«Es importante que documentos que decían que no existían, aparezcan»

«Es importante que documentos que decían que no existían, aparezcan»

Ya salieron a la luz los dos primeros tomos de «La Verdad los hará libres», una investigación propuesta por la Conferencia Episcopal Argentina sobre los archivos de la dictadura que resguardaba la institución. A poco de que se publique el tercer tomo, autores obispos y especialistas en teología analizan la obra. ¿Cuál es su valor y cuál su limitación?

Después de más de 50 años, la Iglesia católica abrió sus archivos históricos, algo que los organismos de Derechos Humanos venían insistiendo desde hace décadas, para poder evidenciar la complicidad de las autoridades religiosas con la última dictadura cívico-militar. En diálogo con ANCCOM, Fortunato Mallimaci, sociólogo e investigador del Conicet en el Área de Sociedad, Cultura y Religión, opinó: “Me pareció importante que la institución católica decida realizar oficialmente una reflexión sobre lo que sucedió en los últimos años; dado que la complicidad ha sido tan grande en aquella época, que seguir callando no era algo que ayudaba a democratizar la sociedad argentina. Me pareció importante que documentos que decían que no existían, que venían negando, aparezcan”.

Estos archivos se dieron a conocer a través de una investigación realizada por la Facultad de Teología de la Universidad Católica Argentina (UCA), que se materializó en una serie de libros titulados La verdad los hará libres, con tres tomos, dos publicados y uno por publicar en los próximos meses. Alberto Bochatey, obispo auxiliar de la Arquidiócesis de La Plata, aclaró que “el libro fue una iniciativa de la Conferencia Episcopal Argentina (CEA), donde después se le pidió a un equipo de la UCA que lo materialice porque necesitábamos la profesionalidad, de historiadores y teólogos”. El primado destacó el hecho institucional que representó la apertura de los archivos: “Había muchos mitos, de que la Iglesia sabe o esconde, y esto es: ‘Miren señores acá están los archivos’. Es la única institución que lo ha hecho, no hay ninguna otra que haya abierto sus archivos, es un paso institucional importante, frente a los mitos, mostrar la verdad con sus luces y sus sombras”.

Federico Tavelli es doctor en Teología, profesor e investigador de Historia de la Iglesia y Metodología de la Investigación Científica, y fue uno de los encargados de llevar adelante esta investigación, junto con Carlos Gali, Juan Duran y Luis Liberti. “La obra es colectiva, reunimos un grupo de investigadores y armamos un proyecto de investigación, que no fue fácil, ya que fue una época controvertida y amplia, con un sujeto muy difícil que es la Iglesia”, señaló Tavelli. Para hacer este trabajo, el grupo de investigadores le pidió a la Conferencia Episcopal disponer de los archivos que nunca habían sido estudiado. “Gestionamos para que el Papa Francisco ponga a disposición los archivos del Vaticano, que también es un hecho completamente inédito”, destacaron los investigadores. 

Como todo proyecto de investigación, va sufriendo cambios a medida que avanza, Tavelli también expresó que “no hubo ningún tipo de resistencia, ni censura, ni indicación de que algo no podía publicarse, yo no hubiera aceptado un condicionamiento de esa forma”. A su vez, el investigador destaca que “la obra llega de alguna forma tarde, esto tendría que haber pasado antes, evidentemente ha habido resistencia, o no ha habido la voluntad expresa de hacerlo”.

“Como toda investigación histórica para ser objetiva tiene que apoyarse en diferentes fuentes documentales. La gran novedad de la obra es la consulta de los archivos de la Iglesia, pero también hemos consultado archivos de organismos de derechos humanos, archivos nacionales civiles, archivos extranjeros eclesiásticos, hemos relevado entrevistas ya hechas y hemos generado entrevistas nuevas”, marcó Tavelli.

«Solo decidieron hablar de los obispos en su conjunto, es decir lo que hizo el obispo de La Plata de colaborar con la dictadura, prestar el seminario o que a detenidos desaparecidos el alimento se lo llevaran desde parroquias, no aparece», subraya Malimacci.

Por su parte, Mallimaci, quien leyó exhaustivamente los dos tomos publicados y que estuvo en diálogo con los autores, sostuvo que la apertura de los archivos, la investigación y la publicación “es un esfuerzo hecho con obispos, desde obispos y para obispos, se carece de una investigación histórica de largo plazo”. En este sentido, señala el déficit: “Ellos solo decidieron hablar de los obispos, y de los obispos en su conjunto, es decir lo que hizo el obispo de La Plata de colaborar con la dictadura, prestar el seminario o que a detenidos desaparecidos el alimento se lo llevaran desde parroquias, no aparece. Si vos les preguntas por qué, te dicen que esa es una investigación que hay que hacerla en La Plata. Para ellos la unidad de análisis es el episcopado en su conjunto, es decir en las reuniones que hace, en las decisiones que toma”. Por otro lado, el sociólogo destacó las introducciones de la investigación: “Deberían ayudar a las propias Ciencias Sociales en nuestro país a cómo hacer una investigación”. No obstante, señala lo insuficiente que resulta: “Se sucede un problema de autoridad en la investigación; y está en el hecho de decir que hubo complicidad, pero no tanta, hubo acompañamiento a la junta militar, pero no tanto”.

Los autores de la obra les pidieron a los obispos que componen la Conferencia Episcopal, que comenzaran el ordenamiento de los archivos de sus diócesis respectivas para colaborar con la tarea. Tavelli reconoció que “fue un desafío grande y movilizante; sabía que era algo que había que hacer, pero a su vez que era un pedido muy complejo y polémico. En la actualidad hay una demanda muy grande de transparencia respecto de las instituciones, más aún de la Iglesia que tiene una autoridad moral o que pretende tenerla. Esto abre la pregunta de cuál es el rol de las autoridades de la Iglesia en la actualidad”.

Monseñor Bochatey, quien, desde su lugar en la Conferencia Episcopal fue garante de que la investigación llevará buen curso, también analizó lo que sucedió en ese periodo. “La gente cree que en la Iglesia teníamos poder. Teníamos poder hasta ahí, los que tenían el poder eran los militares. De hecho, tenemos curas muertos, desaparecidos, tenemos de todo también nosotros. Esto no es autojustificarse, es mostrar nuestra verdad sin límites y mismo la lectura del libro que vos ves, hay un tono más autocrítico”. A su vez también destacó la importancia del Papa Francisco en la iniciativa del proyecto: “Desde su asunción, nos dimos cuenta de que algo había cambiado, a mí me gusta decir que Francisco hizo pasar de los signos del poder, a una Iglesia del poder de los signos. Hay que entender lo que es Francisco, y entender porque ha roto muchas cosas, ha pateado el tablero en muchas otras y eso crea resistencias, como lo fue la última reforma de la curia”.

Mallimaci cuestionó el rol que cumplió y cumple la Iiglesia y cómo comprende los procesos a largo plazo “puede decir ‘me equivoqué ayer’ -y se equivocó groso- y puede estar diciendo continuamente ‘me equivoqué’ y al mismo tiempo diciendo que vos tenés que actualizarte con los problemas que pasan hoy”. Sostuvo que a él como investigador le interesa la complicidad de la institución con respecto a los hechos y acciones de las Fuerzas Armadas a cargo del Estado. “Hay varios recursos ideológicos, metodológicos y doctrinarios que son usados para preservar la institución sobre aquello que todavía se sigue considerando que su participación no es tan desastrosa como se dice en alguno de los sectores o que no fue tan cómplice. Yo creo que la complicidad de la Institución católica es total, complicidad, participación, asesoramiento y acompañamiento; y me parece que debería decirse eso y mucho más”, enfatizó.

¿Francisco cambió a la Iglesia?

¿Francisco cambió a la Iglesia?

El Papa cumple 10 años desde su unción y se mostró con una retórica aperturista y comprometida con lo social. ¿Hasta dónde se convirtió en hechos? La agenda del medioambiente, la inclusión a la diversidad y la guerra de Rusia y Ucrania.

El 13 de marzo de 2013 Jorge Mario Bergoglio, Arzobispo de Buenos Aires y teólogo argentino, se convirtió en el primer papa jesuita y el primero proveniente del hemisferio sur. Hace diez años, el hasta entonces cardenal Bergoglio había salido de la Plaza de Mayo hacia el cónclave. Y un día como hoy se asomó al balcón en la Plaza San Pedro a decir que los otros cardenales tuvieron que ir a buscar un sumo pontífice casi hasta al fin del mundo. Una década en la que se produjeron muchos cambios en todo el planeta.

Néstor Borri, comunicador social católico, referente de la ONG Nueva Tierra, y fundador de la organización “Factor Francisco”, expresó: “Se han agravado muchas de las situaciones que estaban presentes cuando él comenzó su papado; creo que la pandemia y la guerra han marcado tendencias que ya estaban. En ese sentido, Francisco, diez años después, sigue planteando unas posiciones diferenciales respecto a lo que pasa en el mundo, a lo que pasa en la Iglesia, que lo hacen un referente muy singular, muy escuchado, muy citado, pero respecto a sus propuestas todavía, incluso dentro de la Iglesia, hay dificultad para responder de manera práctica a lo que está proponiendo”. 

Por su parte, Pablo Andiñach, teólogo, docente en la Universidad de Buenos Aires y la Universidad Católica y pastor de la  Iglesia Evangélica Metodista, dijo: “La elección del papa Francisco inició una nueva etapa en la Iglesia Católica, porque históricamente los papas han sido italianos; por primera vez el papa es latinoamericano y esto abre la puerta a que haya papas de otras partes del mundo. También ha puesto en evidencia que hay cosas que pueden cambiar y que hay temas que tradicionalmente no se discuten, que es necesario poner en agenda. Por ejemplo, la homosexualidad, el divorcio, la ordenación de la mujer. Francisco abrió la puerta a la inclusión de estos temas que antes ni se mencionaban”.

Sin embargo, Fortunato Mallimaci, doctor en Sociología, docente e investigador de la sociología histórica del catolicismo, dijo que a pesar de que reconoce que la llegada de Francisco representó un papado de apertura, diálogo y puentes frente a los otros, que fueron “de clausura, de denuncia y quiebre”, también aseguró: “Al interior de la Iglesia Católica el panorama es un poco más complejo; los años de Juan Pablo II y Benedicto XVI fueron difíciles, de mucho enfrentamiento y persecución, moldearon a mucha gente y estas cuestiones siguen presentes con respecto a lo moral y lo sexual. Fueron años de enfrentamiento a la sociedad y Francisco intenta presentarse de forma distinta al mundo, aunque no ha habido ninguna reforma profunda” .

Mallimaci agregó: “El panorama es relativo entre lo que se dice y lo que se hace. Hay una palabra que acoge, que amplía, pero el papa no deja de decir que todo acto sexual fuera del matrimonio es pecado, en eso hay un retroceso. Entonces, hay una tensión entre lo que se enuncia de inclusión y lo que no se hace institucionalmente en la Iglesia Católica”.

“El papa Francisco aporta una mirada no eurocéntrica, mira la sociedad desde el lugar de los pobres, por eso su primer viaje fue a Brasil, es un aliado central de los movimientos sociales. Hace la elección de cambiar la lógica de la Iglesia ‘romana céntrica’ por una más participativa; él dice: ‘Una iglesia en camino sinodal’. También sumó un protagonismo importante a la difusión de los temas político-sociales como: la economía, la deuda externa, y el medio ambiente”, dice, por su parte, Washington Uranga, periodista, docente e investigador en comunicación.

De igual forma, mencionó los reclamos que se le hacen al papa, y sostuvo: “Falta más integración de las mujeres en El Vaticano y otras cuestiones en las que la Iglesia difícilmente va a avanzar, como la doctrina sobre el aborto. Falta mayor decisión incluso en las aperturas que inició. Los cambios pueden llegar, pero no solo por decisión del papa, sino porque la apertura a una iglesia sinodal participativa hace que estos temas se instalen. Por ejemplo, la no exigencia del celibato sacerdotal para pertenecer al orden ministerial, o que también a las mujeres no se les exija ser célibes para ser ministras”.

Respecto al rol de las mujeres en la iglesia Católica, Borri dijo que hubo cambios notables y sostuvo: “Francisco está en contra del clericalismo femenino, quiere otro tipo de roles. Ha designado al frente de muchos organismos y en la organización central de la Iglesia a mujeres, y ese es un paso importante que se ha dado. Seguramente deberían ser más, y le seguirán reclamando”.

En cambio, para Mallimaci, hay cuestiones a nivel institucional que se mantienen igual, y declaró: “El rol de la mujer no ha cambiado absolutamente nada, acaba de condenar fuertemente en Alemania la idea de las mujeres en el sacerdocio. Aquí hay un conflicto fuerte porque desde el conjunto de la Iglesia alemana sinodal se piden cambios, participación de la diversidad sexual, etcétera. En otros cargos que se dieron casi todas las mujeres renunciaron y sobre el matrimonio para los sacerdotes tampoco hubo consenso”.

La guerra por la invasión de Rusia a Ucrania no solo ha causado sufrimiento y una fuerte crisis humanitaria, sino también ha repercutido en la economía mundial. Sobre el actual contexto global y el rol de la iglesia, Borri indicó: “Desde hace ya bastantes años él ha dicho que estamos ante una tercera guerra mundial en cuotas, ahora con el conflicto de la OTAN y Rusia, que se manifiesta en Ucrania. En ese marco, Francisco, no ha dejado de intervenir con mucha claridad, ha recibido críticas y ha manifestado disponibilidad para ir a Kiev y a Moscú, pero además, este mismo año, hace unas semanas, estuvo en el Congo y en Sudán del Sur, mostrando que los conflictos en el mundo no solo están en los países centrales. Las armas, la industria de la guerra, los conflictos, el tráfico de droga siguen existiendo y ese es un fenómeno de cambio de mundo, o sea el papa del fin del mundo fue elegido en un momento de cambio del mundo”.

“Francisco ha mantenido una postura que es normativa en la Iglesia Católica de oposición a la guerra, de favorecer la paz, de levantar la voz para en lo posible llamar a la conciencia. Es importante que lo haya hecho, es la voz del líder de la iglesia cristiana más grande del mundo y lo celebramos”, expresó, por su parte,  Andiñach.

Otro de los puntos en agenda es la causa por el medio ambiente. Uranga sostuvo: “Él promueve la idea de trabajemos por la casa común” a la que estamos afectando por el sistema económico, por las decisiones económicas que se toman. Hay críticas fuertes a la propiedad privada. Él dice que la propiedad privada es un derecho que está limitado al bien común, que es una potestad de toda la sociedad. Habrá que ver cuál es su herencia, está tomando medidas en dirección de garantizar que algunos de los cambios que él impulsa no desaparezcan inmediatamente”.

Tras 10 años de papado Francisco no ha venido a la Argentina y es muy difícil que este viaje se concrete. Al respecto, Uranga agregó: “Este sería un acontecimiento político, cultural muy importante y él no quiere estar en el medio, además, de un tironeo entre sectores. Su aspiración es ser prenda de unidad y no división. En estas condiciones de la situación política argentina, veo muy difícil que el papa venga”.

Con respecto a esto, Ardiñach dijo: “La sensación que muchos argentinos tenemos es que si él viene va a quedar marcado por las cuestiones políticas internas del país. Yo creo que no sería bueno ni para él ni para la Iglesia. Hay mucho feligrés católico que puede no coincidir con la postura que él pueda llegar a asumir y se va a sentir frustrado porque él es un líder espiritual. Es difícil ponerlo en la horma de lo político. No es justo y a la vez es inevitable que quede entrampado en esa discusión”.

“Mientras el papa no venga, hay mucho por hacer en cuanto a captar su mensaje más universal, su mensaje religioso, pero también su mensaje geopolítico. Él hace poco dijo explícitamente en una entrevista: “Yo hago política, me ocupo de cómo se compone lo colectivo”. Ahí su reflexión sobre la política argentina respecto de las ‘acusaciones’ que se le hacen de ser peronista. “Y si yo tuviera una concepción política más cercana al peronismo, ¿cuál sería el problema?», ha dicho. Todavía es factible que generemos las condiciones para que Francisco nos visite”, expresó Uranga.

Por otra parte, Mallimaci comentó: “Hay gente que está a favor y hay gente que está en contra. El rechazo al papado en el mundo católico era poco visto y hacerlo público mucho más invisible. Desde hace poco, en América Latina ya se ha visto este cambio de actitud. Las críticas son muy fuertes hacia su figura. Seguramente a las celebraciones no vayan muchos porque hay gente ‘desconquistada’, gente que está en otra y quienes no les parece necesario hacerlo”.

El sociólogo agregó: “Desde el punto de vista estructural es un papado de reforma y hay un mensaje inclusivo, amable, cercano, hay una renovación en el lenguaje. Es importante el discurso en una institución carismática como la Iglesia católica. Tiene un efecto, pero no necesariamente el efecto de liderazgo carismático se refleja en la institución”.

“Para transformar estructuras y consolidarlas en el largo plazo son necesarios actores formados y organizados. ¿Quiénes son, dónde están, cómo se nuclean, quién los convoca, en cuáles estructuras participan y están insertos hoy esos actores y esas actrices que puedan y quieran producir cambios liberadores junto a Francisco? ¿Habrá un nuevo espacio ‘consagrado’ para mujeres, para matrimonios, para la diversidad sexual, con un Dios del goce y el sufrimiento y con diversos géneros y sexualidades? Lo que está en juego es si persisten o no las estructuras de poder y dominación creadas durante siglos en y por la curia romana. No es solo un problema de personas, sino también de los mecanismos que le dan continuidad en el largo plazo. Una vez más, el futuro es una aventura incierta”, cerró Mallimaci.

«El aborto es un problema de salud pública y el Estado tiene que atenderlo»

«El aborto es un problema de salud pública y el Estado tiene que atenderlo»

«El 90% del barrio vive bajo de la línea de pobreza. Macri se sacó cero, reprobado, fue un desastre», dice Olveira.

Francisco Paco Olveira es un sacerdote perteneciente al “Grupo de Curas en la Opción por los Pobres” y frecuentemente tiene apariciones públicas en favor de los reclamos por los sectores más marginados de la sociedad. También en más de una ocasión ha manifestado duras críticas hacia las políticas de Mauricio Macri.  Se destacó por su labor en la parroquia de la Isla Maciel, en la que se desempeño durante 13 años, pero luego debido a una serie de diferencias con el obispo de la diócesis de Avellaneda-Lanús, Rubén Frassia, fue traslado a la diócesis de Merlo-Moreno. Desde entonces se desempeña en la parroquia del barrio Eva Perón, ubicado en Libertad.

La agenda del padre Paco está cargada. También se ocupa, por ejemplo, de atender al arquitecto que dirige una obra de perforación para dar agua corriente al barrio. Pero se toma  el tiempo para recibir a ANCCOM en el patio de la pequeña parroquia (ubicada exactamente a una cuadra de su hogar) y habla sobre la actualidad política económica, el celibato obligatorio y la interrupción voluntaria del embarazo, entre otros temas.

¿Qué es el Grupo de Curas en la Opción por los Pobres?

De alguna manera somos herederos del Movimiento de Sacerdotes para el Tercer Mundo (MSTM), que tuvo corta vida pero mucha presencia en la iglesia de Argentina. Funcionó más o menos del año 68 al 74, uniéndose a los movimientos de liberación de América latina. Era la época de la revolución cubana, la época del hombre nuevo. Ese movimiento se termina poco antes de la dictadura por división interna y también por el estado del país y en el 86 se retoma bajo el nombre de Curas en la Opción por los Pobres, con algunos curas que eran parte del  MSTM y otros nuevos.

¿Cómo es el estado socioeconómico del barrio?

A ojo, el 90% de las personas que viven en este barrio están bajo la línea de pobreza y más del 45% está bajo la línea de indigencia, que 300 personas retiren la vianda cada día habla a las claras, ¿no? La situación de nuestros barrios, no solo acá, es catastrófica.

¿Qué balance hace sobre la gestión de Mauricio Macri?

Cero, reprobado, un desastre. No hay un número que de bien en nuestra patria. No le salió mal, vinieron a hacer esto, lo único es que ellos querían hacer un cambio cultural en nuestra patria donde el individualismo, la meritocracia que ellos traen,  cavara más profundo y pudieran seguir este camino. Macri y Piñera son lo mismo, son multimillonarios, donde la distribución del ingreso, la justicia social,  no entran en sus cabezas. Para ellos el trabajador es un gasto, por lo tanto mientras menos gastos tengan, ellos van a poder tener más dinero. Vienen con el verso de que así van a llegar más inversiones y que el problema es que hay muchos impuestos, pero la realidad es la que te digo, con esos números de pobreza e indigencia.

«Me siento totalmente identificado con la pelea que el feminismo está llevando adelante», subraya Olveira.

¿Qué opinión tiene del auge de los distintos feminismos en la actualidad?

Que nos enseña muchísimo a los hombres, a esta sociedad patriarcal, nos muestra que somos re “machirulos”, que realmente la onda verde está dando una batalla  impresionante y que me siento totalmente identificado con la pelea que están llevando adelante.

¿Qué opina de la interrupción voluntaria del embarazo?

Opino que más allá de mi ética, de mi creencia, de mi moral, o la de cualquiera, hay un problema,  como dijo el otro día Alberto Fernández; no hay que ser más hipócritas,  las ricas pueden hacerlo en condiciones seguras, las pobres se mueren y es por lo tanto un problema de salud pública que el Estado tiene que atender. Después cada uno seguirá sus criterios, su moral su ética, pero el Estado tiene que atender un problema que es un problema real que existe.

¿Cuál es el rol de la mujer en la Iglesia?

Un rol absolutamente secundario y que debería cambiar, la Iglesia es también absolutamente patriarcal, de hecho toda la dirección de la Iglesia somos varones, desde el Papa hasta abajo, las monjas ni siquiera pueden celebrar la eucaristía y son consagradas. En el tema de género está muy atrasada, si bien hoy Francisco a nivel social es un referente claro de que otro mundo es necesario y posible, y que este sistema no se aguanta más.

¿Qué mirada tiene sobre el pontificado del Papa Francisco?

Siempre fue una persona sencilla, pero fue una sorpresa su posicionamiento tan claro, desde cuestiones simbólicas a cuestiones de discursos; con quién se junta, desde reunirse con Evo Morales y con Pepe Mujica hasta con las organizaciones sociales. Sus discursos claramente llamando a que no nos dediquemos a administrar miseria, sino a transformar esta realidad, que este sistema no se aguanta más, que hay una primera violencia, que es la violencia de los poderosos, de que por más armas que tengamos no vamos a solucionar este mundo mientras sigamos por este camino. Está haciendo lo que puede dentro de la Iglesia. Digamos que en algunas cosas se está avanzando.

«El discurso de Francisco no nos llama a administrar miseria, sino a transformar esta realidad», asegura Olveira.

Durante la campaña electoral se vio que la imagen del candidato Juan José Gómez Centurión apuntó desde las PASO a captar el voto religioso manifestándose en contra del aborto, estando a “favor de la vida” ¿Qué opina de sus propuestas?

A ver, primero a favor de la vida estoy yo, a favor de la vida está cualquier persona, eso que dicen nosotros somos pro vida ¿Y el otro que es, pro muerte? No,  el otro no es pro muerte, el otro piensa que tiene que haber una solución distinta para una problemática. A mí me parece que son liberales, conservadores, son la extrema derecha, dicen que defienden la vida, pero quieren meter presos a los pibes con 14 años. Nunca se van a preguntar por esa violencia primera que ejerce el poder, que ejerce las fuerzas de seguridad. Representa un sector que existe en nuestra sociedad que es reaccionario, elitista, racista,  que no cree en la igualdad de derechos de la mujer. Quiere captar,  si vos querés, el voto religioso, pero el voto religioso no es el que vota por el aborto, hay mucha gente creyente, religiosa, evangélicos, católicos que van a votar a Fernández-Fernández y que piensa que es una postura muchísimo más humana que la postura de este facho.

Sobre los abusos cometidos por sacerdotes y curas,  ¿qué tipo de trato tiene la Iglesia con las víctimas? ¿Cómo se comporta con ellas?

Durante muchísimo tiempo se ocultó eso. Hubo,  como suele existir en casi todas las instituciones,  una cuestión corporativa de defensa y ocultamiento. Eso es gravísimo, estamos hablando de un delito agravado por el hecho de la confianza que la persona tiene hacia un “representante de Dios”. Eso trajo todas las consecuencias que ha traído, por eso renunció Benedicto XVI. Si bien yo ideológicamente no concuerdo con Benedicto XVI, el tipo empezó a tomar el toro por las astas y dijo: “Yo no puedo con esto, hace falta que venga alguien que pueda con todo esto”. Dicho esto,  Francisco está claramente involucrado, se están cambiando todas las normativas dentro de la Iglesia, hoy es muy claro que no solo nadie puede ocultarlo, sino que también va preso. La primera medida es la denuncia, tanto en el fuero Civil como en el Eclesiástico.

¿Qué piensa del celibato obligatorio?

Pienso que es una pelotudez. ¡Jajaja….! Claramente el celibato debería ser optativo, en todas las religiones hay consagrados, y en la religión católica esos son los religiosos y las religiosas, que hacen voto de pobreza, castidad y obediencia. El sacerdote no hace ningún voto ni de pobreza (que eso no debería ser un voto, debería formar parte por el mensaje de Jesús), ni de castidad y sí hoy hace una promesa de celibato. Pero hasta la Edad Media los curas se casaban. En parte tuvo que ver con una cuestión económica, de que si el cura no se casaba ni tenía hijos sus bienes iban a pasar al obispo,  que era el terrateniente de la época, era el señor feudal, y en parte también con una visión negativa, de la cuestión digamos de la sexualidad ¿No? Esa visión platónica que no es ninguna visión evangélica de que el alma es lo bueno y el cuerpo lo malo, la materia es lo malo, el mundo de las ideas es lo bueno, eso se metió de lleno en la Iglesia. Entonces todo lo que tiene que ver con la carne, con la sexualidad, con el placer, con todo eso se vio como algo negativo, cuando realmente no lo es.

«El celibato debería ser optativo», opina Olveira.

¿Qué tipo de conflicto tuvo con el obispo de Avellaneda-Lanús, que genero que abandonara dicha diócesis?

Quizás la gota que rebalsó el vaso fue el tema del aborto, ya venía medio tirante la cosa por haber hecho huelga de hambre por Milagro Sala, por algunas declaraciones, por haber formado parte de los Curas de Opción por los Pobres. El obispo en realidad lo que me dijo es “volvete a tu diócesis, gracias por los servicios prestados”. Se me prohibió celebrar públicamente en Avellaneda-Lanús, después de que los Curas de Opción por los Pobres le dijéramos a (Gabriela) Michetti que era mejor que no hubiera venido a la beatificación de (Enrique) Angelelli. Pero en realidad fue porque el cura que vino después hizo un desastre en toda la pastoral que habíamos armado, la gente lo terminó echando y así directamente me hizo responsable a mí de eso.

¿Extraña estar en la diócesis de Avellaneda-Lanús?

Yo sigo yendo todas las semanas. Uno se encariña lógicamente del lugar donde está y después de 13 años era mi lugar en el mundo, pero también estoy feliz hoy acá, mientras yo pueda estar en las villas, en los barrios trabajando con la gente soy feliz.