Los peces de Chascomús toman anticonceptivos femeninos

Los peces de Chascomús toman anticonceptivos femeninos

Investigadores argentinos detectaron en esa laguna altos niveles de hormonas naturales y sintéticas que impactan en cambios de género de algunas especies de peces.

«Peces transgénero por culpa de los químicos que tiramos por el inodoro”, «Los peces se ‘beben’ los anticonceptivos humanos», “Peces transgénero: el increíble efecto colateral de los anticonceptivos”. Así, con titulares catástrofe, ilustraron distintos artículos periodísticos el hallazgo de altos niveles de hormonas naturales y sintéticas en cuerpos de agua, los cuales impactan, potencialmente, en la sexualidad de los peces que las habitan. Este fenómeno cobró importancia mediática como consecuencia del tratamiento que medios nacionales hicieron respecto de distintos estudios científicos llevados adelante en la Provincia de Buenos Aires, más precisamente en ¨Las encadenadas¨, el sistema de lagunas conexas, entre las cuales se destaca por su extensión la Laguna de Chascomús. El trabajo de especialistas registró casos de esterilización e inversión del sexo de especies nativas como el pejerrey y la madrecita de agua.

Según Leandro Miranda, director del Laboratorio de Ictiofisiología y Acuicultura del Instituto Tecnológico, son numerosas las coberturas mediáticas sobre la  temática que predisponen a una lectura apocalíptica y simplista. «La palabra contaminación es muy dramática, y el hecho de que haya un contaminante no significa que la laguna esté contaminada. Hay que conocer cuál es la problemática, qué es una laguna, qué peces la habitan, y también cuáles son los ciclos que atraviesa un ecosistema”, afirma el especialista en estresores ambientales y antropogénicos. De acuerdo al biólogo, en la divulgación mediática de estos fenómenos suele quedar ignorado, además, el sustrato biológico específico que hace que, entre los peces, desde su origen, la plasticidad sexual sea la regla y no la excepción: “Naturalmente un pez se puede feminizar o masculinizar. No es una aberración de la naturaleza”. 

El estudio y el impacto

 Un estudio publicado en la revista Science of The Total Environment en 2020 detectó siete hormonas eyectadas por humanos en distintos puntos del Arroyo Girado, que desemboca en la Laguna de Chascomús, donde se  ubica la salida del desagüe de los líquidos cloacales provenientes de la ciudad bonaerense. En el trabajo científico trabajaron la doctora en Biotecnología Anelisa González, del Instituto Nacional de Investigación y Desarrollo Pesquero (INIDEP), y Gustavo Somoza, director del Instituto Tecnológico de Chascomús (INTECH), junto con expertos del Centro de Investigaciones del Medioambiente y la estadounidense Universidad de Florida. Según el informe, una de las hormonas encontrada en el agua es la sintética etinilestradiol o EE2, estrógeno utilizado en la elaboración de las pastillas anticonceptivas, que se hallaba más concentrada en las inmediaciones del desagüe cloacal. Las moléculas residuales del consumo de este químico se liberan por la orina y se mantienen metabólicamente activas luego de haber dejado el cuerpo de la mujer.

 Los investigadores advierten que, dependiendo de las fases hidrológicas, que afectan sobre el volumen de agua en la cuenca, y del grado de eficiencia del tratamiento de los efluentes, la presencia de este componente puede producir desequilibrios en la endocrinología de distintas especies de peces, afectando sus caracteres sexuales y, en consecuencia, su reproducción. Miranda contextualiza el escenario: “Un estudio es una foto, y no una película. Con una laguna seca, las concentraciones de muchas sustancias sufren un desbalance y todo el ecosistema siente el impacto. Cuando la laguna está alta, en cambio, es mucho más difícil saturarla de contaminantes”. En resumen, el potencial que un ecosistema tiene para procesar y neutralizar distintas sustancias es relativo, y esto debe ser considerado a la hora de evaluar su impacto sobre un determinado hábitat.

Otro factor importante a tener en cuenta a la hora de evaluar el estado del ecosistema es la calidad del tratamiento de los efluentes provenientes de los distintos poblados. Miranda afirma que el crecimiento poblacional y turístico de Chascomús desbordó la capacidad de procesamiento de la planta cloacal, de manera que se vuelve necesario reformarla. Si bien hay proyectos que apuntan en esta dirección, no hay novedades en ese frente. Por otra parte, un monitoreo mensual de las aguas permitiría obtener un panorama más completo de los distintos momentos que atraviesa el ecosistema, y registrar posibles desequilibrios en el mismo, para actuar en consecuencia. En la actualidad, los municipios implicados no cuentan con los recursos económicos necesarios para hacer frente a estas políticas. 

El estudio publicado en Science advierte también sobre otra consecuencia que puede implicar el desbalance en el ecosistema: la madrecita de agua, una de las tantas especies nativas afectadas por el contacto con las hormonas, cumple un rol fundamental en el control de la reproducción de mosquitos. Un cambio significativo en esta población de peces podría llevar a un mayor auge en la propagación de enfermedades como el dengue, que ha que han generado crisis sanitarias en la Argentina. 

 

¿Qué pasa en el mundo?

“Los grandes lagos de Canadá y Estados Unidos fueron los primeros sitios del planeta en los que se detectó el químico etinilestradiol a partir de estudios realizados entre 1980 y 1990”, sostiene Miranda. “En la actualidad, esta problemática está extendida alrededor del globo. Los ríos Támesis y Rin son dos de los puntos en los que se encontró mayor carga de desechos de pastillas anticonceptivas”.

Según la Asociación Toxicológica Argentina, se han encontrado peces masculinos feminizados en todos los continentes, excepto en la Antártida. Charles Tyler, fisiólogo y ecotoxicólogo inglés, realizó junto a su equipo de la Universidad de Exeter un estudio de distintas especies de agua dulce en el Reino Unido que constató más efectos: las hormonas no sólo afectan su sexualidad, también pueden incidir en la forma en que se comportan, su sistema inmunológico y desarrollo óseo. Además de los ingredientes de la pastilla anticonceptiva, identificaron otros desencadenantes de los desequilibrios, como son distintos químicos presentes en productos de limpieza, plásticos y cosméticos.

En algunos países se han tomado medidas para paliar el asunto, como en los casos de la descontaminación de ríos como el Támesis (Inglaterra) y el Sena (Francia) mediante la inversión en tratamientos con radiación ultravioleta (UV) y ozono, entre otros. Por otro lado, en enero de 2023, la Comisión Europea ratificó su intención de continuar regulando la problemática de la elevada presencia de estrógenos en efluentes bajo la Directiva Marco del Agua, ya vigente desde el 2006, norma que tiene como objetivo la protección de las aguas continentales europeas. Según la revista científica Nature, el costo de la instalación de un sistema de filtros de carbono para la absorción de estrógeno residual de una población de 250.000 habitantes se cotiza en 8 millones de euros, mientras que el servicio y la manutención anual se situaría en los 800 mil euros. La publicación británica plantea que la puesta en marcha de un proyecto así está ligada a un dilema sin resolver: ¿La población mundial está dispuesta a absorber los costos que estos procesos conllevan, en pos de cuidar el medio ambiente?

¿Hacia un futuro sostenible?

De acuerdo con los especialistas consultados, hay una serie de medidas y políticas públicas que, de implementarse, llevarían a una mejora de la situación actual de los ecosistemas, así como a una mayor concientización ambiental, con el objetivo de evitar la persistencia de este tipo de problemáticas en el futuro. Hacen hincapié especialmente en la puesta en marcha de planes de educación para el cuidado del medioambiente, para que la población tenga más herramientas y conocimiento sobre la temática. Esto permitiría que haya un cambio a nivel social, en cuanto a las prácticas y conductas que conciernen a la protección de la biósfera. “Si la cabeza de la población cambia, después ella misma les exige a las autoridades lo que hace falta para sostener las mejoras y los cambios”, enfatizó Miranda.

Ricardo Miccino, director de Ambiente y Desarrollo Sustentable de Chascomús, indica: “Se ha industrializado todo tanto y los consumos están tan individualizados que terminamos con estos impactos en los sistemas de depuración de aguas residuales”. Frente a esto, insiste en la capacidad transformadora de la conciencia ambiental, a través de buenas prácticas como el compostaje y el reciclado. Sin embargo, plantea que hay cuestiones que incumben directamente al Estado: “Esto no se revierte hasta que no haya un cambio en el modelo productivo que tenga en cuenta a la naturaleza y a las personas. O sea, ampliar el espectro para decir que es una cuestión ambiental, pero también económica y social”.

Los especialistas coinciden en que, a nivel infraestructural, es preciso aumentar la capacidad depuradora de las plantas potabilizadoras, para que éstas guarden relación con el crecimiento poblacional de las distintas localidades, a la vez que son necesarias modificaciones en el proceso mediante el cual los residuos son desechados en los cuerpos de agua. Para esto, podrían implementarse humedales artificiales compuestos de plantas acuáticas que filtren de manera natural los metales pesados, purificando el agua antes de que esta sea vertida, finalmente, en grandes masas de agua, en un proceso alternativo a los que utilizan carbón activado, ozono y rayos UV, y con menores costos.

A su vez, los científicos destacan que, si bien las consecuencias actuales de esta problemática no ameritan una reacción de pánico ni de emergencia, los efectos a largo plazo son indeterminados, por lo que es importante pensar en el futuro, tanto de las especies acuáticas como de los ecosistemas en conjunto, involucrando también a las personas.

Una empresa impermeable a la justicia

Una empresa impermeable a la justicia

Después de 15 años, los vecinos de La Matanza habían logrado la suspensión del funcionamiento de la fábrica Sika-Klaukol por la contaminación que provoca. Pero antres de que se ejecute, la medida fue suspendida.

Luego de 15 años de lucha, los vecinos del Partido de La Matanza habían logrado un fallo histórico de la justicia federal. La sentencia había ordenado la suspensión de las actividades productivas de la planta Sika Klaukol. Sin embargo, la poderosa empresa de origen suizo lo acató por unos días y volvió a abrir sus instalaciones. Una historia sin fin.

La planta se inauguró en una zona urbana, una ubicación que no está permitida por la legislación. Con el tiempo, Sika Klaukol –nacida en 1972- se impuso en tanto marca líder en adhesivos y pastinas que se utiliza en pisos y cerámicos y también en la fabricación de productos químicos. Los vecinos de la planta padecen dificultades respiratorias, erupciones cutáneas y molestias oculares. El polvo gris lo invade todo: casas, autos, jardines y cuerpos. Las viviendas más cercanas tiemblan por el cimbrado de las máquinas.

El polvillo contiene sílice, componente cancerígeno. Según una investigación de DiarioAr, una de cada dos personas usa inhalador contra el asma. Los niños con alguna enfermedad previa no pueden jugar en sus patios o jardines.

En este marco, los trabajadores de Klaukol también se ven afectados por la contaminación. No pudieron hacer una demanda a sus empleadores porque antes de ser contratados tuvieron que firmar un contrato que establece la abstención de realizar cualquier tipo de reclamo judicial ante la compañía.

Susana Aranda, una de las vecinas que encabezó y formó parte de la lucha para el cierre de la fábrica, dialogó con ANCCOM y señaló que todo llega a destiempo y que “el poder del dinero puede tener más influencia en la justicia que la gente”. Además, agregó que la sensación que tienen es de desamparo. «Estamos solos: la gente de abajo y la clase trabajadora luchamos en soledad», expresó. Pero hizo la excepción de los diputados y dirigentes de Izquierda Socialista, que la acompañan en el reclamo desde hace varios años.

Aranda mencionó que nunca se debió instalar en el barrio esa planta porque forma parte de la categoría 3, que implica una alta complejidad de contaminación y debería estar en una zona rural. Asimismo, responsabilizó por esta autorización al «municipio que le dio el lugar, son culpables, como también el permiso dado por el OPDS (Organismo Provincial para el Desarrollo Sostenible) para usar las chimeneas sabiendo que era muy nocivo para la salud”, como así también culpó a “los ingenieros y a los ejecutivos de la fábrica». Según ella, «fallaron todos los controles y todas las habilitaciones fueron dadas rompiendo la ley, porque Klaukol nunca estuvo adecuado, ni trabajó como corresponde».

De su relato se desprende que casi todo el barrio debe tomar medidas para la salud, ya que no cuentan con hospitales equipados. «Argentina no está preparada para lidiar con personas contaminadas, nos automedicamos, vivimos como podemos y después morimos», dijo Aranda.

La causa iniciada por contaminación en 2013 que tramita en el juzgado federal de Morón a cargo de Jorge Rodríguez estuvo archivada hasta que en marzo el magistrado ordenó un nuevo estudio. La Acumar (Autoridad Cuenca Matanza Riachuelo) hizo el análisis médico de los vecinos de las primeras tres manzanas del barrio. Así, la neumóloga Vanina Martín, del Instituto Raúl Vaccarezza, detectó 27 casos de afecciones por exposición al polvo. Con este resultado, el juez Rodríguez ordenó suspender la producción de la fábrica hasta determinar si Klaukol es responsable directa de las afecciones respiratorias, cutáneas y oculares detectadas. El fallo fue festejado como histórico y establecía “la suspensión de la actividad de la empresa hasta que se lleven adelante todas las medidas de mitigación que impidan la exposición de las y los vecinos al material en cuestión». Pero la suspensión duró apenas unas semanas. 

En noviembre Klaukol presentó un recurso de amparo y consiguió que se levantara la medida. Así, todo volvió a empezar. Aranda ya había advertido que “no se ha tomado ninguna medida a favor de la gente, porque algunos vecinos siguen sin atención médica, sin agua potable, sin cloacas ni pavimento, y encima la tierra vuela por todos lados, el vidrio molido lo tenemos por todas partes».

La mujer que lidera el reclamo desde hace más de una década e impulsó la denuncia penal considera que los empresarios «no quieren ir a donde tienen que ir a trabajar por el costo». Y agregó: “Tampoco ponen los filtros que corresponden para no gastar dinero, tampoco pagan las enfermeras a sus obreros, lo que hacen es trabajar a cielo abierto sin atender a ningún problema que les implique gastos».

Las autoridades de las instancias nacional, provincial y municipal fluctúan entre acusar a la autopista cercana por la contaminación del aire y repetir el argumento de la empresa de que hizo cambios y usa los filtros necesarios, pero distintos informes les dan la razón a los vecinos. En el medio de las idas y vueltas, algunos fallecieron por enfermedades que podrían haber sido inducidas por las partículas contaminantes del aire que respiraron, como el caso de Guillermo Winke, cuya casa estaba pegada al paredón de la fábrica y cada tanto vibraba por las máquinas.

 

«Se va a escribir un nuevo capítulo sobre el litio»

«Se va a escribir un nuevo capítulo sobre el litio»

El exministro de Ciencia y Tecnología de la Nación, Roberto Salvarezza, es el presidente del directorio de Y-TEC (YPF Tecnología) y de YPF Litio. Opina acerca del debate sobre la nacionalización del litio, la relación entre el Estado y el sector privado, la necesidad de industrializar el recurso y los riesgos y beneficios que puede presentar para el medio ambiente.

El litio es un mineral clave para una transición energética hacia fuentes renovables por su capacidad de almacenar energía en pequeñas y grandes escalas. Se trata de uno de los recursos más demandados de los últimos años y es un insumo esencial en la fabricación de baterías para de todo tipo de dispositivos, desde celulares a automóviles eléctricos, algo que permitiría reducir el consumo de combustibles fósiles.

Argentina, Bolivia y Chile conforman el denominado “triángulo del litio”, una región que concentra más del 60% de las reservas conocidas a nivel mundial del mineral en un marco en el que los precios del recurso se dispararon un 400% en 2022 y la tonelada llegó a alcanzar un valor de 80.000 dólares.

A mediados de enero, La Rioja declaró el litio como recurso estratégico y reabrió el debate sobre el rol que debe ocupar el Estado en el desarrollo de la explotación del recurso. Por un lado, organizaciones empresariales aseguraron que la decisión pone en juego puestos de trabajo y afecta la inversión privada en un contexto donde el país necesita con urgencia el ingreso de dólares. Por otro, está la postura de que Argentina necesita desarrollar su cadena de valor e industrializar su producción.

Sobre estos temas cruciales para el país, ANCCOM entrevistó a Roberto Salvarezza, exministro de Ciencia y Tecnología de la Nación y actual presidente del directorio de Y-TEC (YPF Tecnología) y de YPF Litio

¿Cómo conviven las tensiones en el sector y cuál es la posición que toma Y-TEC?

 Es un panorama complejo, pero creo que se puede manejar si entendemos el marco legal que hoy tiene el litio en el país, que es el único en el que una empresa como YPF o Y-TEC puede manejarse. Hoy en día, por la Constitución, el litio es propiedad de las provincias. No hay otro marco vigente. Uno podría decir: “Bueno, modifiquemos este marco legal”, pero eso requiere la aprobación por parte del Congreso y una serie de acciones que hoy no son posibles. Más allá de algunas discusiones, está aceptado que el litio es un recurso provincial. En ese contexto, la provincia de La Rioja puede tomar la determinación que ella considere necesaria. Si la provincia no ha logrado que las empresas a las que concesionó áreas potencialmente explotables en litio hayan avanzado e invertido, tiene todo el derecho a retomar el control de esas áreas y entregárselas a EMSE, que es la empresa provincial. Hay otras provincias que tienen otras posiciones y la mayoría de los proyectos están en otras áreas: el caso de Catamarca, Salta y Jujuy. Entonces, me parece que esta polémica no tiene mayormente sentido.

 

¿Se puede esperar un crecimiento en la participación estatal en la producción de litio?

El tema de cómo se explota el litio en el marco hoy legal vigente es una decisión de las provincias. Jujuy tiene una normativa en la cual su empresa provincial, JEMSE, tiene una participación. En Salta se están licitando áreas a distintas empresas y la suya, que es REMSa, no tiene una participación en la producción de litio. En el caso de Catamarca, tampoco. Es un lío, porque uno hace una cosa, otro hace otra. ¿Cómo desarmamos este caos que hay en torno al litio? Todas las multinacionales exportan. No tenemos control sobre el litio, no es un recurso a nivel nacional. Las provincias van acordando cada una de acuerdo a sus intereses. ¿Cómo hacemos? Yo creo que eso se construye, no es un tema que uno lo hace por decreto. No se puede imponer las cosas porque no está la legislación. En el caso de Bolivia todo el litio es del Estado y hoy no exportan una tonelada de carbonato de litio.

 

¿Qué rol tiene YPF en este panorama?

Nosotros creemos que YPF es una buena herramienta para que el Estado participe de la explotación del litio en el actual marco legal. ¿Por qué? Primero, es una empresa mayoritaria del Estado. El 51% está en sus manos, con lo cual tiene una influencia importante, y es una empresa que puede perfectamente presentarse a licitar como cualquier otra compañía internacional. Podemos presentarnos, participar en la exploración, en la explotación y también en la industrialización del litio. Para eso, YPF ha diseñado una estrategia con dos participadas. Una es YPF Litio, de reciente creación en el año 2021, y la otra es Y-TEC, que ya tiene un recorrido más grande, pero que es parte de esa cadena que hace que YPF pueda entrar y ser un jugador más en el área. YPF Litio se ocupa de lo que es la exploración y explotación hasta el carbonato de litio e Y-TEC toma el carbonato de litio hasta la transformación en las celdas para las baterías. Entonces, cubrimos todo el espectro que hace la parte exploratoria, la explotación de la salmuera, su transformación química en un producto como el carbonato de litio o el hidróxido de litio, y luego esto puede ser exportado o puede ser industrializado. YPF tiene espalda para invertir. Ahora estamos encarando la exploración de 20.000 hectáreas en Fiambalá. Ahí, YPF prioriza el acuerdo con las empresas provinciales. Por ejemplo, llegó a un acuerdo con CAMYEN, la empresa minera y energética de Catamarca, y también estamos hablando con REMSa, que es la de Salta, para lograr explotación de salares. Por otra parte, estamos avanzando en dos nuevas plantas, una en Santiago del Estero para electromovilidad, que es cinco veces la de La Plata, y otra en Catamarca para energía estacionaria. Hemos avanzado un montón. Habría que remontarse a dos años atrás para ver cuál era la reacción si uno decía que iba a hacer baterías de litio en el país. El 90% decía: “No se puede, solo los chinos hacen eso”. Sin embargo, hoy en la Mesa del Litio los gobernadores están hablando de industrializar el litio. Algo ha cambiado, hubo 12 años que se trabajó desde la ciencia y la tecnología para entender cómo son las celdas, se trabajó para llevar adelante el desarrollo de un material de cátodo, hubo un proyecto en 2015 para hacer una planta piloto que se terminó de ejecutar, se probaron las celdas y ahora tenemos una planta industrial.

Ya nadie puede decir que Argentina no va a poder hacer celdas. Ahora, ¿quién hubiera discutido industrializar el litio si no hubiéramos demostrado que éramos capaces de hacer celdas para las baterías?, ¿Cómo disputás el carbonato de litio cuando no tenés capacidad para industrializarlo? Muchos cuestionaron por qué hacíamos la batería sin tener el carbonato, pero recién cuando demostrás que sos capaz de hacerlo, podés ir a disputar con las empresas que exportan el litio y pedirles que dejen una fracción en el país. Nadie les va a decir que no exporten, pero dejen una fracción para desarrollar el agregado de valor en Argentina. Entonces, la estrategia que hoy en día yo veo factible en Argentina para que el Estado no quede fuera de la cadena de valor del litio, desde la salmuera hasta la batería, es a través de YPF. Si después en el Congreso Nacional los diputados y los senadores cambian ese marco legal, es otro juego, pero en el marco actual una empresa tiene que jugar con las reglas que tiene.

¿Existe un plan desde el Gobierno nacional para nacionalizar el litio?

Yo creo que no. Sucedió lo mismo en el caso del petróleo. Nosotros no nacionalizamos el petróleo, creamos una empresa nacional y dejamos que convivan las dos cosas. ¿Por qué no nos conviene a nosotros nacionalizar el litio? Porque no tenemos la capacidad de inversión necesaria para desarrollarlo solos. Hoy en día, una exploración de litio de 20.000 hectáreas nos puede salir dos millones de dólares. Si la exploración fuera positiva y te diera litio, hacer una planta piloto sale 30 millones de dólares, y hacer una planta industrial te sale 300 millones. Eso para una empresa privada es un montón de plata. YPF podría hacerlo porque es una compañía que el año pasado ganó 5.000 millones de dólares, pero el Estado no. Yo creo que es una buena jugada tener una empresa nacional que esté ahí y que haya algún conjunto de empresas que estén exportando y sacando litio; y que una parte quede y se industrialice, ya sea por YPF u otra empresa nacional. Es importante pensar el litio desde el lado de que haya una empresa  que sea mayoritaria del Estado, que pueda alinear y marcar el mercado y hacerse cargo de las inversiones que requiera la industrialización, algo que una empresa con la espalda de YPF puede hacer.  Yo creo que es un esquema posible dentro de lo que es la realidad latinoamericana y que sería menos menos conflictivo para los cambios de gobierno.

 

¿Un cambio de gobierno modificaría la política de producción en el sector? 

Como el recurso es de las provincias, depende de los cambios que haya a nivel provincial. Si las provincias no cambian los gobiernos, no necesariamente tiene que haber una modificación. También hay una enorme demanda internacional, por lo que yo no veo que vaya a variar el tema del litio si cambia el gobierno a nivel nacional. Probablemente le daría más facilidad a las multinacionales y tal vez limitaría a YPF, como lo hizo Macri durante los cuatro años de su mandato.

 

¿Observa una estrategia impulsada desde el Estado Nacional para coordinar la actividad con las provincias para que funcione de manera conjunta y en una dirección similar?

Recientemente, YPF fue admitida en la Mesa del Litio a través de Y-TEC. Nosotros hemos participado de la última reunión en forma oficial y noto que hay una necesidad de construir una estrategia. De hecho, también se sumó a la Mesa, la Secretaría de Asuntos Estratégicos. Primero está el tema del agregado de valor, que surge en las declaraciones públicas de los funcionarios. El tema de empezar a mirar al litio desde una óptica que no sea la de cuánto más vengan e inviertan en poner los piletones y la obra civil, ya está. Esa era la inversión que recibíamos, pero ahí quedaba el tema. Ahora, ya empieza a haber otra mirada sobre lo bueno que sería que podamos industrializar el recurso. A mí me parece que eso está cambiando. Creo que se va a escribir un nuevo capítulo sobre el litio que nos va a permitir que Argentina pueda quedarse una fracción de la riqueza que posee y que hoy en día está perdiendo. El Estado puede ver de ir sacando incentivos, como ha hecho con los reintegros, y tal vez avanzar en esta idea de que una fracción creciente del carbonato de litio sea ofertada para ser industrializada por empresas nacionales. Eso sería para mí un paso muy importante: acordar con todos los que van a producir que el 10% o el 15% lo destinen a industrializar en el país, si hay demanda, obviamente. Y si no la hay, exportarlo. Si logramos consensuar eso, yo creo que tenemos la posibilidad de industrializar el litio y generar mucho valor.

 

¿Qué diferencia representa exportar el producto primario, el carbonato de litio, y el producto industrializado, la batería? 

Simplemente de transformar el carbonato de litio en el material de cátodo que nosotros elegimos, que es el LFP, uno de los que ahora se está imponiendo como una de las mejores tecnologías, ganás el 60% solamente del primer escalón, del carbonato al material del cátodo. Vos hoy podrías exportar LFP, tranquilamente. Si lo llevas a celdas, ganás mucho más, pero podés agregar valor simplemente con una mínima transformación en el material del cátodo de la batería.

 

Como otras actividades mineras, extraer litio requiere una gran cantidad de agua dulce, ¿Cuál es el daño ambiental que el desarrollo de la actividad podría representar para el área donde se realiza?

El tema del agua es muy importante, pero hay que ponerlo un poquito en contexto.  Yo creo que la licencia social está en todo lo que son las actividades mineras. El litio es una actividad un poco diferente porque, por ejemplo, no requiere extracción a cielo abierto como en las intervenciones que se hacen sobre la roca, se extrae de salares. Australia lo saca de roca, o sea, es una minería más convencional, como la del cobre. Nosotros tenemos una minería que es en base a salmuera y requiere menos químicos. Es un manejo más parecido al del petróleo, porque es un manejo de fluidos. El salar es una capa sólida en la parte superficial, pero debajo hay agua y salmueras, y eso es lo que uno extrae. Esas salmueras contienen mucho cloruro de sodio y poco cloruro de litio. Entonces, todo el proceso químico implica poder extraer ese poco que hay de cloruro de litio y bombear la salmuera con el agua. Ese proceso puede afectar la hidrología de la cuenca, por lo que hay que manejarlo con mucho cuidado y trabajar muy bien la hidrogeología de manera tal que uno pueda constatar que lo que uno procesa no afecte la cuenca hídrica en la cual está instalado el lago. Yo hablaba el otro día con gente de Chile, del Ministerio de Minería, que ellos tienen una experiencia ya prolongada en el salar de Atacama, y decían que no tienen evidencia de que haya habido una disminución de los niveles hídricos por la explotación, pero por supuesto está lo precautorio, es decir, hay que controlar y estudiar. Nosotros entendemos que cualquier intervención que haga YPF en el salar va a tener que tener toda la licencia social que requiere la actividad. De hecho, YPF tiene una trayectoria de 100 años de explotar petróleo. En ese tiempo ha tenido reclamos ambientales y ha tenido que intervenir con las comunidades. Lo cierto es que la mirada social que tiene una empresa multinacional que viene a llevarse un recurso y se va es distinta a una empresa que vive en el país, que tiene que hacerse cargo de los pasivos ambientales y dar cuenta a la sociedad. YPF tiene otras garantías y otras sensibilidades con el manejo del tema ambiental.

Desde 1850, los países que más contaminaron fueron los europeos, Estados Unidos y después China. Nosotros, que casi no usamos nuestro gas ni nuestro petróleo, ahora tenemos que pagar el costo de la transformación y nos quieren vender todos los electrolizadores alemanes y los molinos eólicos daneses: negocio redondo.

Roberto Salvarezza

¿Cómo es la relación con las comunidades que habitan las áreas donde se realiza la actividad?

Los proyectos que tenemos en ejecución tienen que trabajar con las comunidades que estén en el territorio, algunas son comunidades originarias, otras son comunidades que viven en el entorno. Siempre hay que trabajar con la licencia social, sin eso no se puede hacer nada. Para habilitar un proceso de este tipo, tenés que cumplir con todos los requisitos de impacto ambiental. La principal queja que hemos visto en las comunidades es que no se las consulta, que no se hacen todos los pasos que hay que hacer para lograr la aprobación de un proyecto. Nosotros decimos que hay que cumplir con todos los pasos: la legislación de cada provincia, los requerimientos y las normas internacionales para el desarrollo de un proyecto minero, las audiencias públicas, hablar con las comunidades para que perciban que la actividad del litio va a tener un beneficio para ellos. Toda actividad de intervención tiene un impacto ambiental, ninguna es neutra, pero vos la admitís cuando tiene un beneficio. Cuando vos no tenés ningún impacto positivo, realmente no hay licencia social. Eso requiere un esfuerzo de comunicación, trabajar con las comunidades y llevar propuestas. Creo que en ese aspecto, YPF tiene una ventaja sobre las empresas multinacionales.

 

¿Existen métodos alternativos de extracción que puedan ser menos dañinos para el ambiente?

Hemos tratado de ver otras tecnologías, pero eso no quiere decir que sean exitosas. La que estamos llevando adelante en la planta de Jujuy está en una etapa piloto. Tenemos que ver si es implementable a un nivel ya escalado. También hay otras tecnologías que están apareciendo. Todo el mundo quiere cortar los ciclos, no quiere evaporar tanta agua, no quiere esperar dos años para empezar a tener algún resultado, es el tema más de frontera para el sistema científico.

 

El litio, si bien posee ventajas que no tiene el petróleo, sigue siendo un recurso no renovable y finito. ¿Cómo se encara esa discusión para el futuro?

Hay algunas diferencias. Hoy, en la transición energética, el petróleo y el gas generan dióxido de carbono, efecto invernadero y un aumento de la temperatura. El litio no tiene ese problema, si bien gasta agua, es más beneficioso. Efectivamente, el litio se podría agotar, pero hay muchísimo. El agua de mar tiene litio, lo que pasa es que está muy diluido. Entonces, vos podrías desarrollar tecnologías donde pudieras concentrar el litio y extraerlo de ahí, que es lo que se está tratando. Pero también puede pasar que dentro de veinte años  tengas otra batería que sea de sodio, que ya se está probando, y no de litio. Sodio hay un montón. Hoy las que te funcionan son las de litio, pero podemos llegar a otros recursos. Yo creo que también hay que mirar eso, la contaminación y los problemas que tenemos. Hoy a la humanidad le preocupa más el efecto invernadero, el dióxido de carbono y el cambio climático. Entonces, los combustibles fósiles son nuestro principal enemigo desde el punto de vista social, y lo digo siendo YPF. Por eso nosotros defendemos el gas de YPF, que es mejor que el carbón. Si nosotros exportamos gas evitaríamos que Alemania vuelva a usar carbón, porque la guerra de Ucrania los dejó sin gas. Y ahí una reflexión: los alemanes empujan el hidrógeno verde, el litio, todo verde, pero tienen el problema de que pasan frío en el invierno y salen a abrir las minas de carbón. Nosotros, que tenemos pibes que no comen y tienen frío todo el año, no queremos explotar el offshore y salimos a protestar en Mar del Plata. También hay que pensarlo esto, porque muchas veces nos embarcan en cruzadas, pero, ¿cuánto contaminamos nosotros? Que ellos cierren las minas de carbón. Desde 1850, los países que más contaminaron fueron los europeos, Estados Unidos y después China. Nosotros, que casi no usamos nuestro gas ni nuestro petróleo, ahora tenemos que pagar el costo de la transformación y nos quieren vender todos los electrolizadores alemanes  y los molinos eólicos daneses: negocio redondo.

Reprimieron a los vecinos de Andalgalá

Reprimieron a los vecinos de Andalgalá

Un día después de que el Gobierno nacional invitara a una mesa de diálogo para resolver los problemas planteados ante la actividad minera en el país, en Andalgalá la policía catamarqueña atacó con balas de goma a los manifestantes que cortaban la ruta.

Ayer por la noche, la policía de Catamarca, bajo la orden del Gobierno provincial, reprimió con balas de gomas a los vecinos del acampe en Choya (al norte de Andalgalá) que bloqueaban el avance del proyecto minero MARA (Agua Rica – Alumbrera).

La asamblea catamarqueña por el agua “Aguapucará” afirma que hubo heridos y en un comunicado denunció que “la policía empezó a disparar balas de goma a mujeres y ancianos. Hay heridos en el hospital y llaman a convocar a la Plaza. El Gobierno en silencio. La oposición en silencio. Los organismos de derechos humanos, el Gobierno en silencio. Todos miran para otro lado, mientras la policía dispara”.

ANCCOM pudo contactarse con una vecina de Andalgalá que estuvo en el momento y describió las escenas. “Cuando la gente acepta que pasen los trabajadores pero no el combustible para las máquinas, es allí donde comienzan a gritar los vecinos y la policía comienza a empujarlos y sacarlos del camino mientras golpean a mujeres y ancianos. Al bajar la policía -agrega-, un vecino de Choya, ya con la noticia de que les pegaron a sus compañeros arriba, no los deja pasar por su territorio, lo que una vez más enfurece a la policía y comienza a abrir fuego con sus armas, atacando así a niños y mujeres. En ese momento arrestan a Carina Orquera, vecina de Andalgalá”.

Durante la mañana de ayer, diferentes organizaciones y medios sospecharon que algo podía pasar y dieron el alerta. “Vecinas y vecinos: son las 6 de la mañana y ya pasaron 7 camionetas y 1 camioneta jaula de la policía, rumbo a Capillitas -anunciaron en el mensaje que circuló en las redes,- a desalojar a lxs hermanxs choyanxs que están defendiendo el agua de todxs. Tenemos que estar alerta para defender a nuestros hermanos y hermanas de Choya”.

MARA es un proyecto minero que reutiliza la infraestructura que se empleó en el primer yacimiento megaminero del país, Minera Alumbrera, reconocida por su impacto ambiental y porque fue instalada con la zanahoria de que generaría miles de fuentes de trabajo. Este nuevo proyecto está previsto para ser diez veces más grande que la Alumbrera y los vecinos de Andalgalá no quieren saber nada más de la destrucción de sus tierras y contaminación de sus ríos. 

La obstrucción del camino, en plena nevada, se llevó adelante con la intención de frenar el avance de la maquinaria que comenzaría con la construcción del proyecto minero y convocar al gobernador de Catamarca, Raul Jalil, para que observara los daños que estas maquinarias producen en el Río Choya.

No es la primera vez que se ejerce violencia institucional contra activistas socioambientales en Andalgalá. Vecinos de la zona denuncian allanamientos masivos, violencia policial y detenciones arbitrarias constantes, como las de hace tan solo un año, el 12 de abril de 2021, cuya noticia fue cubierta por los medios nacionales..

 Paradójicamente, el día anterior a la represión el Gobierno nacional había presentado una mesa de diálogo, MEMAC (Mesa Nacional sobre Minería Abierta a la Comunidad), un espacio que pretendía servir para “el diálogo público, constructivo y federal sobre minería”. El mismo día por la mañana, una extensa lista de asambleas, organizaciones y personalidades armaron un comunicado en rechazo a esta mesa por la poca sino nula representación ciudadana e incumpliendo el acuerdo de Escazú, firmado en Costa Rica en 2018 y del que participó Argentina, por el que se compromete a los gobiernos de América Latina y el Caribe a un transparente acceso a la información, la participación ciudadana y a la justicia en asuntos ambientales. Unas horas después no llegó la representación, sino la represión. 

Llevada adelante por el Gobierno nacional y con la presencia de Jalil, la fallida mesa muestra que el diálogo al territorio frío y hostil no se acerca, sino que queda solo entre cafés y trajes elegantes.

Mucho ruido

Mucho ruido

El Mapa de Ruido de la Ciudad de Buenos Aires muestra que las Avenidas 9 de Julio, General Paz y Del Libertador son las zonas con mayor polución sonora.

Se habla de contaminación y las primeras imágenes que aparecen en la mente son las de ríos repletos de residuos, animales ahogados por el consumo de basura y chimeneas industriales que liberan enormes emisiones de gases tóxicos. Sin embargo, hay un tipo de polución invisible, pero que de todas formas impacta fuertemente en nuestra vida y que en la Ciudad de Buenos Aires se concentra especialmente en las inmediaciones de avenidas como la 9 de Julio, Libertador y General Paz, y en las autopistas Illia y 25 de Mayo.

La contaminación sonora es una problemática que está en alza desde las últimas décadas, puntualmente en las grandes urbes, perjudicando la salud y la calidad de vida de las personas. El ruido provocado por el tránsito, las industrias y los hábitos vinculados a las nuevas tecnologías son los principales factores que agravan la cuestión.

Carlos Boccio, Jefe del Servicio de Otorrinolaringología del Hospital Italiano de Buenos Aires, afirma: “Una persona que pasa muchas horas en un contexto de ruido persistente, tiene altas probabilidades de ver afectada la calidad de su audición y la discriminación y comprensión de la palabra”. Y agrega: “Hay muchos puntos del organismo que se ven resentidos por la exposición prolongada al ruido. La alta contaminación sonora suele provocar el síndrome de estrés que impacta en la salud cardiovascular y hormonal de las personas. También perturba el descanso y genera ansiedad”.

Así lo confirma Elena, quien prefiere no dar su apellido, y trabaja en una tienda ubicada a metros de una de las esquinas más ruidosas de la Ciudad de Buenos Aires, en Corrientes y 9 de julio: “Me siento abombada todo el día, me duele la cabeza y me cambia el humor. Todo el tiempo tengo que levantar la voz cuando hablo con clientes porque no escucho lo que me dicen, no entiendo lo que me piden”. Para los trabajadores de los comercios que dan a calles y avenidas muy transitadas, lo más intenso es el ruido del tránsito: los bocinazos, las aceleraciones y los choques. Elena se ríe y comenta: “Cuando yo manejo, no uso la bocina; ¡ya no la quiero escuchar más!”.

La Agencia de Protección Ambiental del Gobierno de la Ciudad, a raíz de esta cuestión, aplicó, en los Viaductos Carranza y Libertador, paneles con material fonoabsorbente en las paredes interiores de los túneles. Las avenidas Alberdi, Vélez Sarfield y Triunvirato, a su vez, se repavimentaron en con asfalto fonoabsorbente. Otras medidas tienen que ver con la restricción vehicular en la zona céntrica y zona Tribunales y la implementación de metrobuses sobre avenidas principales, quitando el transporte público de las calles aledañas. Sin embargo, el ruido contiúz.

En relación a la actividad en fábricas, Boccio remarca: “La protección auditiva debe ser una ley inclaudicable, no puede haber empleados u operarios que no estén lo suficientemente protegidos con elementos de cuidado sonoro que sean profesionales. Los trabajadores que están expuestos constantemente a altos niveles de contaminación sonora-100 decibeles, por poner un número- deberían ser sometidos a controles periódicos y conocer los riesgos de estar comprometidos prolongadamente a ruidos de alta intensidad”.

Nicolás Massaro, que trabaja en una planta industrial, destaca: “Por lo menos durante un tercio de mi jornada laboral realizo recorridos por la planta, allí estoy totalmente expuesto a vibraciones y altos niveles de ruido. Luego de un rato se siente un malestar en el cuerpo en general y específicamente en la cabeza. Cuando utilizo los elementos de protección, la experiencia es mucho más placentera y no se siente tanto el efecto”. Agrega un dato preocupante: “Conozco gente que ha trabajado en planta por muchos años y que al no utilizar los elementos correspondientes de cuidado, ha perdido capacidad auditiva y escuchan un zumbido en momentos de silencio”.

La industria de la música es otro personaje principal en esta historia. El uso de los dispositivos con auriculares –la mayoría de ellos de inserción- concentran intensidad sonora por muchas horas y hacen que los chicos estén expuestos a altos niveles de sonido. Esto perjudica a las nuevas generaciones. Al respecto, el especialista en otorrinolaringología sostiene: “Desafortunadamente, se encuentran cada vez más problemas en jóvenes. A pesar de que existan tratamientos cada vez mejores, si no actuamos sobre la prevención no va a haber audífonos, ni implantes, ni mecanismos de detección que puedan liberarnos de esta epidemia que es el problema auditivo por aumento del ruido”.

Por su parte, Nicolás Regidor, técnico de sonido en producciones en vivo, confirma: “Desde un principio fui consciente de que estar expuesto a altos niveles de volumen puede afectar mi salud. Cuando hacemos giras, realizamos cuatro shows de una hora y media por semana, allí estoy expuesto a niveles muy altos de sonido. Por eso, utilizo unos tapones de goma que  descienden 6 decibeles el nivel del volumen”. Además señala: “De todas formas, los mismos estadios o productoras ponen restricciones para que no se superen los 100 decibeles; el volumen que siempre se maneja es entre 90 y 100”.

Algunas pautas básicas que Boccio recomienda para proteger la salud auditiva es limitar el uso de auriculares de inserción de alta intensidad y evitar lugares donde la contaminación sonora es alta; en caso de tener que hacerlo, procurar estar expuesto el menor tiempo posible.

Las personas curiosas que quieran conocer los niveles de ruido a los que se exponen en su día a día, pueden descargar en su celular la aplicación “Sonómetro”. Tan sólo con abrirla y permitir el uso del micrófono del teléfono, podrán captar los decibeles de sonido del ambiente en el que se encuentran. Puede resultar una herramienta útil a la hora de buscar espacios de descanso.

Además existe un Mapa de Ruido de la Ciudad de Buenos Aires desarrollado por la Agencia de Protección Ambiental que facilita el conocimiento y estudio de la dimensión del ruido en la ciudad. Esta información se puede encontrar en la página del mapa interactivo de Buenos Aires en su pestaña Medio Ambiente.

Allí se puede observar que,  en el período diurno, el ruido en todas las avenidas alcanza los 75-80 decibeles. La 9 de julio, Libertador y  General Paz, sumadas a las autopistas 25 de mayo y Arturo Illia, son algunas de las que más se destacan por sus altos niveles de contaminación sonora.

En el período nocturno, el sonido de la ciudad en general desciende; en la mayoría de las zonas que en el día manifiestan ruidos de alta intensidad, en la noche el volumen ronda los 70-75 decibeles, marcando cinco puntos menos.

Donde se encuentran grandes espacios verdes, como en la parte norte de la Ciudad (Costanera Norte, los Bosques de Palermo y Parque Thays), en la Reserva Ecológica Costanera Sur y la zona Sur (Reserva Ecológica Lago Lugano y Parque de la Ciudad), y en las zonas que no son atravesadas por grandes avenidas, el nivel de sonido -tanto en el día como en la noche- es mucho menor;  como máximo aquel alcanza los 65 decibeles.

La contaminación sonora es un problema que, más allá de que los ojos no lo vean, el corazón -o el organismo sienten. El 3 de marzo fue el Día Internacional de la Audición, fecha que llama la atención sobre la importancia de la identificación temprana y la intervención para la pérdida auditiva. Las campañas que realizan la Organización Mundial de la Salud y las  entidades que se ocupan de la temática se dirigen a la concientización de la sociedad civil, a la protección laboral y a la prevención o pesquisa temprana de dificultades auditivas en todas las personas. Queda claro la importancia del asunto; Elena lo dijo en pocas palabras: “El ruido es constante, me explota la cabeza”.