar acuerdos a la cámara y festejó que el partido en sí tendrá más legisladores que antes, aunque  el bloque oficialista quedó debilitado tras el quiebre de la alianza entre el PRO y el radicalismo de la ciudad.

En el escenario también estaba Mauricio Macri. El expresidente se paró al lado del atril en donde Lospennato y su primo Jorge brindaron sus discursos y se fue sin declarar. Luego de los discursos, la poca militancia que llegó hasta el bunker se dispersó rápidamente y para las 20 horas ya estaban desmontando el escenario.

Esta noche, a diferencia de lo usual locación, el PRO decidió que su búnker sea en la sede central del partido sobre calle Balcarce, con un pequeño lugar reservado al público y un escenario a mitad de cuadra. El clima fue de mucha cautela durante todo el día, con una muy baja presencia de la militancia. La primera en hablar fue María Eugenia Vidal, unos minutos después de las 18 horas. La exgobernadora de Buenos Aires declaró que fue una campaña muy intensa y evitó hablar de bocas de urna. Para ese momento, en las sedes de La Libertad Avanza y Ahora Buenos Aires se manejaba cierto ambiente de euforia.

Es la primera vez que el partido pierde en la Capital desde su fundación en 2005. Desde entonces, cosechando su primera victoria en las elecciones a jefe de Gobierno del 2007 con la fórmula integrada por Mauricio Macri y Gabriela Michetti, la Ciudad Autónoma de Buenos Aires ha sido el fuerte del PRO. Tras los resultados de esta noche y considerando el derrotero que arrastra las filas de Mauricio Macri en los últimos dos años, la jefatura de gobierno en el 2027 es una incógnita.

Esta derrota toca bastante fuerte en las filas del PRO, tras el recrudecimiento del enfrentamiento entre Macri y el presidente Javier Milei. En las últimas semanas el titular del PRO puso el cuerpo y participó tanto de varias recorridas con Lospennato como también rondas de entrevistas junto a ella. Por eso, es muy difícil que pueda desmarcarse de esta mala noche electoral.

La jornada empezó con Macri acusando al gobierno de campaña sucia. El expresidente denunció la divulgación de un video generado con inteligencia artificial, en el que una representación de él anuncia la baja de la candidatura de Lospennato en favor de Manuel Adorni. En el desayuno del partido, acompañado por María Eugenia Vidal y su candidata, afirmó que esto fue la maniobra “más vil y perversa” que vio en sus 20 años de actividad política.

Los resultados de esta noche y los últimos dichos de Milei sobre el PRO, a quienes describió como “amarillos fracasados” en el cierre de campaña de Adorni, ponen el foco en el posible acuerdo en la provincia de Buenos Aires entre el gobierno nacional y dirigentes del PRO. Allí las conversaciones están avanzadas con Diego Santilli y Cristian Ritondo, quien estaba en el escenario cuando Lospennato y compañía salieron a reconocer la derrota.

10 años de política nacional: de Cristina a Milei

10 años de política nacional: de Cristina a Milei

¿Qué ocurrió en el país para que en tan solo una década pasara de un gobierno popular a uno de derecha radical? Las experiencias fallidas de Macri y Alberto Fernández, los efectos de la pandemia y los problemas que nadie pudo resolver.

La victoria de Javier Milei en las elecciones presidenciales de 2023 representó un sacudón para la sociedad argentina. Mirando hacia atrás, las claves de su triunfo se vuelven más claras y trazan una línea de hechos y momentos que marcaron estos últimos diez años de la historia política argentina. Ana Paola Zuban, politóloga, consultora e investigadora analiza que “el liderazgo de Milei es un eco de una sociedad cansada, enojada, que conquistó derechos pero que no puede ejercerlos materialmente y esto es terreno fértil para que prosperen los conservadurismos y las ideas de derecha”.  

Las crisis que enfrentan las clases trabajadoras pueden explicarlo en parte. La inestabilidad, inseguridad, inflación, el aumento de precios y servicios, la pérdida de puestos de trabajo y la informalidad laboral, la no actualización de los salarios y por ende el deterioro de la calidad de vida, son algunos de los elementos que conforman el cuadro crítico de una sociedad que busca sobrevivir día a día. Zuban reflexiona que la incertidumbre creciente que plantean las crisis económicas y su profundización, producida por la pandemia del Covid 19, impone la necesidad de protección del statu quo.  En ese marco, gran parte de la sociedad siente que su estilo de vida y sus creencias son atacados y que el discurso de odio es una justa reacción a eso. “Ese conservadurismo se orienta, por definición, a mantener y proteger tradiciones culturales, religiosas, siempre orientadas a proteger valores tradicionales, que representan un escudo protector ante tanta incertidumbre y consolida una identidad comunitaria, muy necesaria en momentos de fragmentación”, remarca.

En el trazado de esa línea retrospectiva de hechos políticos que permiten analizar el presente, la primera parada es el gobierno de Alberto Fernández. En diálogo con ANCCOM, Pablo Semán, sociólogo, antropólogo e investigador del CONICET, señala que “la pandemia catalizó una serie de tendencias críticas del Estado y las condensó en una acción de la política que también fue sometida a crítica por la población”. Queda claro que la desbordante crisis social y sanitaria no sólo dejó secuelas en la propia sociedad, sino también en un gobierno que había articulado su narrativa en contraposición a la anterior gestión de Mauricio Macri, y en torno a la reconstrucción de un nuevo contrato social “fraterno y solidario”, la reactivación de la obra pública y la salida de la lógica del ajuste y la deuda, en palabras del propio Fernández en su discurso de asunción en diciembre de 2019.

“Al kirchnerismo le interesa mucho deslindar culpas, descargándolas en Alberto Fernández y yo diría que en general todo el comportamiento del Estado fue bastante problemático, aun cuando el de Fernández, sobre todo por algunas cosas específicas como la foto de Olivos, haya quedado en el centro de la escena.  No parecía un gobierno unificado, digo, personas que no tuvieran otros intereses que no fuesen salvar su propia silla”, puntualiza Semán.

Por su parte, el gobierno de Mauricio Macri representó el triunfo de Juntos por el Cambio como una coalición nueva, de centro-derecha, que se volvió competitiva y ganó las elecciones; y de una persona que no provenía ni del peronismo ni del radicalismo. “En el gobierno de Macri sucedió una cosa importantísima y mala que fue el endeudamiento. Todo el proceso que llevó al endeudamiento constituyó algo así como un engaño a la población, porque la previa apreciación cambiaria y la posterior devaluación eran cosas que se suponían que no iban a volver a ocurrir y generaron una gran decepción”, observa Semán.

El fracaso del gobierno de Macri, que había llegado bajo la promesa de la generación de empleo,  pobreza “cero” y la ampliación de la economía, no hizo más que dejar una crisis social aún más aguda, con altos niveles de inflación, pobreza y endeudamiento. Como resultado, el vínculo de la sociedad con la política continuó resquebrajándose. En relación a este punto, Manuel Salvador Zunino, sociólogo, docente y consultor explica que existe una combinación de factores estructurales y coyunturales que moldearon la relación de la sociedad con la política en la última década. “En lo estructural, los cambios en la forma de producir, el avance tecnológico y la precarización del empleo generaron nuevas subjetividades, nuevas formas de relacionarse con la política y un sentimiento de incertidumbre generalizado. En lo coyuntural, la crisis económica persistente, la inflación y la dificultad de los gobiernos para ofrecer respuestas concretas deterioraron la confianza en la dirigencia. Eso abrió la puerta a discursos más disruptivos y a liderazgos que canalizan el descontento con la política tradicional” analiza Zunino.

Es posible señalar, entonces, que la poca capacidad o voluntad de desarrollar ciertos parámetros de gobernabilidad, las contradicciones al interior del propio gobierno y la imposibilidad de satisfacer ciertas necesidades sociales durante la gestión de Macri se fueron acumulando durante el mandato de Fernández, desembocando en el surgimiento de la figura de Milei. Gabriel Vommaro, sociólogo, docente e investigador, puntualiza que la era actual del descontento político y la crisis de representación de las democracias data de mucho antes. “Si vos mirás la Primavera Árabe, el movimiento Ocuppy WallStreet o el 15-M en España tuvieron lugar hace más de una década. Por eso uno puede decir que el descontento social con las elites políticas comienza bastante antes. Y después, con las crisis de la subprime en 2008/2009 se agudiza una crisis económica y política en el mundo. América Latina tuvo ciertas particularidades, un boom en el precio de las commodities que le permitió traer recursos extraordinarios durante cierto período y esto coincidió con el ascenso de izquierdas anti-sistemas o ciertamente novedosas en sus países, lo que retrasó ese descontento generalizado, que llegó directamente de la mano de las derechas radicales”.

Por su parte, Semán se aleja de la necesidad de pensar el gobierno de Milei como eco del ascenso de las derechas a nivel mundial y señala que la referencia cómoda y superficial a lo internacional en los análisis cotidianos, impide asumir o entender el porqué de la victoria  de Milei y porqué se mantiene. “Las extremas derechas de América Latina son muy diferentes de las de Europa, en su proceso evolutivo y en su modo de gobierno, y además las extremas derechas que ganaron en América Latina también son muy diferentes en sus propias evoluciones. La principal diferencia es que, por ejemplo, ascendieron de forma abrupta, consolidaron mayorías electorales con pisos por encima del 45%, y gobiernan de forma radical y revolucionaria, transgresora de los acuerdos constitucionales previos, cosa que no necesariamente ocurre en Europa”.

En este contexto, remarca que “los mismos que en Argentina decían que en nuestro país no iba a pasar lo mismo que pasaba en otros países del mundo, porque en Argentina había una excepción que era el peronismo y los juicios a las juntas, son los mismos que ahora dicen que esto es un fenómeno mundial. Milei, más que ser un reflejo de lo que acontecía mundialmente en su momento, fue más bien un vector, un factor de ampliación de lo posible de ser dicho por la derecha a nivel mundial. Porque podía decir lo que no podía decir ningún líder de las extremas derechas. Entonces, Milei fue menos influido mundialmente, aunque algo lo fue”.

En la actualidad, se abren muchos interrogantes en torno a la evolución del panorama político, ciertamente complejo. “El impacto de las redes sociales, las fake news, la segmentación y los discursos de odio, imponen nuevas narrativas y nuevos modos de conectar con toda la sociedad. Surgen nuevos movimientos de protesta, transversales, con demandas diversas con multiplicidad de consignas. También, una militancia más volátil, menos leal a los partidos, aunque no por eso despojada de ideología”,  señala Zuban.

En relación a la oposición, las fuentes concuerdan en que en su disputa por el liderazgo, el peronismo retrasa la discusión sobre el contenido y una necesaria autocrítica. Zunino remarca que “está más en una posición reactiva frente a la agenda de Milei que en una fase propositiva. No está intentando conectar con los jóvenes, ni con el trabajador informal, y en un tema central como la seguridad cedió espacio y dejó que figuras como Patricia Bullrich dominen ese discurso, sobre todo en los sectores de mayores de 60 años. Tiene una debilidad en su relato en las tres franjas etarias. Por otra parte, para que emerjan nuevos liderazgos, el peronismo primero tiene que definir qué le quiere proponer a la sociedad”.

Por su parte, Semán analiza que los años de protagonismo del peronismo en el gobierno “llevaron a la construcción de superestructuras políticas muy densamente pobladas, que tienen intereses creados en la defensa de esas posiciones, antes que en la construcción de una representatividad”. Y agrega que “eso a su vez está comprometido con la consolidación de un repertorio de acción política que consiste en la intransigencia, la agresividad política, la imposibilidad de realizar alguna autocrítica y en un modo de producir consenso político basado en la creencia de una jefatura infalible, lo cual lleva, por ejemplo, tanto a la imposibilidad de renovación como a los desacuerdos que se manifiestan entre Cristina Fernández de Kirchner y Kicillof”.

En un año de definiciones en medio de una inestabilidad casi estructural, el rumbo político está atado a la economía como factor principal. “Un oficialismo adicto a las fake news, una oposición fragmentada y fracturada, una sociedad escéptica, con altas dosis de frustración vinculada a la economía puede triunfar en octubre, y eso puede permitir ganar algo de tiempo. La economía es y será el factor determinante”,  puntualiza Zuban. Desde su mirada, Zunino remarca que “el principal desafío lo tiene Milei. Si logra consolidar su liderazgo dentro del espacio antiperonista, puede asegurarse un piso electoral importante. Pero ahí tiene un obstáculo que es Mauricio Macri, que sigue siendo un actor clave. El mes bisagra en la política nacional es mayo, ahí se definen las alianzas y vamos a poder ver cómo se ordena el mapa político”. Por su parte, Semán concluye que “la evolución del panorama político va a estar vinculado a los logros que pueda tener el gobierno de Milei en cuanto a consolidar su política antiinflacionaria, que tiene un costo enorme. Ahora, si distintas situaciones políticas llevan a que el gobierno, por ejemplo, no tenga financiamiento y caiga en una devaluación, o se acelere una espiral de expectativas negativas, el gobierno va a estar más erosionado, y las elecciones de octubre van a ser un desafío más profundo y más duro para el oficialismo”.

Boca está feliz

Boca está feliz

Tras semanas de incertidumbre, finalmente se celebraron las elecciones en el club de la Ribera y el oficialismo, encabezado por Juan Román Riquelme y Jorge Ameal, extendió su mandato hasta 2027. La voz del pueblo xeneize en una jornada histórica para la institución.

Juan Román Riquelme fue electo nuevo presidente del Club Atlético Boca Juniors al imponerse a la fórmula de Andrés Ibarra y Mauricio Macri por más de 14.000 votos de diferencia en los comicios de este domingo, en los que participaron 46.402 socios, cifra récord para el fútbol argentino. El temporal que azotó la Ciudad de Buenos Aires desde la madrugada no fue una traba para que los hinchas se acercaran a ejercer su derecho a voto.

“Tengo amigos que por la lluvia y el viento se les han volado los techos de sus casas, pero primero van a venir a votar y luego se ocuparán de eso. Porque el club es de los socios y no queremos perderlo”, dice Mariano, quien no pudo dormir la noche anterior por la expectativa de pisar el césped de La Bombonera por primera vez. Zulma, a pesar de su edad y su dificultad para caminar, recorrió más de 1.200 kilómetros desde Formosa hasta la calle Brandsen 805 y lloró de la emoción al entrar a la cancha. “Coincido con Román en que este es el partido más importante de la historia del club. Yo lo jugué y metí un golazo”, afirma en diálogo con ANCCOM.

El verdadero impedimento para que las elecciones se llevaran a cabo había sido la medida cautelar presentada por la jueza Alejandra Abrevaya a pedido de la oposición, que suspendía las elecciones debido a la inclusión de 13.000 socios en el padrón –de los cuales votaron 6.800–, supuestamente de manera irregular. La medida fue revocada por la Sala E de la Cámara Civil el pasado lunes. “Esto es democracia y nosotros tenemos que decidir lo que queremos para el club. No la justicia, una jueza, una gerencia, un qatarí, ni nadie”, asegura Lucas, que vive un domingo soñado junto a su esposa y su hijo de dos años. “Fue una lástima ensuciar tanto la situación. Si hubiésemos votado en primera instancia, los resultados serían los mismos, porque la gente sabe lo que quiere”, agrega Ana, quien también se acercó a votar con su familia.

“Yo quería votar antes, pero la gente que hoy va perder no quería. La experiencia de hacerlo en la cancha fue bárbara, salvo cuando apareció un señor que se tiene que ocupar del país y hoy vino porque lo mandó su jefe”, expresa Arnaldo, socio del club desde el año 1966. Alrededor de las 10, el presidente de la Nación, Javier Milei, socio activo N° 76.296, accedió a la carpa A, donde sufragó en la mesa 19. El mandatario fue insultado por decenas de hinchas, tanto al ingresar como al salir, un hecho que fue repudiado por Mauricio Macri, que no participó del acto eleccionario porque viajó a Arabia Saudita por el Mundial de Clubes, en su carácter de presidente de la Fundación FIFA.

Entre las figuras de la oposición que sí se hicieron presentes estuvieron Martín Palermo, máximo goleador de la historia de Boca, ovacionado al momento de ingresar al estadio; Rolando Schiavi, ganador de nueve títulos con la camiseta azul y amarilla; Daniel Angelici, exmandamás de la institución entre 2011 y 2019, y el candidato Andrés Ibarra, cuya llegada despertó el canto “el club es de los socios” entre los hinchas.

Del oficialismo se los pudo ver a Raul Cascini y Marcelo “Chelo” Delgado, ex jugadores e integrantes del Consejo de Fútbol, y a Ángel Clemente Rojas, gloria xeneize de la década del 60. Rafael Di Zeo, jefe de La 12, también se acercó a emitir su voto.

Todo se descontroló cuando Juan Román Riquelme apareció en La Bombonera. Al ídolo se lo vio rodeado de una multitud de hinchas y todos cantando al ritmo de “soy bostero / es un sentimiento / no puedo parar”. “Venimos por Román, solo por él”, sintetiza María, quien sintió la necesidad de votar por primera vez, a pesar de que es socia desde 1997. El suyo fue uno de los 30.318 votos que convirtieron a Riquelme en el presidente más votado de la historia del fútbol argentino.

En estas elecciones, no solo estaba en juego quién conduciría al equipo más popular del país, sino también la disputa entre club de fútbol, tan arraigado en la idiosincrasia argentina, y el modelo de sociedades anónimas. “Son dos modelos muy distintos. Quiero que Boca siga siendo Boca, que no se convierta en el PSG. No podemos perder nuestra identidad”, subraya Florencia. Un poco más allá está Carlos, que llegó desde Berazategui en su bicicleta, la misma con la que pedaleó más de 2.600 kilómetros hasta Río de Janeiro para alentar a Boca en la final de la Copa Libertadores de este año. “Boca fue, es y será popular –sostiene–, no algo para que vengan a hacer negocios”.

Cae el sol en el barrio de La Boca y los hinchas se reúnen en la puerta del búnker de Riquelme, ubicado en la terminal de la línea 53, sobre las calles Irala y Aristóbulo del Valle, justo frente al estadio. Se vive un clima festivo, a pesar de no conocer aún números oficiales. Las elecciones pasan a un segundo plano y solo se canta por el sentimiento a los colores.

“El socio viene a votar por amor al club. Nosotros nos debemos a esto, no importa el poder político que esté enfrente. Queremos mucho a Boca y siempre vamos a acompañar. El hincha es lo más sagrado que tenemos. El club vive por y para ellos”, resume Matías, socio activo desde 2007, el mismo año en el que el Xeneize ganó su última Libertadores con Riquelme como jefe futbolístico del equipo.

“Venimos porque Boca es el movimiento popular más grande del país. A nosotros nos gustan los colores, del resto que se encarguen los de arriba”, dice Diego, integrante de la peña Corazón Boquense de la localidad de Ucacha, provincia de Córdoba. Mientras van apareciendo los bombos, las trompetas, se encienden las primeras bengalas y comienzan los festejos que se extenderán hasta la madrugada, Diego confirma lo que cualquiera puede notar sólo con ver las caras: “El hincha de Boca está feliz”.