Otro miércoles de palos

Otro miércoles de palos

En otra jornada de protesta, los jubilados se congregaron frente al Congreso. Mientras los legisladores trataban temas sensibles al gobierno, afuera el protocolo represivo de Bullrich.

Otra jornada caliente se vivió en el centro porteño. En una hipérbole de la exageración, el protocolo anti piquetes de la ministra Patricia Bullrich dejó un saldo de 5 detenidos, entre ellos el jubilado Víctor Amarillo y el fotorreportero Fabricio Fisher.

Cada miércoles los jubilados y jubiladas reciben golpes, forcejeos y empujones en la manifestación que realizan al Congreso exigiendo condiciones dignas, para no tener que elegir entre comprar comida o medicamentos. Desde la asunción de Javier Milei los jubilados y pensionados son uno de los sectores más golpeados por las políticas de ajuste y equilibrio fiscal implementadas por el Ejecutivo.

Dentro y fuera del Congreso: la historia repetida. En el recinto, otro revés para el oficialismo gobernante: los legisladores lograron sancionar el proyecto que modifica la reglamentación de los Decretos de Necesidad y Urgencia, aunque rechazaron uno de los artículos. En la calle, la policía reprimió y corrió a los manifestantes. El primer momento de represión comenzó alrededor de las cuatro de la tarde cuando tiraron brutalmente al piso al jubilado Victor Amarilla, lo esposaron y detuvieron por segunda semana consecutiva. También los fotógrafos Fabricio Fisher y Carlos Balderrama fueron violentados y detenidos.

Como consecuencia de la represión cerca de las cinco comenzó la desconcentración. Sin embargo, el clima social seguía álgido. Se vivió otra situación tensa cuando los asistentes detectaron a una mujer infiltrada en la marcha. Mientras la increpaban y el personal de la Defensoría del Pueblo la escoltaba, una vecina se asomó al balcón, propinó insultos y arrojó una botella vacía. Uno de los manifestantes le contestó “Pará, no tirés cosas, yo soy tu vecino, vivo al lado”.

Faltaban pocos minutos para que los efectivos arremetieran de nuevo. Uno hombre advirtió al instante: “Guarda que ahí vienen los de las motos y nos dan de nuevo”. ¿Presagio o conocimiento de causa? Represión y dos nuevos detenidos, Mateo Roldán y Osvaldo Mansilla.

El colmo de lo desmedido

A causa del protocolo de Bullrich, el Congreso de la Nación fue cerrado en, por lo menos, 400 metros a la redonda. Desde Av. Rivadavia y Riobamba no habilitaron el paso al peatón que quisiera dirigirse para cruzar hacia Callao. Seis Trafic de la Policía Federal y un camión blanco de gendarmería esperaban sobre Rivadavia. Para llegar a la Plaza de los Dos Congreso, las personas debían dar toda la vuelta por Riobamba, Bartolomé Mitre y bajar por Rodríguez Peña.

Los automovilistas no corrían con la misma suerte, las fuerzas de seguridad cortaron el tránsito en Av. de Mayo y Sáenz peña como también en Entre Ríos y Alsina, cercando toda la zona del Congreso, lo que generó más caos vehicular que los propios manifestantes. No es de extrañar que las motos policiales estuvieran en las calles aledañas semi escondidas, preparadas para salir a cazar, preparadas para los palos de miércoles.

Las fuerzas de Bullrich volvieron a reprimir a los jubilados

Las fuerzas de Bullrich volvieron a reprimir a los jubilados

Como cada miércoles, los jubilados volvieron a marchar ante el Congreso en reclamo de la recomposición de sus haberes, por la restitución de los medicamentos gratuitos y en solidaridad con las causas de las universidades, las personas con discapacidad y los hospitales públicos. Hubo al menos siete heridos y dos de ellos debieron ser retirados en ambulancias.

En un nuevo episodio de violencia policial, fueron siete las personas que resultaron heridas, y dos de ellas, un periodista y una jubilada, tuvieron que ser retirados en ambulancia. El hecho ocurrió en el cruce de Entre Ríos e Yrigoyen, en el marco de una nueva marcha de jubilados como las de todos los miércoles, frente al Congreso.

 “Lo que pasó fue que estaban haciendo un ‘semaforazo’”, relató Gastón Santamaría (35), con su peto blanco de la Asociación Contra la Violencia Institucional (ACVI) y completó: “Entonces, cuando el semáforo se ponía en verde se subían a la vereda, y cuando se ponía en rojo iban a la calle con sus carteles. Y de pronto se puso a avanzar la Prefectura Nacional Argentina junto con la Policía Federal, empujando y golpeando con los escudos y con los cascos también. Hay un chico, de hecho, que en este momento todavía está ahí, lo están asistiendo”.

El “chico”, vestido de camisa y pechera flúor con un micrófono televisivo en la mano derecha, habría sufrido una contusión al ser golpeado y derribado por la policía. Misma agresión sufrió la otra víctima, mujer de pelo canoso con lentes de sol, que también recibía los primeros auxilios sobre los adoquines cuadrados de la vereda. El incidente ocurrió cuando la marcha empezaba su vuelta a la Plaza del Congreso, recorrido que ya es parte del ritual de los miércoles.

–¿Golpeaban con los cascos? ¿Lo usaban como arma?

–Exactamente. Y también tiraron gases de los que están tirando todos los miércoles, así que había varios compañeros que estaban heridos en su cara –siguió Santamaría–. El despliegue de Prefectura fue sobremedido. Sin provocación. Ni siquiera estaban cortando la calle; simplemente estaban mostrando sus carteles.

Al pie del Monumento a los dos Congresos, minutos antes de la agresión, se empezaban a juntar jubilados con sus lienzos y carteles. La imagen era de una concentración pequeña pero colorida: había camisetas de Chacarita, Ferro Carril Oeste y Club Sportivo Dock Sud; flameaban banderas de ATE, del Movimiento Evita y de Jubilados de Izquierda, entre muchísimos otros.

En medio de todo, Aurora Cividino (75), jubilada y militante del Partido Obrero, se sentaba en una silla plegable de la que necesitaba ayuda para poder levantarse. “Es que me andan mal las piernas”, sonrió. “La situación está muy jodida porque hay jubilados que están trabajando –contó–. Y no pueden resignar ese pequeño trabajo porque si no, no comen. Yo por ejemplo, que cobro un poco más de la mínima, este mes pagué el alquiler, las expensas, impuestos y quedé con $43.000 para llegar hasta el mes que viene. El que cobra la mínima no sé cómo hace; se muere literalmente de hambre. La realidad es que al capitalismo, como no producimos, ya no le servimos. Nos quieren muertos, es terrible”.

Al empezar la vuelta a la plaza, cerca de las cuatro de la tarde, ocurrió la represión de Yrigoyen y Entre Ríos. Había un cerco de gente. Apenas afuera del cerco, sobre el pavimento gris de la calzada, se acercó un hombre en una silla de ruedas de la que asomaba una enorme bandera argentina. El mástil estaba amarrado al respaldo de la silla, y llevaba una segunda bandera con la leyenda “La patria no se vende” sobre el regazo.

“La marcha de hoy vino con una represión brutal de Patricia Bullrich”, afirmó José Enrique Montenegro (62), de la Mesa de Trabajo Municipales de la Ciudad. “Las marchas anteriores han sido más tranquilas, muy pacíficas, a pesar de lo que fue la marcha multitudinaria de las personas con discapacidad, habíamos podido doblegar este atropello de todas las fuerzas de la policía”.

Mientras la marcha continuaba, nuevos efectivos se apostaban y cortaban el paso a la Avenida de Mayo, esta vez de la Policía de la Ciudad. La gente los apuntaba con sus celulares y cantaba “fuera yuta fuera”. Las fuerzas estatales mantenían la fila de escudos, a la vez que pasaban delante de ellas banderas de Argentina y Palestina.

“Lamentablemente las políticas de Milei se está convirtiendo en un genocidio total hacia las personas con discapacidad, y mucho más con los jubilados”, vociferaba Montenegro y continuaba: “Las marchas de los jubilados, de ‘Los doce apóstoles’, son las que iniciaron la resistencia de los miércoles. Nosotros nos acoplamos a ellos para hacer más fuerza, para visibilizar estas cuestiones. Y bueno, también hacer frente con la gente del Garrahan, porque cuando ellos marcharon por salud pública nosotros también lo hicimos, con el convencimiento de que también se vea los padecimientos de discapacidad, de lo que está pasando con las pensiones y todo lo demás”.

Al desconcentrar la movilización, se formaban pequeños corillos alrededor de lienzos y megáfonos, cruzaba una ambulancia, y circulaban los últimos curiosos y rezagados. Uno de ellos, Víctor Maidana (80), vestía una campera marrón y una pañoleta blanca con una foto impresa.

“Falleció mi mujer hace poco”, explicó y añadió: “Eso me permitió volver a marchar. Porque todo el tiempo que estuvo grave, muy enferma, estuve cuidándola. Somos dos nada más. Pero siempre estuve en las luchas populares: contra la dictadura, con las madres, con las abuelas, con los hijos, con los estudiantes…”

Esta marcha de jubilados se dio en el contexto del apoyo a Javier Milei por el Departamento del Tesoro de los Estados Unidos, la no aplicación, pese al rechazo del Congreso a los vetos de la Ley de Emergencia en Discapacidad, y el escabroso triple femicidio ocurrido en Florencio Varela, en el que se acusa un total abandono del Estado de políticas de prevención. Todos temas que estuvieron en boca de distintos oradores alrededor de la plaza: hubo gritos contra el FMI, contra Milei y la policía entremezclados con dardos a la CGT y referencias a Italia, Nepal y Palestina.

“Yo no estoy a favor de ponerle el rótulo del sector político”, prosiguió Víctor, que militó en el peronismo junto a Saúl Ubaldini, “porque para estas cosas tenemos que dejar las particularidades de lado. Todos juntos los que tenemos intereses comunes: la defensa de los más débiles, la unidad de la patria… Porque la patria no es solamente un territorio: es una historia, es un porvenir. Y esto es una antipatria.”

La ambulancia venía, después de cincuenta minutos, a recoger a los dos heridos de Yrigoyen y Entre Ríos. Desde ACVI acusan la retención ilegal de otras dos personas por parte de la Policía Federal, una de ellas embarazada de dos meses, que luego fueron liberadas. Esta marcha de jubilados cerró con al menos siete heridos, y se suma a las de todos los miércoles en reclamo de un aumento a las pensiones, la cobertura del PAMI a los medicamentos especiales y el restablecimiento de la moratoria previsional.

“Se nota una baja de clientes y los que vienen consumen menos”

“Se nota una baja de clientes y los que vienen consumen menos”

Después del boom, el comercio gastronómico es uno de los rubros donde más se evidencia el ajuste económico. Estrategias para sobrevivir a pesar de la crisis.

Según el Indicador de Consumo de la Cámara Argentina de Comercio y Servicios (CAC), en julio de 2025 se registró un incremento interanual del 1,1%. Sin embargo, el consumo en Argentina muestra fragilidad pese a cierta recuperación en las publicaciones oficiales, afectado por la caída de los salarios y paritarias que no logran recomponer ingresos. Este leve avance se da en un contexto inflacionario que, si bien se mantiene en niveles reducidos, continúa presionando sobre los hogares, además de tomar como base de comparación el año 2024, cuando el ajuste hizo su gran impacto. El Índice de Precios al Consumidor (IPC) del INDEC reflejó una inflación del 1,9% en julio, acumulando un 17,3% en lo que va del año y un 36,6% interanual. En este escenario, muchos comercios se ven obligados a sostener promociones o remarcar hacia abajo para no acumular stock.

La caída del turismo amplifica el problema. El Observatorio Turístico de la Ciudad de Buenos Aires reportó una disminución en la llegada de visitantes durante el primer semestre. A nivel regional, intendentes y legisladores reclamaron la restitución de feriados para incentivar los viajes, en un contexto en el que la actividad cayó casi un 22% en términos reales durante la temporada de verano. Ese retroceso, sumado al menor consumo interno, deja a la gastronomía porteña en un escenario crítico. 

La combinación de alquileres, tarifas de servicios e insumos por encima de la inflación complica al sector gastronómico. Los empresarios no pueden trasladar esos incrementos al precio final sin arriesgar clientes, y la consecuencia es un rubro que opera con márgenes cada vez más reducidos y poca capacidad de recuperación. “Tuvimos que aguantar los precios, congelarlos un poco más y reforzar las promociones para atraer clientes, porque la competencia en cafeterías es fuerte”, contó Oscar, encargado del restaurante La Pharmacie, en Palermo. 

Según el informe de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), en el rubro Alimentos y bebidas, la principal restricción al consumo sigue siendo la caída del poder adquisitivo. La entidad destaca que las vacaciones de invierno generaron un efecto ambiguo; aumentó el consumo en los hogares, pero se redujo la circulación en zonas comerciales. Al mismo tiempo, el clima frío favoreció algunos productos de estación, mientras que las promociones y descuentos funcionaron como paliativos en determinados segmentos. 

José, encargado del reconocido restaurante Lo de Carlitos, en Palermo, una cadena con presencia en Buenos Aires y distintas provincias del país, fue más directo respecto a lo que observa a diario. “Se nota una baja de clientes y los que vienen consumen menos”, señaló. A eso se suma, según comentó, que la mayoría insiste en pagar con medios electrónicos, dejando de lado el efectivo, lo que en algunos casos complica la administración de los locales. 

Según el Centro de Estudios para la Recuperación Argentina de la UBA, el uso de tarjetas de crédito para compras pasó del 39% al 46%, mientras que el débito descendió del 34% al 27% y el efectivo cayó del 20% al 16%.

La caída del turismo también impacta directamente en los salones. “Antes recibíamos turistas, pero este último año casi nada. Muchísimo menos que el año pasado”, explicó José. Frente a ese panorama, asegura que la estrategia más utilizada fue reforzar promociones para intentar sostener las ventas.

“En el local la mayoría de turistas que atendemos son alemanes, japoneses y ucranianos. Sí noté que las propinas vienen un poco más bajas que hace unos meses, el sistema del local reparte lo recaudado por igual entre todo el personal”, contó Martina Outes, moza en La Kitchen, en Villa Ortúzar.

La CAME subraya que muchos negocios recurrieron a la entrega a domicilio o a ofrecer financiación como estrategias para sostener la clientela. Entre los principales obstáculos figuran la presión impositiva, la suba de tarifas y la competencia desigual con grandes cadenas. En términos numéricos, las ventas minoristas Pymes de julio mostraron una caída del 2% interanual a precios constantes. 

Iván Ullman, quien trabaja en Labán, una pastelería francesa y cafetería en Palermo, agrega: “Desde agosto del año pasado que la venta viene bajando. En octubre fue el pico más bajo, 30% menos respecto a julio del mismo año. Y desde ahí no volvió a subir. Sacando enero y febrero, marzo 2025 fue super flojo y solo en la segunda quincena de mayo se vio una leve mejoría, pero quedó en eso”.

También destacó el cambio de hábitos de los consumidores, “Algo que notamos mucho es que la gente está muy pendiente de las promociones. Nosotros activamos con el banco una promoción del 15% los viernes que antes no teníamos. Y además de venir menos gente, quien viene consume un poco menos. Esto también se ve mucho en turistas que ahora no solo prácticamente no vienen, sino que, al ser tan caro en moneda extranjera para ellos, compran poco”.

Yo marcho, tú marchas, él marcha

Yo marcho, tú marchas, él marcha

Cientos de miles de personas ocuparon la Plaza de los Dos Congresos y la Avenida de Mayo para defender la salud y la educación pública. Aquí explican sus razones.

Winona Langone, estudiante del profesorado de química del Joaquin V. Gonzalez.

Pasado el mediodía, las calles aledañas a la Plaza del Congreso empiezan a irrigar un enorme caudal de personas de todas las edades hacía su corazón. Mientras, Avenida de Mayo, que está cubierta de carteles que rezan: “No al veto. Sí a la Universidad y Salud Pública”, algunas columnas empiezan a armarse para nutrir la Tercera Marcha Federal Universitaria desde que asumió el gobierno libertario. Tan solo unas horas más tarde, el cuerpo entero de las comunidades afectadas por los vetos de Javier Milei a la Ley de Emergencia Pediátrica y de Financiamiento Universitario, se volverá a erigir, en contra del ajuste feroz que paraliza el funcionamiento de los sistemas públicos.

Lourdes Acosta, estudiante de Trabajo Social de la Universidad de Moreno.  

El sol pegaba fuerte a las tres de la tarde sobre la calle Hipólito Yrigoyen, donde bajo una constelación de paraguas, una agrupación de la Universidad Nacional de Moreno decía presente en la jornada después de haberse reunido en su institución y marchado hacia el centro de la Capital Federal. Entre las personas se encuentra Lourdes Acosta, estudiante de trabajo social que eligió marchar porque “nos estamos quedando sin comisiones y sin docentes”. Según explica: “están jubilando docentes y achicando comisiones. Por ende, ahora estamos teniendo comisiones de 90 alumnos cuando antes eran de 30. No entramos en las aulas”.

Lucas Brunacci, estudiante de Ingenería de la UBA y Jorgelina Bulgheroni, docente de Nivel Inicial.

Sobre este punto, Lucas Brunacci, estudiante de Ingeniería Informática en la Universidad de Buenos Aires, comparte: “Al comienzo de cada clase los profesores te dicen que están cargados, que no hay puestos, que no hay docentes para cubrir todas las clases”. Además, se apena de que haya “ingenieros que se están haciendo Uber para llegar a fin de mes”. Al lado de él se encuentra compartiendo un mate– el gesto universal entre los estudiantes– Jorgelina Bulgheroni, estudiante de Psicopedagogía en la Universidad de Lomas de Zamora, quien añadió que en su casa de estudio en muchas ocasiones “hay apagones que obligan al turno noche a irse más temprano”, ya que resulta imposible cursar sin luz.

Monica Andrea Gonzales, docente de Nivel Primario.

Avanzada la jornada, sobre Avenida de Mayo una sinfonía de murgas animaban a los manifestantes mientras se esperaba que comenzara la votación en rechazo a los vetos; sobre esta tumultuosa multitud, un guardapolvo hecho de cartón se eleva como mástil. Lo sostiene Mónica Andrea González, quien es docente de nivel primario en una escuela nocturna de Moreno, y cuya mayor cantidad de alumnas son “mujeres con hijes y que trabajan en servicio doméstico”. González trabaja con personas que después de una larga jornada de trabajo en Capital, vuelven a Moreno y salen a terminar el primario. “Últimamente lo que estamos hablando en clase es que todas quieren tener un hijo universitario”, explica la docente, para después proseguir entre sollozos y lágrimas: “Que un estudiante quiera que su hija no sea empleada doméstica y tenga un título universitario, ahí hay un cambio en el paradigma afuera del determinismo”.

Gonzalo Paredo, egresado de Ciencias de la Comunicación en la UBA.  

Metros adelante, observando con una sonrisa a tres mujeres mayores que sostienen carteles en defensa de la educación pública, se encuentra Gonzalo Peredo, licenciado en Ciencias de la Comunicación por la Universidad de Buenos Aires, quien explica que quienes estudian en “la pública tienen un compromiso de por vida” con esas instituciones. “Me cambió la vida, yo vengo de una familia de laburantes, mi papá siempre fue empleado de seguridad y mi mamá empleada doméstica. Tuve la posibilidad de entrar a la facultad y estudiar y eso me llevó por diferentes rubros. Gracias a la facultad pude acceder a otro tipo de trabajo”.

Maximiliano Rua, docente de Antropología de la UBA.

A las cuatro de la tarde la multitud se preparaba para esperar a la votación de ambos vetos, algunos que encontraban espacio se sentaban en el pasto para descansar, mientras otros seguían de pie atentos a lo que sucedía, charlando con colegas. Ese es el caso de Maximiliano Rua, docente de la carrera Antropología en la Facultad de Filosofía y Letras, quien definió su labor en la universidad como “una forma de devolver a la sociedad, lo que la sociedad invirtió en mi”. Además de ser docente, Rua forma parte de los equipos de investigación y de extensión de la universidad, que no están exentos de la motosierra, con pocos cupos para jóvenes investigadores y reducción en presupuesto para las prácticas extensivas, respectivamente. “Que yo investigue, que yo haga extensión, alimenta las discusiones que yo puedo dar, o los problemas que puedo abordar con las y los estudiantes del aula y el desfinanciamiento afecta estas experiencias”.

Azul Rodríguez, estudiante de la Universidad de las Artes.

Llegadas las cinco de la tarde, la totalidad de la plaza y de la Avenida de Mayo se encontraban repletas, con todavía más gente entrando por las vías auxiliares; alumnos, docentes, médicos, investigadores, jubilados y otros trabajadores esperaban con ansiedad el resultado de la votación que se estaba terminando de llevar a cabo en el recinto parlamentario. La voz de un organizador se transmitía por parlantes hacia toda la plaza hasta que salió el primer resultado: el rechazo al veto de Emergencia Pediátrica con amplia mayoría de 181 votos a favor. Inmediatamente después, también la insistencia con el Financiamiento Universitario, con 174 votos a favor.

La calle se llenó de una alegría que se esparcía contagiosa mientras se escuchaban fuegos artificiales y volaba confetti sobre la plaza que, durante toda la jornada, había albergado cantidades iguales de angustia y esperanza. La gente se abrazaba, saltaba y cantaba; en definitiva festejaba que, tal como había indicado unas horas antes Azul Rodríguez, estudiante de la Universidad de las Artes: “todavía hay cierto nivel de sensibilidad que la crueldad de este gobierno no se llevó puesta”. 

La salud y la educación se defienden

La salud y la educación se defienden

Una multitud se congregó ante el Congreso para apoyar el rechazo en Diputados al veto presidencial a las leyes de Emergencia Pediátrica y de Financiamiento Universitario. Dirigentes de todo el arco opositor caminaron junto a estudiantes, docentes, no docentes, médicos, enfermeros y ciudadanos en general. Rescataron la unidad y la conciencia social para defender los derechos que supieron conseguir.

Las universidades públicas de todo el país se movilizaron este miércoles en el marco de una nueva Marcha Federal Universitaria, que coincidió con los reclamos de diversos sectores sociales, trabajadores de la salud y dirigentes sindicales, en una tarde que culminó en celebración: con una mayoría que superó holgadamente los dos tercios, la oposición rechazó los vetos presidenciales a las leyes que disponen aumento de financiación para la Emergencia Pediátrica y para las universidades. “Lo de hoy es una demostración de conciencia, una multitud –afirmó Andrés Larroque, ministro de Desarrollo de la Comunidad de la provincia de Buenos Aires–. Si no fuera tan grave lo que está ocurriendo en Argentina y los motivos por los cuales la gente se moviliza, hablaría de una fiesta popular, pero lamentablemente tenemos que decir que es una demostración de conciencia frente al atropello”.

En la sesión que dio media sanción a la derogación de los vetos presidenciales, la ley que dispone la Emergencia Pediátrica con fondos para el Hospital Garrahan obtuvo 181 votos a favor y 60 en contra, mientras que la de financiación a las universidades consiguió 174 a favor y 67 en contra. “Esto viene a consolidar también lo que expresaron las urnas el 7 de septiembre en la provincia de Buenos Aires, que es ponerle un límite a Milei –continuó Larroque–. Que recapacite, que entienda que sus elucubraciones o sus fantasías no tienen nada que ver con la realidad; la realidad es que la gente la está pasando mal, que la educación pública está en peligro, las universidades, la salud pública, la producción, los trabajadores, los humildes, la están pasando mal. El Presidente habló de ajuste a la casta y nunca de ajuste a la educación pública, a la salud pública, ni de destruir la producción nacional para que aumente la desocupación”.

Frente al Congreso, estudiantes, docentes, no docentes, jubilados y trabajadores de diversos gremios celebraron la media sanción. “Nosotros tenemos que empezar a entender que tenemos un gobierno de extrema derecha, procolonial, y hay un pueblo trabajador que no quiere ser parte de una colonia, no quiere retroceder en términos de derechos, en términos de trabajo, ni tampoco va a resignar su historia, su historia de lucha, su historia de pelea. Y este es el ejemplo”, indicó Walter Correa, ministro de Trabajo bonaerense.

Las principales fuerzas políticas concentraron frente al Congreso entre las 14 y las 15, a la expectativa de los resultados de la sesión de Diputados. Finalmente, se terminaron conociendo los resultados pocos minutos después de las 17. «Desde que Javier Milei tomó el camino del ajuste, la entrega y el saqueo, nos encontramos en innumerables jornadas en la calle, de paro y movilizaciones –dijo Oscar “Colo” de Isasi, secretario gremial de ATE Nacional y Secretario General de la CTA–. En ese marco venimos hoy a defender la salud y la universidad pública y sus financiamientos. Nuestro pueblo no optó por el sálvese quien pueda, nuestro pueblo es un pueblo de lucha, por eso lo echamos a Macri. Es un pueblo solidario, lo demuestra Bahía Blanca o el norte de la provincia de Buenos Aires con las inundaciones. Tenemos dos pares de zapatos y donamos uno. Eso sí, es un pueblo que busca, no está enamorado de ningún proyecto político. Ahora, cuando se enamora de un proyecto político, hace el 17 de octubre de 1945 y protagoniza la historia por 40 años».

Con respecto a la unidad de diversos sectores, el dirigente gremial indicó: “La unidad es un valor estratégico. Nuestro pueblo es un pueblo de lucha. Nuestro enemigo lo sabe. Por eso trabajan para dividirnos. Por eso a la estrategia de la dispersión de un pueblo que lucha hay que ponerle la estrategia de la unidad más amplia. Así lo hacemos en las calles y así lo hicimos en el proceso electoral que el 7 de septiembre tuvo un primer dato esperanzador y que seguramente se va a ratificar el 26 de octubre”.

En esta misma línea, Ana Arias, decana de la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA y candidata a senadora en CABA por Fuerza Patria, declaró que la unión es fundamental porque «es el mundo de lo público, es el mundo de lo común, es el mundo de lo que priorizamos como pueblo. Cuando se discute la universidad, lo que estamos discutiendo es la posibilidad de que podamos elegir qué queremos ser cuando seamos grandes, cuando somos chiquitos, pero también como patria, cómo queremos desarrollarnos, qué queremos formarnos. Así que está mucho en juego».

 

Muy cerca, Agostina Olivera, presidenta del Centro de Estudiantes de la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA, manifestó: «Lo que está en juego en este momento es la salud pública y la educación pública pensadas no solamente como un espacio para el conjunto de la sociedad argentina para atenderse en el caso de la salud y para poder cumplir nuestros sueños en el caso de la educación, sino pensarlo como recursos estratégicos para el Estado nacional. Como cientistas sociales, si tenemos algo claro, es que el problema principal de lo que está haciendo Javier Milei en este momento en nuestras universidades no es simplemente ir contra el salario de nuestros docentes y nuestros no docentes, sino venir a plantear un debate que es que el Estado nacional no debe hacerse cargo de nuestra educación superior. Nosotros estamos convencidos de que sí, por eso a lo largo de la historia de la Argentina, los universitarios nos levantamos varias veces cuando quisieron venir contra nuestras universidades y lo vamos a hacer nuevamente”.

La Marcha Federal Universitaria de este 17 de septiembre no fue solo una respuesta al veto presidencial, sino también una demostración de unidad en defensa de la salud y la educación pública. Con la caída de los vetos en Diputados y la expectativa puesta ahora en el Senado, lo que quedó en claro es que la calle sigue siendo un escenario decisivo para marcar agenda política.