El 2024 de Javier Milei

El 2024 de Javier Milei

El gobierno llegó a su primer año de gestión sin turbulencias sociales. Con una macroeconomía más ordenada pero con una pobreza escandalosa. A pesar de su escasa representación institucional, se hizo fuerte ante la crisis de representatividad de los partidos tradicionales e instalando un discurso místico que pide fe y esperanza. 

2,9n estos doce meses, el gobierno logró desacelerar la inflación, llegando al 112% anual, contra el 211,4% de diciembre del 2023, disminuyó el riesgo país y redujo, al menos temporalmente, la histórica diferencia entre las cotizaciones del tipo de cambio. Al respecto, el economista Pablo Tavilla afirmó: “El gobierno vive una especie de ‘veranito’, especialmente con los sectores financieros, y pudo recuperar parte de las reservas a través del blanqueo de capitales, lo cual le está permitiendo ganar tiempo para las elecciones legislativas del próximo año. Sin embargo hay una gran recesión.”

Por otro lado, el docente de la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA y de la Universidad Nacional de Moreno, agregó: “Los indicadores del nivel de actividad económica, especialmente en los que impacta el salario y el empleo, como el comercio minorista, la industria y la construcción, son mayoritariamente negativos. Desde el punto de vista macroeconómico se podría decir que hay cierto ordenamiento, con un costo social muy elevado marcado por el fuerte crecimiento de la pobreza y de la indigencia. No es solo arreglar la macroeconomía y dejar que la economía se arregle sola, sino tener un proyecto nacional, de país. Renunciar al gasto público tiene consecuencias muy fuertes sobre las posibilidades de reactivar la economía”.

Durante el segundo trimestre de 2024, se registró un aumento en la pobreza, que alcanzó al 52,9% de la población, y la indigencia que llegó al 20,3%. Anuque el gobierno asegure que hacia fin de año la pobreza medida por ingresos bajó hasta el 38,9%, la cifra no solo sigue siendo impactante sino que también cambió la composición de la canasta de gastos de una familia, por lo que hoy destinan muchos más recuarsos a pagar servicios -luz, gas, alquiler- y quedan menos ingresos disponibles para los alimentos. Daniel Arroyo, diputado nacional de Unión por la Patria, analizó en diálogo con ANCCOM: “Si bien en temas de la macroeconomía ha generado algunos cambios razonables, el efecto concreto es de implosión social: una sociedad que revienta para adentro, de expulsión de muchos argentinos de sus posibilidades en la vida cotidiana.”

El legislador y exministro de Desarrollo Social, advirtió: “El problema central de la Argentina es el endeudamiento de la familia. Hay más gente en los comedores y en los merenderos, tenemos más pobres, sectores medios que se caen, recortes absurdos en discapacidad, educación y salud. Cada vez se parece más a un modelo de país donde un tercio de la población tiene posibilidades de consumo, y dos tercios de la población se encuentran afuera. Hubo una concentración económica muy fuerte y muy clara. Aumentó no sólo la desigualdad sino el nivel de concentración económica”

El jefe de Estado asumió sin gobernadores y con minoría parlamentaria. Si bien esto podría interpretarse como una debilidad, algunos analistas, como la politóloga Mariana Altieri, sostienen que esta situación lo ha fortalecido, ya que contribuyó a construir una imagen de un líder que “no está atado a la política».

“Este año los grandes perdedores fueron los trabajadores del sector público y del sector informal que sufrieron una fuerte reducción del salario mínimo. Hubo una redistribución de ingresos en el sentido regresivo. Hay una contracción de la generación de flujo de producción y de ingresos, y una redistribución hacia arriba, a los sectores de los más altos ingresos. Generar desempleo es funcional para este modelo, porque provoca terror, debilita la capacidad de negociación de los pocos trabajadores con representación sindical, permite hacer un ajuste brutal y que pase. También el gobierno trabaja fuertemente la amenaza de la represión, instala estereotipos políticos de culpabilización y procesa problemas con relaciones causales muy manipuladas” agregó, por su lado, Tavilla.

El jefe de Estado asumió sin gobernadores y con minoría parlamentaria. Si bien esto podría interpretarse como una debilidad, algunos analistas, como la politóloga Mariana Altieri, sostienen que esta situación lo ha fortalecido, ya que contribuyó a construir una imagen de un líder que “no está atado a la política, es solamente él con la voluntad de avanzar en sus principios y con métodos muy patoteros”. Altieri agregó: “Hay una lectura muy distorsionada, de que no se deja apretar por los gobernadores, pero lo cierto es que tampoco hay una voluntad seria de generar una oposición a Milei, tanto en los gobernadores como en el Congreso. Los gobernadores están atrapados, necesitan los fondos del Estado para una gestión que les permita mínimamente ser reelectos, entonces acuerdan. En esa táctica de Milei de manejar los recursos y apretarlos se demostró mucho más fuerte, donde la mayoría pataleó un poco pero se aggiornó a eso, porque prefieren acordar que intentar generar una lógica superadora. No ven que tengan nada para ganar en esa lógica, lo cual habla mucho del sistema político de hoy”.

Arroyo coincidió en que la orfandad política favoreció al presidente, ya que la falta de gobernadores e intendentes “le permitió realizar un ajuste brutal y transversal a todo el país, cosa que no hubiera podido hacer un gobierno con partido y con compromisos”. El diputado analizó: “En lo político, Milei aprovechó un vacío de representación muy grande y la crisis de confianza de la sociedad hacia la clase política, donde predomina la sensación de que los políticos no viven la vida cotidiana, y no les creen nada, particularmente al peronismo. En términos institucionales está entrando a una zona gris, peligrosa. Hasta acá vive de vetos y decretos, con el claro ejemplo de la movilidad jubilatoria y el financiamiento a las universidades. En lo institucional es un gobierno democrático, no coincido con los que lo califican como autoritario, pero creo que se está pasando de la raya”.

Respecto a distintas encuestas que reflejaron que la imagen positiva del gobierno se mantuvo desde su asunción e incluso aumentó, Altieri evalúo el fenómeno y afirmó que la valoración positiva se relaciona con su capacidad para cumplir parte de las promesas de su campaña: “Hay un contrato de credibilidad y de fe con Milei, que se había roto con el resto de la dirigencia política. El presidente se vendió como un economista exitoso, que venía del sector privado, sin vínculos con la política, y que podía arreglar el desbarajuste de la argentina porque no pertenecía a la casta, y estaba dispuesto a hacer lo necesario porque no tenía compromisos políticos. Hay una visión generalizada en la opinión pública, sobre todo de los que lo votaron, de que es un tipo honesto que está cumpliendo con lo que dijo que iba a hacer de la mejor manera que puede. “

La especialista, docente en la UBA y en la Universidad Nacional de la Defensa, agregó: “A su vez, hay un divorcio de la clase política con las necesidades de la gente, y las organizaciones tradicionales intermedias están muy quebradas. En un contexto dominado por la lógica del capitalismo individualista y la meritocracia, que han calado profundamente en la sociedad, muchos sectores de la clase media perciben que el Estado les impide crecer, y la propuesta de Milei aparece como una alternativa para romper con esa idea.”

En su análisis, Rodrigo Holmberg, politólogo y docente en la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA y de la Universidad de las Madres de Plaza de Mayo,  también destacó la fe de la población, alimentada por la narrativa del gobierno que se presenta como una alternativa nueva para resolver un problema que aqueja a la Argentina desde hace varios años. “El eje central del discurso oficialista es su batalla contra la inflación, y mes a mes se han preocupado en comunicar esa lucha. El relato es que bajaron la inflación del 25% al 2%. Lo interesante es la esperanza de que las cosas van a mejorar, más allá de los datos concretos y de la calidad de vida de la gente” agregó.

Además, Holmberg destacó que, para comprender el nivel de aprobación que Milei mantiene en la sociedad, es fundamental considerar la actual crisis de la política, y explicó: “Milei está fagocitando el electorado del PRO, de la Unión Cívico Radical y los espacios tradicionalmente antiperonistas, y se está quedando con su electorado porque logra expresar más cabalmente a este sector de la sociedad. Es un proceso que no está terminado, pero está cimentando la base electoral y de apoyo”.

“Milei asumió en un contexto de fracaso de las dos coaliciones que gobernaron la Argentina en los últimos años, que monopolizaron, sobre todo desde 2015, el campo de posibilidades de discusión en la política. Del lado de la oposición da la sensación de que no hay mucho: el peronismo está discutiéndose a sí mismo, en un proceso de reformulación de su propia identidad y el radicalismo, ciertos sectores del peronismo, gobernadores y otros actores provinciales parecen mucho menos interesados en articular un proyecto opositor que pueda disputarle el poder al gobierno nacional, y mucho más interesados en defender sus propias particularidades.”, afirmó Holmberg. Además, señaló: “Por un lado, el radicalismo y parte del PRO intentan sostener su narrativa institucionalista en un gobierno que no se caracteriza por defender las instituciones de la democracia, ni en la práctica ni en su retórica, y por otro lado, los gobernadores y partidos políticos provinciales parecen más interesados en resguardar sus intereses locales, sin pretensión universal. Una forma de aguantar hasta que pase el temblor, pero con el riesgo de que el temblor se los lleve puestos. En ese escenario, el gobierno de Milei tiene la delantera y marca la discusión en la República Argentina”.

Donde hay una necesidad, nace una deuda

Donde hay una necesidad, nace una deuda

Investigadores e investigadoras de universidades nacionales y de Latinoamérica junto a algunas organizaciones sociales se reunieron para pensar un proyecto de ley para el desendeudamiento de las familias. Según los especialistas los sectores más afectados son las mujeres y personas con responsabilidades de cuidado. El impacto del costo de los medicamentos y alquileres.

Con la idea de diseñar un proyecto de ley integral que tenga como objeto principal el desendeudamiento de las familias, el diputado nacional Daniel Arroyo inició un seminario junto a especialistas y académicos de Argentina, Brasil y Chile. Participaron del intercambio representantes de la Universidad de Estado de Río de Janeiro y de la Universidad Central de Chile e investigadores de la Comisión Económica Para América Latina y El Caribe (CEPAL), el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET), el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS), las universidades nacionales de Buenos Aires (UBA),  de San Martín y General Sarmiento, entre otros. Durante su intervención Ariel Wilkis, autor del libro Una historia de cómo nos endeudamos sintetizó la problemática: “Cuando hay una necesidad ya no hay un derecho, hay una deuda”.

Costos fijos altos, créditos bajos y tasas usurarias

“Alguien que saca un crédito de 200 mil, no puede devolver más del doble”, denuncia el diputado nacional Daniel Arroyo durante su exposición.

Entre el tintineo de las tazas de café, las jarras de agua sirviendo, las lapiceras escribiendo y las páginas de los cuadernos dando vueltas, comenzó el seminario con la idea presentada por Wilkis: “La hipótesis que estamos trabajando y pensando hace tiempo es que múltiples malestares sociales, políticos y subjetivos, tienen conexiones con dinámicas de endeudamiento, sin necesidad -y esto es importante- de que el endeudamiento sea el desencadenante”.

El trabajo realizado por el autor y decano de la Escuela Interdisciplinaria de Altos Estudios Sociales de la UNSAM, se complementa con las estadísticas realizadas por el CELS en conjunto con el Ministerio de Economía de la Argentina sobre el endeudamiento, en particular, del crédito informal. Soledad Villafañe, investigadora de la CEPAL en diálogo con ANCCOM explica que esta nueva estadística “complementa la del Banco Central porque la del Banco Central solo mide el atraso del pago de las deudas de las personas que se endeudaron en el sector formal”.

 

Arroyo entiende que el endeudamiento generalizado es un fenómeno de varios años en la Argentina que se agravó con el aumento de los costos fijos como luz, gas, agua, alimentos y transporte. En referencia al gobierno actual de Javier Milei expresa: «El gobierno, para mí, es nada de Estado y todo el mercado, a lo bestia. Eso en términos prácticos generó tres efectos que aumentaron el endeudamiento”. Entre los efectos que nombra, en primer lugar, está el aumento de las tarifas y los servicios básicos. En segundo lugar, la caída del ingreso de las Pymes, del trabajador formal y del que hace “changas”. Por último, menciona el decreto 70/2023 que desregula, entre otras cosas, la tasa de interés de las tarjetas de crédito. “Eso alteró todo el sistema porque ahora el banco te cobra la tasa de interés que quiere. La financiera de la esquina, lo mismo. Ese decreto es brutal y absurdo. No hay país en el mundo que no fije una tasa de interés”, explica el diputado Arroyo.

“Muchas personas –agregó Villafañe- desconocen el historial crediticio. No saben porqué de pronto se encuentran en el veraz. La situación de encontrarse en el veraz te excluye automáticamente de todo el sistema formal y de todo el endeudamiento que tiene menores costos”.

El 70% de los hogares de menores ingresos donde la mujer es el principal sostén y no hay otro cónyuge, recurrió a financiamiento en el último mes. Además, el 54 % de los hogares recurre a crédito mientras que el porcentaje aumenta al 60% cuando son de menores ingresos.

Cuestión de género

El endeudamiento de las familias es mayor en el caso de los hogares monomarentales y está directamente relacionado con los trabajos de cuidado. Según el Primer Informe del Equipo de trabajo de la CEPAL y el Ministerio de Economía de la Argentina sobre endeudamientos, géneros y cuidados, el 70% de los hogares de menores ingresos donde la mujer es el principal sostén y no hay otro cónyuge, recurrió a financiamiento en el último mes. Además, el 54 % de los hogares recurre a crédito mientras que el porcentaje aumenta al 60% cuando son de menores ingresos.

La investigadora del Conicet, Sol Prieto, profundiza: “Estos hogares monomarentales, son deudores en todos los sentidos financieros, especialmente informales pero son acreedores en términos alimentarios: el 68 % de los hogares monomarentales no recibe la cuota alimentaria en tiempo y forma y eso se distribuye en un 12% que recibe de manera esporádica lo que le parece al progenitor y un 56% que no recibió nada en los últimos seis meses”. Además, según la investigadora del Conicet el 58% se endeuda con las familias, lo que puede desembocar en un costo social muy alto que en casos de violencia de género deja a la víctima en un mayor aislamiento.

Durante el seminario se nombraron otros sectores sociales e intersecciones que generan un mayor índice de la vulnerabilidad financiera. En particular, aquellas personas sobre las que recae la responsabilidad del cuidado y que están a cargo de adultos mayores, personas con discapacidad o con algún problema de salud mental. El ajuste a las jubilaciones, el retiro de los medicamentos gratuitos para personas mayores y las bajas en las pensiones por discapacidad, fomentan la espiral de endeudamiento que asumen las personas a cargo del cuidado. Esto repercute directamente en su salud mental y física, conlleva costos emocionales y síntomas psicosomáticos.

En el caso de las fintech o las fuentes de crédito digitales, el perfil de los deudores suele ser mujeres, jóvenes y/o trabajadores informales.

Perelman aporta sumando otro actor de gran vulnerabilidad financiera que son los inquilinos por su situación de mayor precariedad en el derecho al acceso a la vivienda: “Nuestra investigación apuntó a mostrar que ese no atraso en el pago del alquiler en realidad estaba encubierto por una deuda que tenía origen de ser una deuda habitacional pero que se había transformado en una deuda financiarizada de diferentes formas”.

Hacia un proyecto de desendeudamiento de las familias argentinas, Arroyo en diálogo con ANCCOM, afirma que el proyecto debe contar con tres elementos clave: un tope a la devolución y la tasa de interés, un mecanismo para que distintos sectores puedan reducir o bajar el nivel de endeudamiento y un sistema de crédito productivo viable para pequeños emprendedores.

¿Llave del éxito o estafa piramidal?

¿Llave del éxito o estafa piramidal?

Se presentó en el Centro Cultural de la Cooperación “Criptomonedas: un desafío al Estado y a los bancos”, el nuevo libro de Sofia Scasserra y Martín Burgos. La ilusión de ser millonario sin trabajar.

“Esta promesa de que a través del trading te podés hacer rico genera en los jóvenes la falsa idea de que sin trabajar se puede vivir”, afirma Sofia Scassera antes de la presentación de Criptomonedas: un desafío al Estado y a los bancos, libro que escribió junto a Martin Burgos. La presentación se llevó a cabo en el Centro Cultural de la Cooperación “Floreal Gorini», ubicado en pleno microcentro porteño, frente a un público de ámbitos diversos y con la presencia del exsecretario de Finanzas y exdirector del Banco Central, Diego Bastoure; la periodista especializada en tecnología, Irina Sternik, y la socióloga Mónica Peralta-Ramos que dialogaron con los autores y ofrecieron su punto de vista.

Sternik dió inicio a la presentación y rescató lo didáctico del libro, siendo un “genial material de consulta” para gente no iniciada en el tema por la capacidad de los autores de definir de manera sencilla un concepto tan complejo y multifacético como es la criptomoneda. “Yo estoy todo el tiempo comunicando estafas y eso tiene que ver con que es un tema muy difícil de explicar y hay mucho humo alrededor de las criptomonedas, entonces la gente no lo termina de entender”, manifestó la periodista.

Peralta-Ramos por otro lado, expresó su preocupación con respecto a que los dirigentes políticos desconozcan y subestimen el tema, alegando que debe ser puesto en el centro de la discusión política: “Hay que empezar a mirar a las cripto desde las estructuras de relaciones de poder para observar qué es lo que se esconde detrás de este fenómeno”.

Los autores hablaron de una necesidad imperante de escribir Criptomonedas… por la manera en que este fenómeno se ha masificado tanto en los últimos años, atrayendo a un público cada vez mayor y cada vez más joven. “Cuando empezamos a pensar este libro, el valor del Bitcoin estaba en veinte mil dólares y ahora está en noventa y cuatro mil”, bromeó Burgos y añadió: “Nos pareció importante escribir sobre el tema porque, a pesar de su masividad, no se encuentra en las agendas de las universidades como una problemática a trabajar”.

Scasserra, por su parte, habló de una necesidad de “poner paños fríos sobre el asunto y decir las cosas como son”, para tener una mirada crítica sobre lo que nos quieren vender aquellos que pregonan el milagro de las cripto. “Es un tema que nos preocupa porque vemos que hay mucho humo, muchos gurúes de las finanzas y poca realidad”, mencionó la autora.

Otro tema que ronda una y otra vez la mesa es el “clima de época” con discursos que nos dicen que estas nuevas herramientas, como la inteligencia artificial, van a resolver todos los problemas del Estado. Criptomonedas…, dicen sus autores, viene a criticar esta postura y a otros discursos similares que postulan a las nuevas tecnologías como algo que le va a sacar el empleo a la gente y las va a reemplazar. Con relación a esto, Scasserta comenta: “Cuando vos empezás a escuchar estos discursos de que no hay necesidad de estudiar porque podes hacer un curso de programación y pasás a ganar en dólares trabajando para Silicon Valley, se empieza a armar un clima de época donde jóvenes que no encuentran un trabajo decente terminan confiando en este tipo de cosas porque los convencen de que no tiene sentido estudiar y trabajar”.

Scaserra dialogó con ANCCOM previo a la presentación: “El desafío es la regulación, es tratar de poner orden en el mercado y resolver el problema de las estafas con criptomonedas”. La autora, además, explicó la dificultad de regular este fenómeno cuando activamente se trata de excluir al Estado de ese mercado. Por esta razón, los Estados no pueden ayudar a la población como ocurre en el sistema financiero tradicional, donde si un banco quiebra, el Banco Central responde por tus ahorros. Esto no sucede en el mercado cripto.

“Es importante para nosotros hablar de cómo funcionan las criptomonedas y para qué son útiles realmente, porque de lo contrario esto va a seguir dañando tanto en el sistema financiero como en las finanzas personales de un montón de argentinos que han caído en estafas en los últimos tiempos por culpa de esta fantasía de que con cripto vamos a ser todos ricos de la noche a la mañana”, afirmó la autora.

En este sentido, Scasserra explica que no funcionan de manera muy distinta a cualquier otro activo financiero, que con sus fluctuaciones se puede ganar o perder un rédito económico, pero que eso está muy lejos de las promesas de hacerse rico sin trabajar como venden muchos influencers financieros. “Esto es lo mismo que ir a un banco a pedir un crédito. Cuando uno ingresa con la información necesaria, podés manejarte de mejor manera y podés hacer inversiones mucho más seguras que si te lanzás simplemente porque te dijeron que te ibas a hacer millonario sin demasiado esfuerzo”.

Otro de los desafíos que genera el fenómeno cripto es la fuga de capitales y la evasión fiscal. Ante esta problemática, Scasserra advierte: “Es un problema muy grave que los Estados tienen que empezar a atacar porque si no van a terminar funcionando como un paraíso fiscal y eso sería un problema en términos de ingresos del Estado”. La autora también señala que ya hay intentos por parte de diferentes Estados de regular este fenómeno. En el libro se menciona el caso de la Unión Eropea que está tratando de regular a las billeteras digitales a través un sistema de intercambio de información con muchos países del mundo para empezar a tener una base de datos unificada a nivel global respecto a la tenencia de criptomonedas y cómo tasarla. Otro caso a observar es el de China, que tiene una moneda digital, pero no es una criptomoneda propiamente dicha, sino que cuenta con un respaldo del Estado.

Por último, a modo de cierre, Scasserra invita a otros autores a escribir sobre el tema y añade: “Criptomonedas no es la  palabra final, ni la conclusión de hacia dónde tiene que ir la República Argentina. Me parece que es una provocación para tratar de seguir pensándolo en conjunto porque la salida siempre es colectiva”.

«La bicicleta en algún momento se detiene»

«La bicicleta en algún momento se detiene»

El modelo de Milei tiene ganadores y perdedores: por un lado, las grandes empresas obtienen rentas extraordinarias y los ricos disfrutan del dólar barato, y por otro, los sectores medios y bajos ven desplomarse sus ingresos. Un especialista explica la dinámica y vaticina qué puede ocurrir.

Según un informe reciente del Instituto de Pensamiento y Políticas Públicas (IPyPP), «mientras los ingresos de la mayor parte de la sociedad caen entre un 20 y un 40 por ciento, las ganancias netas de diferentes mercados se incrementan en más de un 800 por ciento respecto al año anterior, con aumentos que superan el 9000 por ciento en laboratorios, el 5000 por ciento en el complejo exportador de granos, más del 1300 por ciento en el sector alimenticio, 945 por ciento en el sector bancario y 790 por ciento en el hidrocarburífero». Para entender esta trasferencia masiva desde los sectores populares hacia el capital concentrado, ANCCOM dialogó con Martín Epstein, docente, politólogo y analista económico del Centro de Economía Política Argentina (CEPA).

¿Qué decisiones del Gobierno han favorecido las ganancias de estos sectores?

Desde el comienzo se vieron beneficiados. La política de desregulación flexibilizó restricciones, especialmente en el sistema bancario. Las tasas e intereses en el sistema financiero quedaron desregulados, mientras que el Banco Central bajaba progresivamente la tasa de referencia. Esta diferencia entre la capacidad de la gente para cubrir sus deudas y las facilidades del sistema financiero genera una brecha de rentabilidad extraordinaria para los bancos. En el sector alimenticio, a su vez, hubo una estampida de precios con aumentos que treparon un 40 o 50 por ciento en algunos productos en solo una semana. Esto impactó fuertemente, ya que los precios que venían altos desde 2023, tuvieron un aumento aún más pronunciado. Aunque la inflación en alimentos disminuyó en los últimos meses, los precios se mantienen elevados y no bajaron en términos reales. Las grandes empresas alimenticias hicieron un margen de renta muy importante. Y el sector energético tuvo la liberación del «barril criollo». Antes, el precio del combustible era diferenciado para consumo interno y exportación, ahora con la nueva política esta distinción desapareció. Esto hizo que el precio del combustible en el mercado local superara los mil pesos por litro, cuando al asumir el nuevo gobierno era menos de un tercio de ese valor. Este aumento representa una transferencia directa de ingresos hacia las energéticas.

¿Cuáles son las implicaciones de esta transferencia?

A corto plazo, una consecuencia directa es la caída del consumo, lo que lleva a la economía a estabilizarse, pero en niveles bajos. Hoy, aunque el consumo sube en ciertos meses, luego vuelve a caer, sin recuperar niveles previos. Esto provoca un estancamiento económico que afecta la recaudación. Si esta tendencia continúa, el riesgo es que la economía siga cayendo o se estabilice en niveles bajos, llevando a un largo letargo donde el estancamiento condena a generaciones a empleos de baja calidad y salarios sin capacidad de compra. La pregunta es: ¿Hasta cuándo los mercados seguirán confiando en la viabilidad de este programa económico? Lo que hoy mantiene en pie a esta dinámica es la confianza de los mercados, que siguen especulando con que el programa económico de Milei es sostenible, pero no sabemos por cuánto tiempo se mantendrá esa confianza.

¿Esta dinámica es típica de procesos inflacionarios o específica de las políticas actuales?

Hay dos aspectos importantes. Primero, el sector energético experimenta gran volatilidad desde que se eliminó el barril criollo. Esto implica que cuando sube el precio internacional del barril, el aumento se traslada directamente al combustible. Por ejemplo, en octubre, el precio de las naftas bajó un 1 por ciento tras haber subido un 240 por ciento. Sin embargo, en noviembre, hubo un nuevo aumento del 4 por ciento, que revirtió y superó la baja. Estos sectores no regulados, como el energético y la salud, quedan libres en su búsqueda de rentabilidad, lo que afecta a las familias, que deben destinar más ingresos a tarifas y servicios esenciales. Esto impacta directamente en el consumo, que viene bajando desde diciembre hasta hoy.

¿Qué medidas políticas serían posibles para revertir esta situación?

En el contexto del actual Gobierno, no veo mucha voluntad para revertir esto. Es un Gobierno que cree en liberar las fuerzas del mercado, sin medidas que alteren la rentabilidad de ciertos sectores. Sin embargo, un cambio de gobierno podría abrir un espacio para discutir políticas de largo plazo. Un primer punto sería cuestionar por qué, siendo un país productor de energía, debemos pagarla a costo internacional. Se podría establecer un mecanismo de desacople de precios internos e internacionales, como ya se hizo con el barril criollo. Pero esto choca con los grandes grupos económicos energéticos, que prefieren que el precio interno iguale al externo. En el sector alimenticio, la situación es similar. Sería necesario analizar los encadenamientos productivos y cómo los grandes grupos obtienen rentabilidad, mientras que los pequeños productores no captan la misma ganancia porque el pequeño productor no se beneficia de estos aumentos. Por ejemplo, los productores de lácteos y carnes ven aumentos en sus costos, pero no perciben una rentabilidad comparable a la de las grandes empresas que se benefician del aumento de los precios en la cadena de distribución. Ahí también hay un espacio para intervención. El último intento serio de políticas de Estado para mirar la rentabilidad empresarial dentro de las cadenas productivas fue en 2015, pero desde entonces el aparato de la Secretaría de Comercio Interior, que tenía una política activa de control de precios y regulación interna de las cadenas productivas, se desmanteló y nunca se recuperó.

¿Cómo percibís la opinión pública respecto a este modelo?

Las encuestas de opinión ofrecen un marco para pensar sobre lo que está sucediendo, pero no son determinantes. A veces las encuestas fallan al interpretar lo que está ocurriendo realmente. Por ejemplo, en 2001, aunque no anticiparon la caída del gobierno de De la Rúa, la realidad se manifestó en un tiempo corto. Hoy la opinión pública está influenciada por mecanismos de contención social, como la AUH o la Tarjeta Alimentar, que permiten a los sectores vulnerables mantener un mínimo ingreso. Los sectores medios soportan la situación, a veces con más horas de trabajo o sacrificando tiempo. Los sectores altos, en cambio, disfrutan de un dólar más barato, lo que mejora su consumo y apoyo al modelo.

¿Cómo ves el fin de este ciclo económico?

Basado en mi experiencia, y en lo que ocurrió en modelos económicos similares, siempre que se armó una bicicleta financiera, hay un momento en que esa bicicleta se frena. Este ciclo de altas tasas de rentabilidad sin costos altos puede desacelerarse gradualmente o romperse de golpe, afectando a quienes se queden demasiado tiempo en él. Siempre que se ha armado una bicicleta como esta, hay un momento en que se detiene. La estabilidad del Gobierno y del programa económico depende de la confianza del mercado, que sigue operando dentro del cepo cambiario. Mientras los actores económicos crean en esta estabilidad, el ciclo se mantiene. Pero cuando esa confianza se quiebra, es probable que el modelo se frene. En ese punto, va a ser difícil sostener una imagen positiva del Gobierno y el respaldo del mercado. Hoy, los sectores que participan en esta bicicleta financiera, como los bancos y actores privados, aprovechan tasas de rentabilidad en pesos, aunque ello implica un deterioro macroeconómico con efectos en el empleo, pequeñas y medianas empresas y consumo. Entre diciembre y julio se perdieron miles de empleos y empresas. Ya vemos síntomas sociales graves, como la desnutrición y la creciente necesidad de acceso a alimentos básicos a través de comedores comunitarios. La baja en el consumo de productos esenciales es un indicador claro de la gravedad del problema social, que se agudizará si no hay un cambio de políticas.

La marca es lo de menos

La marca es lo de menos

Un estudio de la consultora KANTAR señala que el 54% de los porteños ha dejado de consumir alguna marca preferida para privilegiar mejores precios. Desconfianza con las ofertas de los supermercados.

Ofelia, una jubilada que busca precios de los trapos de rejilla en la góndola en un supermercado en el barrio porteño de Balvanera, declara  que siempre busca promociones y que “la marca es lo de menos, hay productos que no son de primera y son buenos igual. Importa la calidad”. Amalia Maretto, otra jubilada que está haciendo sus compras semanales en un súper de Vicente López, señala que hay algunas marcas que dejó de consumir: “Antes compraba Coca Cola. No era una cosa de todos los días, pero una de vez en cuando me llevaba”.

Esos casos muestran cómo el consumo minorista sufre las consecuencias de la crisis económica. Ocho de cada diez argentinos compran sus marcas preferidas sólo si están en promoción o descuento y algunos sectores han dejado de consumir ciertas categorías, según un informe de Grupo KANTAR al que accedió ANCCOM. Esta es una tendencia que persiste desde marzo, advertida en un estudio anterior realizado por la misma consultora.

En la encuesta desarrollada a principio de año, la principal conclusión fue que sólo 3 de cada 10 pudieron mantener sus hábitos de consumo sin tener que resignar categorías o acudir a alguna promoción. En esta edición del informe sobre el segundo trimestre del año, el dato negativo se mantiene. Pero, a la vez, los resultados sugieren una “recuperación segmentada”, según destaca Estefanía Lestanquet, Account Manager de KANTAR división Insights.

Mientras que jóvenes, residentes del interior del país y personas pertenecientes a niveles socioeconómicos altos declararon que continúan consumiendo sus marcas de preferencia a un nivel mayor que el primer trimestre, en adultos mayores y habitantes de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires se ha visto una profundización en los cambios de hábitos de consumo.

En el caso particular de los adultos mayores, un 40% contestó que ha dejado de comprar algunos productos y no los ha reemplazado. Esto se relaciona, afirma Lestanquet, con otros estudios que señalan una caída de los ingresos de este sector.

En paralelo, un 54% de los porteños contestó que optan por opciones más económicas que sus marcas preferidas. Lestanquet remarca que este aumento puede explicarse con que en febrero la ciudad “todavía no se había ajustado”, pero que en el segundo trimestre se efectuaron los aumentos en servicios y transporte. “Quizá, ante gastos fijos más altos, se empieza a recortar en estas cosas”, comenta.

En este marco, los consumos del día a día son regidos por estrategias que tienen el objetivo de ahorrar la mayor cantidad de dinero posible. Lestanquet subraya que 7 de cada 10 encuestados “planifican sus compras en base a los descuentos y promociones que hay en ese momento”.

 

Los consumidores tienen como los mayores ofertantes de descuentos y promociones a los supermercados (un 54%) y a las aplicaciones de pago (un 39%), por encima de los bancos y de las propias marcas. En base a ello, programan y generan estrategias a la hora de realizar sus compras. Por ejemplo, Juan Regueiro, de 29 años quien hace sus compras en la ciudad bonaerense de Mercedes, asegura que  usa “Mercado Pago para todo. Por ejemplo, compro todos los miércoles que hay descuento en supermercados Día”.

Pero, a su vez, crece la desconfianza en los supermercados, marcas y bancos, reclamando una baja real del precio. “Observamos un consumidor que pide más transparencia. Las promociones son súper importantes, pero hay un paso más al pedir una baja real para poder acceder a algunos productos”, apunta Lestanquet.

En ese sentido, el 89% de los encuestados cree en alguna medida que los supermercados suben los precios antes de aplicar un descuento, mientras que el 71% siente que termina gastando más por tener que comprar más artículos para obtener algún beneficio.

En relación a esto, según el estudio, los consumidores le reclaman a los bancos los bajos topes de reintegro que implementan en el marco de sus promociones. Por otro lado, a las marcas les recriminan que tienen que comprar más productos para acceder a beneficios, como es el caso de las ofertas 2 x 1 o los descuentos a las segundas unidades.

“Obviamente, el contexto recesivo muestra estos hábitos y ésta mayor importancia de las promociones. Hay segmentos que dejan de consumir y no las reemplazan por otras, eso es un dato bastante fuerte y creo que va muy de la mano con el dato de pobreza que se conoció el mes pasado”, cierra Lestanquet.