“Una ciudad que cierre con todos y todas adentro”

“Una ciudad que cierre con todos y todas adentro”

María Magadalena Tiesso busca su tercer período en la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires y habla con ANCCOM sobre la lista de Es Ahora Buenos Aires, a la que define como una propuesta amplia y diversa dentro del Partido Justicialista, que apuesta por un modelo de ciudad más justo e inclusivo.

María Magdalena Tiesso es una legisladora oriunda del barrio porteño de Flores que ha hecho de su militancia política no sólo una vocación, sino también una forma de vida. Desde muy chica participaba en movilizaciones, escuchaba la marcha peronista con sus padres y hasta festejaban sus cumpleaños en la unidad básica del barrio. Su primer acercamiento a la política fue en el colegio, pero el camino tomó más fuerza en los años 90, cuando sus padres, junto a otros compañeros, fundaron la organización Peronismo Militante, de la que Magalí forma parte desde hace más de 17 años.

Actualmente, transita su segundo mandato como legisladora porteña. Y va por más: se presenta como candidata por Es Ahora Buenos Aires, “una propuesta amplia y diversa dentro del Partido Justicialista, que apuesta por un modelo de ciudad más justo e inclusivo”.

En esta entrevista, Tiesso habla sin filtro sobre las desigualdades estructurales en la Ciudad de Buenos Aires, el rol de la militancia y la urgencia de volver a enamorar con la política.

¿Cómo te sumaste a Peronismo Militante?

Nací en una familia de militantes. Siempre cuento que yo festejaba mis cumpleaños en la unidad básica que tenían mis padres, que estaba en la esquina de mi casa, en Flores. La política fue algo que siempre estuvo en mi casa desde muy chica. Mis viejos me llevaban a las movilizaciones; a veces se juntaban con compañeros en algún bar y siempre se cantaba la marcha peronista. Mi viejo siempre cuenta que cuando nací —voy a cumplir 37 años, así que fue hace bastante— lo primero que hizo fue cantarme la marcha peronista. Siempre dice: “Lo primero que escuchaste de mi boca fue la marcha peronista”. La política estuvo presente en mi vida desde siempre. Arranqué en el colegio, haciendo algunas movidas, pero después, mis viejos junto a otros compañeros, fundaron en la década de 1990 Peronismo Militante, organización de la que formo parte hace diecisiete años.

¿Cómo usarías la herramienta legislativa para incidir en la realidad de las personas en caso de ser reelegida?

De la misma manera en que venimos utilizándola en los años que me tocó ser legisladora: pensando proyectos por y para la gente que vive y transita la ciudad. No en la lógica del macrismo y de La Libertad Avanza, que tienen esa mirada de ver la ciudad como un negocio, sino pensando proyectos para los habitantes. Y cuando digo para la gente, hablo de cosas concretas: el Observatorio de Personas Mayores, pensar en que los adultos mayores puedan viajar en subte gratuitamente; proyectos de acceso a la vivienda —y no proyectos que estén vinculados al negocio inmobiliario—, proyectos de espacios verdes, proyectos que mejoren la calidad educativa de nuestros pibes y pibas.

Es también haber sancionado el Proyecto del Boleto Educativo, que nos costó muchísimo y que fue fruto de mucha militancia. Desde ahí creo que se puede transformar legislativamente. Obviamente, no siendo gobierno, se nos hace mucho más difícil que nuestros proyectos y propuestas lleguen a la Cámara y sean tratados. Lamentablemente, la mayoría de las veces, nuestros proyectos ni siquiera llegan a ser discutidos en las comisiones.

Impulsaste la creación de un Observatorio de Personas Mayores. ¿Qué necesidades detectaste en este grupo etario?

En la Ciudad de Buenos Aires, casi el 25% de la población es adulta mayor y sus necesidades son muchísimas. Hace tres años conformamos una mesa de trabajo con compañeros y compañeras de distintos espacios y centros de jubilados, que se reúne cada 15 días con constancia y mucha militancia. De ese trabajo surgió la creación de la Comisión de Adultos Mayores en la Legislatura; antes no existía, lo cual era absurdo considerando la magnitud de esta población. En cuanto a las problemáticas, son las mismas que enfrenta toda la sociedad, pero agravadas. No es lo mismo estar en situación de vulnerabilidad a los 20 años que a los 65. A los 20 quizás podés conseguir algún trabajo, aunque sea precario; pero a los 65, ni siquiera eso. Además, los programas de asistencia son totalmente insuficientes: el subsidio habitacional ronda los $150.000, una suma con la que hoy no se alquila ni una habitación en una villa. Y quienes superan los 60 años ni siquiera pueden acceder a ese subsidio, sino que pasan directamente al programa «Vivir en Casa», que otorga apenas $70.000. Esto evidencia un problema estructural que el Gobierno de la Ciudad no atiende: no existen políticas públicas reales dirigidas a los adultos mayores. Además, vivimos en una época de globalización digital, donde muchos trámites se hacen a través de dispositivos electrónicos, pero una persona de 70 u 80 años no siempre tiene acceso o manejo de esas herramientas. El Estado debería garantizar una atención digna y accesible. Ni hablar de los programas de recreación o integración social: hacen falta políticas pensadas para una población que hoy es sumamente activa, que no se queda en su casa tejiendo. Hay que cambiar el chip: pensar en políticas públicas que garanticen calidad de vida, pero también reconocer que el derecho a la vivienda y el derecho a la salud deben estar garantizados para que vivir dignamente sea una realidad.

¿Cuáles creés que son los principales problemas que enfrenta hoy la Ciudad de Buenos Aires?

El principal problema es cómo se distribuye el enorme presupuesto que maneja. Si se priorizaran otras áreas, con otra mirada y una ideología política diferente, podríamos solucionar gran parte de los problemas que hoy enfrentamos: la falta de vivienda, el acceso a la salud y la educación, entre otros. Incluso problemas más cotidianos que se agravaron con esta nueva gestión.

¿Hay una desconexión entre los problemas reales de los porteños y las prioridades del oficialismo porteño?

Absolutamente. Hay una desconexión total. No hace falta ser militante ni entender demasiado de política: simplemente caminando por la Ciudad se percibe. Hay realidades completamente distintas entre las comunas del norte y las del sur. Y si hablamos de barrios de alta vulnerabilidad, como las villas, la diferencia es aún más notoria. Todo esto sucede en la ciudad más rica del país y de Latinoamérica. Con los recursos que tenemos, no deberíamos seguir arrastrando problemas estructurales como el transporte, por ejemplo.

¿Cómo ves la situación de la Marcha de los Jubilados, que se realiza cada miércoles frente al Congreso y es objeto de represión por parte de las fuerzas de seguridad?

Lo que está pasando es terrible. Venimos acompañando esas marchas y lo que se vive es desgarrador. No puedo creer tanta deshumanización, tanta crueldad, tanta violencia desmedida. Nunca la violencia es justificable, pero en este caso es aún más injustificable, porque estamos hablando de personas que marchan pacíficamente para reclamar un salario digno, porque literalmente se están muriendo de hambre. El rechazo hacia esos reclamos es absoluto, pero responde a una lógica más amplia: la misma deshumanización, la misma crueldad, la misma violencia sistemática que impulsa el gobierno nacional en todas sus políticas públicas. Desde lo simbólico hasta lo concreto, todo se caracteriza por una violencia organizada, una falta de empatía total. Tenemos un presidente que es violento con su propio pueblo, con la población que debería representar y proteger. Lo que se vive en las calles cada miércoles es el reflejo más brutal de una política de desprecio hacia los sectores más vulnerables.

¿Cómo surgió Ahora Buenos Aires?

«Ahora Buenos Aires» es una propuesta nueva dentro del Partido Justicialista. Se trata de una lista de unidad donde confluyen amplios sectores de la sociedad, de la política y de la militancia. Es una lista sumamente amplia y diversa. Tenemos a Leandro Santoro, quien encabeza la lista, proveniente del radicalismo y que hoy integra el Partido Justicialista. La segunda candidata es la vicedecana de la Facultad de Medicina de la UBA, lo que refleja también la participación del ámbito académico. Además, hay compañeros y compañeras militantes que representan distintos sectores de la sociedad. Esta lista se logró con mucho esfuerzo y unidad, y responde a un proyecto colectivo: no hablamos de proyectos individuales, sino de un proyecto de ciudad. Creemos que llegó la hora de un cambio verdadero, no un cambio vacío como el que en su momento prometió el PRO, sino un cambio real hacia una ciudad para todos y todas. Queremos reconstruir el tejido social que el individualismo extremo vino a romper. Es el momento de construir una ciudad mucho más humana, más solidaria e inclusiva. Nos han propuesto durante años un modelo de ciudad que deja afuera a muchos porteños y porteñas, que expulsa a quienes no pueden seguir el ritmo de un proyecto pensado sólo para unos pocos. Nosotros proponemos todo lo contrario: una ciudad que cierre con todos y todas adentro. No nos interesa que «cierren los números» si eso implica dejar afuera a la mitad de la población. Nos interesa que todas las personas que elijan vivir o habitar en la Ciudad de Buenos Aires puedan hacerlo dignamente: que los jubilados y jubiladas tengan un haber justo, que los trabajadores lleguen en horario a sus empleos en un transporte digno, que puedan sostener un plato de comida digno en sus casas, que sus hijos e hijas tengan acceso a la educación pública de calidad. En síntesis, queremos una ciudad donde vivir dignamente sea posible para todos y todas. Este proyecto de ciudad se basa en terminar con la crueldad, la desidia, y fundamentalmente con el negocio detrás del gran presupuesto que maneja la Ciudad.

¿Los candidatos de derecha y centro derecha –Adorni, Marra, Rodríguez Larreta- comparten agenda o intereses?

No me gusta hablar de derecha o centroderecha porque, en nuestro país, con Perón surgió la tercera posición. Creo que estos candidatos son profundamente liberales. No sé si tienen una agenda común, pero sí comparten intereses y negocios. Se disputan el mismo electorado y buscan convertir a la Ciudad en un negocio, algo que el PRO viene haciendo hace casi 18 años.

¿Qué resultados proyectan? ¿Cuántas bancas pretenden alcanzar?

Pretendemos alcanzar la mayor cantidad de bancas posible. Creemos que vamos a obtener un buen resultado, quizás uno de los mejores que hayamos tenido en la ciudad en los últimos tiempos. Pero, como militantes políticos, no deberíamos desvelarnos tanto por eso. No digo que no sea importante —es fundamental—, pero lo que realmente nos debería desvelar es el para qué. Cómo hacemos frente a tanta degradación, a cómo el individualismo caló tan hondo en nuestra sociedad. Me parece que lo que nos tiene que importar es ver de qué manera volvemos a enamorar desde el peronismo, cómo volvemos a convocar a esos miles de argentinos que alguna vez se sintieron abrazados y contenidos por el peronismo, y que en algún momento dejaron de sentirlo. Esa debería ser la tarea de la militancia, más allá de los números y de lo electoral. No digo que no sea importante, pero hay que volver a preguntarnos: ¿qué hacemos? ¿Cómo reconstruimos el tejido social que hoy está completamente desarmado? ¿Cómo volvemos a ser una sociedad profundamente humana y solidaria, y terminamos con el individualismo extremo y la mercantilización de la vida? Me parece que hay que volver a poner el foco ahí. Una vez que sepamos qué queremos construir, que tengamos un programa común, que volvamos a convocar a nuestro pueblo para que vuelva a mirarnos a la cara y a escucharnos, entonces sí, ahí volvamos a pensar en términos electorales.

¿Sentís que el peronismo que se presenta hoy es diferente al de antes? ¿Tiene otra visión, otros objetivos?

El peronismo es uno solo. Tiene su propia doctrina. Obviamente que hay una actualización política y doctrinaria, eso está clarísimo. No podemos pensar el peronismo de Perón en 1945 igual que en 2025, porque el mundo cambió, y es imposible pensar la política de manera estática. La política es dinámica y siempre está influenciada por el contexto. Pero yo no creo que haya un peronismo “bueno” y otro “malo”. El peronismo de verdad es uno solo: el que lucha por la justicia social.

El Ecuador que viene

El Ecuador que viene

El nuevo gobierno del reelecto Daniel Noboa se presenta como una incógnita. Si bien en su discurso se muestra cercano a Trump y Milei, su programa de gobierno, según los analistas, es desconocido. Su campaña electoral se basó en propagar el miedo a la vuelta del correísmo.

 

La noche del domingo 13, luego de que se conociera que Daniel Noboa superaba por más de un millón de votos a Luisa González, había terminado con la candidata de Revolución Ciudadana acusando fraude al oficialismo, que hasta hoy no reconoce el resultado de las elecciones. El expresidente Correa, en tanto, también replica las acusaciones de su candidata.

Sobre estas denuncias, Edgar Zamora, politólogo ecuatoriano, doctor en Políticas Públicas, catedrático universitario y consultor de campañas, contextualiza resaltando que “hay sectores del correísmo acusando fraude, pero también tenemos algunos de los sectores de la derecha radicalizada afirmando que hubo fraude en la primera vuelta. Ningún sector presentó pruebas”. Sobre los fundamentos de la denuncia de González, recalca que “se han denunciado irregularidades de palabra. No se ha visto todavía una denuncia clara en donde se exponga que advirtieron patrones de irregularidades”.

Por su parte, Rebeca Morla, politóloga ecuatoriana especializada en comunicación electoral y de gobierno, subraya que “varias figuras del correísmo salieron ya a reconocer la victoria de Noboa” y que “parecería que al día de hoy González se ha quedado sola en la narrativa de fraude”.

De todos modos, también existen cuestionamientos sobre las extralimitaciones de Noboa en cuanto a su utilización de su puesto de poder para influir en el desarrollo de los comicios. Según Zamora, “hubo mucho sobrepasamiento con las leyes por su parte. Está prohibido utilizar recursos del Estado para actos proselitistas y los ministros participaron de muchos de ellos. Son muy válidas las críticas de Revolución Ciudadana como la de otros candidatos hacia el proceso electoral y sobre cómo estaba inclinada la cancha. Noboa tendría que haber pedido licencia por ley durante la campaña y no lo hizo”. Por su parte, Belén Espinel, docente de Relaciones Internacionales y Políticas Públicas de la ecuatoriana Universidad de las Américas, reafirma esto, destacando que “durante el proceso hubo cambios de ley que no estaban contemplados, se cambiaron reglamentos un mes antes de los comicios”.

Analizando la intención detrás del voto por parte de la ciudadanía, Zamora remarca que “no es un voto a favor del presidente, es uno de refugio ante lo que mucha gente considera el mal peor. Hay un ambiente en cada elección de que el domingo se define si el país se destruye o sobrevive. Así es como el sistema político lo transmite”.

Campaña del miedo

En este contexto, el gobierno explotó la narrativa de la campaña del miedo. “El correísmo se mantuvo en la idea de que Luisa es cercana a Correa y que con ella vuelve él, por lo que Noboa capitalizó miedos importantes, como el miedo a la persecución y el miedo a la desdolarización”, afirma Espinel.

Según Zamora, “el miedo está anclado a consignas muy fáciles de comunicar, como por ejemplo que es desdolarizador. Nunca ha hecho declaraciones en ese sentido pero sí ha participado en debates donde se cuestiona el dólar como moneda. También se acusa al correísmo como aliado de grupos de delincuencia y narcotráfico o como punta de lanza del chavismo en Latinoamérica. Esas ideas están muy instaladas desde que Correa dejó el gobierno, la derecha ha impuesto narrativas con mucha eficacia. Cualquier semilla que plantas para manchar al correísmo germina”. De esta manera, afirma, se dio el fenómeno de una gran transferencia de votos desde González a Noboa.

Sobre la historia breve pero intensa de Revolución Ciudadana en la vida política de Ecuador, Espinel la resume destacando que “en el 2006 llegaron al gobierno con un plantel de especialistas técnicos que llevaron a cabo cambios importantes en el país. Pero, en el segundo proceso, todo ello se vino abajo por temas de endeudamiento y corrupción. Queda el recuerdo de la segunda parte del correísmo en la que hubo mucha persecución. Está muy presente esta parte no muy positiva”.

Para Morla, “las vocerías del correísmo estuvieron desordenadas. Hubo varias intervenciones de Correa estableciendo la narrativa de la desdolarización o la pérdida de valor del dólar. La dolarización es algo que la ciudadanía defiende”.

Además, Zamora pondera que el correísmo continúa con su debilidad histórica en captar los votos de los sectores indígenas y más hacia la izquierda del país. Esta es la tercera elección consecutiva en la que Revolución Ciudadana no logra retornar al poder, dos siendo representado por González y la anterior contienda del 2021, cuando el candidato Andrés Arauz fue derrotado por Guillermo Lasso.

¿Quién es Noboa?

Sin embargo, la gestión de Noboa, luego de dos años de gobierno tras asumir en las elecciones anticipadas por la caída del gobierno de Lasso, adeuda mostrar resultados y una ruta clara. Según Morla, “es el tercer gobierno de derecha que no ha podido solventar ninguno de los problemas del Ecuador porque han priorizado el pago de la deuda”.

Zamora diagnostica que “las políticas de Noboa no están claras. En los últimos meses ha utilizado bonos asistenciales, y a la vez intentó un par de reformas vía consulta popular como por ejemplo flexibilizar el trabajo y regularlo por horas, como también volver a regularse por el CIADI, lo que funciona como protección para las inversiones extranjeras”. Espinel, por su parte, puntualiza que “no hay línea clara de, por ejemplo, lo que se hará en seguridad. Es todo una incógnita, no hay una certeza sobre lo que quiere hacer el presidente”.

Todo esto se basa sobre una indefinición identitaria por parte de ADN, movimiento encabezado por Noboa. Según Morla, “el movimiento del presidente se autodefine como de centroizquierda, pero la discusión pública lo coloca en la derecha. Esto permea la discusión de fondo sobre cuáles son las políticas reales. Hay una falta de claridad en cuanto a la postura ideológica del gobierno que al final del día genera un misterio sobre hacia dónde va a ir”.

En el plano internacional, también sobrevuelan indefiniciones sobre la postura que tomará el gobierno electo, salvo por las simpatías que ya ha manifestado por Donald Trump durante la gestión. Para Espinel, “Noboa no tiene una ideología marcada y no es tan predecible qué va a hacer. Puede que se acerque a (Javier) Milei y a Trump, pero no tiene un plan de política exterior ni interior. No creo que el presidente tenga un interés regional, por ejemplo no ha ido a la reunión de la CELAC».

Sobre una posible triada entre Noboa, Milei y Trump, Zamora afirma que “quizá puede haber un frente de articulación y formar un club de los que son los más amigos de Trump. Pero de ahí a que se puedan hacer más cosas me parece difícil, como por ejemplo que sean líderes a nivel regional. No son ese tipo de cuadros ni creo que Estados Unidos se encargará de ser sponsor de un hipotético armado de este estilo”.

Específicamente sobre las relaciones bilaterales con Argentina, señala que tanto el presidente argentino como el ecuatoriano “tienen características similares en cuanto a la intención de acercarse a Trump, pero no veo que puedan ser punta de lanza para ser influencia regional”. Además, indica que “si Noboa avanza con la reforma constitucional, se dará un proceso muy puertas adentro. Sí se mirará a EEUU para obtener financiamiento para solventar el déficit del funcionamiento del estado”.

En este terreno, es en donde Noboa desplegará su primer término completo. Para Morla, “empiezan cuatro años en los que el gobierno va a tener que demostrar. No va más la excusa de que tuvieron poco tiempo”.

Trump al gobierno, Elon Musk al poder

Trump al gobierno, Elon Musk al poder

El nuevo presidente de los Estados Unidos amplió su base electoral y manejará también el Poder Legislativo y el Judicial. El dueño de X, a su vez, no sólo tendrá negocios con el Estado sino que será funcionario gubernamental. ¿Cómo será la relación con Argentina?

Donald Trump será el 47° presidente de los Estados Unidos tras imponerse en las elecciones del martes pasado frente a la candidata demócrata Kamala Harris. El próximo miércoles el republicano se reunirá con el actual primer mandatario Joe Biden para comenzar el proceso de transición, cosa que no ocurrió a la inversa hace cuatro años. ANCCOM dialogó con especialistas en política internacional para entender por qué la sociedad norteamericana se volcó otra vez hacia la ultraderecha y para dilucidar tanto el próximo gobierno como su relación con Argentina y el mundo.

 

La elección

La performance de Trump fue muy buena, al imponerse en todos los estados pendulares que definían la elección. Facundo Cruz, politólogo especialista en partidos políticos y procesos electorales, destaca que “logró consolidar su base electoral y ampliarla levemente. Le fue muy bien de vuelta en población rural, hombres y personas no educadas, pero ahora ganó en población latina y amplió su base en mujeres y jóvenes”.

En cuanto a los factores que definieron la elección, la economía del gobierno de Biden apareció como principal preocupación. La inflación en Estados Unidos fue del 7,04% en 2021 y del 6,45% en el 2022, pero comenzó a descender a un 3,35% en el 2023 y lleva un 2,8% acumulado en el 2024. Para Cruz, «un año de buenos resultados no compensó tres años de mala gestión económica». En consecuencia, la imagen del gobierno demócrata llegó muy lacerada, como se pudo observar en un boca de urna a nivel nacional de la cadena NBC, en la que el 75% de los votantes respondieron que el país estaba yendo en la dirección equivocada.

La opinión negativa en este aspecto fue tal, que la situación judicial de Trump pareció no hacer mella en sus posibilidades como candidato. El hoy presidente electo enfrenta 88 causas en su contra. En 34 de ellas, correspondientes al caso Stormy Daniels, en el cual falsificó documentos para encubrir un soborno de 130 mil dólares a la actriz porno para silenciarla, fue declarado culpable. Además, el juicio en su contra por su interferencia en el proceso electoral del 2020 está en pleno proceso. Para Cruz, “el voto económico pesa por sobre cualquier consideración judicial”.

Por su parte, Martín Schapiro, abogado especializado en derecho administrativo y en estudios internacionales,  señala que aquel factor es algo a lo que hay que prestarle atención: “Trump terminó siendo un candidato formidable. La coalición que realizó, quiénes lo votaron y cómo lo votaron es muy difícil de generar para los republicanos cuando uno mira otras experiencias. Hay muchos estados que votaron masivamente a favor del aborto y votaron masivamente por él”.

Captura de pantalla. 

En su segundo gobierno, el presidente electo tendrá mayoría tanto en la Cámara de Representantes como de Senadores, además de una Corte Suprema favorable. Schapiro marca que “hoy el control político e ideológico de Trump por sobre el Partido Republicano es absoluto, algo que de ninguna manera tenía en el 2016. En ese momento también tenía mayoría en las dos cámaras y una corte conservadora, pero tanto esa corte como el partido eran otros. Había políticos como Mitt Romney o John McCain, que estaban lejos de alinearse con Trump, y el tribunal era más moderado”.

Según Cruz, este segundo mandato trumpista será “en quinta a fondo”, ya que “va a tener un poder institucional muy parecido al primer gobierno de George W. Bush”. Incluso, destaca que será mucho más poderoso que otros presidentes republicanos como Ronald Reagan, Dwight Eisenhower o Richard Nixon, en el sentido de la correlación de fuerzas con el Congreso. Además, resalta que “asume con una legitimidad social mucho más amplia, ya que es el segundo candidato republicano que gana el voto popular desde la caída del Muro de Berlín”. El último en hacerlo fue Bush, en su reelección en el 2004, ya que en su primera elección el candidato demócrata Al Gore lo superó en esa instancia.

 

Musk se perfila a ser funcionario en un área todavía sin especificar, pero que apunta a auditar el financiamiento federal.

El estáblishment 

El panorama de un segundo gobierno de Trump es diferente también en cuanto a su relación con el establishment económico. Según Schapiro, “está mucho más asentado en el mundo de los negocios y el empresariado. En SIllicon Valley los apoyos en esta elección fueron neutrales o trumpistas. El poder económico no solo está intranquilo sino que está contento, sobre todo el mundo de las criptomonedas, que se volcó masivamente a él”.

La figura de Elon Musk fue muy relevante en la campaña republicana, gravitando mucho en donaciones económicas y también utilizando a X como plataforma. “Es una figura importante, por el tipo de mensaje que llevará el gobierno y también porque es el principal contratista del ministerio de Defensa”, destaca Schapiro.

Lail Furchi, economista especializado en energía, geopolítica y desarrollo productivo subraya que Musk “se vio muy beneficiado por los programas de energía renovable del gobierno demócrata y se fue alineando con Trump con mucha inteligencia para poder sostenerlos. Tuvo un par de éxitos convenciendo a los republicanos a apostar a los vehículos eléctricos, tanto que el candidato republicano en uno de sus rallies afirmó estar reconsiderando su posición sobre ellos”.

Pero el poder del CEO de Tesla, X, SpaceX y Starlink no parece centrarse sólo en el lobby. Furchi afirma que “se perfila a ser funcionario en un área todavía sin especificar, pero que apunta a auditar el financiamiento federal. Está parado en una situación muy privilegiada, en la cual tiene muchísima influencia en la opinión pública con X, con contratos millonarios con el gobierno de Estados Unidos y también ocupando un lugar de vanguardia en la construcción de vehículos eléctricos compitiendo con China”. 

 

El mundo según Trump

Sobre esto último, está la expectativa de un recrudecimiento en la guerra comercial con el gigante asiático, con las energías renovables en el centro. Según Furchi, los esfuerzos de Trump se centrarán en defenderse de la ofensiva comercial del gigante asiático en este rubro, como en los autos eléctricos, la inteligencia artificial y la tecnología de punta.

De todos modos, marca que “ambos partidos iban a profundizar la guerra comercial. Trump ya avisó que va a colocar un arancel de 60% a productos chinos y se va a enfocar específicamente en los sectores mencionados”.

Con respecto al resto del mundo, Furchi destaca que “seguramente empiece a dejar de lado muchos espacios al igual que en su primer mandato, como sus aliados de la OTAN en Europa. Ya dio los primeros avisos de que quiere terminar la guerra entre Rusia y Ucrania, y esto es importante debido a su buen vínculo con Vladimir Putin”.

 

Milei y Trump: ¿amor correspondido?

El alineamiento ideológico del presidente argentino con el magnate republicano es, a todas luces, total. En base a esto, en el gobierno argentino se tiene mucha expectativa en cuanto a los frutos que puede brindar esta relación bilateral.

Cruz destaca que Trump se para ideológicamente en la ultraderecha pero que es “un político profundamente pragmático”. En ese sentido, destaca que “va a tener una relación positiva con Argentina siempre que le brinde resultados a su gestión, si no es así no hay afinidad política que valga”.

Sobre este punto, Schapiro no prevé un escenario en el que Argentina ocupe un lugar central en la agenda geopolítica del gobierno de Trump. “La relevancia de América Latina en ese mapa mental es mercados ilegales e inmigración”. De todos modos, remarcó que, de los grandes países latinoamericános con los que se va a relacionar el próximo presidente de los Estados Unidos, “Milei es el único con el que tiene afinidad política”.

En ese sentido, para Furchi esto abre una posibilidad de que “Argentina sea el primer representante de los Estados Unidos en Latinoamérica, ya que Brasil está presidida por Lula Da Silva. Esto puede ser una oportunidad para nuestro país, pero no significa que vayamos a ser una prioridad”.

Respecto a la posibilidad de alguna ayuda crediticia motorizada por Trump, Furchi piensa que es posible, pero destaca que la dificultad del gobierno está con la disparidad con el Fondo Monetario Internacional sobre el programa económico. “Vemos muchas fricciones porque el FMI quiere que devaluemos ya. No está claro cuánta presión va ejercer Estados Unidos para favorecer a la Argentina, pero que la va a ejercer es bastante seguro”.

Por su parte, para Schapiro Argentina ya estaba alineada con los Estados Unidos, por lo que no ve que la afinidad de Milei con Trump traiga beneficios considerables: “No creo que le presten plata a Milei para salir del cepo con este tipo de cambio y no imagino que Trump ponga todo su peso político para romper con las reglas del FMI como lo hizo con Macri”.

Un convicto presidirá Estados Unidos

Un convicto presidirá Estados Unidos

Donald Trump ganó las elecciones presidenciales y ocupará el Salón Oval desde 2025. El triunfo en Pensilvania resultó clave.

El republicano Donald Trump –que cuenta con una condena judicial y enfrenta otros 88 cargos- fue electo presidente de los Estados Unidos. La elección se definió luego de  que el magnate lograra imponerse por sobre Kamala Harris en Pensilvania, distrito en el que en la previa se posaban todas las miradas, ya que era el estado pendular que más votos electorales dispone. De esta manera, superó los 270 electores necesarios para ser elegido presidente.

En su búnker en Florida, Trump remarcó que “este es el movimiento político más grande de todos los tiempos de este país. Hicimos historia”. A su vez, aseguró que ganó en todos los estados pendulares y que llegará al menos a 315 votos en el Colegio Electoral, además de que se impuso en el voto popular.

En su discurso de victoria, se refirió en gran parte sobre la necesidad de “sellar las fronteras” y de dar vuelta la economía. Además, tuvo palabras elogiosas para con el multimillonario dueño de X, ElonMusk, agradeciéndole su compañía durante el día y por sus aportes en el tramo final de la campaña en Pensilvania.

La elección se anticipaba pareja y se aseguraba que sería central lo que ocurriera en los llamados ‘estados pendulares’. Además de los mencionados, otros distritos clave son Wisconsin, Michigan, Georgia, Carolina del Norte, Arizona, Nevada y Arizona. En Georgia y Carolina del Norte, parte del ‘Cinturón de Óxido,’ fueron ganados por el magnate republicano, dejándolo en las puertas del Salón Oval. En el resto de ellos, Trump ostenta una tendencia favorable.

Alrededor de la una de la mañana de Pensilvania, donde el partido demócrata asentó su bunker de campaña para la jornada electoral, el co-titular de la campaña de Harris, Cedric Richmond, anunció que la candidata no se dirigirá al público en la noche de la elección. Tampoco llamó a su rival para concederle la victoria. Momentos antes, la organización cortó la transmisión de la CNN que seguía los resultados en vivo y reprodujo música para levantar el ánimo de los asistentes.

En el suroeste del país, el expresidente se impone preliminarmente en el estado de Arizona. El resultado en Nevada, en cambio, todavía es una incógnita, ya que permite el ingreso de boletas hasta el 9 de noviembre, lo que dilatará el escrutinio algunos días más.

Además de las elecciones presidenciales, varios estados renovaron sus legisladores para la Cámara de Representantes y sus bancas de senadores. Las proyecciones indican que, en caso de ser elegido, Trump contará con la mayoría en ambas cámaras durante su gobierno.

De acuerdo a la legislación estadounidense, probablemente la sentencia contra Trump y los juicios en curso, queden en suspenso para que pueda ejercer su presidencia a partir del 2025.

En Uruguay ganó la izquierda pero habrá un balotaje sin claro pronóstico

En Uruguay ganó la izquierda pero habrá un balotaje sin claro pronóstico

Yamandú Orsi obtuvo amplia ventaja pero no le alcanzó para triunfar en primera vuelta. El 24 de noviembre se definirá quién es el nuevo presidente del país vecino.

Yamandú Orsi, candidato a presidente del Uruguay por el Frente Amplio, se impuso en las elecciones de este domingo con el 44,6% de los votos según la proyección de la Usina de Percepción Ciudadana pero no pudo evitar el balotaje, a celebrarse el 24 de noviembre. En la segunda vuelta, se enfrentará al candidato oficialista del Partido Nacional, Álvaro Delgado, que cosechó el 26,9% de los sufragios emitidos.

A su vez, según esta proyección, el Frente consiguió la mayoría en la Cámara de Senadores, mientras que la Coalición Multicolor forjó ser primera minoría en Diputados, integrando todos los legisladores de los distintos partidos en un interbloque.

En los festejos del Frente Amplio, Orsi remarcó que su agrupación fue “la fuerza que más ha crecido”. A su vez, Carolina Cosse, candidata a vicepresidenta, resaltó que “los uruguayos votamos en contra de la inseguridad, la ignorancia y la desigualdad. Habrá una nueva era progresista”.

De todas maneras, el panorama para el Frente Amplio es complejo, ya que entre los candidatos de la Coalición Republicana (Partido Nacional, Partido Colorado y Cabildo Abierto), suman un 44,8% de los votos emitidos, a pesar de que ha crecido un 5% en relación a la elección anterior en 2019.

Por su parte, el candidato a presidente por el histórico Partido Colorado, Andrés Ojeda, obtuvo el 15,5% y el exmilitar y senador nacional Guido Manini Ríos consiguió el 2,4%. Esto indica un balotaje parejo, en el cual el próximo presidente lo definirán los votos huérfanos de los partidos menores. En ese sentido, Manini Ríos afirmó que van a “trabajar por que el candidato de la coalición (Delgado) gane las elecciones”.

En esta línea, la particularidad dentro de la Coalición en esta elección fue el crecimiento del Partido Colorado. Delgado remarcó que habló “con todos los miembros de la coalición durante el día” y que “a partir de mañana vamos a trabajar para el 24 de noviembre”. Ojeda remarcó que “ha cambiado la correlación de fuerzas dentro de la coalición”, por el crecimiento del mismo en relación a la elección anterior. El candidato focalizó su campaña en un discurso basado en que es la “nueva política”, evocando a un cambio de época.

Por otro lado, en paralelo a la elección nacional se realizaron dos plebiscitos para modificar artículos de la Constitución Nacional. Uno era para reformar el Artículo 67 sobre seguridad social, propuesto por el Plenario Intersindical de Trabajadores (PIT) y Convención Nacional Trabajadores (CNT). Este planteaba eliminar la modificación que implementó el gobierno de Luís Lacalle Pou en el que se aumentó la edad jubilatoria a 65, retrotrayéndola a 60, equiparar la pensión por jubilación al salario mínimo y eliminar las Administradoras de Fondos de Ahorro Previsional.

En paralelo, el plebiscito para modificar el Artículo 11, tenía como objetivo permitir los allanamientos nocturnos con orden de un juez, cosa que está prohibida por dicho artículo, el cual marca que nadie puede ingresar a una propiedad privada de noche sin consentimiento del propietario. Ambos plebiscitos no fueron aprobados ya que no lograron superar el 50% de los votos positivos.