«Justicia ambiental es justicia social»

«Justicia ambiental es justicia social»

Convocada por organizaciones ambientalistas de la juventud, una multitud marchó desde Plaza de Mayo hasta Congreso, con reclamos muy concretos contra las actividades que dañan el ambiente y la salud. 

Mientras el sol busca salir de entre las pesadas nubes grises de la ciudad, las organizaciones juveniles estiran sus banderas en el piso de la Plaza de Mayo. Federico camina a través del parque para saludar a su compañera Stephi. En el ínterin en que organizaban la posición de las banderas, miran a sus costados, expectantes por el desarrollo de la marcha. Federico ya tiene más de tres años marchando, pero varias chicas y chicos como él salen a las calles por primera vez en esta jornada, lo cual se deja ver en el rostro inquieto, incómodo e inexperto de jóvenes de entre 17 y 22 años. “No hay color, solo las banderas y algún que otro cartel”, dice un fotógrafo cercano a los 50 años de edad, alejado del conjunto que sigue aumentando minuto a minuto.

Se escuchan los tambores de las organizaciones sociales y de los partidos políticos que llegan por las diferentes calles. Se levantan las banderas y los carteles y en el medio aparece la barredora que abre la marcha con la frase “Justicia ambiental es justicia social”. Las miradas se tranquilizan y los nervios se van de los rostros. Las cámaras corren hacia adelante para retratar los carteles y banderas que con lemas varios comienzan a colorear la columna que está por salir hacia el Congreso. Se leen frases como: “Mirá: acá está la juventud”; “El dólar no se bebe”; “El colapso va a llegar antes que mi título”. Y, al mismo tiempo, se alzan reclamos puntuales como:  “Ley de Acceso a la Tierra YA”, “Mar Libre de Petroleras”, “Ley de Humedales YA”, entre otros.

“Ni la naturaleza, ni nuestros cuerpos son territorio de conquista”, dice Ariana Krochik, militante de Consciente Colectivo, parada a un costado de la columna que, con música y pogo, avanza por Av. de Mayo. Explica que la crisis climática no impacta en todo el mundo por igual y que los países del sur se ven afectados no solo por las consecuencias generales, sino también por un contexto de desigualdad económica estructural. Históricamente el norte global desarrolló sus economías utilizando los territorios y bienes comunes ambientales del sur, y son también los mayores emisores de gases de efecto invernadero a nivel mundial. “Exigimos que se cumpla el principio de responsabilidades comunes pero diferenciadas, que implica que los Estados que más han contaminado y beneficiado de la destrucción ecológica, sean quienes inviertan en la transición de otros países.”

Entre la fiesta de diez cuadras de largo, con redoblante y bombos se escucha el agite por la Ley de Humedales. “Ole ole ole, ole ole ola, Ley de Humedales queremos ya. Y que a las islas se las dejen de quemar”. Desde el 2013 fueron tres los proyectos de ley presentados en el Congreso que perdieron estado parlamentario y este año se promete que el proyecto presentado por el diputado Leo Grosso, apoyado por las organizaciones sociales y científicas, pase a tratarse en la Cámara de Diputados. 

“Venimos a defender y generar conciencia, y me alegro que haya tanta juventud.  Eso es lo más importante. Ellos son el presente y el futuro de la patria. Nosotros tenemos que salir y apoyarlos a ellos en esta iniciativa que ya desde hace tiempo se debía hacer. El planeta, cuanto más lo dañamos, más arruina al humano. Se está enojando la tierra y nosotros tenemos que cuidarla”, dice Teresa, de 72 años, mientras avanza con paso seguro y con ímpetu rodeada de jóvenes, fiesta y militancia, levantando su cartel de “Hay más plásticos que sentido común”. 

El tractor lleno de verduras, frutas y flores de la Unión de Trabajadores de la Tierra (UTT) abre las aguas de cemento y ciudad mientras avanza detrás de las organizaciones juveniles. “El impulso de la agroecología para una soberanía alimentaria” es una de las consignas con las que se convocó a la movilización y que la UTT trabaja desde hace años.

Ya en el Congreso, previo a escuchar a las y los diez oradores que van a estar dando su discurso, Stephanie Cabovianco de Climate Save Argentina, con ayuda de sus compañeras y compañeros, colgaba su bandera en las rejas del Congreso que decía: “Por un sistema alimentario justo, saludable y sostenible”, ella clara que esta consigna es para las personas, el ambiente y los animales”.

Entre las y los oradores ubicados en el escenario frente al Congreso, solo se ven caras jóvenes. Rodeándolos están las organizaciones y partidos amuchados. “El ambientalismo es una bandera que le pertenece por definición a las grandes mayorías”, grita Mercedes Pombo de Jóvenes por el Clima, con una contextura pequeña y un grito gigante. Federico Pellegrino de Eco House, acompaña el sentimiento y en su discurso reivindica “la politización de nuestros dolores individuales” como la única herramienta que tenemos para sacarle el poder a los de arriba y distribuirlo en toda la sociedad. “Si la historia argentina algo nos ha demostrado es que el pueblo organizado puede transformar su presente y su futuro y no hay lobby ni poder concentrado que pueda frenar eso”, dice Mijael Kaufman de Consciente Colectivo.

A las ocho y media de la noche, algunas personas ya retornan para sus casas y otras se quedan bailando al ritmo de la música que todavía envuelve al Congreso de la Nación.

No solo del FMI vive el Congreso

No solo del FMI vive el Congreso

A una semana del inicio de las sesiones ordinarias, el Congreso se apresta a tratar el acuerdo del FMI. Pero, a lo largo del año, vendrán otros temas esenciales para la vida de los argentinos.

 

Después de un 2020 con el mayor nivel de actividad legislativa en la última década, marcado por la excepcionalidad de la pandemia del coronavirus, el 2021, como todo año electoral, bajó en intensidad. Sin embargo, el 2022 comenzó con el pie izquierdo entre fallidas sesiones extraordinarias, desacuerdos de comisiones y los temas que se asoman para ser tratados, encabezados por el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI).

Tras los comicios de noviembre pasado, el oficialismo perdió el quórum propio en la Cámara de Senadores. En Diputados, si bien consiguió retener la primera minoría, el panorama también lo obliga a negociar con otros bloques, sobre todo provinciales, para viabilizar las iniciativas que busque debatir y aprobar. En ese marco, ANCCOM dialogó con referentes de distintos espacios políticos de la Cámara Baja sobre el año que se viene: Martín Tetaz, por Evolución Radical, Diego Sartori, del Frente de la Concordia Misionero, Daniel Arroyo, por el Frente de Todos (FDT), y Romina Del Plá, integrante del Del Frente de Izquierda – Unidad (FIT-U).

El Gobierno nacional convocó a sesiones extraordinarias a partir del 1 de febrero. El día anterior el diputado Máximo Kirchner renunció a la presidencia del bloque del Frente de Todos, por lo que demoró la agenda parlamentaria prevista. Su reemplazante, el santafesino Germán Martínez, debió ponerse al día y ordenar el frente interno. Cecilia Moreau y Paula Pennaca fueron ratificadas como vicepresidenta y secretaria, respectivamente, pero todavía no se han conformado las comisiones que deberían tratar las 18 iniciativas enviadas por el Ejecutivo, destacando la reforma del Consejo de la Magistratura y el Consenso Fiscal 2022.

Las indefiniciones, a pesar de algunos avances al respecto, se dan entre reclamos por acuerdos parlamentarios previos no cumplidos y la voluntad de Juntos por el Cambio de obtener un número mayor de comisiones, dado el resultado de las elecciones legislativas. En la Cámara Alta, las comisiones permanentes son 27 y en la Cámara Baja son 46. La discusión apenas comienza a destrabarse en el Senado y el 24 de febrero es la fecha prevista para la sesión preparatoria. En Diputados todavía se aguarda por el recambio de autoridades. 

El desacuerdo

El anuncio de un entendimiento inicial con el FMI dio paso, tal vez demasiado rápido, a las especulaciones sobre su tratamiento en el Congreso de la Nación, aunque ya se sabe que ingresará por la Cámara de Diputados. Las conjeturas sobre posibles abstenciones o votos en contra de legisladores oficialistas también se trasladan a la expectativa de los bloques opositores ante la presentación formal en tablas, a excepción del FIT-U y los representantes libertarios que ya aseguraron su rechazo.  

Una de las figuras del FDT que adelantó su postura fue Daniel Arroyo. Para el ex ministro nacional de Desarrollo Social “en un contexto como el nuestro, con los pagos y la debilidad de reservas y cambiaria, en un acuerdo sin reforma previsional ni laboral, sí metas de reducción de déficit fiscal” el entendimiento es “razonable y mejor que un eventual default”. Además, en línea con lo que parece ser una actitud de bloque, señala que en términos generales tiene “la peor de las opiniones” sobre el organismo multilateral de crédito. 

Por el lado de los espacios opositores, la mayoría decide esperar. En Juntos por el Cambio “no hay postura definida porque todavía no apareció el acuerdo” sobre el que se va a tener que opinar, aclara el radical Martín Tetaz. En la misma línea, Diego Sartori desliza que el interbloque Provincias Unidas aún no tiene una posición tomada, sino que van a “esperar a la letra chica y evaluar si es viable” para acompañar. A su vez, el armado federal que reúne a representantes de Córdoba, Santa Fe y Buenos Aires tampoco definió su postura.

Desde el FIT-U, en cambio, sí salieron a expresar su rechazo. “Ha sido parte de nuestro posicionamiento en campaña”, remarca Romina Del Plá. Para la diputada del Partido Obrero significa un “ajuste muy fuerte de las finanzas públicas” que va a repercutir en la población y que, incluso, “ya ha comenzado”. Aunque con otros argumentos, y con perspectivas diametralmente opuestas, José Luis Espert y Javier Milei también se mostraron en contra. 

Agenda legislativa inicial

De cara al nuevo inicio de sesiones ordinarias, oficialismo y oposición barajan variados proyectos para tratar en el Congreso. “Aspiro a que el 2022 sea un año de mucha tarea legislativa, saliendo de los títulos fáciles y del modo electoral”, afirma Arroyo. Más allá del acuerdo con el FMI, que para Del Plá “va a dominar la escena durante la primera mitad del año”, hay otros dos temas centrales: segmentación de tarifas y Ley de Alquileres o, dicho de otro modo, política energética y de vivienda.

Para el diputado Sartori, la cuestión en materia de energía es clara, dado que Misiones es la única provincia a la que no llegan los gasoductos. Considera importante que “se revalúen las tarifas en relación a los que son más perjudicados” y “la inversión en infraestructura”. Destaca los avances en el Yacimiento Petrolífero Vaca Muerta, al punto que “pueden ser una solución”. También sostiene que al Congreso no se va “a especular” y espera que “funcione como debe”. Por su parte, Del Plá plantea necesaria la “nacionalización bajo control de trabajadores de todas las empresas privatizadas desde el menemismo en adelante” para poder “determinar el verdadero costo de la energía”. 

Arroyo considera que la segmentación de tarifas es “lógica” y que el “esquema es progresista”. A su vez, desliza que hay que ir “al siglo XXI de la cuestión energética”, por lo que desde el Ejecutivo se envió la Ley de Electromovilidad, aunque quizás no llegue a debatirse en sesiones extraordinarias. El diputado resalta que fue un acuerdo entre el sindicato y las automotrices. “Hay acuerdo entre capital y trabajo”, subraya. Hasta el momento, según Tetaz, en su espacio “no hay propuestas legislativas en el tema”. 

Los distintos bloques coinciden que la Ley de Alquileres no cumplió su objetivo. Se han planteado diversas alternativas para modificarla, entre ellas la presentada por Tetaz para cambiar los artículos que establecen el plazo y el ajuste de los contratos de locación. Arroyo apunta que también está pendiente “la resolución del problema de los créditos UVA” y que la urbanización de los barrios populares ya cuenta con “una buena Ley con Financiamiento”, por lo que se comenzó por “los primeros 400 de un total de 4.400”. Para la izquierda el tema de la vivienda “sólo es resoluble con una política de vivienda popular”, que habían propuesto financiar con su propio proyecto de impuesto a las grandes fortunas. 

Iniciativas a título personal

El diputado Arroyo buscará viabilizar los tres proyectos que mencionó durante la campaña el año pasado. Primero, apuesta a “capitalizar a quienes trabajan y desendeudar a las familias” con un sistema de crédito no bancario y un fideicomiso con fondos públicos, y privados que quieran participar, para “máquinas, herramientas e insumos”. Luego generar “400 mercados de cercanía” públicos, privados y mixtos, lo que apunta a “bajar el precio de los alimentos, a la producción agroecológica y a la generación de trabajo”. Por último, si bien admite que falta debate, piensa en una reforma de la escuela secundaria para que sea “más moderna y flexible”, con un sistema dual que “en los últimos dos años permita vincularse con actividades laborales..

 

Martín Tetaz ya presentó distintas iniciativas con un fuerte perfil tributario, entre las que destaca la modificación del sistema del monotributo, el cual propone que no se pague durante un año en la categoría inicial ni que lo hagan quienes facturen menos que el valor de la canasta básica. Sus prioridades se completan con un proyecto de reforma de la carta orgánica del Banco Central de la República Argentina (BCRA), que busca que el directorio de la entidad sea elegido por el Congreso para que sea “verdaderamente autónomo.”

 

Por otro lado, para Del Plá la urgencia es tratar “un aumento de emergencia de jubilaciones y salarios”, junto a las cuestiones ambientales. En ese sentido, remarca que insistirán con la Ley de Humedales, de Emergencia Forestal y contra la exploración y explotación para la instalación de plataformas petroleras. También volverán a la carga por la “nacionalización del sistema educativo, la regularización de todos los trabajadores, el desmonte de los mecanismo de fraude laboral y los ligados a problemáticas de mujeres y diversidades”. Sin embargo, aclara: “Esa es nuestra agenda, no la del gobierno que irá tras la deuda”.

Se secó la Ley de Humedales

Se secó la Ley de Humedales

Las presiones de los sectores inmobiliario, minero y agroexportador pudieron más que las organizaciones ambientalistas y lograron que el proyecto terminara en un cajón.

Deltas, esteros, bañados, lagunas, costas marinas…todos los humedales están desapareciendo. Ya se perdió el 87% de estos ecosistemas en los últimos 300 años, según la Convención Ramsar. ¿Qué pasa en Argentina? No hay datos sobre el nivel de retroceso, pero se sabe que representan 21% del territorio y no hay un marco legal que los proteja. Mientras tanto: el Congreso cajonea otra vez un proyecto de ley nacional para promocionar su conservación, uso sostenible y restauración.

            Los humedales son áreas terrestres que se sostienen, permanentemente o por determinado período, bajo el agua. Pero ¿por qué tanta insistencia en protegerlos? En pocas palabras: son imprescindibles. Además de ser parte integral de los sistemas naturales que hacen posible la vida y en donde vive o se reproduce 40% de la biodiversidad, son la principal fuente de agua dulce, absorben más dióxido de carbono que los bosques y atemperan las condiciones climáticas extremas, siendo fundamentales para detener la crisis climática. No solo eso, son un escudo que protege de incendios, inundaciones y tormentas. Los humedales sirven como primera línea de defensa reduciendo el impacto de las olas. También amortiguan los impactos de las lluvias, siendo fundamentales para el control de las inundaciones y para preservar la calidad de vida de la población vecina. Y ayudan a mitigar los efectos que provocan las sequías, colaborando con la protección contra los incendios. Y como si todo esto fuera poco, son sitios con importantes valores culturales y turísticos.

¿Están todas las personas de acuerdo en que hay que cuidar estos espacios? Pareciera se que no, porque “desaparecen tres veces más rápido que los bosques”, confirma Ana Di Pangrasio de Fundación Ambiente y Recursos Naturales (FARN), una de las cuatro organizaciones argentinas que integran el programa Humedales sin Fronteras. Estos ambientes están en peligro por el fuego, la ampliación de la frontera agrícola, el uso de agrotóxicos, la actividad minera, la sobreexplotación de bienes naturales, el desarrollo industrial e inmobiliario, las especies invasoras y el desecho de residuos mal tratados. Por eso, es crucial la sanción de una ley, para que las actividades humanas no sigan avanzando sin planificación ni control sobre los humedales.

            Los intentos de lograr una Ley de Humedales no fueron pocos. En 2012 Fundación Humedales presentó el primer proyecto. Al año siguiente obtuvo media sanción en Senadores pero perdió estado parlamentario en 2015. Durante tres años se presentaron ocho proyectos, uno de ellos en 2016 consiguió media sanción. A pesar de que en 2017 se incendiaron casi dos millones de hectáreas, la ley se cayó en 2018. Luego, “por la severa crisis de incendios de 2020 que afectó sobre todo la zona del delta del Paraná, se presentaron 15 proyectos de ley”, afirma Di Pangrasio. Vale recordar que, según los datos del Sistema Nacional del Manejo del Fuego (SNMF), ese año se incendiaron más de un millón de hectáreas en 21 provincias, miles eran humedales. En noviembre se logró consolidar un proyecto unificado en la Comisión de Recursos Naturales de la Cámara de Diputados.

A pesar de que las dos principales coaliciones partidarias se pronunciaron a favor de Ley de Presupuestos Mínimos de Protección Ambiental para el Uso Racional y Sostenible de los Humedales, de las más de 380 organizaciones que exigían el tratamiento, del enorme consenso social y del derecho a acceder a un ambiente sano, los diputados de las otras comisiones no avanzaron.

“El proyecto durmió un año en la Comisión de Agricultura hasta el recambio de la cámara y tampoco fue incluido en sesiones extraordinarias por el presidente Alberto Fernández. El Ejecutivo nunca tuvo voluntad de tratar el tema”, afirma César Massi, naturista de la Red Nacional de Humedales (ReNaHu) que dedicó gran parte de su vida al Bosque de los Constituyentes y a la Reserva Natural de Villa Gobernador Gálvez, ambos ubicados en Rosario. Massi concluye: “Hicieron lo más fácil, no tratarla”. El proyecto ni siquiera obtuvo media sanción.

Según FARN, los responsables son “los lobbies extractivistas que la ven como un obstáculo para sus actividades y encuentran interlocutores en el Congreso, principalmente legisladores de provincias donde tienen fuerte presencia. Si no se oponen, presentan proyectos con un enfoque productivo”. Según Massi los sectores más poderosos son el inmobiliario, las mineras y la agroindustria. Explica: “Las mineras trabajan cerca de la alta montaña; el sector inmobiliario opera muy fuerte en Entre Ríos y en el delta inferior para hacer barrios privados y el sector agrícola-ganadero impacta con las arroceras y la ganadería en los bajos submeridionales, en casi todo el Paraná, en la Cuenca del Salado. También están los intereses inmobiliarios en los humedales costeros, la extracción de arena para Vaca Muerta, las turberas en el sur, entre otras”.

Según Alejandro Meitin de Casa Río, otra de las organizaciones pertenecientes a Humedales Sin Fronteras, el Estado “no tiene reparo en destruir estos ecosistemas y manejarse arbitrariamente sobre ellos en detrimento de la calidad de vida del conjunto”. Afirma que “existen otros tipos de intereses como los de los intendentes que ven limitada su capacidad de toma de decisión sobre este tipo de ecosistemas”.

Por parte del Ejecutivo, el mismo día de la conmemoración de la Convención de Ramsar y a pocos días de haber excluido la ley en extraordinarias, el Ministerio de Ambiente anunció un nuevo proyecto. Según las organizaciones ambientalistas, llevaron la ley a foja cero y omitieron el trabajo colectivo, interinstitucional y multisectorial ya realizado en el Congreso.

Se siguen perdiendo superficies de humedales que no se pueden recuperar y dilatar el tratamiento de esta ley es muy grave. Afirma Di Pangrasio: “No hay producción ni vida posible con ecosistemas destruidos, y eso desde ya incluye a los humedales”.

 

 

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Los humedales seguirán sin una ley que los proteja

Los humedales seguirán sin una ley que los proteja

La falta de interés en la conservación del medio ambiente dejó caer el estado parlamentario del proyecto de Ley que proponía su resguardo. Hace un año que el proyecto permanecía inmóvil en la Comisión de Ganadería. El año pasado fueron destruidas 300 mil héctáreas en el Delta del Paraná.

 

Hoy, martes 30 de noviembre, se termina el año legislativo, y con él la esperanza de que el proyecto de ley que busca establecer presupuestos mínimos “para la conservación, uso racional y sostenible de los humedales en todo el territorio de la Nación” sea discutido en el recinto. Después de meses de quedar trabado y no ser tratado en la Cámara Baja, finalmente pierde su estado parlamentario. 

Los humedales representan el 21,5% del territorio nacional, y funcionan como reservorios de agua que sirven para mitigar los efectos de las lluvias abundantes, evitando así, inundaciones. Además, estos ecosistemas son el hogar de múltiples especies de seres vivos, y representan un factor esencial en la lucha contra el calentamiento global porque pueden almacenar niveles más altos de carbono que otros ambientes. 

Aunque el arrasamiento de ecosistemas enteros para la explotación ganadera, agrícola e inmobiliaria es un asunto de larga data, recién a partir de los incendios intencionales que el año pasado destruyeron 300.000 hectáreas del Delta del Paraná, entró en la agenda legislativa la necesidad de protegerlos. Diez iniciativas se presentaron en la Cámara de Diputados, que luego de un largo trabajo la Comisión de Recursos Naturales logró unificar en un solo texto. 

Para que este proyecto pudiese ser tratado en el recinto, debía pasar por las comisiones de Intereses Marítimos, Presupuesto y Ganadería, pero se quedó trabado en esta última desde principios de este año. Cuando un proyecto de ley pierde estado parlamentario, debe ser presentado luego de dos períodos de sesiones y pasar nuevamente ante las comisiones. 

En el año 2013 primero, y luego en 2016, un proyecto de ley para la protección de estos ecosistemas había logrado media sanción en la cámara de Senadores, pero no tuvo apoyo en Diputados. Los efectos del lobby empresarial y la falta de compromiso con el medioambiente por parte de los legisladores tiene como resultado que otra vez se pierda la posibilidad de discutir una ley para el cuidado del entorno natural y el bienestar de la población. Según Ramsar (Convención Relativa a los Humedales de Importancia Internacional), por año se destruye un 1,5% de los humedales, y nuestro país aún no cuenta con un marco legal para protegerlos.