«Soy trans, ¿puedo jugar?»

«Soy trans, ¿puedo jugar?»

Deportistas, militantes y un endocrinólogo reflexionan sobre la odisea que resulta para las personas trans entrenar y competir con su género autopercibido. Leyes, reglamentos, discriminación, dosajes hormonales y la difícil transición hacia a la felicidad.

Jezzabelle Carranza, 43 años, tercera futbolista trans en debutar en la máxima categoría del fútbol argentino, comenta que a menudo le preguntan si acaso se da cuenta de todo lo que ha logrado. En los últimos años, y sobre todo a partir de 2012 -cuando se sancionó la Ley de Identidad de Género-, el debut profesional de cualquier deportista trans en el país se convirtió en noticia. Fútbol, tenis, hockey y atletismo, entre otras disciplinas, han recibido al colectivo LGBT con los brazos más o menos abiertos.

El secretario de Deportes de la Federación Argentina LGBT (FALGBT), Juan Pablo Morino,  afirma que la inclusión “depende de qué letra de la sigla LGBT seas”. “Siempre los gays, al ser hombres y mayoritariamente cisgénero, tienen cuentan con privilegios que las otras letras no tienen. Las personas trans son las que menos privilegios tienen, en particular las mujeres trans”.

Un informe realizado en 2021 por el Observatorio Nacional de Crímenes de Odio LGBT+ relevó 53 delitos (asesinatos, lesiones, violencia por inacción estructural), de los cuales un 76% fue sufrido por mujeres trans. En el deporte, las federaciones nacionales se atienen a los reglamentos importados de las federaciones internacionales, luego de que, justamente en 2021, el Comité Olímpico Internacional (COI) renunció a poner condiciones a la participación de personas trans en las competiciones de alto rendimiento.

 “En el ámbito deportivo es más notorio. Es muy clara la discriminación. Sobre todo sobre las mujeres trans. Suponen que la fuerza que tienen por haber nacido genital o culturalmente como hombres les da una ventaja”, sostiene Morino, quien en la esfera local se encarga de llevar adelante acciones para el colectivo, por ejemplo, el Torneo Nacional por la Inclusión.

“La sociedad argentina siempre fue inclusiva en comparación a otros países de la región”, opina Anna Scappini, la primera mujer trans en participar de una competencia de atletismo en el país. Anna llegó desde Paraguay, donde nació y creció, en busca de oportunidades y motivada por la Ley 26743 que le permitía ser con su género autopercibido. En relación a los reglamentos de las federaciones, destaca: “No creo que necesariamente las personas que los aplican sean homofóbicas o transfóbicas, pero hay normas que están desactualizadas. El atletismo es muy lento en ese sentido”.

Mía Fedra, primera tenista trans, que tuvo menos problemas en incorporarse al deporte, se refiere a los diez años de la ley: “Me cambió la vida. Hay muchas personas que se perciben diferente y necesitan ese cambio. Todo es un poco más justo, podés plasmar lo que percibís, integrarte en la sociedad. Fue el puntapié inicial para una serie de cambios a lo largo de los años que son paulatinos y que son súper lentos”.

Mía, como Anna y Jezzabelle, son parte de las más de 12 mil personas que rectificaron su género en el DNI a partir de la sanción de la ley. “Mi balance es positivo. Si bien la ley fue impulsada muchos años antes de su sanción, a partir de su aprobación motivó a seguir más fuerte la lucha. Sirvió para que el colectivo se una más y pueda levantar la voz contra las injusticias del Estado y la sociedad”, reflexiona Mía.

Jezzabelle, si bien hoy está cumpliendo sus sueños, en el pasado sufrió, y como ella, miles de personas que no encajaban en la norma cisgénero y heterosexual. “Si esto que está ocurriendo lo pudieran ver las personas que han pasado por mi camino que hoy están muertas, se les llenarían los ojos de lágrimas. Se ha sufrido tanto… El desprecio de la familia, el destierro del hogar, no poder estudiar, la burla, el trabajo de la noche, los clientes que te usan como si fueras un pedazo de carne. Vivir de noche, dormir de día. Es muy fuerte pensar lo que fue antes de la Ley de Identidad de Género”, confiesa.

El pasado 25 de marzo, la judoca y medallista olímpica Paula Pareto, en declaraciones al programa televisivo Flor de Equipo, dijo que se sentía “disminuida en condiciones” con las mujeres trans y proponía la creación de una tercera categoría para ellas. Al respecto, Juan Pablo Morino señala que eso sería, en realidad, una forma solapada de discriminación. “Es la salida fácil para no tratar el tema. Es un planteo parecido a lo que pasa en el Mundial de Qatar, que no se permiten banderas LGBT+ para evitar que otros hinchas tomen represalias con gente de la comunidad. No deja de ser discriminación”.

El debate se reaviva en deportes individuales. Mía Fedra defiende su participación en el circuito profesional de tenis: “No somos un hombre que se puso una peluca, se vistió de mujer y entró a competir. Todas tenemos un tratamiento hormonal donde disminuimos la masa muscular, entre otros cambios corporales. A mí me dicen que tengo más fuerza por ser trans. Pero para jugar al tenis, hacemos un trabajo técnico, táctico y psicológico, no solo físico”.

Acerca de los cambios corporales en la transición de hombre a mujer, Alberto Nagelberg, coordinador de Endocrinología del Grupo de atención de personas trans del Hospital Durand, precisa: “A partir del tratamiento con estrógenos y, en algunos casos, con antiandrógenos, lo que se observa es la feminización de la piel, disminución del vello, la voz no se modifica, aumenta la masa grasa y disminuye la masa magra y la fuerza muscular”.

“Lo razonable es que una mujer transgénero esté por lo menos entre uno y dos años recibiendo tratamiento feminizante para que no haya diferencias. Es un tema discutible. En un estudio que hicimos en 2020, vimos que mujeres trans sin haber recibido tratamiento tenían, desde el vamos, en promedio menor fuerza muscular y menor masa ósea que varones cisgénero. Podría aducirse, entonces, que una mujer trans, luego del tratamiento, tiene que cargar más peso con menos potencia física que, por ejemplo, una mujer cis que ha desarrollado espontáneamente un gran volumen óseo y masa muscular”, concluye Nagelberg, quien desde 2005 trabaja en tratamientos hormonales de reafirmación de género.

Jezzabelle, que debe probar ante la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) mediante estudios médicos tener menos de 10 nanogramos de testosterona por mililitro de sangre, introduce un matiz: “Me parece justo lo que implementa el COI siempre y cuando sea un deporte de competición, profesional. Más que nada en luchas de cuerpo a cuerpo, como el boxeo, eso hay que tratarlo con cuidado”.

Anna Scappini, que corre medio fondo, comenta que al principio entrenaba para bajar sus tiempos, no para ser la primera, pero esa situación fue cambiando con los años. “Cuando me encuentro corriendo, por ejemplo, con un grupo de 400 personas que una puede presumir son cis, tengo que demostrar que las trans también existimos. Por eso quiero llevar a la trans a la mejor posición posible, a la vista de todos”.

Mía Fedra, que dejó el tenis de joven y lo retomó profesionalmente con su género autopercibido, asegura: “No hay que pensar solamente en la competencia. Hay que impulsar el deporte recreacional, amateur. Se basa mucho en la alta competencia para justificar la exclusión y la discriminación, pero hay más gente trans que practica recreacionalmente que la gente que es profesional. El deporte es genial para la salud de las futuras generaciones”.

Jezzabelle Carranza, que debutó en primera el pasado 29 de abril en Deportivo Español, le deja un mensaje a las niñas, niños y adultos trans del mañana que, por distintos motivos, no pueden entrenar: “La lucha real de la existencia de cada individuo es personal y es interna. Cuando nosotras nos convencemos de que podemos, hasta el que nos critica y el que nos mata con la burla y la indiferencia, se sorprende. Convencernos de que podemos avanzar sobre un sueño es el paso más grande que podemos dar. Y no tenemos que olvidarnos de que existe un ser divino que siempre nos da la chance de estar cada día mejor. Yo creo que venimos de algún lugar y venimos a esta vida para ser felices”.

Equilibrar la cancha

Equilibrar la cancha

Por: Antonella Bellino y Juan Harriague

Fotografía: María Bessone – Telam

Los clubes del fútbol argentino empiezan a avanzar en la inclusión de áreas de género que promueven la presencia de las mujeres en la toma de decisiones y que incorporan los protocolos de prevención y actuación en casos de violencia. ANCCOM habló con tres referentas que explican cómo incorporar políticas con esta perspectiva en un deporte históricamente dominado por el machismo.

 

Hoy en día son muchos  los clubes de fútbol que cuentan con áreas dedicadas exclusivamente a la temática de género. Aunque esta temática parece relativamente nueva, los primeros clubes que la incluyeron, como Gimnasia y Esgrima de La Plata o Rosario Central, lo hicieron ya en 2017. 

¿Pero cómo surge la necesidad de desarrollar estas áreas de género? El avance del movimiento de mujeres a nivel mundial y a nivel local fue muy importante. El colectivo Ni Una Menos, formado en 2015, trajo a la agenda pública una gran cantidad de luchas previas. 

A partir de allí, el feminismo se volvió masivo y atravesó a todos los sectores sociales, abriéndose espacio en lugares a los que nunca antes había llegado, como el fútbol. De esta manera, en los últimos años convergieron las demandas feministas con un montón de mujeres que querían participar de la vida de los clubes. 

Julia Hang es socióloga e investigadora del CONICET. En uno de sus proyectos académicos se propuso indagar sobre lo que hacían las mujeres en los clubes en relación a la política, en especial sobre su papel en cargos de decisión en caso de tenerlo. Y así se acercó al trabajo en el área de género de Gimnasia y Esgrima de La Plata. Desde 2018, metió la cabeza en la boca del  “Lobo” platense, en donde se organizan jornadas y talleres sobre género y masculinidades. “A mi me interesaba pensar qué es lo que se proponen, qué estrategias llevaban adelante, qué era pensar un club con perspectiva de género, cómo eran recibidas por los dirigentes en el club… Ellas tenían un lugar muy importante, entonces yo ahí me pregunté cómo se articulan estas chicas feministas en un espacio donde todavía persisten un montón de lógicas machistas, discriminaciones con motivos de género y demás”, explica Julia. 

Nadia Mileva Solodkow es abogada y está a cargo de la subcomisión de mujeres de Ferro Carril Oeste. Ella cuenta que hace cuatro años junto a dos compañeras de handball vieron un posteo de su club en relación al día de la madre. “Entonces nos preguntamos si la madre de Ferro ¿es sólo la que alienta desde la tribuna? ¿O es también una jugadora, una persona que vive el club de la misma manera que otra persona? Ahí pensamos que esa comunicación no es la que nos gustaría que el club esté brindando.”, sostiene Nadia. 

Paula Ojeda es abogada, tiene dos máster en Prevención de Violencia de Género y de Igualdad de Género y es la responsable del Departamento de Género de Vélez Sarsfield, además de ser vicepresidenta del Foro Argentino de la Mujer en el Deporte. Presentó su proyecto en marzo de 2018. “Se me ocurrió trabajar la temática dentro de las instituciones. Sabemos que los clubes de fútbol son muy machistas, y en donde los jugadores no pueden hablar de su situación personal o tienen que esconder su identidad de género, las violencias, los acosos. Había un montón de temáticas para trabajar y así se dio el comienzo”, cuenta Paula. 

 

El primer desafío era ser recibidas por los dirigentes de los clubes, que hasta ese momento no se capacitaban en la implementación de políticas con perspectiva de género. No pocos  siguen sin hacerlo. Nadia Mileva Solodkow describe que en Ferro en un primer momento “en la Comisión Directiva se preguntaban «Subcomisión de mujeres, que querrán hacer…» No entendían muy bien. Varias compañeras fueron a una reunión a explicar el proyecto. Y ahí dijeron que sí, no hubo mucha resistencia en ese sentido, en un primer momento no entendían a qué apuntaba, pero no fue tan terrible”. Por su parte, la experiencia de Paula Ojeda en Vélez fue similar, ya que según ella, “el comienzo fue raro, porque los dirigentes no comprendían qué relación podía tener la temática con el fútbol. Hoy es más sencillo hablar de género en el deporte -aclara-, pero en ese momento no entendían”. 

En relación con eso, hoy parece haber más margen para plantear la temática en el fútbol y que tengan un lugar protagónico. Julia Hang reconoce ciertas historias en común en estas áreas, donde se encuentran mujeres que “en su mayoría son muy jóvenes, que les gusta mucho el fútbol, pero que nunca habían encontrado como un espacio colectivo en el cual ir a la cancha o hacer cosas por el club, entonces encuentran también un espacio donde militar su feminismo. Se combinan tres cosas: la militancia feminista, el amor por el club y el deseo de transformarlo desde una perspectiva de género”. 

El derecho a gozar… y a jugar

El fútbol es machista. En eso coinciden las tres entrevistadas. Estas áreas surgen de hinchas y socias feministas, que disfrutan el fútbol, van a la cancha, se sienten identificadas con los colores de su club y que quieren participar de la vida política de sus instituciones. Pero, por sobre todas las cosas, son mujeres que ven necesario aggiornar sus clubes a los tiempos que corren. Son chicas que quieren ver un cambio hacia la igualdad de género de manera transversal porque están hartas de la reproducción de prácticas machistas que las excluyen y están dispuestas a dar la lucha por la necesidad de tener un espacio que las represente.

Como afirma Hang, el feminismo empieza a formarse en torno al fútbol “porque traen cuestiones que tienen que ver con el disfrute, con el goce, con el derecho a jugar, cuestiones que aparecen como un derecho humano, porque los varones tienen derecho a ser con su tiempo libre lo que quieran y las mujeres ni siquiera tienen derecho al tiempo libre”. 

Es importante destacar que las personas que integran la gestión de un club de fútbol no deben percibir ningún sueldo a cambio de ello, por ende para postularse para integrar una comisión directiva, hay que tener un ingreso económico externo. Esto es una de las causas que hace más difícil la participación de mujeres en estos espacios de poder ya que según el Observatorio de Políticas de Género, la brecha salarial entre hombres y mujeres es de un 30% por el mismo trabajo, además a esto hay que sumarle la distribución desigual de las tareas de cuidado.

 

Hoy en día sólo un 7% de mujeres ocupan un lugar de gestión en los clubes de fútbol. El ejemplo más destacado está en el Club Atlético Banfield, que tiene la primera presidenta mujer, Luciana Barbuto. Aún así, existe la Ley del Deporte 20.655, que en su reforma del año 2016 exige que las listas que se presenten para la elección de la Comisión Directiva en las asociaciones civiles deportivas deben tener entre los candidatos a los cargos titulares a elegir, un mínimo de 20% de mujeres y un mínimo de 20% de personas jóvenes entre 18 y 29 años de edad. 

Las protagonistas afirman que se avanzó mucho en esta cuestión, pero todavía falta mucho por hacer. Paula Ojeda comenta: “Estamos demostrando que las mujeres tenemos la capacidad y también nos estamos capacitando para eso, que muchas veces a los hombres no se les pide esa capacidad para cumplir un rol en una comisión directiva y a las mujeres sí, y luchamos para que no nos pidan esos requisitos”. Definitivamente, la creación de las áreas es una conquista de las mujeres en cada club

 

Un fútbol con sororidad

Una de las políticas que más se ha impulsado tiene que ver con los protocolos en casos de violencia de género o contra niños, niñas y adolescentes. Solodkow explica que en Ferro aprendieron que “además de estar escrito correctamente, el protocolo tiene que servir para el club, se tiene que adaptar a la realidad del club. Nosotras lo que hicimos fue pensar en «referentes responsables». Las denuncias te llegan desde todos lados, tienen que ser personas que sepan lo que es la dinámica del club, que esté comprometida y que esté disponible en cualquier momento. Y cada caso hay que atenderlo con sus particularidades”. 

En ese sentido, Ojeda define al protocolo como “algo primordial” y que su implementación es un instrumento legal que garantiza “tanto a nuestra existencia como al trabajo que vamos a hacer”. En ese sentido, la responsable del área de género en Vélez sostiene que “el rol fundamental de los protocolos es, como vamos a hablar de violencias y discriminaciones, darle un encuadre para determinar, porque no es lo mismo un abuso sexual que un acoso callejero, o un ataque por una red social con un ataque físico. Son completamente distintas, si bien son todas violencias, la mirada tiene que ser distinta. La idea es que el órgano que va a dictar la disciplina tenga una orientación que catalogue las distintas violencias”. 

Es importante recalcar que ambas áreas de los clubes cuentan con un equipo de abogadas y psicólogas, que se ponen a disposición de las víctimas y hacen un seguimiento de cada caso.

 

Otra parte fundamental en el armado de estos espacios es la comunicación y sororidad, entendida esta última según la RAE como la relación de solidaridad entre las mujeres, especialmente en la lucha por su empoderamiento, que se da entre los departamentos de género de los clubes, en los cuales hay un apoyo y trabajo en conjunto constante. Por ejemplo, Nadia Solodkow cuenta que cuando armaron el protocolo en Ferro tuvo una reunión con Paula Ojeda, su par de Vélez y afirma que “siempre hay contacto entre los clubes”. Julia Hang destaca a la Coordinadora Sin Fronteras de Futbol Feminista como “un actor central que articula a muchas de estas areas de género”. 

En relación con esto, la investigadora CONICET explica que “hoy se da una relación de sororidad y es algo que también es muy destacado por ellas mismas porque lo que muestran es que en un fútbol argentino que ha sido históricamente atravesado por la violencia entre los clubes, ellas muestras que puede haber otra forma de relacionarse, esta idea de que podemos ser rivales sin ser enemigas”. 

Sin embargo, todavía se siguen produciendo situaciones que ponen en dificultad el avance de estas áreas. En febrero de este año imputaron a dos futbolistas de Vélez, Miguel Brizuela y Thiago Almada, por un caso de abuso sexual. Julia Hang reflexiona sobre esas complejidades: “Los dirigentes muchas veces no quieren hacer nada porque hacer algo implica una pérdida millonaria para el club, las mujeres tensionan porque el club se comprometió a erradicar la violencia en todos los ámbitos del club, y los dirigentes dicen «bueno, es la vida privada». El mecanismo fue ese: armamos un espacio de género, pero vamos viendo qué es lo que hacemos, qué permitimos y qué no”. 

Con respecto a las actividades que hicieron en los clubes, todas coincidieron en algo: fue necesario empezar con capacitaciones con perspectiva de género tomando la Ley Micaela hacia los dirigentes de los clubes, entrenadores, trabajadores e inferiores. A su vez,  se destacan reconocimientos a mujeres que hayan tenido lugar un rol importante en el club pero que hayan sido invisibilizadas, como es el caso de Ferro que para el aniversario 115 de Ferro hicieron un libro “Historias de corazón verde”, mostrando las historias de las mujeres de Ferro a través de cuentos, poemas, que pudieran transmitir su experiencia con el club, o Gimnasia con actividades relacionadas al relanzamiento del fútbol femenino.
Actualmente, en cada espacio participan más de 20 mujeres y ambos están abiertos para las hinchas o socias que deseen participar y aportar sus ideas, ya que no son solo clubes de fútbol, sino clubes sociales con más de 30 actividades. Para Paula Ojeda, los objetivos siguen siendo los mismos: “trabajar para sensibilizar a la dirigencia como a toda la masa societaria. Queremos un club más igualitario, sin discriminación, sin violencias. Que un día no tengamos que existir”. Nadia Solodkow coincide en esa última definición “el área de género se hace para no tener que hablar después de género. Para que las mujeres tengan espacio para poder hablar de todo lo que pasa en el club. Para que las mujeres puedan estar en todas las decisiones. No solo para hablar de violencia de género. El objetivo siempre es ese: que la perspectiva de género salga de las mujeres tomando decisiones.”

Los bicivoladores

Los bicivoladores

El Bicycle Moto Cross (BMX) nació en California a principios de los años 70 cuando los jóvenes empezaron a imitar con sus bicicletas a los campeones de motocross, saltando obstáculos o armándose recorridos. En la década siguiente, la actividad se generalizó y apareció la variante race o circuitos de tierra, que consiste en pistas de 350 a 500 metros repletas de complicadas curvas y saltos. A la par, los fabricantes de bicicross convencionales cambiaron el aluminio por elementos resistentes para hacer trucos y piruetas en el aire, lo cual dio origen al BMX freestyle que, a su vez, se divide en varias categorías: street, jump, vert, flatland o park.

La cultura del BMX no hace distinción económica, de género ni de edad: niños, jóvenes y adultos, impulsados por la adrenalina, canalizan su gusto por el ciclismo extremo sin importar los tropiezos o caídas. La disciplina fue reconocida por la Unión Ciclista Internacional en 1989. La Federación Argentina de BMX (FAB) fue la primera asociación que nucleó al flamante deporte gracias a la creciente difusión en distintas provincias, en particular Buenos Aires, Neuquén y Mendoza.

En cada ciudad, grupos de amigos y fans de las bicis fueron consiguiendo un terreno libre, algunos dentro de una plaza o parque, otros en descampados, y así, a pulmón, crearon las primeras pistas de BMX. “Desde sus comienzos se trató de un deporte familiar. Abuelos, madres y padres administran las pistas y su mantenimiento a través de comisiones directivas en varios clubes, pero también en conjunto con la Federación”, cuenta Fernando Zito, corredor, inspector de pista y relator oficial de las competencias desde hace un lustro.

En 2002, la FAB junto con la Federación Argentina de Mountain Bike y la nueva Federación Argentina de Ciclismo fundaron la Unión de Ciclismo de la República Argentina (UCRA), el puntapié inicial hacia una organización común y coordinada de los deportes relacionados a la bicicleta. Héctor Ciappino, presidente de la FAB, de la Comisión Panamericana de BMX y vicepresidente de la UCRA, sostiene que se trató de un antes y un después: “Significó tener una identidad madre sobre el ciclismo, es un gran reconocimiento en el mundo y a nivel nacional para acceder a becas en el plano internacional”.

Ciappino destaca que el objetivo de la FAB no es únicamente acompañar a los niños en su formación deportiva o profesional sino también como personas. “Uno de los valores que tenemos es la cooperación, el ambiente del BMX es muy familiar porque la participación de las familias es permanente, en los entrenamientos y las competencias”, afirma.

Tras el afianzamiento institucional, hoy todos los clubes provinciales o locales cuentan con un seguro anual para los chicos en caso de accidentes, recuperación u operaciones, por ser considerado el BMX una disciplina extrema. “Quienes organizamos este deporte somos también quienes lo practicamos, y como padres somos conscientes de los riegos, porque puede haber lesiones óseas, de rotura de clavícula o de muñeca”, dice Zito.

La FAB cuenta con el reconocimiento de la Secretaría de Deportes de la Nación y brinda becas a nivel nacional y provincial para clubes, para profesores o para quienes desean practicarlo. Como es un deporte amateur, no tienen sponsor o inversión para que los chicos viajen o compitan internacionalmente, y aquí es central la función del Estado. “No siempre está el apoyo que se merece, es difícil competir mundialmente en otros países, pero todo cambió en 2008 cuando se reconoció como deporte olímpico en Pekín. Y nosotros aprovechamos estos momentos para difundir esta disciplina”, agrega Zito.

El BMX va más allá de transitar una pista en el menor tiempo posible o de realizar maniobras de acrobacia en una bicicleta de 20 pulgadas, es una pasión que se vive a flor de piel. Lautaro Ignacio Rodríguez Durazzo (16) comenzó a practicar BMX Race hace 10 años. Con entrenamiento duro y continuo logró dominar la bici y hoy lo disfruta al máximo. “Este deporte significa todo para mí, me encanta y busco superarme día a día. Lo que más me gusta de este espacio es que tengo el lugar para divertirme, entrenar y estar con mi grupo”, comenta.

La variante que practica se diferencia por la bicicleta liviana, combinada con saltos, giros rápidos y alta velocidad que se logra en las salidas desde el partidor. Éste es una estructura metálica de unos 0,55 metros de altura y 0,8 de longitud, con separadores de hierro romboidal o chapa que cae hacia adelante. Ocho competidores apoyan las ruedas delanteras haciendo equilibrio y, al momento de la orden de largada, se encienden las luces del semáforo, cae el partidor y los corredores pasan sobre ella tomando velocidad por la pendiente de la rampa.

“Si bien es muy extremo, me encanta la adrenalina, las competencias me permiten viajar, conocer lugares y personas. Esto no podría hacerlo sin mis papás que me apoyan, me motivan a seguir mejorando, y a la Federación”, remarca. La pandemia repercutió a nivel institucional y deportivo, pese a ser una actividad al aire libre. Se mantuvo el contacto por Zoom, por grupos de WhatsApp o con entrenamientos desde casa. “El profe nos entrenaba por Zoom y mi papá me armó un mini gimnasio. Fue muy raro el regreso a la presencialidad después de tanto encerrado, extrañaba la competencia”, admite Lautaro.

En el mundo del BMX son conocidos muchos varones, pero cada vez son más las niñas y mujeres que lo practican. En 2013, se anunció que las chicas tendrían su propia división en los X-Games que se iban a celebrar ese verano. Además, en la fase de apertura de ciclismo en los primeros Juegos Sudamericanos de la Juventud en Lima, Perú, la Argentina obtuvo la medalla de plata en mujeres (y el cuarto lugar entre los hombres). La tucumana Fiorella Bosch ganó con total autoridad su competencia. Otras destacadas son Gabriela Díaz, medalla de plata en los Time Trial y bronce en los Juegos Odesur disputados en Chile en 2014, la cordobesa María Belén Dutto, representante olímpica en Pekín 2008, Florencia Soriano, actual campeona nacional, y la joven promesa Violeta Amadei.

Como ellas, Milagros Valle (16) también eligió el BMX. Empezó hace 3 años y la apasiona hasta el mínimo detalle. “Es el deporte más lindo que hice y lo que más me gusta de este espacio son las amistades que hago y andar en la pista es hermoso. No se puede comparar con ningún otro por el nivel de adrenalina que genera, el compromiso y la emoción de cada entrenamiento y carrera”, asegura. Como Lautaro, extrañaba las pistas: “El regreso presencial fue muy lindo, pero es un desafío muy grande porque una pierde la costumbre después de tanto tiempo”.

“La pandemia jugó en contra para el desarrollo del deporte, ya que el BMX implica poner el cuerpo y la presencialidad. Muchos desistieron de seguir compitiendo por la falta de entrenamiento, por eso nuestro objetivo es que todo vuelva a ser como antes con los protocolos correspondientes”, expresa Ciappino.

El retorno a la práctica fue adaptándose en cada provincia a las restricciones de la pandemia. Y no todo fue negativo, puesto que se acercó gente nueva motivados por tratarse de un deporte al aire libre. En Mendoza o en Bahía Blanca ya se está compitiendo hace un año, pero en el AMBA recién ahora, como en Vicente López, donde este fin de semana se realizó el Campeonato Bonaerense 2021, una buena oportunidad para conocer de primera mano este deporte.

Argentina, campeón mundial de futsal en los dos lados de la grieta

Argentina, campeón mundial de futsal en los dos lados de la grieta

En abril pasado, la Argentina obtuvo el título de la Asociación Mundial de Futsal, en el torneo organizado en Misiones.

Argentina es campeona de un mismo deporte, dos veces. No, no porque haya salido bicampeona, es decir que haya ganado dos torneos en forma consecutiva. Hablamos del futsal, la variante moderna del fútbol de salón que posee dos entes rectores internacionales diferentes, y en los dos máximos certámenes, la selección fue la ganadora. En abril pasado obtuvo el título más reciente, en la localidad misionera de Montecarlo, al superar en la final nada menos que a Brasil. A continuación, un panorama de una la rivalidad entre dos sectores, uno encabezado por la poderosa Federación Internacional de Fútbol Asociado (FIFA) y el otro por la más sacrificada Asociación Mundial de Futsal (AMF).

La AMF y la FIFA funcionan como organizaciones independientes, con estructuras y competencias diferenciadas. En el país, la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) se vincula a la FIFA. Se trata de dos entes con centralidad económica y marketinera, ligados al profesionalismo y a los clubes más poderosos del globo. Mientras que del otro lado, la Confederación Argentina de Futsal (CAFS), ligada a la AMF, opera en un ámbito federal, descentralizado, y con un espíritu amateur que fomenta otros valores sociales. Y si la FIFA tiene su cuartel general en Suiza, el de la AMF está en Paraguay.

Ariel Avveduto, director técnico del seleccionado argentino campeón del mundo en abril, dedicado hoy a un proyecto deportivo-educativo en el Club Defensores de Florida (Vicente López), señala que la actualidad debe explicarse desde la rica historia del futsal, que en Argentina tiene más de 60 años: “A mediados del 80 y principios de los 90, FIFA decide que todo lo que esté vinculado a un balón, que se patea  o que puede tener un derivado del fútbol, le pertenece. Esto produce una pelea a nivel internacional que deriva en una gran crisis dentro la organización inicial (FIFUSA), de la que termina surgiendo la AMF con los disidentes de un pacto espurio firmado a las sombras de la asamblea de FiFUSA. A partir de ahí el deporte queda dividido”.

Actualmente, el Torneo Oficial de Futsal Argentino, organizado por AFA (que en la práctica se adueñó del nombre del deporte), cuenta con 4 divisiones y un total de 87 equipos participantes, 83 de ellos radicados en CABA y el Área Metropolitana, según los datos del sitio web oficial de la Asociación. Esta liga reúne a clubes como Boca y River (entre otros de renombre), y sus planteles contratan jugadores, que perciben ingresos fijos, aunque también hay quienes tienen otros trabajos y registran ingresos menores o contribuciones de distintos sponsors.

En contrapunto,  Avveduto remarca los atributos relevantes que ponen en valor a la CAFS, como la promoción de las categorías formativas infanto-juveniles y la concepción federal, elementos que no existen en la otra vereda: “Hoy la Confederación tiene -en el plano formal- casi 50 mil jugadores federados, mientras que la AFA posee entre seis y siete mil jugadores, prácticamente concentrados en CABA y el Gran Buenos Aires. Nuestros jugadores son amateurs, no cobran dinero por su actividad. Sin embargo, son realmente profesionales en lo que hacen, porque entrenan como deportistas de alto rendimiento, haciendo un esfuerzo enorme, como si vivieran de esto, para poder participar.”

Avveduto también señala que la CAFS tiene una fuerte presencia en la provincia de Buenos Aires con seis mil jugadores registrados en la Asociación Metropolitana de Futsal, la misma cantidad que AFA. En ese torneo juegan instituciones antiguas pero menos conocidas como Estudiantil Porteño, Comunicaciones, Banco Nación o el ya mencionado Defensores de Florida, cuyo equipo conduce el ex entrenador de la selección.

Pero hay otras zonas importantes para el desarrollo de este deporte, como Mendoza, Chubut y  Tierra del Fuego. La Confederación se extiende por unas 70 ciudades del país, que pertenecen a con distintas federaciones. Quizá la parte más resonante del conflicto sea aquella que motiva el éxodo de jugadores formados en la Confederación hacia la AFA por razones obvias. “Se llevan a muchos jugadores nuestros por un tema de marketing. La atracción que genera hace que muchos talentos nuestros, principalmente en el ámbito metropolitano, se fuguen. Y no hay una ley que nos ampare. Si bien existe una ley nacional de Derecho Formativo, al ser dos federaciones separadas, nos impide a hacerla valer. Del otro lado se los llevan por muy poquito”, dice Avveduto.

Lino Echeverría, presidente de la Federación de Formosa, remarca también el federalismo de las competiciones de CAFS. Como ejemplo, señala el Torneo Argentino de Selecciones, en el cual participan representaciones de ciudades como Esquel, Formosa, Roque Sáenz Peña, o la ciudad de Mendoza (actual tetracampeón). “En el 2011, en Formosa se arrancó con un torneo federal que fue abarcando no solamente las provincias sino las ciudades. Tenemos una liga de 32 equipos, con una división de honor de 12 selecciones, y las categorías A y B de 10 cada una. En el congreso anual de este año, que se hizo en enero en Posadas, se estableció el calendario deportivo de todo el año. Formosa está encargada de organizar el torneo Copa de Oro del 8 al 15 de septiembre”, agrega.

En el año 2018, luego del auge del campeonato mundial de Futsal obtenido por el selccionado dependiente de la AFA en el torneo disputado en 2016, en Colombia, la institución que preside Claudio Tapia avanzó también en la creación de una Liga Nacional de Futsal, para ampliar su alcance al interior del país y disputarle terreno a la CAFS. Frente a esta novedad, Avvedutto y Etcheverría concuerdan sobre la importancia del torneo de selecciones como un producto atractivo y con un valor único por el alcance real a todo el país.

Otro torneo de la CAFS es el Nacional de Clubes, con ligas masculinas, femeninas, menores e infantiles, que se celebra en diferentes localidades del interior. En muchos casos, los jugadores deben cubrir los costos de alojamiento durante la disputa de los torneos, aunque la confederación gestiona acuerdos para otorgar descuentos con cadenas hoteleras. Etcheverría dice que lo que nos diferencia de AFA es que ayudamos comprando toda la indumentaria deportiva para el jugador y los clubes. Nos resulta muy difícil competir en esto contra el poder adquisitivo, los medios y el apoyo de la prensa que tienen los equipos de AFA. El estado de Formosa cuando puede nos ayuda. Pero si no contamos con ayuda, con la comisión tenemos que trabajar, vendemos pollos, bingo, rifas, lo que se te ocurra”.

Francisco Correa, médico radicado en la ciudad misionera de Comandante Andresito, Misiones, es el kinesiólogo de la Selección Argentina y cuenta que durante la preparación de partidos durante los meses previos al Mundial no se dejó de lado la actividad social. Concurrimos a escuelas, comunidades aborígenes, merenderos con chicos carenciados. Por ejemplo en Montecarlo, durante la concentración, visitamos todas las escuelas de la ciudad. En ese sentido la actividad de la selección es muy humana”, cuenta.

Consultado sobre estas actividades, Avveduto resume una relación intrínseca entre la actividad social y el origen del fútbol de salón, que no es fútbol en realidad, sino un deporte diferente con reglas inspiradas en el básquet, en el hockey sobre patines, el waterpolo y el handball, además de ser, junto al pato y el cestobol, una de las tres únicas disciplinas deportivas surgidas en Sudamérica. “El fútbol de salón es un deporte pobre, de los sin jeta -como digo yo-, de los olvidados de siempre. Pero con una organización a nivel nacional que debe ser la más federal de todas”.

En definitiva, el Mundial jugado en Montecarlo sirvió de excusa para mostrar una confederación alternativa, que existe hace tiempo con una historia rica, interesante y competitiva. Dice Etcheverría: “Ya hemos ganado antes un Mundial, en 1994, con dos formoseños. Aparte de ser una liga federal, es participativa e inclusiva: en Formosa, tenemos las mismas posibilidades que Buenos Aires y Mendoza. Ellos tienen una mejor estructura, pero a la hora de la verdad somos cinco contra cinco, somos deportistas que intentamos hacer lo mejor posible. A veces perdemos o ganamos, pero nunca está nada dicho hasta que se juega.” Más allá de las internas, al menos en futsal de Argentina puede festejar algún título. Y por partida doble.

 

 

 

 

“Los videojuegos ya no son solo cosa de nenes”

“Los videojuegos ya no son solo cosa de nenes”

«Es un WIN-WIN, porque para las empresas y agencias de publicidad les sirve involucrar a las mujeres y a las mujeres también les sirve que se las incluya, entonces, ¿qué están esperando?»

¿Cómo empezó la idea del canal de YouTube?

Todo empezó cuando en la última agencia en la que trabajé la estaba pasando mal. Era malísimo lo que sucedía, era mucho stress laboral. Tenía momentos con tiempo libre y entonces se me fueron ocurriendo cosas para hacer. Después de varios proyectos personales, apareció el Podcast #NoHayBrief,  que lo podía producir mientras trabajaba. Pero cree el canal “Pibas jugando FIFA” y  reflexioné: “Necesito mucho tiempo, para aprender a editar, grabar y hacer un montón de cosas. El trabajo en la agencia no me está ayudando y estoy harta”. Entonces renuncié y actualmente soy redactora publicitaria freelance, eso me permite tener tiempo para trabajar en lo que quiero hacer.

¿Por qué FIFA y no otro juego?

Jugué al FIFA toda la vida, desde que soy chiquita, con mi hermano. Primero fue el Winning Eleven, luego el Pro Evolution Soccer y posteriormente el FIFA en modo online. Cuando volvía de mi trabajo y no tenía otra cosa que hacer, jugaba al FIFA o miraba una serie.

Pensé: “Si no laburo en publicidad, ¿qué hago?” De repente te das cuenta de que podés convertir tu hobby en algo redituable, por más que hoy en día no esté ganando plata. Pero podés convertirlo en algo más.

Empezaste el canal con una futbolista profesional. ¿Cómo fue eso?

Ya tenía contacto con Pepi (Estefania Pepi Piazza, jugadora de Racing Club) desde antes. Es amiga mía desde hace 8 años y la conocía cuando todavía ni jugaba a la pelota y siempre estuvimos en contacto. Cuando se me ocurrió la idea, fue la primera que se enteró y ella obviamente se re copó.

¿Cuál fue la reacción de la comunidad?

Creo que me fue muy bien, porque en Twitter tenía cierta cantidad de seguidores a los que les gustó la idea y la compartieron, entonces se armó un efecto de bola de nieve. También creo que cayó en un momento justo, por eso funcionó y mucha gente lo banca, otros youtubers me escribieron bancandome, ya sea de FIFA o de otras cosas. Asimismo está el “Raúl” que me manda a lavar los platos, pero ahí es cuando queda en una convertir eso en una cosa divertida y no en una agresión.

Hasta ahora se fueron organizando distintos eventos de eSports sólo para hombres ¿Qué cosas faltarían para que haya eSports femeninos y profesionales?

Depende mucho de los organizadores de eventos y de que empiecen a abrir un poco la cabeza ellos. Antes se podían agarrar de la idea de que no hay mujeres que jueguen videojuegos, pero ahora ya no tienen esa excusa. En definitiva,  los videojuegos son considerados como cosas para nenes y todos se están dando cuenta que no es así. Está en las manos de las instituciones y los sponsors dar visibilidad, además es un “WIN-WIN”, porque para las empresas y agencias de publicidad les sirve involucrar a las mujeres y a las mujeres también les sirve que se las incluya, entonces, ¿qué están esperando?

Es literalmente machismo.

Sí ¿Sabés cuál es el otro problema? no hay mujeres trabajando en las agencias, por ejemplo. Hasta ahora en todo de lo que yo participé, a lo que me invitaron -cosa que agradezco muchísimo- había solo hombres y si bien entiendo que mostrándome a mí intentan, a su manera, ayudar, creo que si hubiese más mujeres en esos espacios esto hubiera pasado mucho antes.

Es decir, parte del problema son las estructuras de las empresas y de las instituciones.

Tal cual, imagínate que hoy vos vas a un evento de eSport y son todos hombres, desde un camarógrafo, un periodista, un conductor, los invitados. ¿Chicos, no le parece raro mirar alrededor y ver que no haya ni una sola mujer?

¿Qué pensás acerca de la reciente profesionalización del fútbol femenino anunciada por la AFA? ¿Qué cosas sugerirías para mejorar?

Se podría haber hecho antes, así y todo celebro que esté pasando, pero también creo que falta mucho y también falta ver cómo se hace. Creo que en un principio hay que darles más espacio a los equipos femeninos, para que puedan generar la ganancia necesaria para que les sea redituable a todos. Por ejemplo, el hecho de que las jugadoras de Boca y de Lanús hayan podido jugar en La Bombonera les permitió tener un montón de visibilidad y eso hizo que la gente las empezara a ver y seguir.  Imaginate si pasara eso con cada equipo. El Barcelona hace poco llenó el estadio, una locura. Para que te hagas una idea, a diferencia de los hombres, las futbolistas mujeres tienen que pagar parte de sus propios pases. Hoy eso tiene que cambiar.