
Bi power
El fin de semana se realizó la cuarta edición del Encuentro Bi+ Argentina con conversatorios en el bachillerato Mocha Celis y actividades artísticas en el Centro Político Cultural El Hormiguero.

La mañana del sábado 13 de septiembre una bandera gigante de tres franjas -rosa, púrpura y azul- cae desde el techo del bachillerato travesti-trans Mocha Celis abrazando todo el edificio. Es la bandera del orgullo bisexual del Encuentro Bi+ Argentina que este año ocurrió en el barrio de Balvanera, en la Ciudad de Buenos Aires, para realizar la cuarta edición de sus ya legendarios encuentros.
Los últimos dos encuentros se realizaron en el Centro Cultural Universitario Paco Urondo, dependiente de la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA y debido a la preocupante situación presupuestaria que afecta al establecimiento, esta vez, no pudo proporcionar su sede. Así lo explicó el sábado la comisión organizadora. en la asamblea con la que culminó el primer día de encuentro. Por eso, la asociación civil Mocha Celis prestó su casa. “Me siento orgullosa de que hayan hecho el encuentro acá”, comenta Romina Quinteros, egresada del bachillerato y de la Escuela de Gastronomía Sustentable del programa de formación laboral para la comunidad travesti-trans-nobinarie “Like a Chef”, otra propuesta de formación para la empleabilidad de “La Mocha” como la llaman sus habitués.
La escuela participó con su propuesta gastronómica desplegando saberes culinarios desde la cocina vidriada con un buffet en la feria autogestiva del 4º Encuentro BI que reúne todos los años emprendimientos de venta de libros, comida, merchandising lgbt+, indumentaria, ilustraciones y stickers.

Entre texturas tan variadas como tules, gibré y cuerina, colores de banderas bi, trans, nobinaries mezclados en los pasillos, manos ojeando literatura disidente, comida veggie casera, sabores dulces y salados, equipos de mates que circulan y pavas eléctricas que humean en las aulas, la identidad bisexual se cocina sin recetas y se comparte.
Encuentro BI+ Argentina se creó a raíz de la comunidad digital que se generó en el instagram @memesbisexuales y que hoy reúne casi veintidós mil seguidores y está en la vanguardia de la cultura Bi+ del país junto con otras organizaciones como Bisagra Bisexual.
“@memesbisexuales surgió desde el contexto de aislamiento donde había una explosión de la expresión en la virtualidad, porque estábamos en cuarentena. Creé la página con la intención de que se genere comunidad y un espacio bi digital y alguien en la página dijo: ¿Por qué no tenemos, así como hay un Tortazo y un Encuentro Plurinacional de Mujeres y Disidencias, un Encuentro Bi?”, relata Yasmin Torres Miño creadora de la página de memes y parte de la comisión organizadora del encuentro:“Nos empezamos a manijear y a armar un grupo de colaboradores y en base a eso empezamos el activismo, a poner el cuerpo para tener un encuentro en un espacio por y para bisexuales”.
El Encuentro Bi+ recupera las lógicas encuentreras y fue imaginado en una mateada de veinte personas reunidas en la Plaza del Congreso de Buenos Aires con motivo del Día Internacional de la Visibilidad Bisexual el 23 de septiembre del 2021 a través de un flyer en la página de memes de “Yasi” Torres Miño.
Un año después, en vísperas del Día de la Visibilidad Bisexual del año 2022 se concretaba el Primer Encuentro Bi+ Argentina en la Universidad Nacional de Quilmes y en el Centro Cultural Roberto de Vicenzo. Al igual que los encuentros plurinacionales, cada edición transcurrió durante un fin de semana con un día destinado a conversatorios sobre temáticas que atañen a la comunidad BI+ y otro día para el disfrute cultural y artivista.

El primer día del 4º Encuentro comenzó a las 11 y se realizó en dos bloques de conversatorios de seis ejes: “interseccionalidades”, “agenda política” y “abc de la identidad bisexual” por la mañana y “activismo y visibilidad”, “vincularidades” y “salud y cuidados por la tarde”. Las temáticas reúnen una historicidad de inquietudes, conocimientos y problemáticas desde el primer encuentro y, a lo largo del tiempo, fueron trabajadas en múltiples talleres y charlas, desbordando las aulas de las universidades y conformando la agenda pública de la comunidad bi+.
“Para mí, la bisexualidad es una forma de ver la vida a la vez que también es una identidad política y es más que una orientación sexual, como normalmente se la conoce. Y digo una forma de ver la vida porque la bisexualidad, por su definición, implica un ejercicio inconsciente de salirse del binarismo, tanto para pensar el vínculo con otres para pensarse una misma en las categorías conocidas, en las expresiones de género y en los estereotipos», comparte Ornella Di Ruggiero, activista bisexual y parte de la comisión organizadora del encuentro.
La bisexualidad es un significante con un significado vivo. Es definida comúnmente como una orientación sexual que implica la atracción romántica o sexual hacia más de un género, no necesariamente al mismo tiempo o de la misma forma. El Encuentro Bi+ pone la mirada más allá y todos los años renueva representaciones sobre las bisexualidades, no solo como orientación sexual sino también como una identidad de género que se caracteriza por su fluidez en tanto cuestiona el binarismo y el mosexismo.“Para mí es una propuesta de pararse en un lugar que se sale de la norma por muchos motivos. Uno de ellos es salirse de la norma binaria, habitar la fluidez y la incertidumbre desde el orgullo y no desde el miedo necesariamente”,concluye la activista.
“Hay algo que pasa mucho, sobre todo en el colectivo LGBT, que hay activistas de muchas temáticas que además son bisexuales, por ahí es activista de diversidad corporal y además es bisexual, la activista trans que también es bisexual, pero la identidad bisexual en sí muchas veces queda relegada en el segundo plano y hay muchos atravesamientos de discriminación, marginalidad y de opresión, pero tratamos siempre de resaltar la identidad bisexual, porque si nosotres no remarcamos este tema de la identidad, después contribuye a muchísima invisibilización”, explica Yasmín Torres Miño.
Esa es la razón por la que el Encuentro se llama BI+ y no encuentro bisexual, ya que busca alojar plurisexualidades e identidades diversas sin definirlas por su sexualidad. La esencia de los encuentros está en su interseccionalidad. Un espectro identitario o un “paraguas” que abarca muchas otras identidades y pone en la mesa discusiones desde una existencia “Bi+”. Masculinidades, identidades racializadas, personas con discapacidad y neurodivergentes, comunidad TTNB, activistas gordes, amorlibrenses y poliamoroses, migrantes, practicantes de BDSM son muchas de las identidades que se identifican también como bisexuales y tejen atravesamientos heterogéneos.

Ornella Di Ruggiero, activista bisexual y parte de la comisión organizadora del encuentro.
En el conversatorio sobre vincularidades se abordaron las diversas formas de relacionarse y establecer acuerdos en la comunidad bisexual, la contracara de la invisibilidad y de las violencias que deja la marginalidad es un profundo autoconocimiento que va dando forma a un recursero vivo de educación emocional comunitaria: una existencia “fuera de la caja”, dicen les participantes. Bisexuales poliamoroses y amorlibrenses aprovechan el espacio para intercambiar experiencias, armar red en un lugar seguro y cuidado donde compartir dolores, historias de discriminación, pero también risas y el alivio de encontrarse. Además, se animan a participar del encuentro Bi+ parejas, amigues, familiares de bisexualidades, aliades y curioses. La filosofía del espacio es que sea de libre acceso con el único requisito de una participación respetuosa. Algo que usualmente genera miedo, recelo, controversias y debates en la comunidad diversa y los feminismos, en los conversatorios se da de forma natural. La esencia antiexcluyente de los encuentros Bi trae un germen nuevo propio de una identidad que tuvo que fabricar sus propias formas al sufrir, muchas veces, una doble marginación. No solo desde la población heterosexual, sino dentro de la comunidad diversa.
«Une compañere de Bisagra Bisexual una vez dijo en un taller:`Las personas bisexuales, sobre todo quienes militamos la bisexualidad, tenemos una presión por ser les mejores militantes en el sentido de adherir a todas las luchas, ser lo más inclusives posible`. Creo que hay algo de vivir la marginalidad y el rechazo constantemente que nos hace querer no ser así con las demás», explica Di Ruggiero y agrega: «Hay una búsqueda muy inclusiva -si entramos nosotres entran todes y todes son bienvenides- y además necesitamos que otras personas que habitan otras identidades sepan lo que es la bisexualidad, la conozcan, le saquen los prejuicios, rompan los mitos con nosotres porque no es que queremos que el resto de la gente sea bisexual, pero por lo menos queremos que nos respeten, entiendan lo que somos y nos ayuden a construir la identidad en el imaginario social como algo legítimo, sin todos los prejuicios que tiene encima «.
La comisión organizadora del Encuentro BI+ pone en las urgencias la situación de vulnerabilidad en términos de salud integral que se encuentra la comunidad: “Pasa que siempre queda en un segundo plano la bisexualidad, se le baja el precio como si no fuera tanta opresión y hay un montón de cosas que tienen que ver con la salud mental y con la violencia de género. Las personas bisexuales estamos con muy malos resultados en las estadísticas que se han hecho y siempre tratamos de enfatizar en eso, es refuerte decirlo, pero no es que lo hacemos porque queremos juntarnos un rato y ya tenemos problemas reales y eso es algo que cuesta mucho que se entienda por ahí de personas que no son bisexuales o mismo de personas que también son bisexuales, pero no lo tienen tan procesado”, enfatiza la influencer de @memesbisexuales. El cuidado es otra de las preocupaciones que desvela a la comunidad, personas con discapacidad bisexuales, neurodivergencias bisexuales y pacientes con padecimientos de salud mental bisexuales son les más perjudicades en un contexto de retroceso en políticas que pone en peligro el acceso a tratamientos, apoyos y hasta vivienda.
Es por esto que el encuentro se da en colaboración con otras organizaciones sociales. Cada año se brinda asesoramiento en salud y test de VIH e ITS´S. Este año contó con el acompañamiento en salud de AHF Argentina, Socorristas en Red y La Revuelta Colectiva Feminista Gran Buenos Aires. También se realizó recepción de alimentos para la organización Amigues por las Calles, contó con la participación de Bisagra Bisexual y el segundo día del encuentro se realizó en el Centro Político Cultural El Hormiguero, quién presta el espacio por tercer año consecutivo.

“Le damos mucha importancia a la cultura porque estamos en un momento en el que se ve con el fenómeno de Lali la fuerza que puede tener muchas veces el arte, que dice más que muchísimas palabras y también lo que queremos es un espacio para descontracturar y estar tranquis, disfrutando también porque eeso es algo súper importante”, explica “Yasi” Torres Miño.
El último día fue a pura celebración y se realizó nuevamente en el Centro Político Cultural El Hormiguero, con shows, muestras artísticas y un sorteo con productos de la feria autogestiva. El encuentro fue gratuito y se financió con la contribución y la compra de rifas, stickers y pins de sus usuaries y aliades. Condujeron la jornada cultural Laorite y Sir.viendo.dessseo y participaron con música, poesía y baile: Sasha Quindimil, Nazarena Ditter, Vita y Evanny, Lu Thomas y Damian Felitte y Le chat et la fille.
“La potencia de la bisexualidad está en la posibilidad de pensar el deseo en general, podemos fantasear, tener curiosidad, querer saber más sobre nosotras mismas, qué nos gusta y qué no nos gusta. La visibilidad bisexual tiene un gran potencial de poder generar esas preguntas que pueden ser incómodas, pero también pueden abrir muchas puertas y pueden ser sanadoras. La posibilidad de pensarse en una lógica menos dañina y cerrada que la lógica binaria. Pensar la vida en espectros y no pensar tanto en sistemas binarios o en dualidades”, describe Di Ruggiero e invita al compromiso de recuperar, historizar y narrar una identidad poco nombrada: “Puede ser un gran alivio, el deseo es fluctuante y que todos fluimos constantemente es mucho más real que pensarse como fotos y cosas estáticas para siempre. La bisexualidad regala la posibilidad de correr un poco el margen dentro del cual uno se piensa todo el tiempo y piensa a les otres, a cómo se vincula, a muchas decisiones que tomamos de la vida. Yo creo que esa potencia disruptiva es interesantísima. Es incómoda, es muy incómoda, pero es incómoda para bien”.