Un encuentro entre arte y ciencia para cuestionar la megaminería

Un encuentro entre arte y ciencia para cuestionar la megaminería

Se exhibe en el espacio cheLA Convertirse en Piedra, instalaciones artísticas de los canadienses Marilou Lemmens y Richard Ibghy que alertan sobre cómo las explotaciones mineras en el noroeste argentino destruyen naturaleza y medio ambiente. Investigadores de la UNSAM y el Conicet destacan la importancia de las políticas de visualización de la temática.

Convertirse en Piedra es el nombre de la exposición que surge de la investigación llevada a cabo en el otoño del 2023 por los artistas canadienses Richard Ibghy y Marilou Lemmens en las provincias argentinas de La Rioja y Jujuy. Co-curada por Sylvie Fortin y Solana Molina Viamonte, la muestra que por estos días puede verse en el espacio cheLA está conformada por dos instalaciones y un epílogo que invitan a sus espectadores a sumergirse en una crítica hacia el arrase de la biodiversidad y el cambio climático causado por la creciente rentabilidad del capital natural que se traduce, en este caso, en la megaminería.

Una de las dos instalaciones de esta exhibición tiene como nombre Una asamblea animada. Integrada por tres pantallas que mezclan imágenes de paisajes reales y caricaturas animadas al estilo de un videojuego, cada una de ellas cuenta dos historias diferentes: la de una garita y una vicuña; la de un político y el arroyo; y la de un CEO y los dueños de un híbrido. Moviéndose entre el humor, la parodia y la realidad, los personajes dialogan e interpelan directamente al público invitando a una reflexión acerca de los estragos que genera la explotación indiscriminada de recursos en las comunidades locales y en la flora y fauna del lugar, al mismo tiempo que se mofan de quienes la defienden. “Cada entidad se presenta con una voz única y juntas crean una polifonía disonante. La pieza apunta a representar la complejidad de un paisaje contemporáneo que todavía está emergiendo, donde lo chico y lo grande están constantemente en tensión”, explicó la canadiense Lemmens al respecto durante uno de los paneles sobre la muestra organizados en conjunto por la productora artística Móvil y la Universidad de San Martín (UNSAM).

La segunda instalación, llamada Relatos desde lo subterráneo, muestra una amplia serie de gráficos creados con materiales sencillos tales como hilo, varillas y acetatos de colores. Cada uno de ellos posee un nombre escrito a mano, que corresponde con el nombre real del gráfico que funcionó como fuente. Presentada sobre una base blanca de rectángulos ensamblados que, visto desde arriba, asemeja a un gráfico de barras, este montaje invita al espectador a moverse por el espacio e interactuar con las obras en un recorrido propio, casi lúdico, como una danza. “Las esculturas materializan las imágenes técnicas utilizadas para hacer visibles, entendibles e inmediatas las interacciones entre las actividades extractivas, la economía, la sociedad y el medio ambiente”, se explayó Lemmens sobre la obra. Y agregó: “Estas formas sirven a un pensamiento, pero también son un pensamiento en formas”.

Y es que la muestra, además, incentiva a reflexionar sobre dos campos que a primera vista parecen opuestos: el arte y la ciencia. Para explorar el nexo entre ambos se llevó a cabo Por lo que vale: Arte y política visual de la sustentabilidad, un evento interdisciplinario que contó con la presencia de especialistas del arte y la investigación en Ciencias Sociales. Molina Viamonte refirió a la importancia de generar estos espacios de debate: “Al haber tantos representantes de ciencias sociales, en esa arena se generan y se piensan cosas que individualmente cada una de las disciplinas no aborda, pero que en el cruce sí surgen”.

Molina Viamonte es, además, directora de Móvil, organización sin fines de lucro dedicada a la producción y exhibición de obras contemporáneas. “El año pasado se cumplieron 10 años de Móvil y yo tenía la intención de trabajar en un ida y vuelta con proyectos internacionales –contó a ANCCOM–. En ese contexto, nos conocimos con los artistas y con Sylvie Fortin. Ellos propusieron que hagamos un proyecto juntos ya que les había gustado mucho el espíritu y la dinámica del lugar”. Previamente, Ibghy, Lemmens y Fortin habían estado tres meses en La Rioja y Jujuy y “venían con la investigación en territorio únicamente. Luego, comenzaron a trabajar con el material y empezó un diálogo curatorial”, continuó Molina Viamonte.

El evento fue co-organizado tanto por los artistas y las curadoras, como por el investigador ecuatoriano William Sacher y el Área de Relaciones Internacionales de la Escuela de Política y Gobierno de la UNSAM y las temáticas fueron pensadas en conjunto. Tal como su nombre lo indica, la política visual fue uno de los temas centrales tratados el jueves pasado en el panel conformado por Marcelo Saguier, Julieta Godfrid y Guillermo Peinado, entre otros; ellos, junto con Sol Mora y a Ana Sendon, participan del Proyecto de Investigación Plurianual (PIP) financiado por CONICET titulado “La política visual de la sustentabilidad”, cuyo objetivo es comprender la visualidad como dimensión política del ambiente partiendo de las imágenes como dispositivos intervinientes en la producción de imaginarios sobre las transiciones a la sustentabilidad.

Saguier, quien también ejerce como docente universitario, definió a la política visual como “un ámbito específico que se encuentra dentro de las Relaciones Internacionales que se interesa por entender los fenómenos políticos globales, los procesos o los conflictos, como fenómenos visuales. No existe hoy nada de la política que no tenga una vinculación con lo visual”. De acá surge una pregunta: ¿cómo operan las artes visuales en áreas cómo la sustentabilidad, el capital natural y la transición energética?

“Cuando pensamos en política visual nos referimos al rol político que tienen las imágenes. En particular nos interesa la visualidad que refiere a la cuestión ambiental y a la noción de sustentabilidad”, comentó al respecto Julieta Godfrid. Dedicada a la investigación sobre temas de la gobernanza minera en América Latina y las iniciativas de sustentabilidad vinculadas a la minería, entre otros, su trabajo tiene un especial interés sobre la política visual y la noción de “imaginarios de sustentabilidad”. “Entendemos que los imaginarios de sustentabilidad son construcciones sociales en las que intervienen tanto la ciencia, las artes, como otras esferas como pueden ser las empresas, las comunidades y las fundaciones”, explicó la investigadora en diálogo con ANCCOM.

Asimismo, opinó respecto a la importancia de trabajos como el de Ibghy y Lemmens para generar un debate sobre éstas problemáticas: “Nos ofrece preguntas más que certezas sobre qué es lo vemos o qué es lo que deberíamos entender sobre la transición energética. Y es interesante porque genera curiosidad sobre aquello que muestra, las imágenes nos dan ganas de conocer más, son movilizadoras de inquietudes”. 

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Convertirse en Piedra estará abierta al público todos los sábados de 16 a 20 hasta el 24 de mayo de 2025 en Iguazú 451, Parque Patricios, en el espacio de cheLA.

Pintar en los tiempos de Milei

Pintar en los tiempos de Milei

El artista visual Guido Orlando Contrafatti presenta su muestra individual “Un gusto averno conocido”, una serie de obras atravesada por la situación sociopolítica.

Contrafatti recibe al equipo de ANCCOM en su muestra y lejos del imaginario de un artista solemne, ofrece mates y dialoga sobre sus obras, la mayoría de gran tamaño. Si bien el artista plantea la muestra como unidades y no tanto como un gran relato, ciertos temas atraviesan toda la exposición: la nostalgia, la violencia, la situación política actual, entre otros.

Cuando le propusieron hacer la muestra en noviembre del año pasado, el contexto era completamente distinto: “Estaba pensando en otro tipo de exposición –confiesa-. Después se me metió tanto en mi mente y en mi cotidianidad todo lo que pasó con Milei, las noticias que no pude hacer una muestra de cualquier cosa. Tuve la necesidad de dar cierta respuesta”.

Al entrar al espacio lo primero que se ve es una instalación. Utilizando la basura de su última muestra compone un cielo caído: “Es una premisa simple: se nos vino la noche encima”.

¿Por qué incluís obras clásicas a tu pintura Infinito punto rojo?

Este cuadro, es un remix de dos cuadros nacionales muy importantes. Uno es de La Cárcova, que se llama Sin pan y sin trabajo. Este año cumple 130 años. Es el primer cuadro nacional con temática social que retrata a un pobre. En el cuadro original, en la ventana hay una fábrica y toda una revuelta de trabajadores. Es de 1894. Lo traje a hoy, a modo de respuesta. Milei habla tanto de esa época fundacional y supuestamente dorada pero era para cinco oligargas. El resto eran trabajadores pobres, sin derechos. Y esto lo retrataban los pintores en esa época. Además le sumé este cuadro de Antonio Berni, que se llama Manifestación. Le puse el cuadro encima de una forma medio fantasmagórica. Es otro cuadro muy importante para la historia argentina en las artes visuales. El trabajador, luchando. Yo además le sume un chumbo en la ventana. Eso en el cuadro original no está. Es una intención de subir una perilla de violencia. Sin pan, sin trabajo y la violencia. Un gesto actual, de hoy en día. La pistola tiene un punto rojo. Yo quiero que primero veas el arma y te pierdas la manifestación. Es la primera vez que hago un tamaño fuera de foco tan grande. Y me pareció interesante esto de que, si te acercás, se va pulverizando más. En lo chico se pierde esa sensación.

¿Qué técnicas usas?

Todas son aerógrafos. Tengo una línea de laburo que va con el aerógrafo. Hago blureados, desenfocados. Me interesa un poco eso de pulverizar la línea. Es un aspecto anti HD, anti literal, anti hiperrealismo. Como un VHS. Al principio lo pensé como un modo de censura, porque cuando te censuran te blurean. A veces me pasaba cuando no tenía muchos datos en el celular, no me cargaba la imagen y me cargaba blureada. Y me generaba una cosa muy increíble, porque después cuando me cargaba esa imagen, pensaba: “Che no tiene nada que ver”. Cuando hice algunos retratos muy fuera de foco; una persona decía: “¿Che, soy yo?” Y otra venía y también decía: “¿Soy yo?”. Se democratiza cierta cosa de la imagen. Hay algo también de la memoria. Pensar el blureado como algo del recuerdo. Que no está tan definido y uno se mezcla, entonces recuerda el recuerdo. Hay algo que no está tan claro. Un recuerdo medio borroso.

La cuestión política aparece mucho, ¿es una búsqueda?

No. Es algo que me atraviesa. También en muestras anteriores que hice. En una individual, en la época de Macri, por ejemplo, empecé a usar formalmente los globos como material y como superficie de laburo. Empecé a pintar borrachos y globos con pinches. Y después empecé a usarlos formalmente. Tenía algo triste también. Como esto de payaso triste, el borracho melancólico.

¿Cómo surgió componer el tipo de escena de “No te puedo sacar de mi cabeza”?

Yo arranco siempre por el dibujo. Cuando pensé en esta obra pensé en los paparazzis. También tiene que ver mucho con las redes, que vengan y te hagan un escrache. Incluso nos puede pasar a cualquiera de nosotros: de repente vos estás manejando, chocaste, se te vienen todos los medios. Es una situación que le puede pasar a cualquiera. O de repente viste una situación y sos testigo: se te vienen todos los medios encima. Situación que va más allá de la fama, es algo cotidiano. Me gusta porque tardan en encontrar el arma las personas. Está todo disparando.

La muestra estará disponible hasta mediados de abril. Será la última antes de que Moria Galería, actualmente en Thames 608, Villa Crespo, se mude de locación. “Todas las obras tienen algo pesimista en algún punto, pero entiendo que al hacer obras, es algo muy optimista”, cuenta el artista al final del recorrido.

El desafío de construir un Estado democrático | Estuve ahí

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Ana Castellani, la secretaria de Empleo Público del gobierno de Alberto Fernández repasa cómo tuvo que transformarse la administración pública para deshacerse de los rasgos autoritarios que dejó la dictadura. La profesionalización del empleado público, el ajuste de las plantas siguiendo el Consenso de Washington y el sistema de vetos cruzados que impide las políticas de Estado.

40 AÑOS – COMUNICACIÓN Y DEMOCRACIA (1983 – 2023)

ANCCOM –junto a la Carrera de Ciencias de la Comunicación y a la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA- lanza Estuve ahí, un ciclo de entrevistas audiovisuales a los protagonistas de estos 40 años de democracia que celebra la Argentina.

 

La serie recorre los temas más trascendentes que tejieron la trama social desde 1983: los derechos humanos, la vida política, el mundo del trabajo, la economía, la deuda externa, la vivienda, los pueblos originarios, el campesinado, las luchas de género y diversidades, el ambientalismo, la cultura y el mundo de la comunicación, entre muchos otros.

Cada conversación constituye un verdadero diálogo intergeneracional entre los jóvenes periodistas de la agencia y aquellos que escribieron la historia.

Estrenamos todos los lunes! La primera, que estará disponible el próximo 28 de agosto, será a Estela Barnes de Carlotto, presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo.

Entre los entrevistados se pueden mencionar a Adolfo Pérez Esquivel, Estela Carlotto, León Arslanián, Héctor Recalde, Federico Pinedo, Gustavo Grobocopatel, Mercedes Marcó del Pont, Daniel Arroyo, Dora Barrancos, Myriam Bregman, Juliana Di Tullio, Ana Castellani, Noemí Brenta, Luis Felipe Noé, Daniel Divinsky, Eduardo Longoni, Moira Millán, el padre Pepe Di Paola, Flavio Rapisardi, Emilce Moler, Manuel Goncalvez, Gervasio Muñoz, Enrique Viale y Damián Loreti, por mencionar solo algunos.

Créditos

ANCCOM
Equipo Audiovisual: Eduardo Morales ? – Jairo García – Noelia Pirsic
Producción Periodística: Diego Rosemberg, Sebastián Comellini, Clarisa Veiga, Ángel Berlanga, Cecilia Chervabaz, Esteban Magnani, Guillermo Wulff, Alejandro Cánepa, Horacio Cecchi, Adriana Meyer, Federico Corbiere.
Producción Fotográfica: Victoria Gesualdi y Leandro Teysseire.
Redes y Contenidos Digitales: Julio Alonso y Estefanía Hernández.
CEPIA
Florencia Mendes, Javier Ildarraz, Gustavo Intrieri, Nadia Rebrij, Florencia Canosa, Juan Lescano, Jorge Pinola.
Autoridades CCOM
Larisa Kevjal – Directora
Dolores Guichandut – Secretaria Académica | Sebastián Ackerman – Coordinador Técnico | Yamila Campo – Coordinadora Centro de Prácticas
Equipo de trabajo
Lucía Thierbach, Grisel Schang, Paula Morel, Emilia Silva y Sebastián Comellini
Entre la figuración y la abstracción | Estuve ahí

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Luis Felipe Noé, el artista plástico que denunció con su obra las atrocidades de la dictadura, cuenta las huellas que el horror dejó en su trabajo los “pequeños avances culturales” en estos 40 años de democracia y su mirada sobre la tecnología.

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Estrenamos todos los lunes! La primera, que estará disponible el próximo 28 de agosto, será a Estela Barnes de Carlotto, presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo.

Entre los entrevistados se pueden mencionar a Adolfo Pérez Esquivel, Estela Carlotto, León Arslanián, Héctor Recalde, Federico Pinedo, Gustavo Grobocopatel, Mercedes Marcó del Pont, Daniel Arroyo, Dora Barrancos, Myriam Bregman, Juliana Di Tullio, Ana Castellani, Noemí Brenta, Luis Felipe Noé, Daniel Divinsky, Eduardo Longoni, Moira Millán, el padre Pepe Di Paola, Flavio Rapisardi, Emilce Moler, Manuel Goncalvez, Gervasio Muñoz, Enrique Viale y Damián Loreti, por mencionar solo algunos.

Créditos

ANCCOM
Equipo Audiovisual: Eduardo Morales ? – Jairo García – Noelia Pirsic
Producción Periodística: Diego Rosemberg, Sebastián Comellini, Clarisa Veiga, Ángel Berlanga, Cecilia Chervabaz, Esteban Magnani, Guillermo Wulff, Alejandro Cánepa, Horacio Cecchi, Adriana Meyer, Federico Corbiere.
Producción Fotográfica: Victoria Gesualdi y Leandro Teysseire.
Redes y Contenidos Digitales: Julio Alonso y Estefanía Hernández.
CEPIA
Florencia Mendes, Javier Ildarraz, Gustavo Intrieri, Nadia Rebrij, Florencia Canosa, Juan Lescano, Jorge Pinola.
Autoridades CCOM
Larisa Kevjal – Directora
Dolores Guichandut – Secretaria Académica | Sebastián Ackerman – Coordinador Técnico | Yamila Campo – Coordinadora Centro de Prácticas
Equipo de trabajo
Lucía Thierbach, Grisel Schang, Paula Morel, Emilia Silva y Sebastián Comellini
Santoro gigante

Santoro gigante

El Museo Nacional de Bellas Artes exhibe «Panorama. El teatro de la memoria», una muestra de Daniel Santoro. Una de ellas, de 30 metros de largo, puede observarse con una perspectiva de 360º.

Panorama. El teatro de la memoria en el Museo Nacional de Bellas Artes es la primera muestra del artista argentino Daniel Santoro en esa institución. La exhibición está compuesta por una obra de treinta metros, diversos trabajos en tinta sobre papel, sus cuadernos personales de trabajo diario y un dibujo en carbonilla que Santoro realizó previo a la inauguración sobre una de las paredes de la sala.

En el segundo piso, en un recinto cuadrado, se encuentra un dibujo continuo de treinta metros que se despliega a lo largo de las paredes en veinte módulos de 80 por 150 centímetros cada uno. Es un panorama y tiene la particularidad de poder ser visualizado en 360 grados, lo que genera una experiencia inmersiva (se lo puede ver desde cerca en detalle o como una imagen central desde lejos). Los panoramas eran pinturas gigantescas clásicas del siglo XIX que se utilizaban para narrar sucesos históricos y Santoro retoma esta tradición para construir una cosmología propia, rica en significados. Mediante el relato visual de un mundo casi apocalíptico, se propone una visión crítica de la historia en estos dibujos, hechos con carbonilla y acrílico diluido sobre papel, que tejen una línea de tiempo constituida por crisis y colapsos hasta llegar a un posible final.

La secuencia comienza en una especie de ruta pérdida entre árboles, como el inicio de un camino a recorrer. Si bien el orden fue ideado de manera lineal, no hay señalización en la sala que indique el comienzo y algunos de los visitantes lo inician desde el final, lo cual abre la posibilidad de dos lecturas distintas. Le sigue la primera catástrofe: humo y casas en equilibrio sobre colinas, luego un bosque repleto de troncos atravesados por pájaros negros.

Juan Álvez, diseñador audiovisual bonaerense de 37 años, describió al panorama de Santoro como “desolador” e “inspirador” a la vez, en relación a “cómo maneja la naturaleza, cómo pinta un paisaje bastante apocalíptico, pero en el que también la naturaleza parece reflotar”. Por su parte, Floreana Alonso, estudiante de 23 años que vive en Tigre, comentó que al salir sintió “un poco de vértigo, de ansiedad”.

Cada módulo del panorama se construye como una “isla” y, entre cada uno de estos episodios, se entreteje la historia de la humanidad y las catástrofes que nos condujeron hasta la crisis actual. La secuencia finaliza, una vez más, con el dibujo de un bosque dentro de un tronco, del cual crecen nuevas ramas que se extienden por toda la superficie del papel. No parecería ser un punto final, sino quizás una pregunta abierta al espectador. Lo que sigue en ese recorrido, ya no depende del artista.

Este universo creado por Santoro agrupa diversas referencias y entrelaza diálogos con figuras y obras que van desde Sarmiento o Evita hasta el Cristo crucificado de León Ferrari. A este último se lo puede rastrear en uno de los módulos finales donde yace un avión enterrado y una multitud se congrega ante las ruinas. Una espectadora resaltó este carácter intertextual de la obra. María José Tomatis, editora mendocina de 31 años, mencionó que le gustó “la intención de evocar ciertas ideas con personajes de nuestra cultura popular”, además del “diálogo con Borges”, que no lo había visto antes en la obra de Santoro. “A mí me gusta mucho y creo que ayuda a tejer conexiones ideológicas evocando a Borges, a Sarmiento, a Perón y Evita”, remarcó.

 

Frente al panorama se encuentra un dibujo que realizó Santoro sobre la pared de la sala: es un boceto de una estructura conjetural de lo que sería un aleph, el punto que permitía ver el universo entero desde todos los ángulos posibles al mismo tiempo, del cuento homónimo de Jorge Luis Borges. Esta parte del segundo piso se expande de forma longitudinal y, a la izquierda del boceto, se halla un fichero rotativo de imágenes en miniatura (el “Eje del tiempo”) que se desplaza en su eje y convierte ese movimiento en un espiral. Esta sección es parte del “Teatro de la memoria” que problematiza la representación de la dinámica del tiempo, variable por la que se interroga continuamente en el transcurso de la muestra. A lo largo de su carrera, Santoro ha retomado múltiples veces elementos de las filosofías orientales y la inspiración detrás del fichero proviene de las cosmologías hindúes que sugieren “redes de malla” que por el universo atrapan la memoria para el retorno y cumplimiento del karma. En esta área se exhiben los cuadernos de trabajo del artista: bocetos, dibujos y escritos que rearman el proceso de construcción o “memoria técnica” de la exhibición. Además, hay una pantalla que transmite un video con una selección de páginas de los libros de apuntes que realizó el artista entre 2015 y 2023.

La muestra finaliza -o comienza, dependiendo desde dónde se haya iniciado el recorrido- con una serie de dibujos, también en tinta y carbonilla, que pertenecen a la colección del artista y fueron realizados en 2022. Los colores y temáticas del panorama se reiteran: un avión y un pájaro atravesados entre troncos, una estatua gigante dentro de un bosque, un oído humano sordo ante lo que lo rodea, un lobo con pies de hombre, siempre el choque incómodo entre naturaleza y civilización. “Hay mucho juego entre la naturaleza y el hombre y te hace pensar en qué quiso decir”,  comentó Mónica Spangenberg,  profesora de inglés de 63 años. “Me gusta mucho las dimensiones que pone y que pareciera que hay varios lenguajes en una sola cosa, todo llama la atención”, concluyó.

 

Panorama. El teatro de la memoria  se puede visitar hasta el 19 de noviembre de 2023 en la sala 42 del segundo piso del Museo Nacional de Bellas Artes. La entrada es libre y gratuita.