«Hasta la victoria siempre, Hebe»

«Hasta la victoria siempre, Hebe»

Este jueves, una multitud acompañó la ronda 2328 de las Madres de Plaza de Mayo con el corazón puesto en el homenaje a Hebe Bonafini. Sus cenizas fueron depositadas en un altar junto a la Pirámide. Organizaciones, partidos políticos, sindicatos, dirigentes y mucha gente de a pie estuvieron presentes.

En ronda su número 2328, las Madres de Plaza de Mayo convocaron, otro jueves, a una manifestación histórica alrededor de  la Pirámide para poder despedir junto al pueblo a su última presidenta Hebe de Bonafini, fallecida el domingo pasado. Organizaciones sociales, partidos políticos, sindicatos, agrupaciones y una multitud se congregó en la plaza de las madres para homenajearla con un mensaje claro: “Ahora hay que seguir adelante”.

“Hasta la victoria siempre, Hebe”, “Amor con amor se paga”, rezaban los carteles hechos de puño y letra por los convocados, colgados en la reja circular de la Pirámide. Con cada ofrenda que colgaba otra persona se fue formando un altar de rosas rojas y blancas, fotos, pañuelos, frases y banderas. La gente se detenía a leer, a mirar de cerca, se paraba a escribir sus mensajes para Hebe en una bandera enorme. Pero esto solo pudo apreciarse cuando comenzó la desconcentración. Aún con el tremendo calor, una multitud colmó la plaza para despedir –y también para recibir– a Hebe.  

“Tenemos que estar a la altura para defender a Hebe a partir de ahora. Para reivindicarla entera, no para inventarnos una Hebe a nuestra medida. Nos toca estar a la altura de su ejemplo extraordinario, de su cualidad revolucionaria para siempre decir las verdades más duras en los momentos más difíciles”, expresó el periodista Demetrio Iramain, quien llevaba adelante el acto.

El padre Paco Olivera, de Curas en Opción por los Pobres, bendijo los restos de Hebe mientras una multitud se persignaba con aplomo. Luego, el cura y las madres presentes iniciaron la ronda, junto a todas las personas que los seguían detrás. En un hueco en el jardín del interior de la Pirámide, vertieron las cenizas de Hebe, que se mezclaron con la tierra para descansar junto a los de Azucena Villaflor. De fondo resuena un largo y sentido aplauso. 

Fue un 30 de abril de 1977 la primera vez que las madres hicieron una ronda. A un año del golpe cívico-esclesiástico-militar, en medio de un Estado de Sitio que no permitía las reuniones, se movilizaron por sus hijos e hijas. Unos militares cobardes les dieron la orden de que circulen. No sabían qué motores estaban poniéndose en marcha.  

La última ronda de Hebe con vida fue, en sí misma, una cuestión vital. Convenció a los médicos de que asistir era también parte de su salud. El pasado 10 de noviembre dio la vuelta a la Pirámide como más de dos mil veces lo hizo durante los últimos 45 años. “No sé cuánto se recuperó viniendo a la plaza, pero a sus enemigos los jodió y mucho. Ese último día convocó una pueblada contra los jueces del partido judicial para echar a la Corte Suprema”, comentó Iramain. 

Ayer dio su última vuelta de una forma trascendente y quedó inmortalizada en el lugar donde comenzó todo.

“Hebe nos dijo, la política no es un camino para conseguir un cargo, la política es construir un proyecto donde la distribución de la riqueza esté en el pueblo, donde la vida es vida, donde garanticemos que los niños sean felices”, expresó Irene de Chueque, madre de Plaza de Mayo, en sus palabras a Hebe. Arriba del escenario junto a ella también le expresaron su cariño Visitación de Loyola, Josefa de Fiore, Sara Mrad y Carmen Arias. Algunas ya con 98 años, otras desde su silla de ruedas, le expresaron su amor, le agradecieron y, sobre todo, le prometieron que seguirán adelante con su lucha. 

  “Dicen que en la naturaleza hay cuatro elementos. Yo siento que Hebe es la tierra fertilizada en la lucha de nuestras hijas e hijos. Siento que es el agua que humedece esa tierra para que la semilla germine. Siento que es el aire que respiramos en las plazas. Y siento que es ese fuego infinito encendido con pasión revolucionaria”, se despidió como un poema Sara Mrad. 

“El amor pudo más que el odio” rezaba la enorme bandera con la que las madres, junto al gobernador bonaerense Axel Kicillof y otras figuras, encabezaron la marcha de este jueves. Entre la multitud acompañaron el dirigente de La Cámpora y ministro de Desarrollo de la Comunidad de la provincia, Andrés «Cuervo» Larroque, y otros dirigentes de distintos sectores, el ministro de Cultura Tristán Bauer, la cantante y exministra de Cultura Teresa Parodi, la exministra de Mujeres, Género y Diversidad Elizabeth Gómez Alcorta, el exministro de Economía, Amado Boudou, el gremialista Daniel Catalano de ATE Capital, y el ministro de Trabajo bonaerense, Walter Correa.

No fue exactamente una fiesta en la plaza como Hebe había deseado que fuera. Tampoco fue la pesadumbre de un velorio inmóvil y gris. Fue una tarde desordenada que dio lugar al llanto y al bombo, un paso más allá de la estructura del deber ser, un estallido así como ella lo había sido. 

Mientras, en medio del homenaje a Hebe en la Cámara de Diputados, ciertos legisladores de ultraderecha evocaron el “nunca más del kirchnerismo” y el “cierre de una etapa” jugando con la muerte, el pueblo estuvo de pie dando batalla a la discursiva odiante. En el epicentro del intento de la desestabilización de la democracia, que Hebe y tantas han dado su vida por defender, ante su ausencia no se dio ni un paso atrás. Las madres han dejado en claro que por ella hay que seguir adelante. Para siempre, hasta el próximo jueves.         

El pueblo las abraza

El pueblo las abraza

Las Madres de Plaza de Mayo celebraron sus 45º aniversario con una de sus tradicionales rondas. Hubo artistas, militantes, dirigentes y, por supuesto, mensajes políticos.

El sábado 30 de abril se cumplió un nuevo aniversario de la primera ronda de los jueves de las Madres de Plaza de Mayo. La conmemoración se extendió a lo largo de la semana bajo la consigna “Reivindicamos la lucha revolucionaria de nuestrxs hijxs”. El miércoles se hizo la Marcha en la Plaza San Martín de filial La Plata y el jueves, en Plaza de Mayo, tocaron diferentes bandas de rock yl viernes, en Ensenada, hubo una concentración en la casa donde nació Hebe de Bonafini.

La Plaza recibe a las Madres con dos escenarios y al grito de “Madres de la Plaza el pueblo las abraza». En el escenario más chico, ubicado frente a la Casa Rosada, un grupo de Madres encabezado por Nora Cortiñas comienza a caminar y a rodear la pirámide. Al comenzar el recorrido, mencionan los nombres de militantes desaparecidos y culminan con la frase “¡Presentes!” y con el puño en alto. Al terminar la vuelta, exigen la aparición con vida de Jorge Julio López, desaparecido por segunda vez, luego de declarar en el juicio de lesa humanidad por los crímenes cometidos cometidos contra él y un centenar de víctimas. En simultáneo, en otro lado de la plaza, en el escenario principal dio la bienvenida la presidenta de la Asociación, Hebe Bonaffini. La plaza se fue colmando de personas y de banderas que representaban a diferentes municipios del conurbano.

Las Madres, una vez más, iniciaron su tradicional ronda. Con fuegos artificiales de fondo, por el ingreso de una columna de jóvenes militantes por Avenida de Mayo, comenzó la recorrida alrededor de la Pirámide empapelada con los rostros de los hijos e hijas desaparecidos por la dictadura. 

En el escenario, la locutora leyó adhesiones que llegaron de todo el país y comenzó la lista de oradores. Primero tomó la palabra Facundo Grande, estudiante del Colegio Nacional Buenos Aires, quien arengó: “Ahí, en la Casa Rosada, todos tendrían que tener el valor y el coraje que le sobra a las madres. Nuestra democracia fue forjada por las Madres, cuando nadie se la jugaba por el futuro, cuando nadie se la jugaba por la historia”. Al finalizar, recordó con un poema a los compañeros del Colegio desaparecidos. Lo siguieron el periodista y abogado Pablo Llonto, Roberto Di Nicola (en representación del grupo de apoyo a las Madres de Italia) y el ministro de Desarrollo de la Comunidad de la Provincia de Buenos Aires, Andrés Larroque. “Las Madres no se equivocan y no se equivocaron -subrayó el funcionario-. Seamos humildes y hagámonos cargo que a veces no nos da el cuero. Y fueron estas Madres también, con todo lo que vivimos en esos cuatro años terribles (en alusión al gobierno macrista), las que siempre estuvieron al frente de la lucha”. En su intervención, también resaltó que se está atravesando un momento difícil y que nadie se tiene que enojar ante los discursos críticos: “Cuando hacemos una declaración en aras de poder encontrar una salida, una solución a este momento que nos toca enfrentar, muchos se enojan y dicen: «Cuidemos la unidad porque vamos a perder en 2023”. A mí me preocupa que en el 2022 se resuelvan los problemas de la gente, pero también les quiero avisar algo, ya perdimos, perdimos hace cinco meses, porque no nos despertamos y hacemos lo que tenemos que hacer”. Larroque Continuó: “No tenemos que tener miedo a enfrentar cualquier interés que venga. Esa es nuestra historia. En defensa de esa cultura política, de esa doctrina y en defensa de la memoria de nuestros compañeros y compañeras desaparecidos”. Y concluyó entre cánticos y aplausos: “Yo les digo, compañeros y compañeras, dejémonos de pavear, a despertarnos y a transformar la historia”. 

Para cerrar el acto, Hebe de Bonafini tomó el micrófono y agradeció a todos los que apoyaron y acompañaron siempre su lucha y destacó las palabras de la juventud representadas en el primer orador: “Cada vez estoy más convencida que la juventud nos lleva por delante, un kilómetro o dos, por no decir muchos más». Entre los asistentes se escucha un “gracias a ustedes”. Continúa con el recuerdo de lo que sus hijos le decían sobre el Fondo Monetario Internacional y que a ella no le parecía creíble en ese momento. Así comenzó su discurso y criticó al ministro de Economía Martin Guzmán: “Hoy tenemos a este Ministro de Economía que parece más Ministro de los yanquis que de nosotros. Nos mienten. El presidente y él. Los dos nos mienten”. Con la reivindicación de la lucha de sus hijos e hijas, afirmó que ellos dieron un paso muy importante en sus vidas, y afirmó que sabían que les podía pasar algo porque la revolución era eso. Luego mencionó lo que como madres aprendieron de ellos: “La relación con los padres que ellos tuvieron nos fueron cambiando el parecer. Nos mostraron lo que era la solidaridad. Cada paso que ellos dieron nos enseñó cosas. Hay que hacer con alegría y con amor. La revolución se hace con amor. El amor y el cariño de la gente son el oxígeno para vivir”, afirmó la presidenta de Madres Asociación. Luego se despidió y agradeció a Charly García: “El tipo que más hizo recitales en esta plaza para tocar gratis para toda la juventud”. Invitó a seguir marchando todos los jueves a las 15.30 y a celebrar la marcha número 2300, el 12 de mayo, “dos vuelvan a la Plaza”.

Mientras en el escenario mayor se despedían, en el otro escenario la murga estilo uruguaya “Entre tanta pavada» se hacía paso entre los asistentes y, con sus ropas de color y las caras maquilladas, y cerraron el acto.

Evo y Hebe

Evo y Hebe

«Evo está en nuestro país para que Bolivia pueda tener las elecciones que se merece», subrayó Bonafini.

Los colores de decenas de wiphalas adornaron la Plaza de Mayo. Al grito de “Evo amigo, el pueblo está contigo” y “Evo no está solo, carajo”, el presidente depuesto de Bolivia acompañó a las Madres en su tradicional ronda, la número 2176. Su participación fue acompañada por simpatizantes y numerosos miembros de la comunidad boliviana en Argentina.

Un grupo de mujeres, líderes de la vigilia que se lleva a cabo desde el 13 de noviembre frente a la Embajada de Bolivia en Buenos Aires, cantaron y bailaron al ritmo de las palmas de todos los asistentes. “Estamos felices de poder apoyar a nuestro presidente y lo que pedimos aquí es la renuncia inmediata de Jeanine Añez que se autoproclamó presidenta”, afirmó Constantina, quien prefirió reservar su apellido por razones de seguridad, en diálogo con ANCCOM.

Otra manifestante, quien tampoco dio su nombre, agregó que el llamado a la vigilia es “para todos los compatriotas residentes”. También aseguró que el reto es proteger los recursos naturales: “Tenemos que defender a nuestro país porque los yankis van por el litio”.

«Evo, amigo, el pueblo está contigo», le cantaban al líder boliviano.

Morales tuvo su turno para hablar a los asistentes y agradeció al pueblo argentino por unirse a la lucha por una Latinoamérica libre. Añadió que las Madres de Plaza de Mayo son un ejemplo en la defensa de la democracia y lucha por la libertad.

Cuando inició la ronda, para Morales fue imposible unirse debido a la gran cantidad de gente. Al terminar, las Madres condenaron el golpe de estado en Bolivia. “Nuestros hijos dieron la vida, con todo el amor, por la gran patria latinoamericana. Por ellos continuamos nuestra lucha”, dijo Hebe de Bonafini, presidenta de la organización. Agregó que la plaza es un lugar de lucha y hasta retó a algunas personas: mencionó que el objetivo de la jornada no consistía en sacarse una foto con el Presidente.

“Evo está en este país para luchar y pelear, para que Bolivia pueda tener las elecciones que se merece”, subrayó y advirtió que el golpe de estado que le hicieron al pueblo boliviano también se lo hicieron a Ecuador y Venezuela.

Morales se despidió después de hablarle a la Plaza y varios de sus seguidores se quedaron marchando hacia el frente de la Casa Rosada. Queda pendiente el resultado de la reunión que tendrán los dirigentes del Movimiento al Socialismo (MAS) el próximo domingo 29 de diciembre, que tiene el objetivo de elegir a los candidatos para las próximas elecciones en Bolivia.

Cuarenta años de rondas

Cuarenta años de rondas

El 24 de marzo de 1976, la historia de la Argentina cambió para siempre. Un Golpe de Estado, encabezado por el teniente general Jorge Rafael Videla puso fin al gobierno de María Estela Martínez de Perón, iniciando lo que se autodenominó “Proceso de Reorganización Nacional”. Aquel día, los militares interrumpieron todos los medios de comunicación e informaron que el país pasaba a encontrarse “bajo el control operacional del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas”, al tiempo que se recomendaba a todos los ciudadanos a obedecer las órdenes militares y policiales. Desde allí, el gobierno de facto implantaría la dictadura más sangrienta que atravesó Argentina, con el terrorismo de Estado como metodología principal. El país sufrió constantes violaciones a los derechos humanos, el encarcelamiento de miles de presos políticos, el exilio obligado de millares de militantes, la desaparición y muerte de 30.000 personas y la apropiación sistemática de 500 niños y bebés recién nacidos.

La desaparición de los seres queridos provocó la reacción de familiares, principalmente mujeres, madres y abuelas, quienes salieron a buscarlos apenas se enteraban de la trágica noticia. Pronto supieron de historias similares y empezaron a comunicarse con otras familias. Así, el 30 de abril de 1977 algunas madres decidieron reunirse en la Plaza de Mayo, frente a la Casa de Gobierno, esperando el recibimiento y la explicación de Videla o algún otro funcionario. Instaurado el Estado de sitio, algunos policías se les acercaron para advertir que “circularan”, ya que estaba terminantemente prohibido permanecer inmóvil en la vía pública en grupos de tres o más personas. Las mujeres, más tarde reconocidas por el mundo entero como Madres de Plaza de Mayo, hicieron caso y dieron vida a un hito que se mantendría hasta nuestros días: comenzaron a caminar en parejas, lentamente, alrededor de la Pirámide de Mayo, el monumento central de la plaza. Así, la solicitud policial era cumplida y, al mismo tiempo, burlada con sentido desafiante. Ya aquel día, las Madres demostraron una de sus principales virtudes: la perseverancia. Y con ella, la lucha y el amor por sus hijos. A la semana siguiente, se volvieron a reunir, con más mujeres aquejadas por la angustia. En la tercera reunión, decidieron juntarse todos los jueves, de 15.30 a 16, un horario en el que circulaba bastante gente por la plaza. Así, la figura de las Madres de Plaza de Mayo se consolidaría semana tras semana.

“Vamos las Madres, con fuerza vayan al frente, que se lo pide toda la gente, una bandera que diga gracias Madres, por ser siempre el ejemplo de la lucha popular”, les canta el pueblo.

Cuarenta años después de aquella gesta, las Madres continúan en la plaza, su plaza.  A pesar del tiempo, las Madres mantienen el rito de la ronda, vivo como el primer día. Fieles a sus hijos, llegan al punto de encuentro, como cada jueves. Mientras algunas bajan de una combi, la gente acompaña con un canto que emociona: “Vamos las Madres, con fuerza vayan al frente, que se lo pide toda la gente, una bandera que diga gracias Madres, por ser siempre el ejemplo de la lucha popular”. Se saludan, se abrazan, se ríen. “Son muy amorosas, muy cálidas. Te reciben con la mejor, si te acercás. Te escuchan como una madre más”, dice Ailín, una joven de 22 años, habitué de la movilización de los jueves.

“Alerta, alerta, alerta que están vivos, todos los ideales de los desaparecidos”, suena en el aire de la resplandeciente Plaza de Mayo, mientras las Madres comienzan a girar alrededor de la Pirámide, como aquel 30 de abril de 1977. El paso es lento, los años han pasado y el cuerpo de estas mujeres se ve transformado. Sin embargo, la fortaleza de la convicción es inalterable. Hebe de Bonafini, presidenta de la Asociación Madres de Plaza de Mayo, señala a ANCCOM: “A esta plaza la hicimos nuestra, y es nuestra para siempre. La Plaza de Mayo ya lleva un nombre: Madres de Plaza de Mayo”. Luego asegura sobre las conmemoraciones por el 40 aniversario de su lucha: “Estamos contentas, está saliendo todo muy lindo, las Madres estamos felices”.

Nora Cortiñas.

Nora Cortiñas.

Nora Cortiñas, cofundadora de la Asociación Madres y posteriormente, referente de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora -el grupo que se escindió del liderado por Hebe- también llega a la plaza. Norita, como se la conoce popularmente, rememora las primeras rondas: “Alguna vez tuvimos miedo de que si luchábamos, mataran a nuestros hijos, o nos llevaran a otros familiares. Miedos sobre qué pasaría con esta protesta callejera, pero los vencimos, permanentemente”. Luego enumera: “Tuvimos alegrías y tristezas, pero también la oportunidad de caminar con otras Madres que estaban en la misma situación que nosotras. Eso nos formó como movimiento colectivo”. Con el amor y la ternura a flor de piel, Norita continúa su retrospección hacia el pasado. Dice que los logros lo consiguieron en la calle, perdiendo a algunas compañeras: “Todo lo conseguido conllevó un costo, pero estamos orgullosas de la lucha de nuestros hijos, porque sabemos que ellos luchaban por amor a su patria”. A su lado se encuentra otra peleadora de la vida, Mirta de Baravalle, que con 92 años, continúa asistiendo al simbólico acto de Madres. “Siento la necesidad de venir. Estar en la ronda, dentro de ese círculo, es estar acompañando a los 30.000 desaparecidos. Es algo que solamente uno sabe cómo lo siente”, comenta Mirta, en tono pausado.

En la ronda también está Victoria Montenegro, una de las nietas restituidas por Abuelas de Plaza de Mayo. Ella, al mes de nacer, fue secuestrada junto con sus padres. Luego fue apropiada por el represor Herman Tetzlaf, quien le cambió su identidad. En julio de 2000, tras una serie de pruebas genéticas, se supo que era hija de los militantes desaparecidos Hilda Torres y Roque Montenegro. En dialogo con ANCCOM, Victoria indica: “A los que nos ha tocado la apropiación y crecer en una realidad impuesta, la más ajena a lo que debió ser tu vida, tu historia, tu nombre, tu fecha de nacimiento, (valora) esta posibilidad de lucha que hicieron posible las Madres y Abuelas. Ellas lograron la posibilidad de encontrarnos y que la identidad sea un derecho para todos los niños del mundo. A las formas más perversas, a las expresiones de odio, ellas no le respondieron con violencia, sino todo lo contrario: se unieron, y con el amor que tenían por sus hijos, hicieron posible esta realidad”. Más tarde agrega: “Sin esas mujeres hermosas, yo no sería yo. No tendría mi nombre, no podría haber recuperado la identidad, no sabría a quién se parecen mis hijos. La Plaza de Mayo es parte de mi vida, es lo que hizo posible la recuperación de la identidad”.

Hebe de Bonafini

Las banderas azules, con la figura de un pañuelo blanco -símbolo histórico de las Madres, creado con la idea de reconocerse por aquellos años de dictadura- flamean en el aire. Hay jóvenes que exhiben remeras con la misma inscripción. La tienda con merchandising de la Asociación está repleta de gente, mientras, los cantos de aliento continúan. “Admiro y amo a las Madres. Vengo todos los jueves porque comparto el objetivo que tienen. Yo podría estar entre los que les pasó lo que les pasó. Y en ese caso, estoy completamente seguro que mi mamá, caprichosa y terca, estaría también entre las Madres”, dice Alfredo, un asiduo concurrente a las clásicas rondas. Ana, otra fiel seguidora, señala: “El valor de las Madres, a través de 40 años, danzando por la Plaza, te llena de orgullo”.

En este 40 aniversario de rondas Hebe dice unas palabras. Luego, Renato Di Nicola, referente de la asociación italiana Maya Kabawill entona Bella Ciao, famoso canto partisano de resistencia al fascismo. La ronda, número 2037, va llegando a su fin. Norita, cierra la jornada con un pedido para la justicia argentina: “Queremos que se abran los archivos, que nos digan toda la verdad, qué destino tuvo cada desaparecido, y que los niños que fueron apropiados logren tener todos su absoluta identidad”.

Nora Cortiñas y las Madres en la marcha aniversario dando vuelta a la Plaza

Desde aquel día, las Madres demostraron una de sus principales virtudes: la perseverancia.

Actualizada 02/05/2017