Otro miércoles de palos
En otra jornada de protesta, los jubilados se congregaron frente al Congreso. Mientras los legisladores trataban temas sensibles al gobierno, afuera el protocolo represivo de Bullrich.
Otra jornada caliente se vivió en el centro porteño. En una hipérbole de la exageración, el protocolo anti piquetes de la ministra Patricia Bullrich dejó un saldo de 5 detenidos, entre ellos el jubilado Víctor Amarillo y el fotorreportero Fabricio Fisher.
Cada miércoles los jubilados y jubiladas reciben golpes, forcejeos y empujones en la manifestación que realizan al Congreso exigiendo condiciones dignas, para no tener que elegir entre comprar comida o medicamentos. Desde la asunción de Javier Milei los jubilados y pensionados son uno de los sectores más golpeados por las políticas de ajuste y equilibrio fiscal implementadas por el Ejecutivo.
Dentro y fuera del Congreso: la historia repetida. En el recinto, otro revés para el oficialismo gobernante: los legisladores lograron sancionar el proyecto que modifica la reglamentación de los Decretos de Necesidad y Urgencia, aunque rechazaron uno de los artículos. En la calle, la policía reprimió y corrió a los manifestantes. El primer momento de represión comenzó alrededor de las cuatro de la tarde cuando tiraron brutalmente al piso al jubilado Victor Amarilla, lo esposaron y detuvieron por segunda semana consecutiva. También los fotógrafos Fabricio Fisher y Carlos Balderrama fueron violentados y detenidos.
Como consecuencia de la represión cerca de las cinco comenzó la desconcentración. Sin embargo, el clima social seguía álgido. Se vivió otra situación tensa cuando los asistentes detectaron a una mujer infiltrada en la marcha. Mientras la increpaban y el personal de la Defensoría del Pueblo la escoltaba, una vecina se asomó al balcón, propinó insultos y arrojó una botella vacía. Uno de los manifestantes le contestó “Pará, no tirés cosas, yo soy tu vecino, vivo al lado”.
Faltaban pocos minutos para que los efectivos arremetieran de nuevo. Uno hombre advirtió al instante: “Guarda que ahí vienen los de las motos y nos dan de nuevo”. ¿Presagio o conocimiento de causa? Represión y dos nuevos detenidos, Mateo Roldán y Osvaldo Mansilla.
El colmo de lo desmedido
A causa del protocolo de Bullrich, el Congreso de la Nación fue cerrado en, por lo menos, 400 metros a la redonda. Desde Av. Rivadavia y Riobamba no habilitaron el paso al peatón que quisiera dirigirse para cruzar hacia Callao. Seis Trafic de la Policía Federal y un camión blanco de gendarmería esperaban sobre Rivadavia. Para llegar a la Plaza de los Dos Congreso, las personas debían dar toda la vuelta por Riobamba, Bartolomé Mitre y bajar por Rodríguez Peña.
Los automovilistas no corrían con la misma suerte, las fuerzas de seguridad cortaron el tránsito en Av. de Mayo y Sáenz peña como también en Entre Ríos y Alsina, cercando toda la zona del Congreso, lo que generó más caos vehicular que los propios manifestantes. No es de extrañar que las motos policiales estuvieran en las calles aledañas semi escondidas, preparadas para salir a cazar, preparadas para los palos de miércoles.















