La persecución avanza

La persecución avanza

FOPEA ya registró en 2024 por lo menos 70 ataques a la labor periodística. El mayor instigador es el gobierno nacional. La criminalización del trabajador de prensa como estrategia disciplinadora y la matriculación profesional como herramienta de exclusión.

“El efecto es disciplinador para el resto del periodismo” sentenció Miriam Lewin, periodista y escritora, especialista en periodismo de investigación y actualmente defensora del público. Lewin analiza que, ante una seguidilla de ataques perpetrados contra comunicadores con gran reputación, lo que están buscando es lograr el amedrentamiento y aleccionamiento para la profesión periodística en su conjunto: “En general cuando desde el poder -de boca de algún funcionario o incluso del presidente- se genera algún ataque, el ejercicio de la libertad estará destinado solamente para quienes aprueban las medidas del gobierno o bien utilizada para lograr el lucro indefinido en el área de la actividad económica, sin ningún tipo de limitación o de restricción”, agregó la periodista.  

El Foro de Periodismo Argentino FOPEA, encargado de registrar los ataques contra el periodismo, denuncia un total de 70 casos de ataques contra la prensa en lo que va de 2024. Entre ellos, priman los agravios en la Ciudad de Buenos Aires donde se listan 38 casos. Le siguen en la lista las provincias de Buenos Aires y Corrientes. El foro viene llamando la atención acerca de varios aspectos que resultan alarmantes en torno a la agresión desplegada en los discursos del presidente de la nación Javier Milei y de todo su aparato gubernamental que estigmatiza y descalifica a los periodistas cada vez que pueden, con insultos degradantes tales como “mercenarios”, “corruptos”, “ensobrados” o directamente los acusan de ser cómplices del socialismo en su diatriba contra el comunismo. En cuanto a la clasificación de las denuncias registradas por FOPEA, en su mayoría son por ataques hacia la integridad y por discursos estigmatizantes hacia la profesión. Sin embargo, también hay casos por censura, por intimidación y por restricciones en el acceso a la información pública.

Lewin analiza con detenimiento cuáles fueron los ataques que más hicieron eco en el último tiempo: la reapertura de la causa judicial a Norberto Navarro por incitación a la violencia, la verbalización por el deseo de que se produzca la quiebra del Grupo Perfil ante el retiro de la pauta oficial, los insultos estigmatizantes hacia la profesión tildándola de “mercenaria” y la denuncia de parte del Ministro de Justicia, Mariano Cúneo Libarona, contra los periodistas Darío Villarruel y Nancy Pazos por instigación al delito. Lewin considera que esta escalada de violencia contra la prensa, legitimada y accionada por el Gobierno, quiere provocar un efecto aleccionador sobre quienes recién se inician dentro del periodismo y no tienen la “espalda” para superarlo: “¿Qué pasa con un chico o una chica que recién ingresa en una redacción y que descubre una información que podría no ser del agrado del poder? Lo que se consigue es un efecto de autocensura -dijo la periodista  y agregó- cuando se los ataca a ellos, se está generando un efecto de autocensura en quienes recién empiezan o que no tienen capacidad de resistencia”.

En el mismo sentido, Darío Villarruel, periodista de Radio 10 y C5N, en diálogo con ANCCOM, declaró en torno a esta problemática y a su agravio particular: “Me imagino los pibes jóvenes, los productores, ante cualquier cosa que quieran decir estarán pensando: ‘Uy, ¿si digo esto y me hacen una denuncia?’”. El periodista enfatizó en la motivación que hay detrás de este ensañamiento contra la prensa: “El único fin es amedrentar, disciplinar, hacer que no hablen los que tenemos que hablar, con un gobierno que toma medidas, lamentablemente en su totalidad, siempre en contra de la gente”. En referencia a su caso, reflexionó que no le ha tocado vivir una situación semejante en sus 40 años de profesión: “La verdad que en ningún gobierno tuve ni una carta documento, ni una demanda por calumnias e injurias”, destacó.

Villarruel analizó la particularidad de este gobierno desde varias aristas: “Es un Poder Ejecutivo muy particular, con un presidente que dijo que es el topo del Estado, que viene a destruirlo; que es una organización criminal cuando él es el jefe del Estado”. A su vez, sostuvo que “todo lo que pasa con la persecución y lo que pasó en la marcha, de salir a detener personas que no habían hecho nada, tiene que ver con una forma de concebir la ‘no política’, porque la política en serio es deliberación, acuerdos y debates”.

En sintonía a lo anterior, Lewin puntualizó acerca de la intención que tiene este gobierno por silenciar a quien represente una voz por fuera del discurso que intentan instalar y señala la relación que hay entre el hostigamiento a periodistas y la represión a manifestantes: “Es grave que el amedrentamiento sea contra periodistas, hay quienes cubrían manifestaciones, protestas sociales, que fueron detenidos y heridos. Y esto tiene, además, un efecto disciplinador para el resto de los manifestantes, porque si se la agarran contra un periodista ‘¿qué no me harán a mí?’”. Y destacó especialmente la labor de los reporteros gráficos, constantemente expuestos en las coberturas de las manifestaciones y fuertemente agredidos en las últimas marchas.

“Lo que hay que tener en cuenta es que la intimidación y el amedrentamiento no son solamente hacia los periodistas sino hacia la movilización popular”, coincidió Fabián Waldman, periodista de FM La Patriada y columnista de Diputados TV. Consideró que esta serie de medidas ligadas al acallamiento son propias de un gobierno de corte antipopular que no tiene resultados económicos favorables que publicitar:  “Lo que están haciendo contra la prensa es tratar de silenciar a aquellos que ofrecen una alternativa a la visión que ellos muestran. Lo que tratan de hacer, a todas luces, es opacarla y oscurecerla”, expresó el periodista acreditado en Casa Rosada y víctima de un hostigamiento verbal permanente del vocero presidencial Manuel Adorni al que resiste con mucha entereza y altura profesional.

Al cierre de esta edición se conocía la publicación en el Boletín Oficial una nueva disposición que obliga a los periodistas a matricularse en el Ministerio de Trabajo. Los requisitos busca restringir la libertad de expresión a todo tipo de periodista que ejerza su tarea en un medio comunitario y social, entre otros peligrosos derivados.

 

Usinas del trolls furiosos

Lewin introdujo otro elemento en este análisis. Encuentra una ruptura, un antes y un después, a partir del intento de magnicidio a Cristina Kirchner. Ve en ese acontecimiento un quiebre para la naturalización y la perpetuación de la violencia: “Fue la comprobación absolutamente indiscutible de que la violencia que circula por las redes sociales y por las plataformas puede trasladarse al mundo real”. Para la periodista, el entramado que posibilita este escenario de violencia semántica, verbal e institucional se originó de dos maneras: de forma vertical, por parte del presidente de la nación que deliberadamente la incentiva y llama a los periodistas “mentirosos y calumniadores seriales”, y por otra parte, con la aparición de una gesta de usinas de “trolls” que tienen como central las redes sociales y que constituyen una arista fundamental en la construcción del poder de La Libertad Avanza. “El presidente no se restringe: se sigue comportando como un twittero furioso”, analizó Lewin acerca del manejo de las redes sociales por parte de Javier Milei y agregó: “Es un usuario de los medios que puede decir cualquier cosa, sin tomar consciencia de que ahora tiene otra investidura y que es el presidente de todas y todos los argentinos”.

Por su parte, Waldman destacó que el despliegue de esta ofensiva vía redes sociales está articulado por parte del gobierno nacional como política comunicacional: “El gobierno tiene su propio equipo de trolls constituido en su equipo de comunicación digital”. El periodista subrayó el hecho de que quien ose decir algo que atente contra el discurso libertario recibe su dosis de odio y crueldad: “A través de estos nuevos medios de comunicación, generan las corrientes de ideas y las ‘verdades’ que después se comunican y se traslucen en lo que a diario dicen muchos de aquellos que le hacen el aguante al gobierno”. Graficó metafóricamente la forma particular en la que operan: “Trabajan en forma de cardumen; alguno de los referentes más importantes se dirige hacia algún posteo de alguien a quien quiere ‘aniquilar’ y detrás de él corren el resto de las pirañas para seguirlo”.

El silenciamiento de los medios públicos

En torno al intento de obstaculización del derecho a la información y a la libertad de prensa, Lewin se refirió a la de intervención de los medios públicos, como la TV Pública y Radio Nacional y, especialmente, a la Agencia Nacional de Noticias Télam, de la que con una justificación fuertemente ideologizada han dispensado a sus trabajadores. Para la periodista: “El cierre de Télam es absolutamente inaceptable y realmente genera un enorme perjuicio. Además, el cierre de las corresponsalías implica una mirada porteñocéntrica. Y decir ‘¡para qué queremos una agencia de noticias si está twitter!’ es directamente una burrada con perdón de los burros”, agregó la periodista haciendo referencia a los dichos de Ramiro Marra, legislador de la Ciudad de Buenos Aires por La Libertad Avanza.                            

En el mismo sentido, Waldman dijo:“El discurso de Milei es que las redes sociales están para reemplazar a las agencias de comunicación y a los medios, dejando de lado todo lo que significa la investigación y el análisis”. Waldman analiza que de esta manera se afianza una noción de la información y de la comunicación un tanto ridiculizada: “La imposibilidad de recorrer un camino para llegar a una conclusión que no esté afectada por una fake news, es efectivamente sobre lo que cabalgan”, agregó. Para el periodista, esta estructura de los medios de comunicación solo potencia el monopolio y la concentración en detrimento del verdadero acceso a la información plural y federal y además “produce la orfandad de muchísimos comunicadores y la imposibilidad de acceder a noticias e información de cada uno de los puntos del territorio, cosa que vimos con la nevada al sur del país en los últimos días”, puntualizó en torno al vaciamiento y eliminación de fuentes de información de vital importancia.

“Puede existir un negocio, el de privatizar o venderlos”, dijo Darío Villarruel, quien no ve solo un intento de silenciamiento en el accionar del gobierno sino la posibilidad de promover un negocio similar al construido en otros momentos de la reciente historia argentina: “Me hace acordar mucho a la época de los noventa cuando el presidente Carlos Menem les dio los medios públicos a algunos privados, que siguieron en manos privadas, que a veces juegan a favor de determinados gobiernos, los sostienen o los voltean”, sostuvo.

Lewin también enfatizó sobre el silenciamiento que significa la ”mentirosa” suspensión de pauta oficial: “Es una enorme restricción a la capacidad de supervivencia de los medios más pequeños. Hay empresas que siguen pautando, pero no en los medios pequeños que necesitan como el agua para sobrevivir de estos aportes públicos. Porque no existe la posibilidad de que las pymes barriales, los almacenes, las tiendas, pongan publicidad en esas emisoras, porque están pensando si pagan la boleta de la luz o cierran directamente por la retracción brutal que surge a partir del ajuste. Entonces es condenar a muerte a estos medios”.

«¿Por qué todo es transparente y la cárcel no?»

«¿Por qué todo es transparente y la cárcel no?»

El Centro Cultural Paco Urondo reunió tres experiencias de emisiones radiales desde presidios. Se viene el encuentro internacional de la Prison Radio Conference.

¿Qué vemos, escuchamos y sabemos sobre las vidas de quienes pasan sus días privados de la libertad? ¿Quiénes y desde dónde las y los hablan? ¿Qué conocemos más allá de los estereotipos estigmatizantes fabricados en noticieros y ficciones?

Estas preguntas reúnen algunas de las cuestiones principales de las que se hablaron, el viernes pasado, en el Centro Cultural Paco Urondo, en el panel ¿Qué onda? Radios y Cárceles en Latinoamérica y el mundo, que reunió diferentes experiencias de radios en cárceles, principalmente, de Reino Unido y Argentina.

En un tiempo histórico en el que reina el mandato de mostrarlo todo, la Defensora del Público, periodista y exdetenida desaparecida Miriam Lewin, se preguntó: “¿Por qué todo es transparente pero la cárcel no?” Y afirmó que «cuanto más transparentes y más porosas son las paredes de las cárceles en cuanto a derecho a la comunicación, menos posibilidades hay de que se violen otros derechos fundamentales como el derecho a la vida, al trabajo y a la salud».

Ya sea como crítica a la concepción empresarial, mercantil e ideologizada de los mensajes que circulan en los medios de comunicación masivos y audiovisuales, ya sea a partir de los interrogantes a cómo estos mensajes imponen ciertas interpelaciones, ya desde los cuestionamientos a la falta de políticas públicas, el derecho humano a comunicarse anudó las diversas exposiciones del panel.

Lewin y Dany Fernandez, integrante del programa La comunicación desde adentro de la Defensoría del Público, comentaron que el organismo trabaja promoviendo en las cárceles el derecho a la comunicación y la formación de audiencias críticas, y analizaron cómo las representaciones y discursos estigmatizantes de los medios funcionan como condena, aunque muchas veces la justicia aún no se haya expedido o lo haga tarde y mal.

“Los medios invisibilizan las problemáticas que se viven en los contextos de encierro así como las acciones inclusivas realizadas en las unidades penales como talleres, cooperativas y la educación a la que acceden internos e internas», seña el informe compartido por la Defensoría del Público que, además, expresa: “El ejercicio de derechos se asocia con la idea de privilegios inmerecidos, fomentando la negación de todo derecho”. Asimismo, denuncia la ausencia de fuentes y estadísticas confiables o el uso sesgado de las mismas en los informes periodísticos.

Traspasar los muros, confrontar estereotipos, romper la incomunicación y el aislamiento, desarmar las frases hechas y contar en primera persona el funcionamiento del dispositivo judicial y la experiencia del encierro es una necesidad y un derecho.

Radio Mosquito, proyecto coordinado por Diego Skliar y Diego Tejerina y realizado por estudiantes del Centro Universitario San Miguel (CUSAM) en la Unidad Penal N° 48 de José León Suárez, cuenta en su episodio 62 la absolución de Martín Muñoz, quien pasó 13 años y 6 meses preso por una “causa armada”.

Para Skliar «no es un tema de visibilidad, nadie puede decir que no sabe cómo se vive en las cárceles argentinas”. Sostuvo que estamos en un momento “triste y problemático” porque se trata de un grado superior de represión legitimada. Y disparó la pregunta: “¿Por qué las voces de las personas privadas de la libertad sólo aparecen en medios comunitarios y no tienen representación en los grandes medios públicos y privados?” Señaló el necesario compromiso de estos actores fundamentales y afirmó que “la política pública no puede ser una carambola” que deje la resocialización en el plano del poder de resiliencia de cada persona.

Fernández, fundador e integrante del proyecto Radio Belgra, y Daniel Tejerina, sociólogo y creador de Radio Mosquito, conocen en carne propia y desde su cuerpo silenciado -y hablado por otro- qué significa el encierro. Coinciden en que recuperar y construir la propia voz es lo que les permitió pensar y construir nuevas narrativas y proyectos de vida. «Fue la literatura y el acceso al espacio radial lo que me llevó a preguntarme quién era, si era en verdad eso que decían de mí, si eran verdad esas representaciones en la radio o la tele de los pibes con visera, si era verdad que quería morirme en cana», contó Dany.

RadiOculta, una experiencia radial puesta en marcha en la cárcel de Devoto en 2017, emite semanalmente los jueves a la medianoche por FM La Tribu y está coordinada por la radio en conjunto con el Programa de Extensión en Cárceles (PEC) de la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA. Alejandro Demasi, de FM La Tribu, insistió en que es preciso que en las cárceles se apropien de la radio como instrumento, “más allá de las organizaciones sociales u organismos públicos vinculados al proyecto” y que una meta colectiva deseable tiene que ser la construcción de una red nacional de este tipo de proyectos.

Phil Maguire, docente, periodista y activista, compartió en el panel la experiencia de National Prison Radio (NPR) en Reino Unido, “una radio hecha por y para personas privadas de la libertad, escuchada aproximadamente por el 75 por ciento de la población que vive en cárceles, en un promedio de 13 horas por semana”. Maguire destacó que NPR tuvo muy buenos resultados y logró cambiar la representación que algunos noticieros tenían sobre lo que pasa dentro de las cárceles, hecho que les sirvió para evidenciar el impacto del proyecto y obtener el apoyo “estratégico y financiero” del Ministerio de Justicia que es hoy “su principal socio”.

Maguiere llegó a Argentina buscando tender redes para un ambicioso proyecto: poner en sintonía las radios en cárceles a escala internacional. El próximo 15 de junio, en Oslo, Noruega, tendrá lugar la primera edición de la International Prison Radio Conference. Se espera que el encuentro sea replicado en 2023 en Londres y en 2024 en algún país de Latinoamérica.¿Queremos involucrarnos y escuchar?

«Fue un hecho trascendental para la Memoria»

«Fue un hecho trascendental para la Memoria»

Alfredo Mantecol Ayala, Lila Pastoriza, Gabriela Alegre, Ana María Soffiantini, Miriam Lewin y Manuel Franco.

A 15 años de su primera visita a la exESMA tras la recuperación de la democracia, sobrevivientes de ese centro clandestino de detención volvieron a recorrer esta semana el predio que se convirtió en símbolo de la lucha por la Memoria, Verdad y Justicia.

En el marco de una actividad organizada por el Directorio de Organismos de Derechos Humanos del Espacio de Memoria, Alfredo «Manteco» Ayala, Ana María Rosita Soffiantini, Miriam Lewin y Lila Pastoriza volvieron al lugar donde estuvieron secuestrados para recordar aquella visita motorizada por el ex presidente Néstor Kirchner. Aquella secuencia terminó luego con la transformación de la Escuela de Mecánica de la Armada en un espacio de Memoria.

Quince años después, los sobrevivientes recordaron aquel 19 de marzo. «Había un clima de mucha emoción, pero también de tensión», recordó Lewin. La periodista participó de esta nueva recorrida y de la charla posterior a la que también se sumó Gabriela Alegre, ex legisladora y parte del grupo de organización de aquella visita.

Lewin confesó: “No quería participar de la visita porque consideraba que, si estaba el Presidente, era un acto público y debía participar la prensa. Igualmente, el hecho de encontrarme con mis compañeros y saber que uno está ahí, me hicieron asistir, más allá de las diferencias”.

«La memoria y la búsqueda de la verdad es una construcción en la que tenemos que intervenir todos»

Los sobrevivientes recordaron que fuera del predio, sobre la reja que da a la Avenida del Libertador, se manifestaba un grupo de padres de cadetes que no querían ser trasladados. “Había carteles, gritos, nos increpaban, y nosotros simplemente los mirábamos”, dijo Lewin. Y agregó: “Había un acuerdo tácito de no responderles de ninguna manera”.

También recordó que recorrieron el predio en grupos de dos o tres personas, reconociendo el lugar y las modificaciones que había sufrido. “Había un equipo de presos especializados en carpintería, plomería, que se ocupaban de correr paredes, bloquear de puertas, anular ascensores, para evitar el reconocimiento del lugar”, recordó.

Por su parte, Soffiantini destacó que el recorrido de aquel entonces fue “realmente impactante. Resultó un hecho trascendental para la Memoria y para buscar la verdad, una construcción en la cual tenemos que intervenir todos”.

La visita conmemoró la primera vez que los sobrevivientes reingresaron en libertad al predio, por iniciativa del entonces presidente Néstor Kirchner.

Lila Pastoriza definió aquella época como un tiempo de mucho debate. “Había gente que no creía que había que expropiar, incluso hasta el día de hoy”, reconstruyó Pastoriza. “Fue importantísima la decisión política de Néstor Kirchner -aseguró-, que fue un tipo absolutamente convencido de todo lo que había que hacer en ese sentido. Fue muy genuino en esta cuestión”.

“Esa visita del 19 de marzo fue un antes y un después para nosotros –agregó-. Fue encontrarse con un lugar en donde habíamos estado, habíamos reconocido, habíamos hablado en el Juicio a las Juntas sobre este lugar, habíamos declarado en el exterior, habíamos hablado mucho, pero no habíamos vuelto”.

Mantecol Ayala recordó unos días previos a la visita del 19 a la ex ESMA. “El domingo anterior me había llamado el secretario de la Presidencia y me había dicho que Néstor Kirchner quería entrar conmigo a la ESMA. Y yo no sabía qué decirle. ‘¿Qué Néstor?’, le pregunté”, recordó.

“El día que visitamos el predio por primera vez -continuó-, me bajé del micro y Néstor abrió los brazos como a 30 metros de donde estaba y me saludó. ‘¿Qué hacés Mantecol?’, me dijo. Me puso su mano en mi hombro y me pidió que le cuente todo sobre el lugar. Esos días fueron de una total locura para mi corazón”, declaró.

«Kirchner me puso su mano en mi hombro y me pidió que le cuente todo sobre el lugar», recordó Ayala.

Alegre recordó el proceso “complejo” para organizar la apropiación del predio, entre Nación, la Ciudad y los diferentes organismos defensores de los derechos humanos: “En aquel entonces, como también hoy, había un debate muy fuerte en torno al destino del predio”, dijo y continuó: “Con Nación hicimos la lista de los sobrevivientes y fue una oportunidad impresionante poder entrar. El edificio estaba en funcionamiento, todavía había dormitorios de cadetes”.

De cara a un nuevo aniversario del golpe militar, este domingo 24, el Espacio Memoria y Derechos Humanos inaugurará la muestra “Conquistas de la memoria” el sábado a las 18:00. Por la noche, se realizarán “audioguías” y proyecciones en el edificio.