Jun 13, 2017 | Deportes
Son los protagonistas de conflictos “de temporada”. Sus reclamos llegan a las pantallas de TV durante los meses del verano, cuando la atención periodística se traslada a las playas. Sin embargo, la precariedad laboral golpea a los guardavidas durante todo el año.
A pesar de las leyes 27155 (nacional) y 14798 (de la Provincia de Buenos Aires), sancionadas a mediados de 2015, y de los convenios colectivos de trabajo, muchos trabajadores del sector siguen en negro, realizan tareas que no les corresponden y reciben salarios muy por debajo de las normas vigentes.
Según el Convenio Colectivo 179/91 registrado y homologado en el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social el 21 de octubre de 2016, el valor hora para un trabajador guardavidas en blanco debería ser de 161 pesos. A contramano de los índices inflacionarios, esos valores no sufrieron ninguna modificación desde entonces. Actualmente, en Capital Federal hay clubes, hoteles y piletas que pagan menos de la mitad de lo señalado y en negro.
Ezequiel Collazos, guardavidas egresado de la Escuela Municipal de Parque Chacabuco, denuncia que “en la mayoría de hoteles y clubes están pagando 65 pesos la hora”. Y, en diálogo con ANCCOM, subraya: “En uno cuatro estrellas, ubicado por Recoleta, te ubican de recepcionista en un lugar donde el espejo de agua no se puede ver”. Otros guardavidas de la Ciudad, que prefieren el anonimato por temor a represalias en su lugar de trabajo, trazan el mismo diagnóstico.

En las piletas privadas la regla es la multifunción. Los empleadores exigen que además de cuidar a los bañistas, los guardavidas den clases de acua-gym o natación.
“En mi pueblo somos cinco guardavidas de la Dirección de Escuelas y todos estamos precarizados. Estamos en la pileta como `auxiliar con función de guardavidas` sin reconocimiento de actividad riesgosa ni responsabilidad civil”, relata Silvio Rubén Guisande.
Por su parte, Camilo Rey de la Cabina es categórico: “Levantás una baldosa y hay un guardavidas precarizado”. Y Pablo Haderne, del interior de la provincia de Buenos Aires, señala: “En mi zona hay muchísimos precarizados. Por no decir todos. Sobre todo fuera de temporada”.
En la Ciudad de Buenos Aires, de todas las piletas públicas que funcionan en la temporada de verano, sólo las de los polideportivos Martín Fierro y Parque Chacabuco quedan abiertas para el desarrollo del deporte acuático fuera de la temporada de verano. Así, las demás piletas techadas de la Capital quedan en manos de polideportivos privados que cobran un arancel de entre 700 y 1.000 pesos por mes para pileta libre. Esa situación deja desocupados a los trabajadores guardavidas contratados por el Gobierno únicamente para la temporada.
En las piletas privadas la regla es la multifunción. Los empleadores exigen a sus trabajadores que, además de vigilar y cuidar a los bañistas, también den clases de acua-gym o natación, a pesar de que la Ley nacional 27155 establece en su Artículo 7º, inciso “l”, que el guardavidas debe “limitarse a sus tareas específicas dentro del horario de trabajo”.
“Por la misma plata nos hacen pasar el barrefondo, echarle cloro al agua, mover los andariveles de lugar, guardar los elementos que dejan tirados los profesores y revisar los carnet de los socios”, grafica Manuel Giménez, guardavidas de una pileta de la cadena Sportclub.
La ley también afirma que “la jornada laboral será de seis horas diarias corridas”, pero tanto el Estado como los clubes y balnearios incumplen sistemáticamente con esa reglamentación. En Villa Gesell y Pinamar los guardavidas municipales trabajan nueve horas de corrido durante toda la temporada. La historia se repite durante el transcurso del año en la Ciudad de Buenos Aires. “En Club DAOM, (ubicado en el Bajo Flores) trabajamos ocho horas de corrido todos los días porque si no, no nos alcanza la plata para llegar a fin de mes”, sentencia Marcial López.
El reclamo sindical es una hoja en blanco. ANCCOM no recibió ninguna respuesta de los sindicatos SIGURA Y SUGARA que nuclean a los trabajadores del sector. Quizás esa sea una de las razones por la cual Franco Caligaris, guardavidas en la Ciudad, enfatiza: “No me manejo con los sindicatos, creo que hay distintas formas de protestar o pedir”. Su realidad es la de casi todos los colegas: cobra menos de 70 pesos la hora, tira los químicos cuando cierra la pileta y trabaja nueve horas por día sin siquiera tener recibo de sueldo.

“En un hotel cuatro estrellas, ubicado por Recoleta, te ubican de recepcionista en un lugar donde el espejo de agua no se puede ver” dice Ezequiel Collazos.
Actualizada 14/06/2017
Jun 13, 2017 | Culturas
“Rugió la bestia en medio de la avenida”. Alrededor de mil quinientos seguidores de la banda de rock La Renga se concentraron el sábado en el Obelisco para exigir que el grupo musical pueda volver a tocar en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, ya que el 31 de mayo un informe policial no consideró viable su presentación en el Estadio Tomás Adolfo Ducó, del club Huracán. La banda no puede actuar en la ciudad desde 2007. Previo a la difusión del informe también se les canceló un show en San Juan, por lo que el banderazo se desarrolló en varios puntos del país.
El informe que establece no viable el recital lo dio a conocer el productor de la banda, José Palazzo, a través de la red social Twitter. Algunas de las problemáticas que aparecen detalladas son: “La venta de estupefacientes y alcohol, la falta de controles, baños colapsados, trapitos, incumplimiento con la ley de higiene y seguridad, salidas de emergencia, entre otras cuestiones”. También se indica que por ser la banda de rock de mayor convocatoria nacional se estima un público de 60 mil personas, y el estadio, según indica, tiene capacidad para 40 mil. El informe también hace referencia a los hechos ocurridos en Olavarría en el recital del Indio Solari.
La mitad de la Plaza de La República se llenó de aquellos que cantaban las canciones más conocidas y pintaban banderas. Pablo, encargado de organizar las previas de los recitales de La Renga, consideró que no quedan claras las razones por las que la banda no puede tocar, ya que las problemáticas que expresa el informe policial ocurren en otros ámbitos que no se ponen en discusión: «Los partidos los domingos se siguen jugando, las bandas internacionales siguen viniendo, y otras bandas de rock nacionales siguen tocando en la ciudad. Queremos que haya igualdad para La Renga. Esto es un trabajo para la producción y para familias que trabajan con ellos». También manifestó que no se les concede el autódromo Juan Gálvez de la Ciudad para presentarse, en el cual tocaron por última vez en 2007 para cien mil personas.
«El rock es cultura», declaró Javier, quien estaba pintando una bandera a lo largo de la plaza, antes de que se llenara de gente. És artista y antes de los shows expresa en pinturas lo que le generan las canciones. La tela, en este caso decía: «No somos cualquier público, somos especiales. Somos familia». Javier considera que no se le da lugar a La Renga por causas que representa la banda: «La Renga nunca estuvo con ningún gobierno, pero yo creo que el hecho de que haya tocado en el recital por los 30 años de democracia en 2013, y que se haya manifestado a favor de algunas políticas sociales tiene algo que ver».
En el caso de la provincia de San Juan, el recital se suspendió 29 de abril pasado. El secretario de Seguridad de la provincia había dicho previamente que la gente que moviliza La Renga tiene características similares a las que mueve el Indio Solari y que no podían disponer de un operativo de seguridad que controle la zona. En relación a estas argumentaciones, Javier vinculó la prohibición a que hace unos años la banda se manifestó en contra de las mineras en esa provincia. «La Renga apoya estas causas, como cuando tocó en el festival de rock junto a otras bandas en apoyo a los obreros de Zanon, la planta de cerámicos de Nequén que fue recuperada por sus trabajadores». El seguidor de La Renga también agregó que en Córdoba hasta ahora nunca hubo problema, y que siempre los dejaron tocar. El último recital allí fue el 6 de mayo último.
A alrededor de las 16 llegó al Obelisco un automóvil con parlantes en donde sonaba: “Soy el que nunca aprendió/ desde que nació/ como debe vivir el humano”. Se estacionó entre el monumento y la plaza. Los presentes cantaban y miraban como si hubiera un escenario de donde salía la música. Cristian, otro seguidor, estaba junto a tres amigos, escuchando. En diálogo con ANCCOM quiso hacer referencia a la actitud de la banda frente a las bengalas, ya que en el 2011, en un concierto al aire libre en el autódromo Roberto Mouras de La Plata, un joven de 27 años falleció porque otro prendió una bengala, y se la dio en el cuello. «La banda muchas veces paró recitales cuando había bengalas prendidas, más que nada después de lo que pasó en Cromañon. Esa vez, ocurrió en la otra punta del autódromo, no se veía lo que pasaba».
Muchos seguidores se quedaron hasta tarde en el centro porteño. Tal fue el caso de Alejandra que llegó desde de Entre Ríos a apoyar a la banda: «Tengo mil historias con La Renga, vamos con mi hijo y mi marido. Mis vacaciones muchas veces las planeo según donde tocan ellos». Con su grupo de amigos también estaba Yolanda, de 46 años: «Estamos acá porque seguimos hace muchos años a La Renga. Hay mucha gente que no puede pagarse un pasaje y está esperando que La Renga toque en su ciudad». Sofía en cambio, de 16 años, pudo viajar a Córdoba al recital pasado: «Empecé a escuchar la banda a los siete, por mi papá y mi tío. En 2014 los fui a ver con ellos por primera vez, y ahora a Córdoba también fuimos juntos». Diego, escucha a La Renga hace 12 años, estaba en el Obelisco con su bebé y su mujer: «Estoy acá con mi familia. Quienes estamos acá nos vemos en todos los recitales. Sabemos cómo nos manejamos. Por eso decimos que somos ‘los mismos de siempre’ «, concluyó el seguidor.
Actualizada 14/06/2017
Jun 8, 2017 | Comunidad
La sexta edición de la Feria de Editores tendrá lugar los próximos 9, 10 y 11 de junio en Santos Dumont 4040 con entrada libre y gratuita. Contará con 140 editoriales de Argentina, Chile, Brasil, Ecuador, Uruguay y Venezuela. Sus organizadores, Víctor Malumián y Hernán López Winne, integrantes de Ediciones Godot, en diálogo con ANCCOM cuentan sobre las principales actividades de esta nueva edición y el recorrido de un espacio cultural que continúa creciendo.
La propuesta, relataron, surgió con el objetivo de construir un espacio propio donde las editoriales autogestivas, independientes o comunitarias puedan encontrarse y también llegar a un público cada vez más amplio. Inicialmente realizaban la Feria en la sede de FM La Tribu, junto a quince editoriales de amigos y conocidos; con el correr de los años este espacio fue creciendo y emergió la necesidad de planificar, organizar y afrontar nuevos desafíos. “Queríamos construir un espacio propio en el cual poder dialogar con el lector de manera directa. Queríamos un espacio donde nosotros pusiéramos las reglas y las normas”, aseguró Malumián.
En la edición anterior, que tuvo lugar en la Galería de Arte Central Newbery, se acercaron unas seis mil personas y se presentaron alrededor de 85 editoriales. Para este año se cree que la convocatoria puede ser más amplia, dado que se han incorporado editoriales del interior del país y también del extranjero. Cada editorial aborda diversos campos temáticos, como cocina, música, infantiles, cine, ensayo y filosofía, ficción, no-ficción, entre otras.
Para esta nueva convocatoria los organizadores diagramaron un “salón de derechos”, en el cual participarán invitados de España. “Para nosotros fue algo muy difícil de pensar –declaró Malumián-. Lograr construir un espacio dentro de la Feria que esté destinado al intercambio de conocimientos, de derechos y de saberes muy propios de las editoriales de nuestro tamaño. Lo pensamos imposible, pero sin embargo pudimos hacerlo”.

Víctor Malumián y Hernan López Winne: “Queríamos construir un espacio propio en el cual poder dialogar con el lector de manera directa; donde nosotros pusiéramos las reglas y las normas”.
Respecto al crecimiento que experimentó el espacio, cree que uno de los factores fundamentales es la emergencia de diversas editoriales que han ido constituyéndose en estos años. Para esta edición, alrededor de 300 de ellas se pusieron en contacto para participar. “Por otra parte, creemos que la Feria ha logrado superar cierto núcleo endogámico, en el cual nos encontrábamos y hablábamos con quienes ya nos conocían –comentó Malumián-. Estamos logrando llegar a un segundo círculo, en el que quizás la persona no tenga por qué distinguir entre una editorial y otra, por ejemplo, sino que simplemente va a buscar un libro que le interesa. Frente a esto y a la emergencia de muchas nuevas editoriales, es que entendemos el crecimiento del espacio”.
En relación a la participación de editoriales del extranjero, aseguran que fue algo que les llamó la atención. “En un primer momento nos daba miedo, les enviábamos fotos para que vean que los ´stands´ eran mesas donde poníamos libros –relató López Winne-. Sin embargo nos decían: ´Nosotros vamos´. Algunos de ellos, incluso, ya nos dijeron que quieren estar presentes para la próxima”.
Los criterios que emplean para la selección de editoriales se nuclean en dos ejes principales. Por un lado, se respeta que las editoriales que participaron en ediciones anteriores puedan volver a participar. En segundo lugar, se prioriza en función del abordaje temático, es decir, aquellas áreas que quizás no estén del todo cubiertas. Por otra parte, uno de los desafíos que quieren asumir hacia próximas ediciones radica en constituir un cuerpo de editores que asuma la selección de los sellos que participarán de la Feria.
Las actividades planificadas en esta edición constan de siete charlas, distribuidas en los tres días de la exposición y la firma de ejemplares el sábado y el domingo. Dentro de éstas actividades se destacan el cierre de la Feria a cargo de Luis Gusmán y Eduardo Grüner, como así también la charla “¿Por qué no logramos una toma de conciencia y un accionar real sobre la violencia de género?”. Finalmente, los editores reflexionaron en torno al debate abierto en relación a la crisis de la venta de libros y su desplazamiento por parte de las nuevas tecnologías. “Creemos que son soportes distintos y que cada uno va encontrando su tiempo y su lugar –concluyó Malumián-. Para algunas publicaciones quizás sea más conveniente utilizar herramientas de las nuevas tecnologías y para otros no. Creemos que se repite un poco el viejo cuento de ‘la radio murió cuando llegó la tele’”.

«El crecimiento de la Feria se da por la emergencia de diversas editoriales que han ido constituyéndose en estos años».
Actualizada 08/06/2017
Jun 7, 2017 | Vidas políticas
Según el informe publicado este martes por el Observatorio de la Deuda Externa de la Universidad Metropolitana para la Educación y el Trabajo (UMET), la deuda neta en moneda extranjera creció en 55 mil millones de dólares desde la asunción de Mauricio Macri, lo que coloca a la Argentina como el país emergente que más se endeudó a nivel mundial en el último año y medio. “Esto es un sobreendeudamiento que significa el 11 por ciento del Producto Bruto”, afirma el economista Arnaldo Bocco, ex titular del Banco Central y director del Observatorio. Y agrega: “El Gobierno no puede recuperar la recaudación por vía tributaria normal, entonces lo hace a través de un respirador artificial, que es la deuda externa”. Otro problema a tener en cuenta es la fuga de capitales: según los números que maneja Bocco, en el primer cuatrimestre de 2017 salieron del país casi 12 mil millones de dólares entre fuga neta, utilidades y regalías, intereses de deuda y turismo, que este año será record histórico. “Nunca antes los argentinos gastaron 1.100 millones de dólares mensuales fuera del país”, concluye.
Por su parte, Andrés Asiaín, Licenciado en Economía y director del Centro de Estudios Económicos y Sociales Scalabrini Ortiz (CESO) coincide en esa preocupación y no cree en el discurso oficial que explica el endeudamiento externo como una manera de evitar el ajuste. “Ese discurso de la deuda como búsqueda del gradualismo se cae cuando uno ve que por más deuda que emitan la inflación sigue estando. Si el dinero se usa para pagarle a docentes, por ejemplo, sería lo mismo emitir moneda, y encima nos ahorraríamos el refinanciamiento internacional el día de mañana”, explica.

Manifestación de agrupaciones políticas y sociales en contra de la derogación de las leyes de pago a los fondos buitre, en marzo de 2016.
Compara esta gestión con la del gobierno anterior cuando comenta: “Todos los problemas que tuvo el kirchnerismo y que generaron el cepo no solo no se están solucionando sino que este gobierno al pedir tanta plata afuera los patea para adelante y los agrava, ya que con la apertura importadora rompe el tejido industrial, favorece la dolarización de la economía y pretende debilitar gremios, eliminar paritarias y bajar las jubilaciones. Todo eso durante cuatro años le deja al próximo gobierno un país muy endeudado como para que no pueda mover los pies del plato y tenga que mendigar refinanciamiento en el exterior. Para Cambiemos ese no es un mal resultado, es el resultado buscado.”
Agustín D’Attellis, economista y docente especialista en macroeconomía y mercados financieros tiene una visión similar; no obstante sostiene que el endeudamiento en sí no es algo negativo, sino la manera en que se produce: “Es tan fuerte el ritmo de endeudamiento que empieza a representar cada vez más en la partida presupuestaria, y eso te condiciona la política económica. Sin control sobre el descalce de la moneda y usando los dólares para financiar flujos corrientes, en algún momento esto explota y, lamentablemente, ese momento no está muy lejos”, advierte.

“Es tan fuerte el ritmo de endeudamiento que empieza a representar cada vez más en la partida presupuestaria, y eso te condiciona la política económica», comenta el economista Agustín D’Attellis.
Un cálculo realizado por D’Attellis estima que a este ritmo el gobierno está haciendo asumir a cada familia argentina una deuda de quince mil pesos por mes. Esta estimación permite notar que los que más sufren este compromiso son las clases medias y bajas, a las que les sería imposible afrontar una deuda semejante. “La deuda pública es, como lo dice la palabra, de todos, y la vamos a tener que pagar entre todos, como siempre”, aclara.
Acerca de la recurrencia histórica de la deuda externa, Nicolás Tereschuk, politólogo, Magister en Sociología Económica y docente de FLACSO, analiza que la deuda pública tiene un significado muy especial en la Argentina de los últimos cuarenta años. “El ciclo de endeudamiento arranca con la dictadura militar de 1976. Se toma deuda, motorizada por empresas privadas, con un esquema de valorización financiera local y luego se produce una fuga de divisas”, reflexiona. Y agrega: “Lo que me causa gracia es que nos quieren hacer creer que el endeudamiento permite una política económica gradual, pero cuando hilás más fino, ves que tanto la dictadura militar como el gobierno de Carlos Menem y Domingo Cavallo tuvieron un ciclo de endeudamiento igual y es un proceso típico, que no beneficia a los sectores populares ni propicia la industrialización sino a la bicicleta financiera y a la fuga de capitales, y te hace pagar la cuenta al final”.

Según el informe publicado este martes por el Observatorio de la Deuda Externa de la UMET, la deuda neta en moneda extranjera creció en 55 mil millones de dólares desde la asunción de Mauricio Macri.
Tereschuk distingue dos tipos de partidos políticos que han gobernado el país en la historia reciente. “Por un lado, tenés un partido que siempre termina con restricción externa, como el peronismo del 45, o el kirchnerismo. Los gobiernos que asumen después de este partido tienen amplio margen para endeudarse. Por otro lado, está el partido que siempre termina con endeudamiento, como este.” La gran diferencia está, para Tereschuk, en las consecuencias. “El 2015 no fue lo mismo que el 2001, me parece”, ironiza. Y aclara aún más su postura: “Jamás un endeudamiento externo de este tipo se usó para obras de infraestructura. Hay que fijarse que los que fugaron divisas son los mismos que hace poquito blanquearon, y ese dinero sigue en el exterior en un 80 ó 90 por ciento. Por otra parte, la familia Macri estuvo en el Gobierno, en la fuga y en el blanqueo. Es más, el presidente metió un decreto que permite a los familiares directos blanquear esos dólares, así que lo que me parece que tenemos que analizar es quiénes ganan y quiénes pierden en estos ciclos de endeudamiento y fuga”.
Bocco y D’Attellis, junto a otros políticos y economistas, presentarán un proyecto para que en el Congreso Nacional se cree una comisión bicameral que permita un seguimiento exhaustivo de la deuda. Además, propondrán una ley que ponga límite al endeudamiento externo y condicione al Poder Ejecutivo en pos de un cambio en la política económica nacional.

“La deuda pública es, como lo dice la palabra, de todos, y la vamos a tener que pagar entre todos, como siempre”.
Actualizada 07/06/2017
Jun 7, 2017 | Géneros
Las autodenominadas trabajadoras sexuales realizaron un Congreso Nacional, el primero en Argentina, para debatir sobre el proyecto de ley que busca el reconocimiento de derechos laborales. El encuentro, realizado en el Hotel Bauen, reunió a más de cien mujeres de doce provincias durante cuatro días y finalizó con un abrazo al Palacio Legislativo el 2 de junio, Día Internacional de las Trabajadoras Sexuales. En medio de la acción, alzaron sus paraguas rojos, símbolo internacional de su actividad.
«Siempre tratamos que nuestro día sea de lucha. Tomamos las calles para visibilizar que estamos organizadas. Reclamamos por la violencia institucional y las detenciones arbitrarias que sufrimos, y para pedir reconocimiento de nuestro trabajo», dijo a ANCCOM Georgina Orellano, la secretaria general nacional de la Asociación de Mujeres Meretrices de la Argentina (AMMAR).
Las trabajadoras nucleadas en la Asociación ya habían presentado en 2013 un proyecto de ley junto al senador Osvaldo López, pero no fue debatido en el Congreso y perdió estado parlamentario. El nuevo proyecto busca que se las reconozca como sujetos de derechos para poder realizar aportes jubilatorios, contar con una obra social; además de impedir o y contrarrestar la violencia institucional que sufren, como allanamientos en sus casas, detenciones arbitrarias, pedido de coimas o apropiación de sus pertenencias por parte de la policía. También, suponen, ayudaría a quitar el estigma a social que tiene su actividad.

Las trabajadoras sexuales realizaron un Congreso Nacional, el primero en Argentina, para debatir sobre el proyecto de ley que busca el reconocimiento de derechos laborales.
Las trabajadoras consideraron debatir el proyecto nuevamente, reformular el que habían entregado en 2013, porque se dieron cuenta que el anterior tenía rasgos higienistas, es decir, de un modelo que considera al trabajo sexual como algo que debe ser controlado desde un punto de vista principalmente médico. Exigía a las trabajadoras libretas sanitarias, carnets, o estar registradas. La abogada de AMMAR, Agustina Iglesias Skulj, explicó a ANCCOM: «Si se formaliza la actividad de las trabajadoras sexuales habrá que crear otro sistema que se corresponda con su propia actividad porque, en realidad, si bien el término de libreta sanitaria se puede utilizar en otros trabajos, consiste en dos tratamientos completamente diferentes. El tratamiento que recibe una trabajadora sexual en un régimen reglamentarista de libreta sanitaria no es la misma opresión ni carga con el mismo estigma que el caso de cualquier otro trabajador o trabajadora».
El trabajo sexual no está penalizado por el Código de Penal de la Nación. Está regulado en los Códigos de Faltas y Contravenciones provinciales y de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, por lo cual, aparece como una falta a la moral y a las buenas costumbres. Según un trabajo del Instituto de Estudios Comparados en Ciencias Penales y Sociales (INECIP), la mayoría de estos códigos penaliza el trabajo sexual ya que diez provincias le confieren multa y/o arresto, seis provincias sólo arresto y en otros casos se aplica multa y/o trabajo comunitario. Además, las mujeres nucleadas en AMMAR dicen que la Ley de Prevención y Sanción de la Trata de Personas, que busca erradicar la explotación sexual, tiene aspectos que recaen sobre su trabajo y lo criminalizan.
María Riot es actriz porno y se autodefine como trabajadora sexual, tiene 25 años y está afiliada a AMMAR. En diálogo con ANCCOM, expresó que para la sociedad y el Estado la trata es igual que el trabajo sexual: «La modificación de la Ley de Trata hizo que se le quitara el consentimiento a las trabajadoras sexuales, es decir, todas quedamos como víctimas o proxenetas». La normativa dice que se reprimirá con prisión a quien capte, traslade o acoja […] cuando mediare engaño, intimidación […] u otro medio para conseguir el consentimiento de una persona que tenga autoridad sobre la víctima. Integrantes de AMMAR explicaron que muchas veces detienen a una de ellas por el hecho de ser la mayor que reside en la vivienda, o por ser la que tiene a su nombre los servicios, como la luz: por esos motivos es considerada una proxeneta. La abogada de AMMAR explicó: «Tenemos que mirar cuáles son los efectos materiales que producen las normas. Si bien el trabajo sexual no está criminalizado directamente, sí se criminaliza todo el entorno de las trabajadoras y cualquier tipo de vínculo asociativo o laboral para el desarrollo de su actividad, algo que necesariamente se crea, como en cualquier otro rubro o actividad».

«Vivimos en una sociedad que te obliga a sentir vergüenza por esto», dijo una de las trabajadoras.
El trabajador sexual Brune Gigi, afiliado en AMMAR de Mar del Plata, considera que mezclar la trata con el trabajo sexual es lo que no permite solucionar ninguna de las dos cosas. «Debe haber ayuda estatal para aquellas personas que están sometidas a situaciones de prostitución, y también un marco legal para las personas que sí queremos ejercer. Lo que diferencia la trata del trabajo sexual es la decisión de hacerlo por elección. No queremos ser vistos como víctimas, sino como personas que eligen su trabajo», dijo Brune. Él trabaja hace cinco años, siempre había tenido una fantasía de realizarlo pero no creía que pudiese hacerlo porque pensaba que no tenía la belleza asociada a este tipo de trabajo. A partir de mensajes que recibía por Facebook lo empezó a hacer como una picardía, y luego se dio cuenta que podía elegirlo como trabajo. «Vivimos en una sociedad que te obliga a sentir vergüenza por esto, muchas chicas no asisten a las marchas porque todavía lo viven con culpa. Hasta que un día empieza a ser su orgullo», confesó. Otra trabajadora afiliada en AMMAR es Ángeles Del Nilo, quien comenzó a trabajar porque le llamaba la atención, pero al mismo tiempo tenía muchos prejuicios. «Me fui informando, me pareció una manera viable de tener mi propio tiempo y de decidir. Hay riesgos pero como en cualquier otro trabajo. Opté por trabajar de manera independiente para sentirme cómoda y segura, encontrarme con el cliente en otro lugar que no fuera mi casa». Ángeles explica que desde la visión abolicionista del trabajo sexual, desde el Estado y la policía, se considera que ellas no tienen poder de decisión sobre sus cuerpos. «Una parte del feminismo entra en un error cuando cree que por ofrecer un servicio que está relacionado con el cuerpo es reducirnos a un objeto. El tema es tan tabú porque estamos trabajando con determinadas partes del cuerpo, y con nuestra sexualidad. En todos los trabajos uno pone su fuerza de trabajo, y eso no quiere decir que uno se esté vendiendo. Somos sujetos de derechos».

Los paraguas rojos, símbolo internacional de su actividad

«Tomamos las calles para visibilizar que estamos organizadas. Reclamamos por la violencia institucional y las detenciones arbitrarias que sufrimos».
Actualizada 06/06/2017