“El FMI nunca va a aprobar un programa expansivo”

“El FMI nunca va a aprobar un programa expansivo”

“El malo de la película no es el Fondo, la impericia está del lado del Gobierno”, dictamina Emmanuel Álvarez Agis refiriéndose al acuerdo de la Argentina con el FMI. Déficit fiscal, deuda externa, inflación, dólar, tarifazo, ajuste y recesión son términos que suenan y resuenan en los medios y tiñen de incertidumbre el futuro de la población. Economista, docente de la Universidad Nacional Arturo Jauretche y director de la consultora PXQ, Álvarez Agis abre las puertas de su amplio pero sencillo departamento en el barrio de Palermo para arrojar luz sobre un debate que algunos prefieren no dar. Mientras pone el agua para el mate dentro del termo, comenta: “Son tiempos de austeridad, no vaya a ser cosa que la dejemos enfriar en la pava y tengamos que volver a prender la hornalla”.

Emmanuel Alvarez Agis, ex viceministro de economía y docente, sentado de frente.

Emmanuel Alvarez Agis, ex viceministro de economía y docente.

¿Era irremediable recurrir al FMI?

A esta crisis la defino como un tropezón que fue caída. Ni de cerca la economía estaba como para terminar con un acuerdo con el Fondo que técnicamente es el prestamista de última instancia. Lo que hicieron fue insólito, una comedia de enredos del actual equipo económico. El Banco Central agravó una corrida cambiaria, mostró debilidad y, al hacerlo, el mercado se puso nervioso.

Si usted fuera el ministro, ¿qué hubiera hecho?

Hubiera puesto una oferta de dólares muy fuerte por parte del Banco Central, con un valor deseable de entre 20,50 y 21 pesos, para estabilizarlo, hubiera subido la tasa de interés en un 40% desde un principio, y hubiera vendido todos los contratos de dólar futuro que pedía el mercado. Brasil lo hizo y la devaluación no fue ni un tercio de lo que fue acá.

Argentina es, históricamente, dependiente del financiamiento externo, ¿por qué?

En primer lugar, tenemos una estructura productiva deficitaria de base en materia de dólares, ya que el 30% de los insumos que necesita son importados. Cuando compramos un sachet de leche, un medicamento o un auto estamos consumiendo dólares, porque el componente importado para su producción es alto. En segundo lugar, está el tema financiero ya que cada ocho o doce años tenemos una devaluación fuerte. Si a esto se suma un régimen de políticas económicas que liberaliza el mercado, lo desregula y abre las importaciones, el problema se agudiza.

¿Cómo se logra mayor autonomía?

A través de una planificación sostenible, teniendo en cuenta la experiencia de países que ya se han industrializado pero que, aun así, protegen a los eslabones más débiles de sus economías. Francia lo hace con el aceite de soja, Estados Unidos con la producción de limones. Nosotros tenemos la economía invertida, nuestro eslabón débil es la industria y el fuerte es el campo. Deberíamos decir “viva el libre comercio para la soja pero no para las computadoras”, por ejemplo.

¿El gobierno de Cambiemos se apuró al abrir la economía?

El libre comercio es la panacea del funcionario público, cree que una vez ahí se puede echar a descansar. El gobierno pone de modelo a Chile, pero la producción de cobre chilena es estatal. Bolivia nacionalizó los hidrocarburos. En Argentina la soja es privada. Cuando hacés el cambio estructural de base, te podés dar el lujo de implementar políticas de libre mercado, si lo hacés antes de fortalecer los puntos débiles de tu economía, te fundís.

Emmanuel Alvarez Agis sentado de perfil, hablando con su mano levantada y un mate sobre la mesa.

“El malo de la película no es el Fondo, la impericia está del lado del Gobierno”, afirma Emmanuel Álvarez Agis refiriéndose al acuerdo con el FMI.

¿Qué opinás sobre los tarifazos?

El problema de las tarifas es el dogmatismo por parte del Gobierno. Cuando existe faltante de un producto, la solución está dada siempre por la baja de la demanda (consumir menos), o la suba de la oferta (producir más). Cambiemos, en vez de buscar generar más gas y aumentar la oferta, le dice a la gente que apague el piloto del calefón. La cuestión de fondo es para qué hacen los aumentos. La respuesta de Macri es para tener más energía en el futuro y recuperar el autoabastecimiento. Pero si mirás los números de producción de petróleo de gas (fuente de producción de la electricidad) tras un aumento acumulado de tarifas de un 1300%, el nivel de producción ha disminuido.

El Presidente vetó la Ley Antitarifazos porque, dijo, significaría un costo fiscal de 15 mil millones, ¿es así?

Es falso, ya que si bajan las tarifas la plata queda en manos de los consumidores que no evaporan o queman  el dinero, lo gastan, y al hacerlo contribuyen con el 21% de IVA. Y la empresa que les vende lo que compran paga el 35% de ganancias, por ende el fisco recauda igual.

¿Ya no sirve la excusa de “la pesada herencia”?

Cambiemos recibió una economía que tenía problemas complejos, pero la transformó en un tren fantasma. Para resolverlos virtuosa y no tortuosamente, probablemente la relación con Estados Unidos, el mercado y las empresas debía ser más tensa. Sin embargo, Macri configuró la economía para que el mercado haga y deshaga a su antojo.

¿Cuál es el impacto para la Pymes?

En los últimos dos años se han cerrado unas tres mil empresas. La situación cambia según te acerques o alejes de la General Paz. Las Pymes del polo industrial  más orientadas al mercado interno o a la sustitución de importaciones están cayendo a razón de dos dígitos desde 2016. Están al límite, se tienen que achicar a su mínima expresión y tratar de sobrevivir. En cambio, las que exportan pueden compensar la caída del mercado interno con la suba del dólar, no porque estén exportando más sino porque le dan más pesos por el mismo nivel de producción.

Emmanuel Alvarez Agis sentado en un sillón con las piernas cruzadas.

«Cambiemos recibió una economía que tenía problemas complejos, pero la transformó en un tren fantasma».

¿Cuál es la perspectiva para este año y el próximo?

Tenemos un déficit fiscal de 30 mil millones de dólares por año. Hay dos maneras de cerrar este déficit: o importás menos, achicás la economía y por ende te empiezan a sobrar dólares; o exportas más y empezás a generar más dólares por la vía expansiva. Cuando se va al Fondo la señal es “vamos a solucionar el déficit por la vía de la recesión”.

¿Por qué?

Porque el FMI nunca va a aprobar un programa expansivo en el cual la Argentina exporte 30 mil millones de dólares más en contra de EE UU, China o Europa. Argentina no le exporta a Júpiter, le vende a un país del mundo, y entonces, si exportamos más, hay un país que por definición va a producir menos. El mercado es uno y quien vende más gana mercado en detrimento de otro.

¿El economista olvida que detrás de los índices hay personas?

El economista es como un médico, la diferencia es que en vez de atender un enfermo trata con los habitantes de un país. La ideología entra cuando se piensa en que el paciente la pase mejor. Si hay un paciente con una gangrena, para que viva, el médico le tiene que cortar la pierna. El tema con un gobierno market friendly, como el actual, es que se te encarna la uña gorda del pie y te cortan la pierna por las dudas.

¿La economía maneja a la política o es a la inversa?

La economía le brinda a la política los bordes de la cancha y le indica que puede jugar dos metros a la izquierda o a la derecha. Si la política se va tres metros, queda fuera de juego. Los buenos políticos son los que juegan hasta el 2,10 del margen.

¿El futuro en picada?

¿El futuro en picada?

“Entre el gas, la luz y el agua tenemos prácticamente 200 mil pesos de gastos, así es muy difícil salir adelante”, sostiene ante ANCCOM Luis Figueroa, presidente de la comisión coordinadora de la cooperativa. Como una carta de presentación, la frase pone de relieve uno de los conflictos más urticantes a nivel macro y microeconómico en la actualidad. Gestionada por sus trabajadores desde 2002, y establecida definitivamente como cooperativa hace una década, Torgelón es un botón de muestra de un colectivo de empresas que se insertan en el mercado intentando esquivar la lógica verticalista y jerárquica del capitalismo ortodoxo. No obstante, la realidad de la reconocida usina de salames, jamones y otras delicias no escapa a la recesión imperante. “Antes trabajábamos ocho horas todos los días, hoy en día trabajamos seis e incluso cuatro, la ventas caen cada vez más, por ende la producción también; la cuestión gubernamental es otra traba para la distribución a cadenas de supermercados. Hace cuatro años que presentamos los papeles para licitar productos clave como el salame picado fino, el milán y el jamón crudo, todavía no obtuvimos respuesta”, reflexiona Figueroa.

En la misma línea opina Víctor Sena, uno de los encargados del deshueso y el desangrado final de la carne destinada a ser embutido, quien identifica el problema no solo a nivel productivo, sino también cultural. “Los servicios subieron un mil o mil cien por ciento en dos años y nosotros no hacemos un producto de primera necesidad, antes la picada del fin de semana era una cuestión religiosa, desde hace dos años, si podés comer una por mes ya es mucho”, explica con gesto de resignación. Sena es uno de los trabajadores más antiguos del establecimiento, vivió en carne propia la transición al cooperativismo. “La situación fue complicada, los patrones se fueron y se llevaron todo, como estábamos desesperados por llevar un mango a la casa nos organizamos y el que se quiso ir, se fue”. Más allá de puntos de vista diferentes o entredichos propios de la convivencia laboral, el cooperativista resalta la horizontalidad en la toma de decisiones. “No hay nada más democrático que una cooperativa”, asevera.

Si bien ciertos movimientos y ausencias dentro de la fábrica generaban algo de desconcierto, ningún integrante se imaginaba allá por 2002 lo que podía llegar a suceder. “Fue medio raro porque en esa época se trabajaba muy bien acá, hacíamos horas extra y nos quedábamos hasta las siete de la tarde, no nos imaginábamos que (la empresa) iba a quebrar. De repente vinieron y nos dejaron sin nada”, relata José Contreras, mientras manipula una pata de jamón crudo. Contreras trabaja en Torgelón hace 19 años, aunque se encarga principalmente del secado de jamón y salamín, se define como un «multifunción». Precisamente la versatilidad para ocupar diferentes puestos es lo que permitió el crecimiento y la consolidación de la empresa. “Al principio nadie sabía que iba a pasar ni lo que iba a hacer, pero de a poco fuimos volviendo a producir, a llamar a los clientes, nos dieron subsidios para comprar maquinaria y materia prima, y en dos años pudimos volver a funcionar con cierta normalidad”, detalla.

La comisión directiva está conformada por un presidente, un secretario, un tesorero, dos vocales, un síndico y un suplente de síndico. Las elecciones se dan cada tres años, con asambleas intermedias ante casos particulares como compra de materiales o decisiones comerciales. “Nosotros antes no estábamos acostumbrados a tomar decisiones ni a ser responsables de la empresa, somos 58 empleados y hay 70 opiniones; el consenso es difícil pero de todas formas es posible, no hay grandes conflictos”, afirma Figueroa, quien preside la cooperativa hace siete años.

El edificio, una mole de concreto que ocupa prácticamente media manzana, se encuentra en la frontera entre Caballito y Flores. Casi el 90 por ciento del espacio está ocupado por el sector de producción, mientras que el 10 por ciento restante lo ocupa la administración. Esta división es notoria no solo a nivel estructural y físico: las cinco mujeres abocadas a las actividades “de oficina” representan el único personal femenino de la cooperativa.

“La situación del país está mal, pero creo que de a poco y unidos vamos a mejorar” asegura Lucila Invitto (24), quien se encarga del archivo y el registro mensual de ventas. Una de las voces más experimentadas, dentro del sector en particular y de la fábrica en general, es la de Patricia Almendra (54), encargada de las cuentas corrientes y empleada desde hace más de 30 años. “Al principio fue muy difícil, era llorar y llamar a los clientes para avisarles que íbamos a seguir, siempre hubo continuidad, la cuestión era especializarse en el sector propio de cada uno, y después aprender a hacer un poco de todo; ahora la situación no está bien en general, pero yo soy optimista por naturaleza, me convenzo y me creo que vamos a salir adelante. A como está el país, nosotros estamos bárbaro”.

A pesar de la visión positiva, Almendra entiende que parte del personal no está comprometido con el trabajo colectivo, e intenta imponer su voz ya sea por su condición masculina o por su antigüedad. “Hay gente que no entiende que tiene que trabajar hoy para cobrar mañana, es un frigorífico machista, a veces una alza la voz y no le prestan atención”.

“Cuanto más dure este gobierno, más problemas estructurales va a generar”

“Cuanto más dure este gobierno, más problemas estructurales va a generar”

Si alguien despertara después de estar dos meses dormido y se encontrara con la situación actual de la economía, ¿cómo se le explica lo que acaba de ocurrir?

El problema es que Federico Sturzeneger, presidente del Banco Central, cree que la inflación es por emisión monetaria. Sostiene que el Banco Central imprime billetes, llena de pesos el mercado y eso se traduce en inflación. De esta forma, el Banco Central emitió las Lebac (Letras del Banco Central) en pesos. Cree que la mejor forma de sacar pesos de circulación es que el sistema financiero o los fondos de inversión lo compren con un determinado interés. Y para hacerlo atractivo puso una tasa de interés alta. En el 2016 llegó al 38 por ciento, cosa que es grave porque no había negocio en la Argentina que diera una tasa de rentabilidad tan alta como las Lebac. El gobierno de Macri, complementando esta medida, liberalizó la cuenta de capital de la balanza de pagos, es decir, le dio total libertad las inversiones financieras especulativas para entrar y salir en el momento que quisieran. Así se volcó toda la inversión a la Lebac y no a los dólares. Así se trajeron dólares del extranjero, se cambiaron a pesos, con eso compraron Lebac con una tasa de rentabilidad que ningún país del mundo tenía. Esto generó un crecimiento infernal del stock de Lebac al punto que la cantidad adeudada pasó a ser igual en dólares a las reservas que tiene el Banco Central, dejando a la economía argentina en una fuerte fragilidad. Y esa fragilidad quedó demostrada en las últimas semanas cuando los grandes bancos, como el JP Morgan, como no estaban conformes con ciertas políticas económicas de Macri, empezaron a vender las Lebac y a comprar dólares y se inició así una fuerte corrida cambiaria.

¿Cuál es el desacuerdo que los llevó a eso?

En principio no están conformes con la tasa interés que les pusieron, porque ellos entraron con una tasa del 38 por ciento y el gobierno en la conferencia de prensa de 28 de diciembre del año pasado la intentó bajar al 27. Otro punto importante es que no confiaban en que el gobierno genere las condiciones para pagarles la deuda y darle los dólares que querían obtener de rentabilidad financiera. Esto fue un negocio abismal para los bancos porque se fueron de las Lebacs, compraron dólares a 20 pesos y con una tasa interés de 27 por ciento y el famoso supermartes volvieron con un tipo de cambio a 25 pesos por dólar y la tasa interés al 42 por ciento, por lo que entre semana se llevaron 11 mil millones de dólares. Compraron más pesos que reinvirtieron en Lebac a una mayor tasa de interés y obligaron al gobierno a recurrir al FMI para que sea garante.

Respecto al supermartes, el ministro Luis Caputo consideró que hubo un voto de confianza a la política económica del gobierno y dio a entender que está todo bajo control. ¿Qué opinión tenés sobre eso?

Lo que hicieron los bancos es dar una tregua pero, ¿a qué costo? Pérdida de 11 mil millones de dólares de reserva, tasas por las nubes y una maxidevaluación de la moneda nacional con un recrudecimiento de la inflación. Esa tregua la termina pagando la pequeña y mediana empresa, la clase trabajadora, el jubilado. Es falso y la demostración clara es que ya el Banco Central perdió totalmente soberanía económica porque ahora cada martes que vencen las Lebac le va a tener que decir a los bancos que tasa interés quieren para poder renovarlas, porque imagínate vos que Sturzeneger le diga a los bancos que la tasa de interés no va a ser más de 42 por ciento, sino que va a ser de 16 porque quiere estimular la economía, darle crédito a las pymes. Los bancos salen a vender todas las Lebac. Si venden todas las Lebac y salen a comprar dólares el Banco Central se queda sin reservas. El Banco Central ya no maneja dos variables que son centrales para manejar la economía argentina: la tasa de interés y el tipo de cambio; ahora las va a manejar el sistema financiero del FMI.

Sturzenegger consideraba que la suba del dólar no debería impactar en el aumento de precios.

Eso ya está descartado, todos los días los diarios están reflejando el aumento de precios que estamos experimentando, sobre todo en alimentos, por culpa de la devaluación. En Argentina la devaluación siempre se traduce en inflación, porque acá la economía está fuertemente dolarizada y muchas empresas, sobre todo por insumos industriales, tienen dolarizada su tasa de ganancia con lo cual, si vos devalúas, te suben los precios y además por haber dolarizado los combustibles y las tarifas de los servicios públicos es imposible que no se traduzca la devaluación en inflación.

¿Porque los servicios públicos están dolarizados? ¿Qué significa eso?

Eso significa que los servicios públicos no sólo van a subir porque le van a quitar los subsidios que anteriormente tenían, sino que se aseguran a la tarifa a nivel internacional y en dólares. Si están dolarizados, tienen que subir la tarifa del servicio público en cada devaluación de la moneda nacional. Lo mismo pasa con el combustible, ellos toman el precio internacional del combustible y lo trasladan a la Argentina, entonces las petroleras quieren ganar lo mismo acá que en los otros países.

¿Hay algún motivo que explique la dolarización de las tarifas?

No, sólo el aumento de la rentabilidad de las empresas energéticas y petroleras con un agravante: el discurso de ellos dice que así las empresas van a invertir más en producción de petróleo gas y vamos a volver a la soberanía energética en la Argentina. Todos los datos del gobierno de Macri demuestran que está cayendo la producción del petróleo y gas y que estamos importando cada vez más energía.

Al momento de explicar la crisis los ministros recurren al argumento del factor externo y el del déficit fiscal. ¿Son esos los factores que la desencadenaron?

Es cierto que el mundo se volvió más complejo a partir de que Estados Unidos definió subir la tasa de interés de la Reserva Federal que es la referencia de todo el mundo. Eso hace subir la tasa interés a nivel mundial y Estados Unidos se transforma en aspiradora de dólares. Además se encarece el endeudamiento externo. En este contexto adverso para todos los países del mundo el país que tuvo la corrida cambiaría más fuerte y el único que tuvo que recurrir al FMI fue Argentina, con lo cual se demuestra que, si bien el contexto internacional puede ser adverso, el problema es que Macri generó un modelo económico muy vulnerable al shock externo. La fragilidad del modelo económico argentino es una construcción de Macri y cada problema que haya a nivel internacional va a terminar repercutiendo muy fuerte en la Argentina como pasaba en los ´90.

El gobierno señala que este es el camino correcto y que no queda otra. ¿Es así?

No, claramente no. Hoy necesitamos un modelo que apueste a la industrialización, que genere puestos de trabajo, que la inversión productiva esté por arriba de la financiera, proteger el mercado interno, hacer crecer los ingresos de los argentinos para que consuman. Para generar más independencia económica se necesita desendeudar a la argentina y regular el mercado cambiario, para que no haya fuga de capitales. Hay otro modelo distinto, que ya tuvimos. Y siempre es la misma pugna que tenemos que va de un modelo productivo de distribución del ingreso y generación de puesto de trabajo o a un modelo de valorización financiera y concentración del ingreso.

¿Con qué se va a encontrar el próximo gobierno y, en función de lo que describiste, como se sale de este problema?

Primero hay que ver hasta dónde llegan. Creo que uno de los objetivos es dolarizar la economía Argentina, con lo cual vas a tener más problemas. Cuanto más dure este gobierno, más problemas estructurales va a generar, más difícil va a ser salir y más difícil será para el próximo gobierno poder resolverlos. Por eso yo creo y confío que se termine lo más rápido posible porque si un gobierno con esta característica dura 8 años, los problemas estructurales que generan son un montón y con lo cual al próximo le va a costar desamar.

Si le tocara ser el ministro de economía en 2019, ¿cuáles serían las medidas que tomaría?

Lo primero que hay que hacer es ver como renegociar la deuda, porque es el gran problema que van a dejar, para que los recursos se destinen, en vez de a pagar intereses, a la obra pública, al mercado interno, a reactivar la economía y generar puestos de trabajo. El primer problema que el próximo gobierno va a tener que resolver el problema de la deuda, negociar con los bancos quita de capitales e intereses.

Volvió el trueque en el Conurbano

Volvió el trueque en el Conurbano

En un contexto en donde la inflación acumulada en los últimos dos años es del 65 por ciento, empujada por devaluaciones y tarifazos, numerosos sectores de la población sufren cada vez más para poder adquirir bienes básicos. El impacto es contundente, especialmente en los barrios del Gran Buenos Aires. Este panorama lleva a que con el instinto de sobrevivencia y con la experiencia adquirida en la crisis de 2001, se vuelva a recurrir al trueque, como una forma de intercambio de productos anterior a la aparición de la moneda. Lo que parecía historia vuelve a ser una realidad cotidiana.

Dos mujeres revisan una bolsa de pan en el Mercado de trueque "Lulú".

Ante la agravante situación económica, reapareció una práctica que parecía olvidada: el trueque.

María Magdalena Isasi es una de las administradoras del “Trueque Canje Lulú” en Merlo. “Conocí el trueque hace más de cinco años –relata-, pero cambiábamos objeto por objeto, no era por mercadería; esto empezó recién a finales del 2015. Coordinamos casi todo por Facebook, al principio lo hacíamos en la plaza, frente a la estación de Padua. Algunas tenían un punto de encuentro, pero los inspectores municipales les quitaban las cosas, nos movilizamos y se consiguió el Ateneo de Padua para hacer el trueque, fue una lucha. No fue gratis”.

Isasi continúa narrando su experiencia: “Hoy somos como 35.000 personas, abonamos 15 pesos la entrada para costear los gastos, en un principio éramos todas mujeres, hace dos semanas recién se incluyeron a los hombres, haga calor o frío siempre vienen muchas personas. Cuando alguien no realiza ningún cambio hacemos una colecta de alimentos para ayudarlo”. Para poder ser miembro de este nodo se tienen que asociar enviando una solicitud por Facebook y aclara que no se utilizan bonos de trueque.

Una multitud en el Club Unión de Merlo. Una mujer en primer plano se lleva algunos productos en sus brazos.

Desde finales de 2015, en el mercado «Trueque Canje Lulú» se intercambian mercaderías.

Lorena Cardoso, que va al nodo que funciona en el Club Unión de Merlo, dice que antes el espacio funcionaba en otras entidades, pero tuvieron que mudarse “porque cada vez hay más gente”. “Me enteré por Facebook –cuenta-. Vi una publicación que me interesaba y comencé a ir a principios del año pasado, éramos pocos y ahora somos muchísimos. Para entrar se demora como una hora y media, mi marido trabaja pero nunca me alcanza. La mercadería me sirve mucho, todos los sábados voy religiosamente”. Y agrega que a veces se acerca gente que vive en Capital, en donde todavía no resurgieron los nodos con la misma intensidad.

En la Sociedad de Fomento de Rafael Castillo, Partido de La Matanza, funciona un espacio de trueque desde 2001, los martes y jueves a la tarde y el sábado a la mañana. “En este lugar el intercambio de los productos se realizan por mercadería o por créditos, la entrada cuesta trece pesos o 200 créditos, ahora lo que más se busca es la mercadería”, explica María Rosa, en lo que es uno de los pocos nodos que funciona con créditos –una especie de cuasimoneda- igual que hace 16 años.

La ropa acomodada en el piso del Club Unión de Merlo está lista para ser intercambiada.

Cada mercado de trueque tiene su propia lógica. El de la Sociedad de Fomento de Rafael Castillo funciona con créditos.

En esa zona también existe el “Trueque por Mercadería Rafael Castillo”, que se lleva adelante en la plaza de la estación de tren todos los días. Mediante el uso de Facebook se realiza el contacto y se coordina la entrega del producto. Algunas personas, como Rosana Gómez, ya son habitués de diferentes nodos. “Mi mamá me enseñó cómo es el trueque, vamos a Castillo. En Merlo voy al Martín Fierro, al Club Unión, cambio por mercadería o algún producto que pueda vender en la feria y de esa manera puedo tener algún ingreso”, explica.

Ya en el sur del Conurbano, Marcela Benítez, administradora del Trueque “Cambio por Mercadería Barrio Sarmiento”, dice: “Comenzamos cinco mujeres, hoy somos como 10000. No aceptamos hombres para no tener problemas”. Y agrega: “Mi marido perdió el trabajo el año pasado, él trabajaba en el Hospital Borda, te imaginás lo que pasé. También recolectamos alimentos para sortear a las compañeras que no lograron cambiar nada, de esa forma les ayudamos”. Acongojada y resignada, Marcela comenta y recuerda cómo vivió el 2001: “pensar que volvimos a esto; soy madre de dos hijos y tengo que poner el pecho”.

Dos mujeres venden ropa sobre mesas de madera en el club Unión de Merlo.

Los distintos mercados de trueque tienen una participación mayoritaria de mujeres.

Actualización 30/01/2018

La deuda externa, un respirador artificial

La deuda externa, un respirador artificial

Según el informe publicado este martes por el Observatorio de la Deuda Externa de la Universidad Metropolitana para la Educación y el Trabajo (UMET), la deuda neta en moneda extranjera creció en 55 mil millones de dólares desde la asunción de Mauricio Macri, lo que coloca a la Argentina como el país emergente que más se endeudó a nivel mundial en el último año y medio. “Esto es un sobreendeudamiento que significa el 11 por ciento del Producto Bruto”, afirma el economista Arnaldo Bocco, ex titular del Banco Central y director del Observatorio. Y agrega: “El Gobierno no puede recuperar la recaudación por vía tributaria normal, entonces lo hace a través de un respirador artificial, que es la deuda externa”. Otro problema a tener en cuenta es la fuga de capitales: según los números que maneja Bocco, en el primer cuatrimestre de 2017 salieron del país casi 12 mil millones de dólares entre fuga neta, utilidades y regalías, intereses de deuda y turismo, que este año será record histórico. “Nunca antes los argentinos gastaron 1.100 millones de dólares mensuales fuera del país”, concluye.   

 Por su parte, Andrés Asiaín, Licenciado en Economía y director del Centro de Estudios Económicos y Sociales Scalabrini Ortiz (CESO) coincide en esa preocupación y no cree en el discurso oficial que explica el endeudamiento externo como una manera de evitar el ajuste. “Ese discurso de la deuda como búsqueda del gradualismo se cae cuando uno ve que por más deuda que emitan la inflación sigue estando. Si el dinero se usa para pagarle a docentes, por ejemplo, sería lo mismo emitir moneda, y encima nos ahorraríamos el refinanciamiento internacional el día de mañana”, explica.

Manifestación de agrupaciones políticas y sociales en contra de la derogación de las leyes de pago a los fondos buitre, en marzo de 2016.

Compara esta gestión con la del gobierno anterior cuando comenta: “Todos los problemas que tuvo el kirchnerismo y que generaron el cepo no solo no se están solucionando sino que este gobierno al pedir tanta plata afuera los patea para adelante y los agrava, ya que con la apertura importadora rompe el tejido industrial, favorece la dolarización de la economía y pretende debilitar gremios, eliminar paritarias y bajar las jubilaciones. Todo eso durante cuatro años le deja al próximo gobierno un país muy endeudado como para que no pueda mover los pies del plato y tenga que mendigar refinanciamiento en el exterior.  Para Cambiemos ese no es un mal resultado, es el resultado buscado.”

Agustín D’Attellis,  economista y docente especialista en macroeconomía y mercados financieros tiene una visión similar; no obstante sostiene que el endeudamiento en sí no es algo negativo, sino la manera en que se produce: “Es tan fuerte el ritmo de endeudamiento que empieza a representar cada vez más en la partida presupuestaria, y eso te condiciona la política económica. Sin control sobre el descalce de la moneda y usando los dólares para financiar flujos corrientes, en algún momento esto explota y, lamentablemente, ese momento no está muy lejos”, advierte.

“Es tan fuerte el ritmo de endeudamiento que empieza a representar cada vez más en la partida presupuestaria, y eso te condiciona la política económica», comenta el economista Agustín D’Attellis.

Un cálculo realizado por D’Attellis estima que a este ritmo el gobierno está haciendo asumir a cada familia argentina una deuda de quince mil pesos por mes. Esta estimación permite notar que los que más sufren este compromiso son las clases medias y bajas, a las que les sería imposible afrontar una deuda semejante. “La deuda pública es, como lo dice la palabra, de todos, y la vamos a tener que pagar entre todos, como siempre”, aclara.

Acerca de la recurrencia histórica de la deuda externa, Nicolás Tereschuk, politólogo, Magister en Sociología Económica y docente de FLACSO, analiza que la deuda pública tiene un significado muy especial en la Argentina de los últimos cuarenta años. “El ciclo de endeudamiento arranca con la dictadura militar de 1976.  Se toma deuda, motorizada por empresas privadas, con un esquema de valorización financiera local y luego se produce una fuga de divisas”, reflexiona.  Y agrega: “Lo que me causa gracia es que nos quieren hacer creer que el endeudamiento permite una política económica gradual, pero cuando hilás más fino, ves que tanto la dictadura militar como el gobierno de Carlos Menem y Domingo Cavallo tuvieron un ciclo de endeudamiento igual y es un proceso típico, que no beneficia a los sectores populares ni propicia la industrialización sino a la bicicleta financiera y a la fuga de capitales, y te hace pagar la cuenta al final”.

Según el informe publicado este martes por el Observatorio de la Deuda Externa de la UMET, la deuda neta en moneda extranjera creció en 55 mil millones de dólares desde la asunción de Mauricio Macri.

Tereschuk distingue dos tipos de partidos políticos que han gobernado el país en la historia reciente. “Por un lado, tenés un partido que siempre termina con restricción externa, como el peronismo del 45, o el kirchnerismo. Los gobiernos que asumen después de este partido tienen amplio margen para endeudarse. Por otro lado, está el partido que siempre termina con endeudamiento, como este.” La gran diferencia está, para Tereschuk, en las consecuencias. “El 2015 no fue lo mismo que el 2001, me parece”, ironiza. Y aclara aún más su postura: “Jamás un endeudamiento externo de este tipo se usó para obras de infraestructura. Hay que fijarse que los que fugaron divisas son los mismos que hace poquito blanquearon, y ese dinero sigue en el exterior en un 80 ó 90 por ciento. Por otra parte, la familia Macri estuvo en el Gobierno, en la fuga y en el blanqueo. Es más, el presidente metió un decreto que permite a los familiares directos blanquear esos dólares, así que lo que me parece que tenemos que analizar es quiénes ganan y quiénes pierden en estos ciclos de endeudamiento y fuga”.

Bocco y D’Attellis, junto a otros políticos y economistas, presentarán un proyecto para que en el Congreso Nacional se cree una comisión bicameral que permita un seguimiento exhaustivo de la deuda. Además, propondrán una ley que ponga límite al endeudamiento externo y condicione al Poder Ejecutivo en pos de un cambio en la política económica nacional.

“La deuda pública es, como lo dice la palabra, de todos, y la vamos a tener que pagar entre todos, como siempre”.

Actualizada 07/06/2017