«No vamos a parar de buscarla»

«No vamos a parar de buscarla»

La familia de Luciana Muñoz, desaparecida en Neuquén hace trece meses, llegó a Buenos Aires para federalizar su lucha ante la parálisis en la búsqueda de las autoridades locales. Sospechan que fue víctima de una red de trata.

Lila Aguerre y Mirta Muñoz, la madre y la abuela de Luciana, exigieron a las autoridades nacionales que la cara y el nombre de la joven aparezcan en aeropuertos, terminales y límites fronterizos, y que se la busque fuera de Neuquén, la provincia donde vivía y desapareció. En diálogo con ANCCOM, dijeron que también están luchando para que se cambie la carátula del expediente y que sea caracterizado como un caso de trata. Por eso, se reunieron con representantes del Poder Legislativo y organizaciones de derechos humanos, entre ellas la Procuraduría de Trata y Explotación de Personas (Protex). Durante todo el proceso estuvieron acompañadas de Paula Carbajal, integrante de la Asamblea por la Búsqueda de Luciana Muñoz y representante de la agrupación Mujeres por la Libertad, y de Nancy Cisterna Antilef, directora del colegio al que asistía la joven.  

 

“No vamos a parar de buscarla”

Luciana desapareció la noche del 13 de julio de 2024 en Gran Neuquén Norte, cuando estaba yendo a ver a un amigo. Un mes después hubiera cumplido 21 años. La familia realizó la denuncia el mismo lunes de esa semana, recorriendo el barrio y alrededores, diseñando flyers para compartir en redes sociales, empapelando la zona con la cara de Luciana, repartiendo panfletos. Pero la búsqueda oficial estuvo trabada desde el principio, ya que los fiscales y policías se demoraban en ir a los lugares que la abuela o la madre de Luciana les indicaban. “Es como que hicieron abandono de ella. Porque si nosotros le decíamos ‘vayan a buscarla allá, vayan a ver este lugar’, no iban. Capaz que iban 24 horas después, cuando ya la habían movido”, afirmó Mirta.

Uno de los sospechosos principales es el exnovio de Luciana. Se habían peleado y hacía unos meses que ya no hablaban con tanta frecuencia. “Maximiliano Avilés y Lucas Pinilla son los culpables de la desaparición de ella. Porque la última vez que se la vio fue con esas personas.”, afirmó Lila. Avilés fue el único detenido en la causa, imputado por falso testimonio y condenado a prisión domiciliaria, un beneficio que violó en varias oportunidades. Si bien luego se realizaron rastrillajes y allanamientos en toda la provincia, no se hallaron culpables de su desaparición ni se encontraron huellas que indiquen dónde está la joven neuquina. 

Las mujeres de la vida de Luciana armaron red entre sí, se unieron con amigas, familiares, docentes del colegio al que asistía y militantes de la agrupación Mujeres por la Libertad para fortalecer su reclamo ante la desidia de las autoridades. Debido a la profundidad de las pesquisas llevadas a cabo hasta el momento, la familia supone que sus secuestradores la sacaron de la provincia, otro gran motivo para visibilizar la búsqueda a nivel país. 

Encontrar algún anillo

Quienes la buscan coinciden en que el caso de Luciana no es un hecho aislado. Hay varios indicios que llevan a pensar que se enmarca en una red de corrupción y prostitución forzada, problemáticas cada vez más graves en Neuquén. Al momento, la causa está catalogada como homicidio sin cuerpo, título que no logra caracterizar la complejidad del crimen. “Vinimos a exigir que esto pase al ámbito de la justicia federal y que sea visto como trata”, afirmó Lila.

Durante la búsqueda de Luciana, Lola y Mirta encontraron y rescataron a mujeres que estaban retenidas en contra de su voluntad en diversos sitios en Neuquén Capital. “A través de la búsqueda de mi hija se han encontrado muchas chicas que estaban en cautiverio, en varios prostíbulos. Y yo digo ‘tan mal no fue la búsqueda de mi hija’ porque por esa búsqueda también se encontraron muchas chicas más que fueron salvadas”, expresó la madre de la joven desaparecida. Estos hallazgos sirven de motivación e impulso para seguir buscando un rastro, una pista, una marca que indique dónde se encuentra Luciana. “Alguna prenda de ella, algún anillo. Ella era de usar muchos anillos. Algo tiene que quedar, algo tienen que encontrar.”, indicó la madre de Luciana llevando la mirada hacia abajo y mostrando sus manos, sin ningún anillo. 

Luciana se les aparece en sueños, en recuerdos, y en el rostro de su hija menor. La nombran, la sienten presente en el día a día, creen que está viva, secuestrada en alguna parte. “Es un dolor muy grande que tenemos la familia. Es llevar eso todo el tiempo, no sabés si ella está viva o muerta. El dolor de decir que si está viva, está sufriendo en algún lugar. Si está muerta, queremos poder encontrarla y darle un descanso, paz”, dijo Lila. 

Unidas a las luchas colectivas

En su viaje a Buenos Aires, la familia participó en la marcha por los jubilados, en las protestas en contra del gatillo fácil y en la manifestación por la libertad de Facundo Jones Huala, donde les dieron voz para seguir exigiendo la aparición de Luciana. La familia también acompañó la Ronda de las Madres de Plaza de Mayo, línea fundadora, donde dieron visibilidad a su reclamo. “Anduvimos en las marchas con la carita de ella. Ahora van a salir en los diarios y deben estar saliendo en publicidades la cara de Luciana. Y eso es lo que queríamos”, agregó Lila. Con la mediación de Paula Carbajal, miembro de la Asamblea por la Búsqueda de Luciana Muñoz y representante de Mujeres por la Libertad en Neuquén, la familia se conectó con miembros de esta organización en Buenos Aires y con la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE), que les ofreció una habitación en su hotel para hospedarse. 

Tanto Lila como Mirta se sintieron agradecidas y conmovidas por el apoyo que recibieron en Buenos Aires y dijeron que “se van satisfechas” por ese lugar para expresar su voz y visibilizar más la búsqueda. Ambas aseguraron que también se sintieron conformes con la escucha y las posibilidades que les brindaron tanto en las manifestaciones como en la Cámara de Senadores y en la de Diputados. El grupo estuvo en diálogo con el senador nacional Oscar Parrilli, con Mónica Macha, diputada del bloque peronista, y con diputados del Frente de Izquierda-Unidad como Christian “Chipi” Castillo y Mercedes Trimarchi. También las recibió una asesora de Vanina Biasi. “Nos dieron la oportunidad para expresarnos y poder exponer el caso de mi hija, que está desaparecida, desde hace un año y un mes”, describió Lila. 

Plantar bandera

Mirta, Lila, Paula y Nancy volvieron a Neuquén el viernes pasado, determinadas a continuar con la lucha desde allá. Ya confirmaron que si llegara a ser necesario volver a Buenos Aires, están más que dispuestas a hacerlo.“En Neuquén capital no hacen nada. Por eso vinimos a la CABA, a plantar bandera”, expresó Mirta.

La familia de Luciana insistió en la importancia de visibilizar la problemática de la trata de personas en las escuelas, en las casas, en las conversaciones diarias. En palabras de Lila, “hay que hablarlo por más que sea duro, por más que sea fuerte. Hay que concientizar a los niños, a los adolescentes, hasta a la gente mayor. Porque es un tema que mucha gente no habla”. Ese es el trabajo que están haciendo en Mujeres por la Libertad y en el CPEM Nº 76, colegio secundario al que asistía Luciana. Las docentes y militantes brindan talleres, charlas y reuniones para dialogar un tema que si bien permea la realidad de la provincia y del país, todavía no es lo suficientemente discutido.

Lila contó que ante la falta de recursos, las demoras de la Justicia y el abandono gubernamental en Neuquén, muchas familias dejan de buscar el rastro de quienes perdieron. Con el tiempo ganan la dificultad, el desasosiego y el dolor. Ellas no. Su madre y su abuela van a seguir buscando a Luciana hasta que aparezca.

 

Absolvieron a los cuatro acusados por el femicidio de Otoño Uriarte

Absolvieron a los cuatro acusados por el femicidio de Otoño Uriarte

El Tribunal de Impugnación de Río Negro revocó las condenas de los imputados. La adolescente fue asesinada en 2006 y su familia aún exige justicia. Un documental rescatará su historia.

Néstor Ricardo Cau, José Iram Cafri, Maximiliano Lagos durante el juicio oral que los condenó a prisión perpetua. Foto: Silvina Ojeda @ojos.de.ojeda

El Tribunal de Impugnación de Río Negro revocó las condenas de los cuatro sentenciados a prisión perpetua por el asesinato de la joven, luego de un proceso judicial que duró 18 años. A Otoño la desaparecieron mientras volvía a su casa en Fernández Oro, un pueblo de Río Negro, el 23 de octubre de 2006 y su cuerpo recién fue hallado seis meses más tarde, el 26 de abril de 2007, en un canal de Cipolletti. Tenía 16 años. Tras una investigación plagada de irregularidades, impunidad y extravíos, y luego de haber sido declarados culpables en un juicio oral, los imputados Néstor Ricardo Cau, José Iram Cafri, Maximiliano Lagos y Germán Ángel Antilaf fueron absueltos y la familia de Otoño sigue reclamando la verdad. 

Ella vivió hasta los 12 años en El Bolsón, y cuando su madre murió se fue a vivir con el padre a Fernández Oro. El 23 de octubre de 2006 Otoño terminó su práctica de vóley, salió del gimnasio municipal y se encontró con su novio y amigas en la plaza del centro. Tras un rato caminó hacia su casa, pero nunca llegó. Néstor Cufré, subjefe de la policía, se apuró a desplegar la típica versión: la chica de 16 años había desaparecido por voluntad propia. Sin embargo, esa pista se desvaneció con la aparición de su teléfono celular a pocos metros de su casa. Seis meses más tarde, el 26 de abril, apareció su cuerpo sin vida junto a una usina del canal El Treinta, en Cipolletti, con una visible herida cortopunzante en la axila. Un colgante artesanal, una campera, una calza y ropa interior permitieron que fuera reconocida por sus familiares. 

Durante la investigación por su desaparición la Justicia avanzó en la hipótesis de que había sido secuestrada por una red de trata, puso en la mira en un cabaret y ordenó escuchas telefónicas que revelaron la connivencia entre proxenetas y la comisaría 8ª de Choele Choel, que se encargaba de “blanquear” chicas menores de 18 años con una nueva identidad adulta. 

 

Germán Ángel Antilaf. Foto: Silvina Ojeda @ojos.de.ojeda

 

La búsqueda de justicia

Hace tiempo que los amigos, familiares, docentes, compañeros de escuela y la comunidad de del Alto Valle de Río Negro y Neuquén que se organiza en la memoria de Otoño Uriarte dejó de pedir justicia por ella. “Justo sería que ella estuviera con nosotros”, declaran. Por eso, la Asamblea Autoconvocada por la Memoria de Otoño pide verdad, organizando marchas todos los 23 de octubre desde 2007 hasta la fecha. 

El 14 de agosto la Asamblea convocó a una movilización para pronunciarse en contra de la absolución y leer un documento que sintetiza su percepción sobre lo que fue el proceso judicial estos 18 años. La marcha “surge a partir de que el 8 de agosto se da a conocer el fallo de la impugnación, donde el Tribunal rionegrino decide absolver a los cuatro imputados que habían sido declarados culpables y condenados a cadena perpetua por el femicidio de Otoño” , explicó Alex Scheffer, representante de la asamblea. Desde la agrupación, consideran a las manifestaciones como un medio clave para seguir pidiendo verdad pero también como un espacio donde expresar el dolor que traen la falta y la injusticia. “Convocamos a una movilización para descomprimir la bronca que sentíamos”, expresó su representante. 

Ante la nueva sentencia del tribunal, el comunicado de prensa refleja la posición de los miembros de la asamblea. “Quienes no la buscaron, encubrieron y responsabilizaron a la propia Otoño y su familia, fueron las instituciones y poderes que deberían haber garantizado su integridad y el derecho de toda la sociedad a saber la verdad. Entre ellos, como lo venimos denunciando hace muchos años estuvo la Policía de Río Negro, también el “Comité de Crisis” conformado para intervenir en el caso con una clara composición política, impulsado por el gobierno provincial a cargo de Miguel Saiz y que tuvo entre sus filas altos funcionarios policiales y judiciales.Y sin lugar a dudas el Poder Judicial.”, reclama el documento.

“La justicia es para los que estamos vivos, para Otoño no hay justicia, mucho menos después de todo lo que pasó. La verdad es que sentimos que ensuciaron mucho la memoria de Otoño”, expresó Alex Scheffer haciendo eco de los sentimientos plasmados en el comunicado de la asamblea.

El crimen fue perpetrado antes del movimiento Ni Una Menos y de la ola feminista en el país. En los medios de comunicación se señaló cómo iba vestida, se intentó inculpar a sus familiares y se hizo caso omiso a los indicios que relacionan al secuestro con la complicidad de la policía y la trata de personas. La versión oficial fue por mucho tiempo que ella “se había escapado” o “se había ido con un novio”, si bien no había pruebas de que este fuera el caso. 

El frente del Tribunal intervenido por militantes que acompañan el pedido de justicia. Foto: Silvina Ojeda @ojos.de.ojeda

Una causa llena de omisiones

En la noche en que desaparecieron a Otoño la comisaría 26 se negó a tomar la denuncia a su padre, Roberto Uriarte. Un expediente con información genética clave elaborado por el perito Enrique Prueguer se perdió en medio de la investigación. El comisario encargado de tomar la denuncia, Yves Vallejos, no pudo explicar tampoco cómo es que en el radiograma, el día que desaparece Otoño, incluyeron una descripción detallada de la vestimenta de la joven, cuando en realidad nadie se las había dado porque el único que había ido a declarar ese día había sido Roberto, que no la había visto porque había salido de su casa mucho más temprano que ella. “Todas estas irregularidades y muchas más dan a entender que la institucionalidad funcionó a favor de la impunidad”, afirmó Scheffer.

Si bien los acusados fueron impugnados, la fiscal a cargo del caso aseguró que ninguno de los cuatro pudo dar una versión certera de dónde habían estado el día de la desaparición de Otoño.  “Durante el proceso la querella y la fiscal empezaron a desviar la atención del problema de la policía y el problema del embrollo judicial, y empezaron a apuntar solamente contra los cuatro imputados. Armaron una estrategia donde tenían indicios supuestamente concatenados que apuntaban de una manera bastante escueta hacia los imputados.”, explicó Alex. De todos modos, quienes reclaman por la memoria de Otoño no dudan de que ellos fueran criminales involucrados en el asesinato, pero buscan poner el foco en la trama de corrupción y violencia institucional en la cual se inscribe el crimen. “La estrategia original de la querella era ir por estos cuatro acusados, pero en el juicio develar o mostrar que hay complicidades policiales, políticas y judiciales, y que creemos que están vinculados a una red de trata de personas”, añadió el miembro de la Asamblea.

Los avances y retrocesos en la causa generaron gran rechazo y decepción en quienes luchan por conocer la verdad de los hechos. “Lo vergonzoso y lo terrible es que un día vienen tres jueces muy seguros y te dicen ‘sí, son culpables’, hacen una sentencia y arman todo un discurso al respecto de eso, y un mes después viene otro tribunal diferente, se desdice, plantea otra cosa completamente diferente y los absuelve”, sintetizó Scheffer.

En este momento la familia se encuentra sin un representante legal, ya que la que fue su abogada, Gabriela Prokopiw, renunció a la causa días atrás. La familia tiene que buscar otro abogado para evaluar la posibilidad de hacer una presentación más al Tribunal Superior de Justicia, con el fin de continuar la investigación. “Roberto está muy desilusionado pero obviamente quiere agotar instancias”, afirmó Alex.

Roberto Uriarte junto a la abogada Gabriela Prokopiw durante el Juicio Oral. Foto: Silvina Ojeda @ojos.de.ojeda

Recuperar la voz del padre

En este momento Alex Scheffer y la periodista Camila Vautier están trabajando para la creación de un documental en memoria de Otoño. La producción comenzó hace casi dos años, con Alex a cargo de la dirección y Camila en el desarrollo de un texto en honor a Otoño. Ambos se acercaron a la causa por motivos de cercanía, afecto y militancia. “Si bien no la conocí a Otoño personalmente, sí la tenía de vista porque yo también jugaba al vóley y teníamos amigos en común. Empecé a ver las manifestaciones desde muy chico. Fernandez Oro es un pueblito muy chico, ¿viste?”, recordó Alex.  Así, empezó a participar de las asambleas en 2017 y tomó un rol más firme y activo en su organización a partir de 2021.

Frente a una causa que no permite esclarecer lo sucedido, la intención de traer claridad a la memoria de Otoño y el deseo de plasmar los recuerdos de quienes más la conocieron inspiran la creación de la pieza audiovisual. “El objetivo del documental es darle voz finalmente a Roberto, que él sienta que tiene una voz clara y contundente, que no es tergiversada o ninguneada. Buscamos recuperar su perspectiva y darle un espacio de expresión real”, describió el director.

El comunicado de prensa leído por militantes, amigos y familiares de Otoño cerró con una invitación a la persistencia y la memoria de Otoño, sintetizando el sentir de una comunidad que sigue marchando por ella. “Seguiremos en las calles sosteniendo la lucha y recordándola como quién fue: una jóven alegre de 16 años, amada por su familia, amigues y docentes. Y cómo la sentimos hoy: una trinchera contra la impunidad y el olvido”, reclamaron en una sola voz.

Cargar con todo

Cargar con todo

Ekekas, una producción cinematográfica salteña que visualiza el trabajo de la mujer en la crianza, avanza gracias a la participación colectiva y los fomentos que sobreviven al desguace.

“La ekeka es una mujer que deja su casa porque no aguanta más, y carga con sus cosas materiales y simbólicas en el aguayo”, explica para ANCCOM Deborah Valado, directora y creadora del largometraje documental Ekekas. Es una figura que surgió como contracara de la deidad andina masculina, el ekeko, que trae abundancia, suerte y fecundidad. Su reversión femenina denuncia quién es el verdadero sostén del hogar con su trabajo no pago: la mujer. “La analogía es que el proyecto se puede financiar por la idea misma de la ekeka, esta mujer que no se salva sola sino por la ayuda mutua con otras y las redes que construyen. Ekekas es una mirada desde la esperanza y lo colectivo”, dijo la directora.

En junio de este año, el proyecto ganó el Fondo de Fomento Audiovisual, implementado a través del Plan Impulso al Desarrollo Audiovisual (IDEA), promovido por el Ministerio de Educación, Cultura, Ciencia y Tecnología y por la Dirección Economía del Conocimiento dependiente del Ministerio de Economía y Servicios Públicos de Salta, reconocimiento y financiamiento que ya había alcanzado previamente en 2023. En aquella oportunidad, el apoyo económico les permitió grabar un teaser -formato publicitario de prelanzamiento- y a partir de él, participar del Encuentro Internacional de Industria Documental Conecta, realizado en Chile. “Es un entramado de etapas y formatos, que sin unas no hubiésemos podido acceder a las demás. Con este proyecto aprendí muchísimo y siempre gracias a las instituciones públicas y las alianzas que se forman. Es un proyecto que creció pasito a pasito, desde su inicio en 2023”, sostuvo Valado. En esta oportunidad, el fomento será utilizado para comenzar un rodaje continuo entre septiembre y diciembre, siguiendo la rutina y tramas de vida de Carolina, la protagonista principal del documental observacional y madre sola de cuatro hijos de entre 4 y 14 años alrededor de quien se muestran las alianzas que se tejen entre mujeres para ayudarse mutuamente en la crianzas de sus hijos y cumplir a su vez sus metas y sueños personales.

Esto también es posible ya que a fines del año pasado en Chile el proyecto consiguió la coproducción de la productora ecuatoriana Clap Producciones. “La responsable de la productora, Saraí Echeverría, me dijo que toda madre debe apoyar a otra y que veía potencia en el proyecto. Ofreció los equipos de grabación para un año entero y nos recomendó que filmemos porque el documental es observacional y si no la historia se nos iba a ir”. Sin este apoyo en especies, el proyecto no hubiera podido presentarse a IDEA 2025 por los avales económicos que se requieren para participar. Sobre su participación en Chile, Valado reflexionó: “Por primera vez se ven tantos argentinos aspirantes a fondos internacionales. Se debe al desguace total del INCAA (Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales). Si no encuentras fondos y alianzas para financiar tu película en tu país, vas a otros mercados, los internacionales”.

Actualmente, Valado es presidenta de la Asociación de Realizadores de Salta: “Desde la organización buscamos que los fondos se queden en nuestra tierra porque necesitamos que las ideas se cuenten, pero también que existan puestos de trabajo. Por eso, fomentos provinciales como IDEA son importantes para dar trabajo en momentos de desaires en el contexto cinematográfico nacional. Es un fomento que da aliento, que busca que se pueda hacer cine y a su vez pagar las cuentas”, explicó.

A medida que participa de laboratorios y encuentros Ekekas se va fortaleciendo, modificando, puliendo. Al quedar seleccionada en el 14° Concurso para Largometrajes Raymundo Gleyzer, realizaron tutorías y capacitaciones. La carpeta lograda en esta instancia, en conjunto con el sustento logrado en Conecta -Chile-, fueron las llaves que les permitió ganar el IDEA 2025: “Es un cocoliche de procesos y un sin fin de capas de trabajo”, relató Valado.

Carolina, la protagonista del film, explica que “Ekekas busca cambiar esa mirada que tiene la sociedad sobre las mamás que estamos solas, porque es un tema que lamentablemente no se valora y que muchas veces una misma piensa que es trabajo en vano. Me tocó a menudo escuchar que no tenía o no podía pedirle al papá de mis hijos que me ayude cuando estábamos en una mala situación. Aunque luego entendí que no es ayuda que es su obligación. Aprendes que lo único que importa son tus hijos, que estén bien, que sus necesidades, al menos las más importantes, se puedan cubrir”. Ella y sus cuatro hijos viven en Cerrillos, una ciudad metropolitana de Salta capital, hacia la que se movilizan todos los días: “Aprovecho las horas de la tarde, cuando los más grandes están en la escuela, para ir con el más chiquito a hacer alguna changuita, cuando me salen. Aunque es complicado hacer todo sola, simplemente porque soy humana. Tengo días buenos y otros malos. Pero soy madre 24 horas y no puedo permitirme un día estar quieta. Los llevo a la escuela, a su entrenamiento. Recién volvemos a casa por la noche, cocino, los baño y por fin una cama”.

“Aunque quisimos darle una mirada más andina, son historias de todas partes. Para cada mujer la carga es única, no importa el contexto social. Pero ellas eran las más desclasadas, inclusive de sus propias narrativas”, dijo Valado. Si acaso sobrevivir siendo mujer y madre conlleva desigualdades intrínsecas, estas se agudizan al alejarnos de Capital Federal “donde hay muchas más ONGs, muchos más comedores, o por ejemplo algo que en Salta no es común, escuelas doble turno”. A su vez, al alejarnos de las grandes ciudades salteñas “es más difícil construir conquistas porque somos menos, estamos limitadas de recursos y acceso a la justicia. Se suman también las costumbres de cada lugar y, por eso, no se pueden pensar soluciones iguales para todo el país. Hay que contextualizar las historias. Hacen falta más alianzas y redes permanentes. Sin embargo, aunque es dificil encontrar la autodenominación ‘feminista’, son mujeres organizadas, luchando hace años, que conquistan derechos para sus hijos, su familia, su comunidad y desde nuestro pequeño lugar queremos dar cuenta de esto y visibilizarlo”.

En ese sentido, para la posproducción “para la cual habrá que buscar nuevamente fondos, estamos pensando en una campaña de impacto social para cuando Ekekas se proyecte en las pantallas. Queremos que visite los espacios de organizaciones sociales, feministas o que aborden los problemas de las mujeres. Generar instancias de diálogos con organismos gubernamentales, con espacios legislativos, porque entendemos que no vamos a transformar el mundo pero sí es una historia que apuesta a sensibilizar acerca de una temática que todos vemos, pero hacemos poco”, subraya Valado.

Como un paralelismo entre el proceso de producción y la obra, se transparentan las particularidades y dificultades de lo autogestivo cuando, por ejemplo, los equipos varían y rotan “aportando cada uno de diferentes maneras. Entonces, incluso en esta instancia, pensamos en la actividad y la solidaridad que se da entre mujeres, porque es en fin la Ekeka misma la que sustenta este proyecto”, concluyó Valado.

“No existen políticas públicas integrales para las víctimas de trata”

“No existen políticas públicas integrales para las víctimas de trata”

Según el último informe elaborado por la Asociación Civil por la Igualdad y la Justicia, los programas de protección y rescate de víctimas de violencia y trata registraron caídas del 72,11% y 90% en términos presupuestarios.

Encuentro en la Asociación de Mujeres en Argentina por los Derechos Humanos AMADH.

En un contexto de gran vulnerabilidad social y económica, la gestión de Javier Milei parece esforzarse en darle la espalda a las personas que más necesitan del accionar y el acompañamiento del Estado. En el caso de las víctimas de trata con fines de explotación sexual, el desmantelamiento y desfinanciamiento de las políticas públicas que les brindan ayuda económica y asistencia enciende las alarmas.

Según el último informe elaborado por la Asociación Civil por la Igualdad y la Justicia (ACIJ), los programas de protección y rescate de víctimas de violencia y trata registraron caídas del 72,11% y 90%. En lo que va del año, programas como “Restituir” y el “Programa Nacional de Reparación de Derechos y de Fortalecimiento de Competencias Laborales para las Afectadas y los Afectados por los Delitos de Trata de Explotación de Personas” fueron eliminados a partir de la Resolución 246/2025.

Sumado a esto, el Decreto 1048/2024 ya había dejado sin efecto el Fondo de Asistencia Directa a las Víctimas de Trata, que tenía por objetivo administrar los bienes muebles e inmuebles decomisados en causas judiciales relacionadas con los delitos de trata y explotación de personas, y el lavado de activos provenientes de dichos delitos, para luego ponerlos a disposición de las víctimas.

Además, el último informe realizado por la Asociación de Mujeres Argentinas por los Derechos Humanos (AMADH) denuncia que el Comité contra la Trata, que funcionaba en el ámbito de la Jefatura de Gabinete de Ministros de la Nación fue trasladado, por medio del Decreto 318/2024, al ámbito del Ministerio de Seguridad, situación que no es recomendada por los organismos internacionales debido a la larga historia de connivencia entre las fuerzas de seguridad y el control de los prostíbulos.

En diálogo con ANCCOM, la doctora Aldana Ros, especializada en la temática de delitos de trata con fines de explotación sexual, expresa que “hay un incumplimiento de las obligaciones que fija para el Estado la Ley de Trata. El Estado tiene que brindar un acompañamiento y una asistencia no solo económica sino integral, que incluya recursos y herramientas que le permitan a una víctima llegar a imaginarse y comenzar un proyecto de vida”.

En este sentido, Ros remarca que no todas las víctimas son iguales. Cada una tiene sus propias particularidades, carga con una historia personal y con un derrotero que tiene que ver puntualmente con la trata. Por este motivo, es tan importante el acompañamiento que se les brinda y la atención a la salud física y mental para que logren desarrollarse, formarse y tener un trabajo. “Hay algunas víctimas que antes de ser explotadas sexualmente, cargan con otra vulnerabilidad de haber sido víctimas de algún tipo de violencia de género, ya sea abuso sexual en la infancia o violencia física, verbal o psicológica en el ámbito intrafamiliar o alguna violencia que hayan recibido en algún vínculo de pareja. Es decir, son múltiples las causales por las cuales una persona ya tiene una determinada vulnerabilidad, y que la hacen más vulnerable a ser captada por aquellos sujetos que están detrás del delito de trata”, señala.

 Graciela Collantes, sobreviviente y presidenta de AMADH.

En este marco de abandono por parte del Estado, y también de complicidad para ocultar este delito, son las propias sobrevivientes agrupadas en diversas organizaciones sociales las que asumen la ardua tarea de acompañar a otras mujeres. Por su parte, Graciela Collantes, sobreviviente y presidenta de AMADH, expresa que “nos costó mucho el proceso de poder reconocernos primero como víctimas y después como sobrevivientes. Fue un proceso doloroso, pero fue bueno poder despertar y que nuestras propias voces sirvan para alentar a las nuevas generaciones. Desde ahí también una pelea interna nuestra de reconocernos como personas, porque este sistema nos había destrozado la autoestima, teníamos mucha culpa, cuando había un Estado muy cómplice con el proxenetismo”.

En AMADH, Graciela y sus compañeras trabajan día a día y codo a codo para visibilizar esta problemática hace más de veinte años. “En principio, nosotras nos organizamos para visibilizar los golpes y la persecución policial. Las instituciones que nos tenían que cuidar eran las mismas que protegían a los proxenetas y perseguían y eran cómplices de la explotación de las mujeres”, recuerda. Hoy en día, no es sólo patear las calles de Once, Flores y Constitución para hacer un relevamiento de las personas que se encuentran en esta situación, también es poner la oreja, construir un vínculo y acompañarlas en el difícil proceso de reconocerse como víctimas y llegar a la instancia de la denuncia.

Por su parte, Elena Moncada, sobreviviente y fundadora de la Asociación Civil Mujeres por los Derechos, hace lo propio desde “La Casita”, un centro de día ubicado en el barrio de Villa del Parque, en la provincia de Santa Fe. Allí se dictan talleres de oficio, de panificación, textil, manualidades, para sacar a las compañeras de la calle. “De esa plata rápida hasta que vienen acá, hasta que se empoderan, cuesta mucho. Cuando viene una chica nueva que cuenta de su violación, nosotras no decimos ‘mirá, este es tu fiolo, los clientes son los que te violan’. Nosotras hablamos de nuestras historias, de la vida, de los hijos. Sin hostigarlas, cada una hace su proceso y así pasaron 25 compañeras que dejaron esa maldita esquina”, comenta.

A nivel provincial, Moncada denuncia que tampoco existe un acompañamiento para las víctimas por parte del gobierno. “No hay ninguna política pública, solamente nos usan cuando viene el Día de la Trata. Nos incluyen en alguna cuestión pero en todos estos años, desde el 2009 hasta esta parte, jamás se acercó una funcionaria a decir ‘chicas me voy a poner la camiseta’”.

En este marco, Ros también señala la importancia de la Educación Sexual Integral (ESI) en los programas de las escuelas para luchar contra el delito de la trata en un contexto marcado por la sobreexposición de la imagen de niños, niñas y adolescentes en las plataformas. Esta situación influye en el incremento de estas redes delictivas que utilizan imágenes y videos para la comercialización, la explotación sexual y la vulneración de la identidad. “Cuando hablamos de trata tenemos que hablar de la educación sexual integral y su importancia desde los primeros años de vida, adaptando los contenidos pedagógicos, desde el enseñar lo que es el respeto al cuerpo propio y ajeno, el respeto a la dignidad humana”. Y agrega que “la realidad es que las asociaciones civiles terminan abordando y desbordadas también por ocuparse de temáticas en las cuales el estado tiene falencias en políticas públicas o que directamente ni siquiera las tiene”.

Muchas de las sobrevivientes relatan su historia en las escuelas, para que niños, niñas y adolescentes puedan preguntar y debatir acerca de este tema, como en el caso de Moncada. “Cuento mi historia en escuelas y surgen preguntas de los chicos a falta de educación sexual integral. Desde este gobierno se paró muchísimo, estamos peleando para que la ESI no se saque y activamos protocolos”, comenta.

En este sentido, queda claro que la solución no es eliminar las políticas públicas sino dotarlas de contenido para que funcionen correctamente. Y en este proceso, es fundamental la articulación entre las asociaciones de la sociedad civil y el Estado. No sólo para adaptar los contenidos a las necesidades de las mujeres, sino también para sensibilizar a los profesionales en el tema a partir del trabajo y el aprendizaje conjunto entre las sobrevivientes y los funcionarios públicos. “No queremos asistencialismo, sino programas sociales de contención. Que el Estado entienda que tiene que estar presente. Esa política integral tiene que estar al alcance ahora, no de acá a tres meses, porque cuando la mujer pide ayuda las políticas tienen que estar”, expresa Collantes. En la misma línea, Moncada reflexiona que “tenemos que estar más juntas que nunca. Necesitamos políticas públicas integrales para acompañar a esas chicas que si esos tipos no van, los pibes no comen, no les pueden comprar un guardapolvo o el fiolo las caga a palos”.

“Hay que reclamarle al Estado políticas de inclusión, de educación, trabajo y salud para nosotras. Un espacio de educación para que los profesores que vayan tengan una perspectiva de género no discriminatoria. El abolicionismo tiene que trabajar para fomentar el trabajo, el estudio, la inclusión social”, reflexiona Collantes. En ese sentido, Moncada concluye que “el abolicionismo existe porque existimos las sobrevivientes o supervivientes. A mí me recontra destruyó la cabeza, porque dije ‘pará, nosotras somos súper valorables porque estamos sacando personas de la calle, cuando el Estado no lo hace”.  

Mucha alegría para combatir tanta crueldad

Mucha alegría para combatir tanta crueldad

Una nueva Marcha del Orgullo se desarrolló en el Congreso, pero sobre las veredas porque el protocolo de Bullrich impidió la colocación de un escenario en la calle. A diez años del asesinato de la referenta Diana Sacayán, el colectivo LGTBIQ+ se congregó para seguir exigiendo vivir con dignidad.

Hace 56 años ocurrían las revueltas de Stonewall de 1969, donde un grupo de personas LGBTIQ+ se rebeló contra la policía en Estados Unidos. Desde ese día, cada 28 de junio se rememora este acontecimiento con distintas movilizaciones en diferentes partes del mundo que demuestran que el orgullo es revolución.

La tarde del sábado, un arco iris iluminó el Congreso, poco a poco se empezó a colmar la plaza que daba la bienvenida a todos los manifestantes. El comienzo sufrió algunas complicaciones ya que los agentes de urbanidad le prohibieron a la asociación organizadora armar un escenario para poder dar los discursos y hacer las presentaciones.

Pese a estos contratiempos, se pudieron desplegar sobre la vereda los altavoces, las luces y los micrófonos, y al rato un DJ puso a muchos a bailar al ritmo de la electrónica, cimentando así el ambiente que se potenciaría más tarde.

Yarali Nescano, activista trans analizó en diálogo con ANCCOM, las problemáticas que enfrenta el colectivo en la actualidad: “Seguimos reivindicando la reparación histórica, porque las compañeras adultas mayores de nuestro colectivo no tienen ni siquiera una jubilación mínima, viven con lo que pueden y algunas todavía se siguen parando en las esquinas”.

La Ley de Reparación Histórica, es un reclamo del sector desde hace muchos años para las adultas mayores sobrevivientes de más de 50 años que fueron perseguidas, no sólo en la dictadura, sino posdictadura a través de los edictos contravencionales. “Se trata de un reconocimiento no sólo económico, sino también simbólico a la persecución sistemática de un Estado cruel y violento contra nuestras identidades, contra nuestras existencias y contra nuestras vidas”, explicó Yarali.

Según la publicación Análisis de 12 sentencias a 10 años de de la Ley de Identidad de Género de la Unidad Fiscal Especializada en Violencia contra las Mujeres, solo una de cada dos sentencias por homicidios de mujeres trans o travestis fueron calificadas con encuadres jurídicos susceptibles de visibilizar la particularidad de las violencias por motivos de género y prejuicio contra la identidad trans/travesti. En correspondencia con esto, María Rachid, exlegisladora de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, dialogó con Anccom y explicó: “Hay mucha resistencia por parte de la justicia para aplicar estos agravantes, los jueces en general no consideran la motivación del odio hacia la orientación sexual, identidad de género y de expresión al incluir los agravantes, falta capacitación, protocolos que le den perspectiva de diversidad a los crímenes de odio”.

Por otro lado, un conjunto de organizaciones activistas por los derechos de la comunidad LGTBIQ+ crearon un observatorio de crímenes de odio. En su informe sobre lo ocurrido en 2024 resalta la problemática que se encuentra a la hora del registro de los casos, ya que hay un subregistro considerable. No a todas las personas trans que son asesinadas se las registra como tales, y no todos los crímenes de odio de lesbianas, gay, bisexuales y de personas de identidades no hegemónicas se visibilizan como tales; sino que por el contrario, en muchos casos, se oculta la orientación sexual y la pertenencia a esta comunidad.

La marcha se caracterizó por denunciar a través de manifestaciones artísticas la realidad que atraviesa el colectivo: bailarines y cantantes tuvieron su momento en el escenario. El folklore fue protagonista de la velada, y al ritmo del chamamé y la chacarera muches se animaron a bailar y los que no, alentaban con las palmas y zapucays.

Cari Perotti, cantante de folclore, habló con ANCCOM sobre el cruce entre la música y la militancia: “No concibo la música sin militancia, siento que tenemos que estar presentes, hoy más que nunca, en las calles y a través del arte, porque el arte es transmisión de emociones, y en este caso, con los tiempos que corren, y con tanto discurso de odio hacia la comunidad, siento que es necesario también transmitir un poco de alegría. Creo fuertemente que estas son las pequeñas revoluciones y sin alegría no es posible, y menos trascender estos tiempos que corren”.

Otra presentación destacada fue la de el grupo Invisibles que busca transformar los conceptos arcaicos del folclore más relacionados a la tradición heteronormativa y los lleva hacia un lugar que contemple la diversidad, además de ser un espacio de denuncia social. La canción que presentaron en el festival que se armó en la marcha: “Del poder sos el gatito mimoso/ Les jubilades son tantos, entre comer o remedio/ Y vos golpeando y vetando”. .

Memoria marica en escena

Memoria marica en escena

Saraos Uranistas es una obra de teatro musical de Juanse Rausch sobre las fiestas de travestis y maricas, basada en archivos de psiquiatría y notas periodísticas de principios del siglo XX en Buenos Aires. Con humor y fantasía la obra tensiona esos registros oficiales y recupera las voces silenciadas de las personas queer de aquella época.

En la sala, antes de empezar, una espectadora le pregunta a otra: “¿Qué significa Saraos Uranistas?”. Los médicos de la obra lo cuentan a su alumnado, el público: así llamaba el sistema médico y policial higienista a las fiestas de maricas y travestis del siglo XX en Argentina. Desde entonces, se comienza a delimitar en los registros qué es ser mujer y qué es ser hombre, qué es la normalidad en el deseo y en las relaciones. De esta manera, construía un régimen visual para los cuerpos, fija identidades y conductas “normales”, basados en las percepciones morales de los médicos y policías.

A partir de una investigación minuciosa y delicada del archivo de psiquiatría forense y notas periodísticas de inicios del siglo XX en Buenos Aires, el dramaturgo y director Juanse Rausch propone una intervención política y estética. Busca quebrar el registro de los oficiales, los normativos, que escriben la historia de las personas queer. Saraos Uranistas propone reescribir la memoria para la comunidad trans y marica recuperando esas voces y cuerpos silenciados en los archivos históricos por ser y desear diferente.
Acompañadas por un piano en vivo (interpretado y compuesto por Gabriel Illanes), Manon, Dolores, Aída, la Princesa de Borbón, la Bella Otero cantan sus historias y sus fantasías: las maricas que son y las que les gustaría ser. Infiltran sus anhelos en la rigidez del discurso médico policial y lo tensan. En este musical surreal, un mito urbano se hace realidad: una sirena florece de las aguas chocolatosas del Río de la Plata y acompaña a las mujeres y maricas a escribir su historia.

 

“El futuro está detrás”, dice uno de los personajes. La tensión del archivo histórico permite imaginar otros futuros posibles, a partir de una relectura poética y corporal del pasado. “Traer al presente la historia de estas maricas es una forma de reivindicar nuestra memoria colectiva y honrar la creatividad de quienes nos precedieron en el activismo y en el arte”, afirma Manuel Di Francesco, quien interpreta a Manón:
Las increíbles interpretaciones de Lucía Adúriz, Di Francesco, Emiliano Figueredo, Tomás Wicz y Manu Fanego (reemplazando a Maiamar Abrodos), oscilan entre el canto, el chiste y el baile. Cada uno se desdobla entre dos personajes: un médico forense que enseña a detectar “desviados” y una marica o travesti de los Saraos, con acentos y registros cambiantes, con una flexibilidad actoral alucinante.
En esta oportunidad, el teatro funcionano solo como escenario sino como espacio de resistencia y memoria. “El teatro ha sido siempre un refugio para las personas queer. Hoy seguimos fortaleciéndonos gracias a producciones que ponen en primer plano nuestra mirada sobre el mundo”, señala Di Francesco.

Aunque Saraos Uranistas transcurre en el siglo pasado, la violencia hacia las personas trans, travestis, maricas y lesbianas sigue siendo una realidad. Por eso, recuperar estas memorias no es solo mirar hacia atrás, sino construir futuro con lo que quedó fuera del archivo: los cuerpos, deseos, risas y dramas, para erradicar el odio que creó el discurso médico-policial años atrás.

Saraos Uranistas podrá verse a partir del martes 17 de junio en el Galpón de Guevara a las 21hs (ya están las entradas a la venta).