
¿Por qué si la inflación baja el salario cada vez alcanza para menos cosas?
La demora de la actualización de la fórmula de medición del IPC hace que no se tomen en cuenta nuevos consumos, como las plataformas, y estén subvaluados otros, como las tarifas servicios, que subieron muchos más que, por ejemplo, los alimentos.

El índice de precios al consumidor (IPC) volvió a bajar en mayo. El mes pasado la inflación fue del 1,5%, manteniendo la tendencia a la baja de abril. Pero, a su vez, el salario real registrado ha caído un 6,02% según el INDEC y el poder adquisitivo del salario mínimo se desplomó un 32% desde noviembre del 2023. En este contexto, acechan dudas sobre el dato que difunde mes a mes el instituto estadístico. ANCCOM dialogó con especialistas para entender que tanto asidero tiene esta sospecha y si hay un desfase entre el dato y la realidad.
Ponderación desactualizada
El cálculo del IPC se basa en la Encuesta Nacional de Gastos de los Hogares (ENGHo), que desagrega qué porcentaje de los ingresos se destinan a determinados bienes y servicios. La misma contribuye al desarrollo de la canasta básica que se utiliza para calcular la inflación. La utilizada actualmente data del periodo 2004-2005.
Según Haroldo Montagu, exsecretario de Política Económica y docente de la Universidad Nacional de Moreno, la antigüedad de la encuesta genera que “haya gastos que no están contemplados con el peso que la sociedad le asigna actualmente”. En ese sentido, señala que “el peso de los servicios ha crecido 10 puntos porcentuales más en relación a los bienes y hoy la canasta que mide el INDEC tiene mayor ponderación en bienes”.
Esto no determina, de todos modos, que la inflación esté mal medida. Para Montagu, “no es que haya algo sospechoso, sino que la ENGHo utilizada está simplemente desactualizada”. Reforzando este punto, Esteban Rafele, periodista especializado en economía, concluye que “no es que hay mucha más inflación y se oculta debajo de la alfombra. Lo que puede ocurrir es que, si se renueva la ENGHo, como pesan más los servicios la inflación debería ser un poco mayor”.
La ENGHo de Macri
El dato de color es que ya se realizó un trabajo de actualización de la ENGHo durante el gobierno de Mauricio Macri. Rafele destaca que “hubo consenso en que fue un trabajo bien hecho. Lo que pasa ahora es que el gobierno viene demorando la actualización”.
Montagu asegura que “esto es muy llamativo y acá surgen los cuestionamientos al índice. La información está. Podrían, incluso, actualizarla nuevamente. Por ejemplo, la Dirección Estadística de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires tiene una canasta de consumo del año 2021”.
A propósito de esto, Rafele señala el ejemplo del gasto en plataformas, el cual es mucho mayor y más significativo que hace 10 años. “Esas cosas ya las perdés de vista pero mientras más se demore más va a ser el desfase”, señala.
Por su parte, Franciasco Mascitelli Massa, economista del CEPA, asegura que “actualmente estamos manejando ponderadores que están perdiendo precisión cada vez más por cómo están aumentando los precios. El tema no es que la inflación esté o no bajando, sino dónde está bajando y cuánto”. En ese sentido, subraya que “el sendero de desinflación está reflejado pero está decreciendo en exactitud”.

Las consecuencias
Esta subestimación del dato termina afectando la puja distributiva. Montagu resalta que “si se hubiese actualizado la canasta, la inflación en el año 2024 hubiese sido 16 puntos mayor a la que fue”. Es por esto que “cualquier precio o salario que se actualice con el IPC se actualiza con un valor que tal vez no refleje los patrones actuales de consumo. Esto abre las dudas con respecto a las subas de los salarios de los trabajadores, los jubilados, las AUH y todos los ingresos que se reformulen según este porcentaje”.
“Convalidar una inflación mayor atentaría contra la política de no homologar paritarias”, destaca Rafele, recordando que el Ministerio de Economía no homologó la paritaria del Sindicato del Comercio, cuando la inflación de dicho periodo fue del 3,7% y el aumento del 1,7%. “Si el porcentaje es mayor, los salarios deberían subir más para no perder terreno en un momento en donde el gobierno quiere pisarlos. La discusión por el ingreso sería otra, estaría un escalón más arriba”, remarca.
“Si vos ves el promedio del salario privado registrado y lo refractás por inflación da que está apenas por encima de lo que era en noviembre de 2023. Si a ese dato lo reponderás con la ENGHo actualizada, son casi 10 puntos de caída del poder adquisitivo que no se van a recuperar”, observa por su parte Mascitelli Massa.

Los porqué
El propio Marco Lavagna, director del INDEC, declaró a fines de abril que se está trabajando en la aplicación de la ENGHo del 2017-2018. De todos modos, no se avanzó hasta ahora en ese sentido. Mascitelli Massa recuerda que incluso el FMI ya señaló que el porcentaje estaba mal ponderado y debería actualizarse.
En este contexto y tras las declaraciones de Lavagna, la autarquía del instituto sufre serias dudas. Según Rafele, “ya hubo más de 12 meses de prueba, hay un registro bien acabado de cómo debería ser el empalme y se testeó todo lo que se tenía que testear”. En ese sentido, advierte: “Por lo que hablo yo con los técnicos (del INDEC), está todo listo para que, cuando el gobierno o el organismo dispongan, se empiece a comunicar el nuevo índice actualizado. Cuando consulto en fuentes oficiales, me responden que todavía falta terminar de cerrarlo”.
En consecuencia, opina que el principal motor del gobierno para dilatar la actualización es consolidar el sendero desinflacionario. “Cuando esté en un punto y medio estable, hacer el salto sería más sencillo, sobre todo porque el salto fuerte en los servicios ya ocurrió a principios del año pasado. Y si le sumamos otra arista, están esperando a que pasen las elecciones. Entiendo que es una decisión política más que técnica”, subraya.