Los estudiantes toman las universidades y también la palabra

Los estudiantes toman las universidades y también la palabra

Con asambleas, vigilias y tomas en todo el país, el movimiento estudiantil se pone al frente de la resistencia del gobierno de Milei ante el desfinanciamiento de la educación pública.

 

La Facultad de Ciencias Sociales votó la toma hasta el viernes, con la realización de clases públicas.  

Asambleas estudiantiles en universidades públicas de todo el país, se reunieron ayer, dispuestas a definir un plan de acción frente al desfinanciamiento. En la Facultad de Ciencias Sociales  de la UBA (FSOC), a medida que la asamblea transcurría, los estudiantes avisaban a través del micrófono las noticias que iban llegando desde afuera: “Derecho está en vigilia”, “ Se votó la toma de exactas”, “Tomaron la Facultad de Medicina”. Pronto Sociales también se sumó a la lista.

El reclamo en defensa de la educación pública, que exige la actualización del presupuesto y la suba de los salarios de trabajadores docentes y no docentes, convocó una jornada histórica por su resonancia federal y la masividad de los concurrentes. 

“Asamblea tras asamblea la escucha es distinta, la participación va tornándose diferente, no solo al interior de esta facultad sino en otras facultades donde se están tomando decisiones de vigilia o toma. Creo que es importante estar acompañando con el cuerpo, en un contexto de desgaste donde la cotidianidad se torna cuesta arriba, lo colectivo nos da fuerza”, dice Gisele Varela, estudiante de la Carrera de Trabajo Social de la UBA. “En un momento donde la violencia está tan legitimada es imposible no pensar en una acción, en un plan de lucha”,  agrega a su compañero, Braian Mansilla. Gisele y Braian son estudiantes de la Facultad de Ciencias Sociales (FSOC), que se encuentra tomada con clases públicas hasta el viernes. Los dos acompañaron la toma mientras realizaban el Trabajo Integrador Final de su carrera.

Una imagen se repite en todo el país: estudiantes cuelgan en los edificios de sus facultades banderas que anuncian “Universidad Tomada”. “La situación de las universidades no da para más a lo largo y a lo ancho del país y también están en lucha el Hospital Bonaparte, el Garraham, los jubilados que marchan todas las semanas. Siento que esto es un primer gran freno social a lo que está haciendo Milei”, expresa Juan Martin Bravo, graduado de Ciencias de la Comunicación (FSOC).

 

El Gobierno dice

“El mito de la universidad gratuita se convierte en un subsidio de los pobres hacia los ricos. La universidad ha dejado de ser una herramienta de movilidad social para convertirse en un obstáculo para la misma”, fueron los dichos del Presidente de la Nación Javier Milei, en el acto donde se cambió el nombre del Centro Cultural Kirchner por Palacio Libertad Domingo Faustino Sarmiento.

Sin embargo, si se cruzan los datos, la  Encuesta Permanente de Hogares y Argendata-Fundar verifica que un 48% de los estudiantes universitarios se encuentran bajo la línea de pobreza y que la tasa de empleo es mayor entre quienes tienen estudios superiores (completos o no).

A ello se le suman las palabras del secretario de Educación de la Nación, Carlos Torrendell, para quien en las universidades “se inventan alumnos”. “Frente a un gobierno que habla de estudiantes fantasmas,  nosotros le decimos que hay que preguntarse qué pasa con aquellos pibes que no pueden ingresar a la universidad pública y generar políticas de acceso y permanencia”, interroga Cindy Frenkel, estudiante de Trabajo Social en FSOC: “Cuando hablamos de pintar de pueblo la universidad no es solamente un canto, es realmente una forma de decir que necesitamos presupuesto para que estas universidades sigan funcionando y entre cada vez más gente”.

Esto ocurre en un contexto de emergencia presupuestaria, donde el Presidente vetó la Ley de Financiamiento Universitario, con posterior acompañamiento de la Cámara de Diputados. Según datos del Consejo Interuniversitario Nacional (CIN),  un 85%  de los docentes universitarios cobra salarios bajo la línea de pobreza; y las garantías para la continuidad del funcionamiento de las facultades son inexistentes. “Lo que molesta del sistema universitario, científico y técnico argentino es que es un ejemplo en el mundo, en democratizaciones, en conquistas de acceso y permanencia para que el sistema universitario sea abierto y federal, sea una vía de ascenso social y de desarrollo nacional”, explica Ian Quiñones, estudiante de Ciencias de la Comunicación (FSOC). “Este gobierno tiene un ensañamiento particular con la universidad pública, pero también con las Ciencias Sociales, incluso el subsecretario de Políticas Universitarias, el “Gallego” Álvarez hijo, es un ferviente militante contra la ideología de género”.

La Universidad Nacional de La Matanza (UNLAM) se encuentra tomada hasta el paro del jueves.

“Están queriéndonos sacar  la educación que forma personas de la ciencia, la investigación, la docencia y a los futuros profesionales que van a trabajar en distintas áreas de nuestro país. Pero claro,  no quieren gente que piense y reflexione,  quieren gente que sea monigote para el sistema”, opina Sonia Castillo, estudiante de posgrado y graduada de la Tecnicatura en Economía Social y Solidaria de la Universidad Nacional de Quilmes (UNQ), que durante su asamblea sufrieron la agresión de un grupo de militantes libertarios. De acuerdo a lo que votó la asamblea ayer, la UNQ se encuentra tomada con clases y actividades públicas hasta el viernes.

 

Universidad de los trabajadores

“Para mí la facultad es todo. Tanto mis hermanos como yo somos la primera generación universitaria, soy consciente y he visto en mi propia familia cómo la universidad nos ha dado el ascenso social que este fin de semana Milei trató de negar, pero que es innegable”, expresa Penélope Newbery, graduada de Sociología y actual estudiante del profesorado en FSOC. “He visto a mis viejos haciendo un esfuerzo tremendo para que yo pueda venir a estudiar y voy a defender la universidad con uñas y dientes porque me ha dado todo, la Facultad es mi segunda casa”.

“Para mí la UNLAM significa la oportunidad para miles de pibes y pibas del territorio que son primera generación universitaria.  La Universidad de La Matanza para todos y todas nosotras es movilidad social ascendente, justicia social y derecho garantizado que debemos proteger y defender como pueblo y sociedad”, dice Candela Barale estudiante de Trabajo Social en la Universidad Nacional de La Matanza (UNLAM), que se encuentra tomada desde ayer hasta el paro del jueves.

“Para mí la universidad son sueños, oportunidades, cosas por cumplir. Yo soy primera generación universitaria. Y va más allá de la movilidad social, es una cuestión de orgullo del establecimiento, de la carrera, del desarrollo del pensamiento crítico”, explica Dana Orozco, estudiante de Sociología de la UNLAM. “Yo creo que nosotros tenemos que poner nuestros conocimientos al servicio del pueblo. Ese es nuestro deber, no solamente formarnos y tener un título, también garantizar que las problemáticas sociales se solucionen y repensar otra sociedad, otro país y otro futuro”.

“Lo que se vive constantemente en una universidad es democracia, por eso hay una mixtura de militantes, una mixtura de partidos y me parece que eso hace que sigamos formando, en democracia, personas para nuestra sociedad, y hoy está peligrando eso”, retoma Sonia Castillo. 

“Para mí Sociales es un lugar de pertenencia, la educación pública me acompañó toda la vida. Yo estoy terminando la carrera y  quiero seguir aportando a la educación pública después de recibirme. Me parece que es parte de devolverle a la sociedad todo lo que me ha dado”, reflexiona por su parte Ian Quiñones.

“Para mí la facultad es el punto de conexión de un montón de gente que viene de un montón de lugares y donde somos estudiantes,  somos trabajadores, somos artistas y ponemos todo en función de esta comunidad que nos sostiene. A mí la Facultad de Arte me sostiene”, declara Ema Restivo, estudiante de teatro en la Facultad de Arte de la Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires, cuyo Rectorado está tomado desde el miércoles último.

 

Facultades tomadas

En la UBA, la Facultad de Ciencias Sociales votó la toma hasta el viernes. La Facultad permanecerá abierta para docentes, no docentes y estudiantes sin impedir la continuidad de las clases, que se harán de forma pública. Por su parte, en la Facultad de Diseño y Urbanismo (FADU) se decidió por unanimidad llevar a cabo una toma con clases, en estado de alerta y movilización permanente, con actividades de visibilización. Ayer cortaron la calle de entrada de Ciudad Universitaria y el miércoles realizarán un banderazo, ambas actividades son en conjunto con la Facultad de Ciencias Exactas, que también votó la toma en la asamblea del lunes. “El clima general es de adhesión, incluso estudiantes que no participan tanto en las actividades vienen a preguntar qué está pasando, qué se definió, y también hay un gran apoyo del cuerpo docente”, explica Florencia Boveri, presidenta del Centro de Estudiantes de FADU (CEFADU) y agrega: “Queremos seguir cursando, que siga existiendo la universidad pública y queremos discutir cuál tiene que ser nuestra formación y  al servicio de qué tiene que estar: si al servicio de los intereses de unos pocos, o de las necesidades populares y la soberanía nacional”.

De la UBA, también se tomaron las facultades de Medicina, Filosofía y Letras, Ingeniería y Psicología. En esta última, hubo incidentes esta mañana a raíz de que la Policía de la Ciudad se presentó con camiones hidrantes para impedir las clases públicas que se están llevando adelante en la calle.

Por su parte la Facultad de Derecho votó ayer una vigilia, que tuvo la adhesión de los gremios docentes, el Centro de Estudiantes y las agrupaciones que conforman la minoría estudiantil. También llevarán a cabo clases públicas durante las jornadas de hoy y mañana y una radio abierta el jueves.  “La situación es grave  por cuestiones económicas, pero también porque hay un montón de discursos de odio, de demonización que acompañan las medidas de Gobierno, que intenta demonizar la lucha estudiantil y a las universidades públicas y eso nos parece preocupante y por eso las medidas tomadas”, explica Martina Rincón, Consejera Directiva del claustro estudiantil de Derecho. En la Ciudad de Buenos Aires, también se votó la toma de la Universidad Nacional de las Artes.

La Universidad Nacional de San Martín permanecerá tomada hasta el viernes, y la Universidad de La Matanza comenzará hoy la toma activa con clases públicas y actividades abiertas a la comunidad, hasta el jueves. La Universidad Nacional de Quilmes también votó la toma hasta el día viernes, después de un violento episodio protagonizado por  un grupo de personas externas a la Universidad, que  ingresó a la asamblea para agredir y arrojar gas pimienta a las más de quinientas personas allí presentes. En La Plata, los estudiantes tomaron las facultades de Artes, Humanidades, Ciencias Naturales, Psicología, Trabajo Social y Periodismo, como así también el Colegio Nacional y se preparan para la marcha de antorchas convocada el miércoles.

En la UNICEN de Tandil, la toma comenzó el pasado miércoles luego de darse a conocer el acompañamiento de la Cámara de Diputados al veto de Milei. Ese mismo día se realizó una asamblea interclaustro donde se votó la toma del Rectorado, que ya lleva una semana en conjunto con diferentes actividades de intervención. “Consideramos la herramienta de la toma como protesta y también como espacio de discusión en unidad del movimiento estudiantil y por la defensa de la universidad pública. Es un momento en donde tenemos que pensar estrategias para masificar esta lucha que es de nosotros, pero es de todo el  pueblo también”,  explica Ema Restivo.

Las tomas se multiplican  a lo largo y ancho del país, en las Universidades Nacionales de Córdoba, Catamarca, Neuquén, Entre Ríos, Rosario, Salta, Jujuy, La Pampa, Lujan, Mar del Plata, Tucumán, San Luis, San Juan, Misiones, Río Negro, Bahía Blanca, Santa Cruz, Trelew, General Sarmiento, José C. Paz, Moreno y Tres de Febrero. Frente al abandono estatal, el movimiento estudiantil nacional exige respuestas.

 

 

Diputados con peluca

Diputados con peluca

Milei logró salvar el veto al financiamiento universitario con una votación ajustada que desfinancia la educación superior. Como en el caso de los jubilados, varios legisladores dieron vuelta su voto. Los repudios fueron generalizados con un paro nacional en todas las universidades públicas y algunas casas de estudios tomadas por estudiantes.

Con 159 votos a favor, 85 en contra y 5 abstenciones, se ratificó el veto a la Ley de Financiamiento Universitario en la Cámara de Diputados. El proyecto establecía mejoras salariales para docentes y no docentes además de ampliar el presupuesto para las universidades destinado a su funcionamiento. “No van a logar ir contra la educación pública porque hay un sentido de la solidaridad muy grande y un sentido de pertenencia de la sociedad en general con la universidad pública”, mencionó Tomás Ledesma, diputado de Unión por la Patria, en diálogo con ANCCOM en medio del acalorado debate.

Una vez finalizada la votación, el diputado Facundo Manes, de Unión Cívica Radical, confesó a este medio: “Es un día muy triste, muchos han perdido la dignidad”, en referencia a los diputados que decidieron cambiar su voto en contra de la Ley de Financiamiento Universitario. Además mencionó que los jóvenes “no están solos” y que tienen “que reescribir la historia”, afirmando que “en parte depende de ellos –los jóvenes-” y que desde el bloque “los van a acompañar”. Sin embargo, cuatro diputados radicales fueron los que tuvieron los votos decisivos para mantener el veto, quienes ahora son recordados por parte de la sociedad como “los radicales con peluca”: Mariano Campero de la provincia de Tucumán, Luis Picat de Córdoba, Martín Arjol de Misiones y Federico Tournier de Corrientes. También respaldaron el ajuste del Gobierno los tres legisladores tucumanos que asumieron por el peronismo pero armaron un bloque independiente y responden al gobernador Osvaldo Jaldo, devenido en un estrecho aliado de Javier Milei.

La sesión especial inició poco después de las 11 del miércoles y la oposición necesitaba dos tercios para mantener la ley enviada por los diputados Danya Tavela, Facundo Manes, Martín Tetaz y Mariela Coletta, entre otros. La encargada de iniciar el debate fue la diputada Vanina Biasi del Frente de Izquierda: “Los que hoy están movilizándose en este momento sepan que si este Congreso consagrara el veto presidencial, nuestra lucha se tiene que profundizar enormemente”.

Mientas el debate se desarrollaba en las inmediaciones de la Cámara Baja, organizaciones estudiantiles y sindicales concentraban en las afueras del reciento para pronunciarse en contra del veto presidencial, como ya es costumbre los y las  manifestantes se encontraron con un amplio operativo policial y vallas alrededor del Congreso. Previo a la sesión especial en Diputados, más de diez universidades nacionales contaban con algunas de sus facultades tomadas por sus estudiantes, quienes decidieron armar un plan de lucha para frenar el recorte presupuestario a la educación pública. La diputada Blanca Osuna, de Unión por la Patria por Entre Ríos, se expresó sobre el veto en diálogo con ANCCOM: “De ninguna manera eso en sí mismo va a agotar el tema, al contrario, se va reinstalar y yo entiendo con más fuerza; lo va hacer porque hay una historia en la Argentina que muestra antecedentes concretos al respecto”.

“Creen que ganan pero en realidad pierden, como también perdieron con un sector muy importante de la sociedad argentina como es el de los jubilados. ¿Cuál es el programa económico que tienen? ¿El ajuste al estilo Martínez de Hoz?”, se enfervorizó Pichetto.

Uno de los discursos notorios fue el de Miguel Ángel Pichetto, diputado de Encuentro Federal, en donde cuestionó las decisiones del Gobierno: “Creen que ganan pero en realidad pierden, como también perdieron con un sector muy importante de la sociedad argentina como es el de los jubilados. ¿Cuál es el programa económico que tienen? ¿El ajuste al estilo Martínez de Hoz?” Sin embargo, Alejandra Torres y Ricardo López Murphy, diputados que integran el bloque que preside Pichetto, se ausentaron facilitándole a Milei llegar al tercio de votos que necesitaba para ratificar el ajuste. En la votación de la Ley de Financiamiento Universitario en agosto, Torres votó a favor y López Murphy también se ausentó.

Por parte del oficialismo, una de las ideas que comenzaron a circular fue la idea de la provincialización de las universidades nacionales. Al respecto, el diputado de la provincia de Entre Ríos, Tomás Ledesma, de Unión por la Paria, mencionó en conversación con ANCCOM que es una de las “herramientas de apriete que ponen arriba de la mesa con los gobernadores para tratar de sacarles definiciones”. Además, también afirmó que “hace falta fortalecer el federalismo” y sobre las universidades que ya son provinciales explicó que “no están dando abasto con la cuestión presupuestaria como es el caso de la Universidad Autónoma de Entre Ríos”.

Una vez más, tal como sucedió con la Ley de Movilidad Jubilatoria, el Gobierno nacional logró conseguir los votos suficientes para mantener su posición. Pero comienza a erosionar velozmente su legitimidad de origen. Las formas en que lo logra también desprestigia al Parlamento.

De esta manera, el debate sobre la financiación universitaria queda abierto, y la comunidad educativa y a los legisladores opositores se enfrentan a la urgente necesidad de buscar soluciones que garanticen el futuro de la educación pública, gratuita y de calidad en Argentina. La respuesta inmediata para delinear el plan de lucha, fue el paro nacional de hoy en todas las universidades públicas. Varias sedes universitarias de todo el país, además, se encuentran tomadas por el estudiantado.

«Qué quilombo se va a armar»

«Qué quilombo se va a armar»

Mientras en Diputados se reafirmaba el veto contra la ley de presupuesto universitario, fuera del Congreso una multitud exigía por fondos a las universidades públicas. El reclamo no bastó para torcer el brazo al oficialismo. Al final, hubo incidentes con un provocador libertario y siete manifestantes fueron detenidos.

En el momento en que los diputados ratificaban el veto presidencial a la Ley de Financiamiento Universitario, afuera del Congreso un grupo de estudiantes empezó a cantar “Si el presupuesto no está, ¡qué quilombo que se va a armar! Les tomamos las calles y les tomamos la Facultad”. Dos días antes habían empezado las tomas estudiantiles de universidades de todo el país. Es que la expectativa por que siguiera en pie dicha ley —aprobada el 12 de septiembre por ambas cámaras del Congreso de la Nación y vetada por Javier Milei después de la segunda marcha federal universitaria, el 2 de octubre—, había llevado a los estudiantes a pensar en estrategias para que los funcionarios públicos escucharan sus reclamos. Las tomas fueron parte de una vigilia que también incluyó abrazos simbólicos y clases públicas.

 Lo que se defendía era la declaración de la emergencia presupuestaria del sistema universitario nacional para el año 2024, lo que la ley establecía con el objetivo de “atenuar, ante el aumento de los costos de los bienes y servicios esenciales, el impacto que los mismos tienen para los compromisos salariales y los gastos de funcionamiento de todas las universidades nacionales”. El presidente de la Nación, por su lado, había vetado la norma porque, según dijo a través del decreto 879/2024, “dar cumplimiento a la medida sancionada por el Congreso de la Nación dificultaría gravemente la sostenibilidad de las finanzas públicas de la República Argentina, ya que significaría la necesidad de obtener una fuente de financiamiento extraordinaria, imprevista, a efectos de afrontar su costo”.

 “Yo, que soy del interior, no podría estar acá si no fuera por la universidad pública, que aparte es una educación de calidad, porque los gastos son muchos. Si se privatiza la educación superior, va a ser muy difícil estudiar. Me parece bien que estemos acá todes juntes defendiendo”, dijo Romina Michelena a ANCCOM mientras la Cámara de Diputados todavía debatía si revertir o ratificar el veto del presidente de la Nación a la Ley de Financiamiento Universitario. Minutos antes ella, que es estudiante de la Licenciatura en Composición Coreográfica de la Universidad Nacional de las Artes, bailó junto con sus compañeras de cursada mezclando el baile con una interpretación teatral frente al Congreso nacional, para expresar con el cuerpo, y a viva voz, el deseo de que su universidad recibiera del Estado dinero suficiente para poder seguir en funcionamiento. Actuaron y bailaron sobre unas letras gigantes, escritas en la calle con tiza, que decían “No al veto diputados, los estamos viendo”. Más adelante, compañeros de otras carreras de la misma universidad cantarían a coro “Aguante el arte, la puta que lo parió” y agitarían en el aire carteles de cartón que rezarían “Creamos mundos y los defendemos”, con letras escritas a mano.

En el momento en que Michelena y sus compañeras bailaban y actuaban, ellas todavía tenían esperanzas. Aún no se imaginaban que unas horas después la Cámara de Diputados dejaría firme el veto de Javier Milei y que, a partir de entonces, el Parlamento no podría insistir con el tema por al menos un año. “Peligro, peligro, la universidad está en peligro”, gritaban las chicas mientras se movían de acá para allá, al tiempo que detrás de ellas descansaba, quieta, inmutable, una hilera de vallas negras que oficiaba de escudo para los uniformados. Es que los estudiantes universitarios no eran los únicos que estaban afuera del Congreso, también había agentes de la Policía Federal, Prefectura y Gendarmería, que miraban serios y de lejos, como forasteros de su propio país, todo lo que pasaba más allá de las vallas. 

Un rato después Oscar Bogarín, del Frente Popular Estudiantil de la Universidad de Lomas de Zamora, dijo a esta agencia que “más financiamiento para nuestras universidades posibilita que los pibes y pibas del conurbano bonaerense puedan ser el día de mañana la primera generación de universitarios de sus familias”. De ahí su presencia en la manifestación frente al Congreso para pedir a los diputados que revirtieran el veto presidencial y que la Ley de Financiamiento Universitario pudiera tener vigencia. “Una carrera universitaria no sólo es un desarrollo académico —agregó Bogarín—, sino también una herramienta fundamental para la movilidad social ascendente. Es clave para ese país que soñamos, más libre y con mayores posibilidades”. 

Mientras el referente del Frente Popular Estudiantil de la Universidad de Lomas de Zamora conversaba con ANCCOM, un monumento ubicado en la plaza del Congreso se hacía notar a través del reflejo del sol. Era una escultura chiquita que recordaba los años de la “Carpa Blanca”, una de las protestas más extensas que tuvo lugar en Argentina entre abril de 1997 y diciembre de 1999. En ese momento los gremios docentes de todo el país reclamaban un aumento en los fondos económicos destinados a la educación. Probablemente en eso pensaba un chico de un centro estudiantil cuando dijo, desde un escenario, que “el pueblo que repite la historia está perdido”.

Las vallas que oficiaban de escudo para los uniformados empezaron a temblequear cuando los diputados ratificaron el veto presidencial desde adentro del recinto. Fue entonces cuando, afuera del Congreso, un grupo de estudiantes empezó a cantar “Universidad de los trabajadores, al que no le gusta, se jode, se jode” y a hacer que las vallas se movieran. Detrás de ellas, los policías se mantuvieron quietos con sus escudos en alto, a lo que los estudiantes respondieron levantando sus banderas. La escena era la de una batalla a punto de desatarse, en la que los bandos se mantenían separados solamente por las vallas temblorosas. El agite hizo que volara por el aire un cartel y cayera al asfalto. “¿Querés bajar el déficit fiscal? ¡Renuncien a sueldos millonarios, prerrogativas y otros beneficios!”, decía la cartulina en cuestión.

Pero esa batalla sólo quedaría en guardias altas y nada más. La secuencia que seguiría después sería de otro cantar. Cuando ya quedaban pocos manifestantes, cayó al baile, trajeado y con carteles que muchos considerarían provocadores, Fran Fijap, un youtuber libertario. Fijap empezó a decir cosas y un grupo de personas comenzó a pedirle que se fuera a empujones. El youtuber salió corriendo y una muchedumbre lo siguió hasta que se ocultó en un local de empanadas. En ese momento se produjo un forcejeo y el local bajó la persiana. Después llegó la policía y todo terminó en una batalla con mucho más que guardias altas y ánimos caldeados. El influencer libertario fue hospitalizado y siete personas fueron detenidas por “atentado y resistencia a la autoridad”. Una de ellas recibió, además, cargos por “daños a la propiedad”.

Un presidente que no escucha

Un presidente que no escucha

Javier Milei vetó la Ley de Financiamiento Universitario a pesar de las multitudinarias marchas que este miércoles se desarrollaron en todo el país. Más de un millón y medio de personas se movilizaron en casi todas las provincias, según los organizadores. Ahora, la última palabra la tiene el Congreso. ¿Rechazará o ratificará el veto?

La segunda Marcha Federal Universitaria desbordó la plaza del Congreso con miles de manifestantes que se unieron para reclamar por la ley del presupuesto educativo, que esta mañana, con una ceguera absurda y haciendo oídos sordos al reclamo popular el presidente Javier Milei vetó. En el interior del país también hubo movilizaciones con asistencia masiva en ciudades como Córdoba, Rosario y Neuquén. Los organizadores calcularon que un millón y medio de personas se manifestaron en todo el país. El tema se definirá finalmente en el Congreso durante las próximas semanas.
El sistema universitario se encuentra en estado crítico, los fondos destinados a las casas de altos estudios cayeron un 30% respecto al año pasado, la inflación continúa en alza y el salario de los docentes está por debajo de la inflación y en muchos casos por debajo de la línea de indigencia. En este escenario el Congreso sancionó La ley de Financiamiento Universitaria el pasado 13 de septiembre que determina un incremento en las partidas presupuestarias para el funcionamiento de las casas de altos estudios y una actualización en los salarios de los docentes y no docente, pero el gobierno de Javier Milei decidió vetarla con la excusa de mantener su consigna de “déficit cero”. Por este motivo, docentes, estudiantes, no docentes e investigadores salieron a manifestarse acompañados de múltiples sectores sociales.

La movilización empezó temprano, a las 12, Constitución estaba lleno de columnas que llegaban desde Zona Sur. “Hoy movilizamos para decirle al presidente Javier Milei que no vete la ley de financiamiento universitario, salimos a las calles, millones de estudiantes, todo el pueblo argentino, en todas las ciudades del país, porque la situación de las universidades desde el principio del año viene siendo crítica”, expresó Ezequiel Godoy, estudiante de Trabajo Social de la Universidad de La Plata y militante, que luego cerró: “también marchamos por lo que significa la universidad para el país, es movilidad social ascendente y es motor de trabajo para la soberanía de este país”, explicó.

En la plaza Houssay, frente a Facultad de Economía, el grueso de los gremios y centros de estudiantes de la UBA se preparaba para marchar encolumnados detrás de una bandera negra con la inscripción: “Defendamos la UBA”. Mientras tanto, en el Congreso se desplegaba el operativo policial de Patricia Bullrich: vallas, cordón policial y la avenida Entre Ríos cortada.
La plaza empezó a llenarse a las 15, estudiantes, docentes y diversos sectores le ponían color y música a la marcha con banderas, bombos, trompetas y cánticos. Muchos manifestantes llevaban carteles con diversas consignas y mucha creatividad: “Villeros y universitarios el terror de los libertarios”, “la educación pública no se vende se defiende”, “Acá tenés el frente de estudiantes inventados”, “Estudía, nos seas como Adorni”, decían algunas de las inscripciones. Como era de esperarse los principales  gremios del sector universitario como FEDUBA, CONADU, CONADU HISTORICA, AGD UBA, FEDUN y FATUN estuvieron presentes y lucían sus pecheras de diversos colores encolumnados. A la espera del acto, Ileana Celotto, secretaria general de AGDUBA remarco: “La importancia de la marcha es que cada vez somos más los que nos vamos sumando a enfrentar a este gobierno. La única manera de terminar con esta ofensiva es enfrentarlo todos juntos como viene pasando últimamente en diferentes frentes”. Además remarco que el mensaje de la marcha va dirigido a los diputados: “Creo que la inmensidad de la marcha tanto acá como en 100 ciudades de la Argentina, de las cuales vienen los diputados, también los senadores es una advertencia, es un aviso de que votar esto es votar contra esta inmensa movilización, es votar en contra de la ley de financiamiento”.

Además, podían observarse representaciones de sindicatos de la CGT como la UOCRA, UPCN y la UOM que decidieron acompañar la movilización. Al respecto, Jorge Salazar delegado de UOCRA capital explicó: “La conducción decidió acompañar no solo la marcha universitaria sino cualquier medida que se quiera implementar que vaya en contra de los trabajadores, en contra de la educación, en contra de la salud y en contra del pueblo en general porque nosotros representamos muchísima gente a lo largo y a lo ancho del país que se ve afectada por las medidas del gobierno”.

En la marcha había gente de todos los sectores, y los dirigentes políticos tampoco faltaron, sean opositores oy no tan opositores, que se unían bajo la consigna “no al veto” y “universidad pública y gratuita”. En diálogo con ANCCOM, la diputada de Unión por la Patria Victoria Tolosa Paz explicó: Eespero que la marcha tenga las repercusiones que necesita para que no se apruebe el veto. Que los radicales se acuerden de sus logros y que los peronistas tengan presente que la gratuidad se logró con el gobierno de Perón”. Luego cerró:“Necesitamos que la ley salga adelante para mantener la calidad de excelencia del sistema universitario que abarca todo el territorio nacional”.

En esta misma línea, el actual legislador de la Ciudad de Buenos Aires y exfuncionario del gobierno del Frente de Todos, Matías Lammens, declaró: “Vine porque estoy convencido que la única salida que tiene la Argentina para desarrollarse es defender el sistema de educación pública gratuito y de calidad que tiene, desde el primario hasta la universidad”, además agregó: “Soy hijo de inmigrantes y primera generación universitaria de mi familia, todo gracias a la universidad pública; por eso estoy acá, por agradecimiento”, cerró.

En la plaza también estuvieron organizaciones y partidos de izquierda, como el PTS y el nuevo MAS, y dirigentes como Martin Lousteau, Guillermo Moreno, Horacio Rodríguez Larreta, Leandro Santoro, Daniel Arroyo y Sergio Massa, entre otros. Por su parte, la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner salió a saludar a los manifestantes desde el balcón del Instituto Patria desatando la algarabía de los manifestantes de La Cámpora.

Minutos después de las 16: 30, en el escenario colocado en el centro de la plaza, comenzó el acto con la lectura de las adhesiones, una de las más aplaudidas fue la de Abuelas de Plaza de Mayo, mientras que cuando se leyó el nombre de la UCR, el abucheo fue generalizado. Distintos dirigentes dieron su punto de vista sobre la marcha. Francisca Staiti, secretaria general de CONADUH, manifestó “No se puede repetir este modelo de país, tenemos que estar en la calle, tenemos que estar en la universidad, tenemos que defender un modelo de país que nos saque de la dependencia, por eso hoy más que nunca tenemos que estar acá para decirle al Congreso: ´Queremos que la ley sea ley´, porque es justa, porque es equitativa y porque le va a dar un triunfo a nuestra nación”. Daniel Ricci, secretario general de FEDUN, también fue uno de los oradores, desde el escenario resaltó la caída de los salarios de los docentes y en diálogo con ANCCOM expresó: “El pueblo está manifestando que está en contra del sistema que está aplicando el gobierno actual”. Luego lanzó un llamado para los representantes en el Congreso: “Esperemos que nuestros legisladores se despierten y en vez de estar haciendo las roscas o negocios o negociaciones espurias se pongan del lado del pueblo”.
Entre los discursos, los manifestantes se expresaban: “Universidad de los trabajadores y al que no le gusta, se jode, se jode” y “paro, paro, paro, paro general”, vitoreaban a los oradores. El cierre estuvo a cargo de Piera Fernández, presidenta de la Federación Universitaria de Buenos Aires (FUBA), quien leyó un documento redactado entre los rectores, docentes, no docentes y estudiantes de la universidad, “La columna vertebral de la nación es la educación pública que nos igual y nos hace libres, la universidad pública es por excelencia la herramienta de movilidad social ascendente, que no despojen al pueblo argentino de sus sueños de grandeza”, dejó en claro la dirigente y finalizó contundente: “Que no nos roben el futuro”.

Antes de las 18 el acto ya había concluido y los manifestantes comenzaron a desconcentrar. De forma pacífica y ordenada el grueso de gente se fue retirando, algunos aprovechaban para comer en los puestos de choripán, un cásico en estos eventos, otros tomaban mate o compartían cervezas. Los niños, que también acompañaron a la marcha aprovechaban el espacio del vacío para jugar. “Vine en primer lugar porque yo soy estudiante, porque mi hermano es primera generación universitaria de mi familia y además porque, por ejemplo, mi hijo tiene escrito en el guardapolvo ´futuro científico´ y mi hija quiere ser veterinaria”, dijo Rosario Carrick, estudiante de la UNSAM mientras señalaba a sus hijos. “A ellos decidí traerlos porque creo que, como dice la frase de Callejeros, educar es combatir. Y pienso que ellos tienen que ser conscientes de que los derechos que tienen son derechos que hay que defender y por los que hay que luchar”. Antes de irse, su hijo Lautaro Mandolini, alumno de primaria, con el anhelo de ser científico quiso hablar y citar a Diego Armando Maradona: “Hay que ser muy cagón para no defender a los jubilados”, dijo al micrófono y se fue tímidamente.
Al caer la noche, mientras algunos continuaban en las inmediaciones del Congreso acompañados por bombos y trompetas, el gobierno de Milei confirmo el veto. Hoy amaneció el veto, pero el escenario de lucha por el presupuesto universitario sigue abierto.

 

La Ciudad judicializa a un gremialista docente

La Ciudad judicializa a un gremialista docente

Terminaron de declarar los testigos en el juicio que inició la exministra de Educación, Soledad Acuña, al maestro Juan Manuel Di Vincenzo por denunciar las malas condiciones laborales durante la visita de un funcionario.

El jueves pasado se realizó en el Juzgado Nacional del Trabajo Nº 49, la última ronda de testigos en el juicio por el desafuero a Juan Manuel Di Vincenzo, sumariado junto al docente y dirigente Jorge Adaro por reclamar mejoras en las infraestructura de la Escuela 19 de Villa Soldati y manifestar por los docentes fallecidos en plena ola de contagios de la pandemia de COVID 19.

Pese a las malas condiciones de trabajo en el juzgado, el juicio se desenvolvió como estaba previsto. “Cinco personas en una habitación pequeña, en asientos incómodos, en la primera declaración tardaron dos horas por las fallas en los teclados”, detalló el acusado a ANCCOM. Al finalizar con el último testigo, en las calles esperaban por la conferencia de prensa las compañeras de la Escuela 19, junto con integrantes de ADEMyS, partidos de izquierda, legisladores y periodistas.

Un viaje al 2021

Como era usual en las prácticas que realizaba Fabian Capponi, el entonces Director General de Escuelas Estatales de la Ciudad de Buenos Aires, bajo el contexto de la pandemia del 2020, visitó la Escuela 19 de Villa Soldati, en donde los docentes se acercaron a comentarle respecto de las fallas de infraestructura, conectividad y malas condiciones de seguridad e higiene. “Solo recibimos ninguneos por parte de Capponi, quien se retiró de la escuela arrancando uno de los carteles que estaban en la puerta, informando a las familias sobre la situación de la escuela” contó Di Vincenzo y completó: “Volvió a las horas junto a dos personas más, filmando y sacando fotos con los celulares durante la salida de los alumnos de primer ciclo. Fue una situación de mucha tensión para las familias que no podían retirar a sus hijos, y por otro lado el funcionario y sus dos acompañantes querían volver a entrar a la Escuela. Se les pidió que se fueran, que sin permisos ni notificación no podían filmar, y terminamos logrando que se retiren”, recordó el delegado. 

Entre todos los reclamos por parte de los docentes, en marzo del 2021 la Defensoría del Pueblo junto a legisladores y un arquitecto visitaron la escuela de Villa Soldatti y abrieron un expediente en el cual decían que “el edificio es un riesgo para todas las personas que lo habitan y sugieren que se realice un arreglo integral o el traslado de la escuela a otro edificio, lo cual nunca sucedió”. Después de la visita del funcionario, la exministra de Educación porteña, Soledad Acuña, subió a su cuenta de X uno de los videos ilegales filmados sin ningún tipo de permiso por parte de una persona sin identificación, y lo usó para escrachar a los docentes. “No queremos este tipo de docentes en la educación, serán sancionados” expresó Acuña.

En ese contexto, la funcionaria había anunciado la suspensión del salario por 30 días a dos maestros e inició un proceso para quitarle los fueros sindicales a Juan Manuel Di Vincenzo y Jorge Adaro, en ese momento secretario adjunto del sindicato Ademys. A partir de esa situación, se generó un gran movimiento y se fueron realizando algunos arreglos en la escuela. No obstante, el sumario terminó con la desestimación de los argumentos del desafuero por todas las pruebas presentadas por los docentes. Di Vincenzo y Adaro son acusados por pegar carteles en la puerta, cantarle al funcionario Capponi al grito de “no sos bienvenido, no sos bienvenido” e increpar a un funcionario público.

En este marco, Di Vincenzo fue elegido de manera unánime como delegado por lo cual con la llegada de la notificación del sumario se desarrolló una pelea entre el Gobierno, que sostenía que en el momento del hecho aún no era delegado y, por parte de la Escuela, que dice que ya lo era. “La justicia termina dándonos la razón, y confirmando que al llegar la notificación ya era delegado”, motivo por el cual no se pudo aplicar la sanción. “Por eso me llevaron a un juicio de desafuero, llamado juicio de exclusión de tutela sindical, el cual comenzó en 2023”, explicó el delegado.

Tras tres años de la persecución a ambos docentes, en un contexto donde ninguno de los funcionarios está ya en el poder, el procesamiento continúa. “Es realmente injusto, indignante y vergonzoso pero tengo expectativas ya que contamos con un precedente, el de Adaro, lo cual suma muchísimo” concluyó esperanzado Di Vincenzo, en alusión a la absolución de su compañero, que fue confirmada el 11 de junio por la Cámara de Apelaciones del fuero laboral.